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Cuerpo, dieta y cultura

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Medicina y Sociedad
Tema
Cuerpo, dieta y cultura
Bibliografía Obligatoria
CONTRERAS HERNANDEZ, J. y AMAIZ, M. G. Cuerpo, dieta y cultura (Cap. 7). En: CONTRERAS HERNANDEZ, J. y AMAIZ, M. G. (2005) Alimentación y cultura. Perspectivas antropológicas. Ed. Ariel, Barcelona. 2005. 
Cuerpo, dieta y cultura 
(J. Conteras Hernández y M. Arnáiz)
El hambre es una necesidad primaria, el ser humano debe comer para nutrirse, pero no come cualquier cosa, es un omnívoro selectivo. 
Recordamos: los alimentos no sólo se componen de nutrientes sino también de significaciones.
Cumplen una función fisiológica pero también social a través de sus representaciones. Elige, jerarquiza, clasifica, lo comestible y lo no comestible.
A través de la comida los seres humanos dan cuenta de su especificidad biológica y cultural “Eres lo que comes”
Comer y no comer
Problemas asociados al comportamiento alimentario
Comer es un medio para comunicarse con otras personas: alegría, afecto, interés, pero también desagrado o dolor.
Una torta de cumpleaños, la cena de Nochebuena, el banquete de boda, tiene mucho menos que ver con la ingestión de calorías que con las prácticas, tradiciones y representaciones simbólicas que articulan las relaciones sociales. 
Comer demasiado, comer poco o no comer a menudo constituyen mensajes destinados a otras personas e instituciones.
No comer 
La mayoría de las culturas y sociedades tienen prohibiciones relativas a la ingestión de alimentos, en gran parte justificados por su carácter religioso pero también ligados a justificaciones de orden económico, ecológico o nutricional. Los hindúes tiene prohibido comer carne de vaca, los judíos la carne de cerdo.
En el occidente cristiano el ayuno se estableció como conducta identificada con la pureza del corazón ante Dios y la penitencia.
No comer
El ayuno en el siglo XXI en nuestras sociedades industrializadas es estético, ya no depende de dictámenes eclesiásticos, sino de valores que emanan de otras instancias como la moda y los medios de comunicación, hoy significativamente las redes sociales. 
Los valores estéticos y los cuidados corporales como medio de aceptación social y de uno mismo, constituyen los motores ideológicos de muchas prácticas alimentarias.
También en la sociedad actual hay ayunos que se plantean en nombre de reivindicaciones sociales o políticas mediante huelgas de hambre.
Sobreconsumo de alimentos
Malnutrición en los países industrializados
Países industrializados 		 Se come poca fibra y pocos hidratos de carbono complejos y contrariamente se consumen demasiadas proteínas de origen animal con un elevado aporte de lípidos saturados e ingesta de azúcares simples
Esta malnutrición por consumo excesivo y carencial de ciertos alimentos se relaciona con el incremento de enfermedades coronarias, cerebrovasculares, diabetes, anemia, cirrosis hepática, caries, etc.
Se presentan en forma de trastornos psicológicos y comportando las desestructuración del comportamiento en las comidas, ocasionan problemas graves de salud física y mental: obesidad, anorexia y bulimia.
Las paradojas de la sociedad de la abundancia
Se ofrecen miles de productos alimentarios
Se incentiva el hartazgo perpetuo
El sistema proporciona el mal (la abundancia y la promoción del consumo compulsivo)
Se reproducen miles de mensajes para evitarlos
Se promociona la delgadez más rigurosa
Pero también su remedio (la restricción o el consumo de sustancias adelgazantes)
El malestar por el cuerpo
Tal es la presión ejercida por los discursos dietéticos y por el marketing del cuerpo, tal es su papel en la construcción de la imagen social, que cada vez más personas, especialmente las mujeres, pero también cada vez más hombres, manifiestan descontento con sus formas corporales y han instaurado la abstinencia o la evitación de ciertos alimentos como mecanismo de autocontrol
Los mensajes culturales de la sociedad actual
1) Moderación, variedad y equilibrio dietético
Promocionado por los profesionales de la salud, sería el medio para mantener o mejorar el estado de salud en una sociedad llena de actividades sedentarias.
Las grasas de origen animal-colesterol- y los azúcares –la sacarosa- se han convertido en enemigos, que no sólo repercuten en la salud sino en las formas del cuerpo: el sobrepeso (estar gordo).
Los mensajes culturales de la sociedad actual
2) Delgadez, belleza e ideal estético
La lipofobia –el rechazo a las grasas- tiene que ver con el cambio en las normas del peso y en las representaciones del cuerpo
Estereotipo del gordo glotón que come desenfrenadamente es rechazable, en tanto es percibido como egoísta que no comparte
Delgadez como un valor moral ya que comer en exceso y estar gordo es un ejemplo de lo que no se ha de hacer ni ser. Entonces hay que negarse a comer una parte de la oferta alimentaria…pero el tercer mensaje 
Los mensajes culturales de la sociedad actual
3) Comer bueno y por placer
 Hay oferta de numerosos productos alimentarios que proporcionan satisfacción física, psicológica y social que son pocos recomendables para la salud y/o estética.
Para muchas personas el criterio básico para la selección y preparación de los alimentos depende de su preferencia y gustos personales, consumiendo sólo aquello que satisfaga su paladar , lo gratifique e identifique.
Los mensajes culturales de la sociedad actual
Salud, estética y hedonismo son según estos tres mensajes los valores que impregnan ideológicamente una parte importante de la cultura alimentaria contemporánea.
La delgadez deja de ser un objetivo exclusivamente médico y de salud para relacionarse con los modelos de moda y belleza y de aceptación y reconocimiento social, con referentes estéticos y de identidad, por tanto, para alcanzar estos modelos, las personas renuncian con frecuencia a los criterios de salud que le dieron origen.
 ¿Se puede interiorizar y poner en práctica a la vez los tres mensajes 
sin afectar la salud física y/o mental?
Algunas de las enfermedades asociadas al comportamiento alimentario que ejemplifican bien esta situación contradictoria son la obesidad, la anorexia y la bulimia: responden a elecciones alimentarias aparentemente inapropiadas o irracionales (sea por defecto o sea por exceso) que llevan a estados fisiológicos del cuerpo considerados por la literatura psicomédica como anormales o desviados.
La obesidad: una perspectiva sociocultural
El sobrepeso y la obesidad constituye hoy un grave problema sanitario.
En los países industrializados los problemas de salud se han desplazado desde aquellos relacionados con las desnutrición, como el raquitismo y la anemia, hacia los relacionados con la sobrealimentación. 
La obesidad es un problema de salud pública: se trata de un factor de riesgo que es necesario reducir para prevenir enfermedades.
La obesidad: una perspectiva sociocultural
Dado que en la especie humana existen mecanismos de regulación de la alimentación de una gran sofisticación y precisión: 
¿Cómo puede explicarse que cada vez más, el ser humano coma más de lo necesario y además, más de los que exigiría su salud?
Las pautas culturales han sumergido la capacidad que tenía el ser humano para equilibrar su alimentación del modo más beneficioso para su salud y su longevidad. La sabiduría del cuerpo es engañada por la locura de la cultura
Las ideas sobre el cuerpo y la salud tienen una influencia muy directa y muy importante sobre la cultura alimentaria y los comportamientos alimentarios que se consideran adecuados en cada caso
Las representaciones sociales del cuerpo: los cambios en la historia y sus razones
En la mayoría de las sociedades tribales, el hambre representaba un experiencia común , pues los períodos de escasez o hambruna eran comunes. Entonces la glotonería era una práctica social valorada y aceptada, de igual modo , la robustez o un cierto grado de obesidad era contemplado como favorable, especialmente para la atractividad femenina.
Los regalos de comida eran una parte importante de las relaciones sociales:entre parientes, entre clanes, para los dioses, en la magia, en la hospitalidad.
La gordura significaba seducción, atracción y prestigio, mientras que la delgadez hambre, enfermedad y pobreza.
Las representaciones sociales del cuerpo: los cambios en la historia y sus razones
A lo largo de las últimas décadas se han consolidado cambios en relación al ideal del cuerpo, de tal manera que el deseo de salud, de longevidad, de juventud y de atractivo sexual son una poderosa motivación contra la obesidad.
El valor moral atribuido a la delgadez y al régimen se justifica generalmente en nombre de la salud.
La delgadez se asocia con el éxito, el poder y otros atributos altamente valorados, como el autocontrol. Las clases altas se distinguen del resto con este ideal.
Las representaciones sociales del cuerpo: los cambios en la historia y sus razones
El imperio del régimen es inmenso: invade los medios de comunicación, el marketing, la publicidad, la medicina y las medicinas alternativas.
La respuesta gastronómica a los nuevos valores dietéticos y estéticos se sintetizan en la “nueva cocina” que preconiza una menos presencia de grasas, el abandono de salsas pesadas y la recuperación de verduras, legumbres y ensaladas. 
La industria sigue a la nueva cocina con los platos ligeros y los productos bajos en calorías, ligth, naturales, sanos, que se distinguen por eliminar algún componente o agregarle otro ahora valorado. Somos consumidores y se nos reclama, comprar más y más cosas nuevas. Se ha incrementado la disponibilidad de todo tipo de alimentos.
Las representaciones sociales del cuerpo: los cambios en la historia y sus razones
Biológicamente la evolución no ha preparado a nuestros organismos para la abundancia. Por el contrario, ha forjado mecanismos de regulación biológica previsores económicos, capaces de preparar y administrar reservas movilizables en la escasez.
Los peligros hoy derivan de la abundancia excesiva de alimentos y no de la escasez. Los mecanismos que encienden el apetito humano son mucho más sensibles que los que lo apagan
Este defecto genético es una invitación permanente a la industria alimentaria para que sobrealimente a sus clientes, y en este contexto social tan contradictorio respecto a las prácticas alimentarias se sitúan los diversos trastornos del comportamiento alimentario.

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