Corynn Crawford - En Una Luz Diferente

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Asher Wilcox ha estado desempleado y luchando durante dos años 
cuando responde a una vaga búsqueda de anuncios que buscan 
ayuda en la oficina. Pronto se entera de que el puesto es en realidad 
el de asistente ejecutivo de Tristan Foyle, CEO y multimillonario 
propietario de Foyle Media, la compañía de entretenimiento para 
adultos más famosa de California. 
Con el lanzamiento de su nueva línea de contenido gay Mavericks, 
Foyle Media está preparada para ser aún más rentable, y Tristan 
necesita a alguien que lo ayude a manejar entre bastidores. Asher 
acepta con entusiasmo el trabajo, aunque es heterosexual y 
definitivamente temeroso de lo que puede ver en la película de los 
Mavericks ambientada en el set cada día. 
Tristan es todo lo que Asher no es: rico, consumado, 
devastadoramente guapo... y gay. Por alguna razón, Asher se siente 
atraído por su poderoso jefe. Pero cuando Asher descubre un secreto 
del pasado de Tristan, todo en su vida, incluida su relación con 
Tristan, cambia para siempre. 
 
 
 
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Publicada anteriormente como: Going Gay for His Billionaire Boss 
 
 
 
 
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Capítulo 1 
 
Asher enderezó su corbata por tercera vez y se movió 
incómodamente en su silla, tratando de calmar sus nervios alterados. 
Fue su primera entrevista de trabajo en más de un mes, y no quería 
arruinar esto. 
Había respondido a una vaga publicación en la web en busca de un 
asistente de oficina para una empresa de entretenimiento en línea. La 
compañía no tenía nombre, al igual que su potencial jefe. Incluso la 
ubicación era un almacén indescriptible sin señalización. Asher pensó 
que era otro grupo de técnicos que intentaban comercializar su 
último juego o aplicación sin informar a la competencia en un anuncio 
de búsqueda de ayuda. Asher no era un gran aficionado a las 
computadoras, pero tecleó ochenta y cinco palabras por minuto y 
tenía las habilidades de Excel de un contador. Independientemente 
del tipo de trabajo de oficina que le tiraran, definitivamente podía 
manejarlo, incluso si todo estaba enfocado en la programación de 
geekery. 
Asher tenía grandes esperanzas para el trabajo con solo echar un 
vistazo alrededor. El área de recepción en la que estaba sentado era 
impresionante, con sofás de cuero estilizados y sillones anidados 
alrededor de una mesa de café caoba muy pulida. La alfombra oscura 
debajo de sus pies era lujosa y parecía cara. Incluso las revistas 
parecían tener un aire de exclusividad, con nombres como Aviation 
Collector y Rare Automobile Enthusiast. No había una secretaria que 
 
 
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lo saludara, pero pensó que la empresa debía tener numerosos 
puestos abiertos. 
Llevaba dos años sin trabajar. Si los requisitos de su trabajo incluían 
ir a buscar café y llevar la ropa de su jefe a la tintorería, lo haría. 
Demonios, estaba preparado para hacer casi cualquier cosa para 
volver al trabajo otra vez. 
Había llevado una vida relativamente cómoda durante los seis años 
que había trabajado como asistente ejecutivo del director de 
adquisiciones de libros para una pequeña imprenta de vanidad. Asher 
tenía un automóvil confiable, un apartamento cómodo y dinero para 
gastar en las modestas vacaciones que tomaba una vez al año. Luego, 
la economía se derrumbó y el grupo editorial se retiró, llevando se su 
vida con eso. Su Honda fue recuperado, ya no podía pagar su 
apartamento y tuvo que mudarse a un estudio, y su tarjeta de crédito 
pronto se convirtió en su salvavidas. Necesitaba desesperadamente 
este trabajo. 
Estaba hurgando en su pila de papeles que tenían una lista de todas 
las cosas impresionantes que quería decir cuando vio que la puerta 
interior de la oficina se abría. 
—¿Señor Wilcox? 
De pie en la puerta había un hombre de unos cuarenta años, mayor 
que Asher por más de diez años, y más alto por cinco pulgadas. 
Estaba inmaculadamente vestido con un traje a rayas de tres piezas, 
con mocasines y lentes de diseño costosos para combinar. Su cabello 
oscuro, canoso en las sienes, estaba perfectamente peinado y suave 
contra su cabeza. También era sorprendentemente guapo. A Asher le 
pareció que acababa de salir de una sesión de fotos. 
—Uh, sí. Ese soy yo, —dijo Asher con torpeza, recogiendo sus cosas. 
Cuando se acercó, notó que los penetrantes ojos azules del hombre le 
 
 
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daban una mirada de apreciación hacia arriba y hacia abajo. Asher le 
tendió la mano. —Encantado de conocerte. 
—Tristan Foyle, —respondió el hombre, devolviendo el firme 
apretón de manos de Asher con uno de los suyos. 
El nombre hizo que Asher se detuviera momentáneamente en la 
mitad de la habitación. Sonaba familiar, pero antes de que pudiera 
colocarlo, lo introdujeron en una silla de cuero frente al enorme 
escritorio de madera decorada de Foyle. 
Los pies de Asher se hundieron en la exuberante alfombra mientras 
se sentaba. El escritorio de Foyle estaba vacío, excepto por una gran 
pantalla Mac, un teclado y un teléfono. Sus estantes para libros 
estaban dispuestos ordenadamente, e incluso las pocas fotografías y 
documentos enmarcados en las paredes estaban colgados, de modo 
que todos seguían líneas rectas. Claramente este era un hombre que 
valoraba el orden en su vida. Pero lo que más impactó a Asher fueron 
los enormes carteles que cubrían las paredes de la oficina, cada uno 
anunciando una película porno diferente. 
Sus ojos se agrandaron ante las mujeres de grandes pechos, los 
culos desnudos y las manos cuidadas que sujetaban las enormes 
pollas que lo rodeaban. Tristan lo atrapó mirándolo fijamente y rió. 
—Esa es la razón por la que no publicitamos a nuestra compañía en 
los anuncios de colocación laboral. Tengo aspirantes a estrella porno 
femenina o muchachos de fraternidades idiotas con perpetuas 
erecciones cuando lo hacemos. 
—Eso es... comprensible, —dijo Asher, dándose cuenta ahora 
mirando los carteles por qué reconoció el nombre de Tristan. 
Foyle Media fue el mayor productor de pornografía en el Valle de 
San Fernando. Asher los conocía bastante bien. Poseía una docena de 
sus DVD y tres de sus más vendidos, cuyos carteles colgaban justo 
 
 
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frente a él. La hora de acostarse para Bimbos era su favorita. Tenía 
una cosa por la actriz principal. 
—No pareces un chico de fraternidad, —dijo Tristan, —aunque es 
difícil decirlo por la forma en que miras a Candi Blossoms allá arriba. 
Asher se estremeció interiormente por permitirse distraerse. 
—He visto muchas de tus películas. 
—¿Cuánto sabes sobre la compañía? —Preguntó Tristan. 
—Obviamente, este no es un trabajo de oficina con una empresa de 
entretenimiento como la del anuncio. 
—Tendrías razón. 
—Realmente no sabía que iba a entrevistarme contigo, de lo 
contrario habría investigado un poco... 
—Comprensible. Pero dame el gusto, cueste lo que cueste. 
—Uh, bueno, Candi es bastante famosa. También eres la compañía 
de pornografía más grande en el Valle de San Fernando. 
—En toda California, en realidad. Somos dueños de tres estudios y 
creamos gran parte de nuestro propio contenido. Mi experiencia es 
en cinematografía, así que he dirigido muchas de nuestras películas. 
Tenemos uno de los portales para adultos en línea más grandes, que 
transmite películas y cámaras en vivo. 
—Creo que también ganó un Premio de Entretenimiento para 
Adultos en América el año pasado, —dijo Asher. —Como lo hizo 
Candi. Vi una entrevista que ella dio. 
Tristan sonrió ante eso, y Asher se relajó un poco. 
—Impresionante, —dijo Tristan. 
—Gracias. 
—¿Cómo puedo saber que no vas a ser como todos los demás que 
entrevisté cuando descubran que es una compañía de pornografía? 
 
 
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—Porque soy un profesional, señor Foyle—. Buscó en su carpeta 
una copia nítida de su currículum y la colocó en el escritorio de 
Tristan. —Durante seis años fui asistente ejecutivo del directorde 
adquisiciones de una editorial. Lo sé todo, desde Photoshop hasta 
conferencias en línea. 
Tristan miró el currículum de Asher. 
—Necesitaré a alguien que esté intensamente organizado y pueda 
hacer malabares con varias cosas a la vez aquí en la oficina, mientras 
que a veces me ocupo de mis necesidades personales. 
—Señor Foyle, tengo un amplio conocimiento en la organización de 
viajes y la coordinación del calendario. Tengo conocimientos 
avanzados de Office y experiencia en la preparación de 
presentaciones, con animación. Soy organizado, orientado a los 
detalles y extrovertido. Puedo realizar múltiples tareas y priorizar mi 
carga de trabajo diaria, y prosperar en un entorno de equipo. 
Además, puedo hacer todo eso y hacer una gran taza de café. 
—¿No tendrías problemas trabajando para una compañía que 
produce exclusivamente pornografía? 
—En absoluto, —dijo Asher con firmeza. 
—¿Incluso una empresa que produce porno gay? 
Asher parpadeó. 
—¿Lo hace? 
—Lo hace ahora, —dijo Tristan. —El año pasado, nuestra compañía 
ganó más de $ 2.2 mil millones, y quiero duplicar eso entrando más 
en el mercado gay. Ya hemos lanzado unos veinte títulos 
increíblemente exitosos bajo nuestro sello Foyle Media Mavericks de 
temática gay, y compramos el catálogo de varios competidores más 
pequeños. Pronto verás carteles de bestsellers aún más interesantes 
en mi oficina. 
 
 
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—Oh. No tenía ni idea. 
Los ojos de Tristan viajaron de nuevo sobre el cuerpo de Asher. 
—Bueno, un hombre heterosexual no estaría viendo porno gay, 
¿verdad? 
Asher tuvo la clara sensación de que Tristan lo estaba revisando. Sin 
embargo, había leído que mantener contacto visual era importante 
durante las entrevistas, así que lo descartó como parte del proceso. 
—No, pero eso no significa que no pueda hacer el trabajo. 
—Hmm. —Tristan juntó sus dedos y se recostó en su silla. —
Cuéntame un poco sobre ti. 
—Uh... originalmente de los suburbios de Illinois, fui a la 
universidad, me tomó doce años para pagar los préstamos. Me 
especialicé en inglés e hice una pasantía, luego me establecí en el 
campo de la publicación, como puedes ver en mi currículum, durante 
varios años. Fui corrector de pruebas hasta que descubrí que tenía 
talento para ser organizado y proactivo y saber cómo reservar vuelos 
de avión. Me convertí en asistente, y lo he hecho desde entonces. 
—¿Qué pasó con la revisión? 
—Ser capaz de deletrear no te lleva muy lejos hoy en día. Me quedé 
con lo que sabía. 
—Me parece que es imperativo. Nada es más embarazoso que los 
errores de ortografía en una carta comercial. 
—Bueno, puedo hacer eso y más. 
—La razón por la que hemos anunciado esta nueva posición es 
porque estamos ampliando las selecciones de películas de Mavericks 
y lanzando una presencia en línea. Streaming, cámaras en vivo, 
webcasts, servicios de suscripción. Necesito a alguien capaz de 
ayudarme. 
Asher se enderezó un poco en su silla. 
 
 
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—¿Ayudarte? Pensé que esto era solo trabajo de oficina. ¿El puesto 
es para tu asistente ejecutivo? —Preguntó Asher. 
—Sí, y trabajaré exclusivamente en Mavericks para el futuro 
inmediato. 
—Te refieres a dirigir películas. 
—A veces, —dijo Tristan. —Además de mantener las cosas 
funcionando detrás de escena, como contratar actores, trabajar en la 
edición, lo que sea. Dirigir se ha convertido más en un pasatiempo en 
estos días. Todavía lo hago, pero dirigir la compañía me ocupa mucho 
tiempo. 
—Ya veo. 
Tristan torció una sonrisa lasciva. 
—Programación de reuniones. Enviando correos masivos. 
Presentación. Contestando el teléfono. Observando duras y 
palpitantes pollas deslizándose dentro y fuera de culos apretados y 
musculosos. Cuerpos sudorosos, cubiertos de esperma. ¿Es eso algo 
que te interesaría por sesenta mil dólares al año? 
Asher nunca había visto porno gay. No tenía idea de lo que 
implicaba, o qué se hicieron los chicos entre sí, o cómo. Pero llevaba 
dos años sin trabajar, y si no conseguía algo pronto, tendría que 
volver a Illinois y vivir con sus padres. Tiempos desesperados exigían 
medidas desesperadas. Si tuviera que mirar a un grupo de tipos que 
se joden en el culo todo el día por tanto dinero, que así sea. 
—Lo haría, —dijo Asher con confianza. 
Tristan asintió, aparentemente satisfecho con la respuesta de 
Asher. Tomó el currículum y lo colocó en un cajón. Luego deslizó su 
tarjeta de visita a través del escritorio. 
—Espera una llamada de cualquier manera al final de la semana, —
dijo Tristan, extendiendo la mano para estrechar la mano de Asher. 
 
 
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—Gracias, señor Foyle. 
—Por favor, llámame Tristan. 
—Aprecio que te hayas tomado el tiempo para reunirte conmigo, 
Tristan, —dijo Asher. —Ten un buen día. 
Finalmente. Después de un mes de absolutamente nada, se sintió 
esperanzado por primera vez. Si hubiera podido saltarse de la oficina 
de Tristan, lo habría hecho. Asher pensó que la entrevista fue 
bastante bien, a pesar de la verdadera naturaleza del trabajo que se 
estaba realizando sobre él. Sin embargo, valía la pena trabajar para 
alguien tan conocido como Tristan Foyle, tanto por su futura carrera 
como por su cuenta corriente. Juró que si conseguía el trabajo, ¿y por 
qué no lo haría? Lo primero que iba a hacer era tirar a la basura cada 
paquete de ramen que tenía. 
Estaba de un humor tan positivo que el viaje en autobús de regreso 
a casa ni siquiera le molestó. En realidad, tal vez lo primero que 
debería hacer después de obtener el trabajo fue comprar un auto. Ese 
parecía ser un objetivo razonable. 
Ahora todo lo que Asher tenía que hacer era esperar que obtuviera 
el trabajo, y la vida comenzaría a volver a la normalidad. Se alegró de 
poder hacerlo con un hombre que parecía, a todos los efectos, 
dedicado a darle una oportunidad. Y eso era todo lo que quería. Sabía 
que era un excelente asistente; era solo una cuestión de tiempo antes 
de que alguien se diera cuenta de eso y lo contratara. 
Después de lo que pareció una eternidad en el autobús que 
arrojaba humo, Asher llegó al armario glorificado al que llamó hogar. 
El estudio era tan pequeño que casi todo lo que poseía tenía que ser 
almacenado, y podía tocar el pomo del baño mientras estaba sentado 
en su cama. Después de quitarse los zapatos y quitarse la corbata, 
sacó su computadora portátil para escribir una carta de 
 
 
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agradecimiento a Tristan de inmediato. Lo mantuvo simple, 
agradeciendo a Tristan por su tiempo y destacando sus fortalezas 
como empleado. 
Satisfecho, golpeó Enviar y se recostó contra sus almohadas. La vida 
seguro iba a cambiar ahora. Podía sentirse humano otra vez, como un 
miembro productivo de la sociedad, y tal vez incluso salir a tomar una 
cerveza en un bar con amigos. No creía que trabajar para Tristan 
fuera diferente a otros trabajos de asistente ejecutivo que había 
desempeñado en el pasado, pero tuvo que admitir que todo el asunto 
del porno gay le lanzó una bola curva. 
El secreto general para ser un buen asistente ejecutivo era realizar 
tareas sin que se lo dijeran, mantenerse un paso por delante de su 
jefe. Asher sabía por experiencia que era imperativo llevarse bien con 
la persona cuya ropa puede estar recogiendo cada semana. Decidió 
buscar en la red el nombre de Tristan. 
Tristan Foyle, cuarenta y dos, CEO y fundador de Foyle Media, uno 
de los conglomerados de pornografía más exitosos de los Estados 
Unidos. Parecía que todos querían entrevistarlo; su nombre fue 
salpicado en múltiples portadas de revistas famosas y sitios web. 
Hijo de albañil y ama de casa, Tristan creció en una pequeña ciudad 
de Nueva York. Asher estaba un poco sorprendido por aquellos 
humildes comienzos. Esperaba que un bebé fiduciario se divirtiera 
con el dinero de papá. Al contrario; después de aparentemente 
mudarse a California y asistir a una pequeña universidad, en 2002 
Tristan había trabajado en múltiplescompañías de producción y había 
acumulado suficiente capital para invertir en hacer sus propias 
películas. Aunque Asher no pudo encontrar mucha información sobre 
lo que hizo antes de 2002 o más acerca de su vida universitaria que 
no sea el año en que se graduó, Tristan había demostrado que era un 
 
 
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exitoso hombre de negocios. El resultado de su arduo trabajo fue 
obvio: era un multimillonario hecho a sí mismo. 
Asher luego fue a una búsqueda de imágenes. Cientos de fotos 
aparecieron, mostrando a Tristan en varios eventos de caridad o 
inauguraciones de películas con diferentes y hermosas mujeres en su 
brazo cada vez. Vestidos con los mejores trajes y trajes de etiqueta, 
era fácil ver lo que la gente veía en él. La cámara lo amaba, y no había 
una foto en la que no se viera devastadoramente guapo cada vez. 
Mierda, incluso sus dientes brillaban. 
Asher sintió una punzada de celos. Tristan era rico, hermoso y 
popular, todo lo que él no era. Se propuso triunfar en la vida y lo 
logró. No era un asistente de administrador desempleado que, en un 
momento de desesperación, había solicitado y fue rechazado de un 
trabajo en el supermercado. Y Asher estaba muy seguro de que 
Tristan no se quedaba sentado preguntándose cómo demonios iba a 
pagar la renta de su apartamento del tamaño de un armario de 
almacenamiento. 
Pero, ¿por qué alguien como Tristan quiere filmar porno gay? Se 
preguntaba si era gay. Siempre escuchó que los gays se vestían muy 
bien, y Tristan definitivamente no fue la excepción. Incluso sus 
zapatos brillaron. Asher suspiró y cerró la laptop. Gay, hetero... no 
importaba, pensó. Cuando tenías esa cantidad de dinero, nadie 
parpadeó ante tus inclinaciones. Un hombre como Tristan Foyle podía 
hacer lo que quisiera, y a quien quisiera. 
 
 
 
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Capítulo 2 
 
El sol ya había estado fuera durante horas cuando el teléfono 
celular en su mesa de noche lo despertó. Aturdido, se inclinó para 
responder, se molestó consigo mismo por haberse aprovechado del 
desempleo y durmió hasta tarde durante meses. Por mucho que 
quisiera volver al trabajo, tenía que admitir que ser capaz de irse a la 
cama y levantarse cuando quisiera, era una gran ventaja. 
—¿Hola? —Murmuró. 
—Asher, por favor. 
Asher reconoció el sonido rico de la voz de Tristan inmediatamente. 
Al instante se despertó y se sentó en la cama. 
—Sí, señor. Buenos días, señor Foyle. 
—Recuerda, por favor llámame Tristan. Solo soy el “señor Foyle” 
cuando la gente quiere algo. 
—Cierto. Lo siento, la fuerza del hábito. Estaba acostumbrado a 
llamar “señor” a mi jefe todo el tiempo. 
—No será así cuando vengas a trabajar para mí. Si todavía estás 
interesado, eso es. 
Asher tragó el grito que amenazaba con explotar de su garganta. 
—¡Absolutamente! Sería un honor, Tristan. 
—Excelente. Bueno escuchar. Me gustaría que estuvieras aquí 
dentro de una hora y recorras el estudio. 
La euforia de Asher se esfumó ante las palabras. 
—Oh. ¿Una hora? Um, bueno, eso no es realmente bueno para mí. 
 
 
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—¿Por qué, tienes algo más que estás haciendo? 
—No, no es eso, es... —¿Cómo pudo explicar que el viaje en 
autobús al lugar de la entrevista tomó más de una hora, incluido 
caminar y un traslado? 
—Las cosas han sido difíciles desde que te quedaste sin trabajo, —
dijo Tristan. Sonaba como una declaración en lugar de una pregunta. 
Asher dejó escapar un suspiro que no sabía que había estado 
sosteniendo. 
—Perdí mi auto. 
—¿Perdido? 
—Más como recuperado. 
—Ah. 
—Es difícil llegar a cualquier parte dentro de un marco de tiempo, 
—admitió Asher. 
—No te preocupes por eso. Te mandaré un coche. 
—¿De verdad? 
—Nunca se sabe cuándo podría necesitarte. Tengo un servicio que 
uso exclusivamente. Crearemos una cuenta para ti, y luego, 
eventualmente, te conseguiremos un auto de la compañía, —
respondió Tristan. 
—¿Podrías hacer eso? —Preguntó Asher, incrédulo. 
El sonido de la risa profunda de Tristan llegó a través del teléfono. 
—Soy rico. Podría conseguirte una compañía de automóviles. 
 
+ + + + + 
 
Asher no podía creer lo que veía cuando el sedán Mercedes negro 
con ventanas tintadas rodó un poco más tarde frente a su complejo 
 
 
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de apartamentos de mierda. Estaba avergonzado de tener la 
dirección en su currículum. 
El conductor le hizo una seña y abrió la puerta trasera. Sorprendido 
por el tratamiento que estaba recibiendo, le dio las gracias al chico y 
se acomodó para ir a la oficina de Tristan. 
Cuando llegaron, el conductor se detuvo en la parte trasera del 
estudio y lo dejó salir del auto antes de caminar hacia una puerta 
lateral con un intercomunicador en la pared de al lado. Tecleó el 
micrófono y esperó a que la puerta zumbara, luego Asher entró. 
Esta vez había un escritorio en el área de recepción, con una 
computadora, un teléfono y una placa de metal con su nombre 
grabado a toda prisa en el papel secante. La gran pared detrás de su 
nueva área de trabajo ahora tenía Foyle Media Mavericks en letras 
levantadas. 
—Señor Foyle? Quiero decir, ¿eh, Tristan? 
En ese momento, Tristan salió de su oficina y le indicó a Asher que 
entrara. Justo dentro de la puerta había un hombre muy musculoso 
vestido todo con cueros de motocicleta, incluidos los chicos. 
—Tay, —dijo Tristan, —este es Asher Wilcox. 
—Ooh, gran nombre artístico, —dijo Tay, estrechando la mano de 
Asher. 
—¿Yo qué? Espera. No soy- 
Tristan se rió de la reacción de Asher. 
—Taylor, es mi nuevo asistente ejecutivo. 
Tay volvió a mirar a Tristan. 
—Honesto error, obviamente. Míralo. Cosa guapa. 
Asher se aclaró la garganta con torpeza y se sentó, colocando su 
bolsa de mensajero junto a él en el suelo. Se cuidó a sí mismo, pero 
no era un fanático al respecto. Estaba en forma de visitas ocasionales 
 
 
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al gimnasio, con un físico naturalmente ágil gracias a su interés en las 
artes marciales. Heredó el pelo rubio sucio de su padre y los ojos 
verdes de su madre, y tenía la costumbre de dejar un día de 
crecimiento de barba en su rostro. Nunca había tenido problemas 
para conseguir citas y las mujeres se sentían atraídas por él, ¿pero 
guapo? Él no lo creía, y no era tan vanidoso. 
—¿Sorprendido que otro hombre te encontraría atractivo? —
Preguntó Tristan, leyendo sus pensamientos. 
—Un poco, —dijo Asher, mirando a sus pies. 
—Acostúmbrate, —dijo Taylor mientras salía de la oficina. —
Tristan, te hablaré más tarde. 
—No he estado cerca de muchos hombres homosexuales entonces, 
¿entiendo? —Preguntó Tristan, sentándose detrás de su escritorio 
después de que Taylor se había ido. 
Asher no estaba exactamente protegido. Había entrado en 
contacto con hombres homosexuales de vez en cuando en su trabajo 
anterior, pero no tenía amigos homosexuales por lo que él sabía. 
Mientras le pagaran, no le molestaría. Taylor simplemente lo atrapó 
con la guardia baja. 
—No realmente, pero no afectará mi capacidad para hacer este 
trabajo, —respondió, sacando una libreta y un bolígrafo de su bolso. 
—Oh, lo sé. Traté de sacudirte durante la entrevista, —admitió 
Tristan. 
—Las palpitantes pollas, ¿verdad? 
—La mayoría de los hombres heterosexuales se irían corriendo en 
el momento en que escucharon eso. 
—Probablemente. Pero la mayoría de los heterosexuales no 
necesitan un trabajo tan mal como yo —dijo Asher. 
 
 
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—Cuanto más tiempo estés aquí, menos te sorprenderá, —dijo 
Tristan. 
—No esperaba que ese tipo fuera tan audaz. 
—Créeme, no todos los hombres que trabajan para mí son como 
Tay. Tengo actores homosexuales, actores bi y heterosexuales que 
hacen homosexuales de pago. 
—De verdad? ¿Eso sucede a menudo? 
—Se les paga más por trabajar en películas gay, —dijo Tristan, —Así 
que sí. 
—Eso parece- 
—¿Difícil de creer? 
—Un poco, —admitió Asher. 
—Es sólo sexo, —dijo Tristan encogiéndose de hombros. 
—Incluso siel chico es recto? 
—Se trata del dinero. Si te gustan las pollas o los coños no le 
importa a la mayoría de la gente. 
—¿Eres la mayoría de la gente? —Preguntó Asher sin pensar. 
Tristan se echó a reír. 
—Ahora, ¿quién está siendo audaz? 
Asher ni siquiera había comenzado su primer día de trabajo y aquí 
estaba a punto de ser despedido. 
—Oh, Dios mío, no sé por qué dije eso, —murmuró en voz baja, con 
la cara afectada. —No es asunto mío. Lo siento. 
Tristan desechó su preocupación. 
—No lo hagas. Cuanto mejor me conozcas, más fácil nos 
llevaremos. Me gusta alguien que pueda decir lo que piensa. Eso es 
raro. 
—¿Por qué es eso? 
 
 
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—Con el dinero viene el poder, así como el miedo. Estoy rodeado 
de “sí hombres” más a menudo que no. 
—¿Quieres que alguien te diga que no? 
Tristan asintió. 
—Y ser honesto. No me gustan los mentirosos. 
Asher no había esperado eso. Le hizo sentirse un poco mejor al 
dispararle la boca. 
—Estuve mirando fotos tuyas en internet anoche y me preguntaba 
acerca de tu elección preferida de compañeros. 
—¿Leyendo sobre mi ilustre carrera? 
—Investigación. Siempre me gusta saber para quién estoy 
trabajando. 
—¿Descubriste algo interesante? —Preguntó Tristan. 
—Eres un hombre hecho a sí mismo. 
—De lo que en mi vida estoy más orgulloso. 
—También tienes tu elección de las mujeres. 
—Disfruto de mujeres hermosas—. Tristan le sonrió. —Pero solo 
tengo sexo con hombres hermosos. 
—Oh. 
—Sorprendido por eso? 
—Has trabajado en tantas películas consecutivas que no estaba 
seguro. Pero supongo que no se sabe de muchos hombres que 
elegirían filmar porno gay si no fueran realmente gay. 
—Un trabajo es un trabajo, y en esta industria a veces no puedes 
ser exigente. Hay muchos directores que disparan todo tipo de 
pornografía, —explicó Tristan. 
—¿Es eso lo que hiciste? 
 
 
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—He hecho mi parte de películas rectas y he ganado premios, como 
mencionaste ayer. Ahora tiendo a seguir con lo que mejor conozco, y 
las ventas son una prueba de ello. 
—¿Entonces ya no haces porno recto? —Preguntó Asher. 
—Estoy haciendo más dinero con la línea Mavericks1. He 
contratado a otros directores para las películas rectas. 
—Voy a extrañar La hora de acostarse para Bimbos. 
—Quizás ahora que trabajas para mí, sentirás curiosidad por otros 
tipos de pornografía. 
Asher vio a dónde iba Tristan y negó con la cabeza. 
—No creo que eso sea probable. 
—¿Alguna vez has visto porno gay? 
—Soy heterosexual, —dijo Asher, como si eso lo explicara todo. 
—Absolutamente garantizo que los heterosexuales miran porno 
gay. Nunca sabes. Podrías simplemente cambiar de opinión. 
—No lo creo. 
—En cualquier caso, vas a ver mucho de esto por aquí. 
—Estoy seguro de que seré capaz de manejarlo. No es que no haya 
visto cien pollas en mi vida en las duchas de la escuela y en el 
gimnasio. 
—Eso es muy cierto, —dijo Tristan con una sonrisa. 
—Si eres gay, ¿por qué en todas las fotos que he visto de ti en línea 
solo has estado con mujeres? 
—Las mujeres con las que me ven en las fotos de los paparazzi 
suelen ser actrices. Prefiero mantener mi vida personal fuera del foco 
de atención. 
 
1 Mavericks se refiere a una persona que actúa con iniciativa e independencia. 
 
 
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—¿Porque no quieres que la gente sepa que eres gay? —Preguntó 
Asher. 
—Ese nunca ha sido el caso, —respondió Tristan. —Tiendo a ser 
desafortunado en el amor, si tuviera que ser honesto, lo que significa 
que mis citas siempre son mujeres. 
—¿Entonces les dejas asumir que eres heterosexual? 
—No, todos saben que soy gay. Sin embargo, nunca ha impedido 
que las damas lo intenten. Sencillamente, no he llevado a ningún otro 
a un estreno. 
—Es fácil ver por qué eres popular entre los paparazzi. Y, uh, 
muchachos, supongo. 
—¿Eso es así? —Tristan sonrió. 
—Bueno, sí, —dijo Asher torpemente. —Todos ustedes son... GQ. 
—No es difícil de lograr. Un traje bien ajustado, buen corte de 
pelo... podrías hacer lo mismo. 
—Y lucir tan bien como tú? De ninguna manera. 
Tristan se burló y se inclinó hacia delante en su silla. Asher podía 
oler su colonia ligera y aromática cuando el cuero se movió. 
—¿Estás bromeando, verdad? 
Asher lo miró y se encontró con sus ojos azules. Tristan lo estaba 
estudiando ahora, con una mirada curiosa en su rostro. 
—¿Es por eso que me contrataste? —Preguntó Asher. —¿Porque 
pensabas que era guapo? 
—Eso no es absolutamente razón por la que te contraté. 
—Eso es un alivio. 
—Sin embargo, es definitivamente una ventaja adicional, ya que 
estamos siendo honestos, —admitió Tristan. —¿Eso te molesta? 
No fue así, pero Asher sintió que el color subía a sus mejillas de 
todos modos. Tristan Foyle, el hombre más rico que había conocido 
 
 
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en su vida, alguien que podía elegir a cualquier persona, hombre o 
mujer, un hombre cuya innegable buena apariencia lo convertía en el 
foco de atención y deseo, consideraba a Asher de buen aspecto. 
—No, —dijo Asher al fin, tratando de mantener la mirada intensa 
de Tristan y fallando. Se sentía como que Tristan estaba tratando de 
adivinar lo que estaba pensando. 
—Entonces no te mantendré en contacto con la llama por más 
tiempo, —dijo Tristan mientras se levantaba. —Me gustaría mostrarle 
el estudio y las áreas de producción, darte un pequeño recorrido por 
las instalaciones. Con suerte, te será más fácil desplazarte si sabes 
cómo está todo dispuesto. 
—Lo apreciaría. El lugar parece extremadamente grande. 
—Realmente no. Es un almacén dividido en secciones más 
pequeñas. Es confuso al principio, pero una vez que te lo explique 
tendrá más sentido. 
—Suena bien. 
—Entonces vamos a repasar las responsabilidades del trabajo. No 
es nada que no hayas experimentado, pero me gusta ser minucioso. 
Mientras cumplas ciertas expectativas, estaremos bien. 
—No tendré ningún problema con mis obligaciones, —dijo Asher, 
recogiendo su libreta y su bolígrafo. —Dime lo que hay que hacer y lo 
haré. 
—Puedo limitarte a eso, —dijo Tristan con una sonrisa. 
 
 
 
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Capítulo 3 
 
El estudio no era tan grande como Asher esperaba que fuera. Tenía 
un armario enorme para disfraces y accesorios, pero el resto era un 
espacio vacío separado por sets falsos donde filmaban escenas. En la 
primera, Tristan le mostró que había áreas diseñadas para parecerse 
a las diferentes habitaciones de una casa, con una sala de estar, un 
dormitorio y una cocina completa con electrodomésticos. 
La habitación tenía una cama de matrimonio y estaba decorada con 
buen gusto. En la pornografía que Asher había visto, la ubicación 
donde tenía lugar el sexo no importaba. La mayoría de las veces 
parecía que estaba siendo filmado en el sótano de alguien. Al parecer, 
Tristan tenía estándares más altos. 
—Los sets son impresionantes, —comentó Asher mientras Tristan 
lo acompañaba a los estudios, presentándole a la gente y explicando 
sus posiciones en la compañía. 
—Quería que la audiencia esperara algo diferente con el sello de 
Mavericks. Gastamos mucho dinero en la preparación del set. Incluso 
tenemos guiones. No quiero que mis películas se vean como un porno 
amateur de mierda. 
Salieron del set de la casa y cruzaron una puerta hacia otra área del 
estudio. 
—Ahora este es mi nuevo juego favorito que hemos construido, —
dijo Tristan cuando entraron. —El garaje. 
 
 
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Si él no estuviera con Tristan, Asher habría pensado que habían 
entrado en un garaje de trabajo real. Había herramientas colgadas en 
un tablero de madera encima de una mesa de trabajo cubierta con 
trapos sucios y piezas de automóviles. Carteles publicitarios de 
hojalata decoraban las paredes. Había dos motocicletas enormes en 
la habitación, una que había sido despojada de sus partes como si 
estuviera siendo trabajada, y laotra estacionada visiblemente en el 
centro del garaje, con un hombre tendido a través de ella. 
Aunque solo podía ver la parte posterior de la cabeza del hombre, 
Asher reconoció a Taylor de inmediato porque todavía estaba vestido 
de cuero, incluido uno de esos cascos a los que la leyenda de 
motociclistas le gustaba usar en los años 50. Su espalda bien definida 
y sus bíceps eran aún más impresionantes vistos en la iluminación 
brillante que inundaba el set. Lo que Asher no notó de inmediato 
hasta que se acercaron fue al hombre que estaba arrodillado frente a 
la motocicleta con la enorme polla de Taylor en la boca. 
—Oh, mierda, Taylor todavía está filmando su escena con Clint, —
susurró Tristan. —Pensé que habían terminado. 
Clint estaba girando su lengua en círculos sobre la punta de la polla 
de Tay, lamiendo y chupando la cabeza y luego llevándola a lo 
profundo de su garganta. Luego Clint alternaría deslizando su lengua 
hacia arriba y hacia abajo por la parte inferior del eje. Cada vez que 
Clint lo hacía, Taylor siseaba aire entre dientes y gemía. 
Tay se pasó una mano por el estómago y se burló de sus propios 
pezones mientras pasaba los dedos por el cabello de Clint. Gimiendo 
en voz alta, presionó la cabeza de Clint más abajo sobre su polla, 
forzándose a sí mismo más profundo en la garganta de Clint. Mantuvo 
un ritmo constante hasta que Clint tragó a Taylor tan profundamente 
que presionó sus labios contra las bolas de Tay, y luego deslizó un 
 
 
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dedo en el culo de Tay. Taylor dejó escapar un suspiro agudo y 
vacilante. 
En el momento en que Asher escuchó ese sonido, un calor 
inconfundible se disparó directo a su abdomen y le estremeció la 
polla. Siempre le encantó escuchar a las mujeres en el porno. A veces 
los sonidos lo hacían más duro que ver la acción en la pantalla. Ahora, 
escuchar esos pequeños ruidos similares provenientes de un tipo que 
estaba a solo unos metros de distancia le hizo algo que no esperaba. 
Trató de concentrarse en cualquier otra cosa que sucediera en la 
habitación, el tipo de sonido, el operador de la cámara, la motocicleta 
de aspecto atractivo, pero no pudo. Taylor estaba sin aliento, 
gimiendo y jadeando a la aparentemente excelente mamada de Clint. 
Asher podía sentir cada sonido, haciendo que su polla se moviera 
bajo sus pantalones de vestir. 
Él había visto a miles de hombres siendo succionados por mujeres 
en el porno, pero nunca sonaban así. En el porno recto, se trataba de 
centrarse en la mujer y los sonidos que hacía mientras un tipo 
anónimo la golpeaba con fuerza y rapidez para hacer rebotar sus 
tetas falsas. Asher captó la mirada en la cara de Tay. Tenía los ojos 
cerrados, la cabeza hacia atrás, la boca abierta, los dedos aún 
agarrados del cabello de Clint. Asher nunca prestó atención para ver 
si los hombres del porno se divertían. Siempre estaba distraído por la 
puta. Pero esto... nunca había visto a un chico disfrutando tanto 
como Taylor en ese momento. Trató de imaginar cómo era tener la 
boca de un hombre alrededor de su polla, un hombre que sabía 
exactamente lo que se sentía bien y cómo deslizar su lengua de la 
manera correcta alrededor de la punta sensible, cómo Clint lo estaba 
haciendo, qué elegante y caliente su boca sería, cómo agarrar sus 
bolas como a Asher le gustaba mientras lo chupaba profundamente... 
 
 
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De repente se dio cuenta de que estaba empezando a ponerse duro 
en medio de una sesión de porno gay. Asher miró a su alrededor 
rápidamente para ver si alguien lo había notado. Todos parecían 
enfocados en la escena, gracias a Dios. Tristan estaba parado detrás 
de él a su izquierda, y Asher esperaba que sus pantalones delgados no 
lo delataran. Se volvió un poco hacia un lado y miró por encima del 
hombro para ver si Tristan se había dado cuenta. Él parecía estar 
prestando atención a la escena también. 
Nunca se imaginó que algo así podría pasar. No se suponía que 
sucediera. Siempre supo que era hetero. Había tenido muchas novias 
y mucho sexo, todo lo cual había disfrutado a lo largo de los años. Se 
excitó con las mujeres, se sacudió con las mujeres y jodió con las 
mujeres. Excepto que ahora su polla palpitaba porque un tipo grande, 
vestido de cuero, estaba empujando su polla en la garganta de otro 
chico. 
Quería mirar hacia otro lado que no fuera lo que estaba sucediendo 
justo delante de él. Él quería hacerlo, pero no pudo. Quedó paralizado 
por la expresión de puro éxtasis en la cara de Taylor, por la forma en 
que sus párpados se agitaban y cómo gemía con fuerza cada vez que 
Clint lo acosaba, cómo se empujaba una y otra vez hacia esa boca 
húmeda y caliente, y cómo estaba Clint. Los labios seguían chupando 
con avidez la polla de Tay. 
Tal vez Tristan tenía razón acerca de los hombres heterosexuales 
que querían ver porno gay. Asher se sintió culpable y emocionado al 
mismo tiempo, culpable porque sabía que los hombres 
heterosexuales típicos no hacían este tipo de cosas, y se regocijaban 
porque de todos modos se sentía bien. Era como la sensación que 
tuvo la primera vez que encontró la pila oculta de revistas de Playboy 
de su padre. Sabía que estaba mal, pero la emoción de ver algo ilícito 
 
 
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por primera vez lo encendió. Su cuerpo no debería haber estado 
reaccionando de esa manera por ver a los hombres haciendo eso. 
Asher trató de pensar en otra cosa para alejar su mente de los 
agradables sonidos que provenían de Taylor, pero no importaba lo 
que intentara visualizar, nada impediría que el ojo de su mente 
recreara las sensaciones imaginadas en su propia polla. 
Afortunadamente, el sonido penetrante de un timbre lo sacudió en 
sus sentidos. 
—Está bien, escena, todos! Vamos a reiniciar en media hora. 
Mientras el equipo comenzó a hacer las maletas, Asher se movió 
detrás de una silla cercana y respiró profundamente para tratar de 
relajarse. Tristan se le acercó cuando los chicos de la cámara 
comenzaron a mover sus equipos. 
—Ahora puedes ver cómo sucede la magia. 
—Sí, —dijo Asher, moviéndose torpemente. —Interesante. 
—Eso no te molestó demasiado, ¿verdad? No sabía que todavía 
estaban filmando. 
Asher se acomodó en el bolsillo de sus pantalones. 
—No... uh, estaba bien. 
Tristan levantó una ceja. 
—La primera mamada no fue demasiado traumatizante? 
—En una forma de hablar. 
—Se convertirá en aburrido después de un tiempo, créeme. 
Normalmente estoy pensando en los ángulos de la cámara y la 
iluminación. 
Si Tristan había notado que Asher estaba encendido, no lo 
mencionó. 
—Tay tiene un verdadero talento con las cosas auditivas. Lo usamos 
para nuestras grabaciones eróticas en CD y nuestros audiolibros. 
 
 
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—Uh Huh. Tiene talento. —Asher trató de desterrar los sonidos que 
Taylor estaba haciendo desde su cabeza. Si lo pensaba demasiado iba 
a ponerse duro de nuevo. 
—Ahora déjame mostrarte la bahía de edición. La mayoría de las 
compañías subcontratan la edición, pero quería tenerla en casa para 
vigilar el trabajo. Incluso hay un sofá de cuero y un enorme televisor 
de setenta pulgadas. 
Asher colocó su libreta discretamente frente a su entrepierna y 
siguió a Tristan a dos habitaciones grandes, conectadas por un 
estrecho pasillo. En la primera sala estaban el sofá y la televisión que 
Tristan había mencionado, junto a un bar, una mesa de centro y dos 
mesas auxiliares. En la otra sala estaba la configuración de edición, 
que, aunque Asher no sabía mucho sobre la producción de películas, 
parecía cara. Había un monitor grande en el centro de un escritorio 
de dos niveles flanqueado por altavoces gigantes. Debajo había otros 
cinco monitores, varios teclados, equipos de sonido y lo que parecían 
varios discos duros. Había una silla giratoria en medio de todo esto, 
donde un hombre pequeño estaba sentado estudiando una de las 
pantallas. 
—Asher, conoce a Joel. Él es nuestro editor interno y el tipo que 
nos hace seguiradelante. 
—Si tus bolas no son lo suficientemente fuertes, tienes demasiadas 
bolas o hay bolas en tu camino, yo soy tu hombre, —dijo Joel, 
extendiendo la mano para saludarlo. 
—Joel, Asher va a ser mi nuevo asistente. 
—Felicidades. Tristan es un buen jefe. 
—Tiene que decir eso porque, de lo contrario, lo haría trabajar con 
las tetas y el coño todo el día, —bromeó Tristan. 
 
 
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—Dios, por favor, no, —dijo Joel, con una mueca burlona. —No las 
tetas de nuevo. 
—Joel solía trabajar en nuestras selecciones de hetero hasta que se 
transfirió a la línea Mavericks. 
—¿Por qué fue eso? —Asher preguntó. 
—Me quemé trabajando en ello todo el día. La pornografía ya no 
era divertida. Traía películas caseras para ver cuando la esposa no 
estaba cerca, y todo lo que veía era cómo acortar una escena o usar 
un ángulo de cámara diferente. 
—Preferiría ver a los chicos joder entre sí ahora en lugar de eso, —
se rió Tristan. 
—¡Es verdad! Pollas todo el día. 
—También digitalizó el archivo, —dijo Tristan. —Lo que es 
sorprendente teniendo en cuenta la cantidad de títulos en los 
catálogos posteriores que compramos. 
—Sí. Años y años de culos suaves organizados en un simple sistema 
de archivos—. Joel hizo clic en su escritorio y abrió una gran base de 
datos llena de carpetas. —¿Ves? Alfabetizado y todo, y con 
referencias cruzadas por año y quien lo haya protagonizado. 
—¿Has visto todas esas películas? 
Joel se rió. 
—Diablos, no. Las organicé en base al papeleo que me dieron. Ya 
sabes, “Joe Blow protagoniza Lots of Dicks en This Movie, 2001” tipo 
de cosas. Sería imposible pasar por cada una de ellas una por una. 
—Impresionante, —dijo Asher, y lo decía en serio. Sabía lo difícil 
que era mantener los archivos organizados para una gran 
corporación. 
 
 
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Lo que realmente quería saber era cómo Joel parecía haberse 
aclimatado tan fácilmente a estar rodeado de chicos que tenían sexo 
todo el día, pero obviamente no iba a preguntar eso. 
—Verás mucho a Joel, —le dijo Tristan a Asher. —Tenemos 
proyecciones los viernes en la suite de edición. 
—Todo el mundo se sienta al final de la semana y... um, ¿mira 
porno? 
Tristan se echó a reír. 
—No, generalmente somos yo, el director y el editor. Solo que 
ahora que te he contratado, finalmente puedo hacer que alguien 
tome notas. 
—Pero sí, estamos sentados viendo porno. Te acostumbrarás, —
dijo Joel. 
—Eso es lo que todos me dicen, —dijo Asher. 
—Después de un tiempo es como el ruido de fondo, —dijo Joel. —Y 
créanme, el producto final de la pornografía es el resultado de horas 
de trabajo, desde los actores hasta la iluminación y los ángulos de la 
cámara. Una vez que ves la mierda detrás de escena, se convierte en 
rutina. 
Asher todavía estaba un poco inseguro. Nunca esperó que su 
cuerpo reaccionara de la misma manera que lo hizo ver la mamada 
ocurriendo ante sus ojos. Sin embargo, lo que sucedió fue 
inconfundible. Los gemidos y suspiros de Taylor y los sonidos de la 
succión húmeda y descuidada lo endurecieron. ¿Cómo reaccionaría él 
al ver eso todos los días? O, aún más inquietante, ¿ver a dos hombres 
jodiendo entre sí? Aunque en teoría sabía lo que implicaba según lo 
que sabía del sexo gay, en realidad nunca lo había visto. Él nunca 
había necesitado o querido. 
 
 
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Ahora lo iba a ver todo el tiempo, justo delante de sus ojos, a todo 
color. El pensamiento lo puso ansioso. ¿Qué pasaría si tuviera que 
hacer algo mundano, como tomar un dictado por una carta, mientras 
él y Tristan estaban frente a dos actores que tenían sexo? ¿Se pondría 
duro frente a su jefe? Se encogió ante el pensamiento embarazoso. 
Aún más molesto era por qué esto estaba sucediendo. Los hombres 
heterosexuales no se excitan por el porno gay. Los hombres 
heterosexuales se habrían asustado. ¿Qué demonios le estaba 
pasando? 
Tristan interrumpió sus pensamientos. 
—Déjame llevarte a ver las áreas de transmisión y cámara. No es 
nada lujoso; solo habitaciones donde instalamos las cámaras y las 
hacemos cómodas para nuestros actores. 
En el extremo más alejado del pasillo se bifurcaba, conduciendo a 
un área donde había cuatro puertas. Sobre las puertas había luces 
apagadas, rojas y verdes. 
—Esta es nuestra área de cámara en línea. Los espectadores pagan 
para ver a nuestros actores realizar varios actos, e incluso pueden 
chatear con ellos en vivo para realizar solicitudes. 
—He visto cosas como esta anunciadas en línea, —respondió Asher. 
—Nunca estuve realmente interesado en eso. 
—Oh, nos hace toneladas de dinero. La gente pide la mierda más 
rara, mucha de ella realmente mundana. Como ver a los actores 
quitarse la ropa interior y eso es todo. Pero la mayor parte son los 
actos sexuales en vivo. Las luces te dejan saber si están filmando. El 
rojo está apagado y el verde está encendido. 
—Debe ser barato para producir, —dijo Asher. —No hay película ni 
postproducción. 
 
 
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—Exactamente. Básicamente es una habitación, una cama y una 
cámara web, y los espectadores pagan una prima por ello. 
—Supongo que es porque sienten que están participando en la 
acción. 
Tristan abrió la puerta de una habitación vacía, mostrando la 
configuración de sonido y cámaras individuales enfocadas en una 
cama tamaño queen en el centro de la habitación, junto con un 
monitor grande y un teclado. 
—Las salas de chat en vivo son más caras que solo ver actos de sexo 
en vivo. Los espectadores pagan por suscripción porque pueden hacer 
solicitudes. 
—¿Alguna vez alguien ha pedido algo que un actor no haría? —
Preguntó Asher. 
—No es lo que puedo recordar, desde el lado del porno recto, de 
todos modos, —dijo Tristan. —No hemos lanzado ninguna de las 
habitaciones gay todavía. Mis actores son muy buenos intentando 
acomodar lo que el cliente quisiera ver. Y me gusta tener clientes 
felices que sigan pagando. 
Tristan cerró la puerta y los llevó al pasillo. 
—Bueno, esa es la gran gira. ¿Regresamos a mi oficina y discutimos 
cosas importantes como tu 401k2 y el tiempo de vacaciones? 
Asher asintió. 
—Después de ti. 
Había mucho que asimilar, y una parte de pánico de Asher se 
preguntaba si estaba cometiendo un error. Pero luego la realidad se 
 
2 El 401(k) es un plan de ahorros para el retiro auspiciado por el patrono, que le permite a 
usted ahorrar e invertir una parte de su salario antes de que se le cobren los impuestos. ... A 
diferencia de los fondos de retiro, con un 401(k) usted puede controlar cómo se invierte su 
dinero. 
 
 
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hundió, recordándole que no tenía otras opciones, y que valía la pena 
sesenta mil dólares al año trabajar en un lugar que lo incomodara de 
vez en cuando. 
Si tan solo pudiera lograr que su polla cooperara e ignorara todo lo 
que veía y oía. 
 
 
 
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Capítulo 4 
 
Pasaron dos semanas, durante las cuales Asher se acostumbró a ser 
recogido y dejado por el servicio de automóviles todos los días. 
Todavía lo hacía sentir incómodo al ir al trabajo, pero Tristan estaba 
tan ocupado que Asher no quería acercarse a él para recordarle que 
tenía su propio auto de compañía. 
El trabajo durante esas semanas ni siquiera había sido difícil; 
principalmente correos electrónicos y un seguimiento de quién llamó 
y cuándo. Todavía se encontraban en medio de la configuración de los 
servidores y las cámaras para las salas en vivo, y sabía que tenían 
algunos problemas para configurar las autenticaciones de las tarjetas 
de crédito, pero aparte de eso, todo había sido fácil. 
Asher había estado unido a la cadera de Tristan durante las últimas 
dos semanas, y no había necesitado ir a las áreas de filmación o cerca 
del área de edición. 
También había empezado a acostumbrarse a la corriente casi 
constante de actores que entraban y salían de la oficina de Tristan adiario. Algunos de ellos eran mujeres; sin embargo, en su mayor 
parte, fueron los hombres de la línea Mavericks los que hicieron su 
aparición. Actores en varios estados de vestimenta y desvestirse se 
convirtieron en algo común. Asher nunca había sido el tipo de 
persona que juzgaba a otras personas, y como todos estaban allí para 
trabajar, no habría importado que entraran desnudos. No lo hicieron, 
por supuesto, pero si lo hubieran hecho, no lo hubieran perturbado. 
 
 
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Además, se estaba acostumbrando a las idas y venidas de los actores 
y se había hecho amigo de muchos de ellos. Era como cualquier lugar 
de trabajo, solo que con más desnudos. 
Tristan estaba mayormente confinado a su oficina, haciendo 
hincapié en los inversores, las líneas de tiempo y en los horarios de 
producción, tanto en la huella de Mavericks como en sus títulos 
normales estándar. Asher hizo lo que hizo mejor, que era anticipar 
todas las necesidades de Tristan antes de saber que lo necesitaba. 
Asher sintió que tenía talento para esto en todos los trabajos que 
había tenido. Preparando café, revisando los mensajes telefónicos, 
haciendo un seguimiento y programando las reuniones de Tristan, 
saludando a los invitados, estaba al tanto de todo sin que se lo 
pidieran. 
Y Tristan definitivamente se había dado cuenta. 
—¿Cómo supiste que necesitaba café? —Preguntó cuando Asher 
entró a su oficina con una taza humeante. 
Asher la dejó suavemente en el escritorio de Tristan. 
—Suspiras mucho. 
—¿Qué significa eso? —Preguntó Tristan, sorbiendo 
cautelosamente. 
—Comienzas a sentirte frustrado por algo y tomas tragos de la taza 
en tu escritorio. Si te quedas sin café, el proceso se interrumpe y 
comienzas a suspirar. Ruidosamente. Ahí es cuando sé que es hora de 
una recarga. 
—Eso es... no tenía idea de que hice eso. 
Asher se encogió de hombros. 
—Sí, es solo algo que aprendí. 
—No, en serio, Asher, eso es realmente impresionante. Nunca he 
tenido un asistente o secretario que haya notado eso sobre mí. 
 
 
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—Me siento justo afuera de tu oficina. 
—Supongo que es una buena cosa que no me estoy rascando el 
trasero distraídamente o picándome la nariz. Eres todo un estudio de 
personajes. 
—Realmente dudo que alguien como tú estuviera sentado allí 
rascándose el trasero donde todos pudieran ver, —dijo Asher. 
—Tal vez alguien como yo estaría rascando sus bolas en su lugar. 
Asher no pudo evitarlo y se rió de él. 
—Ningún jefe mío que parece que se alejó de una sesión de fotos 
de una revista va a ser sorprendido de esa manera. 
—¿Es así como me veo? —Preguntó Tristan, con una astuta media 
sonrisa en su rostro. 
—Yo... uh... eso es lo que me recordaste el día en que te conocí, —
dijo Asher, avergonzado. 
A veces se olvidaba de sí mismo porque se llevaban muy bien. Era 
fácil sobrepasar sus límites cuando estaba cerca de Tristan, que era 
simpático y amable incluso cuando estaba bajo un inmenso estrés. Él 
no era el tipo de hombre para enojarse o perder el control cuando 
estaba irritado por lo que Asher podía decir. Trabajar para él durante 
estas pocas semanas no convirtió a Asher en un experto, pero 
durante ese tiempo hubo situaciones tensas casi a diario mientras se 
preparaba el lado de la transmisión del negocio, y no había oído a 
Tristan levantar la voz una vez. 
—Las portadas de revistas de moda son solo durante la semana, —
bromeó Tristan. —Los fines de semana ni siquiera me maquillaré. 
—Entonces, ¿qué, estás recostado en la casa con pantalones sucios 
rodeado de cajas de pizza vacías y botellas de cerveza? Lo dudo. 
 
 
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—Bueno, soy un multimillonario. La cerveza es importada, —dijo 
Tristan, tratando de mantener la cara seria. Cuando ya no pudo 
continuar, ambos se echaron a reír. 
—Es probable que tengas mayordomos robot para recoger detrás 
de ti. Puedo imaginar el tamaño de tu casa. 
—Oh, ¿puedes? ¿Cómo se ve? 
—Como diez mil pies cuadrados, con toneladas de habitaciones que 
todas tienen suites y canchas de básquetbol. 
—No es tan elegante como todo eso, —se rió Tristan. —Tal vez 
tenga que llevarte allá arriba y mostrarte. 
—Allá arriba? Tienes una mansión en una colina, ¿no? 
—Sólo una pequeña. Bueno, dos. La otra está en Francia. 
—Oh, Dios mío, —dijo Asher, haciendo una demostración de rodar 
los ojos. —Tienes suerte de que me gustes. 
—¿Soy fácil de gustar? —Preguntó Tristan. 
—Algo así, sí, lo que es raro. 
—¿Por qué es eso? 
—Se supone que no te gusta tu jefe, —dijo Asher. 
—Podría comenzar a ser más mandón, —sugirió Tristan con una 
sonrisa. 
—No, me gusta llevarme bien contigo. 
—Y me gusta llevarme bien con mis empleados. Pero también eres 
fácil de gustar. 
—¿Es así? —Asher dijo. 
—Es agradable tener una conversación con alguien sin tener que 
explicar lo que significan las palabras. 
Asher se rió de eso. 
—No soy tan inteligente. 
 
 
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—No te vendas corto. La forma en que elaboras las cartas es un 
regalo. 
—Vamos, —Asher se burló. 
—No, honestamente. Es un gran peso fuera de mis hombros saber 
cuán sin esfuerzo te has aclimatado aquí. Cuidar lo que hay que 
hacer, enviar esas molestas explosiones de correo electrónico que 
odio tanto, haciéndome sonar mejor de lo que soy en las cartas: te 
has convertido en algo invaluable. 
—¿Significa “invaluable” que soy bastante bueno? —Bromeó Asher. 
La forma en que Tristan se echó a reír después de que él dijera eso 
hizo que el estómago de Asher se agitara de una manera extraña, 
como si estuviera sentado en un bar tratando de recoger a una mujer 
y ella había sido la única que se reía de él. Lo atribuyó al nerviosismo, 
porque ¿por qué debería importar si podía hacer reír a Tristan? 
—Sí, lo hace... ¿estoy empezando a sonar como un imbécil 
arrogante? —Preguntó Tristan. 
—No, eso es lo molesto. Los tipos ricos suelen serlo. No lo eres por 
alguna razón. 
—¿Has conocido a muchos tipos ricos? 
—Bueno, no, —admitió Asher, —estoy generalizando. Tienden a 
tener derecho y están mimados y tratan a la gente como una mierda. 
Con eso, el teléfono sonó, interrumpiéndolos. 
—Espero cambiar esa opinión, —dijo Tristan con seriedad, y se 
inclinó para levantar el auricular. —¿Hola? Sí. Cierto. Ah, vale. ¿Está 
aquí ahora? Bueno, eso está bien. Puedes enviarlo de vuelta. 
—Nuevo actor? No tenía nada programado, —dijo Asher. 
—No, el chico que está haciendo nuestro trabajo en el sitio para las 
cámaras en vivo. Tienen que instalar las cámaras y actualizar algo más 
para asegurarse de que el video se ejecute sin problemas. O algo. Yo 
 
 
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olvido. Joel me lo mencionó, pero mi cabeza ha estado en otra parte 
esta semana. Hazme un favor, encuéntrate con él en el pasillo y 
dirígelo a las habitaciones de la cámara en vivo. 
—¿Qué pasa si necesito ponerme en contacto contigo mientras 
estoy allí abajo? —Preguntó Asher. 
—Me pondré al día en un minuto. 
—Bueno. 
Asher salió de la oficina de Tristan y salió al vestíbulo para buscar al 
técnico. El hombre era bajo, peludo y vestido con un mono azul con el 
logotipo de su compañía en forma de una pequeña cámara. 
Asher se presentó y dirigió al hombre a la primera sala de cámaras, 
que estaba al final del pasillo de la entrada principal, a poca distancia 
de la oficina de Tristan. 
—¿Qué estás haciendo exactamente hoy? —Preguntó Asher, con 
curiosidad por las bolsas de equipo que el hombre llevaba. 
—Configurando las cámaras en cada una de las salas de la cámara 
en vivo, por lo que entiendo. 
—Oh, tú, uh, ¿sabes para qué son estas habitaciones? 
—Sí. El señor Foyle solo pasa por nuestra compañía por todos sus 
equipos de filmación. 
La primera habitación en la que entraban parecía que ya había sido 
preparada para el rodaje, con numerosas lámparas y luces orientadas 
hacia la cama, que estaba en el centro de la habitación. No había 
aderezos ni adornos, y la habitación estaba vacía, exceptopor una 
computadora portátil colocada sobre un escritorio con todo tipo de 
equipo de computadora escondido debajo. Asher pensó que esta era 
la habitación que Tristan le mostró el día que le dio la gira. 
 
 
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El técnico abrió su bolsa de equipo y se puso a trabajar para 
conectar los cables a una pequeña cámara que estaba colocada en un 
trípode al lado del escritorio. 
—Hemos provisto el video y las cámaras digitales que ha usado en 
todas sus películas hasta la fecha, —dijo el chico mientras miraba por 
el visor de la cámara y hacía ajustes. 
—¿Cuánto tiempo ha pasado? 
—Creo que Cameras Limited ha trabajado con él desde que 
comenzó a trabajar en Foyle Media a principios de los años 2000. En 
aquel entonces todavía hacían todo esto en la película. Ahora es 
completamente digital. Es más caro al principio, pero a la larga ahorra 
dinero. No hay películas desperdiciadas entre la instalación. 
—¿Cuál era tu nombre otra vez? —Asher le preguntó al técnico. 
—Paul. 
—¿Has hecho este tipo de trabajo por mucho tiempo, Paul? 
—Supongo. Instalación y configuración de cámaras de seguridad, 
en su mayoría. El negocio del Sr. Foyle es único en nuestra lista de 
contratos de servicio—. Paul se rió entre dientes. —No me importa 
meter la cabeza aquí y allá a veces. El paisaje es agradable de ver, si 
sabes lo que quiero decir. Todos los jóvenes quieren ser los que 
vienen aquí para reparar las cámaras y lentes o lo que sea. Sin 
embargo, nuestro jefe no soporta esas cosas. Solo confía en los 
hombres mayores para hacer esto. Él nunca envía los Calenturientos. 
—¿Conoces a Tris? Quiero decir, señor Foyle, mucho tiempo? 
—Bueno, veamos, he trabajado para Cameras Limited durante unos 
siete años, así que lo conozco desde entonces. 
—¿Qué piensas de él? 
Asher estaba pescando para obtener información. Simplemente 
sentía curiosidad por el tipo de hombre que era Tristan y qué mejor 
 
 
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manera de averiguarlo que preguntarle a alguien que lo había 
conocido durante todos estos años. Incluso si él no tenía una relación 
de trabajo cercana con él, el chico podría proporcionar algo de 
información. 
—Está bien, supongo. Quiero decir, no trabajo con él todos los días. 
—Lo sé. Es solo que empecé aquí hace unas semanas y me interesó 
saber algo sobre él. Así que sé que no estoy trabajando para un 
imbécil rico. 
No lo era, ni mucho menos. Asher ya sabía eso. Sin embargo, no 
podía hacer daño tener otra opinión. Tal vez solo era cuestión de 
tiempo antes de que Tristan comenzara a tratarlo con dureza. Dudaba 
que ese fuera el caso. 
—No creo que sea un imbécil, eso es seguro. Sólo hemos tenido 
algunas conversaciones. Es un tipo ocupado, dirigiendo la compañía y 
todo. Aunque siempre ha sido amable conmigo. 
—Sí. 
—Parece realmente realista para un CEO, ¿sabes? Recordó mi 
nombre sin siquiera mirar mi tarjeta de identificación. Él pregunta 
cómo estoy cuando estoy aquí, queriendo saber cómo están la esposa 
y los hijos. Quiero decir, ¿a cuántos multimillonarios conoces que les 
importan esas cosas así? 
—No muchos. 
—Sé que todos sus actores piensan que también es un gran tipo, —
dijo Paul. 
—¿Es eso así? 
—Al menos con los que me he encontrado, —dijo Paul. —Es posible 
que haya encontrado una razón para estar en el vestíbulo una vez 
después de que Trixie Mittens estaba filmando. 
 
 
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—No te culpo—. Asher sabía que Trixie era una de las principales 
ganadoras de Foyle Media. 
—Sin embargo, soy totalmente profesional, —dijo, levantando una 
mano con honestidad, —y solo hablé con ella una vez. Todos decían 
que era un gran director Tristan. Ha estado en la industria desde 
siempre, por lo que he oído. Él sabe cómo hablar con los actores para 
obtener las actuaciones que quiere. Paciente, también. Al menos eso 
fue lo que me dijo Trixie. 
—Supongo que es bastante querido, entonces. 
—Yo diría que sí. Ha sido bueno conmigo, y eso va muy lejos 
cuando te estás arrastrando por las consolas y conectando los cables 
en lugares difíciles de alcanzar todo el día, —dijo Paul. —Por lo que 
he oído, incluso otorga bonificaciones de Navidad, desde los actores 
hasta los tipos que lo manejan. 
Paul terminó las conexiones en la primera habitación, y se 
trasladaron a la segunda. Esta tenía un tema de romance, con 
material transparente cubierto sobre la cama y tealights LED3 hechas 
para emular verdaderas velas en las mesitas de noche. La colcha era 
gruesa y combinaba con las almohadas bordadas, ambas de alta 
calidad. Incluso había una alfombra. Había luces de estudio instaladas 
justo como estaba la primera habitación, pero eran mucho más 
sutiles y no tan brillantes. 
—Este va a ser un dolor en el culo, —dijo Paul, colocando su bolsa 
de engranajes hacia abajo y revolviéndola. —La iluminación es difícil. 
Asher se apoyó contra la puerta, adivinando que Tristan tenía un 
propósito específico en mente para esta habitación en particular. Si 
 
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tuviera que pensarlo desde un punto de vista empresarial, tendría 
sentido colocar a las parejas establecidas en esta sala, de modo que 
los espectadores se dieran cuenta al momento de hacer clic en que 
no eran dos extraños los que iban a tener sexo. Asher se rió 
silenciosamente para sí mismo. Empezaba a pensar como un 
pornógrafo. 
Paul encontró lo que necesitaba en su bolsa, que resultó ser un 
medidor de luz. Se acercó a la cama y hojeó sus ajustes. 
—Hazme un favor, —dijo Paul, señalando a Asher. —¿Puedes 
sostener esto mientras ajuste la cámara y la luz de fondo? Tengo que 
asegurarme de que los actores puedan ser vistos en la pantalla sin 
que tengan que fijar la configuración cada vez que filman aquí. 
Asher sostuvo el medidor de luz con torpeza, sin estar seguro de lo 
que estaba haciendo. 
—¿Puedes sentarte en la cama por mí? Necesito obtener la lectura 
de esas tenues luces del pote del techo. 
Asher hizo lo que le dijeron, sosteniendo el medidor para que Paul 
pudiera mirar a través de la lente y decidir qué aspecto tendría mejor. 
—Mira, si no ajustas esto correctamente, en el minuto en que los 
clientes acuden a la transmisión en vivo, todos serán eliminados y no 
verás nada más que borrones blancos brillantes. 
Pasaron unos minutos más en la habitación mientras Paul trabajaba 
en los cables y hacía clic en la computadora portátil. La tercera 
habitación era similar a la primera, desnuda y mínima, con una 
iluminación que no requería tanto ajuste. 
La cuarta y última sala, sin embargo, fue completamente diferente 
de las tres anteriores. Estaba muy oscuro cuando abrieron la puerta, 
con la luz del pasillo lo único que permitía ver el interior. 
—Dios mío, mira esta. Esto va a apestar, —gimió Paul. 
 
 
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Paul le dijo a Asher que entrara y cerrara la puerta detrás de ellos, 
para que sus ojos se ajustaran a la tenue iluminación interior. La luz 
era casi inexistente, con la excepción de algunas velas LED que 
emitían un brillo apagado en un lado de la habitación. La habitación 
era grande, fácilmente la más grande de las cuatro, con una cama de 
madera con dosel que ocupaba la mayor parte del espacio. Un sutil 
esquema de pintura púrpura combinaba con las cortinas adosadas a 
una ventana falsa, así como con las exóticas sábanas de seda de la 
cama. Asher asumió que el color era parte del encanto de esta sala de 
cámaras en particular. Tal vez hicieron cosas realmente kinky en su 
interior, pensó. 
Paul se ocupó de instalar primero los cables a la cámara y luego 
hizo clic en la computadora portátil. Le entregó el medidor de luz a 
Asher. 
—Aquí, haz lo mismo que la última vez, si no te importa. Esto 
podría tardar un poco más. 
Asher hizo lo que se le indicó, y esperó lo que pareció más largo de 
lo normal en comparación con las otras habitaciones en las que había 
ayudado. 
—¿Problema? —Preguntó Asher.—Sí, no está leyendo bien, —dijo, mirando a través de la lente de la 
cámara. 
Mientras decía eso, Tristan entró en la habitación. 
—Oye, Paul, no sabía que eras tú. Habría venido antes. 
—¿Cómo te va, señor Foyle? —Preguntó Paul, estrechando la mano 
de Tristan. —Espero que todo esté bien contigo. 
—No puedo quejarme. ¿Cómo están las habitaciones? 
—Todas están terminadas, excepto esta, —dijo Asher. 
 
 
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—Esta es un poco más desafiante, señor Foyle, —dijo Paul. —Está 
muy oscuro aquí y no puedo hacer los ajustes correctamente. 
—¿Puedo ayudar? —Tristan preguntó. 
—No, a menos que quieras desnudarte para que pueda probar las 
lecturas de luz, —dijo Paul con una risa. 
—Bueno, —dijo Tristan, frotándose la barbilla, —ninguno de 
nuestros actores está disponible en este momento. Pero si quieres 
puedo quitarme la camisa. ¿Eso ayudaría? 
—Oh no, señor Foyle, no podría pedirte que... 
—No hay problema, —dijo Tristan, ya desatando el nudo en su 
corbata. —¿Debería sentarme en la cama? 
Asher estaba viendo todo esto pasar con la boca abierta con 
incredulidad. ¿El multimillonario propietario de la compañía se 
ofreció como voluntario para desnudarse frente a sus dos 
empleados? Asher sabía que si era algún tipo de asistente real, no 
debería permitir que esto sucediera. Haría que su jefe se viera mal, 
incluso si Tristan solo estaba tratando de ayudar. 
—Uh, ¿por qué no me dejas hacer eso, Tristan? —Dijo Asher, 
agarrando la chaqueta de Tristan de donde la dejó en la cama y la 
sostuvo en alto para que pudiera volver a ponérsela. 
—Asher, no es un gran problema... 
—Sé eso. Solo... solo confía en mí, ¿de acuerdo? Estoy bien con eso. 
Por favor, vuelve a ponerte la chaqueta del traje. 
Tristan hizo una mueca de confusión, pero siguió la orden de Asher. 
—¿No te importa hacer esto? —Le preguntó a Asher. 
—No tomará mucho tiempo, —dijo Paul. —Solo necesito ajustar las 
configuraciones para el tono de piel. Esta habitación es tan oscura 
que no creo que pueda hacerlo de otra manera. 
—Está bien, —dijo Asher. 
 
 
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—Honestamente, Asher, si esto te hace sentir incómodo... 
—Estoy bien, Tristan, —insistió Asher. Se quitó la chaqueta de su 
propio traje, la arrojó sobre la cama y se puso a trabajar la corbata. 
Cuando bajó a los botones de su camisa, tuvo que decirse que 
quitarse la camisa delante de su jefe y un extraño llamado Paul no era 
una cosa extraña teniendo en cuenta dónde estaba trabajando. 
—Señor Foyle, si no te importa sostener el medidor de luz al lado 
de Asher, puedo ajustar la cámara. 
Asher sabía que Tristan lo estaba mirando mientras se 
desabotonaba la camisa. Podía sentir los ojos de Tristan, revisándolo. 
Al principio sintió que debería estar enojado, pero si fuera honesto 
consigo mismo, diría que se sentía halagado, aunque un poco 
avergonzado por la situación. No todos los días un empleado se 
sentaba semidesnudo hasta la cintura junto a los grandes y azules 
ojos de su empleador. 
Por alguna razón, sin embargo, no se sentía cohibido o nervioso. 
Nunca fue el tipo de persona que se quitó la camisa en cada 
oportunidad, ya sea en la playa o en la pista de baile. Era humilde y 
reservado como debería ser un hombre con una buena educación en 
el medio oeste. Nunca fue ruidoso u odioso, nunca bebió hasta el 
punto que no podía recordar al día siguiente, y nunca se convirtió en 
el centro de atención. 
Sin embargo, tener los ojos de Tristan en él ahora, lo hacía disfrutar 
de ser notado. Debió sentirse incómodo al tener a un hombre tan 
cerca que lo estaba mirando. 
—Normalmente no hago que mis ayudantes hagan este tipo de 
cosas, —dijo Tristan, sonriendo, mientras observaba a Asher doblar 
su camisa y colocarla en la cama. 
—¿No? 
 
 
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—No, —respondió Tristan, sentándose a su lado. —Por lo general, 
los llevo a cenar primero. 
—¿Y luego los convences para que se desnuden? —Asher bromeó, 
ahora muy consciente de dónde Tristan estaba a su lado en la cama. 
—Solo si piden bistec. 
—Muy divertido. 
—O langosta. 
—Uh Huh. 
Tristan jugueteaba con el medidor de luz mientras Paul estaba 
inclinado sobre la cámara presionando los botones. Estaba sentado lo 
suficientemente cerca de Asher en la cama que sus muslos se estaban 
tocando. 
—Podríamos, ya sabes. 
—¿Qué? 
—Salir a cenar si quieres, —dijo Tristan. 
—No creo... 
—Estaría en una capacidad completamente profesional, —dijo 
Tristan, interrumpiéndolo con una mano extendida. —Creo que 
estaría de acuerdo en que te gustaría ver qué tipo de hombre soy 
fuera de la oficina para estar seguro de que has tomado la decisión 
correcta, ¿no es cierto? 
Definitivamente fue poco convencional. Nunca había tenido un jefe 
que quisiera conocerlo, así que no estaba seguro de cómo debería 
funcionar esto. 
Asher quería negarse, como una excusa para no ir, pero sabía que 
compartir algo que Tristan hacía fuera de la oficina, incluso algo tan 
simple como una comida, era una gran oportunidad. También le dio la 
oportunidad de causar una buena impresión con un hombre 
acostumbrado a almorzar con los productores de poder de Hollywood 
 
 
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y las estrellas de cine. Él ya sabía que podía hacer el trabajo. Trabajar 
tan cerca como lo hizo un asistente ejecutivo con un jefe fue un 
desafío; trabajar con alguien a quien odiaba era casi una tortura. 
—Supongo que podría averiguar qué sucede si pido una 
hamburguesa con queso, —dijo Asher finalmente. 
—Y papas fritas? Espero que estés preparado para eso. 
Asher se rió de él, y Tristan sonrió y dejó caer la cabeza. No podía 
decirlo porque la habitación estaba muy oscura, pero parecía que 
Tristan se estaba sonrojando. Le dio a Asher una pequeña oleada de 
orgullo al saber que la vista de su pecho estrecho y delgado hizo que 
un multimillonario se pusiera rojo. ¿Qué demonios? 
Y también le dio la sensación más extraña de saber que, aunque 
debería estarlo, nada de esto parecía molestarlo en lo más mínimo. 
Aquí estaba, sentado en la oscuridad junto a uno de los hombres más 
poderosos que había conocido, perfectamente a gusto, aparte de la 
nerviosa contracción que su estómago hacía cada vez que Tristan lo 
miraba de cierta manera. 
—Gracias, señor Foyle. Ya he terminado, —dijo Paul. 
Tristan no se molestó en levantarse. 
—Te llevaré a mi lugar favorito para cenar, —dijo. —Está justo al 
lado de la playa. Vistas increíbles, incluso mejor comida. 
—Gracias, Tristan. Suena genial. 
—Excelente, —dijo Tristan, sacando su teléfono. —¿Algo que no 
puedas comer o que seas alérgico? 
Asher negó con la cabeza. 
—Bueno. Déjame llamarles para hacerles saber que vamos a ir. 
 
 
 
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Capítulo 5 
 
Una hora después, Tristan los conducía a través de la autopista de 
la costa del Pacífico en su Mercedes, con todas las ventanas y el techo 
abierto. 
—Hay muchas rutas más fáciles de tomar, —decía Tristan, —pero 
me encanta esta parte del viaje. 
Asher tuvo que estar de acuerdo. La vista del Pacífico a lo largo de 
la costa rocosa fue inolvidable, al igual que la vista del multimillonario 
que estaba sentado a su lado: la corbata ligeramente torcida, el 
cabello bruñido por la brisa, los aviadores Ray-Bans brillando a la luz 
del sol. Tristan era tan innegablemente perfecto que debía haber un 
equipo de filmación en el asiento trasero. 
Asher estaba observando la forma en que los dedos de Tristan 
tamborileaban contra el volante cuando de repente se dio cuenta de 
que se le estaba haciendo una pregunta. 
—Tú... lo siento, ¿qué? 
—Te pregunté si alguna vez habías conducido el PCH4 por un 
período de tiempo, —dijo Tristan. 
—Realmente no. Lleva demasiado tiempo. 
—Es cierto, pero es algo que vale la pena hacer por su belleza. 
—¿Es esa una filosofía que siempre sigues? —Preguntó Asher. 
 
4 Pacific Coast Highway in California. Carretera de lacosta del Pacífico en California 
 
 
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Tristan lo miró, pero todo lo que Asher pudo ver fue su propia 
imagen reflejada en las oscuras gafas de sol. 
—Supongo que solo tengo un ojo para lo atractivo. 
Minutos más tarde, llegaron al restaurante, que estaba ubicado en 
una colina situada detrás de la autopista. Rodeado de viejos pinos 
que daban sombra a todo el edificio, el lugar tenía una vista 
impecable del océano. La grava crujió en el camino mientras 
conducían y estacionaban. 
—¿Está incluso abierto? —Preguntó Asher, tomando nota de la 
falta de autos en el estacionamiento. 
—Está. 
—Entonces, ¿dónde están todos? 
—El propietario y yo tenemos un pequeño acuerdo, —dijo Tristan. 
Asher frunció el ceño y esperó a que elaborara más, pero no dijo nada 
más. 
El restaurante era antiguo, pero actualizado con buen gusto con 
una decoración moderna. A la izquierda, al entrar, había un bar que 
estaba extrañamente vacío. El comedor principal era pequeño, pero 
la vista del Pacífico lo compensaba. Las grandes ventanas del piso al 
techo rodeaban el área, y a ambos lados de la pared había puertas 
que daban al comedor exterior del patio. 
Asher no vio a nadie en el restaurante. 
—Realmente no creo que estén abiertos. 
Asher acababa de decir las palabras cuando una anfitriona se 
acercó y saludó formalmente a Tristan. Ella tomó su chaqueta y luego 
los llevó a una mesa en el patio. 
—Gracias, Emily, —le dijo Tristan mientras se sentaban. —Creo que 
tendremos... hmm, un Riesling alemán para complementar esta 
hermosa tarde. 
 
 
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—Muy bien, señor Foyle. 
—¿Qué tipo de acuerdo tienes con el propietario? —Preguntó 
Asher, al ver que eran las únicas dos personas en el lugar, aparte del 
personal. 
—Cierra Mer Bleue cuando tengo ganas de cenar. 
—Estás bromeando. 
—No, —dijo Tristan. Emily volvió con una botella de vino en un 
cubo de hielo y dos vasos. —Pago una tarifa plana y tengo el lugar 
para mí solo. 
—Eso es un trato. 
—Él eligió nuestras primeras películas de Mavericks antes de su 
lanzamiento, —dijo Tristan cuando Emily estaba fuera del alcance del 
oído. —Y él es un espectador voraz. Debería venir a comer más a 
menudo para compensar el comercio. 
Asher rió y Tristan le devolvió la sonrisa. 
—Me gusta escuchar eso en la oficina, —dijo Tristan, sirviéndoles 
vino. 
—¿Qué, yo riendo? 
—Me hace olvidar lo estresante que ha sido todo últimamente. 
Asher sonrió, algo avergonzado, pero disfrutando de la atención. 
—¿Podemos ver un menú? 
—Innecesario. Saben lo que me gusta y lo que no. Dejo el resto en 
las capaces manos de Laurent. 
—¿Qué hay de mí? —Preguntó Asher. 
—Cuando llamé para reservar el restaurante, le di a Laurent tu 
descripción. 
Asher frunció el ceño. 
—¿Eso es? 
 
 
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—No cuestiono sus métodos, —respondió Tristan. —Eso es todo lo 
que me pide que haga cuando traigo invitados. Es famoso en Francia. 
—¿Clasifiqué carne y papas por lo menos? 
—Puede que te sorprendas, —respondió Tristan, untando un rollo 
de cena. —Fui bastante honesto. 
Esa admisión le tiró un poco. Asher no podía estar seguro de si era 
gratuito o no. 
—Espero que no sean cabezas de pescado o algo así, —dijo Asher, 
bebiendo su vino. Era dulce y burbujeante, perfecto para una noche 
fresca. 
—Si bien estoy seguro de que Laurent tendría talento para tal cosa, 
lo dudo mucho. Eres demasiado duro contigo mismo. 
—Mi mamá dice eso también. 
—Supongo que ustedes dos están cerca? 
—Hablamos un par de veces a la semana. 
Fueron interrumpidos por Emily saliendo con su primer entrada. 
—Calamares asados a la parrilla con chile de mango, limoncillo y 
pico de gallo5. 
—Pensé que habías dicho que este lugar era francés, —dijo Asher, 
mirando los tentáculos. 
—Laurent es; el restaurante no lo es. Básicamente, él cocina todo lo 
que le apetece. 
Asher apuñaló un trozo de calamar y lo sumergió en la salsa de 
mango. Estaba perfectamente asado, y la salsa le dio una patada 
dulce-picante. 
—¿Estabas diciendo? —Tristan dijo, indicándole que continuara. 
 
5 En México reciben el nombre de pico de gallo una variedad de ensaladas regionales 
también usadas como salsas, que siempre incluyen verduras frescas cortadas en cuadritos. 
Los picos de gallo son un acompañamiento habitual de muchos platos mexicanos 
 
 
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—Cierto. Mi madre. Somos cercanos. Ella cuestionó mi decisión de 
venir aquí a California, pero de todas formas ella me ha apoyado. —
No iba a mencionar que su madre también lo había ayudado 
financieramente. 
—Eso es bueno. Que ella te apoya, quiero decir. 
—Es bueno tener a alguien a quien recurrir. ¿Qué pasa contigo? 
¿Estás cerca de tus padres? 
Tristan suspiró. 
—Solíamos estar. Mi madre les dice a sus amigos que soy un gran 
productor de películas en Los Ángeles y, convenientemente, deja de 
lado el porno. Eso no me importa mucho. Es el hecho de que ella elige 
fingir que no soy gay lo que me molesta. 
—Eso debe ser difícil. 
—Nada puedo hacer al respecto. Ella tiene su vida, yo tengo la mía, 
y nunca las dos se encontrarán, como dicen. 
—Tu papá es un albañil, ¿verdad? ¿Qué pasa con él? —Preguntó 
Asher. 
—¿Cómo lo sabes? 
—Lo leí en línea. 
—Correcto, investigación—. Tristan tomó un largo sorbo de vino. —
Las cosas entre nosotros son... complicadas por decir lo menos. 
Charlamos sobre banalidades como el clima, y luego colgamos. 
—Parece que eso podría ser difícil de tratar. 
—Me he acostumbrado. ¿Qué me cuentas de tu padre? 
—Está en construcción, —respondió Asher. —Siempre quiso que 
aprendiera el oficio, pero tenía que ser la primera persona de mi 
familia en ir a la universidad. Lo estaba haciendo bien por un tiempo 
allí, y luego todo lo que escuché de él fue una llamada telefónica tras 
 
 
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otra llamada de “Te lo dije”. Probablemente tenía razón, a largo 
plazo. 
—Excepto que ahora puedes decirle que te estás volviendo a poner 
de pie. 
—Gracias a ti, —dijo Asher. 
—Fuiste tú quien se lo ganó. 
—Esperemos que no me equivoque. 
—Voy a ser fácil para ti. 
Emily volvió a tomar sus platos y reemplazarlos con tazas de sopa. 
—Sopa de cola de buey de Escoffier. 
—¿Qué tipo de sopa? —Preguntó Asher, mirando la mezcla de 
color marrón, similar a la salsa. 
—Escoffier. Un chef que escribió un libro de cocina en 1903. 
Laurent ha hablado de él. Al parecer, esa receta de sopa en particular 
es un reto. 
Después de sumergir vacilante su lengua en la cuchara, Asher 
decidió que también era delicioso. 
—¿Nunca habías tenido esto antes? —Preguntó Tristan después de 
ver la expresión de Asher. 
—Soy más un tipo de bologna y ramen en este momento, —dijo 
Asher. 
—Quédate conmigo el tiempo suficiente y desarrollarás un gusto 
por las cosas más finas de la vida. 
—Eso es verdad, —dijo Asher. —Lo siguiente es filete y langosta. 
Tristan se rió de eso. 
—¿Qué vas a querer a continuación, un Rolex? —Preguntó. 
—Tal vez un nuevo par de zapatillas. 
—Apuntando alto, ya veo. 
—Soy práctico. No necesito nada lujoso. 
 
 
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Tristan inclinó la cabeza y luego miró fijamente con tanta atención 
que hizo que Asher pensara que había abordado un tema prohibido. 
—¿Dije algo malo? —Preguntó Asher. 
—No, en absoluto. Es solo que mi madre me dijo lo mismo cuando 
le compré un collar de diamantes, —recordó Tristan con nostalgia. —
Después de que filmé mi primer... cuando gané lo suficiente después 
de que vine a California. Fui y gasté la mayor parte en ella. 
—Debe haber sido todo un collar, —dijo Asher. 
—Fue hermoso. Platino con diamantes y gotas de zafiro. Aunque 
nunca lo usó. 
—¿Cómo? 
—Nunca olvidaré la expresión de su cara cuando abrió la caja. Un 
shock total, luego una repugnancia cuando finalmente admití de 
dónde venía el dinero. Ella trató de fingir, afirmando que era 
“demasiado elegante y