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1 Sinopsis Chance Galloway piensa que entrar en el Xxchange podría ser el error más grande que jamás haya cometido, pero un desconocido que parece saber justo cómo tocarle va a llevarle a una noche que nunca olvidará. Chance Galloway está acostumbrado a estar solo. Vividor salvaje y voraz una vez, se convirtió en un solitario después de un hecho traumático en su pasado que desgarró su mundo. Más mayor y más sabio, años de soledad y un momento de debilidad le llevan a buscar el toque de otro. El único problema es que el club que elige para visitar, está lleno de PYTs 1 a los que Chance simplemente no encuentra atractivos. Rory Calhoun tiene su propio bagaje que lo atormenta. Sin embargo, se rinde a la curiosidad y decide echar un vistazo a los clubes locales. En el interior localiza a un hombre que dispara todas las fantasías que alguna vez ha tenido. El único problema es que, a pesar de un rápido y apasionante encuentro, el extraño le deja claro que no está interesado en los PYT, una etiqueta que Rory sabe que se le aplicaría en un latido del corazón si el extraño viera su rostro. Rory tiene una inesperada oportunidad de hacer que Chance le vea como un hombre, y va a tomar esa oportunidad y a Chance con ambas manos. 1 “Pretty Young Things” en inglés. Literalmente sería cositas jóvenes y guapos. Se refiere a los jovencitos bien parecidos que se supone que sean guapos, frívolos y despreocupados. 2 Capítulo Uno El ruido a todo volumen en el Xxchange era casi insoportablemente suficiente como para tener a Chance alejándose del bar y regresando a su camioneta. Cómo alguien podía llamar música al ruidoso alboroto en el lugar, iba más allá de él, y eso sin tener en cuenta el maullido de alguien que estaba tratando de pasar por canto. Sonaba más como dos gatos monteses yendo a ello que cualquier cosa que jamás hubiera considerado como cantar. No, los gatos tenían más talento, para ser honestos. Dejó que sus ojos se adaptaran, decidido a hacer lo que pudiera, ya que había pasado demasiado tiempo desde que había echado un polvo y necesitaba esto algo intenso. El problema era, que hacía mucho tiempo que se cansó de las mamadas en el baño y de una noche. Tal vez simplemente había crecido... de nuevo, tal vez no, ya que estaba fuera pescando. No es lo mismo, decidió. Cuando era más joven, había jodido por el gusto de hacerlo. Esto, esta noche, no iba a convertirse en un hábito, o un desafío. Sólo había pasado demasiado tiempo y algo dentro de él anhelaba la comodidad de otro cuerpo cerca del suyo para algo más que el tiempo que tardara en ligar. —Tonto sentimental. —Chance echó un vistazo alrededor del bar, absorbiendo los cuerpos moliéndose juntos en la pista de baile y las formas apiñadas en parejas o en grupos en las oscuras esquinas. Dios, se sentía viejo... era viejo en comparación con la mayoría de la gente aquí. De ninguna manera iba a salir a la pista de baile y dar vueltas alrededor o restregarse hasta que se corriera en sus pantalones vaqueros. Y estaba malditamente seguro de no montar un espectáculo en algún rincón, o una mesa, o una cabina. 3 Toda esta idea era una estupidez, para empezar. No estaba interesado en un jovencito, lo cual parecían ser la mayoría de los clientes en los bares, no tenía nada en contra de ellos, simplemente no era lo suyo. Siempre había preferido a sus hombres construidos más como él mismo, no de corte culturista pero con los anchos músculos firmes y rudos, y sin duda más cerca de su misma edad. Sí, este no era el lugar para él. Chance comenzó a retroceder, dándose cuenta de que un par de PYT lo miraban... demasiado lindos, demasiado jóvenes. Parecía que una buena dura follada les rompería. Sacudió la cabeza para hacerles saber que no estaba interesado, pero sólo parecía tener el efecto contrario. Los dos chicos guapos no tardaron en hacer su camino a través del bar en dirección de Chance, la determinación era evidente en todos sus movimientos. Recuerdos que Chance prefería mantener suprimidos se arremolinaban en la vanguardia de su pensamiento, había una razón por la que no quería liarse con hombres jóvenes de aspecto bien parecido. Entrecerró los ojos a los dos chicos, esperando que tomaran la indirecta. —Igual que los niños mimados que no pueden soportar que se les diga que no. —A Chance no le importaba que le escucharan. Como cuestión de hecho, si tenía realmente suerte, uno de esos niños sería capaz de leer los labios. Les daría una señal con la mano, pero estaba bastante seguro de que sólo lo tomarían como una invitación. Su orgullo no le permitiría echarse atrás y correr ahora, se sentiría como un cobarde. Perseguido por dos chicos... bueno, eran chicos para él, y eso no iba a suceder. Les dejaría caer a los dos si se agarraban a él. Probablemente le hicieran sentir como un cachorro-juguetón, pero trataría con ello. —¿Por qué no me dejas que te ayude aquí, vaquero? —retumbó una voz baja al oído de Chance cuando un par de fuertes brazos se envolvieron alrededor de su cintura, tirando de su espalda arriba contra un pecho firme y musculoso. Saboreó la sensación de fuerza acordonada rodeándole, los pinchazos de lujuria se disparaban a través de cada punto donde sus cuerpos se apretaban juntos. 4 Difícil pasar por alto la presión de un pene hinchado tan cerca, y si Chance era juez de esa pieza en particular de carne de hombre, y tenía que creer que lo era, era una polla bastante impresionante la que se anidaba en contra de su culo. Su propia polla tardó sólo un golpe antes de endurecerse bien y empujar incómodamente en contra de la cremallera de sus pantalones vaqueros. —Jesús. —Chance disparó un vistazo a su polla, sorprendido por la respuesta inmediata. Eso no le había sucedido en mucho tiempo, no podía recordar la última vez que se animó tan rápidamente. Una risa suave le hizo cosquillas en la oreja y retumbó en el pecho detrás de él en su espalda, vibrando por todo su cuerpo. —Parece que esos chicos decidieron abandonar la persecución. — Esa voz profunda ronroneó, todo sexo y fuego con engreída fuerza masculina. Chance observó los ceños fruncidos revoloteando en las caras de los chicos antes de que se dieran la vuelta y se marcharan. —Huh. Supongo que sí. —Chance comenzó a volverse sólo para detenerse cuando el agarrón alrededor de su cintura se apretó. No sabía si estar más encendido o más irritado que el infierno. Cuando suaves labios empezaron a mordisquear a lo largo de un lado de su cuello, encontrando su camino a la sensible zona de piel justo detrás de la oreja, Chance lo cedió todo y dejó escapar un gemido. Dios, ¿cuándo se había tomado alguien, incluido él mismo, el tiempo para tal cosa? Mejor aún, ¿por qué no se había tomado el tiempo necesario? Recordó que el sexo era algo más que quién ponía la polla de quién en donde, pero el afilado mordisco de dientes tirando de su lóbulo de la oreja abofeteó todo pensamiento racional fuera de la cabeza de Chance. Cada músculo de su cuerpo se tensó y vibró con la necesidad. Grandes manos comenzaron a acariciar su estómago, trabajando su camino hacia abajo hasta que los dedos pasaron ligeramente a través de la punta de su polla, bailando sobre la mancha de humedad donde el pre-semen se había filtrado a través de sus pantalones vaqueros. 5 —¿Los niños no son tu tema, vaquero? Chance abrió la boca para responder sólo para cerrarla contra el grito de placer construyéndose en su pecho cuando la mano que provocaba su polla, de repente se endureció, enviando un rayo de placer-dolor a sus bolas. Un roce de las puntas de los dedos a través de una tetilla, y luego un toque firme y Chance sabía que estaba peligrosamente cerca de perder su carga cuando su espalda trató de arquearse. Lo únicoque consiguió fue empujar su culo aún más en contra de la polla de acero del extraño, un movimiento que juraba, dejó marcas quemando en sus mejillas clavadas a la tela de algodón. El calor que salía del otro hombre era palpable y embriagador, revolviendo algo dentro de Chance que le quemaba y necesitaba, casi abrumador en su intensidad. —PYTs... cositas jóvenes y lindas. Demasiado bonitos y de alguna manera demasiado jóvenes. —Finalmente logró responder, a pesar de que no podía ocultar bastante su desdén de esos dos atributos—. Cualquiera de ellos por sí solo es bastante malo, pero pon las dos cosas juntas... no es lo que me interesa. —Le llevó a Chance un minuto darse cuenta que las manos que habían estado atormentándole de la mejor manera posible, se habían calmado y el gran cuerpo detrás de él se había llenado con un tipo diferente de tensión. Trató de formular un pensamiento coherente, y una vez que lo hizo, se le ocurrió que debía haber ofendido al otro de una manera u otra. —Mira, yo no quise decir cualquier insulto, si esos chicos son de tu agrado. Simplemente no son para mí. No me gusta sentirme como un asaltacunas. —O un sucio hombre mayor. Chance intentó, sin éxito, hacer frente al extraño. Ahora estaba irritándose. Deslizó sus manos, una arriba y otra abajo, envolviendo sus dedos alrededor de las gruesas muñecas, preparado para quitar las manos del hombre de su cuerpo. Un gruñido en su oído le dijo a Chance que el hombre misterioso no estaba contento con que alejara sus manos de sus lugares de descanso. —No me importan esos chicos. Tú, ahora… eres de mi gusto. Bueno, eso estaba demasiado mal porque Chance estaba más allá de 6 estar irritado ahora y rápidamente alcanzando la locura a toda marcha. Esta vez, cuando intentó darse la vuelta, las manos que lo sujetaban en el lugar, realmente ayudaron. Se dio la vuelta en todo un intento de decir al Sr. Manos Ávidas justo lo que pensaba de él. Una imagen borrosa de movimiento fue toda la advertencia que tuvo antes de que esos suaves labios succionadores se abalanzaran y robaran la ira de Chance. Sus párpados cayeron cerrados y su boca se abrió más ampliamente con la insistente demanda de la ardiente lengua, labios y dientes. Manos duras agarraron su culo y a él en un ajustado movimiento de moler y bombear. —Dios, te quiero. Chance apenas podía distinguir las palabras que se murmuraban contra sus labios, no tuvo tiempo para responder antes de que sus labios fueran saqueados de nuevo. Se soltó a sí mismo, sin importarle ya más si estaban en un bar y expuestos. Lo único que le importaba era encontrarse con los pezones del otro hombre y lamer, las succiones y los empujes de las lenguas y el roce de las dos pollas gruesas y duras. —Te quiero también. —Finalmente logró entre respiraciones jadeantes, y lo decía en serio. Nadie nunca le había acumulado un fuego a Chance como este hombre lo estaba haciendo, por lo menos nadie que pudiera pensar en estos momentos. No es que fuera de cualquier forma a pensar. El gemido del extraño fue largo y fuerte, lleno de una frustración que Chance estaba sintiendo en sí mismo. De alguna manera se vio presionado en un rincón en penumbra, la boca todavía bajo asalto y volviendo a luchar. Registró débilmente la bragueta de sus pantalones y gimió en la boca del desconocido. Podía sentir pero no escuchar el chirrido de su cremallera, y a continuación, los dedos largos y callosos que acariciaban su pene, en lentos y duros tirones que estaban cerca de ser dolorosos y mejores que cualquier otro golpe que Chance se hubiera dado a sí mismo. Los labios del desconocido dejaron los suyos, deslizándose hacia abajo y enganchándose en la piel justo debajo de la oreja, mordió y chupó duro cuando un pulgar presionó en la ranura de su pene. Las rodillas de 7 Chance trataron de ceder y él se agarró a los llenos bíceps del otro hombre, registrando que sus propias grandes manos apenas cubrían más de la mitad de la anchura de los músculos abultados. Jesús, el hombre era enorme y encendió a Chance tanto como la paja que estaba recibiendo. —¡Ah, Dios! ¡Joder! Tan cerca. —La voz de Chance salió áspera y humeante con los dientes apretados, y sonando totalmente ajena a él. La mano masturbando su polla apretaba y tiraba más rápido cuando la otra mano del extraño se deslizó hacia abajo y se abrió camino entre los muslos de Chance. Rudos dedos rozaron su perineo antes de aplicar una ligera presión. Chance se sacudió tan fuerte que la espalda saltó, la fricción chisporroteando arriba y abajo de su polla y el roce exterior de su próstata robándole el aire, con el cuerpo apretando y presionando hasta que Chance pensó que sus bolas iban a arrastrarse arriba por el interior de su cuerpo. —¿Sólo cerca? —El extraño habló en contra de la piel sensible debajo de la oreja de Chance, y luego se enganchó duro con sus labios y los dientes mientras conducía la punta de una uña en la ranura goteante de la polla de Chance de nuevo. La combinación de los dos asaltos envió un estremecimiento de calor abrasador explotando fuera de la base de su espina dorsal a cada terminación nerviosa en el cuerpo de Chance. Gritó antes de que pudiera detenerse, apretó las mandíbulas cerradas y se mordió el interior de la mejilla hasta que saboreó la sangre cuando se empujó dentro del ahogado agarre en su polla. Sus bolas se pusieron increíblemente más apretadas y deshicieron en olas de éxtasis a su polla y fuera de la cabeza en espesas y blancas cuerdas en la mano del desconocido y la camisa de Chance. Su cabeza cayó hacia adelante, el cuello demasiado débil para levantarlo justo cuando el otro hombre se distanció sin hacer ruido y la mano en su polla desapareció. Chance tomó unas cuantas respiraciones entrecortadas antes de que se diera cuenta de que el hombre se había ido. ¿Qué demonios? Asumió que el desconocido se había distanciado para darle un minuto para poner su pene de nuevo en los pantalones, o tal vez el hombre fuera a lavarse las manos. Se la metió a toda prisa y cerró la cremallera, avergonzado y encendido, dispuesto a tomar esta fiesta en un lugar más tranquilo. Excepto 8 que el hombre misterioso que le había dicho que quería a Chance, de repente debió haber tenido otras ideas. Cuando levantó la vista, todo lo que Chance pudo ver de la persona que él pensaba que era el desconocido era parte de un largo y denso hombro y brazo musculosos tirando de la puerta del bar para cerrar la salida. Chance estaba clavado en el sucio suelo, tratando de procesar lo que había sucedido. En un minuto estoy cubierto de carne caliente masculina que me hizo sentir que la pura perfección estaba encima de mí, al minuto siguiente me quedo de pie, con mi polla colgando a sus anchas y el esperma salpicado por todas partes. En serio, ¿qué diablos? Confundido y sintiéndose peor que cuando entró en el bar, Chance enderezó su columna vertebral y salió vestido con su dignidad y el olor de su propia semilla. 9 Capítulo Dos —Lo siento, señor Wilson. Usted simplemente no tiene la experiencia que estoy buscando ahora mismo, pero agradezco que se tomara el tiempo en salir para una entrevista. Tiene un gran potencial... — Chance dejó la frase desvanecerse cuando el aspirante a vaquero rechazó el apretón de manos que le ofrecía y salió de la oficina, murmurando cosas de las que Chance no oyó la mayor parte, excepto “idiota pretencioso”. Después de eso, dejó de escuchar antes de que le hiciera algo al verde chico de ciudad que ambos lamentarían. Jesús, ¿cuándo hubo gente que se detuviera a ser civilizada la una con la otra? Una oleada de calor se apoderó de Chance cuando pensaba en lo incivilizado que había estado la noche del sábado, corriéndose como un adolescente cachondo a la vista de todos en el bar. La vergüenza amenazó connavegar por encima de él hasta que estuvo cubierto de la prueba rosada de la emoción, pero Chance la hizo retroceder. No era como si alguna vez volviera a poner un pie en el bar de nuevo. Lo que había comenzado como una de las mejores experiencias de su vida sexual, había terminado dejándolo sintiéndose confuso y enojado, algo que definitivamente no disfrutó, ya fuera el mejor orgasmo que tuvo jamás o no. Ahí estaba el lunes, y seguía dejando que todo el asunto viniera a él. Frustrado consigo mismo, Chance se apartó de su escritorio, tomó el siguiente archivo, Max Jenkins, y caminó hacia la puerta de la oficina. Dos hombres estaban sentados en la sala de espera para ser entrevistados. Chance esperaba como el infierno que ambos estuvieran cualificados para los puestos manuales del rancho... había estado tan ocupado él mismo, que no había tenido tiempo de hacer algo más que 10 colocar anuncios de “se busca ayuda” en algunos periódicos. Había descargado e impreso algunas solicitudes de empleo genéricas online, sintiéndose un poco estúpido por hacerlo, pero hoy en día una persona no podía ser demasiado cuidadoso. Quería que se llevara a cabo una verificación de antecedentes sobre cualquier persona que contratara. Teniendo en cuenta su suerte hasta el momento, sólo podría ser mejor tirar la toalla y contratar a los dos últimos hombres que lo solicitaban estuvieran cualificados o no. Tal vez podría entrenarlos... seguro que no estaba impresionado con lo que había pasado por su oficina ya. Ninguno de los solicitantes, sin embargo, estaba familiarizado con vivir en un rancho o la dureza del ganado. ¿Y la inseminación artificial? Ni siquiera quería ir ahí de nuevo. Los tiempos eran apretados, y Chance entendía la necesidad de empleo, pero también entendía que tenía que tener algunos empleados con conocimientos para hacer su rancho rentable. —Max Jenkins. —Chance llamó, echando un vistazo a las espaldas de los dos hombres. Uno de ellos era delgado y fuerte, mucho más bajo que el dueño de la sexy ancha espalda en el extremo opuesto del sofá. Su polla se dio cuenta de la anchura de esos hombros fuertes, lo que le hizo bajar el archivo hasta que lo sostuvo delante de su ingle. No era una buena manera de comenzar una entrevista con un empleado potencial. Sin embargo, fue el hombre más pequeño que estaba de pie y que volvió un rostro curtido a Chance. Un rápido inventario le dijo que este hombre había acumulado un montón de tiempo en el sol, finas líneas de expresión se extendían alrededor de los ojos arrugando sus mejillas. La imagen le dio a Chance un poco de esperanza de que este hombre, al menos, tuviera alguna experiencia que fuera un activo para el rancho de Galloway. A medida que el hombre se acercaba, le sonrió a Chance y sacudió la cabeza. —Parece que ese joven niño de ciudad era una fuerza que le sacaría de quicio cuando se fue. Max, encantado de conocerle, Sr. Galloway. 11 Una sonrisa tiró de la comisura de los labios de Chance. —Sí, joven y verde, nunca pasó un día trabajando en un rancho en su vida, y yo soy un idiota pretencioso por señalárselo. —Le tendió la mano a Max cuando el hombre más pequeño soltó una risa difusa. Esta vez su apretón de manos fue aceptado y se agarró a un sorprendentemente fuerte tirón—. Así que, Max, ¿por qué no me hablas sobre tu experiencia? — Chance hizo un gesto a su oficina. Max entró y Chance le siguió, cerrando la puerta detrás de ellos por privacidad para llevar a cabo la entrevista. Rory se sentó en el sofá, los nudillos blancos en el ala de su sombrero cuando el chico de ciudad salió furioso, maldiciendo a Chance Galloway todo el tiempo. Hombre, si ese idiota arruinó las posibilidades de Rory en este trabajo, él no... no sabía lo que iba a hacer. Se obligó a parar en su intento inconsciente de estrangular su Stetson, y cuidadosamente mantuvo su cabeza apartada de la vista de Galloway, cuando el hombre salió para llamar al tipo de al lado en la fila. Después de estar durante una hora y hablar con Max, Rory estaba seguro de que el pequeño hombre sería contratado. Le habían dejado ir cuando el dueño del rancho en el que había trabajado durante la mayor parte de su vida había muerto de repente y sus hijos habían vendido el rancho no mucho después de que su padre estuviera bajo tierra. Max sabía cómo moverse por un rancho, eso era seguro... pero también lo hacía Rory. El hecho es que era más o menos de la misma edad que el solicitante descartado quien fue entrevistado antes y Max no trabajaría a favor de Rory. Pelearía por este trabajo si tenía que hacerlo, sin embargo, porque tenía más de una razón para querer trabajar aquí y ahora. Se retorció cuando la risa resonó en la oficina... alguien estaba pasando un rato cojonudo ahí dentro. 12 ¿Y por qué eso le molestaba? No creía que fuera a ser capaz de reír y bromear con Chance Galloway ya, todavía se estaba recuperando de la sacudida que lo atravesó cuando Galloway había salido de la oficina para llamar al primer hombre en la fila. No era sólo que el hombre estuviera bueno como el infierno con su pelo negro salpicado, ojos marrones castaños, y un cuerpo que estaba firmemente formado y colmado en todos los lugares correctos. También era el hecho de que el destino tenía un gran sentido del humor. La puerta del despacho se abrió, y esta vez Rory se atrevió a echar un vistazo sobre su hombro. Chance y Max estaban todo sonrientes y uniéndose al club de fans el uno del otro. El ceño fruncido de Rory se profundizó al darse cuenta de lo idiota que estaba siendo. ¿Qué pasaba con él, de todos modos? Max era evidente que había sido contratado, y estaba siendo felicitado y todas esas cosas cálidas y difusas. Se dio la vuelta cuando Max comenzó a caminar por la sala, esperando hasta que el hombre estuviera cerca del sofá antes de estar de pie, de espaldas a Chance. Sonriendo, Rory estrechó las manos con Max. —Así se hace, Max, enhorabuena. —La sonrisa de Max era tan grande que casi parecía dolorosa. —Gracias, Rory. El Sr. Galloway dijo... quiero decir, Chance, que parecía ser el único otro hombre aquí que conocía la manera de trabajar en un rancho. —Max dio una palmada en la espalda de Rory, terminando con un impulso que ni siquiera tentó a los pies de Rory al movimiento—. Vamos, ahora, te toca. Rory asintió y se preguntó por qué sus pies de pronto se sintieron como si estuvieran atrapados en el barro. Él no era un hombre inseguro, y sabía que estaba más que cualificado para cualquier puesto en este rancho. Si tenía que halagar su camino para un trabajo, eso era lo que muy bien haría. Lo que hizo, sin embargo, fue ponerse su Stetson bajo y esperar a ello, junto con mantener la cabeza inclinada hacia abajo, podría ganarle algo de tiempo antes de que Chance emitiera cualquier juicio rápido. 13 No podía postergar el levantar la cabeza... bueno, no tenía que subirla demasiado, o estaría mirando hacia abajo a su potencial empleador para siempre. Avanzando hacia Galloway y levantando su barbilla, Rory le tendió la mano. —Rory Calhoun, Sr. Galloway. —Rory vio los ojos de Chance ensancharse y después estrecharse en rendijas de aspecto descontento. Campanas del infierno, va a estar empeñado sobre mi edad, entre otras cosas. La idea descartaba a Rory, pero se limitó a sonreír amablemente en su lugar—. ¿Deberíamos entrar en su oficina, Sr. Galloway? —La ira fue reemplazada con la diversión, una vez que Rory se dio cuenta de que el hombre estaba buscando algún trastorno del tipo de neurosis de guerra. —¿Te conozco, señor Calhoun? —Esos ojos negros fundidos se estrecharon cuando la mirada de Galloway parecía saltar por todo Rory, tratando de responder a la pregunta por sí mismo. —No, señor, creo que no. —En todo, pero si realmente quiero tener la oportunidad, estoy preparado.Rory detuvo ese tren de pensamiento antes de salir de la estación y con él una erección que no sería capaz de ocultar. Esa definitivamente no era el tipo de primera impresión que quería dar. Galloway dio a Rory un guiño lento sin dejar de parecer un poco sospechoso y enojado. La irritación con la actitud del hombre quemaba en la base de la columna de Rory antes de establecerse en sus entrañas. No iba a perder este trabajo sólo porque el señor Chance Galloway estuviera colgado por la edad. ¿Cómo se llamaba eso de todos modos? ¿Discriminación? ¿Discriminación por razones de edad? Sería mejor saber esa palabra porque estaba bastante seguro de que tendría que lanzarla por ahí. —Por favor, pasa a mi oficina, señor Calhoun. —El tono en la voz del hombre hizo que Rory se sintiera como si algo fuera levantado del zapato de su futuro jefe. No le gustaba ni un poco. Su columna se puso rígida hasta que Rory pensó que justo podría partirse, sostuvo su cabeza en alto cuando pasó por delante de Galloway y a la oficina—. Toma asiento, 14 por favor, mientras examino tu información. —Galloway abrió la carpeta y comenzó la lectura, las cejas volando con sorpresa y gruñendo en voz baja. Rory se quitó el sombrero antes de sentarse, y luego tuvo que imaginarse a una mujer desnuda para mantener su polla de saltar a completo mástil. El hombre frente a él era demasiado sexy, y ese gruñido tenía a Rory pensando... a su abuela en un bikini, una imagen grabada en su memoria como la peor especie de pesadilla, de cuando había visitado a sus abuelos en Florida que causó un desastre en la materia gris de la cabeza, pero hizo el trabajo y golpeó su libido hasta los tobillos. Esta vez, cuando Galloway le miró a los ojos, Rory estaba listo para la descarga de electricidad que se sentía entre ellos, y no tenía ninguna duda de que el otro hombre la sentía, a pesar de que no le gustaba. Rory no iba a hacer algo para ayudar al hombre tenía que mantener su expresión plana y un coro de abuela...abuela...abuela... resonaba en sus oídos. —Trabajaste en el rancho Mossy Glenn en Montana durante ocho años, ¿señor Calhoun? Pareces muy joven para haber estado trabajando tanto tiempo. —El escepticismo en la voz del hombre tenía a Rory picándole por golpearle. La implicación de que estaba mintiendo amenazó con anular su sentido común, algo que no podía permitir que sucediera. —Rory, por favor, señor Galloway. Y sí, lo hice.— Aquí viene... —Sin embargo, ¿no puedo llamar para una referencia? ¿Por qué es eso? —Rory estaba tentado a decirle a Galloway que si fuera posible debería permitir derramar un poco más de incredulidad de su lengua, pero sabía que estaría actuando tan inmaduro como el hombre más mayor pensaba que era. Tomando una respiración profunda, Rory bajó sus defensas lo suficiente para responder. —Eso sería porque mi padre, Ian Calhoun, no me daría ninguna. Usted puede confirmar que es el dueño de Mossy G con unos pocos clics del ratón. —Rory giró su sombrero Stetson con vueltas y vueltas sobre sus dedos, sin dar una reflexión sobre cuántas cosas decir—. Puse en la lista el número de mi hermana, que todavía vive y trabaja en el rancho. Puede 15 darle una referencia otra vez, es una cuestión bastante simple de confirmar. La mirada precipitada de los ojos de Galloway al Stetson había hecho que Rory parase el sombrero de fieltro de inmediato. Los ojos del hombre mayor se quedaron en ese sombrero en el que descansaba en lo alto del muslo de Rory. La Reina Isabel se disparó en su cabeza, bailando una giga. —¿Podrías... puedes decirme qué ocurrió para poner fin a tu empleo en el Mossy Glenn? —La voz de Chance sonaba distraída mientras seguía mirando a lo que Rory esperaba que fuera su sombrero, pero empezaba a sospechar lo contrario. Rory no permitió que el tono lo engañara. Casi podía ver la curiosidad creciente de Galloway. —No, señor. Sólo puedo decir que era personal, no tiene nada que ver con mi rendimiento en el trabajo. Una vez más, puede comprobar con Annabelle eso. Ella no le dirá el porqué, tampoco, sin embargo. Galloway, finalmente se encontró con su mirada, examinando. Echó la cabeza hacia un lado, dejando al descubierto su cuello venoso que hizo agua la boca de Rory. Renunciando a la reina bailando, cruzó un tobillo sobre su rodilla y dejó deslizar su sombrero contra su ingle. Los ojos de Galloway se estrecharon, pero Rory se negó a quebrarse. Estoico, podía hacerlo, en su mayoría. —Entonces, lo que pasa, señor… Rory. —Galloway se contuvo antes de que Rory tuviera la boca abierta a más de un centímetro y medio—. Cuando tu padre decide dejar caer lo que quiera que sea, ¿eso te molestó? El estoicismo se derrumbó bajo el peso de la risa amarga. —Oh, no, no, señor Galloway. Le puedo asegurar que no va a suceder, no en absoluto. Y antes de que pregunte acerca del rancho, ya ha sido escriturado a favor de mi hermana después de su muerte. Si trata de vendérmelo a mí o pongo un pie en la propiedad, se venderá al capataz actual, y déjeme decirle, que el hombre simplemente me odia. —Rory 16 apretó la boca cerrada, sorprendido de que hubiera dicho tanto. Galloway, sin embargo, se limitó a seguir estudiándolo de cerca. Rory trató de no inquietarse, pero se sentía expuesto después de su crisis lunática. Ahora bien, si perdiera el trabajo, no sería capaz de utilizar la defensa de discriminación por la edad. Galloway se echó hacia atrás en su silla, entrelazando sus dedos debajo de su barbilla mientras miraba a Rory. Por su parte, Rory se sentía como si estuviera diseccionado por la oscura y motivada mirada y lo desestabilizó de una manera que ninguna otra cosa en los últimos tiempos lo había hecho. Mantuvo la mandíbula apretada y cerrada e hizo todo lo posible para parecer sensato después de su estallido verbal. —Muy bien, Rory. Estás contratado, aunque lo comprobaré con tu hermana, lo comprendes. —Galloway se levantó y Rory le siguió rápidamente, tratando de ocultar su sorpresa. Esperaba una batalla más dura por el trabajo, aunque por dentro se sentía como si hubiera sido totalmente pisoteado por un toro. Increíble el dolor que la familia puede causar. —Muchas gracias, señor Galloway —murmuró Rory mientras tomaba la mano del hombre mayor por una rápida sacudida. Enterró la idea de que estaba seguro de que Galloway no le había dado el trabajo a Max condicionado a una verificación de referencias—. No le defraudaré. Galloway hizo un brusco asentimiento, pero todavía lo miraba con una intensidad que contrastaba con su actitud desinteresada. —Puedes poner tus cosas en el barracón... en este momento sólo estáis Max y tú. Esperemos ser capaces de añadir un par de manos más en pocos meses. —Sí, señor. Gracias una vez más, Sr. Galloway. —Rory se volvió y salió de la casa, dispuesto a no a balbucear de gratitud y hacer que pareciera un tonto aún más grande. 17 Capítulo Tres Chance se dejó caer de nuevo en su silla de escritorio, confortado por el ruidoso crujido que el cuero hizo con el impacto. Sus ojos fueron atraídos de nuevo al archivo de Rory antes de que pudiera detenerse. Había estado preparado para encontrar alguna razón para no contratar al hombre, estúpido, visto como había sido, porque él era ante todo, demasiado condenadamente atractivo. A pesar de ser joven y tener la cara de un ángel, incluso tenía pálidos rizos rubios que enmarcaban su hermoso rostro por amor de Cristo, y los ojos azules tan profundos que casi parecían negros, fue atraído a Chance en un nivel que le asustaba con su intensidad. Había tenido que ocultar su erección detrás de su escritorio hasta que pudo conseguir de alguna manera un pequeño control. Rory le había dado eso con su risa llena de dolor cuando le preguntó sobre la razón de que su propio padre le hubiera despedido. Despedido...infierno, repudiado es lo que era, y Chance tenía la sospecha de que sabía por qué. No creía que fuera una ilusión, tampoco. Cuando el joven había dejado caer su sombrero hasta sus rodillas, Chance había contribuido, en realidad, de tener sospecha a una maldita buena idea de por qué. Se hubiera reído si le hubiera ocurrido a otra persona... como solía ser el caso, no era gracioso cuando le pasaba a uno mismo. Ahora tenía en su empleo a un hombre sexy que, si hubiera sido quince años mayor, o por lo menos diez, podría haber manejado diez... Chance no tendría... nada que hacer. Necesitaba ayuda en el rancho más de lo que necesitaba echar un polvo, no importa cuánto su polla pensara de 18 otra manera. Esa particular parte de su anatomía se había despertado y tomado nota del hombre rubio como nadie antes, con la excepción del extraño en el bar en la noche del sábado. —Debe ser eso... el maldito desconocido con las manos mágicas que me convirtió en un viejo caliente. —No es que realmente Chance pensara que a los cuarenta fuera viejo o algo así, pero en un mundo que adoraba la juventud y la belleza, era difícil no sentirse viejo y gastado. Lo cual era una buena razón para mantener al joven a una distancia. No sentía ninguna simpatía por el... Rory. No había habido nadie para recoger a Chance cuando había sido derrotado por la vida, y había sobrevivido. No sin un problema o dos, ¿pero quién no tenía al menos un par? Y todo esto del auto-examen era una técnica dilatoria y lo sabía. No se permitiría a sí mismo sentirse culpable por hacer esto no solo a Rory sino a Max también. Chance confiaba en su instinto, y estaba seguro de que Max era de fiar. Cuando llegó al más joven de sus empleados, sin embargo, había solo demasiados sentimientos girando alrededor de la cabeza y el cuerpo de Chance para que creyera en su buen criterio hacia Rory. Chance tomó su teléfono móvil y a continuación marcó el número incluido de Annabelle Calhoun y trató con la música infernal en el otro extremo, mientras esperaba que le contestaran. ¿Quién hubiera pensado que algo de tecnología fuera una buena idea? —Hola —gritó una voz áspera a través de la línea. Chance contuvo una risita de sorpresa y esperaba como el Hades, que no fuera la hermana de Rory en el teléfono. Si fuera así... eesh. —Pregunto por Annabelle Calhoun. ¿Puedo hablar con ella, por favor? —¿Quién es? ¿Qué quieres con Annabelle? —Chance tenía la secreta sospecha de que el hombre enojado en el teléfono era el padre de Rory, y tanto como tuvo la tentación de decirle al hombre el motivo de su llamada, porque estaba seguro de que Ian Calhoun le contaría la historia de 19 Rory en un virulento estallido, Chance tenía la suficiente integridad para contenerse. —¿Está disponible? —Chance mantuvo su voz razonable y tranquila. Quería la comprobación de la referencia sobre Rory. La maldición que vino a través de la línea demostró que estaba irritando al Calhoun senior con su perseverancia, fue sólo una ventaja añadida. —Volveré a llamar en otro momento. —Como cuando usted esté mejor adaptado a sus medicinas psiquiátricas. Chance desconectó la llamada y apagó su teléfono por un rato. Estaba bastante seguro de que tendría algunos mensajes divertidos para escuchar más tarde. En este momento, tenía que dirigirse al barracón, y dar a sus empleados la lista de trabajo detallada que había preparado, así como también discutir el salario con Rory. Extraño que el hombre no hubiera preguntado aún al respecto, y Chance tuvo que reconocer que había estado demasiado ocupado tratando de sofocar su atracción por el joven para pensar en los salarios. Tendría que tener el cerebro fuera de sus bolas y actuar como el jefe en lugar de un viejo perro caliente. Chance sólo rezaba para estar a la altura del desafío. El estómago de Chance se hundió a sus rodillas, cuando descubrió a Max solo en el barracón. —Eh, jefe, ¿qué puedo hacer por ti? —La sonrisa de Max era contagiosa, alcanzando a Chance e invitándole a participar de la risa al mundo en general. ¿Cómo podía el hombre ser tan alegre? No era natural. —Vine a darte a ti y a Rory la lista de trabajo, responder a preguntas acerca de cualquier cosa. También me di cuenta que necesitaba discutir algo con Rory que olvidamos por completo en su entrevista. ¿Sabes dónde 20 está? —Chance no quiso preguntar, no quería estar a solas con el alto y demasiado-atractivo hombre, si fuera posible. —Recibió una llamada telefónica hace unos minutos. No pude evitar oír la voz de un hombre que le gritaba. Ya sabe lo fuerte que los teléfonos móviles pueden ser. —Max lo miró de una manera que hizo a Chance preguntarse lo que el hombre más pequeño estaba viendo. —Sí, pueden ser muy... um. Creo que puedo dejar la lista contigo y puedes poner al tanto a Rory con ella. Ya me pondré al día con él de la otra cosa en otro momento. O quizá esté de regreso en el momento en que hayamos terminado. Si quieres, puedo esperar mientras miras la lista por encima. Sólo en caso de que tengas alguna pregunta. —Chance echó un vistazo a hurtadillas por la puerta y todavía no veía a Rory por ningún lugar. Tal vez había salido detrás del granero. Se volvió para encontrar a Max que lo estudiaba con atención. —Es probable que haya terminado y compruebe fuera el lugar. Dijo que iba a hacer esto bien antes de que sonara su teléfono, si quieres ir a ver —sugirió Max. —No. Dudo que quiera que nadie le oiga... lo que sea que esté pasando en esa llamada si no ha terminado. —La culpa cosquilleó en el cerebro de Chance... ¿sin darse cuenta había azuzado a Calhoun senior sobre Rory? La idea le hizo sentir como un asno. Por supuesto que lo había hecho. El golpe que había salido de provocar a Ian Calhoun le había lanzado de vuelta y atrapado a Rory cabeza abajo—. Mierda. Bueno, Max, aquí está la lista. Ambos tenéis suficiente experiencia para que eso sea auto-explicativo de todos modos. Si alguno de vosotros tiene preguntas, solo acercaos a la casa. Cada vez que necesitéis algo, no lo dudéis. Chance apenas había colocado el papel en la mano de Max antes de que se girara y dando zancadas, saliera a la puerta, tratando de mantener un poco de dignidad por caminar rápido en lugar de correr. Se detuvo y escuchó, con la esperanza de captar el sonido de la voz de Rory, pero no oyó nada que no fuera la vaca o el caballo ocasional. Yendo por instinto, Chance se dirigió al establo, rodeando la esquina cuando llegó a ella. Vio a 21 Rory desplomado contra la pared. —¿Sosteniendo el granero? —Dios, ¿cuando había sido tan poco convincente? Chance sabía sin lugar a dudas que nunca iba a tener sexo otra vez con frases como las que se escapaban de su boca. El perfil de Rory era muy fino cuando el hombre lo miró de frente. Su boca llena estaba levantada en una leve sonrisa, al menos en la medida que Chance podía ver. —Mira, Rory... —¿Qué? ¿Siento que tu viejo sea un asno? ¿Lo siento, traté de comprobar tus referencias, pero no las de Max? ¿Lo siento, soy un asno? —Annabelle le llamará tan pronto como pueda alejarse de Ian, probablemente mañana o al día siguiente. Me envió un mensaje de texto después que recuperó su teléfono de él. Lo bueno es que no sabe cómo borrar los números y tal, ¿eh? —Rory mantuvo su mirada hacia abajo, mirando fijamente, Chance apostaría, que a ninguna otra cosa más que lo que se estaba desarrollando detrás de sus ojos. Se acercó al joven, incapaz de mantener su distancia en la cara de dolor de Rory. Chance no se permitiría, sin embargo, llegar a Rory. Eso es lo que pensaba, al menos, y era por consiguiente el más sorprendido de los dos cuando llevó una mano para descansar sobre el hombro de Rory. —Lo siento. Por favor, hazle saber a tu hermana que esas referencias no son necesarias. —Los ojos azul oscuro de Rory se reunieroncon los de Chance y no había manera de que ninguno de los dos pudiera negar el calor que pasó entre ellos. Chance retiró su mano, metiéndola en el fondo en su bolsillo delantero de los vaqueros para evitar acercarla a él, de nuevo. Sin embargo esos ojos color índigo se quedaron en los suyos. Tan cerca, que Chance no pudo dejar de notar el azul que tenía pequeñas manchas de color ámbar cerca de la pupila. Era un gran contraste que le fascinaba hasta el punto de la distracción, casi como pequeñas llamas que bailaban en las profundidades de la medianoche de los ojos del hombre más joven. Chance no podía alejarse él mismo cuando Rory sacó una mano y 22 acarició con un dedo la línea de su cuello, deteniéndose justo debajo de la oreja. Chance se estremeció al tacto, sintiéndolo en cada terminación nerviosa de su cuerpo. Rory dejó caer su mano de nuevo a su costado y miró hacia otro lado, dando a Chance su perfil una vez más de nuevo. —Ella va a llamar de todos modos, señor Galloway. Bien podría obtener lo que necesita. ¿Eso es todo, señor? —Nunca el tono de Rory se desvió de lo cortés, pero maldita sea si no cabreó a Chance gracias a ello. ¿Y señor? ¿Era realmente necesario? Probablemente. El cerebro de Chance se puso en marcha y volvió a pisotear su orgullo de nuevo. No era como si hubiera sido cualquier otra cosa más que una polla para Rory. —No, Rory, eso no es todo. Soy Chance, no señor Galloway o señor. —Chance dejó escapar un suspiro de frustración cuando Rory siguió mirando sólo Dios sabía qué. No había forma que una escoba de mezquite fuera tan interesante, aunque sí logró una leve inclinación de reconocimiento en las palabras de Chance—. También está el asunto de tu... maldita sea. Muy bien. Soy un asno y lo siento y tenemos que hablar de tu sueldo, ¿de acuerdo? —Cuando las disculpas se fueron, no fue su mejor momento, y se distinguió por la frustración, la duda, pero también el lamento sincero. Chance no era normalmente tan idiota y lo sabía. Lo que le hizo saltar con este hombre fue algo que no estaba dispuesto a profundizar todavía, así que tenía miedo de que pudiera tener que acostumbrarse a disculparse. Rory mantuvo los ojos fijos delante de él mientras asentía con la cabeza una vez más. —De acuerdo, Chance. En cuanto al salario, estoy seguro de que vas a ser un hombre justo, ¿no? Así pues, si me disculpas, tengo que... Fue entonces cuando Chance dejó ir a su locura, mirando la mandíbula del joven retorcerse cuando dejó de hablar. Lo que había sucedido con esa llamada telefónica, le había dolido a Rory y quería o 23 necesitaba, estar a solas para hacer frente a ello con cierta dignidad. —Todavía necesito discutirlo, pero más tarde. Cuando tengas tiempo.— Chance mordió su lengua para dejar de ofrecerse a escuchar lo que estaba molestando a Rory. Sería mejor si no lo supiera. Se dirigió de nuevo al barracón y le pidió a Max que mantuviera un ojo sobre Rory y le prestara un oído si pensaba que lo necesitaba. Con esto manejado, Chance se fue a la casa del rancho, a resignarse a escuchar los mensajes de voz que, sin duda, había recibido de un airado Ian Calhoun. 24 Capítulo Cuatro Rory miró por el rabillo de su ojo, mientras Chance se alejaba. Estaba seguro de que el hombre había estado a punto de decir algo más, pero lo reconsideró en el último momento y huyó en su lugar para evitar que cualquier palabra se deslizara de sus labios que más tarde podría lamentar. O tal vez Chance no lamentaría nada de lo que dijo. Rory en realidad no conocía a este hombre, pero en su opinión, Chance Galloway parecía ser un hombre fuertemente herido que estaba a medio recuperarse si no encontraba una manera de desahogarse. Rory estaría más que feliz de ayudar a Chance con eso, pero viendo que Rory era tan joven y tan demasiado malditamente cerca de ser bonito, lo cual desempeñaba un papel en por qué se aseguró de que su cuerpo fuera tan masculino como pudiera ser, con esos dos malos rasgos declarados de Chance, tendría mejor suerte tratar de meter la cabeza en la coalición de la derecha conservadora. Aunque, pensándolo bien, con todo lo que había estado pasando en las noticias últimamente, eso podría no ser un hueso duro de roer. Y ahora iba a venir con sus propios chistes malos. De lo que sea que Chance debiera haberse contagiado. Rory bufó a eso y salió fuera del establo, apartando las heridas y los insultos que su padre le arrojó. Habría colgado, pero nunca funcionó antes, el hombre sólo habría vuelto a llamar y dejar mensajes de voz. Bastante fáciles de eliminar, pero Rory no había sido capaz de hacerlo sin escuchar primero. ¿Glotón para el castigo o la esperanza de un renacer eterno? Ninguna elección le hacía feliz. Lo que aligeró su estado de ánimo un poco, fue la manera en que Chance no había sido capaz de mirar hacia otro lado cuando sus ojos se 25 encontraron y ese calor impío había estallado entre ellos. Rory lo había esperado, pero Chance no lo había planeado. Sería bastante pronto, Rory lo había asegurado más bien tontamente cuando había cedido a la tentación y le acarició el camino arriba por el lado del cuello de Chance, sus puntas de los dedos trazando sobre la púrpura mordedura de amor bajo la oreja del hombre. La necesidad de trazar ese camino con su lengua fue tan abrumadora que Rory había tenido que bloquear sus rodillas para evitar moverse más cerca. Algo sobre el vaquero atrajo a Rory a él. Era una sensación poderosa, una atracción tan fuerte que no le importaba luchar contra ella, sobre todo porque dudaba de que alguna vez hubiera encontrado tal sensación de nuevo. De una cosa estaba seguro... cuando finalmente se encontraran juntos, iba a ser de infarto, una experiencia arrolladora de la mejor manera posible, y esto sucedería. Sólo pensar en ello hizo que Rory se sintiera como si hubiera estado lleno de helio. Con cargas elevadas y flotando fuera, quitando el dolor residual en su corazón y sacándolo de la vista. Su polla era otra historia totalmente. Completamente erecto y palpitando al ritmo de los latidos de su corazón, esa parte de él estaba exigiendo atención. Rory lo consideró por un minuto y llegó a la conclusión de que este problema no iba a desaparecer por sí solo. Era una apuesta segura a la que Chance no estaría dispuesto a volver y ayudarle a salir con ello tampoco. Sólo tendría que esperar que Max estuviera ocupado o no se diera cuenta de la erección que Rory estaría luciendo cuando volviera al barracón. Y, si la suerte estaba de su lado, tal vez Rory podría llegar al cuarto de baño y cuidar de ello tranquilamente. Chance todavía estaba tratando de pasar la ira que le había sorprendido cuando escuchó los mensajes dejados por ese asno intolerante 26 que decía ser el padre de Rory. Chance tenía sus dudas... incluso su propio padre no había sido tan cruel cuando se había enterado de que su único hijo era gay. Ian Calhoun estaba lleno de más odio que cualquier persona que Chance alguna vez podría recordar conocer antes, y habiendo sido marginado mientras se encontraba en el circuito de rodeo, había conocido a algunas excusas bastante lamentables para unos seres humanos. Suficiente para que él hubiera tirado la toalla y lo hubiera dejado. Algunas cosas simplemente no valía la pena el infierno que un hombre tenía que pasar. Chance no tenía ningún deseo de ser un mártir en la horca en torno a un montón de vaqueros homofóbicos. Golpear con velocidad el saco que había colgado en el garaje del apartamento no estaba teniendo el efecto habitual de quemar su temperamento. En su lugar, sus oídos le zumbaban por el constante toc-toc- toc cuando sus puños golpeaban una y otra vez, haciendo eco en el espacio vacío. Había intentado hacer del lugar un dulce y pequeño gimnasio en casa, o tal vez eso seríacon propiedad, para los trabajadores del rancho y para él mismo. Sin embargo lo planeaba una vez que consiguiera que el rancho funcionara sin problemas y obtuviera una ganancia decente. Hasta entonces, era sólo él y el saco colgando, pasando algún tiempo de terapia de calidad juntos. Bueno, de calidad cuando funcionaba. Chance golpeó el saco una vez más y entonces lo atrapó y se calmó entre sus manos. Podría ser para los otros chicos, Rory en concreto, algo bueno poder venir aquí y deshacerse de sus frustraciones. Otra cosa más sobre la que necesitaba hablar con los hombres. Chance desenrolló la cinta de las manos, deleitándose con la quemadura y los dolores que corrían a través de sus articulaciones. No era aficionado al dolor, pero el poco daño causado por un entrenamiento fuerte era una recompensa por un trabajo bien hecho. Retorcido ¿él? Lo más probable. Una de las cosas que sabía a ciencia cierta era que tenía que limpiarse. Había trabajado durante un buen tiempo y estaba empapado de sudor. Chance tomó las escaleras abajo dos a la vez, menos preocupado por 27 el tropiezo, y más por que estuviera a punto de ser sorprendido por uno de los hombres... Rory, específicamente. Prefería que el hombre más joven no lo viera así, cansado y empapado por el esfuerzo físico. Chance frunció el ceño. ¿Qué diablos le pasaba? Habría un montón de veces en que Rory y Max le verían sudoroso y agotado. Era una estupidez ser vanidoso al respecto, y Chance no se consideraba a sí mismo como un hombre estúpido. Llegó a través de la puerta de atrás y se dirigió a la ducha. No fue hasta que estaba de pie frente al espejo del baño que dejó que sus ojos señalaran la ruta que sus dedos le habían picado por rastrear durante todo el día. Juraría que todavía podía sentir el calor de ese fuerte y calloso dedo corriendo hasta el cuello, llegando a descansar en... oh. Oh, mierda. Justo en esa marca púrpura de una moneda de diez centavos debajo de su oreja. Chance había tratado de ocultar el chupetón dejado allí por el extraño en el bar. Se había cepillado el pelo hacia adelante y eso debería haber funcionado, ya que era lo suficientemente largo que caía casi hasta los hombros ahora. Chance se apoyó más cerca del espejo. Sí, el cabello definitivamente la cubría, lo que significaba que en algún momento durante el día debía de haber cepillado el cabello lejos de la marca. Aquí había estado quejándose de los jóvenes irresponsables. Chance se sentía como un hipócrita, dando vueltas a la marca como un niño caliente y gustándole, maldita sea. No fue coincidencia que Rory hubiera tocado esa marca, ahora que lo pensaba, Chance era definitivamente una vieja cabra caliente, una vez que se hizo evidente que no tenía una pareja. Lo que significaba que Chance estaba de mierda hasta el cuello, no importa lo feliz que fuera su polla y no importa lo insistentemente que le golpeara contra su propio vientre un mensaje de aprobación en código Morse. Gimió, pero si era de placer o de queja decidió no examinarlo muy de cerca. Estaba bastante seguro de que no le gustaría la respuesta. 28 Capítulo Cinco Rory capturó miradas furtivas de Chance hacia él en todo el día. Sin duda había conseguido que el hombre se preguntara bastante pronto lo increíble que llegaría a ser un auténtico momento “ja-ja”...entonces la verdadera diversión comenzaría. Rory se sintió tentado de cacarear malvadamente y frotarse las manos sólo para ver la espalda de Chance ponerse más tiesa que un palo, pero eso sería delatarse y él prefería mejor alargar el suspense el mayor tiempo posible. Sería un premio mucho más dulce. Se aseguró de que estaba parado en la línea de visión de Chance cuando lanzó el último saco de pienso en su lugar. Mantuvo la cabeza casualmente apartada y tiró del dobladillo de su camisa para limpiar su rostro sudoroso. Así que el hombre mayor pensaba que Rory era demasiado joven y bonito, ¿eh? Bueno, daría a Chance una razón para corregir su forma de pensar, o al menos que lo viera bajo una luz diferente. Rory subió la camisa más arriba, asegurándose de que su paquete de ocho estuviera ahí fuera, así como también sus pectorales y pezones... que sucedía que estaban perforados. Si el gemido que oyó fue una indicación, había tenido éxito en desviar la atención de Chance de otra cosa que no fuera su cuerpo. Rory le dio la espalda al hombre antes de bajar la camisa, porque un atisbo de un pedazo de su espalda podría sacar otro sonido ahogado. Lo hizo, y Rory tenía que mantener la espalda a Chance ya que no podía contener su sonrisa. Esto era muy divertido. Rory nunca había sido una polla provocadora antes. —¿Has terminado aquí, Rory? —El sonido de la voz ronca de Chance, el aliento cosquilleando en la parte posterior del cuello de Rory, 29 casi lo hizo saltar antes de que pudiera detenerse. La pura fuerza de voluntad retrasó el sonido abajo en la garganta a pesar de que no podía hacer mucho acerca del tic involuntario que le sobresaltó. —Me parece que todo está descargado, señor. Quiero decir, Chance. —Eso realmente fue un lapsus nervioso, pero a Rory le resultaba difícil lamentarlo cuando el hombre se erizó de indignación tan espléndidamente. El calor entre ellos aumentó unos pocos grados más alto... si esto se mantenía, podrían tener que preocuparse por una combustión espontánea. Un gruñido de Chance era la advertencia que Rory tenía antes de que fuera agarrado por un hombro y dado la vuelta para enfrentar al otro hombre. No tenía tiempo para aleccionar su expresión en una de las diversiones ocasionales. No, cuando se enfrentó a Chance con lo que era una caliente mirada hambrienta y una polla lo suficientemente dura como para clavar clavos. —Oficina. Ahora. —La seca orden ni siquiera estuvo todo el camino fuera antes de que Chance se estuviera comiendo la tierra con zancadas de largas piernas... y Rory pisándole los talones, con los ojos pegados al perfectamente redondeado culo que se flexionaba con cada paso. Jesús, este paseo le iba a matar, detendría su corazón en cualquier momento. La polla de Rory latía dolorosamente cuando vio a Chance tomar los escalones del porche. Simplemente no podía haber un espectáculo más perfecto que ese culo, a menos que fuera uno del susodicho culo desnudo que se flexionaba y empujaba las caderas para bombear esas esbeltas caderas de vaquero... El paseo a través de la casa a la oficina pasó en una imagen borrosa de poderosa necesidad y acumulación de músculos. Rory casi decidió que seguiría a su jefe a cualquier lugar, siempre y cuando pudiera mantener los ojos en esa apretada burbuja cubierta de tela vaquera. El hombre estaba bien de pies a cabeza, pero su culo... esa parte en particular simplemente era imposible de describir. La decepción se elevó a través de Rory cuando llegaron a la oficina y Chance se dio la vuelta. Bueno, pero esa fue una 30 maldita buena vista, también. —Toma asiento. —El jefe le dio la espalda y la columna vertebral de Rory se puso rígida, casi tanto como su polla. Chance estaba enredado libremente con los pedidos. Sí, él era el jefe, pero si una orden no tenía sentido, Rory no tenía ningún problema en cuestionarla. —Prefiero permanecer de pie, si no te importa. Tengo una especie de sudor, y no tengo ganas de que se pegue a la piel de cuero, o se deslice fuera de él, tampoco. —Rory habría intentado sonreír, pero cada parte de él estaba tensa y dura. Había tanta sangre corriendo hacia el sur que sus labios se sentían entumecidos. Chance se volvió hacia él, entrando en su espacio personal, sólo a un pelo de amplitud de rozar sus pollas juntas. Rory podía sentir el calor salir de Chance, el hombre era como un horno caminando. Una mano dura se estrelló contra su pecho mientras Chance caminaba hacia Rory tres pasos hacia atrás y lo empujó,enviándole a la silla para tumbarlo indignamente. Su temperamento se disparó, pero cuando levantó la vista y se encontró con la morena mirada furiosa de Chance, se volvió a contener. El hombre mayor estaba al borde... de la ira y la tensión sexual derramándose de él tan espesa que Rory podía olerla. Si pensó que provocar a Chance terminaría en joder, lo habría considerado seriamente, aunque una enojada jodida no era lo que buscaba. Sin embargo, los puños se cerraron y se apretaron a través de la cara de su jefe y los hombros más o menos confiados, Rory supo que cualquier contacto físico entre los dos no sería del tipo agradable. Se aseguró de tomar una relajante y tranquila respiración una vez que Chance le dio la espalda y se dirigió a su escritorio. Rory también instruyó cuidadosamente a sus facciones en lo que él esperaba que fuera una máscara inexpresiva. No quería que Chance viera nada allí que pudiera dar al hombre una causa para que le despidiera, o aún más probable, algo que pegara un susto a Chance. Observar los movimientos rígidos y espasmódicos cuando Chance 31 llegó a su escritorio y sacó la silla gastada hizo que Rory se sintiera mejor acerca de cómo controlar su propio temperamento. Tal vez fuera un poco petulante, también, a pesar de que no quería examinar eso muy de cerca. Cuando el otro hombre finalmente lo miró, Rory no se inmutó ni parpadeó. El leve aleteo de las fosas nasales de Chance era un indicio de por qué sentía el incremento de la ira en el hombre, y por alguna extraña razón, Rory encontró ese pequeño movimiento erótico como el infierno. Jesús, ¿iba a desarrollar algún raro fetiche por la nariz ahora? ¿Cuándo había llegado a ser tan retorcido? Había otra cosa que no quería examinar tan de cerca. Debía ser un día de revelaciones no deseadas. Ahora, tenía que ver cómo el jefe quería jugar a esto. Estaba seguro de que sería interesante. Chance cerró los ojos brevemente, y en el espacio de una respiración fue del enojo a la serenidad. Fue un cambio fascinante, hecho con tanta rapidez que Rory no podía evitar estar impresionado. Cuando los ojos chocolate negro se abrieron de nuevo y se engancharon a Rory, su polla le dio un tirón repentino que estaba seguro que no podía pasar por alto... y esta vez no iba a tratar de ocultarlo. El jefe podría hacerle frente. El calor que de nuevo explotó en los ojos de Chance no tenía nada que ver con la ira. Cuando por fin se encontró con los ojos de Rory, sólo inclinó la cabeza en reconocimiento... Sí, señor, jefe, todo por usted. —No. —Chance estaba sacudiendo la cabeza como si hubiera escuchado los pensamientos de Rory. Rory sólo arqueó una ceja y esperó...después de todo, él no era el que había exigido esta pequeña charla. Tomó nota de los nudillos de su jefe poniéndose blancos cuando el hombre se aferró al borde de la mesa. Tal vez necesitaba un empujón. —¿No? Una sacudida brusca de la cabeza y Chance estaba mirando furioso de nuevo. —No. Ninguno de... —inclinó su barbilla hacia abajo en lo que Rory asumió que se suponía que era la dirección de su hinchada polla—. Eso. 32 Nada de eso. Rory no sabía si reír o gruñir. Bailó las puntas de sus dedos sobre su entrepierna. —¿Quieres decir esto? ¿Mi polla? ¿Nada de eso qué? —Que le aspen si iba a dejar que el jefe hablara sin decir nada. Las mejillas de Chance enrojecieron. —¡Sabes lo que quiero decir! Yo no tonteo con los empleados o... — Hizo un gesto a Rory de frustración, agitando las manos en el aire antes de aterrizar en el brazo de la silla—. Jovencitos guaperas. —No te lo pedí, señor. —No en voz alta, por lo menos. Las cejas oscuras del jefe se juntaron y esa mano revoloteando salió del brazo de la silla para señalar con el dedo a Rory. —Entonces, ¿qué fue ese pequeño espectáculo que montaste ahí fuera? Rory se encogió de hombros. —¿Limpiarme el sudor antes de que pudiera correr a mis ojos? ¿Eso fue un espectáculo? Chance abrió la boca, pareciendo más loco que nueve infiernos, pero Rory no iba a permitirle indignarse por todo. —Estabas observando, jefe, lo habías estado haciendo toda la mañana. ¿Qué estás escondiendo debajo de ese escritorio, en este momento? —Eso justo hizo callar al hombre. Los labios llenos de Chance desaparecieron en una línea fina. Sí, ambos sabían lo que estaba escondiendo debajo de ese pedazo de madera de roble. —No importa. Trabajas para mí, eres demasiado...—El jefe negó con la cabeza y mantuvo la mirada en Rory. 33 De acuerdo, entonces. Rory se levantó y se acercó a la mesa. —¿Demasiado joven y demasiado bonito también? ¿Verdad? Ese es tu complejo, vaquero, no el mío. Da la casualidad de que me gustan más mayores y cascarrabias, sólo esta vez, aunque sólo Dios sabe por qué. — Rory dio una palmada en su sombrero de vuelta a su cabeza y dejó a Chance sentado allí, con la boca abierta como una muñeca inflable. Más tarde esa noche, Chance tropezó en la ducha, doliéndose en lugares que nunca siquiera había sabido que existían. Sintió un momento de autocomplacencia por haber logrado mantenerse al margen en cualquier momento que había tenido que lidiar con Rory durante todo el día... y justo así, un simple pensamiento del nombre del hombre, y una parte específica de sí mismo con la que era muy familiar se convirtió en la palpitante parte más dolorosa de su anatomía. —Joder. —Chance fulminó con la mirada a su polla, tratando de decidir si estaba más irritado o divertido con la forma en que saltó a la vida con tanta facilidad. Asombrado, de verdad... Rory era el equivalente de una gran dosis de Viagra. Chance se estremeció ante ese pensamiento. No importa lo sexy que fuera Rory, comparar al hombre con cualquier cosa relacionada con la disfunción eréctil era un poquito traumatizante. Dio un paso bajo la ducha, dejando que el agua caliente golpeara sus músculos doloridos. La forma en que el agua mojaba su cuerpo, brillante y resplandeciente, hizo que Chance hojeara media docena de imágenes de Rory trabajando en el calor de antes, el sudor empapando su piel y atormentando a Chance con una necesidad de tocar. —Extrañamente ridículo. —Y así era. Cada vez que el joven se había dignado a mirar a Chance, había sido con la distancia y nada más en su mirada. Al parecer, Chance había borrado todo lo que el hombre había 34 sentido por él, lo cual justo encajaba con la percepción de que Rory era demasiado joven. O demasiado voluble. Suspirando, Chance inclinó la cabeza hacia atrás contra la pared de la ducha. Tal vez toda la falta de interés en la mirada del joven significaba otra cosa que no fuera culpa de Rory. ¿Podría significar que Chance era un idiota que había sido cruel y prejuicioso, y una vez que Rory vio eso, su deseo de joder a su jefe se agotó y se esfumó?. Fuera lo que fuese, también significaba que no había nadie que le ayudara con la erección que se negaba a desaparecer por sí sola. Gimiendo, Chance finalmente cedió a la necesidad de liberación y empuñó su polla. Renunciando a la batalla, dejó que imágenes de Rory pasaran sobre él, se deslizaran sobre su piel en una caliente necesidad que robó el aliento de Chance, al mismo tiempo que envió el temor volcado en la carne de gallina deslizándose sobre su cuerpo. Nunca había querido a nadie como quería a Rory, y ese anhelo le asustaba tanto como le quemaba. Ni siquiera era capaz de impedir que el nombre del hombre quemara en sus labios, cuando su orgasmo se expandió violentamente por él. Todo lo que Chance podía hacer con esa comprensión era mirar estúpidamente cómo el agua lavaba su semen por el desagüe. Rory logró, apenas, mantenerse a raya en torno a Chance durante las próximas dos semanas. Ninguna mirada burlona, nada de tentar al otro hombre con provocativas poses, o quitarse la camiseta cuando el hombre mayor estaba cerca.Demonios, incluso no se había sentado en la oficina de nuevo y no salió el tema salarial, todo ello con Rory en su mejor comportamiento. Esa no fue la única vez que había estado en la oficina de Chance después de lo que Rory consideraba como la revelación del club... sabía que Chance sabía que había sido Rory quien le tocó y le consiguió en 35 el club. Rory quien había dejado una marca en la atractiva piel bronceada. Estaba conduciendo a la locura a Rory, porque Chance había estado mirando furtivamente con tanta frecuencia que pensó que podía salirse con la suya. Incluso si él no hubiera atrapado varias de esas secretas miradas, Rory habría sabido que Chance le quería... era evidente en la fuerte erección del hombre que trataba de cubrir en cualquier momento en que los dos estaban cerca el uno del otro. Rory resopló. Bueno, era obvio que el cuerpo del hombre lo quería, de todos modos. Más aún ahora que los resultados de esa segunda visita a la oficina después de la revelación estaban ahí. Esa fue la visita cuando Chance les había llamado a él y a Max para hacerles saber que necesitaban ir a la ciudad al día siguiente, los tres, para los exámenes físicos completos. Los resultados habían llegado en el correo de hoy, y Rory no se había sorprendido al estar limpio, no veía cómo no lo estaría… A pesar del hecho de que Rory estaba perfectamente sano, no estaba muy feliz. El problema era, que Rory había tratado de ser bueno, y tratado de ser malo, pero nada funcionaba. No importaba lo más mínimo si la polla de Chance estaba dura si el hombre no soltaba sus prejuicios. Obviamente, el jefe no iba a hacerlo, lo que hizo que Rory se preguntara ¿qué diablos le pasaba? Sí, él había trabajado al lado del hombre muchas veces ahora y había llegado a admirar su ética de trabajo y su inteligencia. Pero no importaba. El hombre no lo quería. No, eso no era cierto... Chance no quería quererle. Rory tuvo un flashback en el club, de Chance tratando de alejarse de dos PYTs decididos que no habían tenido ningún respeto por nada más que sus propios deseos. ¿Era eso lo que él estaba haciendo? Chance había dejado su posición más que clara y no había cedido a las demandas de su cuerpo, probablemente nunca lo haría. ¿Era por eso que quería al hombre más mayor tanto, porque era un reto? Sin embargo, Rory había querido a Chance tan pronto como lo había visto en el club, antes de que supiera nada acerca de las cosas que le 36 gustaban a Chance y las que no. —A la mierda. —Rory se apartó el pelo, todavía húmedo de la ducha, y cogió su sombrero. Estaba harto de perseguir sus propios pensamientos que no llevaban a ningún lado, y harto de no sentirse lo suficientemente bueno para nadie. Había perdido a su familia, y el único hombre en el que estaba interesado no le correspondía, y maldita sea, Rory estaba cansado de no sentirse ni amado, ni deseado. La soledad era un dolor constante que mantenía enterrado bajo una fachada de indiferencia, y esa fachada esta noche la llevaba excepcionalmente delgada. —Voy a salir, Max, probablemente llegaré muy tarde. —O realmente temprano, dependiendo del punto de vista. Asintió a Max, quien se limitó a mirarlo, buscando exactamente como si esperara que Rory se detuviera y preguntara qué quería. No iba a ocurrir. La frustración, la ira y sólo la simple necesidad le estaban desgarrando a con garras de acero y no podía tratar con ello ya más. Rory cerró la puerta firmemente detrás de él y corrió desde el porche a su camioneta, no importa si se veía como un tonto. Lo único que importaba era conseguir alejarse de una puta vez de Chance Galloway, y sólo tal vez, podría encontrar a alguien que le quisiera, y la soledad dejaría de desgarrarle al menos por la noche. 37 Capítulo Seis Podía hacer esto. Trabajar con Rory éstas últimas dos semanas había sido una experiencia reveladora para Chance. El joven trabajó duro y sabía lo que estaba haciendo. No era demasiado orgulloso para hacer cualquier tarea, no pensó que fuera demasiado bueno para seguir las órdenes, aunque no dudó en hablar si tenía alguna sugerencia de cómo podía hacer algo de manera más eficiente. Y vaya si sus sugerencias no fueron bienvenidas. El hombre había mostrado más moderación que Chance, más de lo que había pensado que Rory fuera capaz, y un nivel de madurez que era impresionante como el infierno. Chance se tomó un minuto para asegurarse de que su pelo estaba peinado en su lugar, mirando su reflejo, por enésima vez y tratando de ignorar el ligero temblor de sus dedos. Dios, estaba tan nervioso como una virgen, lo cual era una estupidez. Estaba lo suficientemente lejos de ser una virgen, gracias a su juventud caliente, que si tuvo tantas pollas saliendo de él como las había tenido entrando en él, podría venir a parecerse a un maldito puerco espín. ¿Y no era eso parte de su problema? El hecho de que había estado algo en el lado más fácil cuando era más joven, pensaba que todos los demás también lo estaban. Chance sabía que era equivocado pensar así, y había estado trabajando para tratar de corregirlo, tanto que había trabajado en cambiar sus fáciles maneras de años atrás. El sonido de un motor en marcha y rugiendo por salir, penetró en las reflexiones de Chance. ¿Quién se iría y dónde se iría? Max no tenía ningún familiar que Chance supiera y la familia de Rory lo había repudiado, además de que estaban a más de mil kilómetros de distancia. 38 Rory... Una sensación de hundimiento en la boca del estómago de Chance le sacó precipitadamente de su casa y golpeando la puerta del barracón. Había mirado a su alrededor lo suficientemente rápido como para saber que la camioneta de Rory se había ido, y ese hecho tuvo a la ira luchando contra el miedo y la vergüenza. Max abrió la puerta, una mirada de complicidad en sus ojos cuando vio a Chance de pie allí. Chance empezó a hablar y luego se dio cuenta que no sabía muy bien cómo hacer lo que quería saber. No es que Rory no tuviera derecho a disfrutar de su noche libre, y malditamente seguro que no era como que Chance tuviera derecho a revelar públicamente la sexualidad de alguna otra persona que no fuera él mismo con Max. —Se fue, dijo que llegaría más tarde. La sensación de hundimiento en las entrañas de Chance se convirtió en una tonelada de plomo. Demasiado tarde, había esperado demasiado tiempo. Ni siquiera podía estar enojado con Rory por renunciar, Dios sabía que Chance justo se habría detenido después del primer rechazo y...Cristo. ¿No había tenido el más joven el cuello lleno de rechazo últimamente? Max se inclinó en el marco de la puerta y echó la cabeza. —Me parece que serías una especie de tonto por dejarlo en paz, si me disculpas por decirlo así. Pero tal vez alguien debería decírtelo...y vas a cazar moscas. Chance cerró la boca con un clic audible, entrecerrando los ojos al hombre enjuto delante de él. —¿De qué estás hablando, Max? —Chance mantuvo su voz baja y plana. Max sólo rodó los ojos y soltó un bufido. —Jesús, jefe, le llevaría a un hombre muerto no sentir lo que está rebotando entre vosotros dos. No soy uno de esos... No me importa quién... ¡maldita sea! —Las mejillas de Max ardían de color rojo, pero Chance pensó que tenía la imagen—. Simplemente, ve antes de que ambos hagáis 39 algo que no podáis retirar ya. —Max le alcanzó y le dio un codazo a Chance, y eso fue todo lo que hizo. No quería que fuera demasiado tarde, y no permitiría que ninguno de los dos la cagara más. Rory se sentó en la barra dándose cuenta de su cerveza mientras miraba fijamente al joven que estaba sentado a su lado. Pequeño, de pelo negro y rizado, con ojos acuosos que brillaban y labios carnosos que se mostrarían hermosos, extendidos alrededor de su pene. El hombre estaba tan cerca de la perfección como nadie que Roryhubiera visto nunca... y no hizo absolutamente nada en él. Ni siquiera la imagen de esos labios rojos ampliamente abiertos pudieron conseguir tanto como una contracción de su polla, maldita sea. Ninguno de los hombres que habían venido a pescar habían interesado a Rory no importa lo mucho que deseara lo contrario. Sólo le cabreó en todas direcciones. —No me interesa, Jesse. Lárgate. —El gruñido en su voz sólo pareció despertar el interés del hombre delicado. Extendió la mano de finos huesos y le acarició el muslo, sólo deteniéndose cuando Rory dio una palmada al apéndice ofendido para alejarla. —Oh, vamos, apuesto que podría hacerte estar interesado muy rápido. Te sentirás mucho mejor una vez que haya... Hey, mi nombre es Justin no, Jesse. —Una arruga marcó la suave y perfecta frente de Justin / Jesse—. No lo olvidarás después de esta noche. Rory se limitó a mirar al otro hombre. ¿Era así como había hecho sentir a Chance antes de que hubiera dado marcha atrás? No es de extrañar que empujara a Rory lejos... esto era condenadamente molesto. Casi se cayó de su taburete, cuando una mano delicada cepilló su polla y la agarró con firmeza. —Oye, ni siquiera estás duro. ¿Estás seguro de que eres gay? — 40 Justin parecía genuinamente confundido. Rory se agachó y arrancó la mano de su entrepierna, sin importarle si le dolía al hombre en este momento. Estaba harto de ser sobado. Los ojos aguamarina se agrandaron como platos cuando Justin trató de liberar su mano. Era de suponer que había apretado demasiado fuerte, pero a lo mejor le enseñaría al hombre a mantener sus manos quietas. Una mano fuerte agarró la barbilla de Rory, tirando la cabeza hacia arriba y alrededor, sorprendiendo un jadeo de asombro en él. Tuvo el tiempo suficiente para escuchar un ruido sordo: —Eso es malditamente correcto —antes de que la boca de Chance se reuniera con una fuerza ofensiva de dientes y lengua. Ahora eso tenía la polla tratando de explotar a través de la costura de sus pantalones vaqueros. La mano que tendió para frotar a Rory no era suave o de finos huesos. Nada sobre el hombre que devoraba su boca era suave. Rory gemía mientras su polla se frotaba más duro y su labio inferior chupaba y mordía. —¡Joder! ¡Oh, Dios mío, vosotros dos sois tan jodidamente calientes! —sonó la voz de Justin demasiado cerca, y cuando Chance finalmente levantó los labios de los de Rory, fue para mirar al hombre de pelo oscuro. Justin había bajado de su taburete y se acercó contra la rodilla de Rory... donde incluso ahora estaba moliendo su polla. Una visión de su viejo perro Skit tratando de follar las piernas de los visitantes revoloteó por la mente de Rory justo en el momento en que Chance agarró un puñado de la camisa de Justin y tiró de ella en torno al lugar donde el vaquero estaba de pie. Rory miró al hombre mayor inclinarse abajo y susurrarle algo al oído del hombre delicado. Fuera lo que fuese, se encendió un fuego bajo el culo de Justin. Lanzó una mirada cautelosa a Chance y a Rory antes de irse y desaparecer en la pista de baile llena de gente. Rory se volvió a Chance, con ganas de preguntarle qué era exactamente lo que le había dicho a Justin, pero no 41 consiguió decir una palabra antes de que fuera besado de nuevo, la lengua de Chance follando profundamente su boca y sacando un gemido de Rory que se sintió desde la boca del estómago. Joder, pero el hombre sabía besar. Chance levantó los labios y se quedó mirando fijamente a Rory. El ardiente deseo en sus ojos abrasadores castaños envió un pico de calor directamente a las bolas de Rory y rápidamente la polla se disparó, filtrando un chorro de húmedo calor. El olor de esperma golpeó a Rory... maldita sea, pero lo necesitaba. Cerró los ojos, tratando de poner a su rebelde polla bajo control. Una inhalación aguda y una mano agarrando sus bíceps tenían sus ojos volviendo a parpadear. Chance estaba mirando la mancha de humedad creciente y el aliento le venía en bruscos espasmos, que los pulmones de Rory se esforzaban por emular. Con un movimiento rápido, Chance dejó caer el sombrero de Rory de la cabeza... ni siquiera se había dado cuenta de que se había caído. —Shh, vayamos —gruñó Chance, y luego, sosteniendo con fuerza la mano de Rory lo llevó a la salida del bar. Rory lo siguió de buena gana, pero una pequeña parte de él estaba asustado a morir. Nunca se había sentido así por nadie, nunca sintió que tenía que tenerlo o morir. Era extremo, abrumador e irresistible por completo. Tenía preguntas, sí señor, las tenía, pero no había manera de que fuera a preguntar y arriesgarse a llevar esto a un alto total. Tal vez, después de que se hubiera corrido dos o cuatro veces, sería capaz de pensar con la claridad suficiente para encadenar una o dos frases juntas. O tal vez tendría a Chance fuera de su sistema y las preguntas no importarían ya. Rory apenas tuvo tiempo de cerrar la puerta antes de que Chance le estuviera sacando hacia el estacionamiento... justo más más allá de la camioneta de Rory. —Qué... Chance dio una brusca sacudida de su cabeza. 42 —Ven a la mía primero. —Rory miró alrededor del estacionamiento, lo registró dos veces antes de ver la camioneta del hombre más mayor aparcada en un rincón oscuro. Sí, su jefe era un hombre muy muy inteligente, pulsando ya el botón para abrir las puertas a la oscuridad del Dodge azul. Rory tomó la manija de la puerta de pasajeros sólo para que Chance alejara su mano. Chance abrió la puerta cuando Rory lo miró, admirando la mirada feroz en el hermoso rostro del hombre. Entonces Rory silbó cuando Chance le puso una mano en el pecho y le empujó. Rory cayó hacia atrás sobre el asiento, aterrizando con tanta fuerza que el aire se precipitó de sus pulmones. O tal vez tenía que ver con los largos dedos callosos que habían conseguido ya el pantalón abierto y ahora mismo incluso estaban sacando su polla de sus calzoncillos. —¡Ah, joder! No puedo... no todavía. —Rory se retorció y trató de deslizarse en el asiento para alejarse antes de que se avergonzara. Una mano dura se pegó a la cadera, excavando en profundidad y aplastándolo, dejando una bendición de cinco dedos. La otra mano de Chance acarició la polla de Rory desde la base hasta la punta, con el pulgar dando vueltas en la cabeza sensible antes de barrer sobre la rendija brillante. Rory gritó y empujó sus caderas, cerrando los ojos con fuerza y tratando de contener su orgasmo. —Tú puedes, cariño, y lo harás. —No registró lo que la respiración contra la cabeza de su polla significaba, hasta que Chance se bañó a través de ella con un golpe de su lengua. —¡Joder! ¡Ch... Chance! ¡Jesús, Dios! —Rory estaba balbuceando como un idiota y no pudo hacer nada para detenerlo. El hecho de que fuera Chance quien estaba pasando sobre las venas gruesas de la polla de Rory con la punta de una lengua cargada de erotismo era casi en sí mismo suficiente para hacer que Rory se corriera. Hundió las manos en el pelo de Chance, golpeando el Stetson del hombre al suelo. Rory se detuvo por un segundo, tratando de obtener algún tipo de control antes de que empezara a empujar dentro de la boca de Chance como un chico sin experiencia. No importaba... Chance tomó el 43 control de él chupando la cabeza esponjosa de la polla de Rory en su boca y girando su lengua en una serie de movimientos que tenían a Rory de vuelta inclinándose tan duro que sólo los hombros y el culo estaban tocando el asiento. Empujó dentro en la boca de Chance, incapaz de pararse, gritando al llegar a la garganta de Chance, aún más fuerte cuando el hombre tragó con el placer tan agudo que el dolor disparó a cada punto de su cuerpo y luego rebotó directamente en sus bolas. La garganta de Chance pulsaba de nuevo cuando su talentosa lengua recorrió todos los rincones de la polla hipersensible
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