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2 OSCAR Manchas de Leopard0 02 Por Bailey Bradford 3 Oscar Travis siempre ha sido diferente, y no sólo porque es un cambiaformas leopardo de las nieves. Pequeño y bonito en una familia donde incluso las mujeres son más grandes y fuertes que él, Oscar ha sido protegido por ellos, con excepción de las veces cuando nadie podía mantenerlo a salvo. Cuando tuvo que tomar la vida de otra cambiaforma para proteger a su propia familia, el mundo de Oscar se convirtió en un lugar terrorífico, al menos en su cabeza, no es que permitirá a su familia enterarse. Sin embargo, ayuda a su padre Henry a cazar al cambiaforma puma que está tratando de destruir a uno de los integrantes de su familia, su cuñado Lyndon. Es por eso que Oscar se encuentra en San Antonio. Curiosidad — siempre la potencial perdición de Oscar — es la razón por la que está en uno de los más grandes clubes gays nocturnos de la ciudad. Y es su mala suerte por la que es acorralado por cuatro cambiaformas desagradables quienes arruinan su noche. Josiah Baker tiene otros planes para Oscar, planes de compañeros y un para siempre, pero una vez que se asegura que su gatito está a salvo, es descartado como una puta de dos dólares. Lo bueno es que es un cambiaformas también, y determinado a no rehuir a la actitud de Oscar. Él ve al hombre que sufre detrás de la hermosa fachada, y nadie detendrá el final feliz que Oscar y él se merecen. 4 Capítulo 1 Oscar Travis no se consideraba un cobarde por cualquier medio, pero estaba seguro de no temblar duramente de miedo cuando se encontró acorralado por cuatro enormes hombres. No sólo hombres. Cambiaformas. Como él, excepto que ellos no eran leopardos de las nieves. No eran cambiaformas puma tampoco, como el cuñado de Oscar, Lyndon, y puesto que Oscar sólo había estado alrededor de los de su propia especie hasta que Lyndon había aparecido, no reconoció el olor amargo picante de los cuatro hombres. Enormes. Cambiaformas. Por lo tanto mucho más peligrosos que meros hombres. Uno de ellos — posiblemente el más grande de los cuatro, aunque fue difícil para Oscar decirlo — se inclinó y olió. — Huele como un coño para mí. ¿Cómo demonios se las arregló para entrar en tales líos fenomenales? Todo lo que quería hacer era revisar el club, y su pequeña aventura estaba al borde de un desastre. Perdió la punta de un par de dedos en una trampa, había sido derrocado en el baño de la escuela más de una vez, y se fue dejado con el culo desnudo en el vestuario del gimnasio cuando algún idiota se había llevado toda su ropa mientras él se bañaba. Había sido 5 intimidado y si no hubiera sido inteligente y rápido, probablemente habría sido herido gravemente en lugar de sólo tener la mayor parte de su orgullo dañado. Pero si hubiera sido realmente más inteligente en estos días, no habría estado en peligro, en primer lugar, no habría sido herido, ¿verdad? Lo que era más o menos el caso del lío en que estaba metido está noche — no había sido inteligente en absoluto, estaba cachondo. Papá realmente va a estar molesto. Esto coronaba todas sus anteriores y sucesivas llamadas y desastres, eso era seguro. El labio superior Oscar parecía decidido a acurrucarse en un gruñido, a pesar que su cerebro le dijo que no lo hiciera. Los cuatro cambiaformas rieron y se palmearon las espalda uno al otro. Sí, eran brillantes, así como una pila un montón de mierda era brillante. — No creo que este pequeño chico se divierte. — Dijo otro de los cambiaformas. Este tenía el pelo naranja y pecas, y parecía que podría romper a Oscar en dos en un santiamén. — Pequeño coño, quería decir. — Murmuró el tercero, que olía particularmente repugnante. — Apuesto a que el suyo es agradable y apretado. ¿Alguna vez has tenido a un verdadero hombre follando tu coño? Las mejillas de Oscar no podían estar más calientes. Nunca había oído la palabra coño en referencia a cualquiera de sus propias partes del cuerpo antes de esta noche, pero era lo suficientemente rápido para saber qué parte de él se refería, incluso si ellos tuvieron 6 que decirlo dos veces para que lo entendiera. Y maldito si iba a ser violado por un grupo de apestosos, bastardos estúpidos. Esperaba por Dios que los porteros de aquí estuvieran prestando atención. Oscar levantó la cabeza y rastrilló al hombre con una mirada mordaz. — Lo tengo, y he venido aquí en busca de un hombre de verdad. Si tú pendejo te mueves, tal vez pueda encontrar uno. — Y con eso, Oscar atacó. Tuvo tiempo suficiente para iniciar un concentrado cambio, algo en lo que estaba trabajando — algo que no sabía que era posible hasta se le ocurrió para tratar hace unas semanas. Se alegró de que le habían dado una oportunidad, porque ya tenía la punta de sus garras en las patas en lugar de los puños en sus bolsillos, por lo que lanzó a los idiotas alrededor en un espiral y dando a Oscar la ventaja que necesitaba desesperadamente. Se había hecho muy bien coordinado una vez que atravesó esos horribles años de adolescencia. Oscar deslizó la mano derecha sobre el pecho del hombre más grande, mientras atrapó la mandíbula del de pelo naranja. Trató de mantener sus garras fuera tanto como pudo. Lo mismo ocurrió con el golpe en el pecho. Oscar sólo quería asustar a estos matones, no matarlos. Aún. El pensamiento envió un escalofrío por su espalda. Siempre temía que quisiera matar de nuevo, incluso si no quiso hacerlo la primera vez. Aun así, él era parte animal, una parte salvaje, y había 7 sido la parte indómita la que había desgarrado la garganta de otra cambiaforma. ¿Y si sucede otra vez? Oscar empujó el pensamiento a un lado mientras echó hacia atrás el puño y se preparó para atacar. Los dos cambiaformas que había golpeado hace un minuto aullaban y sujetando sus heridas. Supuso que no había sacado sus puñetazos tanto como pensaba hacer. Eso, o los idiotas se abalanzaron. No sabía que fue ya todo pasó tan rápido. Oscar retrocedió hasta que estuvo contra la pared y miró a los otros dos. Levantó sus patas e hizo su mejor imitación de héroe de película, moviendo dos dedos en un gesto de “vamos”, lo cual no era fácil considerando que sus manos no eran humanas. — Vamos. — Gruñó, por si acaso su intención no fue clara. — Marica. — El menos musculoso de los cambiaformas escupió. — ¡No vales la pena tanto esfuerzo para follar! — No dejaría que me folles. — Oscar retrocedió. Iba a señalar la gran diferencia entre follar y lo que ellos tenían la intención de hacer con él, pero un bajo y sordo gruñido, que Oscar sintió más que escuchó, lo hizo cerrar la boca y algunos de los otros cambiaformas gimotearon. — ¿Hay algún problema? Oscar se sintió débil — con alivio, se dijo — al ver a un hombre corpulento usando un polo L’Annex que se extendía sobre su pecho musculoso. Su cabello castaño estaba cortado en un corto estilo militar y tenía una de esas anchas mandíbulas que le daba una 8 apariencia dura y severa, o al menos eso fue lo que Oscar pensó. Por lo que era el portero, este tipo tenía que ser el epítome de lo que uno de ellos debería lucir. A sus cinceladas características se añadían un par de helados y pálidos ojos de color claro y el hombre de fantasía de los sueños húmedos de Oscar sólo se había vuelto realidad. El cambiaforma del cabello naranja señaló a Oscar. — ¡Él empezó! La boca de Oscar se abrió con incredulidad y balbuceó. — ¡No lo hice! Ellos lo hicieron. Oscar tardíamente se dio cuenta que no era totalmente humano en apariencia cuando señaló a su acusador. — Oh mierda. — Comenzó a cambiar sus patas en manos. ¿Tal vez el portero podría pensarque llevaba guantes o algo así? Sólo que él gruñó de nuevo, un verdadero y profundo rugido animal, y Oscar sintió el primer verdadero tirón de temor. El sonido no era ni remotamente humano, y se obligó a mirar al portero, cuyo nombre era Josiah, de acuerdo a la placa en el lado derecho de su pecho. Oscar pensó que sólo podría estar ahora en más problemas de lo que estaba hace unos minutos. — ¡Largo! Oscar esperaba que Josiah también se refiriera a él. Los otros cambiaformas comenzaron a desaparecer, murmurando, y Oscar trató de deslizarse a lo largo de la pared, pero dos cosas lo detuvieron. La primero fue escuchar al cambiaforma del pelo naranja decir “Sí, alfa”, y la segunda fue la mano de Josiah en su pecho, fijándolo en su lugar. 9 Entonces Oscar olió, el aroma de caliente excitación y herboso mezclado con un olor almizclado que no podía identificar. Emanaba de Josiah y cubrió a Oscar como una capa invisible. También lo asustó como nada lo había hecho en mucho tiempo. — Déjame ir. — Oscar estuvo muy cerca de perder los estribos por completo. Agarró la muñeca de Josiah con ambas manos. El corazón le latía con tanta fuerza en el pecho, tenía miedo de que pudiera salir disparado si Josiah lo liberaba. Pero Josiah no lo hizo, y el temperamento de Oscar se desbordó, ahogando el sentido común. — ¡He tenido que ser jodido por grandes, musculosos y estúpidos imbéciles esta noche! — Clavó las uñas en el brazo de Josiah y pateó con un pie. No tuvo ningún efecto sobre Josiah y Oscar se volvió casi frenético en su intento de escapar. No, no había sido lastimado, pero Oscar había estaba siendo intimidado hasta que se graduó de la escuela secundaria. Ahora, todo lo que había sucedido desde que entró en el bar gay había despertado recuerdos de aquellos años infernales. Esta noche iba a proporcionarle un nuevo lío de problemas. Todo lo que quería hacer era quizá bailar con un chico, ver lo que se sentía el tener los brazos de un hombre a su alrededor, sintiendo la polla del otro hombre frotándose contra él mientras se movían con una canción lenta. Tal vez, si se sintiera excepcionalmente valiente, habría habido algunos besos también. Oscar no había hecho ninguna de estas cosas 10 antes, y dudaba que tuviera otra oportunidad para ellos por un tiempo. No era como Holton, la ciudad más cercana a donde vivía, era un hervidero de delicias gays. Ahora todo lo que conseguiría esta noche era ser incluso más jodido. Oscar abrió la boca, listo para gritar, porque seguramente alguien se daría cuenta del hecho de que estaba siendo atacado. No se le ocurrió en su pánico que él era el único que atacaba, no hasta que Josiah gruñó y se tambaleó hacia delante. Oscar había golpeado con fuerza en el interior de su muslo, y ahora se daba cuenta que iba a morir a causa de ello. Josiah se sacudió inestable y Oscar, con su espalda arañando la pared, trató de empujar lejos a Josiah, pero fue inútil. El aliento de Oscar brotó de sus pulmones como si Josiah le cayera encima. — Miiiiierda. — Oscar graznó, asustado de que algún par de sus costillas estuvieran rotas. Sus brazos estaban sujetos y Josiah tenía que pesar al menos 90 kgs, y era unos 30 cms más alto que Oscar. Oscar tuvo el suficiente sentido de girar la cabeza, pero su rostro seguía siendo aplastado entre el pecho de Josiah y la pared. Como cuestión de hecho, todo de Oscar estaba siendo aplastado. — Estás excitado. — Gimoteó, porque no podía manejarlo del todo. Josiah gruñó y Oscar lo sintió claramente hasta sus pies. Curiosamente, él también parecía encender algunos interruptores eróticos, lo que perturbaba a Oscar casi tanto como lo había estado momentos antes, cuando se había cabreado con Josiah. 11 Pero, ¿en serio? ¿Conseguir una semi erección ahora, de todos los tiempos? ¿Qué diablos estaba mal con él? — Alto. Oscar no se había dado cuenta que comenzó a arañar a Josiah de nuevo hasta que le ladró bruscamente esa orden excitándolo. Oscar se retorció, sin embargo, ¡porque realmente quería ser capaz de respirar pronto! Josiah siseó y la siguiente cosa que Oscar supo es que le dio un poco de espacio, muy poco, y estaba siendo levantado justo sobre sus pies, cuando Josiah lo miró a los ojos. — ¿Esto es lo que consigo por rescatarte? — ¿Rescatarme? — Oscar murmuró, pensando que debería haber tratado más duro de hacer algún daño a Josiah, ¡capullo arrogante! — ¡Tenía todo bajo control! La expresión de Josiah no cambió, de alguna forma se las arregló para parecer aún más intimidante. Era una buena cosa que Oscar había sido inmunizado ante la intimidación. Prueba de fuego y todo eso1. — Bajame tu gran… Oscar definitivamente no esperaba lo que sucedió después. Josiah se acercó, acercando su rostro. Oscar hizo una mueca, pensando que estaba a punto de conseguir un cabezazo del infierno. Sólo sabía que su cerebro iba a ser escurrido fuera de sus oídos. 1 Una prueba de las habilidades o el carácter de alguien bajo presión. 2 Sass and ass, literalmente descaro y culo, pero en inglés ambas palabras riman. 12 Cerró los ojos, sin querer ver la colisión inminente, sólo para abrirlos abruptamente cuando una cálida y húmeda boca se inclinó sobre él. 13 Capítulo 2 Jesucristo, el pequeño gatito sabía tan bien como olía. Josiah, no solía gemir o hacer cualquier otro ruido cuando se trataba de sexo ni besos ni nada de eso, pero no pudo reprimir el sonido que salió de su boca hacía su pequeño rubio. Probó tanto como para volverse adictivo. Y él era un luchador, algo que Josiah admiraba, aunque probablemente no debería haberse sorprendido. Había una razón por la que gente hablaba sobre el síndrome de las personas de baja estatura, porque existía. Obviamente el sexi cambiaforma al que estaba besando tenía una maldita buena dosis de eso, lo cual era excelente ya que a Josiah nunca le había gustado un felpudo. Denle un hombre con una gran cantidad de descaro y culo2, eso siempre había sido su lema particular. No es que alguna vez iba a decirlo en voz alta, sin embargo, debido a que era cursi. Josiah inclinó su cabeza para un mejor ángulo, más control, y descubrió que su gatito no era un pusilánime. Uñas afiladas perforaron su piel cuando el joven hombre cambió sus manos a garras, y Josiah definitivamente sintió los alargados incisivos arañar su lengua. Y eso... eso sólo encendió su excitación a un nivel que no podía recordar haber experimentado antes. 2 Sass and ass, literalmente descaro y culo, pero en inglés ambas palabras riman. 14 Aun así, recordó claramente el miedo que sentía y el olor rodando fuera del joven hombre. Eso fue lo que atrajo a Josiah hacía el grupo, junto con el hecho de que sabía que Hudson y sus amigos eran un montón de mierda ignorante que a menudo necesitaban ajustes de actitud. Usualmente en forma de una patada en el culo. Josiah había cumplido con sus necesidades en más de una ocasión, y esta noche no habría sido una excepción si Hudson no hubiera sido bueno en el camino de ser pisoteado por el tiempo en el Josiah llegó. Esperaba completamente abrirse paso en una pelea en cuestión de segundos, pero en lugar de eso, se encontró casi en un trance por un pequeño y muy bonito paquete de ira y ferocidad que aceleró su pulso como nadie lo había hecho antes. Este intrigante cambiaforma le estaba enseñando todo tipo de cosas nuevas sobre sí mismo. En primer lugar, le gustaba el aguijón del dolor mezclado con placer, y segundo, Josiah no era el único que podía hacer un cambio parcial.Era casi como si hubiera encontrado a su igual. Menos la diferencia en sus tamaños, edades y la especie de cambiaformas, por lo menos. Josiah no cedió el control, sin importar lo mucho que el otro cambiaforma mordía y lo arañaba. En todo caso, cada vez que el dolor fue infligido sobre él, hizo a Josiah más decidido a no ceder ni un milímetro. Pensó que alguien tenía que mostrarle a este hombre que la fuerza no tenía que ser brutal, y Josiah no estaba siendo un bruto, manteniendo su abrazo firme pero cuidadoso, su beso tierno y determinado. 15 No era como si su gatito estuviera tratando de quitárselo de encima, tampoco. No, sólo quería empujar a Josiah para poner a prueba sus límites. Josiah sabía que podía estar equivocado, pero no lo creía así. Había algo familiar en el otro hombre, y llamaba a Josiah de una manera que no era exactamente lógica, pero su cerebro estaba muy confundido con la lujuria. No podía analizar a través de sus pensamientos caóticos para tratar de averiguar lo que estaba pasando sin reconocer el la lujuria hirviendo en su interior cada vez más. Mantente fuerte. Josiah se sacudió con las palabras. No había hablado, pero las escuchó claro como el día en su cabeza. Eso lo sorprendió, por decir lo menos, y muchas cosas comenzaron a hacer clic juntas, las piezas del rompecabezas deslizándose en su lugar perfectamente. Repentinamente no se sentía tan seguro de lo que estaba haciendo. De hecho, estaba al borde del pánico, algo que nunca le sucedió. Josiah rompió el beso, tirando hacia atrás, jadeando y tratando de no dejar que su desconcierto se mostrara. Sostener al pequeño hombre no era tenso del todo, pero los brazos de Josiah temblaban y su cuerpo fue arrastrado por las olas de la fuerza que minaban la emoción y el miedo. — ¿Quién eres? — Finalmente logró preguntar mientras miraba a los ojos tan azules, incluso la tenue iluminación en el club no pudo ocultar su belleza. El color oscuro era estriado con rayas finas de oro, tan finas para ser pasadas por alto. Pero los sentidos de 16 Josiah eran mejores, y ya estaba en sintonía con este hombre como nunca había estado con otro. — ¿Por qué? ¿Me acosarás? ¿Era una nota de esperanza lo que había escuchado allí? Josiah pensó que así era, y se sintió un poco mejor sabiendo que no era el único sintiendo esta increíble atracción. Fue difícil conseguir las palabras más allá del deseo que parecía estrangularlo, pero Josiah no era nada si no persistente. — No, pero necesito saber tu nombre. — Antes de que tengamos sexo. Preferentemente. En este punto, sin embargo, se conformaría con sólo sentir esos labios carnosos alrededor de su polla. Cuando parecía que no iba a recibir una respuesta, Josiah abrió la boca para preguntar de nuevo, sólo para reprimir un grito cuando el joven intrigante golpeó una rodilla muy cerca de las nueces3 de Josiah. El dolor explotó en su ingle y el gruñido que brotó de él llevaba la amenaza que no podía verbalizar. Josiah no le haría daño, pero malditamente muy seguro de girar al lindo cambiaforma sobre su rodilla y calentar su culo si no dejar de tratar de causar daños graves. — ¡Basta! — Josiah bullía mientras luchaba contra la agonía creciente causada por el otro, más acertadamente por una rodilla. Acuñó una de sus piernas entre las del rubio y se inclinó. — ¿Quién. Eres. Tú? Realmente no esperaba una respuesta, no cuando podía ver la ira en el rostro del otro. Sin embargo escuchó un nombre — Oscar — 3 Forma coloquial de referirse a los testículos. 17 justo antes de que el dolor rodara por sus antebrazos. Esta vez, Josiah no pudo contener un grito, no cuando Oscar no se molestó en moderar su ataque, y había llevado sus garras tan profundas que la sangre inmediatamente fluyó de las heridas. — Tú, pequeño… — Josiah se detuvo allí, consciente que al llamarlo "pequeño" no habría nada probablemente que lo haría congraciarse con Oscar. Tal vez se merecía ser golpeado después de todo. Josiah tomó un buen y profundo respiro, absorbiendo el olor de Oscar en sus huesos antes de retirarse lentamente y bajarlo hasta que sus pies tocaron el suelo. — Me vuelves a lastimar y voy a tostar tu piel, gatito. Oscar gruñó y lanzó un golpe terrible que habría requerido puntos de sutura si Josiah no hubiera saltado hacia atrás. — ¡Oh mierda, idiota! Todos los grandes estúpidos matones creen que pueden hacer lo que quieran con la gente más pequeña. Ya es hora de que alguien te enseñé y otros como tú buenos modales. — No hay nada más peligroso que un hombre con una astilla en su hombro. — Murmuró Josiah, citando a su difunta abuela. Levantó las manos e ignoró la sangre que corrió hasta sus codos. — No soy el único siendo violento. Oscar abrió la boca, y luego la cerró de nuevo. Tragó saliva mientras miraba a los brazos de Josiah. Josiah creyó ver cierta simpatía allí y casi había decidido señalar a Oscar donde más le dolía, pero ni la mitad de una mente fue suficiente para hacerle saber que sería un error. Oscar estaba obviamente herido de una manera mucho peor en el interior de lo que Josiah estaba por fuera. 18 Josiah bajó las manos un poco, pero las mantuvo entre él y Oscar. — ¿Te he hecho daño? Oscar se acercó y tocó sus labios, pareciendo más reflexivo que enfadado. Estaban hinchados y de un profundo color rosa, y Josiah quería lamerlos y dejarlos relucientemente húmedos. Apostaría a que podía arrancar los más deliciosos sonidos de Oscar, acababa de besarlo. Él, sin duda, haría nuevos sonidos. Mirar a Oscar tocar sus labios estaba agitando en Josiah una necesidad de rogar, y ciertamente nunca había hecho eso antes. Oscar estaba trayendo todo tipo de nuevas experiencias para Josiah, pero se supone que no debería estar sorprendido. Después de todo, Oscar era su compañero. No creía que Oscar había captado ese hecho todavía. O, y era una idea horrible, pero por lo que sabía, los cambiaformas leopardo — había visto las rosetas en las garras de Oscar — podrían no tener compañeros. ¿Cómo podría una relación funcionar entre ellos, si ese fuera el caso? Los cambiaformas lobo se apareaban de por vida. Sin duda, ¿el destino no lo jodería con una pareja que no era capaz de unirse con él de la misma manera? Oscar parecía ser totalmente inconsciente de la agitación interna de Josiah. Se frotó el labio inferior y miró a Josiah. — Por lo tanto, ¿me dejarás ir? — ¿Dejarte ir? — Sólo decirlo hizo doler el pecho de Josiah, pero vio cómo los ojos de Oscar se estrecharon y sus fosas nasales se dilataron. Ahora no era el momento para provocar a Oscar u ofrecer cualquier explicación, no cuando Oscar estaba obviamente a punto 19 de atacarlo de nuevo. Josiah podía defenderse, pero no estaba seguro de poder hacerlo sin lastimar a Oscar, y simplemente eso no iba a suceder. Josiah dejó caer las manos a los costados y dio otro paso atrás. — Claro, pero por lo menos déjame verte como vuelves a salvo de dónde vienes. Hudson y sus amigos tienden a llevar rencores y no te pondría por delante de ellos para tratar de abordarte nuevamente. — Mierda. — Oscar espetó, y con una sorprendente explosión de velocidad, corrió pasando a Josiah. Más pequeño y ágil, Oscar salió por la puerta antes de que Josiah se abriera camino a través del club. Está bien, sin embargo. Josiah sonrió, sintiendo cada parte del lobo en su interior. Tenía el olor de Oscar y Oscar era su compañero. No había ningún sitio a dónde fuera su gatito que Josiah no lo encontraría. 20 Capítulo 3 Cuando Oscar regresó a la habitación del hotel, estaba tan nervioso e impaciente que quería gritar. Por lomenos, volvió antes que su papá, sin embargo, por lo que no tendría que explicar dónde había estado y cómo su pequeña aventura se convirtió en una gran y monumental mierda. ¡No tengo porque permanecer en la habitación del hotel! ¡No soy un jodido niño! Oscar paseó por la habitación, sin verla realmente. No le importaba cómo el lugar estaba decorado o lo que sea, siempre estaba limpio y no olía. Echaba de menos el olor delos pinos y los abeto, de la hierba y el suelo. San Antonio olía principalmente a monóxido de carbono y metal, o prácticamente lo mismo que cualquier otra gran ciudad en la que Oscar había estado. Se alegró de que su hotel no estaba lejos del club al que había ido en San Pedro, de lo contraría habría terminado tomando un taxi, y esas cosas estaban más allá de lo ofensivo para su sensible nariz. Bueno, las ciudades en general lo eran. ¿Era así para otros cambiaformas? Si es así, ¿cómo demonios cualquiera de ellos lo soportaba? Sólo de pensar en cómo la ciudad olía y el hedor de la lujuria y el odio que sus probables atacantes habían exudado le ponía a Oscar 21 la carne de gallina. Se debatió en sí cerrar la puerta con llave, y luego decidió no hacerlo. Si su papá regresaba mientras que Oscar estaba tomando un baño, preferiría no tener que lidiar con salir y chorrear agua por todo el lugar. Además, no había ninguna razón para que las cerraduras regulares no funcionaran. Oscar fue al baño y se desnudó rápidamente, ansioso por sentir el agua caliente en su piel. Tomó una breve mirada de sí mismo en el espejo sobre el lavabo. No era sorprendente, que todavía era demasiado delgado, demasiado corto, demasiado femenino en la cara a pesar de que mantenía su cabello en un estilo alto y estrecho4, en un intento de parecer más masculino. Todo lo que realmente hizo fue destacar sus grandes ojos y sus pómulos afilados, ¿tal vez debería considerar dejarse crecer el cabello y esconder más de sus características? Uno de esos peinados tipo emo con mechones largos o grandes trozos de cabello colgando sobre un ojo. Oscar dio un suspiro de disgusto y agitó su mano en el espejo mientras se alejaba. ¿Por qué estaba preocupado por su apariencia de todos modos? No era como que si iba a tener un novio pronto. Realmente, ¿cuán estúpido era? Había sido ilusorio creer que iba a quedar con un chico lindo y agradable y que bailaría con él y tal vez darle un beso de buenas noches en la puerta de la habitación del 4 Es una variante del corte de cabello de estilo militar. 22 hotel. ¿Y qué habría pasado si hubiera encontrado a alguien como su chico imaginario? Nunca lo habría visto de nuevo. Pero habría tenido un buen recuerdo de un hombre tocándome. Tener a Ritchie Burrows empujándolo contra los casilleros o tratar de meter su cabeza en la taza del wáter y tirar de la cadena ciertamente no eran buenos recuerdos, incluso si Ritchie había sido el apuesto mariscal de campo. Había sido un idiota colosal, y Oscar esperaba que alguien metiera la cabeza de Ritchie en un inodoro sucio y jalara la cadena en una base regular. A veces pensaba que nunca superaría el estar enojado por la forma en que fue tratado en la escuela, pero lógicamente, Oscar sabía que tenía que intentarlo. Era difícil. Si no estaba teniendo pesadillas sobre esos años infernales, tenía pesadillas acerca de perder sus dedos en una trampa. Aunque tal vez no estaba soñando tanto como estaba recordando esa horrible experiencia. Aun así, fue poco comparado con la otra cosa que soñaba, tampoco era algo ficticio, pero un recuerdo de no mucho tiempo. Era la peor de todas sus pesadillas, sueños y recuerdos. No había manera de que pudiera describir el miedo enfermizo que lo arrastraba del sueño, llevándolo a despertar para encontrarse sentado, la mandíbula dolorida con un grito que no podía soltar. Y siempre estaba el sabor de la sangre, tan penetrante y abrumador. Se levantaba para cepillarse los dientes y hacer gárgaras en vano. Después de despertar con el recuerdo de arrancar la garganta Albert 23 Tavares, el sabor de la sangre del cambiaforma muerto se mantenía por horas. — Basta. — La voz de Oscar áspera, necesitando el sonido de su voz para sacarlo de sus pensamientos. Entró en la ducha y abrió los botones de encendido, sin importar si se congelaba al principio. Lo hizo, y tomó toda su fuerza de voluntad permanecer bajo el flujo helado hasta que se calentó. No era penitencia, sólo necesitaba ser más varonil, o lo que sea. Después de eso, Oscar trató de bloquear todos los pensamientos desagradables del pasado. Se dijo una y mil veces que no había tenido otra opción a la hora de matar a Albert, y no la había. Albert habría matado a Lyndon, el cuñado de Oscar y el medio hermano de Albert. No había otra opción. Pero, podía pensar en Josiah. Oscar nunca lo habría admitido en ese momento, pero ser intimidado por el gran gorila lo había transformado en algo feroz. Tuvo que luchar realmente para evitar estallar la excitación. Cuando Josiah se había apretado contra él... bueno, había sido la experiencia más erótica de la vida de Oscar. Por otra parte, en realidad no había tenido experiencias eróticas que no implicaran su propia mano. El hecho de que Josiah era un cambiaforma, también, era una ventaja. Quizás. Oscar no estaba seguro. Ni siquiera sabía que había otros tipos de cambiaformas hasta que su hermano Levi conoció a Lyndon, un cambiaforma puma. Pero, ¿qué tipo de cambiaforma era Josiah? Desde luego, no había olido como un leopardo o un puma. 24 ¿Y cómo Josiah lo había llamado gatito? Normalmente, el nombre de una mascota tendría a Oscar enfurecido, pero Josiah tenía una especie de ronroneo cuando lo dijo. Su voz se había espesado, profundizado, incluso calentado, hasta que sonó como una aproximación verbal del chocolate negro fundido, el alimento favorito de Oscar en el mundo. Mmm, chocolate y sexo. Definitivamente mejor que pensar en otras cosas. Oscar dejó el recuerdo de la voz de Josiah sonar en su cabeza, y no fue sorprendente la rigidez de su polla casi al instante. Tomó la pequeña botella de acondicionador proporcionada por el personal del hotel cuando rememoró las características de Josiah, su musculoso pecho y brazos, y la fuerte y obstinada mandíbula. Labios ligeramente finos, besos oscuros y húmedos… — Ungh, sí. — Oscar jadeó mientras empuñó su polla. Extendió la mano hacia abajo y ahuecó sus bolas con la otra mano. — Ohhhh... — Normalmente Oscar podía tomar su placer, pero el pensamiento de Josiah fue un cortocircuito en su control. Sus pezones se endurecieron y dolían, y no podía mantener un ritmo constante mientras se masturbaba. Tiró de sus bolas para tratar de hacer retroceder a su rápido clímax acercándose, pero el sonido de la puerta de la habitación del hotel siendo cerrada de un portazo estranguló su orgasmo como nada más podría haberlo hecho. Oscar quería llorar cuando alejó de golpe sus manos de sus partes. Con su sensible oído, cada movimiento que su padre hizo en el exterior sonaba muy muy fuerte para él. Siendo ese el caso, desde 25 luego, no quería que su padre lo escuchara meneársela. La idea era aún más traumática que ser abordando en el club anterior. No le llevó mucho tiempo terminar de limpiarse, ya que parecía que cada sonido que escuchaba proveniente del dormitorio principal estimulaba a que se diera prisa. Oscar sujetó una toalla y luego se cepilló los dientes. Una inspección detallada de su rostro no mostraba signos de vello facial masculino necesario para afeitarse. Pasó su reflexión antes de envolver la toalla alrededor de sus caderas y salir del baño. Henry, su papá levantó la vista delperiódico que estaba leyendo en la pequeña mesa. Frunció el ceño y dejó la hamburguesa que estaba sosteniendo. La piel de Oscar ardía y sabía lo que venía. Se había visto a sí mismo en el estúpido espejo. — ¿Ha perdido más peso, hijo? — Henry preguntó mientras miraba el pecho de Oscar. —Parece que te vendría bien un mes de las comidas de tu abuela. — Estoy bien. — Murmuró Oscar, deseando como el infierno haber pensado en llevar su ropa al baño. Al menos podía corregir este error. Cogió su bolso y se dirigió al baño. — Oz. Oscar cerró los ojos y trató de no dejar que sus hombros se inclinaran. Suponía que era una ventaja ser consciente de la sensación de derrota. Era una sensación familiar, así que sabía que no estaba totalmente perdido en una bruma delirante. Se encogió por dentro cuando oyó a su padre levantarse y caminar. 26 Aquí viene, el buen intencionado entrometido y Yoda, Yoda, Yoda. Su padre sujetó la parte posterior de su cuello y tiró hasta que Oscar se giró de mala gana. No estaba tratando de ser un imbécil malhumorado, pero estaba tan cansado de todo el mundo tratándolo como si fuera a romperse. O volverse loco y herir a alguien. — Siempre he sido delgado. — Murmuró, justo antes de que su padre lo arrastrara en un abrazo. Oscar también lo abrazó con un solo brazo, tratando de mantener su toalla con la otra mano. — No sólo eso, y tú lo sabes, Oscar. — Henry no lo dejó ir, y mantuvo su mano en la parte posterior del cuello de Oscar, un gesto reconfortante y familiar para él. — Has perdido peso. Eres silencioso. Siempre has sido más propenso a pensar que a hablar, pero desde... desde Albert, te has retraído. — Dio un paso atrás. Oscar miró automáticamente como su padre continuó hablando. La sinceridad y preocupación en la expresión de Henry hizo especialmente difícil para Oscar sostener la mirada de su padre, teniendo en cuenta lo que había estado haciendo antes. — Sé que estás enfermo y cansado de nosotros preocupándonos, hijo, pero cuando tú... Cuando su padre vaciló, Oscar se dio cuenta que estaba tratando de encontrar una manera de hablar de Oscar tomando la vida de Albert en una manera discreta. Pero no había nada discreto acerca de matar a alguien, sin importar la razón. Oscar tuvo piedad de su padre y le dijo. — Maté a un hombre, papá. 27 Henry hizo una mueca y sacudió la cabeza, pero no pudo discutir muy bien el tema y Oscar lo sabía. Después de todo, era la verdad. — Sé que no tuve otra opción, no si Lyndon iba a vivir. Albert lo mataría, y todo por culpa de un estúpido testamento dejando todo el dinero de su padre a su único hijo sobreviviente. La idea revolvió el estómago de Oscar, pero se negó a que su padre viera lo mal que se sentía. — No lo hice porque quería, sino porque tenía que hacerlo. No podía detener a Albert de alguna otra forma. Sé todas esas cosas, papá. Lo hago. — Y todavía sentía el peso de la carga, la culpa y el remordimiento y el temor de que algo oscuro se había desatado en su interior. Estaba jodidamente asustado de lo que había hecho, pero nadie tenía que saberlo. Pero su padre tenía esa mirada, la que dijo que entendía, y vio mucho más de lo que desearía, y Oscar no podía soportarlo. Por primera vez que podía recordar, se apartó de su padre. — Tengo que vestirme. — Sintió la mirada de su padre sobre él como un láser quemándole la piel, probablemente notando cada botón de su columna vertebral. Bueno, tal vez se centrará en lo delgado que estoy en lugar de querer hablar de Albert. Al menos no parece saber que salí. Oscar casi resopló. Albert fue parte de la razón por la que estaban en San Antonio, y Lyndon era la otra parte. Bueno, toda la familia de Oscar fue la razón, y no sólo Lyndon. Pero era el padre de Lyndon quien era un psicópata pirado. 28 Oscar comenzó a cerrar la puerta del baño, pero su padre estaba justo sobre sus talones. — Oscar, sabes que esto es culpa Cole Tavares. Él instó a sus hijos el uno contra el otro. El último en pie hereda una fortuna. Y sí, hiciste lo que tenías que hacer, pero aun sabiendo eso no significa que no sientas el peso de lo que hiciste. — Henry agarró el cuello de Oscar de nuevo y tiró de él en un fuerte abrazo. — Si no te molestara esto, estaría más preocupado de lo que ahora estoy. Desearía poder llevarlo por ti. Oscar no sabía por qué seguía luchando — al menos internamente — contra el consuelo de su padre y el del resto de su familia. Había dejado de protestar, pero solo en voz alta. En su interior había un jodido desastre. Por supuesto siempre había sido jodido de una manera u otra. No se parecía en nada a ninguno de sus hermanos, había conseguido desfigurarse permanentemente a sí mismo, siempre había sido el blanco de los matones. Una y otra vez. Oscar conocía cada uno de sus defectos tan bien que podía verlos enlistados tras sus párpados. Su padre, siempre perspicaz, comenzó a frotar pequeños círculos en la espalda de Oscar, eliminando parte de la tensión en sus músculos. — Salvaste la vida de Lyndon, probablemente también la de Leví, y quién sabe de quién más. Albert podría haber ido después tras la mayor parte de su familia. Él no estaba bien de la cabeza. Cómo podía ser el hermano de Lyndon, medio hermano o no, está más allá de mi compresión. — No lo sé. — Murmuró Oscar contra el pecho de su padre. Lentamente, muy lentamente, su padre estaba empujando la culpa 29 que perseguía a Oscar. Se preocupaba por Lyndon, por Levi, por toda su familia. Pero Lyndon ni siquiera había conocido a su padre y medios hermanos. Cole Tavares casi había asesinado a Lyndon una vez hace largo tiempo, pero eso no cuenta como conocer al imbécil. O tal vez, porque Tavares era sin duda un gatito perverso. Tenía que serlo para tratar de matar a su propio hijo. También venía con una versión enferma de la supervivencia del más fuerte, enfrentando a sus hijos en contra del otro y prometer heredar su riqueza sólo al último sobreviviente. Ahora Albert, uno de los hijos de Cole, estaba muerto, y Oscar y su familia sospecha que otro de los hijos de Cole Tavares había sido visto y esparcido su olor alrededor de la propiedad familiar en Colorado. La mamá de Oscar había ahuyentado al puma macho, lo persiguió casi hasta el final de Holton antes que el puma se convirtiera en un hombre desnudo y saltó en un camión. Fue poco después de que Henry Cole decidió cazar a Tavares y convencerlo para detener su juego enfermizo. Personalmente, Oscar no pensaba que iba a funcionar. Cualquier hombre jodido lo suficiente para poner a sus hijos en contra del otro, para hacer que se maten unos a otros, alguien que haría una cosa así, obviamente, no era un hombre racional. Pero Henry estaba decidido a intentarlo, y Oscar suplicó y exigió acompañarlo. Si alguien tenía que asesinar, no quería que nadie en su familia tuviera que hacerlo. Oscar imaginó que si sus manos ya estaban manchadas con la muerte, su alma ya estaba dañada. Mejor ser él el 30 único en tomar la vida de Cole Tavares, o la vida de alguno de sus hijos, quienes estaban decididos a matar a Lyndon. ¿Qué más añadir a la pila de culpa que la que ya tenía? Sólo debía asegurarse de que su padre no lo averiguara o Oscar entonces se encontraría siendo enviado de vuelta a casa en poco tiempo. 31 Capítulo 4 Oscar no pudo conciliar el sueño la noche anterior. Por un lado, su padre roncaba como si fuera un deporte olímpico y se disputara el oro. Cómo diablos su mamá conseguía un poco de sueño, Oscar no tenía idea. Pero además del ruido, veía a Josiah cada maldita vez que comenzó a ir a la deriva, como si su subconscienteestaba a la espera de que se relajara un poco, entonces las imágenes del sexy hombre inundaban su mente. Josiah estaba muy cerca de todo lo que Oscar había fantaseado en un hombre. Así, mientras que Henry roncaba, Oscar había permanecido despierto, su polla dura y goteando sudor de su labio superior porque le dolía no tocarse. Había tenido miedo de que si lo hacía se vendría en su pijama. No lo hizo, sin embargo se sumergió en un profundo sueño sólo para ser despertado por su padre tirando de las sábanas y golpeando a Oscar en el culo. En cuanto a despertares, fue grosero pero muy eficaz. Oscar chilló, o tal vez no lo hizo y sólo era algo disparando de su culo y la explosión en su cabeza. — ¡Jesucristo! — Oscar se sacudió, de alguna manera se las arregló para enredarse en sus propios pantalones de dormir 32 mientras trataba de flotar sobre su espalda. Afortunadamente se dio cuenta que tenía una erección mañanera mientras rodaba sobre su cadera. Murmurando una maldición, subió su pierna para ayudar a ocultar su erección. — ¿Qué te he hecho? — Preguntó mientras le daba su padre una mala mirada. Henry se rio y lo golpeó de nuevo, pero mucho más suave. — Estabas durmiendo y tenías esa sonrisa como si estuvieras soñando con causar problemas. Pensé que probablemente hubo muchas veces en tu niñez cuando podría haber utilizado un golpe y no lo conseguiste. — Le guiñó un ojo y se dirigió a la mesa. Rebuscó en algunos recibos, y luego metió su billetera en el bolsillo trasero. — Iré al lugar de tacos que vimos ayer, el rosado. Tan ocupado como estaba, debe ser bueno. ¿Qué tipo de tacos quieres? Oscar no se consideraba un gourmet, pero le gustaba la comida mexicana, especialmente tacos para el desayuno. Su estómago gruñó y se pasó la lengua por los labios en anticipación de la llegada de la comida. — ¿Uh, un par de carne asada y un par de chorizo y huevos? — Probó el chorizo antes y le encantó el sabor picante de la longaniza, pero sólo había oído hablar de la carne asada en un programa de cocina que Levi había estado viendo hace un tiempo. — Y salsa picante. — Añadió justo antes de su padre se fuera. Al segundo que la puerta se cerró, Oscar estaba pateando fuera los pantalones del pijama. Por mucho que le hubiera gustado quedarse en la cama y seguir durmiendo, no podía. La habitación olería a semen más tarde. Se levantó y corrió al baño. Una vez que había comenzado la ducha, se quitó la camisa. El agua no estaba lo 33 suficientemente caliente para él, sin embargo, por lo que tomó un momento para acariciar sus testículos. Esto fue seguido por un pellizco en sus pezones y el calor floreció en su zona inferior. No tomaría mucho tiempo venirse en lo absoluto. Oscar entró en la ducha y dio la espalda a las gotas cayendo. Extendió un chorro de acondicionador en su polla y estaba listo para irse. Empujó su eje ligeramente al principio y se estremeció cuando acarició toda su longitud. — Sí. — Susurró. Cerró los ojos por un segundo, lo suficiente para rememorar el rostro de Josiah, su cuerpo, los gruesos y musculosos brazos. Oscar abrió los ojos y gimió mientras apretaba uno de sus pezones. Aumentó la presión en su polla y bombeó más fuerte, más rápido. Comenzó a empujar en su mano. — Uh, sí, tómalo, tómalo. — La voz de Oscar áspera, imaginando que estaba follando la boca de Josiah. Trató de imaginar el culo del chico, pero en realidad no lo había visto. Eso estaba bien, tenía un montón de material para trabajar con la fantasía. — ¡Oh, Dios! — Los labios de Josiah eran delgados, pero eran casi de un color coral, y bien formados, incluso si no eran gruesos y carnosos. Oscar estaba contento por eso. Siempre asociaba labios gruesos y sensuales con chicos como, bueno, como él mismo. Joven y bonito. Pero los labios de Josiah eran perfectamente masculinos en opinión de Oscar. Fuerte, delgado, determinado, y se verían jodidamente perfectos envueltos alrededor de su polla. Oscar gimió. Sus bolas hormigueaban y se apretaron. 34 — ¡P…por favor, mierda mierda mierda! — Balbuceó sin pensar, apretando debajo del glande. Se mordió el labio inferior y semen brotó de su hendidura, golpeando la pared de la ducha, dejando un rastro de manchas blancas en el azulejo. Poco a poco recuperó el aliento y limpió, con una generosa cantidad de jabón para ayudar a erradicar el olor del esperma. Tal vez se estaba poniendo paranoico al respecto, pero ¿qué chico quería que sus padres supieran que se masturba? Colgó la toalla y se hizo cargo de sus otras necesidades de higiene y luego salió del baño para vestirse. Desde que su padre aún no había regresado, Oscar no lo pensó antes de dejar caer la toalla. Estaba cavando a través de su bolsa por ropa interior — podría jurar que había empacado algunas más, pero no lo parecía — cuando oyó a alguien fuera de la puerta murmurando. Oscar tomó un par de jeans y corrió de vuelta al cuarto de baño antes que la puerta de la habitación se abrió. — ¡Tacos! — Henry gritó, como si el aroma picante no hubiera inundado la habitación. El estómago de Oscar gruñó y rápidamente se puso los pantalones, sólo redujo la velocidad para asegurarse de no terminar con la polla en la cremallera. Había visto una película donde había pasado y estaba seguro que estaba marcado de por vida, o al menos lo suficientemente paranoico para no gustarle ir sin ropa interior. — ¡Ya voy! — Oscar se abrochó el cinturón. Salió del baño y casi babeaba en la comida que permanecía en la mesa. Los ojos de su padre se iluminaron con un entusiasmo que 35 hizo feliz Oscar verlo. Las cosas habían sido tan tensas últimamente, con ellos preocupándose por otro puma cambiaforma mostrándose para causar problemas. Hubiera sido genial si él y su padre pudieran disfrutar de este viaje juntos, pero ese no era el caso, e hizo a Oscar aún más agradecido por todos los buenos momentos que pudieran compartir. — Lucen bien. — Dijo Oscar, mientras se sentaba frente a su padre. La mesa estaba tan pequeña que sus rodillas chocaron, pero no parecía importar. Ambos estaban demasiado ocupados comiéndose con los ojos la comida. — Huele aún mejor. — Henry inspeccionó un pequeño recipiente de salsa verde. — Ellos dijeron que esto es realmente picoso. ¿Quieres probar? Oscar resopló, pero asintió con la cabeza. Podía oler el pimiento en la salsa verde. Sin lugar a dudas, sus labios iban a quemar y estaría sudando como un cerdo, pero maldita sea, quería la salsa. — Todo en este. — Oscar cogió un taco de carne asada y abrió la tortilla. Tan pronto como Henry vertió la salsa en ese taco, Oscar lo llevó a su boca y dio una gran mordida. — Oh, Dios. — Gimió, el picante y las especias inundaron sus papilas gustativas y realmente haciéndolo temblar. — Tan bueno… Henry se echó a reír, pero pronto estaba gimiendo con la boca llena de su taco. Juntos disfrutaron del desayuno, aunque Oscar no podía evitar la sensación de que algo malo iba a suceder. Había 36 llegado a él de repente, como si tener este tiempo con su padre tendría un costo terrible. Era estúpido, casi supersticioso, pero Oscar no pudo hacer el pensamiento desaparecer. — Yo lo limpiaré. — Oscar deslizó su silla hacia atrás y gimió. Estaba tan lleno que no creía que pudiera moverse, pero si comía así más a menudo, tal vez no sería un estúpido flacucho. No hay pensamientos negativos, no hoy. Tengo que trabajar más allá de mi tendencia a atormentarme. No podía hacer nada al respecto de las yemas de los dedos que le faltaban, aquellos que no crecían de nuevo, pero no podía dejar de sabotearse a sí mismo. No era como si realmente pensara que era un perdedor, la mayor parte del tiempo, pero los años de ser llamado así y peor lo hizo difícilno caer en el auto—abuso cuando estaba estresado o asustado. Ahora mismo, se sentía estresado y asustado, aunque no estaba seguro de por qué. Limpió la mesa, mientras que su padre llamó a su madre y se ponían al corriente, Oscar escuchó atentamente la conversación de Henry acerca de no ser capaz de encontrar cualquier información acerca de los cambiaformas pumas en la zona, y cómo se sentía frustrado al tratar de encontrar los nombres de los hijos de Tavares. Y olvidó hablar de Cole Tavares, al menos en ese punto. Por lo que se habían enterado, Tavares se encontraba en México. Oscar llevaba una camisa y se cepilló los dientes de nuevo, y cuando salió del baño su padre ya no estaba en el teléfono. Henry 37 estaba junto a la ventana que daba a la calle o la acera, Oscar no estaba seguro de cuál. — ¿Cómo está mamá y el resto de la familia? Henry sonrió y le pareció a Oscar que brillaba desde adentro con la mención de su esposa. Oscar quería eso, contener la expresión de su padre, quería saber lo que era amar a alguien tanto. — Ella está bien. Nos quiere en casa y sigue pensando que no somos los lápices brillantes en la caja por venir después de Tavares, pero nos ama de todos modos. — Henry se inclinó hacia adelante y apoyó la frente la ventana. Oscar pudo ver su ceño reflejado en el vidrio. — Ha habido los mismos tres chicos caminando de ida y vuelta frente al hotel durante los últimos minutos. Bueno, cuatro, en realidad, pero este hombre no está con los primeros tres, no lo creo. Él parece que se comería a los demás en el desayuno, y ha estado de pie en la parada de autobús mirándolos. Mirándome, también, creo. No puedo decirlo sin mirarlo, y preferiría que él no supiera que lo he descubierto. — Tal vez no deberías estarle frunciendo el ceño. — Oscar sugirió. Se acercó al borde de la ventana, al lado de las cortinas gruesas. — Cuidado, no dejes que te vea. Oscar luchó por no rodar los ojos. No era estúpido. En cambio, se concentró en ser más cauto cuando miró más allá, en la calle de abajo. Su estómago se calentó y dio un giro profundo, del tipo que lo hizo sentirse mareado. — Oh mierda. — Murmuró. 38 — ¡Oscar Ray Travis! — Henry lo golpeó en la nuca. — ¡Cuida tu boca! ¡Puedes ser un adulto, pero sigues siendo mi bebé! Oscar se dio por vencido y rodó los ojos. — Sí. Lo sé. Sería bueno ser tratado como un hombre, sin embargo. Henry dio un paso atrás y lejos de la ventana antes de tocar el hombro de Oscar. Oscar miró a su padre y supo que estaba a punto de conseguir una lección bien merecida. — Ser un hombre no significa tener que utilizar malas palabras. — Henry frunció el ceño. No creas que no te escucho. Tiene una boca peor que tus hermanos. — Pero no la de Jenny. — Oscar señaló. La hermana de Oscar podría maldecir como un marinero, apostaba su nuez izquierda en ello. Bueno, quizá no su nuez izquierda, pero aun así. Y ese no era el punto, y su padre le estaba dando La Mirada, la única que todos los padres les daban a sus hijos que hacía que esos hijos reconocieran lo ingrato, lo bocón, la pequeña mierdecilla... de mocosos que eran. — Lo siento. — Oscar bajó los párpados parcialmente y coló otra mirada a la parada de autobús. Luego empujó la cortina. — Perdón, papá, ¿ok? Sé que tengo un problema de actitud, una espina en el hombro, lo que sea, y voy a trabajar en eso. ¿Estás seguro que el hombre en el banco estaba revisando aquí? — Oscar no podía ver a Josiah y él quería. Quería encontrar a Josiah y preguntarle por qué demonios estaba rondando afuera, y cómo había encontrado a Oscar. 39 Es un cambiaforma, idiota. Por lo que sé, me siguió hasta aquí anoche. O podría tener un sentido muy preciso del olfato, como el mío. No habría sido difícil para él cazarme más tarde después de que me fui. Pero papá dijo que había otros chicos también. ¿Alguno de los otros chicos del club me encontraron? ¿Por qué molestarse? No merezco tantos problemas. — ... Lo vi hacerlo más de una vez. — Henry retrocedió hasta la ventana y ni siquiera trató de fingir que no estaba buscando Josiah. — ¿Adónde fue? — Henry se golpeó la nariz en el cristal cuando giró la cabeza. — No veo a ninguno de ellos. Tal vez me equivoqué. No, no, yo sé que vi el tipo grande observar esta ventana. Mirándome. Oscar odiaba a su conciencia a veces, como ahora, cuando lo abofeteaba. Quería ser tratado como un adulto, que era un hombre, bla, bla, bla, y aquí tenía miedo de decirle a su padre acerca de Josiah. Y ¿Por qué todavía se sentía caliente y el hormigueo en su estómago? Dios, sueno como una chica en una película de romance. Era ridículo. Sin embargo, Oscar no pudo evitar acercarse a la ventana. Echó un vistazo a la calle de nuevo cuando comenzó a hablar, vacilando el explicar cómo conocía a Josiah, y poco a poco una sensación de alivio lo llenó. Tal vez su padre pudiera ayudarle a entender los sentimientos extraños agitándose alrededor en su interior. 40 Capítulo 5 No fue nada difícil seguir a Oscar anoche. El leopardo había tenido suficiente inteligencia para partir que Josiah no se había preocupado por ser descubierto, pero aún había tenido cuidado. Y una vez que había visto a Oscar entrar al hotel, Josiah había esperado un poco antes de entrar y seguir el olor del sexy hombre hasta su habitación. Se había sorprendido un poco al principio cuando había detectado a otro hombre allí también, pero la similitud en sus aromas rápidamente cortó sus estúpidos celos y Josiah estaba 99 por ciento seguro que quien estaba allí con Oscar era un miembro de la familia. Si no era así, Josiah arrastraría fuera al hijo de puta. Oscar era suyo, y viceversa. Además, si el vínculo de compañeros funcionaba con los leopardos de las nieves al igual que con todos los demás cambiaformas que Josiah conocía, Oscar no sería capaz de follar con nadie más. Lo rechazaría hasta el punto de estar enfermo físicamente, o eso Josiah había oído. Sólo había estado alrededor de felices parejas apareadas. Por lo que él sabía, esos eran la única clase que existía, entonces, ¿cómo podría alguien saber lo que pasaba en situaciones en las que un cambiaformas trataba de tener sexo con 41 alguien que no era su pareja? El vínculo de pareja tenía que aplicarse a Oscar, porque de lo contrario Josiah se dio cuenta que estaría jodido. No había sido capaz de dormir mucho por temor a que Oscar pudiera revisar el hotel. Josiah lo habría perseguido de nuevo, pero habría sido un dolor en el culo y le tomaría tiempo que no quería perder. Así que, en cambio, renunció a dormir después de un par de horas, y después de ducharse condujo hasta el hotel. El Marriot tenía un buen estacionamiento y era lo suficientemente seguro para Josiah sentirse cómodo dejando su auto camión allí mientras vigilaba a Oscar... como Oscar lo había acusado de hacer o querer hacer. Sí, Oscar era un chico muy inteligente. Mantendría a Josiah sobre sus pies. Lo que no podía entender era por qué había tres cambiaformas pumas vigilando el lugar, también. No conocía a los tipos, pero tenía algunos amigos pumas y tecleó un texto a ellos preguntando si reconocían a los hombres. La foto que tomó fue un poco borrosa, pero aun así, Cecilia envió un mensaje de vuelta diciendo que ella pensaba que eran los hermanos Tavares. Eso no era exactamente útil, pero al menos Josiah tenía un punto de partida, o algo así. Poco después, sintió que alguien lo observaba y cuando miró a la ventana del tercer piso, donde sabía que estaba la habitación de Oscar, descubrió a un hombre mayor vigilándolo. La forma en que el hombre había evitado cuidadosamente la cara de Josiah, lo convencido de que había sido objeto de una atención no deseada.Josiah jugó el mírame—pero— 42 no—me—atrapes con el hombre por un tiempo antes de que su piel picara con la conciencia que hizo a sus nervios saltar y bombear la dureza de su dolorida polla. Oscar estaba arriba en la ventana justo ahora. Josiah no lo miró, no lo necesitaba para saber que tenía razón. En cambio, Josiah se concentró en los pumas, hasta que de repente uno de ellos centró en él. No son los tipos más agudo. Tardaron bastante tiempo en darse cuenta que los he estado observando desde hace un tiempo. El mayor de los tres, que también parecía ser un poco mayor que los otros dos, miró por la ventana antes de volver a Josiah y sonreír. Josiah estaba fuera del banco antes de que se diera cuenta. No le gustaba la expresión del hombre, para nada. El puma mayor dio un paso adelante sólo para detenerse cuando los otros dos agarraron sus brazos y lo jalaron. Dijeron algo, susurrando en voz baja tanto que Josiah sólo podía entender “¡por favor, no ahora!" Justo antes que los pumas se dieran vuelta y se alejaran. Caminaron, porque ese, el sonriente bastardo, señaló a Josiah luego a la habitación donde estaba Oscar. Y eso lo inquietó. No sabía qué diablos estaba pasando. ¿Debería perseguir a los pumas? ¿Eran realmente una amenaza? Una cosa era cierta, los pumas sabían que Oscar estaba en la habitación, o que el otro hombre estaba arriba, o ambos. Y sabían que Josiah estaba mirando. Alto. Pero, ¿por qué lo sabían? Estaba seguro de que no lo estaban observando a él. Estaban 43 demasiado ocupados espiando la habitación de Oscar que no lo había notado desde hace mucho tiempo. Así que lo que querían ¿era con Oscar, o quien estaba con Oscar? Josiah maldijo y miró a los pumas dar vuelta a la esquina. Dio un paso hacia adelante, pero se detuvo en lugar de continuar. ¿Se atreve a salir ahora? ¿Y si había otros aquí, observando, esperando a que Josiah abandonara su vigilancia? — ¿Qué diablos está pasando? — Josiah gruñó y giró alrededor, casi empujando a un hombre que salió del camino. — ¡Cuidado, idiota! — Lo siento. — Murmuró Josiah, pero el extraño solo le dio la vuelta y se fue. Josiah desea que el tipo lo pateara en el culo en lugar de tratar de evitar una colisión. ¿Por qué estaba siquiera molestándose en perder el tiempo en estar furioso al respecto? Josiah empujado a un lado la irritación porque tenía una necesidad más apremiante. En cuestión de segundos, Josiah estaba dentro del lobby del hotel. Al igual que la noche anterior, los asistentes de la recepción estaban ocupados, ya sea con el teléfono o con los clientes. Incluso si no lo hubieran estado, Josiah no se habría preocupado por uno de ellos deteniéndolo. Sabía el truco adecuado en caso de actuar como estaba haciendo. Se dirigió al ascensor y esperó con los demás hasta que llegó. En el interior, empujó el botón del tercer piso. Josiah estudió el suelo mientras el maldito ascensor funcionaba. Cada empuje hizo 44 que su corazón se sintiera como si estuviera a punto de detenerse. Josiah odiaba las alturas, y odiaba más a los ascensores. Cuando las puertas se abrieron, pensó que lo hizo bien al no pisotear a todo el mundo tratando de salir. Una vez que estuvo libre del infernal artilugio, se limpió el sudor de la frente y encima de su labio superior. Se pasó una mano por el pelo y se aseguró que su camisa estaba metida en sus pantalones, queriendo lucir presentable y no amenazante. Deseó tener una pastilla de menta. Deja de detenerte. Josiah cuadró los hombros y caminó con firmeza a la última habitación en el lado izquierdo. Se aseguró de no hacer ruido, sabiendo cuan exacta era su propia audición e imaginando que la de Oscar podría tan aguda. En la puerta, escuchó un momento, oyó el suave sonido de la voz de Oscar y del otro hombre. Antes de que pudiera caer en la tentación de escuchar furtivamente, Josiah tocó. — ¡Yo abro, papá! — Josiah oyó, y casi se rio con alivio. — ¡Oscar, no abras la puerta! — Una voz profunda retumbó. Josiah creyó prudente retroceder un poco en el caso del que padre de Oscar fuera quien abriera la puerta. Lo que parecía una pelea se produjo, con Oscar gritando. — ¡Pero es él! No… La puerta se abrió de golpe y Josiah se encontró con el hombre mayor que había visto antes. Y no parecía muy feliz. — ¿Está acosando a mi hijo? No suena muy feliz, tampoco. ¡Mierda! 45 Josiah quería mirar a Oscar, pero consideró que sería una falta de respeto alejarse de su padre cuando se suponía que debía ser responsable de su comportamiento. El hecho de que su padre también era alfa de su manada hizo muy duro sostener su mirada en estos momentos, pero si evitaba sus ojos, es como si tratara de ocultar algo, eso era lo que Josiah y sus hermanos sabían que no debían hacer. — Sí, señor. — Josiah dijo, porque también sabía que no podía mentir, a no ser que fuera absolutamente necesario. Ser todo menos honesto con el hombre que sería su suegro habría sido la cosa más tonta Josiah podría hacer. Mentir a Oscar, sin embargo, no había sido lo más inteligente. Oscar empujó hasta que pudo mirar a Josiah al lado de su padre. — ¡Dijiste que no me acosarías! Por mucho que Josiah quería hablar con Oscar, no podía faltarle el respeto al padre de Oscar. Eso sería como desairar a su alfa, quien resultó ser su padre. Simplemente no se hacía, no sin graves repercusiones. Josiah extendió la mano. — Josiah Elías Baker, señor, hijo de Jodiah Baker, alfa de la manada de lobos de San Antonio. El padre de Oscar le dio una mirada extraña, como si no estuviera muy seguro de qué pensar de Josiah, pero le dio la mano. — Así que, eres un verdadero hombre lobo. Oscar se rio y Josiah se arriesgó a disiparle una mirada fría. — Preferimos cambiaformas, pero sí, ya que usted es el padre de Oscar, seré lo que quiera que me llame. 46 — Mi nombre es Henry Travis, y... — Los ojos de Henry estaban muy abiertos y llegaron a Oscar. —Has rastreado a Oscar, como su madre lo hizo conmigo, ¿no es así? — ¿Mamá te acosó? — Preguntó Oscar. — Pensé que se conocieron y fue amor a primera vista y todo eso. Las mejillas de Henry se oscurecieron mientras daba un paso hacia atrás, tirando de Oscar junto a él. — Entra y dime lo que está pasando aquí. Y no, Oscar, no fue así. Tu mamá es un cambiaformas y yo no. Yo era sólo un chico de universidad con la nariz siempre metida en un libro. No notaba nada a mí alrededor, a menos que me golpeara en la cabeza. Tu mamá dijo que me vio y sabía que iba a ser para ella. No estaba segura de cómo hacerlo en primer lugar, ya que ella siempre había sido una buena chica hasta que saltó sobre mis huesos. Oscar tosió y arrugó la nariz. — Demasiada información, papá. Henry se encogió de hombros. — Pero es cierto. Ella me siguió durante varios días. Fui un poco lento en enterarme, seguía sintiendo picazón entre los omóplatos, como si alguien me observaba. Vi a tu mamá y pensé, de ninguna manera es esa hermosa mujer está mirándome. Entonces ella me miró directamente, y fue amor a primera vista, si lo deseas. Más o menos como ocurrió con la familia de tu mamá. — O cómo Lyndon y Levi. — Dijo Oscar, frunciéndole el ceño a Josiah. Josiah hizo una seña a los dos. — Sí, eso es lo que sucede cuando tu compañero y tú se encuentran uno al otro. No todos se 47 encuentran. Quién sabe lo que pasa, tal vez el compañero de alguien muere antes de encontrarse o algo así, nunca pensé mucho sobre ello. No estaba seguro de que me pasara a mí, siendo gay y todo eso. — Había oído historias, pero ninguna de sus amigos gays encontrando a sus compañeros, por lo que Josiah había pensado que los rumores de compañeros homosexuales eran sólo eso, rumores. Aparentemente no,y no podía esperar para llevar a Oscar a conocer a su familia. Aunque eso significaba que Josiah tendría que dejar la manada. A un alfa acoplado, lo cual ahora era, no se le permitía permanecer en el territorio de otra manada. Comprensible, teniendo en cuenta sus tendencias tener conflictos con alguien más, pero aun así apestaba tener que dejar a su familia atrás. La expresión de Oscar cambió, la ira pellizcando sus facciones. — ¿Hay un problema contigo siendo gay en tu manada? Porque eso es sólo mier… — Oscar miró a su padre y suspiró. — Es confuso. Nosotros no tenemos una manada, sólo mi familia, pero ellos son bastante increíbles y no les importa a quien amas, con tal de ser feliz y amado. — No es un problema. — Josiah lo miró, dispuesto a explicar todo el asunto de no saber que había compañeros gay, pero se calló cuando Henry tomó a Oscar y le dio un abrazo que hizo que las costillas de Josiah dolieran. Sus ojos dolían, también, ardían mientras luchaba por contener las lágrimas al ver el fuerte vínculo de amor entre padre e hijo. 48 — Eso siempre ha sido lo que nos importa, Oz. — Dijo Henry, sosteniendo a Oscar. — Sé que a veces te sientes diferente al resto de nosotros. Pero esto… — Henry levantó la mano de Oscar y tocó la punta de sus dedos. — No te hace a menos que uno de nosotros. Sabes que te amamos, y después de lo que hiciste por Lyndon, sabemos lo increíble, fuerte y joven hombre que eres. Josiah estaba tratando de mantenerse al día con todo lo que Henry estaba diciendo, pero alguna cosas no tenían sentido. Se dio cuenta por primera vez que el índice de Oscar y los dedos medios eran más cortos de lo que deberían. Empujó la manga izquierda de su camiseta y miró las heridas allí. Pensó que Oscar deliberadamente no le encajó del todo sus garras, pero ahora se daba cuenta que no estaba tan lastimado su brazo izquierdo como lo estaba el derecho. — No es sólo esto. — Oscar dijo, moviendo los dedos. — No me parezco a ninguno de ustedes. Incluso Jenny es más grande y más musculosa. Ella parece más a un hombre que yo, y no se lo digas, me pateará el culo. Henry resopló y pareció finalmente recordar que Josiah estaba allí. — Jenny es mi única hija. Lo siento, sé que esto debe ser extraño para ti, pero si lo que dices es verdad y me gustaría pensar que es así, después de haber caído por la madre de Oscar como una tonelada de ladrillos. Entonces necesitas saber todo acerca de nosotros. No irás a ninguna parte sin Oscar, al menos, no por mucho tiempo. — ¿No tengo nada que decir en todo este asunto de los compañeros? — Oscar espetó. Miró a su padre antes de enfocar su atención en Josiah. — ¿Esto está más allá de mi control? ¿Mis 49 hormonas están decidiendo con quién estaré y tendré sexo con quién mi cerebro dice? O mi gato decide, lo que es una mierda, lo siento, papá, teniendo en cuenta que el ser humano es quien... er... — Oscar se volvió roja como un tomate y emitió un sonido ahogado. El aliento de Josiah se disparó de sus pulmones como si le hubieran dado una patada en el diafragma. No se le ocurrió que su compañero no aceptara la conexión, en realidad no. Estaba preparado para un poco de resistencia de Oscar, al menos hasta que explicara cómo eran las cosas, pero ¿lo que estaba viendo, oliendo y sintiendo provenía de Oscar? Ninguna de estas cosas estaba teñida de un poco de felicidad por haber encontrado a su compañero. Josiah estaba jodido, en más de un sentido. Se preguntó si Oscar era consciente del vínculo emocional aumentando lentamente entre ellos, el que les permitiría sentir los pensamientos, necesidades y deseos del otro, incluso ¿Oscar podría tratar de ser feliz de tener a Josiah en su vida? ¿Y Oscar iba a odiarlo por un lazo que ninguno de ellos sería capaz de resistir? 50 Capítulo 6 Era una sensación muy extraña. Oscar casi podía sentir otra presencia en su cabeza. Era jodidamente atemorizante como el infierno. Oscar se tambaleó hacia atrás, golpeando las manos de su padre y frunciendo el ceño a Josiah. — ¿Por qué estoy sintiendo cosas que no son mías? ¿Qué estás haciéndome? Josiah tenía esta expresión enferma en su rostro, una especie de mezcla de dolor, miseria y esperanza, y Oscar no podía manejarlo. Sí, Josiah lo atraía en todos los niveles, excepto por todo el asunto de No—es—decisión—de—Oscar. Sin embargo, tan aterrado como estaba, tan enojado como estaba por tener un hombre elegido para él por la suerte o el destino o la putada que sea o el idiota el que decidió esas cosas, Oscar aún lo quería. Todavía quería tocarlo, follarlo, y aún más aterrador, construir una vida con él. ¿Y por qué estaba seguro que Josiah estaba en su cabeza? 51 — ¡Basta! — Oscar gritó, sosteniendo su cabeza entre las manos. Había secretos allí, las pesadillas y las cosas que había hecho, como matar a un hombre, que no quería compartir. Cosas que temía que harían a Josiah alejarse o huir lejos de él. Pero ¿no era eso lo que quería, también? ¿No estaba enojado sobre todo con esta mierda de los compañeros? — ¿Qué pasa? — Henry corrió hacia él, pero Josiah lo arrastró hacía atrás, su rostro transmitiendo claramente su miseria. Oscar deseó poder ayudarlo, pero tenía miedo de romperse en mil pedazos justo ahora. — ¡Josiah! ¿De qué está hablando él? — Henry preguntó. Josiah negó con la cabeza, pero respondió. — Es el vínculo del enlace. No sólo es físico, por lo menos para nosotros. Generalmente hay un cierto nivel de lo que podría llamarse telepatía. A veces no es nada más que una sensación de que su pareja necesita o quiere algo, un impulso o lo que sea. O el vínculo mental puede ser fuerte. — Josiah volvió su atención de nuevo a Oscar. — Lo siento, no puedo controlarlo. Aparentemente, es posible que uno de los compañeros sienta que es invasivo en lugar de algo que los une aún más. Oscar no podía soportar la tristeza y el dolor que estaba sintiendo de Josiah, pero antes de que pudiera detenerlo, Josiah estaba abriendo la puerta. — Había tres cambiaformas puma vigilando el lugar desde el exterior. Se fueron cuando descubrieron que yo estaba allí haciendo lo mismo. Lo siento. Lo siento, Oscar, Henry. Voy a… — Josiah llegó 52 a través de la puerta y ni siquiera miró atrás. — Hablaré con mi padre para averiguar si él sabe la manera de detener esto, ya que no es lo que Oscar quiere. Luego se marchó, cerrando la puerta y fue como un cuchillo atravesando el corazón de Oscar. Él gimió cuando el dolor partió su pecho. Jesucristo, ¿qué acababa de hacer? — ¿Qué he hecho? Creo que la jodí en grande. Henry tomó su brazo y lo guio hasta el borde de la cama. — Tal vez. — Admitió. — O podrías ser capaz de arreglarlo. Creo que Josiah entenderá una vez que consiga alejarse. Podría haber una posibilidad de que un poco de espacio entre los dos disminuirá la cosa del vínculo mental. Darles un respiro de sentirse inundados con las emociones y pensamientos del otro. Siempre me lo he preguntado. Oscar captó las cavilaciones de su padre. Cualquier cosa menos pensar en su propio desorden. — ¿Siempre te has preguntaba qué? Henry soltó un bufido y se sentó a su lado en la cama. — Siempre me he preguntado cómo tu madre y yo estamos muy conectados entre sí. Se oye hablar de las parejas que terminan las frases del otro y esas cosas después de años de estar juntos, pero nosotros pudimos hacerlo en cuestión de días desde que nos conocimos. Es como él dijo. Podemos recoger los estados de ánimo de cada uno y pensamientos así. — Henry chasqueó los dedos. — A veces es una buena cosa, a veces puede apestar, déjame decirte. Por lo menos con otro hombre no tendrás que hacer frente a algunos de los cambios dehumor hormonales que las mujeres tienen. 53 — ¡Papá! — Oscar chilló, horrorizado por la profundidad de la intimidad de la conversación. — ¡No quiero saber esas cosas! ¡Oh, Dios mío! — Lo siento. — Henry dijo, tuvo la decencia de parecer avergonzado. — Tu mamá me patearé el culo por decir tal cosa. Además, los hombres tienen sus propios problemas, como nuestro ego, por nombrar sólo uno. Mi punto es, sin embargo, no lo cambiaría por nada del mundo, Oz. Oscar sabía lo fuerte que era el amor de su padre, y si, él quería eso también, pero aun así. ¿Por qué estaba luchando? No lo sabía hasta que lo dijo. — Se siente como que estoy siendo intimidado por el destino o lo que sea, siendo forzado a hacer algo de lo que no tengo opción. — Era una sensación familiar, no es que se lo diría a Henry. No les había dicho a sus padres sobre el acoso que había soportado en la escuela, sobre todo porque no quería que ellos se frustraran cuando nada cambió. Oscar no era el único niño intimidado, y había visto lo inútil que era que los padres se involucraran. Henry tomó la barbilla de Oscar y lo obligó a mirarlo a los ojos. — Pero ¿Qué hay si estás siendo bendecido con un regalo, Oz? ¿Te has ahorrado el dolor y la angustia mental, años de soledad, de buscar y esperar encontrar a la persona adecuada? ¿Por qué no lo intentas verlo de esa manera en su lugar? Oscar cerró los ojos y se dejó caer sobre la cama. — ¡Porque soy un culo idiota! 54 — Yo no iría tan lejos. — Henry bromeo, pero no censuró a Oscar por su lenguaje. No era la primera vez que lo dejó pasar desde que Josiah había aparecido. Debe significar que estoy siendo realmente un idiota. Oscar abrió los ojos y trató de ordenar sus pensamientos. Todos ellos eran los suyos ahora, sin la presencia de Josiah, ninguna decepción o persistentes oleadas de deseo, nada que no fueran sus propias emociones. Y se sentía vacío, lo que era estúpido, teniendo en cuenta que tenía todos sus pensamientos y esas cosas hasta hace unos quince minutos, e incluso entonces sólo los había compartido por unos pocos minutos. Así que ¿por qué demonios se sentía tan desolado? — Todavía eres joven, y no creo que hayas tenía un novio. — Su padre lo miró y Oscar simplemente quería morir en el acto. — No. — Gruñó e inmediatamente saltó de la cama. — Tengo que… hacer algo. — Dijo mientras agitaba el baño. ¡Genial, ahora que va a pensar que estoy anunciando mi mierda o algo así! — ¡Argh! — Oscar corrió al baño y cerró la puerta. ¿Podría ser más idiota? — Hijo, no estoy tratando de decirte cómo vivir tu vida. — Lo que significaba que Henry estaba haciendo precisamente eso, Oscar quería dispararse. — Pero podrías apurarte allí y después ducharte, y luego encontrar a Josiah antes que su olor se enfríe. ¡Oh! Sí, oh. 55 Sin duda, su padre acaba de tener el mismo pensamiento que había tenido. — Probablemente condujo hasta aquí. — Hombre, realmente la había jodido. Tal vez podría encontrar a Josiah en el club esta noche o, y aquí estaba un pensamiento, podía buscar en Google al tipo, ¿no? Josiah Elías Barker. Y el nombre de su papá es Jodiah. A alguien seguro que le gusta todas esas “ia” juntas. Oyó la puerta de la habitación cerrarse y salió corriendo del cuarto de baño. Su padre se había ido, y Oscar creía saber por qué, si no dónde. Su celular estaba encendido también. Oscar cogió el teléfono y leyó el mensaje de su padre. Voy a ver si puedo cogerlo antes de que llegue lejos. Oscar resopló. El mensaje hizo parecer que Josiah era un fugitivo o algo así. Deseó tener más tiempo para pensar en todo, pero había una sensación arañando en sus entrañas, como si su gato estaba amenazando con salir por su cuenta. No era posible, lo sabía, pero sin duda era la forma en que su leopardo le hizo saber que la había jodido. Jaló la primera camisa limpia que encontró y se la puso. Entonces enganchó un par de calcetines de su padre y finalmente consiguió sus zapatos. Mientras se vestía, pensaba en lo que había dicho su padre. ¿Consideraba tener un compañero elegido como un regalo? ¿Qué estaba perdiendo por encontrar al hombre con el que estaba destinado a pasar su vida? ¿Folladas anónimas? ¿Quizás 56 contraer una ETS5 si se emborrachaba y ponía estúpido, o algo peor? ¿Intimidación, corazones rotos, una vida de soledad? ¿Por qué demonios estaba molesto sobre Josiah siendo su compañero? Ah, sí. Debido a que era un idiota. Oscar se golpeó la frente para enfatizar su estupidez. Sacó su cartera y se dirigió hacia la puerta. Era tanta prisa que no estaba prestando atención a cualquier otra cosa, por eso, cuando se abrió la puerta y se estrelló contra Josiah — porque, por supuesto, estaba mirando por encima de su hombro como un imbécil — chilló como un maldito cobarde. — ¡Jesús jodido Cristo! — Oscar balbuceó, golpeando su pecho con una mano mientras miraba a Josiah. — ¿Qué… por qué estás aquí? — Cerró la boca antes de que pudiera decir algo grosero. Bueno, ¿Josiah no sabría que no quería decir nada en una mala forma? ¿Seguramente estaría husmeando en la cabeza de Oscar? Pero no sentía nada de Josiah, ¿tal vez había encontrado una manera de romper el vínculo de pareja? — Estoy tratando de no inmiscuirme. — Josiah dijo entre dientes. — Así que si dejas de tratar de meterte en mi cabeza, te lo agradecería. Y si eso no aspirar el aire de los pulmones de Oscar, Josiah sostuvo a Oscar lejos de él como si fuera desagradable. — Además, estoy aquí porque esos se llevaron a tu padre. 5 Enfermedad de Transmisión sexual. 57 Oscar se congeló y todos los músculos parecían congelados en su interior. — ¿Qué quieres decir, se llevaron a mi padre? ¿Por qué demonios no los detuviste? La restricción que Josiah estaba usando para evitar inundar a Oscar con sus emociones, y el remordimiento de Josiah casi derribó a Oscar. Josiah no estaba sosteniendo con una mano alrededor de su brazo. — ¡Porque no lo sabía! ¡No vi hasta que se lo llevaron! — Josiah gruñó. — Yo estaba casi llegando a mi camioneta en el estacionamiento, cuando oí un grito. Di la vuelta y vi a los pumas y me di cuenta que estaban arrastrando a alguien en su vehículo. Entonces vi a tu padre, y él arañaba a uno de ellos, pero todavía lo arrastraron a su camioneta y se lo llevaron antes de que pudiera hacer más que gritarles. — Sacudió la cabeza cuando Oscar abrió la boca. — Y antes de que preguntes, no podía seguirlos. Alguien dejó salir el aire de mis neumáticos. Probablemente también el repuesto, y apuesto a que sé quién. — Apuesto a que sé, también. — Oscar se tragó el nudo de miedo obstruyendo su garganta. — Sólo no sé por qué. — Oscar comenzó a empujar a Josiah más allá sólo para detenerse cuando el hombre mayor lo agarró del brazo. — ¡No sé, pero tenemos que encontrar a mi papá! — Sí, así es, y supongo que los policías están fuera. Oscar exclamó. — ¡Por supuesto que lo están! ¡Es un asunto de cambiaformas! ¿Viste la matrícula? 58 Josiah negó con la cabeza. — No, ellos enrollaron los bordes, o algo así. ¿Tienes un ordenador portátil a mano? — No lo creo. — Oscar se soltó y salió de nuevo a la mesa. Cruzó los brazos sobre el pecho y lo miró. — No lo traje, pero no tengo un iPhone. Es lo mismo. ¡Sin embargo, no sé por dónde empezar a buscar primero! — Y estaba asustado, muy asustado por su padre. Oscar no le había preguntado por la noche anterior, donde había estado o qué había hablado sobre la búsqueda de Cole Tavares. Ahora quería patearse por ser un egoísta de mierda. — Ni siquiera sé dónde a dónde fue anoche. — Admitió Oscar. — No parecía conocer a los pumas. Josiah no parecía demasiado seguro de la
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