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G. C. Normal G. C. Bajo C A B Volumen diastólico Ventrículo izquierdo V1 V2 GCC GCA GCB Gasto cardíaco Figura 15-9. Variación de la contractilidad. En esta gráfica se representan tres curvas de Starling con diferente contractilidad. Suponiendo una poscarga igual para todos, para un volumen dias- tólico dado V1, el individuo representado por la curva A tiene un gasto cardíaco normal (GCA), el individuo representado por la curva B tiene un gasto cardíaco mayor (GCB), lo que indica que su contractilidad es superior, y el individuo de la curva C tiene un gasto cardíaco (GCC) inferior e incluso por debajo de la normali- dad, lo que define una situación de insuficiencia cardíaca. Para tener un gasto cardíaco normal este individuo C deberá aumentar su precarga (volumen diastólico ventricular) hasta V2. EJERCICIO MUSCULAR INTENSO Hipoxia y acidosis local Relajación precapilar Vasodilatación Disminución de resistencias periféricas ESTIMULACIÓN DE SNC (Previa y durante el ejercicio) Estímulo simpático Liberación de catecolaminas Constricción arterial selectiva (renal, cutánea, esplácnica) Venoconstricción Aumento del retorno venosoDesvío de sangre a órganos diana (músculos, cerebro, corazón) Estimulación de betarreceptores cardíacos Aumento de frecuencia cardíaca Aumento de contractilidad AUMENTO DEL GASTO CARDÍACO Figura 15-10. Esquema de los mecanismos fisiológicos activados con el ejercicio. Existe una etapa previa en la cual la estimulación del sistema nervioso central (SNC) pone en marcha estos mecanismos, que se mantienen durante todo el ejercicio. El objetivo final es un aumento del gasto cardíaco. Otras situaciones de estimulación del SNC, como los momentos de tensión o miedo, comportan igualmente un aumento del gasto cardíaco, que el paciente reconoce como sensación de calor, palpitaciones o angustia. La contractilidad miocárdica aumenta con el estímulo simpático y la presencia de catecolaminas, que estimulan los receptores bb adrenérgicos miocárdicos, así como con la administración de fármacos inotrópicos positivos (aumen- tan la contractilidad). La contractilidad global del corazón aumenta con la hipertrofia del músculo cardíaco y con el entrenamiento físico. La contractilidad de las fibras mio- cárdicas puede disminuir con fármacos inotrópicos negati- vos (deprimen la contractilidad), pero también en las situa- ciones de hipoxia, acidosis e hipercapnia. La contractilidad global miocárdica puede disminuir cuando hay una pérdida de masa muscular cardíaca por un infarto de miocardio o una miocardiopatía. 15.4.6. El ejercicio físico como ejemplo de adaptación del gasto cardíaco Hemos visto en los apartados anteriores que el gasto cardíaco en reposo debe aumentar para poder satisfacer las demandas del organismo. Un buen ejemplo de la integra- ción de los mecanismos que realizan esta función lo consti- tuyen los fenómenos que se producen al hacer ejercicio. Estos fenómenos varían un poco en función del grado de entrenamiento del individuo, pero globalmente se pueden resumir como indica la Figura 15-10. Aunque el individuo está inicialmente en reposo, el co- nocimiento por parte del cerebro de que se va a hacer un ejercicio produce (especialmente en el individuo no entre- nado) una estimulación simpática que provoca a su vez una descarga de catecolaminas por parte de las glándulas suprarrenales (liberación de adrenalina y noradrenalina). Estas sustancias en el corazón aumentan la frecuencia cardíaca (taquicardia) y la contractilidad (sensación de latido cardíaco vigoroso), en las venas provocan una veno- constricción que aumenta el retorno venoso (aumento de la precarga) y a nivel arterial producen una constricción selectiva de los territorios no involucrados en el ejercicio (área esplácnica, riñones, piel y músculos en reposo), por lo que antes de iniciar cualquier movimiento existe ya un aumento importante del gasto cardíaco. El individuo poco 352 Estructura y función del cuerpo humano
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