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GEOMORFOLOGIA Y RIESGO GEOLOGICO

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GEOMORFOLOGIA Y RIESGO GEOLOGICO 
DEL EJIDO URBANO DE CORDOBA 
Francisco Quintana Salvat, Osvaldo Luis Barbeito 
 
RESUMEN 
En la ciudad de Córdoba y sus alrededores, procesos dinámicos de orden natural que no han sido lo 
suficientemente estudiados, han generados riesgos significativos y, muchas veces, desastres que 
afectaron vidas y bienes. Tal es el caso de las inundaciones que perjudican a la ciudad y suburbios, sea 
por cuencas laterales temporarias o por el río Suquía, colapsos de suelos que producen daños a las 
obras de infraestructura y edilicias, como así también la erosión hídrica generalizada o de márgenes. 
Estas situaciones, ponen de relevancia la incorrecta intervención que se ha realizado del medio natural y 
al mismo tiempo la falta de un adecuado conocimiento de sus características geológicas y 
geomorfológicas que indudablemente condicionan las distintas actividades que allí se desarrollan. 
El trabajo se centró en la obtención de la información geológica y geomorfológica de base, mediante la 
elaboración de una carta temática en escala 1:50.000. Esta es indicativa tanto de las características 
estables como dinámicas del paisaje. En el primer caso se refiere a la localización, distribución y 
características de los materiales geológicos de superficie, mientras que en el segundo se detallan la 
localización, mecanismos y extensión de los procesos dinámicos que entrañan riesgos para bienes y 
personas. 
INTRODUCCION 
Con una recurrencia anual, la ciudad de Córdoba y sus suburbios presentan serios problemas de orden 
natural que han derivado del inadecuado manejo del territorio, especialmente a partir de la década del 
50, cuando se produce la gran expansión industrial. 
Las inundaciones que perjudican a la ciudad y sus suburbios, los colapsos de suelos que producen daños 
de consideración a obras edilicias e infraestructura y los procesos de erosión hídrica generalizada y/o de 
márgenes, ponen de relevancia la incorrecta intervención que se ha realizado (y realiza) del medio 
natural. 
Todo ello ha motivado la ejecución del presente trabajo, en el cual se pone un particular énfasis en el 
reconocimiento y definición de clases o tipos litológicos, las condiciones y características de la 
hidrodinámica de superficie y el estudio de los aspectos morfodinámicos generadores de las situaciones 
de inestabilidad actual y/o potencial. 
Como resultado de este trabajo de investigación, se ha obtenido una carta temática orientada a 
demostrar, desde un punto de vista geomorfológico, las factibilidades de uso de diversas áreas en 
función de sus características naturales intrínsecas y, principalmente, contribuir en forma decisiva a la 
prevención o bien la mitigación de desastres naturales, entre los que se destacan las recurrentes 
inundaciones estacionales. 
 
OBJETIVOS 
Realizar el estudio de las características geológicas y geomorfológicas de la ciudad de Córdoba y su 
entorno, con el fin de obtener una base de información que posibilite la detección, definición y 
valoración de las áreas sujetas a riesgo geológico, tanto en forma actual como potencial. Por lo tanto, el 
aspecto morfodinámico ligado a los procesos de riesgo es valorado a nivel de unidades geomorfológicas, 
obteniéndose la información necesaria para posteriores trabajos tendientes a lograr cartas 
interpretativas de uso óptimo del territorio. 
 
MATERIALES Y METODOS 
Se realizaron análisis estereoscópicos de carácter fotogeológico y fotogeomorfológico mediante la 
utilización de fotogramas aéreos a escala 1:50.000, correspondientes a los vuelos efectuados en el año 
1987. La información obtenida se complementó con un segundo análisis estereoscópico de fotogramas a 
escala 1:20.000 del año 1970. Estos últimos facilitaron la detección de diversas situaciones con una 
mayor claridad, dado el menor grado de ocupación del territorio comprendido dentro del ejido urbano y 
zonas suburbanas adyacentes, a la fecha de obtención de esos fotogramas. 
Los productos obtenidos de este trabajo, son los que se detallan a continuación: 
a) Carta a escala 1: 50.000 de la ciudad de Córdoba y alrededores con sus principales características 
hidrológicas, tipos litológicos, el reconocimiento y definición de ambientes, unidades y elementos 
geomorfológicos, además de la delimitación de sectores conformados por suelos con distintos grados de 
colapsabilidad. (Figura 1). 
b) Block-diagrama en el que se reconstruye el paisaje original del valle del Río Primero (Suquía) y el perfil 
litológico-estratigráfico que abarca desde el pleistoceno medio hasta la actualidad. (Figura 2). 
 
EVALUACIÓN DE RESULTADOS 
Geomorfología 
A la escala de trabajo y dentro del marco de la carta (Figura 1), se diferencian dos ambientes 
geomorfológicos: El ambiente de la planicie loessoide suavemente ondulada y el ambiente fluvial. 
 
Planicie loessoide suavemente ondulada 
Corresponde a una planicie de agradación eólica de mediados del pleistoceno a principios del holoceno. 
Este dominio se caracteriza en el ámbito del ejido y su periferia, a ambos lados del valle del Suquía, por 
un plano suavemente ondulado modelado en la potente cubierta sedimentaria limo-loessoide, con una 
inclinación regional hacia el este del orden del 0,5%. 
En el nivel de unidades geomorfológicas, es posible diferenciar un sistema de suaves bajos 
interconectados e interfluvios plano-convexos que alternan con aquéllos. 
 
Sistema de suaves bajos interconectados 
Es generado por el escurrimiento de carácter predominantemente difuso y esporádico en la planicie; lo 
integran cañadas suavemente cóncavas sin álveo definido, a excepción del arroyo La Cañada, y 
paleocauces que responden a diseños vinculados al paisaje plio-pleistoceno de la llanura. 
Este último hecho se manifiesta por sectores, en la distribución diagonal o casi transversal que tienen 
los paleocauces con respecto a la actual pendiente regional o, en ocasiones, por la confluencia radial 
que adoptan hacia una depresión circular. Sobre estas paleoformas, cuando se producen precipitaciones 
importantes, el escurrimiento por desborde lateral en el primer caso o por desborde de lagunas 
temporarias en el segundo, está indicando la generación por sobreimposición de un nuevo diseño de 
avenamiento. 
El nivel de integración del sistema en su conjunto (cañadas-paleocauces), es variable y se ajusta a un 
patrón de distribución dendrítico con cierto control estructural en la zona pedemontana y a un patrón 
variable entre paralelo, entrecruzado y en abanico hacia el este a medida que disminuye la energía del 
relieve. 
El sistema de bajos ingresa a las áreas urbana y periurbana, integrándose a nivel de subcuencas hídricas. 
Sobre la margen sur, con orientación general SO-NE se destacan tres subsistemas: Uno, el más extenso y 
de mayor potencial morfodinámico, con nacientes en el flanco oriental del cordón de la Sierra Chica y 
dos menores con nacientes en la zona pedemontana. El primero corresponde a la cuenca del arroyo La 
Cañada, con desagüe en el centro de la ciudad; el segundo a la cuenca de aporte de Quebrada de Las 
Rosas (sector oeste) y el tercero (sector sur), a un subsistema con claro patrón anárquico con frecuentes 
trazas de paleoformas. Este, luego de sufrir un cambio en el sentido de escurrimiento de SO-NE a O-E, 
adquiere definición en un bajo que actúa como colector paralelo al río para integrarse aguas abajo, 
fuera del ejido urbano. 
Completan el cuadro, los sistemas ligados a los sectores en los que se produce el ajuste de pendientes 
de la planicie con respecto al valle. 
En cuanto a la margen norte del río Suquía, se presentan dos subsistemas: Uno con sentido N-S que 
ingresa por el sector noroeste de la carta, bien definido con patrón 
dendrítico y control estructural evidente e íntegramente desarrollado en la zona pedemontana 
(subcuenca de Argüello Norte; Quintana Salvat et al., 1992), y otro extendido en toda la mitad norte de 
la carta que, con sentido NO-SE y marcadopatrón digital, se integra al valle por medio del paleosistema 
del río Salsipuedes. Este último, al ingresar a las áreas suburbana y urbana (centro y este), adquiere 
definición en un bajo colector paralelo al río Suquía en un tramo de aproximadamente 10 kilómetros, 
para luego, al igual que sucede en la margen sur del valle, adoptar un modelado de suaves bajos que 
coinciden con trazas de paleoformas. La integración del subsistema al valle se produce con carácter 
anárquico más al este de Chacra de La Merced. El resto se integra en el ejido con un claro diseño digital, 
interferido fuertemente por las obras de infraestructura vial y ferroviaria. 
De la misma forma que acontece en la margen sur del río, están presentes los subsistemas ligados a los 
terrenos en los que la planicie sufre un ajuste de pendiente hacia el valle. 
Estos subsistemas de bajos interconectados a ambos lados del valle son, sin duda, los responsables 
directos de los problemas de inundación más frecuentes que afectan a la ciudad, como se verá al tratar 
los aspectos morfodinámicos y los riesgos que éstos implican. 
 
Interfluvios plano-convexos 
Comprenden los terrenos positivos que alternan con el sistema de bajos anteriormente descriptos. 
Genéticamente vinculados a la deposición de material eólico y el posterior lavado mantiforme, 
adquieren hacia el oeste formas plano-convexas alargadas en el sentido del escurrimiento general y, 
hacia el este, formas más suaves y tendidas por la distribución más abierta que adoptan los bajos en 
respuesta a la disminución de la pendiente. 
En el análisis de las fotografías aéreas, quedan definidos por un patrón de escurrimiento mantiforme y 
difuso hacia los bajos y un punteado característico observable en las áreas rurales o de baja densidad 
urbana, que estaría ligado a procesos de inestabilidad (colapsos) como se verá más adelante. 
 
Ambiente fluvial 
Se distinguen dos planos aluviales que conforman una faja E-O con un ancho promedio de 3,5 
kilómetros: Un plano aluvial antiguo y un plano aluvial moderno. 
El plano aluvial antiguo está ligado posiblemente al modelado fluvial de principios del pleistoceno, 
cuando el río poseía un diseño de escurrimiento anastomosado y fases lagunares. 
Presenta dos niveles principales de terrazas, por el encajamiento del río en respuesta a pulsos climáticos 
con alternancia de períodos húmedos-secos y/o tectónicos. Aquéllos, en el dominio del valle, conforman 
un nivel de terrazas altas y un nivel de terrazas medias. 
 
El plano aluvial moderno ha evolucionado por la acción de los últimos pulsos climáticos (fines del 
pleistoceno y principios del holoceno), y conserva con respecto al plano antiguo las formas fluviales bien 
definidas con signos claros de actividad morfodinámica reciente. 
Define el nivel de terrazas bajas dentro del dominio del valle e incluye tres subniveles principales, el 
último de ellos integrado al actual plano aluvial del río, el cual presenta diferencias importantes de 
destacar. Al oeste de la carta, se caracteriza por un lecho ordinario que corre encajado entre los niveles 
de terrazas, en parte controlado por diques laterales o engavionado y en parte libremente, no 
existiendo un lecho de inundación. Debido a los procesos ligados a la erosión de márgenes que se han 
podido observar, aquél se encontraría en una etapa de evolución incipiente. Por el contrario hacia el 
este, el valle ha desarrollado un lecho ordinario y un lecho de inundación con trazas de brazos de 
crecida, además del subnivel bajo de terrazas inundables. Este hecho quizás esté relacionado con una 
probable falla que corta transversalmente el curso del río con rumbo NO-SE, a la altura de los barrios 
Yapeyú y Acosta, evidenciada en los análisis de imágenes satelitarias, como así también en los 
fotogramas a escala 1:50.000 y 1:20.000. 
Si se suma a estas características la presencia de meandros esculpidos y los procesos activos de erosión 
de márgenes que se observan actualmente, debe concluirse que se está en presencia de las primeras 
fases de un nuevo ciclo geomorfológico. 
 
Nivel de terrazas altas 
Del análisis de los fotogramas 1:20.000 y 1:50.000, se observa que este nivel y subniveles que presenta, 
están desarrollados con mayor significación sobre la margen norte del río, evidenciando la evolución de 
éste en la planicie en ese sentido, hecho corroborado en la interpretación geomorfológica de las 
imágenes satelitarias referidas a la ciudad de Córdoba (Quintana Salvat, F. et al., 1994). El nivel de 
terrazas altas pasa en suave transición hacia la planicie, siendo este límite difícil de detectar en las 
fotografías aéreas que cubren áreas densamente urbanizadas, manifestándose en suaves bajadas en las 
calles hacia el río, con continuidad en un corte transversal. 
El borde interno hacia el río, adquiere una morfología dependiente de las características litológicas. Se 
presenta abarrancado con paredes verticales, cuando el material tiene alto contenido de loessoide y en 
bajadas cuando éste es poco significativo y predomina el material aluvional grueso. En el primer caso, 
los aportes de las aguas laterales producen erosión hídrica concentrada en cárcavas de paredes 
verticales, debido al particular comportamiento que tienen los sedimentos loessoides ante la erosión 
lineal y en el segundo caso, paredes de menor inclinación. 
En este nivel se manifiestan tenues subniveles de aterrazamiento, difíciles de definir dentro del ejido y 
sus alrededores, en donde están completamente cubiertos por la edificación. Con una cierta claridad, 
pueden observarse sobre la margen norte del río en barrio Urca y Cerro de Las Rosas. 
Dentro de este nivel, se encuentran los siguientes barrios: Colinas del Cerro, Urca, Alto Verde, Lomas de 
San Martín, parte de Alta Córdoba, Cofico, parte de Pueyrredón y Yofre Sur, entre los más importantes. 
 
Nivel de terrazas medias 
Comprende los niveles intermedios del valle, y define el plano aluvial antiguo conjuntamente con el 
nivel de terrazas altas. 
En general se presenta morfológicamente bien definido. El borde externo en contacto con el nivel de las 
terrazas altas, adopta forma de bajadas tendidas por el aporte derivado del lavado de los niveles más 
altos, lo que ha originado la formación de depósitos de pie de talud difíciles de detectar y a veces 
confundibles con los materiales removidos para las tareas de extensión urbana. Por otra parte, el borde 
interno que da directamente contra el cauce actual del río o los niveles de terrazas bajas, se presenta 
conformando facetas de relieve cuya morfología, al igual que el caso de las terrazas altas, depende de la 
textura del material constitutivo (loessoide-aluvión). Los barrios Providencia y parte de General Paz, 
entre otros, se incluyen dentro de este nivel. 
 
Nivel de terrazas bajas 
Este nivel conforma el plano aluvial subreciente y reciente y es donde se concentra casi la totalidad de la 
zona céntrica y los principales barrios de la ciudad (Alberdi, San Vicente, General Paz, etc.). 
Del análisis de los fotogramas y el control de campo, es posible diferenciar tres subniveles: Superior, 
medio e inferior (inundable). El subnivel superior, ligado a la evolución de meandros esculpidos, está 
definido claramente en el barrio Alberdi, en donde se localiza el Cementerio San Jerónimo y en el Bajo 
Grande (Colonia Lola). El subnivel medio, abarca la mayor extensión del plano aluvial actual (presente 
también en la subcuenca del arroyo La Cañada), en donde la densidad urbana alcanza los valores más 
elevados (centro). Se caracteriza por un relieve plano que pasa a los niveles más altos del valle en el área 
de la Ciudad. La forma es transicional con morfología de bajadas por los movimientos de tierra que han 
sido realizados en las tareas de extensión urbana y en forma abarrancada en los sectores rurales y 
suburbanos, en donde aún se conservan parcialmente las formas originales. 
El borde interno de este subnivel en la zona oestedel valle da directamente sobre el lecho ordinario, 
salvo en situaciones donde se integra al subnivel inferior inundable, mientras que en la mitad este, la 
diferencia está dada por el paso gradual al lecho de inundación. 
El subnivel inferior inundable, ligado a la evolución de lóbulos de meandros esculpidos, se presenta en 
suave transición hacia el cauce del río en las zonas de barrio Juniors y en las proximidades del Chateau 
Carreras, representando dentro del ambiente del valle, a las áreas de máximo riesgo de inundación 
fluvial. 
 
Litología y Síntesis estratigráfica 
Tanto la zona pedemontana como la llanura propiamente dicha son dominio exclusivo de sedimentos 
cuaternarios. 
Intimamente relacionada con el aspecto geomorfológico, la litología, dentro del marco de la carta, está 
presente a nivel de formación geológica como la cubierta loessoide de la planicie, el complejo fluvio-
eólico que conforma los antiguos planos aluviales del río y los materiales fluviales del plano reciente. 
El estudio de la columna estratigráfica, de 40 metros de espesor, llevado a cabo en los niveles de 
explotación de la cantera Palmar (margen izquierda del Río Suquía, a unos 8 kilómetros al Este de la 
ciudad), pone en evidencia once facies y es dividida en dos tramos, cada uno de los cuales comprende 
ciclos y subciclos de sedimentación subácuea, fluvial y eólica, depositados en distintos ambientes con 
intensidad de energía variable (Figura 2). 
El tramo inferior se caracteriza por tener mayores espesores de depósitos subácueos con relación a los 
eólicos y fluviales, mientras que en el tramo superior predominan los depósitos fluviales sobre los 
subácueos y eólicos. 
La presencia de Glyptodon reticulatus sugiere una edad pleistocénica tardía a holocena temprana para 
los sedimentos portadores (CADINCUA, 1996), y se correlaciona todo el perfil analizado con la formación 
Río Primero (Santa Cruz, J. N., 1972). Sincrónicamente con la sedimentación que dio origen a la 
formación anterior, se habría iniciado la deposición de material pulverulento (loessoide) 
correspondiente a la formación Gral. Paz (Santa Cruz, J. N., op. cit.). 
 
Cabe aclarar que, composicionalmente, la Fm. Gral. Paz difiere bastante respecto de los loess europeos 
y norteamericanos, dado que en aquélla se encuentran regulares cantidades de triza de vidrio volcánico, 
plagioclasas del mismo origen, hornblenda, piroxenos y, cerca de los depósitos fluviales, biotita y 
muscovita. El cuarzo, principal componente de los loess norteamericanos y europeos, es escaso y la 
proporción de carbonato de calcio se encuentra por debajo de los valores medios normales para un 
loess típico (Tricart, J., 1973). 
Por ello varios autores (entre los que se encuentran los responsables del presente trabajo), prefieren 
utilizar la denominación "limo-loessoide" o simplemente "loessoide" para los depósitos de materiales 
pulverulentos que cubren gran parte de la llanura pampeana. 
 
Tectónica 
El tramo del río Suquía que se extiende desde los inicios del piedemonte hasta barrio Alberdi (frente a la 
isla de Los Patos), presenta partes contorsionadas y rectilíneas que sumado a los meandros esculpidos 
(zona del Chateau Carreras), indicarían la existencia de un control tectónico por fracturas del substrato, 
posiblemente reactivadas en tiempos protohistóricos. Además el lecho de inundación del río Suquía es 
prácticamente inexistente hasta el inicio de la Bajada de Piedra, lo cual pone de manifiesto un 
rejuvenecimiento reciente que ha dejado como terraza baja, inundable esporádicamente, lo que a fines 
del pleistoceno o comienzos del holoceno era, todavía, un lecho de inundación. Este último adquiere un 
cierto desarrollo a partir de un notable lineamiento submeridional, posiblemente generado por una falla 
que levantó ligeramente al sector situado al este del mencionado lineamiento. 
Por último, los fotolineamientos de posible origen tectónico situados entre los barrios ATE y Los Robles, 
con prolongación en los campos del III Cuerpo de Ejército y entre barrio Matienzo y Parque República, 
conforman un sistema paralelo que modifica substancialmente las condiciones del drenaje natural en 
toda el área. 
 
Los procesos morfodinámicos y la generación de procesos - riesgos 
De la evaluación geomorfológica realizada, y en consideración al aspecto morfodinámico, se desprende 
que los procesos de mayor significación en la zona estudiada causantes de situaciones de riesgo, son en 
primer lugar las inundaciones, seguidas de erosión hídrica y colapsos de suelos. 
La cartografía lograda permite caracterizar a las diversas zonas involucradas en amenaza potencial, 
entendiéndose por este término la ocurrencia de un suceso de origen natural o generado por el hombre, 
que puede manifestarse en un lugar específico, con una intensidad y duración determinada (Paniagua, 
S., 1995), con capacidad de producir daños de consideración o graves, a las personas, a sus bienes o al 
uso que se le pueda dar al territorio (Ayala, F.J.,1990; Hermelin, M., 1992). 
 
El riesgo de inundación 
Del análisis geomorfológico de detalle, surge que la ciudad de Córdoba y su área de influencia, están 
afectadas por dos tipos de inundaciones: Las que comprometen a la mayor parte de la ciudad y su 
entorno, derivadas del aporte de los caudales generados en las subcuencas laterales y las de carácter 
fluvial, limitadas a las partes bajas del valle por la acción del río. 
Las del primer tipo están ligadas al sistema de bajos interconectados de la planicie. Poseen régimen 
esporádico, ocasionando con frecuencia serios inconvenientes en gran parte de la ciudad. 
En cuanto a las inundaciones de origen fluvial, éstas se limitan al plano aluvial actual del río afectando, 
cuando se producen eventos de carácter extraordinario, al nivel de terrazas inferiores y al nivel 
intermedio en forma parcial (barrios Juniors, Bajo San Vicente, Va. Siburu, Gral. Urquiza, entre otros). 
 
El riesgo de erosión 
En la cubierta loessoide que conforma la planicie suavemente ondulada dentro de los sectores rurales y 
suburbanos, es donde se generan los procesos de erosión más significativos. Se manifiestan en forma de 
erosión hídrica mantiforme en los interfluvios y en forma difusa y concentrada en los bajos. 
En lo que respecta a los sectores altamente urbanizados, los procesos tienen alta tendencia a la 
estabilización, ello en función de la cubierta vial y edilicia. 
La erosión de márgenes en el ámbito fluvial también adquiere gravedad, siendo la tendencia evolutiva 
que tienen los meandros la causa directa del fenómeno. 
 
El riesgo de colapsos 
Está íntimamente relacionado con el factor litológico (Fm. Gral. Paz) y geomorfológico. El fenómeno de 
colapso adquiere particular importancia en el ámbito de la ciudad, puesto que afecta tanto a viviendas 
como a obras de infraestructura. 
Sin duda, el proceso de colapso se inicia por un aumento en el contenido de humedad en suelos 
susceptibles al mismo y, en este sentido, resulta evidente también que el fenómeno está fuertemente 
condicionado por las características microestructurales de esos suelos. La situación empeora cuando los 
suelos están saturados con líquidos cloacales provenientes de filtraciones o roturas de cañerías de 
conducción o también cuando se saturan con efluentes de pH ácido. 
Tanto las áreas afectadas, como las potencialmente afectables quedaron en evidencia por medio de 
patrones texturales que adoptan una disposición elongada, coincidente con la dirección de la 
hidrodinámica de superficie. En el Departamento Capital alcanzan mayor desarrollo sobre los barrios del 
oeste, suroeste, sur y sureste, mientras que en el centro, centro-norte y noroeste, no se detectó ningún 
área que fuera significativa para la escala empleada en ese reconocimiento. 
 
CONCLUSIONES 
Del estudio realizado, se desprende que la Ciudad de Córdoba y su área de influencia tienen 
características geológicas y geomorfológicas ligadas ala evolución del río Suquía en la llanura y que tales 
características, en especial aquellas vinculadas a los procesos dinámicos, no han sido comprendidas en 
la medida suficiente, quizás por la carencia de estudios específicos. 
Es de suma importancia que se entienda que la ciudad y su entorno se ven afectados por la acción de 
procesos-riesgos de orden natural, frecuentemente magnificados por la intervención inadecuada del 
hombre, lo cual ha llevado a importantes situaciones de inestabilidad tanto actuales como potenciales. 
De tales procesos, queda claro que los más significativos en cuanto a frecuencia y severidad, son las 
inundaciones debidas a los caudales conducidos por las subcuencas laterales o las producidas en las 
partes bajas del valle del río. Le siguen sin dejar de tener relevancia, la erosión que afecta tanto a los 
interfluvios en general, como a las riberas del río y los colapsos de suelos. 
A partir de este fotoanálisis de detalle, se evidencia que la causa principal de la importancia que 
adquieren los procesos inundantes, está dada por la inadecuada intervención del medio por el hombre. 
Esto queda de manifiesto en la planificación y ejecución de obras de infraestructura vial, ferroviaria y 
edilicia de la ciudad, sin el suficiente conocimiento de la extensión, definición y dinámica de los sistemas 
hídricos. Con frecuencia, éstos han sido alterados produciéndose trasvasos de cuenca; otras veces 
interceptados en sectores de alta inestabilidad (ejes de bajos, áreas de estancamiento, terrazas bajas 
inundables, etc.), o no considerados correctamente para el dimensionamiento de las obras de desagüe. 
Finalmente, lo mismo acontece con las situaciones de riesgo derivadas de la erosión hídrica y de los 
colapsos de suelos, los que adquieren importancia por el desconocimiento necesario de las zonas 
intervenidas, en lo que se refiere a la erodabilidad de los materiales, su estabilidad y la tendencia 
evolutiva de los procesos que actúan. 
Carta y Block-Diagrama 
 
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