Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
1990 SECCIÓN XVI Endocrinología BIBLIOGRAFÍA ESPECIAL Bryan R, Haugen BR, Alexander EK, Bible KC, Doherty GM, Mandel SJ, et al. 2015 American Thyroid Association Management Guidelines for Adult Patients with Thyroid Nodules and Differentiated Thyroid Cancer: The American Thyroid Association Guidelines Task Force on Thyroid Nodules and Differentiated Thyroid Cancer. Thyroid 2016;26:1-133. Cancer Genome Atlas Research Network. Integrated genomic characterization of papillary thyroid carcinoma. Cell 2014;159:676-90. Haugen BR, Alexander EK, Bible KC, Doherty GM, Mandel SJ, Nikiforov YE, et al. 2015 American Thyroid Association Management Guidelines for Adult Patients with Thyroid Nodules and Differentiated Thyroid Cancer: The American Thyroid Association Guidelines Task Force on Thyroid Nodules and Differentiated Thyroid Cancer. Thyroid 2016;26(1): 1-133. Reverter JL, Alonso N, Avila M, Lucas A, Mauricio D, Puig-Domingo M. Evaluation of efficacy, safety, pain perception and health-related quality of life of percutaneous ethanol injection as first-line treatment in symptomatic thyroid cysts. BMC Endocr Disord 2015;15:73. Wells SA Jr, Asa SL, Dralle H, Elisei R, Evans DB, Gagel RF, et al. Revised American Thyroid Association guidelines for Management of medullary thyroid carcinoma. Thyroid 2015;6:567-610. Enfermedades de las glándulas paratiroides EXPLORACIÓN DE LAS GLÁNDULAS PARATIROIDES Para el diagnóstico de las enfermedades de las paratiroides es útil deter- minar las concentraciones séricas de calcio (Ca), fósforo (P) y PTH, entre otros parámetros. La determinación de Ca total por autoanalizador es el método más habitual para el diagnóstico inicial. La calcemia debe determinarse tras ayuno de 12 h y sin aplicación prolongada del tor- niquete; en un adulto normal, la calcemia total es de 8,5-10,5 mg/dL. Esta concentración cambia de forma paralela con la albúmina y debe ser corregida utilizando la siguiente fórmula: Ca corregido = Ca total en mg/dL + 0,8 × (4,0 – albúmina sérica en g/dL). El 45% del Ca circula en forma libre o ionizada (metabólicamente activa), y esta concentración es independiente de las fluctuaciones de las proteínas séricas; otro 45% del total está ligado a la albúmina, y el restante 10% forma complejos con aniones (fosfato y citrato). Cuando las concentraciones de proteínas fluctúan, especialmente la de albúmina, debe recurrirse a su corrección o bien a la determinación de calcio ionizado, que es relativamente estable. Los valores de calcio ionizado dependen de la técnica, pero con la de electrodo selectivo-ion calcio los valores en sujetos sanos oscilan entre 4,5 y 5,2 mg/dL. Las disminuciones de Ca sérico estimulan la PTH, lo que ocasiona una respuesta en minutos de aumento de la reabsorción de Ca a nivel del túbulo renal y liberación más tardía de Ca y P por el hueso, y también de fosfaturia. La PTH también estimula la síntesis de 1,25-dihidroxivitamina D a nivel renal, que a su vez potencia la absorción de calcio a nivel intestinal. En situaciones de hipercalcemia, eventos opuestos tienen lugar: disminuye la estimulación del receptor sensor del calcio a nivel de la glándula paratiroides (menor secreción de PTH) y del riñón (menor producción de 1,25-dihidroxivitamina D). El fósforo circula en el plasma, en una forma orgánica (fosfolípidos) e inorgánica. Existen efectos significativos de la dieta y la edad sobre las concentraciones en ayunas del fósforo. El remodelado óseo puede estudiarse mediante la determinación sérica de marcadores de formación ósea (osteocalcina, fosfatasa alcalina ósea [FAO], propéptidos del procolágeno de tipo I, N terminales [PINP] o C terminales [PICP] y de marcadores de resorción ósea (telo- péptidos del colágeno de tipo I, C terminales [CTX-I] o N terminales [NTX-I] y piridinolinas). En el hiperparatiroidismo primario sintomá- tico hay un aumento acelerado del remodelado óseo con incrementos de los marcadores de formación y resorción; en el hiperparatiroidismo asintomático se describen dentro del límite superior del rango normal, y en la forma normocalcémica están dentro de valores normales. La calciuria de 24 h, con dieta normal, no debe sobrepasar los 250 mg/ día en las mujeres y los 300 mg/día en los varones normales. El 40% de los pacientes con hiperparatiroidismo primario tienen hipercalciuria. La determinación de PTH por métodos inmunorradiométricos (IRMA) de segunda y tercera generación da resultados similares. En un paciente con hipercalcemia y valores bajos o no detectables de PTH, la determinación sérica de PTHrP (PTH related protein) puede ser de utilidad. La PTHrP es un polipéptido de 141 aminoácidos que estimula la reabsorción tubular proximal de Ca y la producción de AMPc nefrogénico, la fosfaturia y la hipofosfatemia. Se produce en el 90% de los pacientes con hipercalcemia maligna y es útil como marcador tumoral para el diagnóstico y la monitorización del trata- miento. Las concentraciones séricas de 25(OH)D3 definen el estatus de vitamina D corporal. La deficiencia de vitamina D se define como niveles séricos de 25(OH)D3 inferiores a 20 ng/mL, y para excluir este déficit de vitamina D como causa de la elevación de la PTH se recomienda elevar este valor por encima de los 30 ng/mL. Las concen- traciones séricas normales de 1,25(OH)2D3, oscilan entre 20 y 67 pg/ mL, y su determinación tiene interés en enfermedades que cursen con hipercalcemia secundaria a su producción (sarcoidosis, linfomas) o en la intoxicación por vitamina D. La prueba de estimulación con PTH 1-34 (0,625 µg/kg peso a un máximo de 25 µg iv. o 40 µg s.c.) es útil para diferenciar el seudohipoparatiroidismo 1a y 1b. La densitometría ósea (DXA) es la técnica no invasiva más utilizada para el estudio de la pérdida ósea. En el hiperparatiroidismo, la DXA revela, sobre todo, reducción cortical en el tercio distal radial. Para valo- rar la microarquitectura ósea, se utilizan la TBS (trabecular bone score), o análisis textural por software de la imagen DXA de la columna, y la micro-TC periférica para diferenciar entre hueso cortical y trabecular. La resolución con esta última es superior a la TC convencional, con una buena predicción de fracturas. La morfometría vertebral puede ser de ayuda para evaluar las fracturas. La histomorfometría cuantitativa de la biopsia ósea de la cresta ilíaca permite el estudio celular y estructural del hueso. Combinada con la administración de tetraciclinas, es útil para estudiar las bandas de fluorescencia emitidas. Está indicada para el diagnóstico de osteomalacia subclínica y cuando no se ha podido establecer el diagnóstico con otros métodos. Los test genéticos muestran las mutaciones que pueden presentar los pacientes con enfermedad paratiroidea. HIPERPARATIROIDISMO PRIMARIO Concepto Es una enfermedad producida por la secreción inapropiada o elevada de PTH por las glándulas paratiroides. La secreción sostenida y elevada de PTH produce hipercalcemia, aumento de la reabsorción tubular de Ca, fosfaturia e incremento de la síntesis de 1,25(OH)2D3, y estimula la Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org S E C C IÓ N X V I CAPÍTULO 238 Enfermedades de las glándulas paratiroides © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. 1991 reabsorción ósea. La hipercalcemia resultante es incapaz de suprimir la secreción aumentada de PTH. El hiperparatiroidismo primario es la causa más frecuente de hiper- calcemia ambulatoria, y su incidencia ha variado notablemente con la introducción rutinaria de los autoanalizadores, con predominio en la actualidad de las formas asintomáticas. Su incidencia se estima en 21,6 por cada 100.000 personas-año (1993-2001)en el registro de la Clínica Rochester (EE. UU.). La incidencia del hiperparatiroidismo normocal- cémico es muy variable y oscila entre el 0,4% y el 9%, dependiendo de las poblaciones de referencia y de los criterios de exclusión admitidos. La mayoría de los casos de hiperparatiroidismo primario se presentan en mayores de 45 años, son esporádicos, con una frecuencia 3:1 en las mujeres respecto a los varones, y menos del 10% forman parte de un síndrome genético. Como factores de riesgo se han señalado la historia de radiación externa del cuello y el tratamiento con litio. Etiopatogenia En el hiperparatiroidismo primario se produce una pérdida del control normal de la síntesis y secreción de PTH. En los adenomas se produce una alteración de la sensibilidad a las concentraciones séricas de Ca de un clon anormal de células paratiroideas y una secreción excesiva de PTH. En las hiperplasias paratiroideas, lo que se produce es un aumento del número de células, responsable de una mayor secreción de PTH. Más del 10% de los pacientes tienen alguna mutación génica. Hay mutaciones que afectan al locus 11q13 (gen MEN1) en un 16% de los casos de hiperparatiroidismo primario esporádico y en dos tercios de los pacientes con MEN1 y en el hiperparatiroidismo familiar aislado, que comportan la pérdida de la proteína supresora tumoral menina. Para que aparezca el tumor es necesaria una inactivación completa bialélica. Hay mutaciones del protooncogén RET que se expresan con ganancia de función en el MEN2A. Recientemente, se ha descrito en el MEN4, que asocia hiperparatiroidismo con tumores de la hipófisis anterior, y en tumores neuroendocrinos pancreáticos afectación del gen CDKN1B. En el hiperparatiroidismo familiar con tumor mandibular se ha encontrado una mutación inactivadora CDC73 que predispone al cáncer paratiroideo. El CDC73 es un gen supresor tumoral que codifica la proteína parafibromina, que interviene en la regulación de transcrip- ción de la cromatina. También se han descrito mutaciones somáticas de este gen en pacientes con carcinomas paratiroideos esporádicos. Dado que los tumores paratiroideos pueden ser malignos, en pacientes con esta mutación se recomienda la paratiroidectomía. Finalmente, en algunos casos de secreción ectópica de PTH se ha logrado demostrar la expresión del gen de PTH y la secreción de esta hormona por el tumor. El estudio genético es útil para: 1) confirmar el diagnóstico clínico y el rastreo de tumores asociados a esta alteración; 2) estudiar familiares asintomáticos y detectar tumores en ellos, excluyendo los que no tienen mutaciones; 3) realizar tiroidectomías profilácticas en MEN de tipos 2 y 3, y evitar cirugías en pacientes con hipercalcemia hipocalciúrica familiar (HHF), y 4) realizar la paratiroidectomía temprana en pacien- tes con síndromes de hiperparatiroidismo mandibulares con elevado riesgo de carcinoma paratiroideo. Anatomía patológica El hallazgo más frecuente es la presencia de un adenoma benigno solitario (75%-80%). Puede haber afectación multiglandular, ya sea como adenomas múltiples (2%-4%) o hiperplasia de las cuatro glán- dulas (15%-20%). En los pacientes con hiperplasia paratiroidea debe sospecharse la asociación con síndromes de herencia familiar. Los adenomas únicos suelen localizarse en una paratiroides inferior. Estos tumores, de color marrón oscuro, suelen estar encapsulados, pesan 0,2-2 g (pueden llegar a 10-20 g) y están formados por un grupo homogéneo de células principales. La diferenciación entre hiperplasia y adenoma plantea dificultades y requiere la extirpación y el estudio de al menos dos glándulas. Si ambas presentan aumento de peso, el diagnóstico más probable es de hiperplasia; si sólo una está afectada, suele tratarse de un adenoma. En menos del 0,5% de los casos, el tumor es un carcinoma paratiroideo que suele cursar con niveles más elevados de calcemia y PTH, tener un crecimiento lento y metastatizar por vía linfática. El diagnóstico histológico de carcinoma paratiroideo puede ser difícil de realizar en ocasiones, por lo que se están estudiando nuevos marcadores histoquímicos, como la parafibromina e incluso un panel con inmunomarcadores que además de parafibromina incluya PGP9.5, galactina 3, Ki-67 y ciclina D. Cuadro clínico Antaño los pacientes presentaban osteítis fibrosa quística y litiasis renal. Actualmente más del 80% de los casos son asintomáticos. Se estima que más del 30% de los casos asintomáticos pueden evolucionar a formas manifiestas con el tiempo. El hiperparatiroidismo primario es la primera causa de hipercalcemia en la población general, y la segunda, después de la tumoral, en los pacientes hospitalizados. Las manifestaciones secundarias a la hipercalcemia que pueden presentar los pacientes se recogen en el cuadro 238-1. Las formas clásicas del hiperparatiroidismo primario se acompañan de trastornos caracterizados por litiasis renal, osteítis fibroquística y manifestaciones neuromusculares. La litiasis renal, que ocurre en el 15%-20% de los pacientes, sigue siendo la complicación más frecuente. La repercusión renal inicial de la enfermedad suele ser la incapacidad tubular para concentrar la orina y la posterior hipostenuria. En las formas más graves puede haber nefrocalcinosis con mineralización parenquimatosa radiológica. Puede existir acidosis hiperclorémica, aminoaciduria, glucosuria y fosfaturia. La hipercalciuria está presente hasta en el 40% de los casos, así como anormalidades de la acidifi- cación renal; ambas pueden favorecer el riesgo de litiasis renal. La paratiroidectomía previene la hipercalciuria y la disminución pro- gresiva de la función renal, especialmente en los pacientes con filtrado glomerular < 60 mL/min. La osteítis fibrosa quística y otras lesiones óseas del hiperparati- roidismo primario se encuentran en estadios avanzados, y se estiman en menos del 2%. Suelen manifestarse por dolor local, deformidades óseas y fracturas. Los pacientes con osteítis fibrosa quística suelen tener adenomas mayores, hipercalcemia acusada, y clínica ósea grave y progresiva, con dolores locales o difusos. En cambio, en las formas asintomáticas suele demostrarse disminución de la densidad mineral ósea, que afecta sobre todo a la zona cortical del tercio distal del radio. La imagen radiológica más frecuente es la erosión subperióstica en las • CUADRO 238-1 Neuromusculares y psiquiátricas Astenia Depresión Alteraciones cognitivas Trastornos emocionales, irritabilidad Pérdida de memoria Alteraciones del sueño Renales Litiasis renal Nefrocalcinosis Insuficiencia renal Cardiovasculares Hipertensión arterial Bradicardia, bloqueos auriculoventriculares Acortamiento del intervalo QT Hipertrofia ventricular izquierda Calcificaciones de la válvula mitral y la aórtica, en las arterias coronarias y el miocardio Óseas Lesiones radiológicas clásicas (osteítis fibrosa quística, reabsorción subperióstica en las clavículas, quistes) Osteopenia/osteoporosis Posible aumento de fracturas Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org 1992 SECCIÓN XVI Endocrinología falanges medias de las manos (fig. 238-1), sobre todo en su lado radial. Se observan erosiones y destrucción de falanges terminales, en el tercio distal de la clavícula, la sínfisis del pubis y las articulaciones sacroilíacas. En el cráneo, los cambios erosivos confieren el aspecto moteado «en sal y pimienta» (fig. 238-2). Las lesiones locales destructivas óseas con apa- riencia quística pueden ser tumores pardos y quistes óseos verdaderos. Estos últimos no desaparecen tras la paratiroidectomía, mientras que sí lo llegan a hacer los tumores pardos. La disminución o desaparición de la lámina dura dentaria es frecuente y casinunca revierte con la cirugía del adenoma. Puede haber calcificación del cartílago articular, especialmente en la rodilla y las muñecas (condrocalcinosis). El 70%-80% de los pacientes pueden presentar astenia y fatiga- bilidad, que se manifiesta sobre todo en la musculatura proximal de las extremidades inferiores. La biopsia demuestra atrofia de las fibras musculares de tipo II. Pueden existir, en las formas más graves, altera- ciones cognitivas, fallos en la memoria y, en ocasiones, somnolencia, estupor y coma. Por otro lado, se señala que estos síntomas generales de debilidad, astenia, ansiedad y cambios neurocognitivos no siempre mejoran con la cirugía paratiroidea. Las manifestaciones gastrointestinales más frecuentes son anorexia, náuseas y vómitos, y los pacientes de larga evolución pueden presentar estreñimiento y atonía gástrica. La úlcera péptica, antaño frecuente, en la actualidad se ve sobre todo en los casos con MEN 1 y 4. No se ha establecido una clara asociación con la pancreatitis independiente de la causada por la hipercalcemia per se. La prevalencia de hipertensión arterial parece estar aumentada, pero su relación causal con la enferme- dad no se ha establecido y la paratiroidectomía no la resuelve. Se han descrito hipertrofia ventricular izquierda y disfunción diastólica, que mejora tras la paratiroidectomía, y también rigidez y engrosamiento de la íntima-media carotídea. Se ha sugerido que el hiperparatiroidismo podría favorecer el desarrollo de esta alteración, que se correlaciona con los niveles de PTH. La hipercalcemia grave puede provocar arritmias y el ECG mostrar acortamiento del QT, prolongación del ST, ensan- chamiento de las ondas T y bloqueos esporádicos de primer grado. El hiperparatiroidismo sintomático con hipercalcemias agudas se asocia a un aumento de mortalidad cardiovascular, lo que no ocurre en las formas asintomáticas. El 7,5%-18% de los pacientes presentan condro- calcinosis o seudogota, con mayor frecuencia en la rodilla. A menudo existe hiperuricemia, y pueden coexistir condrocalcinosis y gota. Son relativamente frecuentes las lesiones articulares y periarticulares del tipo osteoartritis degenerativa y avulsiones de los tendones. Se han descrito fracturas subcondrales cerca de las articulaciones, sinovitis atraumáticas, periartritis calcificante y calcificaciones ectópicas. La queratopatía en banda se caracteriza por la precipitación de cristales de Ca y fosfato en la córnea. Su precipitación en la piel puede producir, raramente, necrosis dérmica. Formas clínicas La forma clínica más frecuente de presentación es la de hiperparatiroi- dismo asintomático con hipercalcemia, descubierta durante un estudio de rutina. Una situación de especial gravedad es la crisis paratiroidea con hipercalcemia superior a 16 mg/dL, que cursa con anorexia, náuseas, poliuria, fiebre, deshidratación acusada, insuficiencia renal y obnu- bilación progresiva, hasta llegar al coma profundo. Suele observarse en pacientes con PTH muy elevadas, edad avanzada, inmovilizados y con deterioro de la función renal. Puede aparecer en el contexto de una enfermedad intercurrente, tras un infarto de un adenoma o en el carcinoma paratiroideo. Los pacientes afectados por el denominado hiperparatiroidismo primario normocalcémico (HPN) presentan concentraciones de PTH aumentadas, Ca total corregido y Ca ionizado normales (demostrados al menos en dos ocasiones) sin causa evidente de hiperparatiroidismo secundario. Se pueden presentar con osteoporosis, fracturas por fragi- lidad y nefrolitiasis. En estos pacientes deben descartarse deficiencia de vitamina D, insuficiencia renal crónica, hipercalciuria, fármacos como tiazidas o litio, o malabsorción oculta. Se ha descrito que antirresortivos como los bisfosfonatos y el denosumab pueden incrementar la PTH y causar un falso diagnóstico de HPN. Se recomienda para su valoración normalizar los niveles bajos de vitamina D. El mecanismo postulado implica que sea una forma inicial de hiperparatiroidismo primario o que tenga una resistencia parcial a la acción periférica de la PTH. Se ha descrito que el 19% de estos pacientes desarrollan hipercalcemia a los 6 años de seguimiento. En el hiperparatiroidismo primario que acontece durante el embarazo, la hipercalcemia puede tener efectos negativos sobre la madre y el feto. Este puede sufrir la supresión de sus paratiroides y desarrollar hipocalcemia posparto. La ecografía es el método preferido para localizar las lesiones paratiroideas. La cirugía se recomienda durante el segundo trimestre en las pacientes con hipercalcemias > 12 mg/dL. Los síndromes con predisposición familiar para el desarrollo de hiper- paratiroidismo primario incluyen las MEN de tipos 1 y 2, el hiperpa- ratiroidismo primario asociado a tumor mandibular y las formas de hiperparatiroidismo familiar aislado. Las MEN se estudian en el capítulo correspondiente (v. cap. 243, Tumores endocrinos múltiples de base hereditaria). Diagnóstico La existencia de hipercalcemia (calcio total corregido por la albúmina o calcio ionizado), junto con la demostración de niveles elevados o ina- propiados de PTH, es necesaria para el diagnóstico de hiperparatiroi- dismo primario. Otras causas de hiperparatiroidismo secundario deben excluirse. La mayoría de los casos en la actualidad son asintomáticos y se encuentran durante un estudio bioquímico. En estos casos asinto- máticos no suele haber anormalidades clásicas esqueléticas ni síntomas neuromusculares. En estos, la calcemia no suele ser superior a 1 mg/dL por encima del límite superior de la normalidad. La determinación de PTH sérica, que se halla elevada en el 75%-80% de los casos, es útil Reabsorción subperióstica en las falanges medias del segundo, el tercer y el cuarto dedos (flechas) en el hiperparatiroidismo primario. Cráneo en «sal y pimienta» en un paciente afectado de hiperparatiroidismo. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org S E C C IÓ N X V I CAPÍTULO 238 Enfermedades de las glándulas paratiroides © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. 1993 para establecer el diagnóstico diferencial con la hipercalcemia maligna y otras (con la excepción de la toma de litio, diuréticos y de la HHF). El P se sitúa en el límite inferior de la normalidad, pero sólo está bajo en el 25% de los casos, y puede existir hiperuricemia. La FA sérica se encuentra en el intervalo normal-alto. Aumentan los marcadores séricos de formación y de resorción óseas. El 30% de los hiperparatiroidismos primarios presentan hipercalciuria (> 300 mg/24 h en los varones y > 250 mg/24 h en las mujeres). Las concentraciones séricas de 1,25(OH)2D3 se encuentran aumenta- das en el 25% de los casos, mientras que las de 25(OH)D3 están normales- bajas. Se postula que los niveles elevados de 1,25(OH)2D3, podrían estimular a la 24-hidroxilasa, potenciando la conversión de 25(OH)D3 a 1,24-dihidroxivitamina D. Niveles bajos de vitamina D se asocian a una mayor afectación ósea y a un mayor riesgo para el síndrome del hueso hambriento tras la paratiroidectomía. Ante valores bajos de 25OHD, se recomienda administrar 2.000-3.000 UI/día de vitamina D o equivalente para corregir y establecer niveles óptimos de vitamina D y repetir pos- teriormente las determinaciones de PTH (tras 3-6 meses). La radiología convencional es suficiente para diagnosticar las lesiones típicas del hiperparatiroidismo primario, pero la pérdida ósea sistémica de las formas asintomáticas se estudia con la densitome- tría ósea y afecta sobre todo a zonas ricas en hueso cortical, como el tercio distal del radio, mientras que las zonas ricas en hueso trabecu- lar, como la lumbar yla cadera, están relativamente preservadas. Los estudios epidemiológicos señalan, sin embargo, un aumento del riesgo de fractura en todas las zonas esqueléticas, lo que concuerda con las alteraciones en ambas zonas trabecular y cortical que demuestra la TC periférica de alta resolución. La TBS es consistente en demostrar una microestructura trabecular deteriorada y el aumento del riesgo de fractura. Los estudios de imágenes renales (radiografía, TC, ecografía) pueden ser convenientes para demostrar la presencia de nefrolitiasis y nefrocalcinosis. En el primer año después de la paratiroidectomía se describe por densitometría recuperación de la masa ósea a nivel lumbar (12%) y en la cadera (10%), y más tardíamente de la radial. Diagnóstico diferencial El litio reduce la excreción urinaria de Ca y disminuye la sensibilidad de la glándula paratiroidea al Ca. El 10%-20% de los pacientes en tratamiento con litio pueden desarrollar hipercalcemia e hipocalciuria, y PTH elevada. Las tiazidas reducen la excreción urinaria de Ca y fre- cuentemente dificultan el diagnóstico de hiperparatiroidismo primario, al inducir hipercalcemia. Para evitar su interferencia, es necesario sus- pender estos tratamientos durante 3-6 meses. Hay que considerar la posibilidad de la hipercalcemia hipocalciúrica familiar (HHF), de la que existen tres tipos. La HHF-1 es un síndrome con herencia autosómica dominante debida a una mutación inactivado- ra del gen CaSR en la paratiroides y el riñón. El gen responsable de esta mutación se ha localizado en el brazo largo del cromosoma 3 (3q21.1). Los pacientes suelen ser jóvenes con hipercalcemia asintomática, que coexiste con tasas de aclaramiento de Ca/creatinina (ratio CaCl/CrCl) menor de 0,01 y PTH normal en el 80% de los casos. Existen otras dos formas, HHF-2 y HHF-3, clínicamente similares al HHF-1, con herencia autosómica dominante y que tienen mutaciones con pérdidas de función en los genes Gα11 y AP2S1, respectivamente. La HHF es poco probable cuando la ratio CaCl/CrCl es superior a 0,02. En pacientes con HHF y ratio CaCl/CrCl entre 0,01 y 0,02, se recomienda realizar un estudio genético. La hipercalcemia crónica de esta enfermedad no suele requerir tratamiento, pero en situaciones excepcionales asociadas a pancreatitis se ha recomendado la paratiroidectomía. En un paciente con hipercalcemia y niveles bajos o suprimidos de PTH debe hacerse el diagnóstico diferencial entre hiperparatiroidismo primario, hipercalcemia humoral maligna (HMM) e hipercalcemia neoplásica por osteólisis local (HOL). La HMM es responsable del 80% de los casos de hipercalcemia maligna. Se debe a la producción de PTHrP por el tumor (carcinomas de células escamosas de pulmón, de mama y renales). La PTHrP estimula la resorción osteoclástica y suprime la formación de hueso por los osteoblastos, lo que conlleva un desacoplamiento del remodelado óseo. El 20% de las hipercalcemias malignas son ocasionadas por HOL, debido sobre todo a cáncer de mama y neoplasias hematológicas (mieloma, linfoma, leucemia), con producción de citocinas (IL-6, IL-8, IL-1) y factor de crecimiento endotelial vascular (VEGF), que estimulan la liberación y la actividad de los osteoclastos con metástasis osteolíticas. Finalmente, dentro de este grupo, el diagnóstico diferencial puede incluir la hipercalcemia inducida por 1,25(OH)2D3. En algunos linfomas se descubrió su capacidad para expresar el enzima 1-α-hidroxilasa con producción de niveles elevados de 1,25(OH)2D3, con activación importante de la absorción intestinal de calcio y estimulación de la resorción osteoclás- tica, a través de la activación de la vía RANKL. También diferentes enfermedades granulomatosas (sarcoidosis, histoplasmosis, beriliosis, tuberculosis) pueden cursar con expresión aumentada de 1-α-hidroxi- lasa en los macrófagos y linfocitos, con producción incrementada de 1,25(OH)2D3 y mayor absorción de calcio intestinal, con evidente hipercalcemia. En estas neoplasias, la aparición de hipercalcemia entraña en general un pronóstico muy desfavorable. Los niños con hipercalcemia, condrodisplasia metafisaria y talla baja (enfermedad de Jansen) suelen tener concentraciones indetectables de PTH sérica, hipofosforemia y, con frecuencia, lesiones quísticas reabsortivas. En los últimos años se ha descrito la aparición de una moderada hipercalcemia con la utilización terapéutica de la PTH (PTH-1-34 y PTH 1-84) en algunos pacientes al iniciar el tratamiento antiosteoporótico, que suele disminuir con la reducción de la dosis. Diagnóstico de localización Aunque la mayoría de los adenomas paratiroideos se localizan en uno de los cuatros polos de la glándula tiroidea, puede haber, en ocasiones, otras localizaciones. Existe consenso en que la localización preoperato- ria de la lesión paratiroidea es necesaria antes de la cirugía cuando se va a realizar una exploración unilateral, como en la paratiroidectomía mínimamente invasiva (PMI) y en el hiperparatiroidismo persistente o recidivante. La falta de una imagen positiva no debe descartar la intervención, puesto que un cirujano con experiencia puede localizar estas glándulas paratiroideas anormales. Entre los métodos de locali- zación más utilizados se encuentran la gammagrafía paratiroidea con 99mTc sestamibi (MIBI), la ecografía y la TC. La utilización del 99mTc sestamibi tiene una sensibilidad y una precisión superiores al 90%. En la variante de esta técnica, utilizando dos isótopos (99mTc-pertecnetato y 123I), se puede mediante sustracción distinguir la captación paratiroidea de la tiroidea. La combinación del MIBI con la SPECT permite una mayor resolución tridimensional y la detección de adenomas ectópicos (fig. 238-3), y es especialmente útil en las reintervenciones. La ecografía cervical detecta la hipoecogenicidad homogénea de los adenomas, aunque estos pueden confundirse con los nódulos tiroideos. Las glándulas con tamaño aproximado de 4 mm no son detectables con la ecografía. Su sensibilidad se estima en un 76%-87%, y su precisión, en el 88%. Si se combina la ecografía con punción aspirativa, aumenta su rendimiento diagnóstico. En general, son menos útiles para identi- ficar adenomas paratiroideos retrotraqueales y esofágicos, y adenomas ectópicos mediastínicos. Con la RM se visualizan bien los adenomas de cuello y mediastino, y con contraste (gadolinio) se pueden detectar ade- nomas no identificados con sestamibi. Finalmente, la TC convencional también es útil para localizar adenomas, sobre todo los ectópicos, pero debe considerarse su inconveniente de costo, radiación y necesidad de contrates iodados. La nueva técnica de TC 4 dimensional (4D-TC), en la que se tiene en cuenta el tiempo precoz de aparición de la imagen, puede aumentar la sensibilidad de este proceder. Las técnicas invasivas incluyen el muestreo selectivo de venas de drenaje cervical, mediante el cual pueden detectarse concentraciones de PTH 1,5 o 2 veces las de la periferia, y la arteriografía selectiva. Estas técnicas se reservan para los casos en los que las anteriores han sido negativas y se valora la reintervención. Tratamiento Tratamiento quirúrgico El tratamiento de elección y curativo es la paratiroidectomía. Cuando el paciente presenta el cuadro clínico clásico de hiperparatiroidismo primario, la indicación quirúrgica está clara. En los pacientes asintomáticos, la paratiroidectomía estaría indicada (4th International Workshop) cuando presentan: calcemia por encima de Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org 1994 SECCIÓN XVI Endocrinología 1 mg/dL del límite superior de la normalidad, densidad mineral ósea reducida (T score ≤ –2,5 DS en cualquier sitio), presencia de fracturas, disminución dela función renal, presencia de litiasis y/o nefrocalci- nosis e hipercalciuria (calciuria > 400 mg/24 h), o edad inferior a 50 años. En los pacientes con hiperparatiroidismo normocalcémico, la cirugía también debe considerarse ante la evidencia de progresión de la enfermedad (menor densidad mineral ósea con T score < –2,5, fracturas y litiasis renal). El seguimiento en los pacientes con hiperparatiroidismo asintomá- tico, normocalcémico, o en los que no desean someterse a una para- tiroidectomía debe realizarse con: determinaciones de Ca y creatinina séricas y aclaramiento de creatinina anuales; densitometría ósea cada 1-2 años; radiografía vertebral o morfometría si se sospecha fractura vertebral (dolor de espalda, disminución de la talla), y radiografías, ecografía abdominal y TC si se sospecha litiasis renal. El perfil bioquí- mico de litiasis puede ser aconsejable. La exéresis quirúrgica comporta mejoría bioquímica y de los parámetros clínicos, como la litiasis renal, la densidad mineral ósea y el riesgo de fracturas. La técnica de elección es la paratiroidectomía mínima invasiva (PMI), con anestesia local y sedación una vez localizados los adenomas. La PMI es una intervención efectiva, con pocas complicaciones pos- quirúrgicas (el 5% del hipoparatiroidismo transitorio), que acorta la hospitalización con mejores resultados cosméticos. Se puede combinar con la monitorización intraoperatoria de PTH para confirmar que se ha extirpado el adenoma. Una disminución de la PTH de más del 50% de sus valores preoperatorios, a los 10-15 min de la adenomectomía, predice la normalización de los niveles de Ca. La exploración bilateral del cuello es obligatoria cuando se sospecha una hiperplasia paratiroi- dea, existe patología tiroidea concomitante que requiere intervención y si los estudios de localización son negativos. En caso de hiperplasia, puede realizarse una paratiroidectomía subtotal con extirpación de tres glándulas y la mitad de la cuarta, o bien una paratiroidectomía total combinada con autoinjerto. En un 8% de los adenomas intervenidos en el hiperparatiroidismo primario puede presentarse al cabo de 3-5 años un hiperparatiroidismo recidivante, lo que ocurre más frecuente- mente en los reintervenidos y/o con doble adenoma o hiperplasia. Los estudios de localización con determinación intraoperatoria de PTH son aconsejables ante una reintervención de un hiperparatiroidismo ectópico. La paratiroidectomía subtotal tiene una recidiva o persistencia de la enfermedad del 11%-13%, las lesiones de los nervios recurrentes se describen en menos del 1%-4% de los casos, el hipoparatiroidismo transitorio en el 15%-25%, y el permanente en el 5%-15%. Tras la cirugía puede aparecer hipocalcemia transitoria, que puede prolongarse en los casos con gran afección ósea, en los que el Ca y el P se depositan rápidamente en los huesos (síndrome del hueso hambriento). La crio- preservación del tejido paratiroideo resecado puede ser un método que se debe considerar para posteriores autotrasplantes, cuando exista el riesgo de hipoparatiroidismo poscirugía. Tratamiento médico Se recomienda actividad física adecuada e ingesta moderada de Ca (1.000 mg/día), siempre que la 25(OH)D sérica no esté aumentada. Gammagrafía de paratiroides (99mTC-sestaMIBI) con SPECT y TC de baja dosis. A. Adenoma (flechas) en el lóbulo inferior izquier- do. B. Adenoma intratímico (flechas). Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org S E C C IÓ N X V I CAPÍTULO 238 Enfermedades de las glándulas paratiroides © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. 1995 Debe evitarse el uso de tiazidas y litio, así como el reposo prolongado. El tratamiento farmacológico inicial incluye (tabla 238-1): estróge- nos, moduladores selectivos de los receptores estrogénicos (SERM), bisfosfonatos y calcimiméticos. Los estrógenos producen un des- censo leve (0,5 mg/dL) de la calcemia sin modificar la PTH y tienen efecto positivo sobre la masa ósea. Son una alternativa en mujeres posmenopáusicas con indicación adicional para la terapia hormonal sustitutiva. Los riesgos de esta terapia limitan su uso. El raloxifeno es un SERM que reduce la calcemia en cerca de 0,5 mg/dL en 1-2 meses, sin modificar las concentraciones de PTH. Los bisfosfonatos inhiben la actividad osteoclástica y se consideran fármacos de primera línea en el tratamiento de la hipercalcemia grave de cualquier origen. El alendronato y el risedronato aumentan la DMO y disminuyen los marcadores del remodelado óseo, pero no modifican la PTH. Están por ello especialmente indicados en pacientes con osteopenia y riesgo elevado de fracturas. Los calcimiméticos actúan mediante sensibilización del CaSR. De ellos, el cinacalcet tiene buena toleran- cia y normaliza las concentraciones séricas de Ca en el 73% de los casos en menos de 1 año, con una disminución modesta de la PTH sérica y sin modificar la densidad ósea. El cinacalcet está indicado también en el tratamiento de los pacientes con cáncer paratiroideo e hiperparatiroidismo por insuficiencia renal. La combinación de alendronato con cinacalcet, disminuyendo la calcemia y aumentando la masa ósea, está siendo recomendada. La calcitonina posee efecto antirresortivo más lento, menos potente y limitado a pocos días, aunque puede presentar la ventaja de su efecto analgésico. Los fos- fatos por vía oral pueden reducir la hipercalcemia en 0,5-1 mg/dL y se han utilizado en pacientes con función renal normal (500 mg, 3-4 dosis/día). Actúan interfiriendo en la absorción intestinal de Ca e inhibiendo la resorción ósea y la producción renal de 1,25(OH)2D3. Se utilizan poco por el riesgo de calcificaciones ectópicas y su mala tolerancia gastrointestinal. En algunos casos graves que no responden a otro tratamiento pueden asociarse glucocorticoides. En los casos de hipercalcemia grave sintomática o cuando la calcemia sea superior a 14-15 mg/dL se indicará tratamiento urgente hasta la intervención, mediante hidratación adecuada con suero salino isotónico (2-4 L/ día), seguido o no de furosemida y bisfosfonatos i.v. (pamidronato, 60-90 mg, o ácido zoledrónico, 4 mg). Tras su administración, la calcemia se normaliza en 2-3 días y su efecto puede mantenerse durante semanas o meses. BIBLIOGRAFÍA ESPECIAL Bilezikian JP, Brandi ML, Eastell R, Silverberg SJ, Udelsman R, Marcocci C, et al. Guidelines for the management of asymptomatic primary hyperpa- rathyroidismo: summary statement from the Fourth International Work- shop. J Clin Endocrinol Metab 2014;99:3561-9. Cetani F, Saponaro F, Marcocci C. Non-surgical management of primary hyper- parathyroidism. Best Pract Res Clin Endocrinol Metab 2018;32(6):821- 83. Cusano NE, Silverbeg S, Bilezikian JP. Normocalcemic Primary Hyperparathy- roidism. J Clin Densitom 2013;16:33-9. Gonzalo Allo M, Hawkins Carranza F, Rodríguez JC, Ramos MA, Pablos DL, Herrero EF, et al. Trabecular Bone Score, Bone Mineral Density and Bone Markers in Patients with Primary Hyperparathyroidism 2 Years After Parathyroidectomy. Horm Metab Res 2019;51(3):186-90. Rao SD. Epidemiology of parathyroid disorders. Best Pract Res Clin Endocrinol Metab 2018;32:773-80. HIPERPARATIROIDISMO SECUNDARIO Concepto El hiperparatiroidismo secundario se produce como consecuencia de una baja concentración de Ca extracelular que induce un aumento en las concentraciones de PTH, logrando normalizar la calcemia en la mayoría de los casos. Las causas que más frecuentemente inducen un hiperparatiroidismo secundario se recogen en el cuadro 238-2. Fisiopatología El hiperparatiroidismo secundario induce un aumento en la absorción de calcio a nivel intestinal y en la reabsorción del calcio filtradoa nivel renal, pero, cuando estos órganos no son capaces de restaurar la calcemia, el principal suministro de calcio será la resorción ósea, pudiendo producir osteoporosis y osteomalacia. La fisiopatología de los trastornos minerales óseos en la enfer- medad renal crónica (ERC) es compleja, multicausal y con varios aspectos pendientes de esclarecer. Las alteraciones más precoces son un aumento en el factor de crecimiento fibroblástico 23 (FGF-23) y la PTH con disminución en los niveles de 1,25(OH)2D3 y de la proteína Klotho soluble. El Ca y el P se alteran en fases más avanzadas de la ERC. Los pacientes con ERC pierden paulatinamente la capacidad TABLA 238-1 Fármaco Dosis/vía Comentario Suero salino isotónico 1-2 L/h, i.v. inicialmente y ajustar según necesidades Vigilar la función cardiopulmonar Furosemida 20-80 mg/2-4 h, i.v. Vigilar los electrólitos Calcitonina de salmón 4-8 UI/kg cada 6-12 h, s.c. Analgesia, taquifilaxia Efectividad baja Prednisona/ metilprednisolona 20 mg/6-8 h, p.o. o i.v. Elección en granulomas y en intoxicaciones por vitamina D Pamidronato 30-90 mg/infusión 4 h/1-3 semanas Fiebre, hipocalcemia, hipofosforemia Ácido zoledrónico 4-8 mg/infusión 15 min/2-4 semanas Fiebre, hipocalcemia, hipofosforemia Nitrato de galio 200 mg/m2 de superficie corporal y día; infusión 24 h/5 días Vigilar la Cr, la PO4 y análisis de sangre Mitramicina 15-25 µg/kg cada infusión; 4 h/2-4 días Tóxico hepático, renal y medular • CUADRO 238-2 Disminución de la ingesta de calcio Malabsorción de calcio Déficit de vitamina D (escasa exposición solar, antiepilépticos) Intolerancia a la lactosa Síndromes malabsortivos (enfermedad celíaca) Cirugía bariátrica Insuficiencia pancreática exocrina (alcohol, fibrosis quística) Pérdida renal de calcio Hipercalciuria idiopática Diuréticos del asa Aumento de la excreción de sodio Fallo renal Disminución de la síntesis de 1,25(OH)2D3 Hiperfosfatemia Inhibición de la resorción ósea Bisfosfonatos Denosumab Síndrome del hueso hambriento Recuperación poslactancia Entrada de calcio en los tejidos blandos Rabdomiólisis Sepsis Seudohipoparatiroidismo (defecto en la acción de la PTH) Ingesta de fosfatos inorgánicos Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org 1996 SECCIÓN XVI Endocrinología de excreción renal de P y aumentan su concentración sérica. También pierden la capacidad de sintetizar 1,25(OH)2D3 por la menor dis- ponibilidad de 1-α-hidroxilasa renal, y ambas alteraciones generan un aumento en la secreción de PTH. El déficit de 1,25(OH)2D3 disminuye la absorción intestinal de Ca y desencadena otro estímulo más para el aumento de la PTH. En la ERC existe déficit de Klotho (correceptor del receptor de FGF-23), lo que ocasiona un aumento de FGF-23. El aumento precoz de FGF-23 favorece la excreción renal de fosfatos e inhibe la 1-α-hidroxilasa renal, empeorando el déficit de 1,25(OH)2D3. El estímulo constante y el aumento en la síntesis y secreción de PTH conllevan una hiperplasia de las glándulas paratiroideas inicialmente difusa y policlonal, pero en estadios avanzados de la ERC a menudo evoluciona hacia un crecimiento nodular, monoclonal o multiclonal. Se denomina hiperparatiroidismo terciario a la situación de hiper- calcemia causada por hipersecreción de PTH que ocurre después de un prolongado tiempo de hiperparatiroidismo secundario y en la que existe hiperplasia de una o más glándulas paratiroides. Cuadro clínico La clínica del hiperparatiroidismo secundario se caracteriza por ser asintomática en etapas iniciales, y en su evolución pueden aparecen síntomas esqueléticos, como dolores óseos, deformaciones óseas, fractu- ras y, en caso de ERC, se pueden presentar síntomas extraesqueléticos, como calcificaciones ectópicas, miopatía proximal y prurito. El hiperparatiroidismo secundario en la ERC genera alteraciones precoces en el remodelado, la mineralización, el volumen y el creci- miento óseo, que en su conjunto se denominan osteodistrofia renal. Se clasifican según el grado de remodelado óseo y mineralización en las formas leves, la osteítis fibrosa, la osteomalacia, la adinámica y la mixta. Las formas leves, la osteítis fibrosa y la mixta se caracterizan por un aumento en el remodelado óseo, con mineralización normal en las formas leves y la osteítis fibrosa, mientras que las mixtas tienen alteración en la mineralización. La osteomalacia y la forma adinámica se caracterizan por disminución en el remodelado con alteración en la mineralización en la osteomalacia y disminución de la celularidad en la forma adinámica. La osteodistrofia renal está presente en la mayoría de los pacientes con ERC, pero pocos pacientes presentarán síntomas antes del inicio de la terapia de reem- plazo renal, por lo cual es muy importante un control temprano para evitar las formas graves. Los síntomas extraesqueléticos más importantes son los depósitos extraóseos de cristales de hidroxiapatita en las partes blandas y de diversos órganos y de estructuras vasculares, que generan una osifica- ción vascular en pequeños vasos. El hiperparatiroidismo secundario es un factor de riesgo para la calcifilaxis, un trastorno infrecuente, que se presenta con isquemia y necrosis, y se caracteriza histológicamente por calcificación de las arteriolas de la dermis y tejido adiposo sub- cutáneo. En algunos pacientes, las calcificaciones vasculares afectan a las extremidades, y se puede producir necrosis cutánea progresiva que involucra los glúteos y los miembros inferiores, y gangrena. La calcificación de las arterias coronarias puede dar lugar a isquemia cardíaca, principal causa de mortalidad en el paciente con ERC. La calcificación arterial es un fuerte predictor de mortalidad general y mortalidad cardiovascular en pacientes con ERC. El prurito urémico suele presentarse en etapas avanzadas de la ERC y asociarse a sín- drome de ojo rojo por depósito de Ca en la conjuntiva, así como a calcificación cutánea y seudogota. Diagnóstico La evaluación de la función renal, los niveles séricos de 25(OH)D3, la calcemia, la fosforemia, la magnesemia y la calciuria de 24 h es fundamental para realizar un diagnóstico diferencial con el hiperpara- tiroidismo primario y secundario (v. cuadro 238-2). El incremento de la concentración de PTH en la ERC en general se observa cuando el FG es inferior a 60 mL/min/1,73 m2, y la hiperfos- foremia cuando el FG cae por debajo de 30 mL/min/1,73 m2. Los niveles de PTH en la ERC se consideran un buen marcador de la enfermedad ósea subyacente. Niveles de PTH elevados más de 5 veces su valor máximo de normalidad son indicativos de enfermedad ósea de alto remodelado (osteítis fibrosa o mixta), y niveles de PTH normales o levemente aumentados están asociados a bajo remodelado óseo (enfermedad ósea adinámica u osteomalacia). Es importante en la osteodistrofia renal el diagnóstico de las formas adinámicas, porque en estas formas está contraindicado el tratamiento con bisfosfonatos; para poder realizar este diagnóstico diferencial en ocasiones es necesaria la biopsia ósea. En las formas graves, las lesiones óseas visualizadas son similares a las descritas en el hiperparatiroidismo primario. Tratamiento Hay que corregir la alteración primaria que ocasionó la hipocalcemia (v. cuadro 238-2). El déficit de calcio se corrige con la ingesta de calcio elemental de al menos 1.200 mg/día, el déficit de vitamina D con la administración exógena de ergocalciferol o colecalciferol en dosis de al menos 10.000 UI/semana, la hipercalciuria idiopática con diuréticos tiazídicos y los síndromes malabsortivos con la corrección del trastorno que los produce. En los pacientes con ERC con niveles de PTH intacta en aumento progresivoo persistentemente por encima del límite superior de lo normal es necesaria en primera instancia la corrección de factores potencialmente modificables, como disminuir la ingesta de fosfatos, aumentar la ingesta de Ca y corregir el déficit de vitamina D. La hipocalcemia en general se subsana con la corrección del déficit de vitamina D y el tratamiento de la hiperfosfatemia; se pueden utilizar suplementos de Ca, pero vigilando no producir hipercalcemia y riesgo de calcificación arterial y enfermedad cardiovascular. El tratamiento de la hiperfosfatemia incluye la restricción de fósforo en la dieta, el uso de quelantes de fósforo, una diálisis eficiente para remover el fosfato y el control del hiperparatiroidismo grave para evitar una mayor movilización de fósforo desde el hueso. El déficit de vitamina D es importante corregirlo, porque en pacientes con ERC se asocia con aumento en la mortalidad. Las guías KDIGO sugieren que la vitamina D activa (calcitriol) y los análogos de la vitamina D (paricalcitol, doxercalciferol, alfacalcidol, falecalcitriol o 22-oxacalcitriol) deben utilizarse para disminuir los niveles de PTH en pacientes con ERC con FG entre 30 y 15 mL/ min/1,73m2 que presenten acusado y progresivo hiperparatiroidismo a pesar del tratamiento de los factores modificables. El calcitriol y los análogos de la vitamina D están asociados a un incremento en el riesgo de hipercalcemia e hiperfosforemia, pero este riesgo es menor con los análogos de la vitamina D. Debido a este riesgo, estos fármacos no deberían utilizarse en caso de hiperfosforemia y/o calcemia ≥ 9,5 mg/dL. Cuando no se logran los objetivos terapéuticos con los fármacos descritos, se pueden utilizar los calcimiméticos. El cinacalcet es efectivo en disminuir los niveles de PTH, así como los de FGF-23. Reciente- mente se ha aprobado la etelcalcetida, un calcimimético intravenoso para el tratamiento del hiperparatiroidismo secundario en los pacientes en diálisis. Cuando el hiperparatiroidismo secundario es agudo con PTH > 800-1.000 pg/mL y es refractario al tratamiento médico, estaría indicada la paratiroidectomía subtotal o total con autotrasplante de tejido paratiroideo. BIBLIOGRAFÍA ESPECIAL Drueke TB, Massy ZA. Changing bone patterns with progression of chronic kidney disease. Kidney Int 2016;89(2):289-302. Graciolli FG, Neves KR, Barreto F, Barreto DV, Dos Reis LM, Canziani ME, et al. The complexity of chronic kidney disease-mineral and bone disorder across stages of chronic kidney disease. Kidney Int 2017;91(6):1436-46. Hanudel M, Moe S, Salusky I. Pathophysiology and Treatment of Chronic Kidney Disease–Mineral and Bone Disorder. En: Bilezikian JP, ed. Primer on the Metabolic Bone Diseases and Disorders of Mineral Metabolism, 9.ª ed. Hoboken, New Jersey: John Wiley & Sons, Inc.; 2019. p. 695-702. Ketteler M, Block GA, Evenepoel P, Fukagawa M, Herzog CA, McCann L, et al. Executive summary of the 2017 KDIGO Chronic Kidney Disease-Mineral and Bone Disorder (CKD-MBD) Guideline Update: what’s changed and why it matters. Kidney Int 2017;92:26. Komaba H, Kakuta T, Fukagawa M. Management of secondary hyperparathy- roidism: how and why? Clin Exp Nephrol 2017;21(Suppl 1):37-45. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org S E C C IÓ N X V I CAPÍTULO 238 Enfermedades de las glándulas paratiroides © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. 1997 HIPOPARATIROIDISMO Concepto Se caracteriza por hipocalcemia, hiperfosfatemia y una elevada excreción fraccionada de calcio en la orina, debido a la ausencia de hormona paratiroidea (PTH) circulante o a niveles inapropiadamente bajos de esta. Este defecto refleja una incapacidad de las glándulas paratiroideas para sintetizar o secretar suficiente PTH. En raras ocasiones, el defecto se produce por una alteración en la señaliza- ción a nivel del receptor PTH/PTHrP o en las vías de señalización intracelular posreceptor. El hipoparatiroidismo es una enfermedad rara, que puede presentarse como una enfermedad endocrinológica aislada o como un componente de síndromes complejos que afectan al desarrollo, el metabolismo y otros órganos endocrinos. Se estima una prevalencia de esta enfermedad entre 10,1 y 40 casos por cada 100.000 habitantes. Etiopatogenia Sus causas pueden clasificarse en: 1) anomalías en el desarrollo de las glándulas paratiroides asociadas o no a otras malformaciones; 2) des- trucción o infiltración de las paratiroides; 3) alteración en la síntesis o secreción de PTH, y 4) resistencia a la acción de la PTH en los tejidos periféricos (cuadro 238-3). La disminución de la PTH produce hipocalcemia por disminu- ción de la absorción intestinal de Ca, de la reabsorción ósea y de la reabsorción tubular de Ca. También disminuyen la producción de AMPc nefrogénico y la excreción urinaria de P, por lo que se produce hiperfosforemia, y la síntesis de 1,25(OH)2D3 es defectuosa. Cuadro clínico Los signos y síntomas derivados de la hipocalcemia constituyen las manifestaciones principales del hipoparatiroidismo. La hipocalcemia provoca hiperexcitabilidad neuromuscular, lo que se conoce con el nombre de tetania. La tetania es un estado de contracción muscular tónica, que puede ser clínica o latente. La mayoría de los pacientes refieren parestesias y calambres. Es típico el espasmo carpopedal, en el que se produce una aducción del pulgar, seguida de la flexión de las articulaciones metacarpofalángicas, la extensión de las interfalángicas y la flexión de la muñeca en una postura típica, llamada «mano de comadrona». La tetania puede afectar a otros grupos musculares, como la musculatura laríngea, produciendo laringoespasmo, que puede ser potencialmente mortal. La tetania latente implica un grado menor de excitabilidad neuromuscular y se pone de manifiesto con los signos de Chvostek y Trousseau. En el signo de Chvostek, al percutir sobre el nervio facial a la altura del arco cigomático, se produce una contracción de la musculatura facial ipsilateral. El signo de Trousseau se obtiene con ayuda de un manguito de presión arterial, elevándolo hasta 20 mm Hg por encima de la presión arterial sistólica durante 3 min. La aparición de espasmo carpopedal se considera una respuesta positiva. El signo de Trousseau es más específico que el de Chvostek, pero entre el 1% y el 4% de los individuos normales lo presentan. Si la hipocalcemia se desarrolla de forma aguda, puede producir crisis convulsivas, broncoes- pasmo, laringoespasmo y taquicardia. Pueden existir papiledema y alteraciones del ritmo cardíaco. En la hipocalcemia crónica predominan las alteraciones dentales y ectodérmicas, las cataratas, la calcificación de los ganglios basales y la sintomatología extrapiramidal. Otras manifes- taciones en el SNC de la hipocalcemia incluyen pseudotumor cerebri, papiledema, confusión, lasitud, depresión, síndrome orgánico cerebral y coma. Hasta un 20% de los niños con hipocalcemia crónica desarro- llan discapacidad intelectual. La calcificación de los ganglios basales es típica del hipoparati- roidismo idiopático y del seudohipoparatiroidismo. Puede producir parkinsonismo o coreoatetosis, aunque con mayor frecuencia es asin- tomática y se detecta casualmente en una TC o una RM (síndrome de Fahr). Otras manifestaciones de la hipocalcemia incluyen alteraciones asintomáticas del ECG, como alargamiento del intervalo QT y del segmento ST. La hipocalcemia reduce la actividad inotrópica y puede provocar insuficiencia cardíaca congestiva refractaria al tratamiento habitual. Pueden aparecer arritmias y bloqueos car- díacos reversibles. En el hipoparatiroidismo crónico son frecuentes las cataratas subcapsulares, y su densidad serelaciona con la duración de la hipo- calcemia. Las uñas y el pelo de estos pacientes son ásperos y que- bradizos, y el pelo de la ceja es escaso. La piel es seca y frágil. En el hipoparatiroidismo idiopático puede existir candidiasis, generalmente como componente del síndrome pluriglandular autoinmunitario de tipo 1. También pueden existir antecedentes de retraso en la erupción dentaria, hipoplasia dentaria, dentina irregular y tendencia a las caries. El engrosamiento de la lámina dura dentaria es frecuente. Formas genéticas de hipoparatiroidismo Hipoplasia/aplasia aislada de las paratiroides Se manifiesta en el período neonatal. La causa más frecuente de hipo- paratiroidismo aislado es la mutación inactivadora del gen GCM2 (antes gen GCMB) en el cromosoma 6p23-24, de herencia autosómica recesiva. Otra forma de aplasia de las paratiroides con herencia ligada al X se asocia con mutaciones en la región Xq26-27, que afectan a SOX-3; ambos son factores esenciales para el desarrollo de las paratiroides. El síndrome de DiGeorge (SDG) incluye una constelación de anoma- lías del desarrollo bien caracterizadas, pero muy variables, que puede incluir la displasia de las paratiroides. Los rasgos típicos incluyen aplasia • CUADRO 238-3 Anomalías en el desarrollo Aplasia aislada de paratiroides Síndrome de DiGeorge DiGeorge de tipo 1 DiGeorge de tipo 2 Síndrome CHARGE Síndrome de Barakat Síndrome de Sanjat-Sakati Síndrome de Kenny-Caffey de tipo 1 y de tipo 2 Neuromiopatías mitocondriales Síndrome de Kearns-Sayre Síndrome de Pearson MELAS Deficiencia de deshidrogenasa del hidroxiacil-CoA de cadena larga Destrucción de las glándulas paratiroides Intervención quirúrgica Autoinmunitaria Síndrome poliglandular autoinmunitario de tipo 1 Radioterapia Por infiltración: neoplasia, granulomas, hierro, cobre Alteración en la producción o secreción de PTH Primaria Mutaciones activadoras del gen de CaSR Hipocalcemia autosómica dominante de tipo 1 Hipocalcemia autosómica dominante de tipo 2 Hipomagnesemia familiar Mutaciones del gen de pre-pro-PTH Secundaria Anticuerpos activadores de CaSR Hiperparatiroidismo materno Hipomagnesemia Resistencia periférica a la PTH Trastornos inactivadores de la señalización PTH/PTHrP Hipomagnesemia Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org 1998 SECCIÓN XVI Endocrinología tímica con afectación de la inmunidad mediada por linfocitos T y alteraciones cardíacas conotroncales. Los pacientes afectados presentan facies dismórfica con micrognatia, ojos rasgados, orejas de implantación baja, hipertelorismo, paladar hendido y labio leporino. Pueden asociar dificultades en la alimentación, retraso del crecimiento y alteración cognitiva. El hipoparatiroidismo se encuentra en el 20%-50% de los pacientes con SDG, con una forma de presentación variable, que va desde hipocalcemia aguda con crisis convulsivas en el período neona- tal hasta formas asintomáticas que se descubren en la edad adulta, y pueden producir síntomas sólo en períodos de estrés (p. ej., cirugía o enfermedad grave). El 90% de los pacientes con SDG tienen micro- deleciones que afectan al cromosoma 22q11.21-23 (SDG de tipo I). Deleciones de la misma región que el SDG I (22q11) se encuentran en otros síndromes del desarrollo (síndrome velocardiofacial, síndrome de Shprintzen) y comparten manifestaciones clínicas con el SDG. También existe solapamiento clínico del SDG con el denominado síndrome CHARGE (coloboma, defectos cardíacos, atresia de coanas, retraso del crecimiento y desarrollo, hipoplasia genital y alteraciones en el oído o sordera). En este último, el hipoparatiroidismo neonatal es más frecuente (72%) y se produce la mayoría de las veces por mutaciones inactivadoras en el gen CHD7 (cromosoma 8q12.2). Existe otro síndrome de hipoparatiroidismo asociado a sordera neurosensorial y displasia renal (HDR o síndrome de Barakat) con microdeleciones del cromosoma 10p14-15, en el gen GATA3. Se ha descrito también un síndrome con hipoparatiroidismo congénito en el síndrome de Sanjat-Sakati y en el síndrome de Kenny-Caffey, y en neuromiopatías mitocondriales (síndrome de Pearson, de Kearns-Sayre y MELAS). Defectos en la síntesis o secreción de PTH Pueden producirse formas congénitas de hipoparatiroidismo ais- lado por mutaciones en el gen que codifica la PTH (cromosoma 11p15.3-p15.1). El gen de PTH contiene tres exones que codifican una pre-pro-PTH de 115 aminoácidos. La mayoría de las mutaciones descritas afectan al péptido señal de la pre-pro-PTH, lo que impide su escisión normal a pro-PTH, y pueden heredarse con carácter auto- sómico dominante o recesivo. Se ha descrito un caso de mutación que afecta a la molécula bioactiva de PTH(1-84) e impide la activación del receptor de PTH/PTHrP. En la hipocalcemia autosómica dominante de tipo 1 (ADH1) se producen mutaciones activadoras en el gen del receptor-sensor de calcio (CaSR) situado en el cromosoma 3q13.3-q21.1 que aumentan la sensibilidad de este a las concentraciones de calcio ionizado extracelular. Los pacientes presentan hipocalcemia, hiperfosforemia, niveles bajos de magnesio y niveles bajos de PTH. En la hipocalcemia autosómica dominante de tipo 2 (ADH2) también existe un aumento en la sensi- bilidad de las células paratiroideas al calcio ionizado, pero el trastorno responsable afecta a la subunidad de la proteína G (G11), ya que se produce una mutación activadora del gen GNA11 que codifica dicha proteína. G11 acopla la activación de CaSR con vías de activación intracelular en la célula paratiroidea. En la hipomagnesemia familiar con hipocalcemia secundaria existen mutaciones inactivadoras del gen del transportador TRPM6 que afectan al transporte activo transcelular de magnesio (Mg+2) a nivel renal e intestinal. Los niños portadores de esta mutación tienen hipomag- nesemia aguda con convulsiones y también presentan supresión de la PTH con hipocalcemia. Destrucción de las glándulas paratiroides La destrucción autoinmune de las glándulas paratiroides ocurre en asociación con otras poliendocrinopatías autoinmunes en el seno del síndrome pluriglandular autoinmune de tipo 1 (APS-1), o sín- drome APECED (poliendocrinopatía autoinmune, candidiasis y dis- trofia ectodérmica). La tríada típica incluye candidiasis mucocutánea, hipoparatiroidismo e insuficiencia suprarrenal. Se hereda con mayor frecuencia con carácter autosómico recesivo, y se debe a diferentes mutaciones en el gen AIRE (autoinmune regulador) situado en el cromosoma 21q22.3. El gen AIRE expresa proteínas implicadas en la prevención de trastornos autoinmunes. Estos síndromes autoinmuni- tarios se estudian en el capítulo 244, Síndromes pluriglandulares de naturaleza autoinmunitaria. Formas adquiridas de hipoparatiroidismo La forma más frecuente en el adulto es la posquirúrgica (75%), tras una tiroidectomía total, una disección radical del cuello o intervenciones repetidas por hiperparatiroidismo primario. El cuadro puede ser transi- torio o permanente por ablación o isquemia de las paratiroides. El hipo- paratiroidismo transitorio se presenta en el postoperatorio inmediato y se recupera de forma espontánea en varias semanas o meses. Durante este período, la determinación del Ca sérico permite monitorizar el tratamiento con Ca oral y/o vitamina D en dosis bajas. Si el hipopara- tiroidismo persiste más de 6 meses, se considera permanente. Se estima que el 7,6% de las cirugías de cuello provocan un hipoparatiroidismo (75%, transitorio; 25%, permanente). La incidencia de hipoparatiroi- dismo permanente depende del tipo y la extensión de la cirugía, de la técnica empleada y de la experiencia quirúrgica. Se han señalado otros factores de riesgo, como la enfermedad de base (p. ej., riesgomayor en pacientes con enfermedad de Graves o antecedentes de cirugía bariátrica previa) y la edad del paciente (mayor riesgo en la población pediátrica). El hipoparatiroidismo autoinmunitario es la segunda causa más frecuente después del hipoparatiroidismo posquirúrgico y puede presen- tarse aisladamente o como parte del síndrome APS-1. En un porcentaje variable se encuentran anticuerpos antiparatiroides (dirigidos contra antígenos mitocondriales o del endomisio), y más específicamente anticuerpos anti-CaSR. Estos autoanticuerpos tienen función activadora del CaSR, lo que suprime la secreción de PTH y produce hipopa- ratiroidismo. Se han descrito otros hipoparatiroidismos adquiridos, como los secundarios a la administración de 131I para el tratamiento de enfermedades tiroideas. El hipoparatiroidismo asociado a la radioterapia extensa del cuello y el mediastino es excepcional. Los quimioterápicos del tipo de la asparaginasa pueden producir necrosis paratiroidea, y la ingesta de grandes cantidades de alcohol, hipoparatiroidismo transitorio. Se han comunicado casos por infiltración de las paratiroides por hie- rro (hemocromatosis o talasemia por transfusiones frecuentes) y en otras enfermedades por depósito de cobre (enfermedad de Wilson), enfermedades granulomatosas e infección por el HIV que suelen ser asintomáticos. Las metástasis de carcinomas no son infrecuentes (6%- 10%), si bien es excepcional que causen hipoparatiroidismo. El déficit crónico y grave de magnesio puede producir hipoparatiroidismo funcio- nal. Causas frecuentes de hipomagnesemia son malabsorción intestinal, síndrome del intestino corto, vómitos y diarrea cuantiosos o esteatorrea. Algunos fármacos (furosemida, anfotericina B, cisplatino, tacrolimus, ciclosporina A, cetuximab) producen hipomagnesemia por pérdidas renales. Hipomagnesemias inferiores a 1 mEq/L producen hipocal- cemia sintomática. Concentraciones séricas de magnesio inferiores a 1,5 mEq/L sugieren depleción de este ion. La existencia de hipocalcemia refractaria al tratamiento habitual con Ca y vitamina D, en presencia de concentraciones de magnesio sérico normales, debe hacer sospechar déficit intracelular de magnesio. El uso prolongado de inhibidores de la bomba de protones puede producir hipomagnesemia, y de forma secundaria, hipoparatiroidismo con hipocalcemia. La hipermagnesemia también puede producir hipoparatiroidis- mo funcional. El Mg+2 activa el CaSR, inhibiendo la formación de AMPc con inhibición de la liberación de PTH. Causas frecuentes de hipermagnesemia son la insuficiencia renal, por disminución de la excreción urinaria de Mg+2, la ingesta excesiva (antiácidos, laxantes) o la administración parenteral. Por último, el hipoparatiroidismo puede etiquetarse como idiopático si se han descartado fehacientemente todas las posibles causas señaladas con anterioridad. SEUDOHIPOPARATIROIDISMO. TRASTORNOS INACTIVADORES DE LA SEÑALIZACIÓN PTH/PTHRP Concepto El seudohipoparatiroidismo (PHP) comprende un grupo de manifes- taciones clínicas y endocrinológicas raras, cuya característica central es la resistencia a la PTH en sus órganos diana (riñón y hueso), y se manifiesta por hipocalcemia, hiperfosfatemia y aumento de la PTH Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org 1998 SECCIÓN XVI Endocrinología tímica con afectación de la inmunidad mediada por linfocitos T y alteraciones cardíacas conotroncales. Los pacientes afectados presentan facies dismórfica con micrognatia, ojos rasgados, orejas de implantación baja, hipertelorismo, paladar hendido y labio leporino. Pueden asociar dificultades en la alimentación, retraso del crecimiento y alteración cognitiva. El hipoparatiroidismo se encuentra en el 20%-50% de los pacientes con SDG, con una forma de presentación variable, que va desde hipocalcemia aguda con crisis convulsivas en el período neona- tal hasta formas asintomáticas que se descubren en la edad adulta, y pueden producir síntomas sólo en períodos de estrés (p. ej., cirugía o enfermedad grave). El 90% de los pacientes con SDG tienen micro- deleciones que afectan al cromosoma 22q11.21-23 (SDG de tipo I). Deleciones de la misma región que el SDG I (22q11) se encuentran en otros síndromes del desarrollo (síndrome velocardiofacial, síndrome de Shprintzen) y comparten manifestaciones clínicas con el SDG. También existe solapamiento clínico del SDG con el denominado síndrome CHARGE (coloboma, defectos cardíacos, atresia de coanas, retraso del crecimiento y desarrollo, hipoplasia genital y alteraciones en el oído o sordera). En este último, el hipoparatiroidismo neonatal es más frecuente (72%) y se produce la mayoría de las veces por mutaciones inactivadoras en el gen CHD7 (cromosoma 8q12.2). Existe otro síndrome de hipoparatiroidismo asociado a sordera neurosensorial y displasia renal (HDR o síndrome de Barakat) con microdeleciones del cromosoma 10p14-15, en el gen GATA3. Se ha descrito también un síndrome con hipoparatiroidismo congénito en el síndrome de Sanjat-Sakati y en el síndrome de Kenny-Caffey, y en neuromiopatías mitocondriales (síndrome de Pearson, de Kearns-Sayre y MELAS). Defectos en la síntesis o secreción de PTH Pueden producirse formas congénitas de hipoparatiroidismo ais- lado por mutaciones en el gen que codifica la PTH (cromosoma 11p15.3-p15.1). El gen de PTH contiene tres exones que codifican una pre-pro-PTH de 115 aminoácidos. La mayoría de las mutaciones descritas afectan al péptido señal de la pre-pro-PTH, lo que impide su escisión normal a pro-PTH, y pueden heredarse con carácter auto- sómico dominante o recesivo. Se ha descrito un caso de mutación que afecta a la molécula bioactiva de PTH(1-84) e impide la activación del receptor de PTH/PTHrP. En la hipocalcemia autosómica dominante de tipo 1 (ADH1) se producen mutaciones activadoras en el gen del receptor-sensor de calcio (CaSR) situado en el cromosoma 3q13.3-q21.1 que aumentan la sensibilidad de este a las concentraciones de calcio ionizado extracelular. Los pacientes presentan hipocalcemia, hiperfosforemia, niveles bajos de magnesio y niveles bajos de PTH. En la hipocalcemia autosómica dominante de tipo 2 (ADH2) también existe un aumento en la sensi- bilidad de las células paratiroideas al calcio ionizado, pero el trastorno responsable afecta a la subunidad de la proteína G (G11), ya que se produce una mutación activadora del gen GNA11 que codifica dicha proteína. G11 acopla la activación de CaSR con vías de activación intracelular en la célula paratiroidea. En la hipomagnesemia familiar con hipocalcemia secundaria existen mutaciones inactivadoras del gen del transportador TRPM6 que afectan al transporte activo transcelular de magnesio (Mg+2) a nivel renal e intestinal. Los niños portadores de esta mutación tienen hipomag- nesemia aguda con convulsiones y también presentan supresión de la PTH con hipocalcemia. Destrucción de las glándulas paratiroides La destrucción autoinmune de las glándulas paratiroides ocurre en asociación con otras poliendocrinopatías autoinmunes en el seno del síndrome pluriglandular autoinmune de tipo 1 (APS-1), o sín- drome APECED (poliendocrinopatía autoinmune, candidiasis y dis- trofia ectodérmica). La tríada típica incluye candidiasis mucocutánea, hipoparatiroidismo e insuficiencia suprarrenal. Se hereda con mayor frecuencia con carácter autosómico recesivo, y se debe a diferentes mutaciones en el gen AIRE (autoinmune regulador) situado en el cromosoma 21q22.3. El gen AIRE expresa proteínas implicadas en la prevención de trastornos autoinmunes. Estos síndromes autoinmuni- tarios se estudian en el capítulo 244, Síndromes pluriglandulares de naturaleza autoinmunitaria. Formas adquiridas de hipoparatiroidismo Laforma más frecuente en el adulto es la posquirúrgica (75%), tras una tiroidectomía total, una disección radical del cuello o intervenciones repetidas por hiperparatiroidismo primario. El cuadro puede ser transi- torio o permanente por ablación o isquemia de las paratiroides. El hipo- paratiroidismo transitorio se presenta en el postoperatorio inmediato y se recupera de forma espontánea en varias semanas o meses. Durante este período, la determinación del Ca sérico permite monitorizar el tratamiento con Ca oral y/o vitamina D en dosis bajas. Si el hipopara- tiroidismo persiste más de 6 meses, se considera permanente. Se estima que el 7,6% de las cirugías de cuello provocan un hipoparatiroidismo (75%, transitorio; 25%, permanente). La incidencia de hipoparatiroi- dismo permanente depende del tipo y la extensión de la cirugía, de la técnica empleada y de la experiencia quirúrgica. Se han señalado otros factores de riesgo, como la enfermedad de base (p. ej., riesgo mayor en pacientes con enfermedad de Graves o antecedentes de cirugía bariátrica previa) y la edad del paciente (mayor riesgo en la población pediátrica). El hipoparatiroidismo autoinmunitario es la segunda causa más frecuente después del hipoparatiroidismo posquirúrgico y puede presen- tarse aisladamente o como parte del síndrome APS-1. En un porcentaje variable se encuentran anticuerpos antiparatiroides (dirigidos contra antígenos mitocondriales o del endomisio), y más específicamente anticuerpos anti-CaSR. Estos autoanticuerpos tienen función activadora del CaSR, lo que suprime la secreción de PTH y produce hipopa- ratiroidismo. Se han descrito otros hipoparatiroidismos adquiridos, como los secundarios a la administración de 131I para el tratamiento de enfermedades tiroideas. El hipoparatiroidismo asociado a la radioterapia extensa del cuello y el mediastino es excepcional. Los quimioterápicos del tipo de la asparaginasa pueden producir necrosis paratiroidea, y la ingesta de grandes cantidades de alcohol, hipoparatiroidismo transitorio. Se han comunicado casos por infiltración de las paratiroides por hie- rro (hemocromatosis o talasemia por transfusiones frecuentes) y en otras enfermedades por depósito de cobre (enfermedad de Wilson), enfermedades granulomatosas e infección por el HIV que suelen ser asintomáticos. Las metástasis de carcinomas no son infrecuentes (6%- 10%), si bien es excepcional que causen hipoparatiroidismo. El déficit crónico y grave de magnesio puede producir hipoparatiroidismo funcio- nal. Causas frecuentes de hipomagnesemia son malabsorción intestinal, síndrome del intestino corto, vómitos y diarrea cuantiosos o esteatorrea. Algunos fármacos (furosemida, anfotericina B, cisplatino, tacrolimus, ciclosporina A, cetuximab) producen hipomagnesemia por pérdidas renales. Hipomagnesemias inferiores a 1 mEq/L producen hipocal- cemia sintomática. Concentraciones séricas de magnesio inferiores a 1,5 mEq/L sugieren depleción de este ion. La existencia de hipocalcemia refractaria al tratamiento habitual con Ca y vitamina D, en presencia de concentraciones de magnesio sérico normales, debe hacer sospechar déficit intracelular de magnesio. El uso prolongado de inhibidores de la bomba de protones puede producir hipomagnesemia, y de forma secundaria, hipoparatiroidismo con hipocalcemia. La hipermagnesemia también puede producir hipoparatiroidis- mo funcional. El Mg+2 activa el CaSR, inhibiendo la formación de AMPc con inhibición de la liberación de PTH. Causas frecuentes de hipermagnesemia son la insuficiencia renal, por disminución de la excreción urinaria de Mg+2, la ingesta excesiva (antiácidos, laxantes) o la administración parenteral. Por último, el hipoparatiroidismo puede etiquetarse como idiopático si se han descartado fehacientemente todas las posibles causas señaladas con anterioridad. SEUDOHIPOPARATIROIDISMO. TRASTORNOS INACTIVADORES DE LA SEÑALIZACIÓN PTH/PTHRP Concepto El seudohipoparatiroidismo (PHP) comprende un grupo de manifes- taciones clínicas y endocrinológicas raras, cuya característica central es la resistencia a la PTH en sus órganos diana (riñón y hueso), y se manifiesta por hipocalcemia, hiperfosfatemia y aumento de la PTH Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org S E C C IÓ N X V I CAPÍTULO 238 Enfermedades de las glándulas paratiroides © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. 1999 sérica. Como en otras formas de hipoparatiroidismo, la hiperfosfatemia puede aumentar el producto calcio-fósforo e inducir calcificaciones ectópicas (p. ej., en los ganglios basales). Patogenia En condiciones normales, la PTH se une a su receptor heptahelicoidal PTH/PTHrP (PTHR1), lo que provoca la disociación de la subunidad α (Gsα, codificada por el gen GNAS) de las otras subunidades βγ de la proteína heterotrimérica estimuladora G. La liberación de Gsα conlleva la activación de la adenilciclasa y la síntesis de AMPc intracelular, que a su vez activa la proteína cinasa A (PKA), lo que genera una cascada de eventos que afectan al crecimiento y la diferenciación celular, la transcripción génica y la expresión de proteínas. La resistencia renal a la PTH produce una disminución en la síntesis de 1,25(OH)2D3 y reduce la expresión en el túbulo renal de los transportadores de fósforo dependientes de sodio, lo que provoca hipocalcemia, hiperfosfatemia y aumento de la PTH sérica. La función renal y los niveles de magnesio y 25(OH)D3 son normales. La resistencia a la PTH puede producirse por alteración en la generación de AMPc, degradación acelerada de AMPc o activación defectuosa de la PKA mediada por AMPc. La mayoría de las causas identificadas de resistencia a la PTH se deben a defectos en la proteína Gsα más que a defectos propios en el receptor PTHR1. Esta alteración de la señalización posreceptor puede afectar con frecuencia a múltiples hormonas cuyos receptores específicos están también acoplados a proteína G, como es el caso de la TSH, la GHRH, las gonadotropinas y las catecolaminas. Aunque el defecto genético que afecta a la Gsα está presente en todas las células, la resistencia hormonal puede variar con la edad y afectar de distinta forma a unos tejidos y otros. Clasificación La clasificación clásica del PHP tiene en cuenta la presencia de rasgos clínicos de osteodistrofia hereditaria de Albright, OHA (talla baja, obesidad, braquidactilia, osificación heterotópica) con o sin resis- tencias hormonales múltiples (PTH, TSH, gonadotropinas, GHRH), la actividad de Gsα normal o disminuida en cultivos celulares in vitro y la respuesta del AMPc a la infusión exógena de PTH. Sin embargo, esta clasificación ha quedado anticuada, ya que no tiene en cuenta las distintas alteraciones genéticas y epigenéticas descubiertas en el gen GNAS y otros genes implicados en la vía PTHR1/Gsα/AMPc en los últimos 25 años. En 2016, el EuroPHP Network propuso una nueva clasificación que aglutina todas estas enfermedades bajo el término «trastorno inactivador de la señalización PTH/PTHrP» (iPPSD). Los criterios mayores para el diagnóstico de iPPSD son la resistencia a la PTH, las osificaciones subcutáneas y la braquidactilia de tipo E; la mutación genética responsable en cada caso se incorpora como un número, de forma que los pacientes son asignados a una única entidad genéticamente definida (tabla 238-2). Esta clasificación tiene la ventaja de incluir otras entidades que se consideran variantes de OHA, que también están provocadas por mutaciones en la vía PTH1R/ Gsα/AMPc, como la heteroplasia osificante progresiva (HOP) o la acrodisostosis. Diagnóstico El hallazgo típico del hipoparatiroidismo es la hipocalcemia con concentraciones bajas de PTH
Compartir