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Revista Investigacion Y Ciencia - Temas 44 - Hominidos

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EI mas antiguo 
de los hominidos 
La aparicion de nuevos fosiles nos ace rca hasta el umbral 
del origen dellinaje humano 
4 
Kate Wong 
E
n su despacho de la Universidad de Poi tiers, Michel Brunet extrae un 
f6si l fragmentado, de color marron, de la maleta de seguridad forrada 
de espuma y, cuidadosamente, 10 coloca en la mesa frente a mi. Tiene 
aproximadamente el tamano de un coco, con el morro pequeno y unos 
gruesos rebordes oseos por encima de las cuencas de los ojos. Ante 
una mirada inexperta la cara parecerfa a la vez extran a y de lIna familiaridad 
indescriptible. Para Brunet, es el sembI ante del antepasado que lleva buscan-
do desde hace 26 anos; se trata, propone, del homfnido mas antiguo. 
Cuando en julio anunciaron su hallazgo Brunet y su equipo causaron un 
enorme revuelo en el campo de la paleoantropologia. Descubierto en los de-
positos erosionados par tormentas de arena, en el desierto de Djurab al norte 
de Chad, este cnineo extraordinario y bastante completo ha recibido el nom-
bre tecnico de Sahelanthroplls tchadensis (y apodado Touma"i, que significa 
"esperanza de vida" en goran, la lengua local). Con sus cerca de siete millo-
nes de anos, puede representar el antepasado humano mas antigllo del regis-
tro fosil, "tocar con su dedo" el punta evolutivo en el que se separaron nues-
tra linea evolutiva y la del chimpance. [En mayo de 2006, David Reich, de la 
Escuela de Medicina de Harvard , y su equipo dellnstituto Broad de Harvard 
y dellnstituto de Tecnologia de Massachusetts publicaban en Nature que, se-
gun los datos geneticos, la separacion entre los homfnidos y los predecesores 
de los chimpances se produjo hace no mas 6.300.000 anos y con mayor pro-
babilidad hace menos de 5.400.000, en vez de hace siete. Pese a sus caracte-
risticas hominidas, Touma"i no serfa, segun eso, un homfnido. Para despejar 
esta contradiccion entre los datos paleontologicos y los geneticos, el equipo 
de Reich supone que, tras una primera separaci6n entre homfnidos y chim-
pances, hubo a 10 largo de un tiempo hibridaciones entre ambos grupos.] 
Hace men os de un siglo, los antepasados humanos africanos y simi lares 
a los simfos solo existfan en las mentes de algunos cientfficos perspicaces. 
Charles Darwin predijo en 1871 que los antepasados originarios del hom-
bre se encontrarfan en Africa, don de viven todavfa hoy nuestros parientes el 
chimpance y el gorila. Pero las pruebas que respaldarfan esta hip6tesis tar-
darfan mas de cincuenta an os en llegar, cuando Raymond Dart, anatomista 
de la Universidad de Witwatersrand, describi o un craneo fosil procedente de 
Taung (SudMrica) y 10 atribuyo a una especie humana extinguida, Australo-
pilhecus africanus, literalmente "el simio austral de Africa". Su afirmaci6n 
fue recibida par algunos can frfo escepticismo y par otros can rechazo abso-
luto (segun las crfticas los restos pertenecfan a un gorila juvenil). EI descu-
brimiento de otra especie sudafricana, denominada Allstralopithecus robus-
tus -0 Paral1lhropliS robuslus-, devolvi6 en parte el honor a Dart. Pero, 
hasta el decenio de 1950, la idea de un antepasado humano similar a1 simio 
procedente de Africa no mereci6 una aceptacion mayoritaria. 
TEMAS 44 
1?,~~~~~~~t(~h~Od~~enSiS' el presumible hominido ma:',a~llt.~i..:W 
II en un bosque junto allago 
)e~e::~~;i:~~~~~se han y restos der'tari~t; eI CI¥ 
D' al terreno dela especulaciJln. 
I 
En los decenios siguientcs el esfuer-
zo de buscadorcs pion eros en Africa 
oriental, acometido, entre a tros, por 
la familia Leakey, se recampens6 can 
el hallazgo de nuevos f6siles. A fina-
les de los ailos setenta, el numero de 
representant.es de los australopitecinos 
habia crecido e inclufa a A. hoisei -0 
P. boisei-, A. aethiopicus y A. afaren· 
sis (Lucy y su especie, que vivieron en-
tre hace 2,9 y 3,6 millones de anos, du-
rante el Plioceno y dio origen a nuestro 
genero Homo). Cada una de elias esta-
ba adaptada a su propio nicho ecol6gi-
co, pero todas eran bfpedas con pode-
rasas mandfbulas, ma lares grandes y 
pequeilos caninos; diferian, y mucha, 
de los simios cuadrupedos, de dieta ge· 
neralista, del Mioceno, cuya ubicaci6n 
en el arbol evolutivo les cae muy lejos. 
Ahara bien, el sandear orfgenes huma-
nos anteriores a A. afarensis era verse-
las can un vado en el registro f6sH que 
abarcaba entre los 3,6 y los 12 millones 
de ailos de antigUedad. 
Pese al intense rastreo, pasaron casi 
dos decenios sin hallar f6siles diagn6s-
ticos, de edad adecuada, para empezar 
a saspechar quienes pudieran ser los 
antepasados de Lucy. La suerte cambia 
de signa hacia mediados de los anos 
noventa, cuando un equipo dirigido por 
Meave Leakey, del Museo Nacional de 
Kenia, anunci6 el descubrimiento de 
A. anamesis, una especie de cuatro mi-
llones de anos de antigtiedad que tenia 
caracterfsticas ligeramente mas primi-
tivas que Lucy y, por 10 tanto, consti -
tufa un precursor suyo razonable [vea-
se "Antiguos f6sHes de hominidos en 
Africa", par Meave Leakey y Alan Wal-
ter; INVESTlGAC16N Y C1ENC1A, agosto 
de 1997]. Par esas mismas fec has, Tim 
D. White, de la Universidad de Califor-
nia en Berkeley, y su equipo describie-
ron un conjunto de f6siles de 4,4 millo-
nes de an as de antigtiedad hall ados en 
Etiopfa. Correspondian a un homfnido 
aun mas primitivo, ahora denominado 
Ardipitheclls ramidus ramidus. 
Estos hallazgos proporcionaron un 
atrayente acercamiento a momentos 
evolutivos anteriores a Lucy. Pero la 
es timaci6n de algunos bi6logos mo-
leculares a prop6sito del momenta en 
que se separaron las lInens evolutivas 
de chimpances y humanos sugerfa 
que aun existfan homin idos mas an-
tiguos esperando que alguien los de-
senterrase. 
Estas predicciones se han confirma-
do. En los ultimos anos, se han cose-
chado una serie de descubrimientos 
6 
TEMAS 44 
EVOLUCION HUMANA 
7 
RESUMEN/Los HOMiNID OS MAS ANTlGUOS 
,.. En los manuales de evoluci6n humana se lee que los hominidos proceden de un an-
tepasado, similar al chimpance, que vivi6 hace entre seis y cinco millones de arios 
en Africa oriental y adquiri6 la locomoci6n bipeda en un entorno de sabana. Perc 
hasta hace muy poco se desconodan f6siles de hominidas de mAs de 4,4 millones 
de arios de antigOedad. 
,.. Los hallazgos recientes procedentes de Chad, Kenia y Etiopia, que amplian el regis-
tTO f6511 hasta los siete millones de anos de antigOedad, podrfan corresponder a los 
homfnidos mas antiguos. 
,.. Estos especimenes cuestionan ideas arraigadas en paleoantropologfa. No existe 
acuerdo. sin embargo. sabre el parentesco entre tales f6siles y el linaje humano, en 
la hip6tesis de que hubiera alguno. 
sensacionales (entre los que se en-
cuentra el hallazgo de Brunet) que han 
contribuido a rellenar el hueco que 
existfa entre los humanos y sus ante-
pasados antropomorfos africanos. Es-
tos f6siles, que tienen de cinco a siete 
millones de aiios de antiguedad, cues-
tionan ideas admitidas desde hace mu-
cho tiempo acerca de cu(indo y d6n-
de surgi6 nuestro linaje y sobre c6mo 
era el antepasado comun de humanos y 
chimpances. No ha de sorprender que 
se desencadenara al respecto un vivo 
debate. Hubo posiciones contrapuestas 
acerca del lugar evolutivo que deben 
ocupar las nuevas especies y, princi-
8 
palmente, sobre los rasgos que carac-
terizan a un hominido. 
Erguidos 
La primera prucba de hominidos que 
traspasaban el limite de los 4,4 millo-
nes de anos se dio a conocer en la pri-
mavera de 2001. Martin Pickford y 
Brigitte Senut, del Museo de Historia 
Natural de Paris, habfan encontrado en 
Tugen Hills (Kcnia) restos de un espe-
cimen de seis millones de ai'ios; 10 ads-
cribieron a una nueva especie, a'TO-
r;n tugellensis . Hasta la fecha se han 
reunido diecinueve f6siles, que indu-
yen pequefios fragmentos de mandfbu-
la, dientes sueltos, falanges de la mano 
y huesos del brazo, con fragmentos de 
femur. Segun Pickford y Senut, Orro-
rin muestra algunas caracterfsticas que 
10 relacionan con la familia de los ho-
mfnidos, en particular,las que sugieren 
que ten fan un modo de locomoci6n bi-
peda. En palabras de Pickford, "el fe-
TEMAS 44 
mur es sorprendenternente similar al de 
los humanos" . EI cuello del femur es 
I. rgo, 10 que habrfa dispuesto la diafi-
sis del femur en angulo respecto a la ti-
bia (y de ese modo estabi lizarfa la pel-
vis). Tambien presenta un surco en la 
cara posterior del cuello femoral, don-
de el musculo obturador externo pre-
siona durante Ia Iocomocion bfpeda. 
En atros aspectos, Orrorin es una espe-
cie primitiva: su diente canino es largo 
y mas apuntado que los caninos hurna-
nos, y sus huesos del brazo y de los de-
dos conservan adaptaciones trepadoras. 
Pero las caracterfslicas del femur signi-
fican para Pickford y Senut que, en el 
suelo, Orrorin deambulaba erguido. 
Afinnan, en concreto, que 01'1'0-
rin parece tener una locomocion bfpe-
da mas similar a los humanos que Ja de 
Lucy, muy posterior cronol6gicamente. 
Proponen incluso que Orrorin evolu-
cion6 hacia Homo a traves de otro ge-
nero, Praeanthropus (que comprende 
EVOLUCION HUMANA 
algunos de los fosi les asignados en la 
actualidad a A. afarensis y A. anamen-
sis) , y situ an a Lucy y a su especie en 
una linea evolutiva dislinta. Para e llos, 
ademas, Ardipithecus constituye un an-
tepasado del chimpance. 
Pero no todos estan convencidos 
de la morfologfa del femur. c. Owen 
Lovejoy, de la Universidad estatal de 
Kent, responde que las imagenes pu-
blicadas, obtenidas por tomograffa 
computarizada, del cue llo femoral de 
Orrorin muestran una distribuci6n del 
hueso cortical similar a la de los chim-
pances, un indicador muy importan-
te de las tensiones que se producen en 
esta parte del femur durante la locomo-
ci6n. (Aunque Pickford y Senut afir-
man que muestran una estructura osea 
similar a la humana.) En cambio, Love-
joy defiende que las secciones del cue-
llo femoral de A. ajarellsis son comple-
tamente humanas. Segun este mismo 
autor, Orrorill frecuentemente, aunque 
no de forma cont inua, desarrollarfa una 
locomoci6n bipeda, s1 bien pasarfa par-
te importante de su tiempo en los ar-
boles. Esto no 10 exc1uiria de su condi-
cion de homfnido, porque la autentica 
locomoci6n bfpeda no habrfa apareci-
do de un solo golpe; Orrorill podrfa no 
haber adquirido todos los rasgos nece-
sarios para la bipedaci6n cabal. Desde 
esa perspectiva, Orrorill podria seguir 
perteneciendo a nuestra Ifnea evolutiva, 
aunque algo mas alejado de Homo de 
10 que opinan Pickford y Senut. 
Segtln Lovejoy, una prueba mas s6-
lida en pro de una locomoci6n bipeda 
habitual serfa 13 aportad., unos meses 
despues del artfculo del Orrorill, por 
Yohannes Haile-Selassie. Este alumno 
de doctorado en Berkeley anunci6 el ha-
llazgo de unos f6siles tigeramente mas 
recientes procedentes de la regi6n del 
Middle Awash (Etiopfa). Con una anti-
giiedad de entre 5,2 y 5,8 millones de 
aoos, se han asignado a una subespecie 
de Ardipithecus ramidus: A. r. kadab-
ba. Incluyen una falange de pie comple-
ta que tiene un rasgo revelador. Lovejoy 
explica que la lli1iculaci6n proximal del 
hueso presenta la orientaci6n que espe-
rmamos si A. I: kadabba caminase igual 
que los humanos (realizando el impulso 
final que efectuamos con la punta de los 
dedos del pie al andar). 
A otros paleont610gos no les parece 
tan singular la morfologfa de la falange 
de pie. David Begun, de la Universidad 
de Toronto, no considera que difiera de 
la fal ange de pie de un chimpance, su-
brayando que, por 10 que se aprecia en 
las fotograffas, resulta mas larga, delga-
da y curva que la falange de un bfpedo. 
Pese a las diferentes interpretacio-
nes anat6micas, si Onvrill 0 Ardipithe-
ells fueron bfpedos el origen de nuestro 
particular modo de locomoci6n habrfa 
retrocedido 1,5 millones de anos en el 
tiernpo. Tambien se rechazarfa la idea 
9 
general sobre las condiciones en que 
evolucion6 nuestra fonna de caminar. 
La opini6n mayoritaria establece que 
nuestros antepasados se convirtieron 
en seres bipedos en la sabana africa-
na, donde caminar erguidos habria im-
pedido que el sol les abrasara la espal-
da, les penniti6 el acceso a recursos 
alimentarios antes inalcanzables y les 
proporcion6 una mejor visi6n por en-
dma de la hierba alta. Pero los analisis 
paleoecol6gicos indican que Orrorin y 
Ardipithecus vivian en habitats bosco-
sos, junto a monos y otras especies tf-
picas de fioresta. EI equipo encabezado 
por Giday Wolde-Gabriel, del Labora-
torio Nacional de Los Alamos, ha ana-
lizado la quimica del suelo y los reslOS 
de fauna del yacimienlO de A. r. ka-
dabba y senalan que, hasta hace unos 
4,4 millones de arios, los primeros ho-
minidos no se aventurarian lejos de los 
ambientes hUmedos y arbolados. 
Si ocurri6 asi, los cambios climMi-
cos no habrian ejercido la inftuencia 
que se les atribuye en instar la sustitu-
cion de la locomocion cuadrupeda por 
la bipeda. Por su parte, Lovejoy obser-
va que algunas de las hip6tesis sobre la 
adquisici6n de la postura bipeda que se 
basaban en los ecosistemas de sabana 
carecian de fu ndamento, pues la simple 
seleccion a favor de una postura ergui-
da no habrfa conducido, por sf sola, a la 
adquisici6n de la locomoci6n bipeda. 
2. A LA BUSQUEOA de hominidos. Michel Brunet 
(izquierda), cuyo equipo ha deseubierto a Sahe-
lanlhropus, ha cemido las arenas del desierto de 
Ojurab en el Chad durante mas de una decada. 
Martin Pickford y Brigitte Senut «enlro, abojo) 
deseubrieron a Orrorin en las Tugen Hills de Ke-
nia, Tim White (derecho) y Yohannes Haile-Se- ~ 
lassie (cenlro, arriba) encontraron a Ardipilhecus ~ 
en la region del Middle Awash de Etiopia. ~ 
10 
Lovejoy entiende que el surgimiento de 
la bipedacion responde a una doble exi-
gencia: libera las manos y permite a los 
machos recoleclar mas alimentos para 
sus parejas. En este modelo, que desa-
rroll6 en los anos ochenta, las hembras 
que eligiesen los machos que les apor-
tasen mas alimento podrian dedicar su 
energra al cui dado de las crias y, por 10 
tanto, aumentarian el exito reproducti-
vo de su pareja. 
lEI antepasado mas antiguo? 
Mientras la comunidad de paleoan-
trop610gos debatia las implicaciones 
de los descubrimientos de Orrorin y 
A. r. kadabba, .pareci6 el f6sil de Chad 
aportado por Brunet. Con Sahelanthro-
pus han lIegado nuevas respuestas; y 
tambien nuevas preguntas. A diferen-
cia de 10 que aconteci6 en los casos de 
Orrorin y A. r. kadabba, los f6si les 
de Sahelanthropus no incluyen huesos 
del esqueleto poscraneal ; esa ausencia 
impide aseverar si esta especie fue bi-
peda, el caracter distintivo empleado en 
la definici6n tradicional de hominido. 
Pero Brunet cree que un conjunto de 
rasgos dentales y del craneo (que de-
bido al gran reborde supraorbital opina 
que perteneci6 a un macho) permite re-
lacionar claramente a esta especie con 
los hominidos que vinieron despues. 
En esta valoraci6n reviste particular 
importancia la morfologia de los cani-
nos de SaheLallthropus. En todos los si-
mios actuales y f6si les, y presumible-
mente en el ultimo antepasado comun 
de chimpances y human os, los caninos 
superiores son grandes y se desgastan 
por el roce con el primer premolar in-
ferior, produciendose un borde afilado 
en la cara posterior de los caninos. Esta 
morfologia se denomina complejo ca-
nino-premolar; se manifiesta con niti-
dez en los machos que se sirven de los 
caninos para competir entre sl por ac-
ceder. las hem bras. Los humanos he-
mos perdido estas armas de lucha, de-
sarrollando caninos pequenos con una 
morfologfa similar a la de los incisivos 
(incisiviforme). Los caninos humanos 
se des gas tan entre Sl por sus coronas; 
con el tiempo, aparece un patron pecu-
liar de desgaste. Brunet afirma que los 
caninos de Sahelamhropus, por su ta-
mano, fonna y desgaste, han evolucio-
nado en direcci6n a los humanos. 
Perc Sahelanthropus muestra tam-
bien rasgos primitivos, simiescos; por 
ejemplo, una caja craneana pequena y 
6rbitas oculares muy separadas. Para 
Brunet, este mosaico de caracteristi-cas primitivas y derivadas sugiere un 
parentesco estrecho con el ultimo an-
tepasado comun. Y propone que Sahe-
Lanthropus es el miembro mas antiguo 
del linaje humano y el antepasado de 
todos los hominidos posteriores, Orro-
rin y Ardipithecus incluidos. Si Brunet 
esta en 10 cierto, la humanidad habria 
aparecido mas de un mill6n de anos an-
tes que 10 estimado por diversos estu-
dios moleculares. Y, aun mas importan-
te, podria tener su origen en un lugar 
diferente de donde se habia propues-
TEMAS44 
to. Yves eoppens, del Colegio de Fran-
cia, avanz6 en los aiias ochenta un mo-
delo sobre el origen -de los hominidos, 
en el que situaba la cuna de la huma-
nidad en Africa oriental. Basandose en 
que los fosiles de hominidos mas pri-
mitivos proceden de Africa oriental , se-
iialo que el valle del Rift (una fall a im-
ponente que recorre Africa de norte a 
sur) separo a la especie de simio ances-
tral en dos poblaciones. Una de elias, la 
del este, die origen a los humanos; la del 
oeste generaria a los simies actuales. 
Hace tiempo que la paleontologia sos-
EVOLUClDN HUMANA 
pechaba que esta aparente separacion 
geogratica podria deberse a un arte-
facto en la escasez de registro fosii. EI 
hallazgo de un hominido de siele millo-
nes de afios de antigliedad en el Chad, 
a mas de 2500 kilometros al oesle del 
Valle del Rift, vendria a dar el golpe de 
gracia a esta leona. 
Peru 10 mas sorprendente de todo es 
10 que SahelanthroplIs muestra sabre el 
ultimo antepasado comun de chimpan-
ces y humanos. Los paleoantrop61ogos 
se imaginaban dicho antepasado de for-
ma muy similar al chimpance, con un 
ment6n prominente, dot ado de rnolares 
con escaso esmalte y caninos podero-
sos. Pero he aqui que Sahelall throplIs, 
pese a sus rasgos en general simies-
cos, prescnta 8610 moderado progna-
tismo, bastante esmalte molar, caninos 
pequeiios y un reborde 6seo de las or-
bitas mayor que el de cualquier antro-
pomorfo actual. Si Sahelanthropus nos 
enseiia alga, opina White, es que el ul -
timo antepasado comun no era chim-
pance. Pero, icabfa acaso esperar Olra 
cosa? Los chimpances han contado con 
el mismo tiempo de evoluci6n que los 
human os, haSla convertirse en un pri-
mate frugfvoro muy especializado. 
No obstante, la tesis de Brunet, segun 
la cual los fosi les del Chad pertenece-
rian a un antepasado de los humanos, se 
ha recibido can reticencia. Para Carol 
V. Ward, de la Universidad de Missouri , 
dista de ser palmaria la adscripcion ho-
minida de Sahelantliroplls. Can Olros 
paleontologos, Ward se muestra escepti-
co ante la propuesla semejanza entre sus 
caninos y los human os. En la misma li-
nea de critica, Milford H. Wolpoff, de la 
Universidad de Michigan, y los descu-
bridores de On'orill, Pickford y Senul, 
publicaron una carta en Nature (dande 
el equipo de Brunet habra expuesto sus 
resultados) en la que defendian queS"he-
II 
lanthropus era un simio, no un homfni-
do. En su opini6n. el poderoso reborde 
supraorbicu!ar, unido a ciertos rasgos de 
la base de la parte posterior del craneo 
de Sahelanthropus, evocan la anatomia 
de un simio cuadrUpedo con una dieta de 
alimentos duros; a su vez, los caninos 
pequefios indican que se trataria de una 
hembra de esa especie y no de un ma-
cho de un antepasado de los humanos. 
Y prosiguen: al carecer de pruebas sa-
bre la locomoci6n bipeda de Sahelan-
thropus. a Brunet no Ie quedaria ning"n 
punto de apoyo. (Pickford y Senut lIe-
gan incluso a afinnar que se trata de un 
antepasado de los gorilas.) En una re-
plica mordaz. Brunet compar6 a sus de-
tractores can los que criticaron a Dart en 
1925. respondiendo que los rasgos si-
miescos de Sahelanthropus son simple-
mente vestigios primitiv~s heredados de 
su antepasado antropomorfo y, por tan-
to. sin nada que decir con respecto a su 
grado de parentesco con los humanos. 
Estas opiniones contrapuestas reRe-
jan, en parte, la discrepancia reinante 
en torno a 10 que define la singularidad 
12 
dellinaje humano. Lo reconoce sin am-
bages Roberto Macchiarelli. de la Uni-
versidad de Poitiers. Desde siempre, 
los paleoantrop610gos habian visto en 
la locomoci6n bfpeda la caracteristica 
que separ6 del resto de los antropomor-
fos a los antepasados de los homfnidos. 
Pero esa disyunci6n pudo venir prece-
dida par cambios mas sutiles, verbigra-
cia, la transformaci6n del canino. 
Para explicar el grado de parentesco 
entre las especies ani males la bioiogia 
evolutiva se sirve del metodo cladisti-
co. De acuerdo con el mismo, los orga-
nismos se agrupan en razon de caracte-
res derivados compartidos. Expuesto en 
grandes lineas, las especies que tienen 
caracterfsticas en comun derivadas se 
consideran mas estrechamente empa-
rentadas entre sf que las que s610 mues-
tran rasgos primitiv~s heredados de un 
anlepasado com un mas Jejano. La pre-
sencia en el registro f6sil de un rasgo 
derivado compartido sirve de hila in-
dicador de la divisi6n de una especie 
ancestral en dos especies descendien-
les (en nuestro caso, para eSlablecer el 
punto de divergencia de los humanos y 
de los chimpances a partir de una espe-
cie ancestral); este rasgo se considera 
la caracteristica que define al grupo. 
As!, segun la clad!stica, razona 
William H. Kimbel . de la Universidad 
estatal de Arizona, un hominido puede 
describirse. desde el punto de vista de su 
morfolog(a esqueletica, par las caracte-
risticas 6seas conservadas que encon-
tramos en las poblaciones que fueron 
el resultado inmediato del even to gene-
tico de separaci6n de humanos y chim-
pances. Con un registro f6sil tan esca-
so. los pa!eont610gos no pueden saber 
con seguridad cuales son tales rasgos, 
pero los dos mejores candidatos para 
definir a los hominidos son, en opini6n 
de Kimbel. la locomoci6n bipeda y la 
transformaci6n del canino. Ahora se 
trata de reconocer cuales fueron estos 
cambios iniciales y cual de las supues-
las especies de homfnidos se encuen-
tra en la base del clado de los huma-
nos. Ocurre que Onv rin, A. I: kadabba 
y Sahelal1lhmpus eSlan represenlados 
por diferenles partes 6seas. 10 que di-
TEMAS 44 
ficulta sobremanera las comparaciones 
entre ellos. 
,Cuantos hominidos? 
EI establccimiento de los tres nuevos 
tax ones ha avivado el debate sabre la 
divcrsidad de los primeros homini-
dos. En el intervalo temporal que traos-
curri6 entre hace tres y 1,5 millones de 
anos, hubo, admi ten los paleont610gos, 
multiples especies de hominidos, coela-
neas algunas. Esta cascada de haUazgos 
nos muestra que la evol uci6n humana 
fue un asunto complejo desde sus ini-
cios. Begun, que opina que los simios 
miocenos, antepasados de los antropo-
morfos africanos actuales y los huma-
nos, pasaron sus primeras etapas evolu-
livas en Europa y Asia occidental antes 
de volver a entrar en Africa, destaca 
que Sahelanthropus tiene exactamente 
el conj unto de rasgos heterogeneos que 
podrfamos esperar en un animal que 
forl116 pane de una expansi6n adapta-
tiva de los simios a Olros ecosistemas. 
Sugiere la posibilidad de que hubie-
ra de lOa 15 generos de animales con 
E VOLUClDN HUMANA 
un parentesco mas estrecho con los hu-
manos que con los chimpances. Ber-
nard Wood, de la Universidad George 
Washington, se ha planteado incluso la 
posibilidad de que SahelanthroplIs re-
fl ejara, par 10 que concieme a los antro-
pomorfos africanos, una situaci6n a0(1-
loga al famoso yacimiento canadiense 
de Burguess Shale. Este yacimiento ha 
proporcionado millares de f6siles de 
invertebrados del periodo Cambrico, el 
momento en que los grupos mas impor-
lantes de los animales actuales apare-
cieron de forma repentina. Considera-
do desde esta 6ptica, el lITbol evolutivo 
de los humanos se parecerfa a un arbus-
to en el que algunos (si no todos) de los 
nuevos descubrimjentos se encontra-
rfan en los apices terminales de las ra-
mas; una imagen, esta, mas pr6xima a 
la verdad que la representaci6n de pun-
tos de una lfnea sinuosa que desembo-
ca en el hombre. 
Gtros paleont610gos, basados en las 
especies descubiertashasta la fecha, ad-
vierten del peligro de inferir la presen-
cia de numerosas coetaneas. White y 
Brunet apuntan que, en el arco tempo-
ral que va de los siete a los cuatro mi-
1I0nes de anos antes del presente, 5610 
se conoce una especie de hominido que 
viviera en cada momenta. i De que ar-
bUSlO hablamos, entonces?, pregunta 
Brunet. Segtin White, induso en el mo-
mento de maxima diversidad de la hu-
manidad, hacc dos milloncs de aiios, 
s610 habfa tres taxones compartiendo 
el paisaje. No cabe aludir, pues, a nin-
guna explosi6n cambrica, replica. Mas 
aun, afinna White, las pruebas disponi-
bles 5610 avalan que la base del lITbol de 
la familia sea un tronco. Piensa que to-
dos los nuevos hallazgos pueden repre-
sentar instantaneas de la linea evolutiva 
de Ardipithecus en diferentes -momen-
tos. Sahelanthropus serfa el homfnido 
mas anti guo y Orrorin y A. r. kadabba, 
descendientes suyos en el mismo linaje. 
(Segtin esta interpretaci6n, Sahelanthro-
pus y Orrorin constituirfan especies del 
genero Ardipithecus.) 
Los investigadores estan de acuer-
do en que hacen falta mas f6siles para 
esclarecer el grado de parentesco que 
vincula a Orrorin , A. r. kadabba y Sa-
helamhropus entre sf y con nosotros. 
Pero no sera facil obtener una imagen 
de mayor resoluci6n de los ongenes de 
la humanidad. A medida que nos acer-
quemos a1 antepasado comun se inln 
multiplicando los problemas para diag-
nosticar los primeros miembros de 
nuestro clado. Pero importa conocer el 
punto de arranque. Los nuevos hallaz-
gos podrian encerrar la clave para res-
ponder a la cuesti6n sabre el origen de 
nuestro linaje. 
BIBllOGRAFIA (OMPLEMENTARIA 
L ATE MIOCENE HOMINIDS FROM MIDDLE 
A WASH, ETHIOPIA. Yohannes Haile-Se-
lassie en Nature, vol. 412, pAginas 178-
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Relldus: Palevol, vol. I, n.O I , paginas 
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A NEW HOMINID FROM THE UPPER MIO-
CENE OF C HAD, CENTRAL AFRICA. Mi-
chel Brunet, Franck Guy, David Pil-
beam, Hassane Taisso Mackaye et al. en 
Nature, vol. 4 18, paginas 145-151 ; II de 
julio de 2002_ 
THE PRIMATE FOSSIL RECORD. Dirigido 
por Walter C. Hartwig. Cambridge Uni-
versity Press, 2002. 
13 
1. EL PASADO QUE APAREa REFWADO en el 
espejo muestra una can que nos result. faml. 
liar y extra"a a la vez. EI m_ de una mujer 
adulta, con 130.000 alios de antlglledacl, pro-
cedente del Abrlgo de Kraplna, en II noru& 
te de (roacia, ha Insplndo Ii I'IaInstnKd6n de 
esla neandertal. 
lQuienes fueron 
los neandertales? 
Estos homfnidos se cruzaron con humanos de anatomfa moderna 
y adquirieron en algunos cas os una conducta avanzadao 
Pero las pruebas que avalan esa tesis son objeto de controversia 
E 
I relato era sencillo y claro. Sin 
nada que se Ies opusiera, los 
humanos de anatomia moderna 
se expandieron con una cultu-
ra y recursos tecnicos elabora-
dos, invasi6n que provoc6 la extinci6n 
de los neandertales. una especie distin-
tao Pero las descripciones simplistas de 
nuestro pasado acostumbran velar mis-
terios. La historia de los neandertales 
no es una excepci6n. Durante mas de 
200.000 anos, eslOS homfnidos de un 
cerebro notable habitaron en Europa 
y Asia occidental, luchando contra los 
intensos frios de las epocas glaciales y 
los peligros constantes de la vida pre-
hist6rica. Han desaparecido. Pese a esa 
doble realidad, Ia ciencia sigue deba-
tiendo con calor Ia identidado modo de 
vida y sino de los neandertales. 
EI mayor empeno puesto en Ia resolu-
ci6n de cuestiones tan esquivas va 350-
ciado a una poiemica de mayor vuelo, 
la centrada en toma a la aparici6n de la 
humanidad actual. Unos investigadores 
abogan por un origen reciente de nues-
tra especie, hace unos 200.000 anos, en 
Africa; sustituiria a las poblaciones mas 
antiguas de humanos en todo el mundo. 
Otros aulores proponen que los grupos 
arcaicos contribuyeron aI patrimonio 
genetico de Ia humanidad actual. Los 
neandertales, el mejor conocido de tales 
grupos, resultan decisivos para deshacer 
el dilema. Ahora bien, se trata de algo 
mas que una simple explicaci6n cientifi -
ca sobre detenninados sucesos de nues-
tro pasado remoto. AI investigar sobre 
Ia biologia y el comportamiento de los 
neandertales, hay que pregunlarse que 
significa ser humano en su plenitud y 
descubrir, si acaso existe, la razon que 
EVOLUCJON HUMANA 
singulariza a Ia humanidad actual. Ante 
los hallazgos recientes, los paleoantro-
p6Iogos y los arque6Iogos se preguntan 
can creciente insistencia hasta donde 
Hegaba el parecido entre el neandertal y 
el hombre modemo. 
Desde que, en 1856 0 se descubri6 el 
esqueleto parcial de un neandertaI, en 
el valle de Neander (Alemania), vie-
nen los paleont6Iogos dandole vueI-
tas a Ia comparaci6n de marras. Habi-
da cuenta de los rasgos peculiares de 
aquellos restos (craneo muy robusto, 
con e l caracterfstico reborde oseo par 
encima de los ojos, y huesos de las ex-
tremidades muy macizos), se cre6 una 
especie propia para los neandertales, 
Homo neanderthalensis. Ya entonces 
hubo discrepancias, y algunos exper-
tos alemanes atribuyeron el f6s il a un 
jinete cosaco deforme. Cincuenta anos 
mas tarde , se descubri6 en Franc ia el 
famoso esqueleto de "el Viejo" de Ia 
Chapelle-aux-Sainls, cuya descripci6n 
contribuy6 a considerar protohuma-
nos primitivos a los neandertales . Se 
les representaba como brutos simies-
cos, torpes y encorvados, en claro con-
traste con la postura erguida y estampa 
gnkil de l Homo sapiens. El neander-
tal venfa a ser un monstruo idiota que 
no habra traspasado e l umbral evoluti -
vo de Ia humanidad. 
Decenios mas tarde, nuevos estudios 
del esqueleto de La Chapelle pusieron 
en evidencia la incorrecta interpretacion 
dada a ciertos rasgos anatornicos. La 
verdad dictaba que Ia postura y Ia Ioco-
moci6n neandertales eran identicas a las 
nuestras. Desde entonces, los paleoan-
trop61ogos intentan detenninar si las ca-
racterislicas definidoras del grupo de los 
Kate Wong 
neandertales --esqueleto robusto, ex-
tremidades cortas, t6rax en barril, arcos 
supraorbitarios resaltados, frente baja e 
inclinada, faz prominente y mandfbulas 
sin ment6n- son suficientes para con-
siderarlos una especie distinta. Se est. 
de acuerdo en que algunos de estos ras-
gos denotan adaptaciones al medio. Asio 
su cuerpo bajo y robusto Ies pennitiria 
retener mejor el calor en el clima extre-
made de las glaciaciones. Pero en otros 
rasgos, como Ia forma del reborde su-
praorbitario, no se aprecia un claro sig-
nificado funcional y parecen deberse a 
la deriva genetica que se produce en po-
blaciones aisladas. 
Segun los defensores del modelo de 
susti tuci6n para el origen de Ia huma-
nidad aCluaI, Ia morfologia distintiva 
de los neandertales es el resultado de 
una trayectoria evolutiva diferente de 
la recorrida por los humanos moder-
nos. Desde hace anos, otros paleonto-
logos vienen rechazando esa interpre-
tac ion y sostienen que muchos de los 
rasgos que caracterizan a los neander-
tales se pueden tambien observar en los 
primeros humanos rnodernos de Euro-
pa. "Sin duda, presentaban una serie de 
rasgos que, tornados en conjunto, son 
distintos, pero se !rata de una diferen-
cia que reside en la frecuencia, no es 
una diferencia absoluta", afirma Da-
vid W. Frayer, paleoantrop6Iogo de Ia 
Universidad de Kansas. "En Ifneas ge-
nerales, cllanto podernos encontrar en 
los neandertales, se puede dar en otra 
parte." 
Frayer pone de ejemplo a uno de los 
humanos modemos europeos mas anti-
guos, un f6sil procedente del yacimien-
to de Vogelherd, en el sudoeste de Ale-
15 
2. CARAOERISTICAS QUE DlSTINGUEN a un neandertal, representado por el "aneo de La Ferrassie 
(Francia), y a un humano moderno, DolniVestonice 16, procedente de la Republica Checa. Cada uno 
de los rasgos puede aparecer por separado en cualquierade los dos grupos, variando en grado y en 
frecuencia, pero la tendencia es que se den de forma (onjunta. 
mania. En ei se combinan la forma del 
craneo de los humanos modernos con 
rasgos genuinamente neandertales; 
verbigracia, 1a presencia de un espa-
cia retromolar (un vado claro entre el 
ultimo molar y la rama ascendente de 
la mandfbula) y la fonna del foramen 
mandibular, el canal de un nervio de Ia 
mandfbula. A ello hay que agregar Ia 
informaci6n que, segun Frayer y Mil-
ford H. Wolpoff, de la Universidad de 
Michigan, aporta un grupo de primeros 
humanos modernos descubiertos en el 
16 
yacimiento de Mladec (Moravia). En 
su opini6n, las gentes de Mladec tienen 
en sus cnlneos caracterfsticas que atros 
han considerado rasgos exclusivos de 
los neandertales. 
Con anterioridad, esos datos se ha-
bran esgrimido para respaldar la posi· 
bilidad de que los neandertales evolu-
cionaran de forma independiente hacia 
los europeos modern os. Pero esa idea 
ha cambiado. "Hubo poblaciones que 
penetraron en Europa, eso esta claro. Y 
asi, las poblaciones posteriores resulta· 
ron del cruzamiento entre neandertales 
y los humanos que migraron a Euro-
pa", expone Wolpoff, para quien ambos 
grupos diferfan entre sf no mas que los 
europeos actuales y los aborfgenes aus-
tralianos. En opini6n de Fred H. Smith, 
paleoantrop610go de la Universidad de 
Northern Illinois, aparecen tambien 
pruebas de esa hibridaci6n en los f6-
siles de neandertales mas tardios. Los 
restos de neandertales de la cueva de 
Vindija, en e l noroeste de Croacia, re· 
flejan "Ia asimilaci6n de algunas carac· 
terfsticas de los humanos modemos". 
declara, refiriendose a los rebordes su-
praorbitarios con morfo logia moderna 
y a Ia insinuaci6n de un Jigero ment6n 
en la m.ndfbula. 
Para quienes los neandertales forma· 
ban una especie distinta, resultan de· 
masiado fragmentarios los f6siles de 
Vindija, insuficientes para conceder· 
les valor diagn6stico; en su opini6n, to· 
dos los parecidos que existen pueden 
explicarse por convergencia evolutiva. 
Y con respecto a los humanos moder· 
nos de Mladec descartan que se trate de 
hfbridos. "Cuando observo la morfolo-
gfa de esta poblaci6n, s610 distingo ro-
bustez; no yeo a un neandertal", rat ifica 
Christopher B. Stringer, del Museo de 
Historia Natural de Londres. 
Los que cuestionan la tesis del cru-
zamiento entre ambos grupos se apo· 
yan tam bien en los resultados de Svan· 
te Ptilibo. Logr6 este con su equipo de 
la Universidad de Munich, en julio de 
1997, la obtenci6n y analisis ulterior 
del ADN mitocondrial (ADNmt) de 
un f6si l de neandertal. La portada del 
numero de I. revista Cell donde apare-
ci6 el informe anunciaba s in ambages: 
"Los neandertales no fueron nuestros 
antepasados". A partir del corto seg-
mento de ADNmt que secuenciaron, 
el laboratorio de Paabo determin6 que 
las diferencias entre el ADNmt de los 
neandertales y el ADNmt de la hu-
manidad actual eran mucho mayores 
que las regislradas entre distintas po-
blaciones humanas actuales. [El equi-
po de Paabo, tras estudiar mas restos 
de neandertales, ha seguido s in en-
contrar contribuc i6n de ADN mito-
condrial de los neandertales al acervo 
humano moderno. En mayo de 2006, 
Paabo anunciaba la secuenciaci6n de 
un mill6n de bases del ADN nuclear 
de un macho de neandertal de hace 
45.000 afios.] Aunque en la super-
fici e pareda resuelta la cuesti6n de 
la especie, quedaban por despejar in-
terrogantes de fondo. 
TEMAS 44 
Nuevas descubrimientos en el regis-
tro f6sil de Europa occidental han in-
crementado el interes sobre la posibi-
lidad de hibridaci6n entre neandertales 
y humanos modemos. En enero de 
1999, se anunci6 un hallazgo valiosi-
simo. Ocurri6 en el va lle de Lapedo, 
en el centro de Portugal. Se trataba de 
un esqueleto muy completo de un nilio 
de cuatra alios que habia sido enten-a-
do hace 24.500 afios, siguiendo el ri-
tual gravetiense; aparece este en otros 
yacimientos de humanos modemos de 
Europa de esa misma epoca. Segun 
Erik Trinkaus, de la Universidad de 
Washington, y Cidal ia Duarte, del Ins-
tituto Portugues de Arqueologia de Lis-
boa, y sus colaboradores. el esqueleto, 
denotado Lagar Velho I, presenta una 
combinaci6n de rasgos neandertales y 
de humanos modemos que s610 puede 
sec el resuhado de cruzamjento habi-
tual entre ambas poblaciones. 
GLOSARIO 
Aurifiaciense. Tipo de industria lit ica que aparece asociada a los humanos modernos; 
comprende instrumentos muy elaborados y objetos artfsticos. 
Chatelperroniense. Tipo de industria litiea del Paleolitico superior asociado a los neander-
tales. Presenta caracteristicas intermedias entre el Musteriense y el Auriiiaciense. 
Musterlense. Tipo de industria iftica del Paleolftico medio asociado a los neandertales 
ya los primeros humanos modern os en el Pr6ximo Oriente. 
Neandertal, Neanderthal. Hacia 1900 la ortografia del aleman cambi6, y en algunas 
palabras desapareci6 1a ~ h~ sorda, como es el caso de "thai" (que significa "valle"). La 
designaci6n cientifica, Homo neanderthalensis, sigue siendo la misma, pero el nom-
bre comun puede escribirse de ambas formas. 
Paleolitico. Per/odo que abarca desde la aparici6n de la cu ltura hasta el final de la ulti-
ma glaciaci6n. Se divide en tres periodos: inferior, medio y superior. 
Si la hip6lesis de hibridaci6n para 
Lagar Velho I supera nuevos am'i lisis, 
adquirira mayor fuerza la idea de que 
los neandenales s610 fuera n una va-
riedad de nuestra especie. Los que de-
fi enden el modele de sustilllci6n admi-
ten que, de forma ocasional, pudieran 
cruzarse humanos modernos y espe-
cies arcaicas; no es ins61ito el cruza-
miento interespecffi co de mamiferos 
estrechamente emparentados. Pero hay 
aqul una novedad. A diferencia de los 
3. VIDA DlARIA DE LOS NEANDERTAlES de la Grone du Renne, en Francia. los 
niveles estratigraficos chatelperronienses han suministrado un conjunto de 
colgantes e instrumentos de hueso y piedra avanzados. Estos objetos, que 
aparecen junto a indicios de cabanas y de fuegos, se .tribui.n en exclusivi-
d.d. los humanos modernos, pero los restos de la Grone du Renne mues-
tran que los neandertales habian desarrollado una industria muy similar. 
EN UNA FRIA TARDE DE NOVIEMBRE de 
1998, mientras inspeccionaban el Abri -
go do Lagar do Velho, un refugio del valle 
de Lapedo, en el centro de Portugal, dos 
arque61ogos vieran el sedirnento remc· 
vida de la madriguera de algun rcedar 
a 10 largo de la pared del abrigo. Cono-
ciendo que los animales (uando excavan 
el terreno, a menu do sacan a la superficie 
materiales mucha mas profundos, uno de 
los exploradores se acerc6 para curiosear 
que podfan haber des en terra do. AI retirar 
la mana, se via con algo extraordinario: 
105 huesos de un nino enterrado de unos 
25.000 arios de antiguedad, 
La excavaci6n posterior de este enterra-
miento, dirigida por uno de nosotros 
(Duarte) , nos indic6 que el nino, de (ua-
tro anos, habfa sido enterrado siguiendo 
un ritual (cubierto por ocre rojo y sobre 
una capa de vegetaci6n quemada, jun-
to a un dlente de ciervo perforado y una 
concha marina), segun el estilo de las 
tumbas del Gravetiense, tlpico de huma-
nos modernos de ese perfodo en otras 
partes de Europa. Teniendo en cuenta el 
abrupto cambio cultural que se obser-
va en los yacimientos arqueol6gicos de 
la peninsula Iberica, parecia veroslmil 
que cuando los humanos modernos Ile-
garon a esta area, hace 30.000 anos, sus-
tituyeran muy pronto a los neanderta-
les nativos. Era de todo punto razonable 
que este individuo, denominado Lagar 
Velho 1, perteneciera a un nino humane 
moderno. De hecho, al principio no pen-
sabamos que pudiese tratarse de otra 
cosa. 
individuos del centro y este de Euro-
pa a los que se atribuye mezcla de ras-
gos, cl nifi.o portugues procede de una 
epoca en la que los neandertales habfan 
dejado de existir. Para que los rasgos 
neandertales persistieran miles de anos 
despues de su extinci6n, se requiere, 
postulan Trinkaus y Duarte, ungrado 
de cruzamiento significativo entre po-
blaciones coetaneas de neandertales y 
humanos modem os. 
Su interpretaci6n no qued6 sin repli-
ca. En un comentario que acompanaba 
al artfculo del equipo, aparecido en ju-
nio de 1999, en Proceedings of the Na-
tional Academy of Sciences USA , los 
paleoantrop610gos Ian Tattersall , del 
Museo Americano de Historia Natural 
de Nueva York, y Jeffrey H. Schwartz, 
de la Universidad de Pittsburgh, res-
pondfan que Lagar Velho I pertenecfa 
a "un nino robusto gravetiense". Las 
18 
Este esqueleto, bastante completo, pre-
senta toda una serie de rasgos que 10 ase-
mejan a los primeros humanos modern os 
de Europa. A saber: un ment6n prominen-
te y ciertos pormenores de la mandfbula, 
dentici6n anterior pequena, proporcio-
nes e inserciones musculares del pulgar 
caracteristicas, estrechez de la parte an-
terior de la pelvis, mas algunos aspectos 
de la escapula y de los huesos del antebra-
zoo Otros rasgos sugieren afin idades nean-
dertales, especialmente en la parte ante-
rior de la mandlbula (inclinada hada atras 
pese a la presencia de ment6n), ciertos 
rasgos en los incisivos, las inserciones de 
los musculos toracicos, las propordones 
de la rod ilia y las pantorrillas cortas. De 
esta forma, el nino de lagar Velho eviden-
cia un complejo mosaico de caracteres hu-
manos modernos y neandertales. 
Tamana mezcla anat6mica no es el re-
sultado de ninguna patologia. De acuer-
do con las pautas de desarrollo de los hu-
manos actuales, nuestro anal isis indica 
que, excepto en un brazo lesionado, don-
de unas pocas IIneas en el hueso revelan 
que el crecimiento sufri6 una ligera inte-
rrupci6n (por desnutrici6n 0 enfermedad) 
y el hecho de que muriese siendo nino, La-
gar Velho 1 tuvo un desarrollo normal. Esta 
combinad6n s610 pudo deberse al cru-
zamiento, fen6meno del que no se tenia 
constancia en Europa occidental. Asillega-
mos a la conclusi6n de que lagar Velho 1 
era el resultado de la hibridaci6n entre 
neandertales ibericos indigenas y prime-
ros humanos modernos que se dispersa-
ron, hace algo menos de 30.000 anos, por 
vigorosas proporciones corporales que 
Trinkaus y su equipo yen como prue-
ba de antepasados neandertales, agre-
ga Stringer, pueden s610 ser la adapta-
ci6n al clima frio que habfa en Portugal 
por entonces. Una explicaci6n que ob-
jeta Jean-Jacques Hublin, del CNRS 
de Francia; segun este, aunque algunos 
humanos modernos adaptados a climas 
frios muestran estas proporciones cor-
porales, no se conoce ninguno durante 
esa epoca en Europa. A Hublin Ie des-
concierta otro pun to, a saber, el hecho 
de que Lagar Velho I pertenezca a un 
niiio, pues "no conocemos nada sobre 
la variabilidad infantil entre ninos de 
una misma edad de esa epoca". 
,Como lograban sobrevivir? 
Ademas de las cuestiones taxon6mi-
cas, la investigaci6n se ha ocupado 
del comportamiento de los neanderta-
la peninsula Iberica. Ademas, el nino, que 
vivi6 algunos miles de anos despues de la 
desaparici6n de los neandertales, refleja 
probablemente en su anatomia la mezcla 
de estas poblaciones durante el perfodo 
en que convivieron. No es, pues, un caso 
anecd6tico de cruzamiento entre nean-
dertal y humane moderno primitivo. 
En los trabajos de excavaci6n lIevados 
a cabo durante el verano de 1999 se re-
cuper6 gran parte del craneD y la dent!-
d6n, junto a otro material arqueol6gico. 
Ademas, con el fin de interpretar mejor a 
sujeto tan importante, hemos organiza-
do un equipo internacional que examine 
con detenimiento el esqueleto. Se realiza-
ran tomograffas (TAC) del craneo y huesos 
de las extremidades, para su analisis sub-
siguiente, y se procedera a la reconstruc-
ci6n informatica virtual del craneD dana-
do. Es imprescindible un estudio riguroso 
porque el descubrimiento de este esque-
leto con un mosaico morfol6gico tiene 
profundas implicaciones. En primer lugar, 
refuta el rlgido modelo de un origen ex-
clusivamente africano de la humanidad 
actual (modelo "A partir de Africa"), que 
propone que los humanos modern os ori-
ginarios de Africa sustituyeron a todos los 
humanos arcaicos de otras regiones. Por 
contra, la anatomla del nino de lagar Ve-
Iho 1 nos transporta a una situaci6n que 
combina la dispersi6n, a partir de Africa, 
de los humanos de anatomfa moderna 
con la mezcla de esta poblaci6n y las po-
blaciones arcaicas que encontraron a su 
paso. [La procedencia africana de los hu-
manos modernos iniciales aparece refleja-
les, interpretado de fonna err6nea has-
ta hace poco. Creiase antano que los 
neandertales no estaban capacitados 
para la caza ni para disenar proyectos 
de futuro, recuerda John J. Shea, de la 
Universidad estatal de Nueva York en 
Stony Brook: "Se les supuso incapaces 
de sobrevivir a un solo inviemo, olvi-
dando que resistieron durante un cuarto 
de mi1l6n de afios en las peores condi-
ciones que han conocido los humanos", 
subraya. Ademas, el analisis de los res-
tos de ani males procedentes del yaci-
rniento croata de Krapina revel a que 
los neandertales eran habiles cazado-
res, pertrechados para abatir rinoce-
rontes y otros animales de tall a simi-
lar, como indica Preston T. Miracle, de 
la Universidad de Cambridge. Los es-
tudios de Shea mostraron que algunos 
neandertales usaban lanzas trabajadas 
y con puntas liticas para matar la presa; 
TEMAS 44 
conclusi6n que cOlToboraron en 1999 
otros investigadores tras encontrar, en 
Siria, una punta Iftica neandertal entre 
los huesos del cuello de un aSDa salva-
je. A mayor abundamiento, atros traba-
jos de Shea e investigaciones realizadas 
por Mary C. Stiner y Steven L. Kuhn, 
de Ia Universidad de Arizona, ponen de 
manifiesto que las estrategias de sub-
sistencia de los neandenales cambia-
ban con las condiciones ambientales y 
Ia estaci6n del ano. 
Estas pruebas refutao Ia tesis que 
atribuye la extinci6n de los neanderta-
EVOLUCI6N HUMANA 
les a su incapacidad para adaptarse. La 
que no obsta para que los humanos 1110-
demos pudieran ser mejores en ella. 
Se halla muy extendida Ia idea de que 
los humanos modemos aventajaban a 
los neandenales en habilidad mental , 
en concreto en una propiedad genuina-
mente humana: el pensamiento simb6-
lieo con el lenguaje incluido. Se funda 
esa visi6n en que, despues de 40.000 
mios, la cullura neandertal se mantuvo 
sin cambiar apenas, en tanto que la de 
los humanos modernos cre6 un sinffn de 
innovaciones, muchas de elias de cank-
MOSAfCO Of RASGOS morfol6gicos de un esque-
leto de 24.500 alios de antiguedad, halfado en 
Portugal. De su examen se desprende que nean-
dertales y humanos modernos pertenedan a una 
mlsma especie, cruzdndose entre ellos sin barre-
ras geneticas. Este nilio, denominado Logar Ve-
Iho " moderno en 10 mayorfa de sus estructuras 
anotom;cos, presento huesos cortos de las extre-
mldades inferiores y una mandfbulo indinada 
hocia otrds, que son rosgos neondertoles. 
da en las extremidades inferiores relati-
vamente largas, una adaptaci6n tropical. 
No obstante, LagarVelho 1 tiene las pan-
torrillas cortas igual que los neanderta-
les, adaptados a un clima frio.] 
Lagar Velho 1 tam bien suministra prue-
bas de un comportamiento Similar entre 
neandertales y humanos modernos. A pe-
sar de que los datos paleontol6gicos indi-
can diferencias anat6micas entre ambos 
grupos, no pudieron divergir mucho en 
cuanto a pautas generales de adaptaci6n, 
conducta social y forma de comunicaci6n, 
lenguaje incluido. Para sus contempora-
neos, los neandertales eran un grupo mas 
de cazadores recolectores del Pleistoceno, 
tan humanos como ellos mismos. 
ERIK TRINKA US es poleoontrop610go de 
10 Universidad de Washington. 
(IDALIA DUARTE, osre610go dellnstiruto 
Portugues de Arqueologla en Lisboa, reali-
za su investigaci6n doctoral en antropofo-
gla {{sica en la Universidad canadiense de 
Alberta. 
ter simb6lieo. S610 los humanos moder-
nos realizaban, se dice, enterramientos 
de eiena eomplejidad, se expresaban a 
traves de adornos corporales, eseulturi-
lias y pinturas rupestres y tallabanutiles 
de hueso y cuerna refinados; en una pa-
labra, desarrollaron la industria del Pa-
leolftico superior. La cultura material 
asociada a los neandertales. por contra, 
s610 ofrecia utiles !ftieos del Paleolitieo 
media de estilo musteriense. 
Mas entre los neandertales han apa-
recido tambien signos de pensamien-
to simb6lico. Asi, se han encontrado 
enterramientos neandertales en toda 
Europa, algunos de e llos provistos de 
objetos rituales. (Segun eiertos autores , 
sin embargo, los neandertales enterra-
ban los muenos para ocultar la descom-
posiei6n del euerpo, que habna atraido 
la visita de predadores, y los supuestos 
objetos rituales senan un batiburrillo de 
19 
DESDE EL DESC UBRIMIENTO, hac. casi si-
g lo y media, del esptkimen que si rv i6 para 
defin ir a los neanderta les, se han venido 
negando a los neandertales las habi lida· 
des que poseen los hUrnanos modernos, 
como son el recu rso a srmbolos y empleo 
de tecnicas complejas en la manufactu-
ra de sus utiles. Los neandertales han sido 
caracterizados como subhumanos. aferra-
dos a su tradici6n e impermeables a las 
innovaciones. Y cuando aparecfan restos 
culturales avanzados junto a los ultimos 
neanderta les, en diversos yacimientos de 
Europa occidental, se buscaba otro tipo 
de explicacl6n para tales 5i9n05, Entre los 
yacimientos destaca por su espectaculari-
dad la Grotte du Renne. Situada la cueva 
en el norte de Francia, en la serie de yaei-
mientos de Arcy-sur-Cure, se encontraron, 
en asociaci6n con f6siles de neandertales, 
abundantes instrumentos de piedra y hue-
so muy elaborados, adorn os corpora les y 
objetos decorados. En ot ros yacimientos 
franceses y a 10 largo de la cordill era Can-
tabrica y del Pirineo tambien se han halla-
do artefactos similares efectuados segun 
la m isma pauta, la cultura del Chatel perro-
niense. 
Puesto que los p rim eros humanos mo-
dernos de Europa desarrollaron una in-
dustri a Iftica equiparable, la cultura del 
Auri riaciense, que aparece en 105 mismos 
yacimientos que contienen materia les 
chatelperronienses, algunos autores han 
sugerido un deslizamiento de n iveles ar-
cosas que se deslizaron al azar hasta la 
tumba.) En algunos yacimientos se han 
recogido tambien dientes perforados, 
fragmentos de huesos grabados y ocre 
amari llo y rojo, muestras todas ell as de 
creatividad artistica, que, por su relati-
va escasez, admiten, no obstante, una 
explicaci6n diferente. 
La posibilidad de que los neanderta-
les hubierao desarrollado usos moder-
nos se tom6 en mayor consideraci6n 
cuaodo, en 1980, se descubri6 un es-
pecimen en el abrigo de Saint-Cesaire 
(Charente-Maritime); apareci6 asocia-
do con instrumentos liticos pertene-
cientes al Chatelperroniense, industria 
Iftica que se habfa atribuido a los hu-
manos modemos. Ademas, en 1996, 
e l equipo de Hublin hizo publica una 
noticia que puso al Chatelperronien-
se en e l centro de atenci6n de los ar-
que6Jogos. Las excavaciones inicia-
das a finales de los aDOS cuarenta en el 
yacimiento de la Groue du Renne en 
Arcy-sur-Cure (cerca de Auxerre) ha-
20 
queol6gicos, en virtud del cual artefactos 
auririacienses penetrarian en 105 niveles 
asoc iados a 105 neandertales. Segun otros, 
semejante confusi6n de objetos se deberia 
a que los neanderta les tomaron de 105 hu-
manos modernos esas creaciones, ya fue-
ra recogiendolas, ya fuera intercambiando 
objetos manufactu rados por 105 huma-
nos modernos 0 imitando incluso el esti-
10 de los recien Ilegados, en el bien enten-
d ido de que ellos eran inca paces de captar 
la naturaleza simb61ica de algunos de es-
tos objetos. 
Pero de nuestra investigaci6n de ta les 
restos se infiere que 105 uti les y los ad or-
nos corporales que aparecen asociados a 
los neandertales no son el resu ltado de la 
mezcla de estratos arqueol6gicos; 10 de-
muestra la presencia en el mismo nlvel 
de objetos acabados y restos desecha-
dos de su manufactura. Ademas, los arte-
factos chatelperronienses recuperados en 
la Grotte du Renne y Quim;ay, yacimiento 
de la reg i6n francesa de Poltou-Charentes, 
fueron t rabajados mediante tecnicas d is-
t intas de las empleadas por 105 auri riac ien-
ses. Asi. en 10 concern iente a los colgan-
tes (dientes de osos, lobos, ciervos, entre 
otros), los neandertales hendfan un surco 
al rededor de la ra iz para sujetarlos con al-
guna suerte de cord6n, m ientras que los 
auririacienses 105 perforaban. Segun des-
cribieran ya Fra n ~ois Leveque y un cola-
borador, incluso en los casos en que los 
neanderta les agujereaban el diente, 10 ha-
bfan proporcionado numerosas hojas 
de industria litica, adornos corporales e 
instrumentos de hueso; habra tam bien 
senales de la existencia de cabanas y de 
hog.res. Todos eHos elementos distin-
tivos del Paleolftico superior. Al prin-
cipia fue imposible identificar los esca-
sos restos humanos haHados junto a los 
artefactos. pero el recurso a la toma-
grafia computarizada solucion6 el pro-
blema. ApJicada a la regi6n oculta del 
a ido interno que se conservaba en un 
fragmento de cr~neo, Hublin pudo es-
tablecer que se trataba de un neander-
tal; fuera de ello, el especimen no apor-
taba ninguna informaci6n distintiva. 
Algunos no tardaran en aducir que 
los neandertales habfan adquirido es tos 
objetos de apariencia modema a traves 
del robo, de la apropiaci6n de uliles 
abandonados por human os modernos 0 
quiza por intercambio. Propuesta reba-
tida por Francesco d 'Enico, de la Uni-
versidad de Burdeos, y 10110 Zilh1l0, del 
Institulo Portugues deArqueologfa. Ra-
dan de forma diferente, golpeando con 
una punta la ralz. los humanos modernos, 
en cambio, preferian rascar pausadamen-
te el d iente hasta perforarlo. 
De modo similar, las nuevas tecnicas de 
ta lla y los tipos de instrumentos que apa-
recen entre los ultimos neanderta les de 
otros yacimientos de Francia, Italia yEs-
pana no muestran ninguna influencia del 
Aurinaciense. Sf mantienen afinidades con 
las tradiciones loca les anteriores; parece, 
pues, deberse a un desarrollo aut6nomo. 
Si la cu ltura chatelperron iense de los 
neandertales se debiese al contacto con 
los humanos modernos, el Auririaciense 
tendria que ser mas antiguo que el Cha-
telperroniense. Pero nuestro analisis de 
las dataciones radiometri cas de las se-
zonan, por contra , estos que los instru-
mentos chatelperronienses de la Grone 
du Renne y de olros yacimientos, aun-
que aparentemente simi lares a los auri -
fiacienses, reHejan un metoda de manu-
factura d iferente y mas anliguo. 
Hoy en dia, la mayorfa de los inves-
ligadores estan convencidos de que 
los neandertales son los aulores de los 
instrumenlos y adornos chatel perro-
nienses, si bien se ignora que pradu-
jo semejanle saito cultural despues de 
centenares de miles de afios. "Es mas 
senci llo aceptar que resulta de I. imita-
T EMAS 44 
cuencias arqueol6gicas, dejando a un lado 
los pocos y muy discutibles casos donde 
estan intercalados, indica que en los yaci-
mientos donde se presentan ambas cultu-
ras, el Chatelperroniense siempre apare-
ce por debajo del Auriliaciense, selia l de 
su mayor antiguedad. No 5610 eso. La eva-
luaci6n del centenar de dataciones dis-
ponibles para este periodo en Europa y 
el Pr6ximo Oriente, nos muestra que all f 
donde se conoce perfecta mente el con-
texto arqueol6gico de los restos data dos, 
la fecha mas antigua para el Aurinaciense 
es de 36.500 arios. Esta misma dataci6n ra-
diometrica nos indica que los neanderta-
les se hallaban en plena evoluci6n hacia 
un comportamiento moderno. En otras 
palabras, el Chate lperroniense y otras cul-
turas de los uhimos neanderta les, como 
son el Uluziense de Italia, aparecieron en 
Europa hace unos 40.000 arios y son ante-
rieres al establecimiento de los humanos 
modernos en esas mismas regiones. 
EI desarrollo aut6nomo incluye la ma-
nufactura y el usc de objetos simb6licos, 
creados para embellecimiento personal; 
renejan, ademas, el reparto de funciones 
socia les en la cultura neanderta l, como 
COLGANTE5, IN5TRUMENT05DE HUESO Y W(HILLOS de 10 Grotte du Renne. Porecen ser obra de los neon-
dertoles. Tales restos, que se halloron en el yacimiento debojo de aeociones culturoles de los humanos 
modernos, estdn efaborados siguiendo metodos distintos de los empleodos por los humanos modernos, 10 
que induce a pensar que los neandertales desarrollaron por sl solos una cultura moderna. 
ci6n a aculturaci6n can humanos mo-
demos que conceder que los neander-
ta les los inventaron par si mismos", 
expone Paul A. Mellars, de la Universi-
dad de Cambridge. "Serfa una extraor-
dinaria coincidencia que hubieran in-
ventado ese arsenal de elementos poco 
antes de que apareciesen los humanos 
con el mismo tipo de elemenlOs." Ade-
mas, Mellars no esta de acuerdo con 
ia cronoJog{a de hechos que presen-
tan d' Errico y Zilhao. "Las dataciones 
muestran que [los neandertalesJ em-
pezaron a realizar este tipo de objetos 
E VOLUCl6N HUMANA 
s610 tras la lIegada de los humanos mo-
demos a Europa oriental, 0 como mini-
ma al norte de Espafia", sostiene. (La 
verdad es que no podemos fechar esos 
yacimiemos con suficiente precisi6n y, 
por tanto, caben diversas interpretacio-
nes de los mismos.) 
Tras estudiar los adomos corporales 
de la Grotte du Renne, Randall Whi te, 
de la Universidad de Nueva York, lIe-
ga a la conclusion de que retJejan me-
todos de trabajo empleados, aunque a 
escala menor, en los adornos del Auri-
iiaciense. Dada la compleja estratigra-
podemos comproba rl o en las sociedades 
primit ivas. En consecuencia, el compor-
tamiento "moderno" parece haber surgi-
do en regiones disti ntas y entre diferentes 
grupos humanos, 10 mismo que aconteci6 
mas tarde con la introducci6n de la agri-
cultura, la escrit ura y la organizaci6n en es· 
tados. 
De acuerdo con una explicaci6n alterna-
t iva, que atiende a la aparici6n simultanea 
de adorn os personales en muchas partes 
del Viejo Mundo, los contactos entre hum a-
nos modernos y humanos arcaicos produ-
jeren un cambio de la identidad personal, 
socia l y biol6gica, cambio que desemboc6 
en una avalancha creadora de objetos sim-
b6licos. Perc con los datos disponibles pre-
ferimos la hip6tesis de una invenci6n inde-
pendiente. 
En cualquier caso, la barrera cu ltural, 
que pareda separar de los humanos mo-
demos a los neanderta les, y que conferfa 
a nuestra especie en exclusiva esa cua li-
dad -Ia capacidad de producir una cu1tu-
ra simb6l ica- ha quedado reducida a es-
combros. 
loAo ZILHAo es director del Instituto 
Portugues de Arqueofogfo en Lisboa. 
FRANCESCO O'ERRICO es investigada, del 
(NR5 en ellnstituto de Prehistoria y Geolo-
gfa del Cuaternario de 10 Universidad de Bur-
deos. 
ffa del yacimiento de la Grotte du Ren-
ne, no es improbable que estos objetos 
de apariencia modema procedan de los 
niveles superiores aurifiac ienses. Y 10 
que reviste para White un intenSs ma-
yor: el Chatelperroniense no existe mas 
alia de Francia, Belgica, Italia y el nor-
te de Espana. Si miramos el Paleolftico 
superior desde una perspectiva amplia 
que abarque toda Europa, Hel Chatel-
perroniense es claramente posterior al 
Auri fi aciense" . 
Ahora bien, que sea posterior at 
Aurifiac iense no significa que surgie-
ra despues del contacto con los hu-
manos modernos. En los yacimientos 
mas antiguos del Aurifiaciense no hay 
f6siles humanos; se les atribuye a hu-
manos modemos porque estos apare-
cen asociados a los yacimientos auri-
fiacienses posteriores. Pero "quienes 
eran biol6gicameme los aurifiacienses 
de hace entre 40.000 y 35.000 anos es 
una cuesti6n todavia por resolver", su-
braya White. 
21 
EL SINO DE LOS NEANDEKI'ALIS I0Il. 
EN LOS ULTIMOS A~OS se han multiplicado 
las pruebas en favor de la hip6tesis migrato-
ria del hombre modema. Habrfa lIegado este 
a Europa, probablemente desde el Pr6ximo 
Oriente, hace entre 40,000 y 30.000 arios. 
[Recientes cambios en la calibrad6n del me-
toda del radiocarbono situan la expansion 
de los humanos modernos por Europa en-
tre hace unos 46.000 y 41 .000 arios. La nue-
va calibracl6n hace retroceder, para la epa-
ca de esa expansi6n, las data clones. Puede 
afectar a las fechas que se dan en este arti-
culo.] La mayoria de los autores creen que las 
primeras poblaciones de humanos moder-
nos pasaron por la peninsula de Anatolia y 
los Balcanes, atravesaron luego las lIanuras 
y los valles de Europa central, para extender-
se, par ultimo, hacia el norte y oeste de Euro-
pa. A su paso, las poblaciones de neanderta-
les se verian sistematicamente empujadas 
hasta zonas perifericas y poco atractivas para 
las poblaciones invasoras de humanos mo-
dernos. EI ultimo basti6n neandertal serra la 
peninsula Iberica, de donde proceden f6siles 
del yacimiento espanol de Zafarraya datados 
en hace 32.000 arios e instrumentos atribui-
dos a los neandertales en unos 28.000 arios 
de antigOedad. Para muchos paleoantrop6-
logos, no quedarfa en Europa ningun nean-
dertal despues de esta fecha. Ni aportaron 
en absoluto contribuci6n alguna a la biolo-
gia de los primeros humanos modernos. En 
ese marco interpretativo, los neandertales 
fueron abocados a la extinci6n por una es-
pecie humana superior, la nuestra. 
Ademas, si nos fijamos en el Pr6xi-
mo Oriente de hace 90.000 anos, anade 
la arque610ga de la universidad neoyor-
quina, observaremos que los humanos 
de anatomfa moderna y los neanderta-
les creaban el mismo tipo de utiles de 
industria Utica musteriense; estos, aun-
que son menos complejos que las he-
rramientas aurinacienses, requerfan 
tambien una considerable capacidad de 
elaboraci6n. "No puedo imaginar que 
los neandertales produjeran estos ins-
trumentos de tecnica avanzada y los 
transmitiesen de generaci6n en genera-
ci6n sin poseer un lenguaje", apostilla 
White. "He visto mucha gente realizan-
do este tipo de objetos; no basta obser-
var por encima del hombro de quien los 
ejecuta para aprender el arte, sin mediar 
un dialogo." Para White y otros no me-
rece ningun credito la lesis de la supe-
rioridad cogni tiva de los humanos mo-
demos, en particular si la inferioridad 
de los neandertales comporta que care-
cian de lenguaje. Sf parece mas funda-
22 
Pero nuevas pruebas recabadas en un 
importante yacimiento del noroeste de 
Croacia han puesto sordina a mas de un 
punto de esa interpretaci6n tradicional. 
Con la dataci6n directa por espectrome-
tria de masas par acelerador de dos f6siles 
neandertales, procedentes de la cueva de 
Vindija, mis colegas y yo hemos demostra-
do que los neandertales vivieron, en las me-
jores condiciones imaginables, en el centro 
de Europa hace tan s610 28.000 arios. Esta 
dataci6n, hasta hoy la mas reciente para f6-
siles de neandertales, nos indica que no se 
les confin6 presta mente a la periferia, sino 
que compitieron con los int rusos humanos 
modernos durante un largo periodo. 
La coexistencia entre neandertales y 
primeros humanos modern as durante mi-
les de arios, en el coraz6n de Europa, per-
mit i6 numerosas oportunidades de in-
teracci6n mutua. Vindija podrfa reflejar 
algunas. EI trabajo de mis colegas croa-
tas, Ivor Ka ravani" de la Universidad de 
Zagreb, y Jakov Radovcic, del Museo de 
Historia Natural de Croacia, ha sacado a 
la luz una mezcla de utiles musterienses 
y auririacienses en el mismo nivel estrati-
gratico de donde proceden los f6siles de 
neandertales datados. Su hallazgo nos re-
vela que los neandertales fabricaban he-
rramientas avanzadas 0 las obten fan por 
transacci6n con los humanos modernos. 
5i atendemos a la morfologia, los de Vindi-
ja muestran una apariencia mas moderna 
que la mayoria de los neandertales, 10 que 
do que los humanos modern os crearan 
un tipo de cultura con mayor depen-
dencia de materiales simb6I icos. 
Se recurre tam bien a la morfologfa 
del cerebra neandertal en busca de indi-
cios sobre su capacidad cognitiva. Para 
Ralph L. Holloway, de la Universidad 
de Columbia, las asimetrias cerebrales 
que caracterizan a la humanidad actual 
pueden observarse ya en los neanderta-
les. "De momento, es imposibledistin-
guir entre ambos", afirma. Sobre si la 
anatomfa de los neandertales les capa-
citarfa para hablar, los estudios de la 
base del craneo real izados por Jeffrey 
T. Laitman, de la Facultad de Medici -
na Mount Sinai, sugieren 10 siguiente: 
si los neandertales hablaron, tuvieron 
un repertorio fonetico mas limitado. Sin 
embargo, no esta claro cual es el signifi-
cado de estas Iimilaciones ffsicas. 
Su desaparici6n 
Si los neandertales gozaron de aproxi-
madamente las mismas capacidades 
~~,\rr "f 
• I ti-J ..... - .1,.'fi 
sugiere que sus antepasados se cruzaron 
con los humanos modernos. 
La probabilidad de un flujo genetico en-
tre ambos grupos se apoya tambien en la 
huella que los neandertales dejaron en los 
primeros humanos modernos de Europa. 
Los f6siles de adultos pertenecientes a los 
primeros humanos modernos de yacimien-
• Primeros hombres modern as 
• Neandertales 
cognitivas que los humanos modemos, 
su desaparici6n se toma entonces mas 
incomprensible. Las nuevas datacio-
nes de los restos neandertales de la cue-
va croata de Vindija hacen hincapie en 
que su extinci6n no se produjo de 1a no-
che a la manana. EI grupo liderado por 
Smith ha demostrado que los neander-
tales vivieron en Europa central hasta 
hace 28.000 anos, varios miles despues 
de 13 expansi6n de los humanos moder-
nos por Europa. Apoyado en esto, Strin-
ger defiende que los humanos moder-
nos, una nueva especie a su en tender, 
reemplazaron a los neandertales a 10 lar-
go de un proceso dilatado y lento. "Los 
neandertales fueron desapareciendo de 
fonna gradual porque los humanos mo-
TEMAS 44 
tos como Vogel herd, en el sud oeste de Ale· 
mania, y Mladec, en Moravia (Republ ica 
Checa), presentan rasgos que hallan dificil 
explicaci6n si no se acepta la participaci6n 
neandertal en sus antepasados. Demos un 
ejemplo. Neandertales y humanos moder-
nos exhiben, en su gran mayoda, una pro-
yecci6n de la parte posterior del craneo, el 
) 
demos eran ligeramente mas innovado-
res, estaban algo mejor capacitados para 
afrontar los n\pidos carnbios ambienta-
Ies y probablemente habfan desarrollado 
un tejido social mas s6Iido", resume. 
Por otro Iado, si los neandertales eran 
una variaci6n de nuestra propia especie 
con las mismas capacidades, tal y como 
creen Smith y Wolpoff, el largo perfo-
do de coexistencia de los neandertales 
y de las nuevas poblaciones que coloni-
zaban Europa proporcion6 tiempo sufi -
ciente para mezclarse. Ahf se esconde-
ria la causa de la morfologfa mixta que 
se aprecia en los ultimos neanderta-
les y en los primeros humanos moder-
nos de Europa. Y si hubo intercambio 
gem!tico, entra dentro de 10 verosfmil 
EVOLUCI6N HUMANA 
"mono" occipital (a lgunos aspectos, como 
la forma y posici6n de esta prominencia. 
difieren entre ellos porque la forma gene· 
ral del craneo es distinta), Pero los f6siles 
procedentes de los yacimientos de Skhul y 
Qafzeh, en el Pr6ximo Oriente, y que presu· 
miblemente representan los antepasados 
de los primeros humanos modernos euro-
I 
peos, no tienen esta morfologla. No resulta 
facil explicar que la causa responsable del 
desarrollo de esta prominencia puede apa-
recer independientemente y de forma ubi-
cua en los primeros humanos modernos de 
Europa. Es harte mas 16gico aceptar que ese 
rasgo morfol6gico denuncia una relaci6n 
con los neandertales. EI nino portugues, 
descubierto recientemente, nos ofrece mas 
pistas interesantes. 
l as pruebas muestran que las lnteraccio-
nes culturales y biol6gicas entre neanderta-
les y primeros humanos modernos fueron 
muy complejas, demasiado para atribuir el 
origen de los humanos modernos a la com-
pleta sustituci6n biol6gica de los neander-
tales. los neandertales, en cuanto grupo, 
han dejado de existir; mas sus genes, quiza 
borrados para siempre, participaron en los 
inicios de la historia biol6gica de los huma-
nos modernos europeos. 
FRED H. SMITH es catedrdtico del departa-
mento de anrropologfo de la Universidad de 
Northern Illinois. 
LA MIGRACION de los humonos modernos (violeta) 
" en Europa no elimino (ompletamente a los nean-
derta/es, que (ontinuaron vivien do en Europa (en-
tral y o(cidental hasta ha(e 28.000 af/os. Algunos 
fOsiles de los primeros humanos motiernos euro-
peos poseen rasgos neondertales, 10 que sugiere 
que durante ellargo perfodo de convivencio las dos 
pobla(iones se mezelaron. 
(hace unos 
90.000 anos) 
que se intercambiasen elementos cultu· 
rales, 10 que explicarfa las semejanzas 
entre Chatelperroniense y Aurinacien-
se. Segun Wolpoff, los neandertales, en 
cuanto entidad distinta, desaparecieron 
al ser superados numericamente por los 
recien lIegados. Miles de anos de cru-
zamiento entre Ia restringida poblaci6n 
neandertal y los hurnanos modernos, 
muchos mas, diJuyeron los rasgos dis-
tintivos de los neandertales, que termi-
naron por extinguirse. 
"Si dentro de miles de anos pudie-
semos observar a los australianos, ve-
rfamos que predominan los rasgos 
europeos (en detrimento de los genui-
namente australianos), por la sencilIa 
raz6n de una mayor poblaci6n blanca", 
senala Wolpoff. "No se deberfa ni a una 
mejor adaptaci6n, ni a una cultura dife-
rente ni a ningun otro motivo fuera del 
numerico. Lisa y llanarnente, hay mu-
chos mas europeos, En mi opini6n, eso 
sirve para describir 10 que observamos 
en Europa: el predominio de una pobla-
ci6n mas nurnerosa," 
De la diversidad de opiniones en tor-
no a temas tan controvertidos surge un 
punto com partido. El rechazo uncinime 
de la vieja tesis de unos neandertales 
con andares pes ados y carentes de cuI-
tura. Otra cuesti6n irresuel ta es la de si 
fueron nuestros antepasados 0 s610 una 
especie affn. que compiti6 con nosotros 
por el territorio eurasiatico y perdi6 a la 
postre. En cualquier caso, los detalles 
son de una complejidad endiablada. 
"A medida que avanzamos en el cono-
cimiento, surgen nuevos interrogan-
tes, y el problema se enreda", confiesa 
Lawrence G. Strauss, de Ia Universidad 
de Nuevo Mexico. "No hay explicacio-
nes sencillas que sean definitivas." 
23 
24 
PALEONTOLOGiA ESPANOLA 
Neandertales de la cueva del Sid ran 
EL ESTUDIO DE LA EVOLUCION HU-
MANA muestra una dilatada trayec-
toria en distintos paises de Europa. En 
Espana, sin embargo, la paleoantropo-
logla ha padecido un retraso secular, 
en parte debido a la escasez de f6siles 
humanos. Afortunadamente, la si tua-
ci6n hoy es algo distinta. La explosi6n 
de hallazgos de nuevos f6siles huma-
nos en diferentes sitios, muy en parti-
cular en Atapuerca, y la investigaci6n 
que estos han suscitado, nos van equi-
parando poco a poco a otr05 paises de 
nuestro entorna. 
Los f6siles humanos rescatados en 
la Cueva del Sidran, en Asturias, vienen 
a unirse a este renovado impetu des-
cubridor, dando nueva savia a las eien-
cias de la evoluci6n del hombre. Los 
restos de la cueva del Sidr6n constitu-
yen una magnifica colecci6n de f6siles 
humanos, con buena representaci6n 
de diferentes partes del esqueleto, a 
excepci6n del craneo; se han identifi-
cado al men os tres individuos. 
Por el momenta, se desconoce el 
contexto estratigranco y cronol6gico 
preciso de los f6siles humanos del Si-
dr6n. No obstante, un primer anal isis 
ya ha revel ado datos de gran interes. 
Una primera labor realizada ha consis-
tido en la caracterizaci6n antropol6-
gica de estos restos y su aSignacion a 
un grupo humano especifico. De entre 
los diferentes elementos esqueleticos 
conservados, destacan dos mandibu-
las en un aceptable estado de conser-
vacion. 
La mandibu la es un hueso de es-
tructura muy compleja, cuya forma 
recoge bien las modificaciones evo-
lutivas de los homfnidos. Sabre esta 
base, hemos comparado las mandf-
bulas del Sid ron con una amplia co-
lecci6n de mandibulas humanas de 
yaci mientos de Europa, Africa y Asia, 
para as! situar la muestra del Sid ron 
en un escenario amplio de la evolu-
cion humana. Una gran cantidad de 
ca racteres Ileva n a una conclusion 
clara y s6lida: los restos f6siles delSi-
dr6n pertenecieron a individuos del 
grupo humano neandertal. De este 
modo, y dada la abundancia de res-
tos conservados, se trata de la colec-
cion mas completa de restos de nean-
dertales descubiertos en la penfnsula 
Iberica. Para entender mejor el sig nifi-
cado de los restos del Sidr6n es nece-
sario hablar un poco de los neander-
tales lQuienes eran? lC6mo eran? 
Hoy sabemos que los neanderta-
les se originaron en Europa a traves 
de un largo proceso de evol ucion que 
dur6 cientos de miles de arios, al me-
nos desde hace 500.000 anos. Con el 
tiempo, las caracterfsticas fisicas que 
distinguen a este grupo humano se 
fueron acentuando para finalizar en 10 
que se ha lIamado los "Neandertales 
clasicos': Con la expresion "Neander-
tales clasicos" se designa a las po-
blaciones humanas que vivieron en 
Europa durante la primera parte del 
ultimo periodo glacial (entre hace 
80.000 y 35.000 anos): neandertales 
de La Chapelle-aux-Saints y La Ferras-
sie en Francia, Guattari en Italia, Spy 
en Belgica, etc. 
Si n embargo, el uso de la palabra 
"neandertal" puede abarcar period os 
mas amplios, una vez conocidas sus 
profundas rakes evolutivas. En la ac-
tualidad, un buen numero de especia-
listas consideran que los neandertales 
fueron una especie distinta de la nues-
Ira (Homo sapiens), y son denomina-
dos Homo neanderthalensis. 
Los restos del Sidr6n son clara men-
te neandertales, ya que sus mandfbu-
las presentan las caracteristicas tipi-
cas de esta especie. Uno de sus rasgos 
mas distintivos reside en la posici6n 
adelantada de la cara, resultado de un 
largo proceso de cambio que modific6 
la regi6n de la nariz y la boca. En este 
TEMAS 44 
proceso, la mandibula tambien cam-
bi6 su forma; gracias a tales cam bios 
podemos precisar que las mandibulas 
del Sid ron pertenecieron a hombres de 
Neandertal. 
Sin embargo, y esto es muy intere-
sante, los restos del Sidr6n tambi.n 
presentan unos rasgos que no enca-
jan del todo en la noci6n de "nean-
dertal clasico". En particular, los homl-
nidos del Sid ron ten ian un esqueleto 
muy robusto y bien desarrollado. Esta 
caracterfstica, junto con algunos de-
talles de su anatomfa, les hacen pa-
recerse a otras poblaciones que algu-
nos han Ilamado protoneandertales, 
y que vivieron hace mas de 80.000 
arms. A este respecto, nuestros ana-
lisis revelan que los restos asturia-
nos se parecen a los de Krapina (Croa-
cia) y, curiosamente, tam bien a los 
neandertales del Proximo Oriente de 
Amud y Kebara. 
Sin duda, estos resultados plantean 
algunas preguntas. lQue significan es-
tos parecidos? Hay varias posibilida-
des, perc dos de elias merecen particu-
lar atenci6n. Por un lado, los parecidos 
pueden estar informando de diferen-
tes poblaciones dentro de la especie 
Homo neanderthalensis, en concreto 
diferencias entre poblaciones del norte 
y del sur. Y por otro, pueden estar dan-
EVOLUCI6N HUMANA 
do alguna pista sobre su posible marco 
cronol6gico. En este sentido, importa 
senalar el marco temporal donde po-
demos empezar a situar los restos hu-
manos del Sidr6n. 
Pero debe quedar claro que la da-
tacion de estos restos no se efectua 
con el estudio de su anatom la; la da-
tacion se realiza con otros metodos 
especializados. Sin embargo, el ana-
!isis de la morfologia nos sugiere al-
gunos datos de su posible escenario 
cronologico. En primer lugar, dado 
que el grupo humano neandertal se 
extinguio hace unos 35.000 anos, los 
restos asturianos deben ser al me-
nos de esta antiguedad. En segundo 
lugar, por el momento no podemos 
determinar el limite cronol6gico in-
ferior. Pod em os, no obstante, hacer 
alguna precision. Dada su estructu-
ra robusta y parecidos morfolog icos, 
no puede descartarse un horizon-
te cronol6gico en el tramo final del 
Pleistoceno Medio (periodo geologi-
co comprendido entre hace 780.000 
y hace 120.000 anos). 
Can todo 10 dicho, cabe concluir 
que el descubrimiento en Asturias de 
la coleccion de fosiles humanos del Si-
dr6n proporciona un hermoso caudal 
de informacion para el conocimiento 
de la evolucion humana durante un 
period a del que tenia mas muy poco 
registro paleoantropologico en la pe-
ninsula Iberica. Por el momenta tan 
s610 hemos contestado a la pregun-
ta de su parentesco, perc otras mu-
chas cuestiones quedan en el aire. Los 
restos del Sid ron son, sin duda, de un 
elevado interes cientifico. [Esta nota 
se public6 en Investigaci6n y (ien-
cia en 2000. En los anos siguientes, 
se han descubierto en el yacimiento 
de Sidr6n unos SOO restos humanos 
mas. En 2005, uno de los autores, An-
tonio Rosas, Carlos Lalueza, de la Uni-
versidad de Barcelona, y sus cola bora-
dores anunciaban la recuperacion de 
dos cortos fragmentos de ADN mito-
condrial de un diente de uno de los 
neandertales de Sidron (hasta ese mo-
menta solo se habia estudiado ocho 
secuencias genomicas de neandertal). 
Calcularon que tenia 43.000 anos. La 
secuencia, incluida una mutaci6n en 
cierta posicion, era identica a las ho-
mologas de un neandertal de Feldho-
fer, en Alemania, y de ejemplares de 
Vindija, en Croacia.] 
ANTONIO ROSAS 
EMILIANO AGUIRRE 
Museo Nacional 
de Ciencias Naturales, CSIC 
25 
Hominidos contemporaneos 
26 
PARANTHROPUS BOISEI 
posefa unas mandfbulas 
enormes provistas de gran-
des dientes para una dieta 
de tipo vegetariano. Su cra-
neo era, asimismo, robus-
to. Desconacem05 5i su ta-
manc corporal superaba en 
mucha el de los "grikiles" 
australopitecos. 
Ian Tattersall 
Dibujos de Jay H. Matternes 
HOMO RUDOLFENSIS, 
representado par el famo-
so crimea KNM-ER 1470. al-
canz6 una capacidad cere-
bral bastante notable. Su 
craneo era distinto del que 
tenIa Homo habilis. de una 
capacidad cerebral menor, 
segun parece. Desconoce-
mas sus proporciones cor-
porales. 
TEMAS 44 
Damos por supuesto que Homo sapiens es el unico hominido 
sobre la Tierra. Pero eso es hoy. Durante cuatro millones de arios, 
compartieron el planeta diferentes especies de hominidos 
EVOLUCION HUMANA 
HOMO HAB/LiS. asi Ilamado 
porque se Ie suponfa crea-
dar de los instrumentoslf-
ticas, de 1,8 mi llones de 
arios de antigOedad, halla-
dos en la ga rganta de Oldu-
vai, en Tanzania. Este hom!-
nida obtenfa lascas con filos 
golpeando una roea con-
tra atra. 
1. COMPARTIENDO UN MISMO PAISAJE, cuatro lipos de hominidos vi· 
vieron hacealrededorde 1,8 miliones deaiios en 10 que hoy es el norte 
de Kenla. Aunque 105 paleoantropalogos no eonoeen e6mo se relacio· 
naban estas espedes, en el caso de que 10 hideran, sf pueden afirmar 
que Poronthropus boisei, Homo rudo/fensls, H. hobilis y H. ergQsterhabl· 
taron en 105 alrededores dellago Turkana. 
HOMO ERGASTER. en oea· 
siones llama do "H. erectus 
africa no': tenra un crimea 
alto y redondeado y un es-
queleto, a grandes rasgos, 
muy similar al de la huma-
nidad actual. Aunque H. er-
gaster consumfa carne, su 
dentici6n masticadora era 
bastante pequena. EI mejor 
ejemplar de este homini-
do es un esqueleto de ado-
lescente de hace 1,6 millo-
nes de arias, el uchico del 
Turkana~ 
27 
H
omo sapiens ha domjnado la 
Tierra a 10 largo de los "Iti-
mos 25.000 ailos, sin narlie 
de su misma familia homlni-
da que se la disputara. Tan-
tos afios han hecho mella y existe muy 
arraigada la sensaci6n de que nuestra 
soledad es 10 natural y apropiado. 
Tal ha sido la aquiescencia, que en 
los arias cincuenta y sesenta emergi6 
una corriente que defendfa que s610 
una especie de homfnido podfa haber 
vivido en cualquier momento dado, 
pues no habfa en el planeta nicho eco-
16gico para mas de una especie crea-
dora de cultura. La "hip6tesis de la 
especie uniea" DUDea result6 muy coo-
vincente, oi siquiera con el magro re-
gistro f6si l disponible hace 35 aiios. 
Pero la idea subyacente de una lenta 
e inexorable transformaci6n, desde el 
encorvado e ignorante homfnido an-
cestral hasta el estilizado e inteligen-
te H. sapiens de nuestros dias, era har-
to sugestiva. 
EI modelo prendi6 con energfa. Hasta 
finales de los afios setenta

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