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2 Manchas de Leopardo Libro 1 LEVI Bailey Bradford 3 Resumen Una carrera por el bosque se convirtió en cualquier cosa, menos típica cuando Levi encontró la única cosa que no esperaba encontrar, a su pareja. Después de pasar una semana en el infierno de reunión familiar, Levi Travis está más que listo para un pequeño descanso. Pero, ¿quién sabía que convertirse en leopardo de las nieves y galopar alrededor del bosque podría convertirse en un evento tan sexual? Cuando Levi se encuentra con un cambiaforma puma en el bosque, la atracción es tan caliente que amenaza con echar chispas. Levi ha fantaseado con tener un hombre más fuerte de lo que quiere, y está seguro de que el puma es sólo un hombre. Esta es la razón por la que Levi se deja atrapar, y la intensidad de su apareamiento es sólo comparable con la confusión de Levi cuando el hombre se convierte de nuevo en un puma, luego gira la cola y corre. Lyndon Hines ha estado huyendo durante meses. Perseguido, cazado, no sabía qué hacer, hasta que conoció a un hombre que lo hizo darse cuenta de que algunas cosas valen la pena luchar. Dos cambiaformas, cada uno de razas diferentes, sin saber mucho acerca de su herencia, Levi y Lyndon se unen y encuentran la fuerza para hacer frente al hombre loco que está ahí para acabar con la vida de Lyndon. 4 Capítulo 1 Levi Travis se despidió de su hermana Jenny y su esposo Mark. Fue bueno verlos y al resto de su numerosa familia. Una vez al año se realizaba una reunión celebrada en el rancho de Travis. No era realmente un rancho, sin embargo, eso es exactamente lo que todo el mundo lo llamaba. Tenían algunos caballos, pero la tierra misma era en su mayoría fresca e inmaculada. Las extensas hectáreas, enclavadas entre las montañas del noroeste de Colorado, era el lugar perfecto para un grupo del tamaño de la familia de Leví en el que podían reunirse juntos. No era como que podrían tener una fiesta en la playa. El denso bosque, lleno de álamos, pinos y abetos era el lugar perfecto para para correr y cazar para los cambiaformas de leopardo de las nieves, aunque el verano era un poco caluroso. Era mejor que tener la reunión en invierno, cuando los ánimos podrían ser muy susceptibles. Cómo los leopardos de las nieves se aparean de enero a marzo, también lo hacían los cambiaformas felinos, aunque no estaban obligados con sus hormonas. Simplemente estaban... más calientes, las hembras más exigentes y los machos más posesivos. El resultado era una gran cantidad de gente malhumorada y gruñona, y ¿cuándo cambiaban? Bueno, Levi nunca lo había visto, pero había oído a la abuela Marybeth hablar de la única vez que la familia se había reunido en los años en torno a febrero. Al parecer, 5 se había producido una gran cantidad de sexo felino, que era algo que Levi nunca, incluso no quería pensar sobre eso, al respecta de su familia. Era mejor evitar posibles ciclos de apareamiento temprano, cuando todo el grupo se reunía. - Estoy tan feliz porque la reunión terminó. – Su hermano Oscar murmuró. Levi lo miró, no se sorprendió al ver a Oscar con el ceño fruncido. Oscar tendía a fruncir el ceño mucho. – Por favor. Es bueno ver a todos, a todos los 62 de ellos o cuántos sean ahora, pero maldita sea, también es bueno ver que todos se han ido. Levi resopló, aunque estaba un poco de acuerdo con Oscar. – Sabes que te has divertido luchando con los primos. Oscar sacudió la cabeza. – Sí, claro. Soy sólo un salvaje y loco fanático de la lucha libre. – Levantó su mano derecha, moviendo los dos dedos que habían sido capturados en una trampa hace unos años. El medio fue cortado en la articulación superior y el otro por poco tan bien. – Y estos son mis armas secretas. Hacen a mis enemigos gritar de horror cada vez que amenazo con empujarlos. - Basta, Oz. – Levi regañó, mirando a su hermano menor. No era como si sus dedos hubieran sido mutilados horriblemente. De hecho, la diferencia en las longitudes de los dedos era casi imperceptible en la opinión de Levi. Además, dudaba seriamente que muchas personas miraran la mano de Oscar una vez que lo vieran a él. Oscar era increíblemente atractivo de una manera andrógina que Levi rara vez había visto y siempre envidió. Con el cabello rubio y ojos azules pálidos, Oscar era delicado y lindo, mientras que Levi era alto y voluminoso, su cabello un 6 desastre castaño oscuro y sus ojos de un sordo gris verdoso. Oscar era, no había otra manera en la que Levi podría describirlo, hermoso. Tal vez hace años, justo después del accidente de la trampa, habían sido unos años difíciles, incluso cuando Levi y el resto de la familia tuvo que esforzarse para no mirar los dedos de los Oscar, pero eso era porque todos recordaban la sangre y los gritos, el chasquido de la trampa que se llevó los dedos de Oscar. Pero todos lo olvidaron. Incluso Oscar, pensó, pero tal vez no. Hubo un momento en que Oscar había sido más joven, y el chico de vez en cuando en la escuela había sido un idiota, pero según lo que Levi sabía, se había detenido cuando Oscar lo ignoró. ¿No lo había hecho? Levi tenía que preguntar, porque Oscar no parecía que olvidó el incidente de la trampa como Levi creía. - Te haces sonar como una especie de monstruo y no lo eres, siempre y cuando consigas tu cafeína. – Bromeó Levi, a pesar de que un Oscar sin cafeína no era agradable a su lado. Por otra parte, Levi no era tan luminoso y acogedor sin una o dos tazas de café cada mañana. Oscar resopló, como si no creyera una palabra de lo que Levi dijo, pero el rubor rosado extendiéndose por las mejillas de Oscar le dijo a Levi que su hermano al menos lo había escuchado. Levi miró hacia sus cabañas. – ¿Quieres ayuda para limpiar tu casa? – Además de la casa principal, una extensa de estilo rancho que tenía cinco habitaciones, había cinco cabañas pequeñas repartidas por toda la propiedad, una para cada uno de los hermanos. 7 Como es habitual, sin embargo, durante la semana de la reunión familiar, todos ellos compartieron sus cabañas con cualquier miembro de la familia quería dormir en las cabañas. Hubo varios de sus primos acampando en el suelo de Levi. Había sido divertido pero agotador y desordenado. Quizás sólo necesitaba una retroexcavadora para limpiar el lugar. - Nop. No tuve muchas personas quedándose en mi casa. Algunos de los niños más pequeños. – Oscar sonrió, luciendo más feliz de lo que Levi lo había visto en mucho tiempo. –Apuesto que ellos no se acercaron a hacer el desastre que los chicos hicieron en tu cabaña. - No me digas. – Se quejó Levi. – Creo que hay bastantes latas de cerveza para iniciar mi propio centro de reciclaje. Y ni siquiera he comenzado con el cuarto de baño. – Se estremeció, no fingiendo del todo. Su cuarto de baño era una maldita pesadilla, estaba muy sucio. Algunos de sus primos eran patanes en extremo. El próximo año, podrían dormir afuera, porque desde luego no estaban domesticados, al menos no para los estándares de Levi. Oscar levantó una ceja. Levi podía ver que estaba pensando y movió la cabeza antes de que Oscar lo ofreciera. – No, mi culpa por no haber hecho a los idiotas limpiar. Me ocuparé después de tener una carrera. - ¿Quieres compañía? – Preguntó Oscar. – Iba a ir a leer un rato, pero si quieres, podría ir. 8 - No, está bien. Después de todo el compañerismo de la semana pasada, probablemente podría utilizar un poco de tiempo a solas. – A pesar del hecho de que los leopardos de las nieves, el tipo de no cambiaformas, eran criaturas solitarias, la familia de Levi era cercana, a menudo dejándose caer juntos para cazar o simplemente correr. Había otra razónpor la que Levi lo rechazó también. – Además, sé que particularmente no disfrutas del cambio. Oscar hizo un ruido grosero, no fue realmente una palabra, pero si lo hubiera sido, Levi estaba seguro que habría sido peor que la palabra M1. – ¡Es doloroso! Sé que si lo hiciera más, tal vez todos mis ligamentos y huesos y demás se acostumbrarían a ello o algo así, pero... – Oscar miró su mano lesionada. – ¿Realmente tengo que cambiar? ¿Cuál es el punto de convertirme en un leopardo de las nieves? No tengo que hacerlo. Levi permaneció en silencio en desacuerdo. Creía que sus leopardos tenían que ser liberados, o... o algo podría suceder, no sabía qué y no le importaba saber. Sin embargo, Oscar cambiaría si Levi molestaba lo suficiente, lo que haría en un día o dos. Comprendía la aversión de Oscar de estar en su forma de leopardo, teniendo en cuenta la trampa de acero en la que resultó herido cuando era un cachorro curioso. Simplemente creía que Oscar necesitaba superar el trauma causado por el incidente, pero no en este instante. – Aun es doloroso cuando estás acostumbrado a ello, Oz, pero no insoportable. Y se siente muy, muy bien dejarse llevar y 1 Mierda, Joder, Chingados (para los mexicanos) 9 simplemente correr, dejar que el leopardo tome mi mente, más o menos. - Tú lo haces, entonces. – Dijo Oscar. No dijo nada más, se quedó al lado de Levi cuando el sol comenzó a caer. Levi se sentía extrañamente nervioso, insatisfecho, como si su piel picara desde la cabeza hasta los pies. Era una sensación extraña y que no había visto antes. Los álamos y pinos lo llamaban, prometiendo alivio bajo su sombra, en el suelo bajo sus pies. Levi sacudió sus tristes pensamientos y sonrió a Oscar. – Estoy de un humor extraño de todos modos. ¿Quieres dejarle saber a todos que me voy? - Por supuesto. – Oscar lo miró durante unos segundos más. – Cuídate. – Se volvió y echó a andar por el camino de grava a la casa. Levi suspiró y se frotó el cuello, observando los colores rosa y naranja desapareciendo en el cielo cuando el sol empezó a hundirse aún más detrás de una montaña en la distancia. Si era honesto consigo mismo, pensó que podría estar sintiendo un poco de celos de algunos de sus primos. Escuchó como se habló de novios y novias, incluso compañeros casuales de folladas, pero eran los que tenían a alguien especial, o posiblemente alguien especial de los que Levi estaba celoso. Una emoción mezquina de la que no estaba orgulloso, pero quería tanta felicidad para sí mismo. Tal vez si salgo más, si voy a grandes ciudades... Holton era la ciudad más cercana, y llamarla ciudad era caridad. Había una solitaria luz intermitente y un restaurante que parecía decrépito, 10 pero servía la mejor comida mexicana. Un par de estaciones de servicio, las cualidades propias de una ciudad, de verdad, y no mucho más. No había ni siquiera una escuela. Los pocos niños de Holton eran trasladados en autobuses o llevados a la ciudad más cercana, Blankenship, donde se reunían con otros niños de las pequeñas ciudades en el condado. Sin embargo, no estaba mal. Los habitantes de Holton eran generalmente buenos y amigables. Era justo solitariamente para un hombre gay en esta área. Necesito dejar esta maldita lástima ahora. Levi fue a través de una bolsa atada a un árbol de pino. Se desnudó, luego metió su ropa en la bolsa antes de caer de rodillas. El sol comenzó su último adiós al día, y Levi presionó las palmas sobre la fría tierra, entregándose al cambio. El cambio no fue instantáneo o sin dolor, pero la libertad que tenía en su forma felina valía cualquier precio. Su gemido se convirtió en un maullido cuando los huesos reventaron y los músculos se reorganizaron. Su mandíbula dolía, la cabeza entera palpitaba, entonces el dolor desapareció como el estallido de una burbuja. Euforia sustituyó a la agonía y Levi cambió, el sonido relajante cosquilleó en su nariz cuando exhalaba. Arqueó la espalda y su cola se movió, luego gruñó juguetonamente y corrió hacia el bosque. Eligió el camino que quería tomar a pesar de la oscuridad aún más visible por el follaje pesado. En cuestión de minutos estaba profundamente en el bosque siguiendo un olor prometedor para la cena. El conejo era rápido, pero no lo suficiente y Levi se abalanzó, haciendo la muerte rápida e indolora como fue posible. Una vez que 11 su estómago estaba lleno y sus patas limpias con lamidas, permaneció en el suelo por un tiempo, absorbiendo la paz que siempre encontraba aquí. Si él no estaba muy en paz, como de costumbre, seguía siendo bueno. Levi sabía que no era un idiota. Era feliz por sus primos, y tal vez, si tenía suerte, encontraría a su propio hombre especial. Claro, el hombre tendría que ser muy especial, lo suficientemente especial como para no mirar a Levi y juzgarlo por su apariencia como lo hicieron otros tantos. Levi era grande con su 1.90 mts, un poco más de 90 kgs, y tenía rasgos toscos. Le habían dicho algunas veces que su altura y constitución, junto con sus ojos le daban un aspecto más masculino que el hombre promedio. Mirabas y todo lo demás era engañoso, sin embargo. Nada de esto significaba que fuera un gran bruto idiota que quería empujar a los hombres más pequeños y follarlos hasta que gritaran. Por el contario, Levi quería ser el chico empujado, quería un poco de pelea y batalla antes de tener la fuerza de otro hombre abrazándolo. No era que quería nada de violencia, forzar o violación o algo por el estilo. A veces era una confusión en su mente, pero lo que quería era a alguien lo suficientemente fuerte como para dominarlo, pero lo suficientemente suave para no hacerlo si Levi no quería ser dominado. Pensó que le gustaría, pero teniendo en cuenta que siempre estaba arriba, con la excepción de un desastroso intento de ser pasivo hace un año, Levi sospechaba que su fantasía sería mejor mantenerla como sólo una fantasía. 12 Sin embargo, incluso en su forma de leopardo, la idea de ser tomado era emocionante. Imaginó un cuerpo fuerte sobre él, una gruesa polla en celo en él, su hombre sin nombre, sin rostro, misterioso, sujetándolo y empujando a Levi contra el suelo cada vez que embestía. Levi maulló y apretó los músculos que rodean el centro pulsante bajo su cola. Dios, ¡estaba cachondo esta noche! Si no lo supiera, pensaría que estaba en celo, algo que definitivamente no ocurría con los machos de su especie. Ellos eran receptivos a sus hembras, si fueran rectos2, por supuesto, pero… bueno, no sabía lo que estaba mal con él esta noche. Estaba fuera de forma. Claro, que probablemente tenía más que ver con su mano derecha, siendo su mejor amiga durante el año pasado. Levi resopló bajo y rodó sobre su vientre. Contempló cambiar nuevamente sólo para meneársela y aliviar la presión en sus bolas, pero estaba disfrutando de su leopardo. Y, además, la expectativa era a veces una cosa muy buena. Podía incluso hacer su clímax, cuando finalmente se masturbara, uno de esos raros derrite cerebros explosivos de fusión. Así que decidió abstenerse del placer durante algún tiempo, permitió que los flujos de la luz de la luna que se filtraban a través de las frondosas ramas lo bañaran y calmaran en una ligera siesta. Era contrario a su naturaleza, por lo menos como un leopardo de las nieves, pero la brisa de la noche era fría, y estaba relajado, por lo que Levi estaba con ello, envolvió su cola alrededor de su cuerpo y metió la cabeza entre sus patas. 2 Heterosexual 13 Capítulo 2 Después de semanas de hacer su camino desde Pennsylvania, Lyndon Hines estaba listo para una carrera libre. Había bordeado lapequeña localidad de Holton, Colorado, y llegó a la orilla de un bosque que pensaba que era probablemente parte de un parque estatal. Si no, alguien tenía suerte, porque la tierra era hermosa. Había habido un tirón en su intestino cuando miró por la ventana hacia la exuberante vegetación, una vibración extraña de añoranza había rugido en él, y Lyndon había necesitado salir inmediatamente. El conductor del camión que le había dado un aventón lo había dejado a un lado de la carretera, cuando Lyndon lo pidió. Ahora estaba loco por cambiar y dejar salir a su puma. Por primera vez en meses, no se sentía perseguido, aún no de todos modos. Algo sobre esta zona se sentía bien, al menos por ahora. Si quería creer que se sentía un poco más correcto que algunos de los otros lugares que había encontrado en su deambular sin rumbo, bueno, no había nada malo en la esperanza. Lyndon sentía como si hubiera estado tratando de encontrar un lugar donde debía estar toda su vida. Pensar que nunca lo encontraría lo llevaba al borde de la desesperación que no podía imaginar. No si quería sobrevivir. Casi todos los días lo hizo, o lo hizo su puma. A veces Lyndon se preguntaba cuál era el punto de hacerlo. Entonces se enojaba consigo mismo por ser un idiota lloriqueando. Odiaba esos momentos de duda, cuando se sentía tan perdido y solo. 14 No había lugar para tales pensamientos en su vida. Socavaban su confianza y Lyndon lo sabía. Hizo todo lo posible para mantenerlos alejados y pensar en lo que quería en la vida. Paz. Amor. Aceptación. Eran lo que Lyndon quería, lo que pensaba que necesitaba. Y tenían que ser, de lo contrario no podía entender el sentido de la vida. Así que Lyndon levantó su pulgar y arrastró sus pocas pertenencias que tenía con la esperanza de encontrar un lugar especial, personas especiales, o simplemente una persona muy singular que pudiera amarlo. Ese había sido su modelo desde que salió de Texas. Primero huyó al sur de Texas, perseguido por su padre, al que no le importaba lo suficiente el lado humano de ellos para compartir su territorio. Lyndon se preguntó cuántos otros hermanos podrían haber vagado, buscando un hogar propio. Tal vez vinieron a través de una mejor adaptación, sin embargo. Después de todo, Lyndon aún podría hacer algo con su vida, encontrar un trabajo diferente en marketing o incluso, en una tienda de conveniencia y tratar más duro de vivir como un ser humano normal. Simplemente no hubiera cabido en ese molde. Lo intentó, lo intentó durante años, pero Lyndon finalmente entró un día en su apartamento y no sólo miró, lo vio por primera vez. No había nada en él que lo hacía sentir como en casa. Las paredes eran blancas, desnudas, el mobiliario escaso y mal acompañado de una manera poco atractiva. Pero fue más que el aspecto del lugar, lo que podría haber corregido. Era pura alienación que sentía en ese momento, 15 como si estuviera viviendo la vida de otra persona y que era tres tallas más pequeñas. Eso no había sido el empujón que lo había enviado correr, sin embargo. No, este impulso se produjo poco después, cuando salía del trabajo, cansado de un día particularmente podrido con clientes insatisfechos y jefes descontentos. Todo lo que quería hacer era colapsar en su cama, pero fue interrumpido por el olor acre de su apartamento. Prácticamente todo lo que poseía olía a otro puma marcando su territorio. Lyndon se había asustado, al no reconocer el olor de advertencia dejado atrás. Sabía lo que era, pero no quién lo había dejado. No había sido su padre, quien lo había hecho huir la última vez. Su intento de hacer un hogar para sí mismo ya había sido un fracaso, pero la invasión lo agravaba y hacía que quedarse fuera algo insoportable para Lyndon. Lyndon dejó su trabajo en la empresa de publicidad para la que había trabajado en Dallas, no se molestó en dar aviso una vez que su irritable jefe le dijo que no era necesario. Luego empezó a vender todo lo que no podía llevar con él en una mochila, que era más de lo que tenía. La sensación general de ser observado era inquietante, y Lyndon había comenzado a sentir que su tiempo se estaba acabando. No le importaba lo suficiente como para quedarse y pelear, ¿pelear contra quién y para qué? Así que en cambio, Lyndon lo había dejado. Desde entonces, estaba buscando, no sabía qué, pero esperando reconocerlo cuando lo encontrara, y tratando de escapar de la sensación de ser examinado. 16 Esa sensación de calor y hormigueo cosquilleante en su columna vertebral le hizo pensar que quizás, esta vez, había huido cuando miraba a los magníficos árboles. Después de mirar a su alrededor para asegurarse de que no había nadie cerca para verlo, Lyndon despejó una valla, entonces se topó con el denso follaje. Se quedó allí durante unos minutos, observando, oliendo, escuchando. Una vez que se aseguró que era seguro, Lyndon se desnudó y puso sus ropas y mochila en un racimo de ramas. Luego se extendió en el áspero y frío piso, tomando el olor de la tierra. Eventualmente cambió y vio el bosque con ojos más agudos, olía a través de una nariz más sensible. Sus orejas se movieron con los sonidos de la presa deslizándose en la distancia. Lyndon gruño suavemente, las vibraciones del ruido bajando por su pecho. Sacudió su cola considerando que presa cazar. Necesitaba un desafío, a pesar del dolor en su vientre. Inclinando la cabeza, aspiró los aromas profundamente en sus pulmones. Ciervos, su gato maulló y Lyndon estuvo de acuerdo. Como un puma, siguió el deseo animal a un punto, y un ciervo proporcionaría un festín por el momento y más comida para después, si nadie más desenterraba los restos que Lyndon enterraría. Esta era la forma del puma, y Lyndon aceptó esa parte de sí mismo el día que había salido de Dallas. Lo había hecho a fin de sobrevivir. No había espacio para un estómago revuelto en su estilo de vida actual. El rastro dejado por el ciervo fue complicado, y Lyndon consideró seriamente ir tras un conejo en su lugar, o cualquier comida disponible. Hacía dos días que no había comido nada más 17 sustancial que una barra de energía, y su vientre estaba haciéndole saber cuan descontento estaba. Lyndon finalmente vio al ciervo, una cierva encantadora. Tenía una estructura sana y Lyndon estaba contemplando su buena cena cuando la cabeza de la hembra se elevó y dio un sonido de asombro. Echó a correr, huyendo en pánico. Lyndon comenzó a seguirla hasta que se le ocurrió que algo había asustado a los ciervos, y no era él. Él había estado en silencio como la muerte acechando a su presa, y fue cuidadoso de mantenerse a favor del viento. ¿Qué había asustado al relleno de su cena? La respuesta llegó en la brisa, el olor penetrante del gato, distinto del suyo. No es un puma entonces, ¿pero qué diablos más podría estar aquí? Lyndon se devanó los sesos hasta que una variación sutil en el olor se hizo detectable. Hombre y bestia, combinados, y el olor fue directamente a la ingle de Lyndon tan rápido que le robó el aliento. Lyndon resopló y se sentó sobre sus patas traseras, aturdido por esta nueva ocurrencia. Creía que había otros cambiaformas, ¿por qué los pumas serían el único tipo? Pero nunca había encontrado otro antes. No era como si hubiera un lugar secreto de encuentro para cambiaformas o lo que sea. Bueno, tal vez lo había, y él no sabía nada, porque... era secreto y todo. Probablemente habría un apretón de manos secreto necesario para entrar, también, y mentalmente estaba balbuceando, algo que solía hacer de vez en cuando, cuando sus nervios amenazaban con amotinarse. La curiosidad y el miedo 18 luchaban contra el deseo y la naturaleza territorial de su puma latía contra su cráneo, instándolea atacar al intruso. Afortunadamente, Lyndon no era sólo un puma. Podría racionalizar y calmar esa parte de él que a veces no era razonable. Otra respiración profunda calmó a su bestia más eficaz de lo que podría hacer él, sin embargo. Este olor tentador se hundió en él, se envolvió alrededor de sus entrañas y empujó a sus patas delanteras en el sigilo. Lyndon no estaba exactamente en calma, sin embargo. Estaba hirviendo con una necesidad que no había sentido antes, y su pene estaba tan duro que dolía cuando sobresalía de la vaina. Lyndon podía oler su excitación, era tanto divertido como conmocionado por esto, pero más que cualquiera de éstos, estaba ansioso por encontrar al macho cambiaforma que provocaba tal reacción. Cuanto más profundo se introducía en el bosque, el fuerte y más numeroso olor de otro gato cambiaforma llegó. Debe haber una manada o algo así, un felino aquí y estoy probablemente en su territorio. Probablemente habría sido mejor dar la vuelta y salir del bosque, pero Lyndon no podía dejarlo, no cuando había un olor específico, la refrescante esencia de un hombre y gato tirando de sus intestinos. Era como tratar de resistirse a perseguir una bola de lana, simplemente no podía hacerlo, no cuando estaba en su forma felina. Parches de luz de luna salpicaban el suelo del bosque en parches, proyectando un resplandor blanco plateado en el suelo. La tierra estaba en silencio a su alrededor como si las criaturas contuvieran la respiración esperando que pasara. El olor se hizo más 19 fuerte y Lyndon aminoró el enfoque, aunque su cuerpo le gritaba que se diera prisa. Finalmente, oyó un suave sonido de resoplido de otros felinos. Se dejó caer sobre su vientre y se arrastró hacia adelante hasta que miró a través de un grupo de arbustos fragantes. Lo que vio lo dejó sin aliento e hizo sentir sus articulaciones sueltas y flexibles, incluso como palpitaba su polla y bolas. En un pequeño claro circular, rodando en el suelo sobre su espalda, con sus grandes patas arriba en el aire y su gruesa cola agitando el polvo, ramas y hojas, estaba el más hermoso gato que Lyndon había visto en su vida. La gruesa capa de color grisáceo del cambiaforma estaba cubierta de rosetas negras, marcándolo como un leopardo. La piel en el vientre era más larga, pálida y parecía tan suave que Lyndon quería tocarla. Diablos, ¡quería frotarse contra todo el gato! Casi tanto como quería frotarse contra el hombre. Lyndon se mantuvo quieto, apenas moviéndose en absoluto, mientras observaba al leopardo deleitándose en la noche. No fue sino hasta que el otro cambiaforma se dejó caer sobre su vientre y arqueó la espalda, empujando su culo hacía arriba y golpeando la cola de lado a lado, que Lyndon hizo un sonido. No pudo evitarlo, la necesidad lo mordía como un dolor físico, haciéndolo quemarse. Fue sólo un sonido suave, no una explosión amenazante que Lyndon no pudo contener, pero el leopardo maulló y saltó, girando y retrocediendo al mismo tiempo. Los ojos eran de un verde tan pálido que eran casi grises se ampliaron cuando encontraron a Lyndon 20 escondido entre los matorrales. Lyndon estaba asombrado con el color de ojos del cambiaforma. Por alguna razón pensó que el gato tendría el mismo color de ojos dorados como el suyo. El leopardo permaneció inmóvil, la cabeza baja, sin pestañear, mirando a Lyndon. Todos los pumas eran territoriales y agresivos, su gato no sentía nada de eso. El impulso de aparearse estaba en él, abrumando los otros instintos que generalmente sentía el puma. Lyndon nunca había experimentado nada como esto, nunca sintió que tenía que tener a alguien o bien explotar por la intensidad de la necesidad. No entendía y se preguntó si se trataba de algo que habría sentido por cualquier cambiaformas o el magnífico leopardo frente a él era especial. Lyndon condenó su falta de conocimiento, incluso sobre su mismo tipo de cambiaformas. Deseaba saber qué hacer, escuchar ese instinto de aparearse, o escuchar al humano en él que le estaba instando a usar el máximo cuidado aquí. Entonces, el leopardo hizo la única cosa que Lyndon no pudo resistir, no en su forma de puma y probablemente pensó, no en su forma humana. El hermoso gato manchado entrecerró los ojos y gruñó bajo y profundo. No una amenaza, exactamente. Para el puma de Lyndon sonó como la promesa de una recompensa, y el leopardo se volvió y echó a correr, disparando a Lyndon una ardiente mirada, una vez que estaba en movimiento, que era todo el incentivo que Lyndon necesitaba, sobre todo cuando el olor de la excitación del cambiaformas era tan fuerte que Lyndon estaba saturado. Su rugido 21 mucho más áspero y lleno de un voto en el retorno del leopardo, Lyndon salió disparado de los arbustos para atrapar a su presa.... 22 Capítulo 3 No era miedo lo que propulsó a Levi lejos del puma, pero si el potencial de su fantasía hecha realidad. La cabeza de Levi se arremolinaba. Había tantos pensamientos, y no era el primero el hecho de que había otras razas de cambiaformas. Cuestionó la instantánea reacción de su cuerpo a otro macho, como un infierno estalló en su interior. Levi nunca se vio estimulado de esta manera, no sexualmente de todos modos. Era extraño y caliente al mismo tiempo. Y él estaba latiendo, oh mi Dios, su polla y culo y cada nervio de su cuerpo palpitaba, aumentando la fuerza de su necesidad. Amenazó con consumirlo y llevarlo a la suma total de sus necesidades básicas, y todo instinto animal y arañando, mordiendo, un apareamiento violento. Levi giró hacia el oeste a través del follaje creando un nuevo camino. No se había perdido completamente en su lujuria y no quería tener a alguien que posiblemente era una amenaza cerca de su familia. No sabía cómo iba a jugar, pero podía oler la emoción de un macho desconocido, tan seguro como que podía oler, así que estaba bastante seguro de que el atacante no tenía la intención de matarlo. Y con suerte, vamos a cambiar... El solo pensamiento causó un paso en falso en Levi, el puma se acercó más, tanto así que Levi sintió su cálido aliento húmedo 23 volando en su piel. Una punzante mordida en su cola envió a Levi a alta velocidad incluso cuando hizo a su polla llorar con anticipación. La chispa del dolor de la mordida recorrió desde su columna vertebral hasta la punta de su nariz en un tiempo récord y Levi gruñó mientras meneaba la cola. El puma respondió golpeando sus garras, su profundo rugido sordo fue la única advertencia antes que Levi tuviera un peso pesado estrellándose contra él, sobre él. Colmillos afilados perforaron su cuello, lo suficiente como para picar, pero no desgarrar y Levi cayó con fuerza, atascado debajo del puma. El estruendo del sonido de su atacante hizo rodar a Levi, empezando por el cuello y enviando su corazón a toda marcha. Él maulló su consentimiento, superado por el olfato y el tacto, la respiración del puma flotando alrededor de su cabeza y llenando sus pulmones. Un estremecimiento atormentó la forma encima de él, entonces el cuerpo cambió, cada vez más largo, más fuerte, como un bulto insistente pinchando en su espalda. - Cambia. – El hombre gruñó con voz ronca como la de su gato. Sujetó la cabeza de Levi, hundiendo sus dedos en su piel y apretando el puño. – ¡Ahora! Levi estaba impresionado e intimidado por la velocidad de transformación de extraño. Vaciló y consideró tirarlo y huir, pero la posibilidad de tener una experiencia que tanto había deseado era una atracción irresistible. Levi maulló mezclado con un gemido de dolor cuando se levantó y cambió, su cuerpo dolorido cuando el hombre levantó su peso ligeramente,manteniendo con un brazo. 24 Nunca abandonó el cabello de Levi, y cuando Levi parpadeó alejando el ardor en sus ojos e intentó darse la vuelta y mirar hacia otro lado, su captor gruñó de nuevo y mordió el mismo lugar que había marcado. Levi se resistió y arqueó su espalda, agitó los brazos, en busca de algo para sujetar. El hombre cayó sobre su espalda nuevamente, sacando el aire de los pulmones de Levi. Una pesada y dura polla pinchaba su culo y las muñecas de Levi fueron sujetadas, primera la izquierda luego la derecha. Luego, ambas fueron atrapadas por encima de su cabeza. Podría haberse liberado del asimiento, Levi no lo dudó, pero todo esto se sentía irreal y demasiado perfecto para arriesgarse a detenerlo. Apretó los puños en el agarre, sin embargo, y fue recompensado con un agarre firme y algo más fuerte, un pinchazo alarmante de un glande contra su agujero. - ¿Quieres que te deje ir? – Le preguntaron a Levi cuando se frotaron de nuevo contra su pliegue. Levi trató de negar con la cabeza, pero su agarre en sus muñecas era implacable. – No. – Dijo con voz ronca, con la garganta casi tan apretada como el agarre que el hombre tenía sobre él. – Por favor. – Levi sólo podía llorar si se acaba allí, dejándolo insatisfecho. La polla de Levi nunca había estado tan dura en su vida, y su piel se sentía súper sensible, cada rama y grano de tierra, cada lugar de su cuerpo que el puma estaba tocando chispeaba y se retorcía con la necesidad de atarlo en un nudo en su interior. – Por favor. – Dijo de 25 nuevo, cerrando los ojos mientras rodaba un poco sus caderas como podía. – ¡Necesito… algo! ¡Lo que sea, sólo tienes que entrar! La risa estridente le recordó a Levi el sonido del resoplido que los leopardos de la nieve hacían y alivió un poco la tensión que amenazaba con romperlo en millones de piezas. Silbó suavemente cuando su cabello fue retirado, la repentina falta de presión hacían escocer a su cuero y la sensación de un hormigueo era casi enloquecedora. Antes que Levi pudiera atrapar un vistazo de los dientes blancos y cabello dorado, el hombre en la parte superior de él presionó su mejilla contra la de Levi. Sus alientos se mezclaron cuando el culo de Levi fue extendido. Caliente y pesada, su polla se deslizó en el pliegue de Leví, disparando chispas de necesidad del culo de Levi. - Maldita sea. – Fue el susurró en su oído, y luego Levi no podía oír nada más que su pulso y sus gruñidos y el sonido de la piel siendo abofeteada. La polla de Levi estaba incómodamente atrapada entre él y la tierra, pero de alguna manera el cambiaforma puma logró meter la mano por debajo de Levi y apoderarse de su longitud dolorida. Cada empuje entre sus nalgas sacudió las caderas de Levi en el suelo y su polla en la mano frotando su eje. Levi gimió, maldijo y rogó cuando su agujero se apretó, ansioso por ser llenado, pero el extraño no presionó dentro, manteniendo su apareamiento en cortos y duros empujes, que ardían en la grieta de Levi. 26 - En mí. – Levi exigió, pero el hombre no se dejó llevar, simplemente gimiendo y mordiendo la mandíbula de Levi en respuesta. Levi quería gritar de frustración, lo quería todo, aunque sabía, sabía mejor que el sexo sin condón y algún tipo de lubricante. Escupir en caso de apuro, pero eso lo dejaría sufrir bastante. A pesar de que no lo haría querer ser follado menos. Entonces el hombre presionó la polla de Levi con fuerza suficiente para hacerlo ver las estrellas, y se hundió en su ranura. Levi olvidó su necesitado culo y gritó cuando brotó esperma de su polla. Tembló todo el camino hasta los dedos de los pies y echó la cabeza hacia atrás como si tirara de una cuerda. El cambiaforma rodó fuera de él y se volcó sobre Levi, mientras Levi jadeaba y su visión estaba borrosa. Un peso en caliente y pesado establecido en su cintura y Levi parpadeó despejando su visión borrosa a tiempo de ver la luz de la luna acariciando los músculos y el pelo dorado. Los ojos del mismo color que el pelo le guiñó un ojo, y luego un grito astilló el aire y semen golpeó la mandíbula de Levi. Levi sabía que tenía que tener la boca abierta como un idiota, pero se sorprendió. No esperaba ser marcado, cubierto por el olor de otro hombre. Parecía salvaje y posesivo y estaba leyendo demasiado en él. Trató de alejar esos pensamientos ridículos de su cabeza mientras miraba el próximo chorro de la gruesa polla que el hombre estaba sacudiendo con golpes duros y ásperos. Los abdominales se ondulaban con cada chorro de esperma rociado. El cuarto chorro salpicó el estómago de Levi, y todo lo que podía oler, lo único que 27 podía ver era al hombre encima de él, ahora ronroneando mientras frotaba lentamente su polla. Entonces se detuvo, y Levi se tensó, sabiendo que su fantasía estaba llegando a su fin. Esos ojos dorados se estrecharon en él mientras Levi absorbía todos los detalles de la cara de su amante temporal. Tenía mejillas angulosas y una mandíbula firmemente obstinada, ojos brillantes y labios delgados, y era el hombre más sexy que Levi había visto en su vida. Mayor que él, más fuerte, probablemente. Y a punto de irse. - ¿Esta es tu tierra? – Le preguntó a Levi. Levi se mostró reacio a contestar, pero mentir no lo llevaría a ninguna parte. Seguramente el puma podía oler una mentira justo como Levi podía hacerlo normalmente. – Sí. – Respondió, y luego soltó sin pensar. – Y mi nombre es Levi, en caso de que te importe una mierda las presentaciones. – Se sorprendió cuando rápidamente se encontró solo en el suelo, incluso antes de terminar de hablar. Levi sabía que había roto alguna regla no escrita de una sola vez. - Me gustó nuestra presentación, justo correcta como fue, pero una cosa: los pumas no son conocidos por compartir, Levi. – El hombre dijo, y luego más rápido de lo que Levi había creído posible, él se ha ido. Levi se quedó solo para averiguar lo que su hombre misterioso había querido decir y qué demonios había pasado más allá de lo obvio. 28 Capítulo 4 ¿Qué Diablos? Lyndon corrió, olvidando su necesidad de alimentos. Ahora tenía que averiguar por qué había casi atacado al adorable cambiaforma leopardo. Levi. Dios, ¡incluso su nombre es sexy! Tan hermoso como el gato había sido, el hombre lo era aún más. Rudo, de mandíbula amplia, con músculos fuertes, firmes, no había habido nada débil o pequeño en él. Su polla en la mano de Lyndon se sentía enorme, y cuando Lyndon había rodado sobre Levi, incluso el pene suavizado de Levi era un espectáculo impresionante. ¡Y había dado por sentado la fuerza de Levi! Lyndon no se hacía ilusiones al respecto. Si bien podía haber sido un poco más grande y más musculoso que Levi, probablemente eran iguales. Si Levi hubiera querido, podría haber arrojado a Lyndon y tratado de sacar la mierda fuera de él. Tal vez incluso con éxito, teniendo en cuenta la manera en la que Lyndon estaba tan atraído por él. Pero Leví no había hecho ninguna de esas cosas, en lugar estuvo tranquilo y obediente bajo Lyndon e incluso rogando a Lyndon que lo follara. Lyndon había querido, ¡Dios lo quería! Pero dos cosas se habían infiltrado en su cerebro lleno de lujuria, ayudándolo a encontrar la afirmación que había estado buscando desesperadamente. La primera, fueron los minutos que le tomó a Levi cambiar. Lyndon había pensado que quizás lo había mordido 29 muy fuerte cuando atrapó al leopardo, aunque no había hundido sus dientes en el músculo, sólo la piel. Una vez que la transformación fue completa, sin embargo, sus sentidos le habían dicho que lo único malo con el hombre era que estaba tan excitado que incluso le dolía a él. La segunda cosa fue la falta de material suficiente,lubricante y condones, añadidos a la necesidad de Lyndon, que era demasiada para delicadezas o el tiempo que le habría tomado preparar el culo del hombre para la penetración. Había requerido cada trozo del autocontrol de Lyndon para evitar embestir su polla en el agujero de Levi y follarlo hasta la inconsciencia, lo que probablemente habría sucedido pronto debido al dolor que había causado la entrada. Así que Lyndon había tomado lo ofrecido, pero no completamente, no es como que realmente hubiera querido hacerlo. Aún así, sintiendo esas mejillas firmes apretar su longitud casi había derretido su cerebro. Había sido sólo el instinto y el deseo de oír y oler a Levi venirse lo que le había dado a Lyndon suficiente sentido común para tocar su polla. Y Levi había sido hermoso en su liberación, los sonidos que había hecho, la forma en que su cuerpo se tensó, los músculos ondulantes cuando su columna vertebral se alargó y estiró. Lyndon nunca había experimentado un encuentro sexual tan intenso, tan profundo. ¿Cómo evitaría dominar a Levi de nuevo? ¿Por qué debería molestarse en contenerse? No sabía si podría hacerlo. 30 Lyndon alcanzó su ropa y su bolso, su mente se quedó en Levi. Su estómago gruñó, recordándole que lo había descuidado durante demasiado tiempo. En lugar de dar marcha atrás y rastrear la cena, cambió y se vistió, manteniendo una oreja al acecho para cualquier animal que se acerca. Casi esperaba que Levi lo hubiera seguido y no pudo enterrar por completo su decepción cuando salió de la línea de árboles sin esa sensación de hormigueo provocada por ser vigilado. Bueno, era su propia culpa. Podría haberse quedado y hablado con Levi. ¿Por qué no lo había hecho? ¿Qué había estado pensando al lanzar toda esa mierda acerca de que los pumas no comparten? No lo hacían, no sus territorios, por lo menos. Sin embargo, Lyndon no estaba seguro de que era lo que quería decir. De alguna manera, en ese encuentro breve y eléctrico, había hecho suyo a Levi en su mente. Estúpido, considerándolo. ¿Qué tenía Lyndon para ofrecer? Meses de vagar por el país mientras se compadecía a sí mismo por no pertenecer a ninguna parte y huía de un retorcido acosador que no podía identificar. Que idiota había sido. Como un niño asustado, huyendo, siempre huyendo, justo como lo hizo cuando su padre, Cole Tavares, fue tras él. Cuando realmente pensaba sobre eso, Lyndon sabía que no era del todo un hombre, sin importar cuan masculino parecía. Un hombre mantendría su territorio. Lyndon ya no tenía e inició el patrón de huir cuando conoció a su padre por primera vez. Lyndon había dejado que sus sentimientos humanos superaran su naturaleza puma en lo que respecta a su padre. Lo había lastimado que su padre lo alejara. Lyndon aún no entendía por qué 31 el hombre era así, despreciaba a su naturaleza humana a pesar de que era un hombre de éxito en el mundo humano. Quería la riqueza y la gloria que eso significaba, pero ninguna de las emociones que un humano tenía. En su lugar, trató a Lyndon como un invasor en su vida. Lyndon había sido criado por su madre, un humano que no sabía lo que era su padre, al menos no al principio. No fue sino hasta después de que Cole la embarazara que supo que el niño que llevaba no era exactamente humano. Entonces el hijo de puta había dejado un poco de dinero en una cuenta bancaria y se fue. La madre de Lyndon le contó la historia varias veces, y aunque su madre no siempre se había mantenido estable, nunca había sido una mentirosa. No fue hasta después de su muerte que su padre se dignó a hacer acto de presencia y presentarse, y aún así fue sólo para amenazar a Lyndon y obligarlo a salir de su hogar en San Antonio. Lyndon había tenido poca opción de aceptar el dinero que su padre le había dado, junto con la verdad acerca de lo que eran, bestias de corazones fríos destinados a estar solos. Para probar su punto, su padre había cambiado y lo atacó. Lyndon había aprendido a cambiar rápidamente entonces, pero nunca se había encontrado con otro puma cambiaforma o cualquier otro cambiaforma para el caso, y no tenía idea de cómo luchar. Tenía las cicatrices del primer y único encuentro con su padre en la actualidad. Si él realmente no hubiera encontrado a otro cambiaforma puma, uno malditamente mucho más humano en naturaleza que su padre, Lyndon estaría probablemente muerto. Grady Marks había 32 tomado a Lyndon después de encontrarlo desgarrado y herido, abandonado en una zona llena de arbustos al sur de San Antonio. Era amable, un buen hombre y cambiaforma, y enseñó a Lyndon algunas cosas acerca de lo que era. Grady no sabía mucho acerca de lo que eran, profesaba ser un solitario y le gusta de esa manera. Sin embargo, había sido más que paciente con Lyndon. Incluso le dio seguridad a Lyndon sobre algunas cosas, hizo algo de sí mismo, al menos por un tiempo. Grady le preguntó a Lyndon qué quería, y fue fácil responder en este momento. Quería ser un niño normal, como todos los que no eran un jodido cambiaforma. El colegio había sido la opción obvia, y por un tiempo Lyndon fue casi feliz. Entonces Grady había muerto y nada parecía bien. Grady se había ido por un tiempo ahora, y Lyndon supo que la muerte del hombre fue el catalizador que lo había enviado a huir, o buscar, no estaba seguro de lo que era ya. En realidad, su cabeza era un maldito lío, ¿no? ¿Qué hombre racional habría dejado un trabajo bien pagado, aunque lo odiaba? Especializado hoy día en jodida economía. Lyndon se encogió de hombros. Al menos todavía tenía algo de dinero en el banco. Utilizó lo que su padre le había dado para conseguir su título en negocios, pero siempre metió una pequeña parte de su cheque en ahorros. Después de pagar por el funeral de Grady, el ahorro de Lyndon casi había desaparecido. Una vez que manejó la mayoría de los viajes con pedir aventones y dormía al aire libre siempre que fuera posible, que era la mayoría de las veces, teniendo en cuenta que podría cambiar con mayor facilidad, Lyndon no había tocado gran parte del dinero que le quedaba. 33 Pero pensó que podía hacerlo esta noche. Hacía mucho tiempo que no había dormido en una cama y tomado un baño largo y caliente. Bañarse en ríos podía ser un asco, y había pagado por la ducha ocasional en las paradas de camiones, pero a menudo simplemente no había tiempo entre visitas para disfrutar de un baño. Además, si se llenaba de gente, no pagaba para cabrear a los otros hombres que estaban esperando allí, no si esperaba gorronear un aventón de alguno de ellos. Esta mañana, recibió una ducha caliente en una parada fuera de Jenkins, pero después del ejercicio de hoy… Lyndon olfateó y cerró los ojos mientras el olor almizclado del semen golpeó su nariz. Vio a Leví nuevamente, resignación mostrándose en esos pálidos ojos, el semen de Lyndon salpicó por encima de su cuerpo. Dios, quería pasar las manos sobre esa carne caliente, cubrirlo en su esperma tan profundo que el cambiaforma de leopardo nunca conseguiría sacarse el olor. Sí, tuvo sexo con él, lo marcó desde el interior, Lyndon resopló. ¿Qué diablos le pasaba? No es como si nunca tuviera sexo. Lo tenía, como es lógico, un gran número de calientes chicos en el mundo. Muchos de ellos fueron transportistas deseosos de extender las mejillas de sus culos para Lyndon. Pensó que podría tener más que ver con su aspecto, era como si los humanos pudieran detectar el poder de la bestia en su interior. Fueron varios kilómetros dentro de Holton. Lyndon caminó la distancia en la oscuridad y no vio un solo vehículo en el camino. Era tarde, casi medianoche cuando llegó al único hotel en la ciudad. El 34 lugar parecía estar en buen estado, lo que significaba queLyndon esperaba un montón de agua caliente. Miró su reflejo en la ventana antes de entrar y se alisó el pelo. Al menos tenía una camisa y unos jeans decentes, y había conseguido afeitarse esa mañana, por lo que no se veía como el vagabundo que era. En el interior, el vestíbulo olía a limpio, un poco como al limpiador de pino artificial, pero era mejor que muchas alternativas. Lyndon se acercó al mostrador y vio un letrero informando a los clientes tocar la campana en caso de necesitar ayuda. Un toque de su dedo hizo a la cosa sonar extremadamente molesto, pero menos de treinta segundos más tarde, una alegre joven salió de lo que podría haber sido una oficina. Sus ojos azules redondeados mientras barrían su mirada sobre su rostro y torso. Lyndon deseó haber usado algo más que una camiseta ajustada y de manga larga. - ¿Puedo ayudarte? – Toda ella ronroneó, pero de una manera que no hizo absolutamente nada para él. De todos modos plasmó una sonrisa que probablemente se veía tan falsa como se sentía y extrajo su billetera de su bolsillo trasero. - Necesito una habitación. No estoy seguro por cuánto tiempo, ¿tal vez o... no, tres días? Al menos. – Quién sabía si estaría tanto tiempo, pero tal vez lo haría. No tenía nada que ver con el hombre al que había conocido, Lyndon se dijo a sí mismo. Estaba cansado de moverse y quería tiempo para descansar y no preocuparse por dónde iba. Esto último era cierto, pero Lyndon sabía que la primera parte de su razonamiento no lo era. Levi lo intrigó, y Lyndon sentía como 35 si hubiera sido atrapado en una trampa sensual de la que no estaba seguro de querer ser liberado. - Esta será 1-10. – La mujer, su placa la proclamaba como Dahlia D, apoyó un codo en el mostrador y se inclinó hacia delante. - Eso es bueno. ¿Efectivo está bien? Ella lo miró por un largo momento, luego sacudió la cabeza. – Por lo general se requiere una tarjeta de crédito, pero puedo hacer una excepción. Lyndon casualmente dio un paso atrás para evitar el contacto con los grandes pechos de Dahlia D, tomó su licencia y la mayor parte del dinero que llevaba y se lo dio. Cuando Dahlia D se encargó de registrarlo, entonces, obtuvo su recibo y la tarjeta, Lyndon debatió la conveniencia de usar su tarjeta de crédito para acceder al resto de sus ahorros. Después de asegurarle a Dahlia D que le dejaría saber si necesitaba "cualquier cosa", Lyndon se dirigió a su habitación. Era pequeña, pero limpia, el colchón firme y cómodo cuando se desparramó sobre él. Su estómago gruñó apretado, y Lyndon se sentó frotándose la barriga. Le dio al resto de la habitación una rápida inspección, paredes de color beige, empapelado con estampados, un espantoso paisaje que parecía ser un requisito para este tipo de hoteles, así como muebles de aspecto barato. El armario tenía una televisión de tamaño decente y algunos cajones para sus escasas pertenencias. La mesita de madera de cerezo a juego contenía dos libros religiosos en el cajón y una lámpara y un reloj despertador en la parte superior. Un pequeño 36 escritorio, que también servía como mesa ocupaba una esquina y una silla con estampados impresos el otro rincón. La alfombra era de un tono de azul más horrible, pero limpio. Lyndon se acercó y miró en el cuarto de baño, gruñendo por el tamaño de la bañera. Demasiada pequeña para él, prefería las duchas de todos modos. Necesitaría comprar champú y, se inclinó lo suficiente para comprobar su aspecto en el espejo del baño, tal vez incluso acondicionador. Había sido mucho tiempo desde que se molestó en tratar de domar su cabello. No había ninguna razón para tratar de mentirse a sí mismo acerca de sus razones para preocuparse por ello ahora. Si ocurriera que se encontraba con Levi... Bueno, quería lucir lo mejor posible. Probablemente había algo instintivo, una necesidad subconsciente de parecer capaz y atractivo y todo tipo de cosas que la gente ha estado haciendo para atraer a su pareja desde el principio de los tiempos. Lyndon no quiso detenerse en estas complejidades ahora. No era particularmente capaz, y en cuanto a lo atractivo estaba bien. No era un atractivo modelo, pero tampoco era un tipo que se vería mejor con una bolsa en la cabeza. Y su cuerpo era demasiado malditamente apretado. No es que fuera vanidoso, o al menos no habitualmente. Ahora no era el momento para comenzar. Lyndon dio la espalda al espejo. Terminaría deprimiéndose si seguía analizándose, todo cabello obscuro enmarañado y cansancio alrededor de los ojos. Parecía que los restos de su juventud se fueron muy lejos, y la madurez era una especie de apariencia espeluznante para él. 37 Recordando la tienda de conveniencia que había visto en su camino hacia el hotel, Lyndon decidió ir a buscar lo que necesitaba, incluyendo algún tipo de alimentos y bebidas. Tenía alrededor de cuarenta dólares, pensó. No mucho, pero si era frugal podría hacerlos durar al menos unos días. Usar el cajero automático era algo que trató de evitar, ya que no estaba seguro de que sus movimientos no eran vigilados de esa manera, pero parecía que iba a tener que correr el riesgo. Incluso si encontraba un trabajo, sería un rato antes de que se le pagara. ¿Y por qué diablos estoy pensando en conseguir un trabajo aquí? Lyndon no había permanecido en cualquier lugar el tiempo suficiente para conseguir un trabajo, no desde que dejo Dallas. Haciendo una lista mental de lo que necesitaba, se aseguró de que la puerta del hotel estaba cerrada con llave. Fue un breve trote atravesando el estacionamiento y una manzana, y después estaba caminando en la tienda iluminada. Algunos ancianos sentados en cabinas construidas para dos. Lyndon miró el reloj por encima de la caja registradora, sorprendido al descubrir que era la una de la mañana. Se encogió de hombros internamente. Tal vez si vivía hasta ser anciano pasaría tiempo en algún lugar como este en la noche, a menos que tuviera a alguien caliente para dormir. Recuerdos de Levi, hombre y bestia, y la extraña fusión de ambos revolotearon por la mente de Lyndon. Tenía un presentimiento de que iba a tener que acostumbrarse a pensar en él. Lyndon hizo una mueca cuando recogió el acondicionador más barato del estante. Era una marca de mala calidad y caro para dos 38 dólares, pero no había forma que las cosas en el hotel serían suficiente. Odiaba comprar artículos de primera necesidad en lugares como este, donde todo tenía una tendencia al alza de los precios que debería considerarse un robo. Lyndon miró la botella de nuevo y se preguntó nuevamente qué estaba haciendo. ¿Debería ir tras Levi? Pero, ¿qué tenía que ofrecer? Nada, realmente, es lo que regresaba. Pero si se quedaba aquí, tal vez encontraría trabajo y volvería a ser un miembro productivo de la sociedad, entonces no sería una mala apuesta. Y esta era una ciudad pequeña, así que había muchas posibilidades de que se encontrara con Levi tarde o temprano. La sola idea de volver a ver Levi envió el pulso de Lyndon a vibrar de una manera que habría sido vergonzoso si alguien lo descubría. Empujó el acondicionador bajo el brazo y tomó un champú y jabón. Pasta dentífrica, terriblemente cara y algunas otras cosas para sí mismo, junto con un paquete de seis de refrescos y botanas, y Lyndon estaba buscando un poco más de treinta dólares en productos que podría haber conseguido más baratos en una tienda real. El empleado tronó la bomba de chicle y le tendió la mano. – Eso serán treinta y dos con veintitrés. Lyndon miró al hombre, Craig decía su placa. Parecía joven, pero no mucho más joven que Levi, tal vez. ¿Qué le preguntaría Lyndon? Y ¿Levi estuvo aquí? Lyndon puso treinta y tres dólares en la mano de Craig y casi gritó de sorpresa cuando Craigle hizo cosquillas en la palma. 39 Craig le guiñó un ojo y le dio una mirada lasciva a su entrepierna. Lyndon se debatía entre sentirse halagado o sentirse sucio. Se enfocó en recoger su bolsa y salir huyendo de la tienda. Craig podría hacer lo que sea con su cambio. No fue hasta que estuvo de vuelta en su habitación, lavando a regañadientes el olor del esperma de Levi, que Lyndon pensó que podría haber sobre reaccionado al avance de Craig. El empleado era lindo de una manera tipo duendecillo, pero el estómago de Lyndon se había vuelo al revés por el toque de Craig. Extraño, considerando que había follado a hombres mucho menos atractivos antes, pero la verdad de su reacción fue aún más extraña, y un poco atemorizante. Craig lo había tocado, y la mente y el cuerpo de Lyndon se revelaron, incluso su gato se había revelado. No quería ser tocado por nadie más que Levi. Era la verdad, y no estaba seguro de que iba a hacer al respecto.... 40 Capítulo 5 Levi pasó una hora o más en el suelo, tratando de dar sentido a lo que había sucedido. Finalmente, se obligó a levantarse y debatir si debía cambiar nuevamente, pero no tenía energía. Cediendo a la necesidad empujándolo, siguió el rastro del cambiaforma puma, capaz de identificar hojas trituradas y ramas rotas, el puñado de huellas en el suelo donde el otro gato había huido fuera de la propiedad. Sus sentidos no eran tan fuertes como cuando estaba en la forma de leopardo de las nieves, pero eran lo suficientemente buenos que Levi encontró el lugar donde el olor del hombre, todavía algo fresco, se dirigía a Holton. Levi fue tentado a seguirlo, pero, ¿cuál sería el punto? Él había sido dejado atrás, después de todo, y Levi tenía su orgullo. El viaje de regreso a su cabaña dejó a Levi en tremenda confusión. Una parte de él todavía quería seguir al puma cambiaforma, por otra parte, la parte más insistente, quería volver a casa y disfrutar del recuerdo de lo que había ocurrido entre ellos, incluso cuando Levi maldijo al hombre por escapar. Eso fue lo que había hecho, escondió la cola y arrastró su culo de gatito cuando Levi se había convertido en un león o lo que sea que podría comerse a un puma. Y ¿Qué fue lo que dijo? Levi aún tenía que pensar en ello. Los pumas no son conocidos por compartir. Levi resopló mientras abría la puerta de su cabaña, 41 olvidando que el lugar era un desastre, hasta que entró y no fue así. – ¿Qué… Oscar salió del baño usando guantes de goma largos y sosteniendo una escobetilla. Miró a Levi y arrugó la nariz. – Mi libro fue más allá de lo aburrido. Hueles a semen. – Él olfateó y sus ojos se desorbitaron agitando el mojado cepillo en Levi. – ¡Y no es tu semen, no sólo, de todos modos! ¿Qué demonios pasó? – Se acercó más, agitando el desagradable cepillo. Levi dio un paso atrás y se apretó contra la puerta. – ¿Qué haces aquí tan tarde? Tiene que ser después de la medianoche. ¿Y podrías no salpicarme con lo que sea que gotea de eso? Preferiría no añadir olor de mierda a mí ya nocivo, al menos para ti, olor. Oscar parpadeó y luego miró a la escobilla como si no tuviera idea de cómo acabó en su mano. Arrugó la nariz de nuevo y murmuró algo sobre " desagradables paganos groseros" y "sus excéntricas entrañas y lamentable puntería para mear” mientras caminaba hacia el cuarto de baño, su gracia habitual faltando. Levi oyó un ruido sordo de plástico sobre porcelana y el silbido del guante siendo retirado, luego avanzó de nuevo Oscar, un determinado brillo en sus ojos. - Te dije que estaba aburrido, por eso vine aquí. Siéntate y escúpelo. – Oscar señaló el sofá, que ahora era reconocible como algo más que un montón de envoltorios de comida y latas vacías. Levi puso una mano en el respaldo del sofá y saltó sobre él, aterrizando en su culo y empujando los resortes debajo de los cojines. Estiró el cuello y le sonrió a Oscar, quien sólo rodó sus ojos 42 antes de hacer lo mismo y aterrizó al lado de Levi, excepto que Oscar se movió con gracia personificada mientras lo hacía. Oscar se mordió el labio inferior cuando se enfrentó a Levi expectante. Levi suspiró y apoyó la cabeza contra la parte superior de la camilla. La mordida en el cuello picó y silbó. Lo siguiente que supo, Oscar estaba prácticamente trepando sobre él, empujando fuera la parte trasera de la camisa de Levi. - ¡Santa mierda! – Oscar tiró un poco más hasta que Levi finalmente cedió y cayó hacia adelante. Presionó la marca de la mordida, provocando un gemido en Levi. – Wow, ¿qué has hecho… te hicieron? Los ojos de Oscar eran tan grandes que Levi no sabía por qué no salían disparados fuera de sus órbitas. - Oh Dios mío. – Oscar jadeó, golpeando su mano en el pecho. – ¿Lo hiciste, tú sabes, en forma de leopardo? ¿Tuviste sexo con un gato salvaje? No podía decidir si Oscar estaba horrorizado y emocionado con la idea y no tenía la energía para adivinarlo. La verdad es que Levi se había venido abajo después de que su hombre de fantasía había huido. Más pruebas de que todo realmente ocurrió, en caso de dudarlo. ¡El final apestaba! Levi tenía una agitación mental y le dio un codazo al brazo de Oscar hasta que su hermano se sentó a su lado sin insistir. Oscar escuchó con atención embelesada a Levi el recuento de su carrera, aunque el encuentro sexual fue acortado a un “y él se frotó contra mí después de que me vine", en un intento de Levi por 43 silenciar la fuerza de la experiencia en su mente. Además, era más de lo que quería compartir sobre su vida sexual, mientras hablaba con su hermano menor. - ¿Qué aspecto tiene? Levi fue confundido por la pregunta de Oscar, porque simplemente no había suficientes palabras, no las correctas que Levi pudiera encontrar, por lo menos. Se estableció en dar lo que pensó que era una respuesta cursi a Oscar. – Era dorado, Oz. Magnífico, grande, dorado, incluso bajo la luz de la luna. - Wow. Sí, eso casi lo cubre. Levi vio rodar algo por la mente de Oscar. Casi temía averiguar lo que era, pero sabía que no tenía otra opción. Levi siempre escuchaba a Oscar, aunque a veces no le gustaba lo que decía su hermano. Esta vez no fue tan malo, sin embargo, y era algo que Levi estaba pensando, también. - Así que hay cambiaformas. – Oscar reflexionó. – Tiene sentido, sin embargo. Pero ¿Cuánto de su naturaleza animal mantienen? Levi se preguntaba lo mismo. – Dijo que los pumas no son grandes en compartir. Oscar mordisqueó sus labios, amortiguando su voz ligeramente cuando habló. – ¿Me pregunto si él estaba hablando sobre ti? - Claro, por eso salió corriendo como un gato cuya cola fue pisoteada. – Admitirlo fue casi tan humillante como fue en la realidad. 44 - Ouch. – Oscar hizo una mueca, bajando su mano para frotar la parte trasera. – No me lo recuerdes. Pero piensa en ello. No somos criaturas solitarias como los leopardos de la nieve. Tenemos nuestra propia manada, incluso si todos son familia. Somos así debido a lo que somos, o ¿a pesar de ello? A veces Oscar podía atar cabos con palabras, pero Levi que captó la esencia de lo que decía su hermano. – La abuela Marybeth dijo que a diferencia de los leopardos de nieve de pura sangre, ella era parte de una familia de cambiaformas, una especie de pueblo o clan cerca de los Himalayas. Me hace pensar que somos más humanos, y sólo tenemos algo extra, tal vez, en lugar de una bestia salvaje aderezada con un poco de humanidad. – Levi se encogió de hombros. - Ojalá supiéramos más sobre lo que somos. – Oscar murmuró. – Todo lo que sabemos es lo que la abuela Marybeth nos dice. Levi, también lo deseaba, pero ya que la abuela Marybeth era el único vínculo que tenían consu historia, y ella había sido más que una niña pequeña cuando su clan de cambiaformas había sido perseguido y asesinado por sus pieles y partes, ella no sabía mucho sobre su historia de cambiaformas tampoco. Ellos sabían que la habilidad de cambiar provenía de la línea materna, transmitiéndose de madre a hijos. Incluso los cambiaformas machos no pudieron ayudar a poblar sus especies. Esto tendía a hacerlo sentir superfluo, pero la realidad sin duda fue que hizo más fácil la aceptación de su familia el ser gay. Lo que era bueno, considerando que parecía que 45 unos cuantos de sus primos también eran gays. Y estaba el tío Victor y su compañero Clement… - Toma una ducha. – Oscar ordenó, sacando a Levi de sus pensamientos. – No olvides visitar tu sitio de Internet para los nuevos pedidos antes de irte a la cama. Levi se levantó del sofá con Oscar tirando del otro extremo para ayudarle, o más probablemente, sólo para molestarlo, lo que implicaba que Levi necesitaba ayuda en primer lugar. Si es así, no funcionó. Levi no estaba siendo sarcástico. – Gracias por limpiar el lugar. Te lo agradezco. – Extendió la mano y le revolvió el cabello a Oscar, algo que su hermanito sólo lo tolerado de él, pero generalmente no por mucho tiempo. Oscar golpeó la mano de Levi y lo esquivó. – Te dije, que me aburría. Nos vemos en la mañana. Levi se detuvo en la puerta del baño y se volvió a mirar a Oscar, quien lo miraba con una expresión extraña en su rostro. – ¿Puedes… no decirle a nadie más sobre esto? No me importa compartir mi vida sexual con la familia. Es muy raro. – Y quería mantener el recuerdo de esta noche para sí mismo. No tuvo más remedio que explicarle a Oscar que ya estaba aquí y Levi olía a semen. Oscar asintió con la cabeza después de varios segundos pero parecía un gesto renuente. – No diré nada… por ahora. Si el puma aparece de nuevo o te hace daño, sin embargo, me aseguraré de que todos en esta familia vayan tras él. 46 Levi pensó que eso era todo lo que realmente podía pedir. – Gracias. – Le guiñó un ojo a Oscar antes de girar y entrar al baño. Puesto que ya no estaba destrozado su cuarto de baño y el baño estaba lo bastante limpio como para que brillara la taza de porcelana, Levi casi sintió que iba a ensuciar la ordenada habitación. Casi, pero no del todo. Claro, estaba cubierto de suciedad y ramas e incluso probablemente algunas garrapatas, pero también llevaba el olor y la semilla de su misterioso cambiaforma. Desnudo, Levi se puso delante del espejo sobre el lavabo y giró alrededor hasta que pudo ver la marca de la mordida como había estado deseando hacer. No era profunda, apenas había roto la piel en un par de lugares, pero era de un rojo púrpura profundo que le recordó a Levi la gruesa polla del otro hombre mientras bombeaba, vaciando su carga sobre la piel de Levi. La polla de Levi saltó por completo, calor acumulándose bajo en sus entrañas, picándolo a través de la ingle y apretando todo desde su vientre a sus pantorrillas. Hizo lo posible por ignorar su excitación hasta que abrió la ducha. Su polla se balanceaba contra su estómago, dejando manchas pegajosas en el pelo oscuro que salpicaba la parte delantera de su torso. Deseó tener más fuerza de voluntad, al menos la suficiente para lavar el semen de él primero, pero Levi no la tenía. Apoyó su trasero sobre la encimera y abrió sus piernas, se contoneó hasta que sus mejillas estaban separadas también. Levi cerró los ojos y deslizó su mano sobre su mandíbula, lamentando 47 haber lavado ya el semen de su piel allí. Trazó los lugares donde la esencia cremosa del extraño casi había chamuscado su piel. Estos puntos se sentían más calientes, más sensibles, y si era sólo su imaginación, a Levi no le importaba. Pensó que podía venirse sólo rozándolos una y otra vez. No es que fuera a hacerlo. Levi jadeó cuando empuñó su polla en un firme apretón. La mordedura del dolor lo empujó más cerca del borde. Levi llegó detrás de sí mismo, utilizó la otra mano y tiró de su culo. Siguió la ruta frotada anteriormente por una polla gruesa. Su piel allí era tierna, casi cruda, y sintió restos de seco y escamoso pre-semen bajo su toque. Levi gimió, suavemente al principio y más fuerte cuando tiró de su polla sin piedad. Sus bolas estaban ya apretados, altas en su saco. Sus muslos temblaron y olas de calor rodaron desde su ingle hasta el culo, de su vientre a sus pezones. Cada golpe en su polla resonaba en puntos de placer que no sabía que tenía, poniendo su cuerpo en un frenesí de necesidad caótica. Levi dejó que las imágenes vinieran… cabello dorado, ojos dorados, piel dorada, el gruñido y sonido que había oído cuando había sido montado. Mierda, pero deseo... – Levi no consiguió expresar su deseo antes de que el éxtasis estallara de sus bolas, bañando todo su ser en una sensación tan intensa que rivalizaba con el encuentro anterior en el bosque. Levi bombeó su polla, manteniendo los movimientos de su mano incluso después de que el último chorro de semen había sido drenado. 48 No fue suficiente, su polla seguía tierna y dolorida por su rudo trato contra el suelo del bosque hace unas horas. A pesar de que dudaba que se endureciera de nuevo durante horas, Levi no estuvo saciado. No entendía y seguro que no le gustó sentir que fue controlado por algo fuera de su control. Cuanto más pensaba Levi al respecto, más enojado se sentía. Al menos eso es mejor que fantasear sobre alguna extraña y caliente follada. Yo puedo guiar mi destino, o lo que sea. O bien, puedo actuar como un hombre y juntar mi mierda antes de convertirme en un bobalicón metrosexual, o, Dios no lo quiera, un alma sensible. Eso fue suficiente para sacar a Levi de su extraño temor. Frotó su cuerpo limpio, negándose a lamentar la pérdida del olor del otro hombre y se dijo que no pensaría de nuevo en el cambiaforma puma. No era una resolución que podía mantener, ni incluso por algunos minutos después de pensarla. Levi soñaba con su amante misterioso y despertó tan excitado que quería gritar. Masturbarse no era suficiente. Ansiaba un toque que no era el suyo, un toque de un hombre en específico. Levi esperaba que la necesidad disminuyera con el paso del tiempo, pero tenía un mal presentimiento de que no lo haría. Nadie vino a él con tanta intensidad, y temía que tendría un momento difícil sacudir los pensamientos de su sexy intruso. No le sorprendería si terminaba pensando en el hombre dorado todos los días y continuaba soñando con él por las noches, sin importar cuánto trató de olvidar. 49 Levi se burló de sus ridículas reflexiones. ¿Qué era, algún tonto del culo irremediablemente romántico? ¿Esperaría a ver si su verdadero amor regresaba? Sarcástico o no, la idea le dio una sensación cálida, temblorosa en su estómago. También envió a su polla a toda marcha, llevándola a erguirse completamente en segundos. Levi lo ignoró. Tenía que aprender cierta moderación, sobre todo porque no tenía ninguna intención de tratar de cazar a alguien que no pudo alejarse de él lo suficientemente rápido. Estaba malditamente bien tratando de superar su obsesión creciente, y empezaría por mantenerse tan ocupado que no tendría tiempo para pensar en otra cosa que no fuera su trabajo. 50 Capítulo 6 Casi una semana después del encuentro sexual más caliente que Lyndon había tenido, aún permanecía en Holton. Tuvo que ir a un par de ciudades con el fin de retirar más dinero de su cuenta, esperando que la distancia entre Holton y Jeffers alejara a quien había estado en su rastro durante meses. Pero a los pocos días, una sensación familiar de hormigueó comenzó a erizar el vellode su nuca. Se encendía y lo hacía sentir perseguido, vigilado, aunque no podía localizar de donde venía la sensación o qué la causaba. Era alguien, fue lo que sabía. Generalmente huía cuando era consciente de ser cazado, pero esta vez decidió permanecer firme. Estaba cansado de este juego, y eventualmente sería capturado por quién lo perseguía. Holton parecía un lugar tan bueno como cualquier otro para este enfrentamiento. Mientras tanto, tenía que comer. No tenía mucho dinero, y lo que tenía no se mantendría por mucho tiempo. Lyndon había estado buscando trabajo en la pequeña ciudad. Hasta ahora no había tenido suerte, pero no estaba dispuesto a darse por vencido. Los recuerdos de Levi constantemente llenaban su mente. Lyndon tenía la esperanza de verlo, pero en la semana que había estaba en la ciudad, no había cogido ni una bocanada de Levi. Lyndon empujó el deseo de volver a la zona boscosa donde lo conoció por varias razones, no la menos importante era el temor por 51 su propia vida. No conocía todos los otros olores que había captado mientras estaba todavía en forma de puma. Había otros leopardos en estos bosques, o había habido. Lyndon dudaba que ellos serían tan agradables como lo había sido su leopardo de las nieves. Y Lyndon seguía pensando en Levi como suyo, lo que era extraño, pero no pudo detenerlo y renunció a tratar de hacerlo hace un par de días atrás. Había encontrado a que raza de leopardo pertenecía Levi, gracias a la pequeña biblioteca a pocas cuadras de su hotel. Se preguntó qué hacía un leopardo de las Nieves, varios leopardos de las nieves, en Colorado, a medio mundo lejos de donde se originaron. Hubo muchas preguntas que Lyndon tenía, pero lo que realmente quería era tocar a Levi nuevamente, olerlo y sentir ese cuerpo poderoso debajo de él. La intensidad de la sensación de ser observado aumentó repentinamente. Fue tan fuerte que su columna casi vibraba. Entró en Jambree, la cafetería, tratando de convencer al propietario de contratarlo para limpiar mesas o la cocina, todo lo que podía conseguir. Lyndon comenzaba a desesperarse, y los empleos en una ciudad de este tamaño eran escasos. Su cuello picaba y Lyndon se abstuvo de rascarse. Empezó a tener dudas sobre su estancia aquí, no porque tenía miedo, sino porque traía el peligro a esta ciudad. Tal vez sólo sería peligroso para sí mismo… nadie más a su alrededor hasta el momento había sido herido, no que él supiera. ¿Por qué tenía que preocuparse ahora, de todos modos? Dudaba que Levi quisiera conocerlo. 52 Había sido una estupidez pensarlo, esperarlo. Realmente, debería haberlo sabido mejor, especialmente después de la forma en que trató al chico, dejándolo tirado en el suelo cubierto de esperma. Sí, Lyndon era un buen partido. Levi probablemente se lavó el esperma de Lyndon y no le daría a Lyndon otro pensamiento. Pero alguien tenía que pensar en él, podía sentir la intensidad de la mirada oculta que acariciaba su espalda. Lyndon saludó al Sr. Hernández cuando el hombre siguió quejándose de la economía. Como si Lyndon no fuera consciente de ello. Sus ahorros se agotaban rápidamente. No ayudó que había estado comprando alimentos en lugar de cazarlos y pagar por la habitación del hotel, pero recordó el olor de otros cambiaformas en el bosque y pensó que después de lo que le había hecho Levi, sería más prudente permanecer lejos de esa zona a menos que Lyndon quisiera correr el riesgo de ser colgado o fusilado. Pero pensó que si se veían en la ciudad, como hombres, pudieran hablar… o Lyndon podría humillarse. Lyndon agradeció al Sr. Hernández por su tiempo y salió de la cafetería con las manos metidas en los bolsillos de su chaqueta ligera para ocultar la forma en que los había empuñado. Estaba cansado de sentirse perseguido, cansado de tratar de averiguar por qué estaba siendo cazado. Sabiendo cuan territorial podría ser un puma, lo entendía en estado salvaje, pero quien lo estaba persiguiendo no era simplemente un puma. Eran seres humanos, también, capaces de tener lógica, emociones y razón, aunque tal vez su acosador no tenía nada de ello. 53 En el exterior, Lyndon miró a su alrededor con disimulo. No vio a nadie fuera de lugar en su primer barrido visual, y se estaba familiarizando con la ciudad en la semana pasada. Lyndon era observador, tenía que serlo para sobrevivir, así que el hecho de que no pudo encontrar a quién lo estaba observando era una patada a su orgullo. Por mucho que le gustaría creer que estaba siendo paranoico, no podía, no cuando se había despertado en una bonita zona arbolada de Pennsylvania, sólo para encontrar excremento de otro puma no muy lejos de donde descansaba. Por si acaso podría haber perdido esa señal, el otro puma había arañado tantos árboles como fue posible, y dejó el cadáver en descomposición de un ciervo en el lugar exacto en el que Lyndon había entrado en la zona. El cambiaforma pudo haberlo atacado, pudo haber terminado este escalofriante juego del gato y el ratón. Eso le había dicho a Lyndon que el tipo era realmente un enfermo bastardo que disfrutaba de la caza, disfrutada jugando con él. Bueno, él no estaba disfrutando ni un poquito, y lo terminaría. Si eso implicaba su muerte o la del otro cambiaforma estaba por verse. Lyndon estaba tan perdido en sus pensamientos que casi se perdió al lindo hombrecito rubio saliendo de una gran camioneta negra. Descuido que podría costarle a Lyndon la vida. Por supuesto, a veces pensaba que podría no preocuparse así, pero esos momentos bajos generalmente pasaban rápidamente. Mejor poner su cabeza en su sitio y estar más alerta si quería alguna posibilidad con Levi. No vayas por ahí. Él puede no quererme, no ahora. 54 Lyndon se deslizó hasta el borde de la acera cuando el rubio siguió su camino. Miró a los ojos azul pálido del joven hombre y fue golpeado por descubrirlo mirándolo fijamente, pero giró a la derecha del camino de Lyndon… y no parecía que se detendría. Algo aliviado en su pecho, un nudo de la preocupación por que hubiera sido encontrado. Quién fuera este extraño, Lyndon no podía creer que fuera el mismo hombre que lo cazaba. ¿Era esto por lo que se sentía observado? Lyndon pensó que debía ser, con la forma en que esos ojos azules nunca lo abandonaron. Se preguntó qué había hecho para atraer la atención de este hombre. Por alguna razón, parecía decidido a ponerse en el camino de Lyndon. Lyndon estaba curioso y lo suficientemente irritado como para dejarlo. Esto puede ser divertido. Lyndon arqueó una ceja hacía el chico, luego se dirigió hacía un pequeño callejón entre la minúscula tienda de segunda mano y una ferretería. Estaría sorprendido si el tipo tuviera las bolas… - Eres un idiota, ¿lo sabes? Bueno, sin duda tenía más pelotas que sentido común. Lyndon pensó que era una buena cosa que fuera media mañana, de lo contrario la multitud de almuerzo, ya que así era, estaría fuera de casa, y esta confrontación en puerta sería presenciada cuando preferiría que no lo fuera. Lyndon se giró a medio camino entre la estructura de madera de los edificios y le dio una mirada hirviente. No pareció molestar al hombre-niño. Parecía muy joven, un poco. El rubio caminó hacia él y empujó un dedo en la cara de Lyndon. Lyndon no podía dejar de notar que faltaban un par de sus 55 dígitos. Se encogió antes de que pudiera enredarse a sí mismo y vio su reacción registrarse cuando la expresión del otro hombre se ensombreció. - Tú eres el hijo de puta dorado que estaba en nuestra propiedad hace una semana. – El hombre más joven gruñó. Lyndon se mantuvo muy quieto cuando el olor del hombre finalmente lo alcanzó. Si hubiera estado en forma de puma, se habría dado cuenta mucho antes.
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