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GEOMORFOLOGIA Y RIESGO GEOLOGICO DEL EJIDO URBANO DE CORDOBA Francisco Quintana Salvat, Osvaldo Luis Barbeito RESUMEN En la ciudad de Córdoba y sus alrededores, procesos dinámicos de orden natural que no han sido lo suficientemente estudiados, han generados riesgos significativos y, muchas veces, desastres que afectaron vidas y bienes. Tal es el caso de las inundaciones que perjudican a la ciudad y suburbios, sea por cuencas laterales temporarias o por el río Suquía, colapsos de suelos que producen daños a las obras de infraestructura y edilicias, como así también la erosión hídrica generalizada o de márgenes. Estas situaciones, ponen de relevancia la incorrecta intervención que se ha realizado del medio natural y al mismo tiempo la falta de un adecuado conocimiento de sus características geológicas y geomorfológicas que indudablemente condicionan las distintas actividades que allí se desarrollan. El trabajo se centró en la obtención de la información geológica y geomorfológica de base, mediante la elaboración de una carta temática en escala 1:50.000. Esta es indicativa tanto de las características estables como dinámicas del paisaje. En el primer caso se refiere a la localización, distribución y características de los materiales geológicos de superficie, mientras que en el segundo se detallan la localización, mecanismos y extensión de los procesos dinámicos que entrañan riesgos para bienes y personas. INTRODUCCION Con una recurrencia anual, la ciudad de Córdoba y sus suburbios presentan serios problemas de orden natural que han derivado del inadecuado manejo del territorio, especialmente a partir de la década del 50, cuando se produce la gran expansión industrial. Las inundaciones que perjudican a la ciudad y sus suburbios, los colapsos de suelos que producen daños de consideración a obras edilicias e infraestructura y los procesos de erosión hídrica generalizada y/o de márgenes, ponen de relevancia la incorrecta intervención que se ha realizado (y realiza) del medio natural. Todo ello ha motivado la ejecución del presente trabajo, en el cual se pone un particular énfasis en el reconocimiento y definición de clases o tipos litológicos, las condiciones y características de la hidrodinámica de superficie y el estudio de los aspectos morfodinámicos generadores de las situaciones de inestabilidad actual y/o potencial. Como resultado de este trabajo de investigación, se ha obtenido una carta temática orientada a demostrar, desde un punto de vista geomorfológico, las factibilidades de uso de diversas áreas en función de sus características naturales intrínsecas y, principalmente, contribuir en forma decisiva a la prevención o bien la mitigación de desastres naturales, entre los que se destacan las recurrentes inundaciones estacionales. OBJETIVOS Realizar el estudio de las características geológicas y geomorfológicas de la ciudad de Córdoba y su entorno, con el fin de obtener una base de información que posibilite la detección, definición y valoración de las áreas sujetas a riesgo geológico, tanto en forma actual como potencial. Por lo tanto, el aspecto morfodinámico ligado a los procesos de riesgo es valorado a nivel de unidades geomorfológicas, obteniéndose la información necesaria para posteriores trabajos tendientes a lograr cartas interpretativas de uso óptimo del territorio. MATERIALES Y METODOS Se realizaron análisis estereoscópicos de carácter fotogeológico y fotogeomorfológico mediante la utilización de fotogramas aéreos a escala 1:50.000, correspondientes a los vuelos efectuados en el año 1987. La información obtenida se complementó con un segundo análisis estereoscópico de fotogramas a escala 1:20.000 del año 1970. Estos últimos facilitaron la detección de diversas situaciones con una mayor claridad, dado el menor grado de ocupación del territorio comprendido dentro del ejido urbano y zonas suburbanas adyacentes, a la fecha de obtención de esos fotogramas. Los productos obtenidos de este trabajo, son los que se detallan a continuación: a) Carta a escala 1: 50.000 de la ciudad de Córdoba y alrededores con sus principales características hidrológicas, tipos litológicos, el reconocimiento y definición de ambientes, unidades y elementos geomorfológicos, además de la delimitación de sectores conformados por suelos con distintos grados de colapsabilidad. (Figura 1). b) Block-diagrama en el que se reconstruye el paisaje original del valle del Río Primero (Suquía) y el perfil litológico-estratigráfico que abarca desde el pleistoceno medio hasta la actualidad. (Figura 2). EVALUACIÓN DE RESULTADOS Geomorfología A la escala de trabajo y dentro del marco de la carta (Figura 1), se diferencian dos ambientes geomorfológicos: El ambiente de la planicie loessoide suavemente ondulada y el ambiente fluvial. Planicie loessoide suavemente ondulada Corresponde a una planicie de agradación eólica de mediados del pleistoceno a principios del holoceno. Este dominio se caracteriza en el ámbito del ejido y su periferia, a ambos lados del valle del Suquía, por un plano suavemente ondulado modelado en la potente cubierta sedimentaria limo-loessoide, con una inclinación regional hacia el este del orden del 0,5%. En el nivel de unidades geomorfológicas, es posible diferenciar un sistema de suaves bajos interconectados e interfluvios plano-convexos que alternan con aquéllos. Sistema de suaves bajos interconectados Es generado por el escurrimiento de carácter predominantemente difuso y esporádico en la planicie; lo integran cañadas suavemente cóncavas sin álveo definido, a excepción del arroyo La Cañada, y paleocauces que responden a diseños vinculados al paisaje plio-pleistoceno de la llanura. Este último hecho se manifiesta por sectores, en la distribución diagonal o casi transversal que tienen los paleocauces con respecto a la actual pendiente regional o, en ocasiones, por la confluencia radial que adoptan hacia una depresión circular. Sobre estas paleoformas, cuando se producen precipitaciones importantes, el escurrimiento por desborde lateral en el primer caso o por desborde de lagunas temporarias en el segundo, está indicando la generación por sobreimposición de un nuevo diseño de avenamiento. El nivel de integración del sistema en su conjunto (cañadas-paleocauces), es variable y se ajusta a un patrón de distribución dendrítico con cierto control estructural en la zona pedemontana y a un patrón variable entre paralelo, entrecruzado y en abanico hacia el este a medida que disminuye la energía del relieve. El sistema de bajos ingresa a las áreas urbana y periurbana, integrándose a nivel de subcuencas hídricas. Sobre la margen sur, con orientación general SO-NE se destacan tres subsistemas: Uno, el más extenso y de mayor potencial morfodinámico, con nacientes en el flanco oriental del cordón de la Sierra Chica y dos menores con nacientes en la zona pedemontana. El primero corresponde a la cuenca del arroyo La Cañada, con desagüe en el centro de la ciudad; el segundo a la cuenca de aporte de Quebrada de Las Rosas (sector oeste) y el tercero (sector sur), a un subsistema con claro patrón anárquico con frecuentes trazas de paleoformas. Este, luego de sufrir un cambio en el sentido de escurrimiento de SO-NE a O-E, adquiere definición en un bajo que actúa como colector paralelo al río para integrarse aguas abajo, fuera del ejido urbano. Completan el cuadro, los sistemas ligados a los sectores en los que se produce el ajuste de pendientes de la planicie con respecto al valle. En cuanto a la margen norte del río Suquía, se presentan dos subsistemas: Uno con sentido N-S que ingresa por el sector noroeste de la carta, bien definido con patrón dendrítico y control estructural evidente e íntegramente desarrollado en la zona pedemontana (subcuenca de Argüello Norte; Quintana Salvat et al., 1992), y otro extendido en toda la mitad norte de la carta que, con sentido NO-SE y marcadopatrón digital, se integra al valle por medio del paleosistema del río Salsipuedes. Este último, al ingresar a las áreas suburbana y urbana (centro y este), adquiere definición en un bajo colector paralelo al río Suquía en un tramo de aproximadamente 10 kilómetros, para luego, al igual que sucede en la margen sur del valle, adoptar un modelado de suaves bajos que coinciden con trazas de paleoformas. La integración del subsistema al valle se produce con carácter anárquico más al este de Chacra de La Merced. El resto se integra en el ejido con un claro diseño digital, interferido fuertemente por las obras de infraestructura vial y ferroviaria. De la misma forma que acontece en la margen sur del río, están presentes los subsistemas ligados a los terrenos en los que la planicie sufre un ajuste de pendiente hacia el valle. Estos subsistemas de bajos interconectados a ambos lados del valle son, sin duda, los responsables directos de los problemas de inundación más frecuentes que afectan a la ciudad, como se verá al tratar los aspectos morfodinámicos y los riesgos que éstos implican. Interfluvios plano-convexos Comprenden los terrenos positivos que alternan con el sistema de bajos anteriormente descriptos. Genéticamente vinculados a la deposición de material eólico y el posterior lavado mantiforme, adquieren hacia el oeste formas plano-convexas alargadas en el sentido del escurrimiento general y, hacia el este, formas más suaves y tendidas por la distribución más abierta que adoptan los bajos en respuesta a la disminución de la pendiente. En el análisis de las fotografías aéreas, quedan definidos por un patrón de escurrimiento mantiforme y difuso hacia los bajos y un punteado característico observable en las áreas rurales o de baja densidad urbana, que estaría ligado a procesos de inestabilidad (colapsos) como se verá más adelante. Ambiente fluvial Se distinguen dos planos aluviales que conforman una faja E-O con un ancho promedio de 3,5 kilómetros: Un plano aluvial antiguo y un plano aluvial moderno. El plano aluvial antiguo está ligado posiblemente al modelado fluvial de principios del pleistoceno, cuando el río poseía un diseño de escurrimiento anastomosado y fases lagunares. Presenta dos niveles principales de terrazas, por el encajamiento del río en respuesta a pulsos climáticos con alternancia de períodos húmedos-secos y/o tectónicos. Aquéllos, en el dominio del valle, conforman un nivel de terrazas altas y un nivel de terrazas medias. El plano aluvial moderno ha evolucionado por la acción de los últimos pulsos climáticos (fines del pleistoceno y principios del holoceno), y conserva con respecto al plano antiguo las formas fluviales bien definidas con signos claros de actividad morfodinámica reciente. Define el nivel de terrazas bajas dentro del dominio del valle e incluye tres subniveles principales, el último de ellos integrado al actual plano aluvial del río, el cual presenta diferencias importantes de destacar. Al oeste de la carta, se caracteriza por un lecho ordinario que corre encajado entre los niveles de terrazas, en parte controlado por diques laterales o engavionado y en parte libremente, no existiendo un lecho de inundación. Debido a los procesos ligados a la erosión de márgenes que se han podido observar, aquél se encontraría en una etapa de evolución incipiente. Por el contrario hacia el este, el valle ha desarrollado un lecho ordinario y un lecho de inundación con trazas de brazos de crecida, además del subnivel bajo de terrazas inundables. Este hecho quizás esté relacionado con una probable falla que corta transversalmente el curso del río con rumbo NO-SE, a la altura de los barrios Yapeyú y Acosta, evidenciada en los análisis de imágenes satelitarias, como así también en los fotogramas a escala 1:50.000 y 1:20.000. Si se suma a estas características la presencia de meandros esculpidos y los procesos activos de erosión de márgenes que se observan actualmente, debe concluirse que se está en presencia de las primeras fases de un nuevo ciclo geomorfológico. Nivel de terrazas altas Del análisis de los fotogramas 1:20.000 y 1:50.000, se observa que este nivel y subniveles que presenta, están desarrollados con mayor significación sobre la margen norte del río, evidenciando la evolución de éste en la planicie en ese sentido, hecho corroborado en la interpretación geomorfológica de las imágenes satelitarias referidas a la ciudad de Córdoba (Quintana Salvat, F. et al., 1994). El nivel de terrazas altas pasa en suave transición hacia la planicie, siendo este límite difícil de detectar en las fotografías aéreas que cubren áreas densamente urbanizadas, manifestándose en suaves bajadas en las calles hacia el río, con continuidad en un corte transversal. El borde interno hacia el río, adquiere una morfología dependiente de las características litológicas. Se presenta abarrancado con paredes verticales, cuando el material tiene alto contenido de loessoide y en bajadas cuando éste es poco significativo y predomina el material aluvional grueso. En el primer caso, los aportes de las aguas laterales producen erosión hídrica concentrada en cárcavas de paredes verticales, debido al particular comportamiento que tienen los sedimentos loessoides ante la erosión lineal y en el segundo caso, paredes de menor inclinación. En este nivel se manifiestan tenues subniveles de aterrazamiento, difíciles de definir dentro del ejido y sus alrededores, en donde están completamente cubiertos por la edificación. Con una cierta claridad, pueden observarse sobre la margen norte del río en barrio Urca y Cerro de Las Rosas. Dentro de este nivel, se encuentran los siguientes barrios: Colinas del Cerro, Urca, Alto Verde, Lomas de San Martín, parte de Alta Córdoba, Cofico, parte de Pueyrredón y Yofre Sur, entre los más importantes. Nivel de terrazas medias Comprende los niveles intermedios del valle, y define el plano aluvial antiguo conjuntamente con el nivel de terrazas altas. En general se presenta morfológicamente bien definido. El borde externo en contacto con el nivel de las terrazas altas, adopta forma de bajadas tendidas por el aporte derivado del lavado de los niveles más altos, lo que ha originado la formación de depósitos de pie de talud difíciles de detectar y a veces confundibles con los materiales removidos para las tareas de extensión urbana. Por otra parte, el borde interno que da directamente contra el cauce actual del río o los niveles de terrazas bajas, se presenta conformando facetas de relieve cuya morfología, al igual que el caso de las terrazas altas, depende de la textura del material constitutivo (loessoide-aluvión). Los barrios Providencia y parte de General Paz, entre otros, se incluyen dentro de este nivel. Nivel de terrazas bajas Este nivel conforma el plano aluvial subreciente y reciente y es donde se concentra casi la totalidad de la zona céntrica y los principales barrios de la ciudad (Alberdi, San Vicente, General Paz, etc.). Del análisis de los fotogramas y el control de campo, es posible diferenciar tres subniveles: Superior, medio e inferior (inundable). El subnivel superior, ligado a la evolución de meandros esculpidos, está definido claramente en el barrio Alberdi, en donde se localiza el Cementerio San Jerónimo y en el Bajo Grande (Colonia Lola). El subnivel medio, abarca la mayor extensión del plano aluvial actual (presente también en la subcuenca del arroyo La Cañada), en donde la densidad urbana alcanza los valores más elevados (centro). Se caracteriza por un relieve plano que pasa a los niveles más altos del valle en el área de la Ciudad. La forma es transicional con morfología de bajadas por los movimientos de tierra que han sido realizados en las tareas de extensión urbana y en forma abarrancada en los sectores rurales y suburbanos, en donde aún se conservan parcialmente las formas originales. El borde interno de este subnivel en la zona oestedel valle da directamente sobre el lecho ordinario, salvo en situaciones donde se integra al subnivel inferior inundable, mientras que en la mitad este, la diferencia está dada por el paso gradual al lecho de inundación. El subnivel inferior inundable, ligado a la evolución de lóbulos de meandros esculpidos, se presenta en suave transición hacia el cauce del río en las zonas de barrio Juniors y en las proximidades del Chateau Carreras, representando dentro del ambiente del valle, a las áreas de máximo riesgo de inundación fluvial. Litología y Síntesis estratigráfica Tanto la zona pedemontana como la llanura propiamente dicha son dominio exclusivo de sedimentos cuaternarios. Intimamente relacionada con el aspecto geomorfológico, la litología, dentro del marco de la carta, está presente a nivel de formación geológica como la cubierta loessoide de la planicie, el complejo fluvio- eólico que conforma los antiguos planos aluviales del río y los materiales fluviales del plano reciente. El estudio de la columna estratigráfica, de 40 metros de espesor, llevado a cabo en los niveles de explotación de la cantera Palmar (margen izquierda del Río Suquía, a unos 8 kilómetros al Este de la ciudad), pone en evidencia once facies y es dividida en dos tramos, cada uno de los cuales comprende ciclos y subciclos de sedimentación subácuea, fluvial y eólica, depositados en distintos ambientes con intensidad de energía variable (Figura 2). El tramo inferior se caracteriza por tener mayores espesores de depósitos subácueos con relación a los eólicos y fluviales, mientras que en el tramo superior predominan los depósitos fluviales sobre los subácueos y eólicos. La presencia de Glyptodon reticulatus sugiere una edad pleistocénica tardía a holocena temprana para los sedimentos portadores (CADINCUA, 1996), y se correlaciona todo el perfil analizado con la formación Río Primero (Santa Cruz, J. N., 1972). Sincrónicamente con la sedimentación que dio origen a la formación anterior, se habría iniciado la deposición de material pulverulento (loessoide) correspondiente a la formación Gral. Paz (Santa Cruz, J. N., op. cit.). Cabe aclarar que, composicionalmente, la Fm. Gral. Paz difiere bastante respecto de los loess europeos y norteamericanos, dado que en aquélla se encuentran regulares cantidades de triza de vidrio volcánico, plagioclasas del mismo origen, hornblenda, piroxenos y, cerca de los depósitos fluviales, biotita y muscovita. El cuarzo, principal componente de los loess norteamericanos y europeos, es escaso y la proporción de carbonato de calcio se encuentra por debajo de los valores medios normales para un loess típico (Tricart, J., 1973). Por ello varios autores (entre los que se encuentran los responsables del presente trabajo), prefieren utilizar la denominación "limo-loessoide" o simplemente "loessoide" para los depósitos de materiales pulverulentos que cubren gran parte de la llanura pampeana. Tectónica El tramo del río Suquía que se extiende desde los inicios del piedemonte hasta barrio Alberdi (frente a la isla de Los Patos), presenta partes contorsionadas y rectilíneas que sumado a los meandros esculpidos (zona del Chateau Carreras), indicarían la existencia de un control tectónico por fracturas del substrato, posiblemente reactivadas en tiempos protohistóricos. Además el lecho de inundación del río Suquía es prácticamente inexistente hasta el inicio de la Bajada de Piedra, lo cual pone de manifiesto un rejuvenecimiento reciente que ha dejado como terraza baja, inundable esporádicamente, lo que a fines del pleistoceno o comienzos del holoceno era, todavía, un lecho de inundación. Este último adquiere un cierto desarrollo a partir de un notable lineamiento submeridional, posiblemente generado por una falla que levantó ligeramente al sector situado al este del mencionado lineamiento. Por último, los fotolineamientos de posible origen tectónico situados entre los barrios ATE y Los Robles, con prolongación en los campos del III Cuerpo de Ejército y entre barrio Matienzo y Parque República, conforman un sistema paralelo que modifica substancialmente las condiciones del drenaje natural en toda el área. Los procesos morfodinámicos y la generación de procesos - riesgos De la evaluación geomorfológica realizada, y en consideración al aspecto morfodinámico, se desprende que los procesos de mayor significación en la zona estudiada causantes de situaciones de riesgo, son en primer lugar las inundaciones, seguidas de erosión hídrica y colapsos de suelos. La cartografía lograda permite caracterizar a las diversas zonas involucradas en amenaza potencial, entendiéndose por este término la ocurrencia de un suceso de origen natural o generado por el hombre, que puede manifestarse en un lugar específico, con una intensidad y duración determinada (Paniagua, S., 1995), con capacidad de producir daños de consideración o graves, a las personas, a sus bienes o al uso que se le pueda dar al territorio (Ayala, F.J.,1990; Hermelin, M., 1992). El riesgo de inundación Del análisis geomorfológico de detalle, surge que la ciudad de Córdoba y su área de influencia, están afectadas por dos tipos de inundaciones: Las que comprometen a la mayor parte de la ciudad y su entorno, derivadas del aporte de los caudales generados en las subcuencas laterales y las de carácter fluvial, limitadas a las partes bajas del valle por la acción del río. Las del primer tipo están ligadas al sistema de bajos interconectados de la planicie. Poseen régimen esporádico, ocasionando con frecuencia serios inconvenientes en gran parte de la ciudad. En cuanto a las inundaciones de origen fluvial, éstas se limitan al plano aluvial actual del río afectando, cuando se producen eventos de carácter extraordinario, al nivel de terrazas inferiores y al nivel intermedio en forma parcial (barrios Juniors, Bajo San Vicente, Va. Siburu, Gral. Urquiza, entre otros). El riesgo de erosión En la cubierta loessoide que conforma la planicie suavemente ondulada dentro de los sectores rurales y suburbanos, es donde se generan los procesos de erosión más significativos. Se manifiestan en forma de erosión hídrica mantiforme en los interfluvios y en forma difusa y concentrada en los bajos. En lo que respecta a los sectores altamente urbanizados, los procesos tienen alta tendencia a la estabilización, ello en función de la cubierta vial y edilicia. La erosión de márgenes en el ámbito fluvial también adquiere gravedad, siendo la tendencia evolutiva que tienen los meandros la causa directa del fenómeno. El riesgo de colapsos Está íntimamente relacionado con el factor litológico (Fm. Gral. Paz) y geomorfológico. El fenómeno de colapso adquiere particular importancia en el ámbito de la ciudad, puesto que afecta tanto a viviendas como a obras de infraestructura. Sin duda, el proceso de colapso se inicia por un aumento en el contenido de humedad en suelos susceptibles al mismo y, en este sentido, resulta evidente también que el fenómeno está fuertemente condicionado por las características microestructurales de esos suelos. La situación empeora cuando los suelos están saturados con líquidos cloacales provenientes de filtraciones o roturas de cañerías de conducción o también cuando se saturan con efluentes de pH ácido. Tanto las áreas afectadas, como las potencialmente afectables quedaron en evidencia por medio de patrones texturales que adoptan una disposición elongada, coincidente con la dirección de la hidrodinámica de superficie. En el Departamento Capital alcanzan mayor desarrollo sobre los barrios del oeste, suroeste, sur y sureste, mientras que en el centro, centro-norte y noroeste, no se detectó ningún área que fuera significativa para la escala empleada en ese reconocimiento. CONCLUSIONES Del estudio realizado, se desprende que la Ciudad de Córdoba y su área de influencia tienen características geológicas y geomorfológicas ligadas ala evolución del río Suquía en la llanura y que tales características, en especial aquellas vinculadas a los procesos dinámicos, no han sido comprendidas en la medida suficiente, quizás por la carencia de estudios específicos. Es de suma importancia que se entienda que la ciudad y su entorno se ven afectados por la acción de procesos-riesgos de orden natural, frecuentemente magnificados por la intervención inadecuada del hombre, lo cual ha llevado a importantes situaciones de inestabilidad tanto actuales como potenciales. De tales procesos, queda claro que los más significativos en cuanto a frecuencia y severidad, son las inundaciones debidas a los caudales conducidos por las subcuencas laterales o las producidas en las partes bajas del valle del río. Le siguen sin dejar de tener relevancia, la erosión que afecta tanto a los interfluvios en general, como a las riberas del río y los colapsos de suelos. A partir de este fotoanálisis de detalle, se evidencia que la causa principal de la importancia que adquieren los procesos inundantes, está dada por la inadecuada intervención del medio por el hombre. Esto queda de manifiesto en la planificación y ejecución de obras de infraestructura vial, ferroviaria y edilicia de la ciudad, sin el suficiente conocimiento de la extensión, definición y dinámica de los sistemas hídricos. Con frecuencia, éstos han sido alterados produciéndose trasvasos de cuenca; otras veces interceptados en sectores de alta inestabilidad (ejes de bajos, áreas de estancamiento, terrazas bajas inundables, etc.), o no considerados correctamente para el dimensionamiento de las obras de desagüe. Finalmente, lo mismo acontece con las situaciones de riesgo derivadas de la erosión hídrica y de los colapsos de suelos, los que adquieren importancia por el desconocimiento necesario de las zonas intervenidas, en lo que se refiere a la erodabilidad de los materiales, su estabilidad y la tendencia evolutiva de los procesos que actúan. Carta y Block-Diagrama http://www.efn.uncor.edu/otros/foto/images/carta%20y%20block.jpg
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