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B E Raya - Serie Herederos 05 Herederos De Una Vida

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HEREDEROS DE UNA VIDA
Serie Herederos 5
LIBRO FINAL
 
RESEÑA
 
 
La gran guerra termino, relativamente todo estaba en paz ahora, y aunque Cedric, Onan y
Neil tendrán que enfrentarse a una guerra un poco más personal. Surge la pregunta de ¿Qué
sucederá ahora con los demás guerreros del norte?
Todos ellos tienen algo en común, abandonaron sus clanes de nacimiento y solo
encontraron el verdadero hogar en su pequeña y particular manada en el norte. Ahora todo
cambio. ¿Permanecerán juntos como estaba planeado? ¿o lucharan por algo que no sabían
siquiera que necesitaban en sus vidas?
DEDICATORIA
 
Con mucho cariño para todas aquellas que me siguen y me enviaron contantemente
mensajes para saber el final de esta historia, fue difícil y muy tardado, pero espero que haya
valido la pena. Me enamore de estos guerreros y me duele dejarlos ir.
A mi hermosa amiga Marian, gracias por todo tu constante apoyo y cariño que tienes hacia
mí. Soy muy afortunada de tenerte conmigo.
 
ANTECEDENTES
 
 
Durante siglos los hombres lucharon unos contra otros por el control del planeta, continente
contra continente, país contra país y hombre contra hombre, todo era una guerra inútil que
diezmo poco a poco la existencia. El uso de armas nucleares acabó con cualquier posibilidad de
vida y vegetación, provocando una inestabilidad en la naturaleza. Huracanes, volcanes,
inundaciones, y devastaciones naturales terminaron por exterminar cualquier posibilidad de vida
humana. Después de la gran guerra la madre naturaleza evoluciono buscando la forma de que la
vida no se extinguiera por completo.
Al final, solo los cambia formas sobrevivieron a la dura prueba, se llegó al acuerdo de
dividir el planeta con el objetivo de encontrar la paz y un equilibrio donde pudieran subsistir, por
común acuerdo se dividieron en razas, felinos, caninos, primates, marinos, voladores etc. Y cada
continente se subdividió en razas. Los felinos que eran la raza más variada, se dividieron en
territorios según su género, leones, panteras, tigres, leopardos, jaguares, pumas, guepardos,
linces entre otros más, a principios no eran muchos en género, pero si en variedad, apenas y eran
unos pocos hombres y un puñado de mujeres.
Pero la naturaleza busco la forma de florecer dando la posibilidad que ahora el hombre
cambia formas pudieran tener hijos, gracias a eso los números de miembros aumentarían. Y así
fue, después de años, los cambia formas divididos cada uno por su raza, aumentaron sus números
y convivían en el planeta pero cada quien en su territorio, vivían de la forma primitiva más
primaria, trabajaban la tierra con sus manos y el sudor de la frente, no había tecnología, pero
vivían bien estando conectados con la naturaleza, durante años reino la paz, pero la naturaleza no
era perfecta, siempre cabía la posibilidad de que brotara la mala yerba, y la ambición de un par
de hombres puso en peligro el equilibrio que había existido durante décadas.
Durante siglos los hombres lucharon unos contra otros por el control del planeta, continente
contra continente, país contra país y hombre contra hombre, todo era una guerra inútil que
diezmo poco a poco la existencia. El uso de armas nucleares acabó con cualquier posibilidad de
vida y vegetación, provocando una inestabilidad en la naturaleza. Huracanes, volcanes,
inundaciones, y devastaciones naturales terminaron por exterminar cualquier posibilidad de vida
humana. Después de la gran guerra la madre naturaleza evoluciono buscando la forma de que la
vida no se extinguiera por completo.
Al final, solo los cambia formas sobrevivieron a la dura prueba, se llegó al acuerdo de
dividir el planeta con el objetivo de encontrar la paz y un equilibrio donde pudieran subsistir, por
común acuerdo se dividieron en razas, felinos, caninos, primates, marinos, voladores etc. Y cada
continente se subdividió en razas. Los felinos que eran la raza más variada, se dividieron en
territorios según su género, leones, panteras, tigres, leopardos, jaguares, pumas, guepardos,
linces entre otros más, a principios no eran muchos en género, pero si en variedad, apenas y eran
unos pocos hombres y un puñado de mujeres.
Pero la naturaleza busco la forma de florecer dando la posibilidad que ahora el hombre cambia
formas pudieran tener hijos, gracias a eso los números de miembros aumentarían. Y así fue,
después de años, los cambia formas divididos cada uno por su raza, aumentaron sus números y
convivían en el planeta pero cada quien en su territorio, vivían de la forma primitiva más
primaria, trabajaban la tierra con sus manos y el sudor de la frente, no había tecnología, pero
vivían bien estando conectados con la naturaleza, durante años reino la paz, pero la naturaleza no
era perfecta, siempre cabía la posibilidad de que brotara la mala yerba, y la ambición de un par
de hombres puso en peligro el equilibrio que había existido durante décadas.
 
1
 
Flashback
primavera de 3260 …
 
Cedric contuvo el aliento, no quería fallar en esta ocasión, durante estas últimas semanas
había estado entrenando muy duro con el arco y la flecha; por esa razón estuvo muy seguro de
sí mismo y le había apostado a Zoin de que podía hacer el tiro perfecto, además sus padres lo
estaban observando y no quería decepcionarlos. No había sido su intención alardear en frente
de todos, pero Zoin lo había provocado.
—Relájate Cedric— instruyo su abuelo Moon. El cuerpo de Cedric lo hizo como si hubiera
estado esperando la orden de su abuelo. Ajusto sus brazos y tenso sus dedos. Liberando el
aliento, soltó la fecha. El tiempo pareció detenerse, era como si Cedric pudiera ver
perfectamente como la flecha cortaba lentamente el aire a su paso… Cincuenta metros después,
se enterró profundamente en la marca del tronco. Aplausos y silbidos se escucharon a su
alrededor. Cedric sonrió ampliamente, ¡Lo había logrado!
—¡Bien hecho hijo! — grito su padre Fion a lo lejos, a su lado su otro padre Tovias estaba
aplaudiendo. Ambos estaban orgullosos. Ver la cara de felicidad y orgullo de sus padres causo
que Cedric se sintiera como de cien metros de altura.
—Así se hace muchacho— su abuelo le palmeo la espalda. —Creo que a tu amigo no le
van a quedar ganas de retarte nuevamente— Cedric miro a Zoin, lo miraba con odio, no
entendía porque el chico lo odiaba tanto, no había muchos niños en el clan y Cedric trataba de
llevarse bien con todos, jugaban y entrenaban juntos, pero últimamente Sion aprovechaba
cualquier pretexto para molestarlo.
—Él me odia— dijo a su abuelo. Él le revolvió el cabello.
—Son apenas unos polluelos ¿que saben ustedes sobre el odio? —
—¡Es la verdad abuelo! Siempre me anda molestado— se quejó Cedric. No entendía lo
que le sucedió a Zion de buenas a primeras aprovechaba cada oportunidad para provocar a
Cedric, se burlaba de él, le hacía bromas, incluso en una ocasión lo metió en graves problemas,
lo cual le valieron unos buenos azotes por parte de sus padres.
—Tal vez le gustas— dijo su abuela Zara llegando a su lado.
—¿Gustarle? — prácticamente grito, ¿Gustarle? ¿Se refería a…? él miró hacia donde
estaban sus padres. No le sorprendió ver que sus padres se besaban, hacían constantemente eso
—¡Wacala! — hizo cara de disgusto. Sus abuelos rieron. —Yo no voy a casarme nunca, ¡Qué
asco! — Esperaba que su abuela se equivocará, él ni siquiera podría imaginarse besando a
Zoin. 
—Te recordare eso en unos años— dijo su abuela.
—¡De verdad! Yo no quiero esposos, ¡Soy un guerrero! — ese era su sueño, dirigir a la
manda como sus abuelos o sus padres, él lideraría al clan, volaría con sus guerreros por los
aires y los entrenaría. —Recuerda lo que me dijiste abuelo, al ser líder, ellos me brindaran toda
su confianza, su fe, sus vidas y tendré que guiarlos con honor y responsabilidad, yo seré un buen
líder algún día, no tendré tiempo para esposos— Sus abuelos intercambiaron una mirada, su
abuela sonrió. Su abuelo Moon se arrodilló a su lado.
—Si, recuerdo que te dije eso, pero solo hay algo más importante que guiar a la manda—
—¿En serio? — Cedricno podría imaginar que cosa podría causar más honor que ser el
líder de su clan.
—Si — asintió con la cabeza —Ser un compañero es aún más importante que ser el líder—
—Pero…—
—Deja que termine— instruyo su abuelo —Es nuestro deber dar la bienvenida a nuestros
compañeros, sean quienes sean. Prometerás amarlos, honrarlos, protegerlos y respetarlos por
toda la eternidad. Los compañeros son un regalo más precioso que el oro o los diamantes. —
Cedric miro a su abuelo, él jamás le había mentido en nada, y siempre le daba las más valiosas
lecciones, fue quien le enseño a fabricar un arco, a blandir la espada y a cazar. Si él le estaba
diciendo esto, era porque tendría razón tarde o temprano.
—¿Los compañeros son más importantes que la manada? — pregunto curioso.
—Si en alguna ocasión te vez obligado a escoger… si, los compañeros son lo primero—
confirmo su abuelo, Cedric se quedó pensativo unos segundos, después miró de nuevo hacia
donde estaban sus padres, su madre había llegado y su padre Fion ahora la besaba a ella.
Cedric hizo una mueca
—¿Tendré que besarlos? — sus abuelos rieron, su abuela puso la mano en el hombro de
su compañero.
—Sera como un requisito—
—¡Pero es asqueroso! — se quejó. No le gustaría compartir saliva con nadie más.
—Confía en mi hijo— su abuelo le golpeo el hombro —Te gustara hacerlo— Cedric hizo
mala cara, dudaba que le gustara eso. Pero si su abuelo lo decía, no le quedaba más alternativa
que creerle.
 
 
—Cedric ¿Me estas escuchando? — pregunto Quinn. Cedric sacudió su cabeza aclarando
sus pensamientos, últimamente estaba sumiéndose mucho en sus recuerdos. Aparto la mirada de
la chimenea. Miró al zorro.
—Lo siento, estoy algo distraído ¿Qué decías? — Decir que estaba distraído era decir
poco, la mente de Cedric no había tenido calma un solo segundo desde las últimas semanas.
Siempre había algo importante que hacer, algo que planear, algo en que pensar…
—Necesito que me acompañes— dijo Quinn en voz baja para que nadie más escuchara, era
difícil, estaban en el gran salón, en siglos pasados esa área había sido un comedor, en los tiempos
de gloria enormes mesas de madera y bancos habían adornado la estancia, el clan de los dragones
fue magnifico, numeroso, prospero… pero en los últimos años la montaña solo había sido
habitada por un puñado de hombres, no necesitaban tanto espacio y se habían adaptado para solo
utilizar solo un puñado de habitaciones.
El gran saló de antaño el cual se utilizó para muchos bailes y festejos; ahora era un salón
para múltiples funciones, como en esta estancia se encontraba la chimenea más grande, habían
adaptado el lugar para que no solo fuera una zona común de reunión, también servía de comedor,
de zona de estar, y en muchas ocasiones más cuando el tiempo les impedía salir, utilizaban el
espacio para entrenar con las espadas o hacer algo de ejercicio. Cerca de la chimenea había
grandes pieles, dos pares de sillones se encontraban cerca y algunas mesas alrededor, aquí podían
pasar el tiempo en grupo. Los dos guardias del clan de los leones estaban en una de las mesas
jugando cartas y al otro lado del salón se encontraba Onan recostado en uno de los sofás leyendo
un libro, y Neil a su lado estaba dormitando. Desde que llegaron aquí; Onan había descubierto
por primera vez lo que era un libro, estaba encantado con ellos, su clan pudo salvar algunas cosas
antes de que el mundo cayera en caos, eran grandes tesoros que Cedric quería compartir con
todos.
—¿Cedric…? —
—Te sigo— dijo Cedric a Quinn. Al dar el primer movimiento, Onan levanto la vista de su
libro. Cedric asintió con la cabeza para que no se preocupara, su compañero león sabía que si
algo estaba ocurriendo sin duda la causa era Yandel. Pero habían hecho un acuerdo semanas
atrás. Yandel era problema de Cedric y sus hombres, Onan y Neil no podían involucrarse, no era
conveniente. Eso no eximia que Onan no se preocupara o que Neil quisiera averiguar donde se
encontraba encerrado Yandel y terminar lo que había comenzado.
—No creo que Yandel llegue a término su embarazo— comento Quinn en cuanto salieron
del salón, Cedric suspiro mientras recorrían los pasillos de piedra.
—Hace unos días dijiste que todo estaba bien— comento Cedric, tomando una antorcha de
una de las bases metálicas clavadas a la roca.
—Si, eso creí, esta mañana he ido a revisarlo, está molesto porque no puede cambiar más a
su forma animal, el cachorro no se lo permite, eso no lo ha detenido de intentarlo a pesar de que
le he dicho que no lo haga— Cedric apretó los puños, ese hombre estaba cada vez más loco,
estaba temiendo por la vida de ese bebé. Yandel sería capaz de hacerle daño si se le permitía.
—¿Lo has tenido que restringir de nuevo? —
—No ha quedado otro remedio, Dylan le ha puesto las cadenas cuando comenzó a golpear
la pared llamando a Onan— << ¿Crees que no se controlar la oscuridad en la que vivo?>> Le
había dicho Yandel semanas atrás, le había creído en ese entonces, ahora no estaba tan seguro.
Su locura solo estaba empeorando. Dudaba que el bastardo recordara que Cedric le había
advertido que en ningún momento le permitía ver a Onan de nuevo. Continuaron su camino por
el laberinto de pasillos, conforme avanzaban el lugar se volvía más frio, húmedo y más oscuro.
Esta zona no era tan transitada, así que estaba demasiado descuidada, no había luz o habitaciones
que sirvieran de residencia, además no era conveniente, ya que el frio haría prácticamente
imposible vivir cómodamente en esta área.
Llegaron al centro de la montaña donde tenían oculto a Yandel, a pesar de que habían
adaptado la celda para que fuera más cómoda, no dejaba de ser eso, una celda. Dylan se levantó
al verlo entrar, Cedric asintió con la cabeza hacia su amigo. Abriendo la primera puerta, Cedric
les dijo a Dylan y a Quinn que entraría solo. Ellos no estuvieron de acuerdo, pero asintieron,
cerrando la puerta de madera, siguió por el pasillo hacia la siguiente reja, ahí entraría a otra
estancia más grande donde se estaban unas enormes jaulas de contención. Las celdas de metal
eran así de grandes porque fueron diseñadas para restringir a los dragones que habían perdido su
mente en el camino. Los metales de las rejas eran demasiado gruesos y de un material especial, el
cual dificultaba que un dragón pudiera derretirlo con su fuego. Era una fortaleza, si un dragón no
pudo escapar jamás de estas celdas, un cambia forma de otro tipo no lo lograría.
Ni siquiera había terminado de recorrer el pasillo y los gritos de Yandel ya se escuchaban.
Cedric Jamás tendera con que pagar a sus amigos por esto. No tenían por qué seguir ayudándolo,
pero habían aceptado hacer esto por él. No solo era vigilar a Yandel para que no escapara,
también tenían que soportar sus gritos de locura.
—Onan, Mi amor ¿Eres tú? — grito Yandel desde su prisión, Cedric contuvo el gruñido
que amenazaba salir de su garganta, se acercó a la celda. —Onan— Yandel saco su mano por
entre la reja, pero Cedric estaba a un metro de distancia, por lo cual no alcanzaba a tocarlo —
¡Por favor! Mi amor, te necesito— la estancia estaba iluminada por antorchas, por lo tanto,
Yandel podía verlo con claridad, él no era Onan, pero en la mente trastornada del hombre si lo
era. ¿Cómo pudo terminar un líder poderoso de esta manera tan patética? Onan sintió pena por el
hombre.
—No has comido— dijo Cedric señalando la comida en la mesilla pegada a la pared, las
patas estaban soldadas a la celda, no podían permitirse el lujo que el hombre la usara como un
arma. La cama era de piedra cubierta con pieles, no había silla que pudiera quebrar para usar la
madera como arma, aquí no había nada que fuera peligroso.
—No tengo hambre— dijo Yandel mirándolo con ojos suplicantes —Te necesito a ti Onan
… tengo hambre de ti— En sus ojos Cedric no reconoció nada del hombre que había sido
Yandel, parecía haber enloquecido, pero Cedric no se dejaba engañar, solo dos días atrás el
hombre había estado cuerdo, tan lucido, que exigió a Cedric que le llevaran una tina con agua
caliente para tomar un baño, pidió fraganciacon olor a lavanda y ropa de algodón, además exigió
un corte de cabello y un amante al cual follar. Ese era Yandel. El maldito tigre que se creía
todavía laird de su clan.
—Tienes que comer— ordeno.
—Por favor Onan— Yandel extendió más la mano —Solo te necesito a ti, hare lo que me
digas si me dejas tocarte— Cedric apretó los dientes, lo que más deseaba era desgarrar a este
hombre con sus garras, pero sabía que no podía hacerlo. Miró su vientre. Era un milagro que a
esas alturas ese bebé siguiera vivo, Yandel no comía como debería, e incluso en una ocasión
necesitaron amarrarlo porque amenazo con desgarrar su propio vientre, el tigre estaba demacrado
y tan delgado que podía ver los huesos pegados a su piel. Sin apartar la mirada de su vientre,
Cedric tomó una decisión… esto no es lo que él planeo para sus compañeros, pero ese cachorro
era parte de Onan por lo que era su bebé también, y como compañero y padre tendría que estar
dispuesto a hacer lo que fuera necesario por el bienestar de su familia, con una mano atravesó los
barrotes y sujeto un muslo de pollo y se acercó a Yandel, sujetando la mano que Yandel estiraba
se acercó lo suficiente para ofrecerle el alimento sin soltarlo de la mano.
—Come— ordeno. Yandel ronroneo ante el toque de su mano, apretándolo atrajo su mano
a su rostro y ronroneo como un gato contento, Cedric evito apartar la mano, estaba haciendo esto
por el bien de su familia. Yandel comió la pieza de pollo mientras continuaba restregándose
contra su mano. Cedric sentía como si el toque del otro hombre le quemara la piel, se sentía
sucio, furioso, lleno de ira. Pero no se apartó. Cedric apretó los dientes. Era un guerrero. Y
tendría que resistir.
2
 
Finales de Otoño 5144 ….
 
Cedric estaba desnudo, magnífica y descaradamente desnudo. Su compañero era perfecto,
con hombros anchos, un pecho amplio y fuerte y costillas cinceladas. Onan no podía apartar la
mirada. Sus ojos vagaron sobre sus musculosos brazos, sus caderas delgadas, el vientre plano y
las nalgas tensas, finalmente bajó la mirada hasta su ingle. Estaba totalmente erecto, su sexo
sobresalía hacia arriba con valentía en medio de un remolino de rizos densos del color de un
cuervo. Su mirada subió de golpe hasta su cara. Cedric era uno de los hombres más apuesto que
Onan hubiera conocido, y decía que era uno, porque el otro sin duda era su hermoso Neil.
Entonces recordó a su compañero lobo, miró hacia todos lados, pero no vio a su otra
pareja, imagino tal vez que en esos momentos estuviera durmiendo en alguna parte. Sonrió. Neil
se había convertido en un oso gruñón y dormilón a causa de su embarazo, las últimas semanas
estaban siendo difíciles para él. Ya podía adivinar Onan que al despertarse Neil desearía de
nuevo un masaje cuando y Onan no veía la hora de complacer a su compañero embarazado.
Cuando conoció a Neil, el hombre era orgulloso y testarudo, aun lo era, pero Onan sabia como
ganárselo. Le encantaba esas facetas, en un momento estaba gruñón deseando cortarles la
cabeza a todos y al siguiente deseaba estar acurrucado con Cedric o con él.
—Mírame gatito— demando Cedric haciendo que recordara en donde estaba. Onan lo
complació, clavo su mirada en sus ojos oscuros, el rostro de Cedric era atractivo, ahora
endurecido por la lujuria. Entonces se dio cuenta que; no eran los ojos de Cedric, no eran sus
facciones duras. ¡No era su compañero! Onan se negó a mostrar miedo. Seguramente estaba
imaginando cosas, la habitación estaba demasiado en la penumbra como para ver con claridad
a su compañero.
Pero con cada segundo que pasaba, Onan se convencía que nada en él era habitual. Ni sus
penetrantes ojos, ni sus labios generosos, ni el cabello oscuro. El extraño se acercó a la cama, él
se encogió con terror. Sabía quién era… Sabía lo que quería.
—No, por favor— susurro Onan, dándose cuenta en ese momento que no estaba en una
cama, sino en una silla, con clavos enterrados en sus manos.
—Tranquilo mi precioso gatito— Onan cerró los ojos, y negó con la cabeza, que estúpido
había sido. Ni Cedric ni Neil lo llamaban así, sabían lo terrorífico que era para él esa palabra.
—Aléjate —susurró.
—Solo quiero tu amor— aseguro Yandel al mismo tiempo Onan sentía el frio de su mano
sobre su pecho. Gritó pues el intenso dolor era insoportable. Neil sintió el peso inconfundible
del tigre montándose en su regazo, y su ofensivo olor a escasos centímetros de su rostro. Un
grito salió de su garganta mientras sentía como Yandel se empalaba a si mismo sobre su
polla….
 
 
—Onan, ¡despierta! Estas soñando de nuevo—Neil no estaba seguro de que lo había
despertado de un sueño profundo, pero sus ojos de pronto se abrieron amplios y vio a Onan
retorciéndose en la cama. Neil se arrodilló a su lado con torpeza, cada vez le era más difícil tener
agilidad con su enorme tripa, Onan estaba despeinado y su mirada era salvaje, casi como la de un
animal trastornado. Estaba desnudo y cuando levantó una mano para pasarla por su cabello
despeinado, Neil vio como temblaba.
—Onan — susurró preocupado tal como pueden hacerlo aquellos que son despertados en
medio de la noche por alguna tragedia.
— Neil— Onan dijo y su voz temblaba tanto como su mano — Lo siento… siento
despertarte— Instintivamente Neil lo atrajo hacia sus brazos, Onan no se resistió, lo empujó
hacia abajo y cayó sobre él enterrando su cara en su cuello. — Te necesito, ayúdame Neil — le
susurró, su voz era una mezcla de miedo, cólera y deseo. Neil lo abrazó con fuerza, buscando
protegerlo, colocó una de sus manos en sus hombros y con la otra agarró su cabeza, con su boca
caliente y abierta besó su cuello. Neil giró su cabeza hacia él, ofreciéndose completamente para
lo que él quisiera. Intentó abrigar sus piernas alrededor de él, pero las mantas estaban en su
camino.
—Sí, compañero, todo lo que quieras, todo lo que necesites, soy tuyo— murmuró, su voz
era baja y tranquilizante. De pronto las mantas fueron empujadas hacia abajo con desesperación
¿Cuándo seria que el maldito Yandel los dejaría en paz? su mano recorrió la espalda de Onan
con dulzura. Onan gimoteó con angustia y Neil levantó sus piernas y las colocó alrededor de su
cintura, abrazándolo, atándolo con su calor. —¿Quieres hablar de tu pesadilla? — pregunto,
aunque ya sabía la respuesta, Onan finalmente lo miró y su cara se encendió con el temor.
— No, no, Neil. Quiero olvidarlo, olvidarlo aquí en tus brazos y profundamente dentro tuyo
— Él se levantó, descansando sobre sus manos, su torso se estiró sobre Onan, los músculos de
sus brazos se hincharon y estiró su cuerpo para forzar sus caderas contra las suyas. Esta era una
de sus malditas posiciones favoritas. Onan le había dicho a Neil que le gustaba mirar su cara
mientras lo follaba, le gustaba mirar su vientre hinchado con su hijo mientras sus pollas se
frotaban la una contra la otra, Onan amaba ver como la lujuria ganaba sus ojos cuando Neil
miraba su cuerpo sobre él. Solo verlo en esa posición puso a Neil caliente.
—Voy a follarte, Neil. hazme olvidar todo— Onan retiró sus caderas y Neil tuvo que
aflojar sus piernas para darle espacio. Mirándolo profundamente a los ojos, Onan estiro la mano
buscando el tarro de aceite que siempre mantenían a un lado de la cama, la verdad es que Neil no
creía necesitar que lo estirara, puesto que horas antes se habían entregado a la pasión, pero sus
compañeros eran súper protectores con él. su lema era “jamás hacerle daño de ninguna manera”
y Neil estaba tan cansado de decirles que era tan hombre como ellos y no era delicado cristal.
Pero era inútil razonar con ambos. A veces lo trataban como una delicada flor. Pero no por estar
embarazado iba a romperse. Neil gimió al sentir los dedos de Onan hurgando en su agujero.
Efectivamente no fue necesaria tanta preparación. Neil estaba listo. Con un gruñido Onan se
empujó en Neil, no con demasiada fuerza, pero si con un empuje estable y firme en su canal.
Neil se mordió sus labios cuando su polla quemó todo camino hasta que Onan dio un pequeño,
pero duro empuje para asentarse profundamentedentro de él. Neil lo miró cuando él cerró sus
ojos y se estremeció del placer.
— Sí, sí, esto es lo que necesito — él murmuró casi para sí mismo — Tú y Cedric son los
únicos que pueden alejarlo— Él abrió sus ojos ardientes y Neil sintió subir su temperatura en
respuesta al calor de su mirada. Pasó sus manos por sobre sus brazos ligeramente, regocijándose
nuevamente con su hermoso físico. Y por como millonésima vez se preguntó cómo fue que pudo
haber dudado alguna vez no poder amar a Onan. Había ocasiones en las que se burlaba de sí
mismo por haber sido tan idiota. Tantas semanas que perdieron todo por la obstinación de Neil.
En ocasiones hasta llegaba a culparse por lo sucedido con Yandel. No podía dejar de pensar en
que, si no hubiera negado tanto a Onan, tal vez Onan no hubiera intento escapar de ello y Yandel
no hubiera tenido la oportunidad de dañar a Onan… <<Hubiera>> siempre con el maldito
hubiera. Negó con la cabeza. Tenía que sacarse esas ideas de la cabeza, no podía cambiar el
pasado, ahora tenían un futuro. Y estaba ahí en ese momento. Su compañero lo necesitaba.
Neil le dio toques juguetones y seductores y Onan gruñó bajo en su garganta. Sus ojos se
veían oscuros, ante la débil luz del dormitorio, sus pupilas estaban dilatadas de deseo o de miedo
o quizás de una combinación de ambos, como fuera Neil se perdió en sus profundidades, sus
caderas se empujaron en un ritmo aprendido en incontables horas de follar con este hombre, <<a
estos hombres>> aclaro, Onan y Cedric eran sus compañeros, ambos demandantes, ambos muy
sexuales, ambos apuestos, y al mismo tiempo tan diferentes… Cedric era paciente, se tomaba su
tiempo para hacerlo enloquecer de placer antes de follarlo, Onan por otro lado era más rudo y
podría follarlo durante horas y repetidamente. Con pasión y lujuria
Onan y Neil se miraron fijamente el uno al otro durante un largo minuto mientras Onan
jadeaba sobre él, todavía enterrado lleno y duro. Neil deseaba más que nada que Onan confiara
en él y le contara sobre sus constantes pesadillas, tal vez si sacara todo de su sistema podría dejar
la sombra de Yandel atrás. Pero él se negaba hacerlo, diciendo que no quería que los terribles
recuerdos estuvieran sobre ellos. <<Aunque no supiéramos todo lo ocurrido la sombra del tigre
siempre está entre nosotros>> pero no podían obligar a Onan a hablar, Neil en particular solo
podía imaginar lo ocurrido aquella tormentosa ocasión, sabía que Cedric conocía un poco más de
detalles, pero él tampoco le contaba nada. Pero no era momento para estar pensando en esto,
solamente comprendía que algunas preguntas deberían esperar hasta que fuera el tiempo
apropiado cuando no tuviera una caliente y firme polla empujando dentro de él; haciendo que su
culo saltara acalambrado con la necesidad de follar. Miró hacia los ojos de Onan, ojos llenos de
pasión, pero también de vulnerabilidad. Aunque intentara negar sus efectos, la pesadilla lo había
sacudido mal.
—Te amo Onan— las palabras ahora salían tan naturales, no podía recordar un tiempo en
el que no guardara estos sentimientos por el león. Observo el azul quemante de los ojos de Onan
mientras sus pupilas se ponían más grandes y su respiración se quebraba. Le encantaba que sus
palabras pudieran tener este efecto en su compañero. Él se estremeció otra vez e
involuntariamente sus caderas se movieron, conduciéndose con fuerza en él. Neil gimió, el sano
dolor mezclado con placer le gustó. Su cuello se hizo hacia atrás y se arqueó, doblándose sobre
la cama. Su estómago se presionó contra Onan y él pudo sentir la suave frescura de su
transpiración. Neil mantuvo su cuerpo arqueado, alargándolo como si un gato se estirara,
frotándose contra su sudor y su piel y Onan rio con una sonrisita puramente masculina que
hablaba de sexo y placeres terrenales en la noche, despacio bajó sus piernas de la cintura de
Onan hasta que sus pies descansaron firmemente sobre la cama, sus rodillas se abrieron
bruscamente. Cuando miró a Onan, él le estaba mirando fijamente, como si lo viera por primera
vez y Neil se sintió como si así lo fuera, sintiendo su insaciable hambre comprendió que él lo
esperaba para que le dijera qué hacer.
— Fóllame, Onan, con fuerza y rápido. Tómame y olvida todo, solo estamos tú y yo —
Neil levantó sus caderas altas, apretando contra él casi con dolor, con intenso placer, cerró sus
ojos y sacudió su cabeza.
— Si, Neil, — Onan gimió — Solo nosotros— Sin alejar la mirada de Onan, Neil sintió su
pelvis chocar contra un golpe corto de Onan, despacio salió de Neil para luego volver a
empujarse con fuerza en su interior, Neil agarro con fuerza su polla y comenzó a masturbarse,
mientras Onan seguía fallándolo. Se estremeció y todo su cuerpo se movió con los duros
embates, mientras los sonidos del sexo llenaban el aire. Pequeños gritos rasgaron su garganta
cuando Onan se condujo dentro de él con particular fuerza, su compañero le miraba fijamente,
sus ojos eran calientes, oscuros mientras él continuaba fallándolo. Duro y rápido. Neil gritó
mientras Onan comenzaba a entrar en él en un ritmo de castigo, sollozó su nombre, con su mano
libre se sujetó a uno de los antebrazos de Onan clavándole las uñas. Entonces Onan agarró las
caderas de Neil y se condujo en él una y otra vez como un hombre poseído. Neil prácticamente
aulló cuando alcanzo el clímax, exploto en éxtasis mientras Onan forjaba su placer sobre él en
una brutal follada. De pronto Onan empujó profundamente en él elevando sus caderas más altas,
hasta que Neil arqueó su trasero como si fuera un arco lleno de gracia contra la cama. Él lo
miraba, su cara reflejaba con fuerza y sin piedad su satisfacción en un estado casi incoherente
mientras su orgasmo se rompía en él. Onan gimió profundamente, despacio cerró sus ojos
mientras los músculos de sus brazos se hincharon y se sostenía sobre Neil para no aplastar a su
hijo. Los temblores sacudieron su cuerpo cuando se corrió, su orgasmo parecía casi doloroso en
su intensidad. Él estaba hermoso en su éxtasis, muy hermoso cuando todo acabó, Onan se
derrumbó al lado de Neil abrazándolo contra su cuerpo. Neil no se resistió. Esta había sido la
follada más intensa que alguna vez había tenido. Neil había estado espectacular, impaciente y
lascivo en su lujuria.
Pasaron los minutos, Neil suspiro aliviado cuando escucho el suave respirar de Onan, se
había quedado dormido, esperaba que por esta noche no tuviera más pesadillas. Esto se estaba
haciendo más común cada vez, y por lo general coincidía cuando Cedric no estaba en casa.
Semanas atrás se había llevado a cabo la gran guerra contra linces y tigres, Yandel había perdido,
eso fue hasta que jugo su única carta y Neil no había podido matarlo, semanas después, los
clanes estaban recuperándose de las consecuencias de la guerra, al menos en las cosas materiales,
porque las vidas que se perdieron ese día jamás se recuperarían. Por esa razón, mantenían oculto
a Yandel, las personas no perdonarían que estuviera vivo, no importaba que fuera por la razón de
que el tigre estaba embarazado, ¿que era una vida a cambio de decenas que se perdieron? Aun
así, Neil había sabido ese día, que si Yandel hubiera muerto llevando al hijo de Onan con él…
Cedric y él habrían perdido para siempre a Onan. 
Por esa razón solo unos cuantos sabían que Yandel estaba vivo. Los padres de Onan y los
líderes de cada clan. Neil no estuvo de acuerdo al principio que ellos supieran, bien podrían ellos
mantener en custodia a Yandel en la montaña, pero Cedric era un hombre de honor, un antiguo
guerrero que creía que su palabra era su mejor arma. Por esa razón había enfrentado a los líderes
de los clanes y tratado el asunto. No fue fácil claro, los padres de Onan lo apoyaron
incondicionalmente, al igual que Baruj, ex amante de Onan y esposo de su medio hermano. Con
el líder de las panteras, con Rashid y con el consejo de los tigres blancos fue más difícil. Pero al
final habían cedido a ayudarlos. Yandel seguía cautivo en la montaña, custodiado por algunos
hombres de confianza que cada líder habíabrindado. Por lo general con ellos bastaba para hacer
las cosas, pero Cedric no pudo demandar a sus hombres que continuaran con viviendo con ellas,
era comprensible que cada guerrero ahora que había terminado la guerra querían emprender su
propio camino. Sonrió. Quien lo hubiera dicho. Después de todos esos años juntos, ahora cada
guerrero del norte había encontrado un camino que lo apartaba de la soledad y las armas… todos
habían caído ante lo que juraron alguna vez que jamás los vencería… el amor.
Pasaron los minutos y finalmente se Neil se rindió agotado. No podía preocuparse más esta
noche. Tenía que dormir, y supo que podría hacerlo, debido a que Onan estaba profundamente
dormido, Él se fue a la deriva con Onan sosteniéndolo protectoramente en sus brazos. Se
acurrucó mejor contra el cuerpo caliente y colocando la mano sobre el pecho de Onan para
percibir los latidos de su corazón, Neil se quedó dormido.
3
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Con la precisión exacta que lo caracterizaba, Artai lanzo su daga, tal como esperaba, la
filosa arma se clavó en la tierra justo a la mitad del camino, cumpliendo con su objetivo…
impedir que el sexy jaguar avanzara. El comandante de los jaguares no mostro sorpresa por lo
ocurrido como lo mostraron los otros jaguares que se desplazaban por la calle. Los dos hombres
que acompañaban al comandante inmediatamente se pusieron alertas, buscando frenéticamente
de donde había provenido el ataque, Ghazi tranquilamente levanto la mano cuando los hombres
comenzaban a desenfundar sus espadas. Les dijo algo que Artai no alcanzo a escuchar, pero al
final los hombres no muy seguros de que hacían lo correcto continuaron su camino, entonces,
Ghazi levanto la vista para encontrarlo recostado en una rama en un alto árbol. Artai lo saludo
burlonamente con el otro chuchillo que sostenía. La manzana que estaba comiendo estaba muy
sabrosa, le gustaba la montaña, pero admitía que la fruta fresca que ofrecía esta región era lo
mejor que había probado en su vida.
A zancada firme Ghazi se acercó al árbol, sus ojos color avellana lo fulminaron, el
comandante jaguar estaba furioso. Le encantaba ver su furia. El hombre era atractivo pero
furioso era tremendamente guapo, a Artai le gustaban los hombres malos. El peligro siempre
había llamado su atención. Había algo divertido en dominar a hombres que se creían más fuertes
que él.
—¿No piensas bajar? — demando saber Ghazi colocando sus manos en sus cadenas. El
hombre mayor parecería que estaba preparándose para darle una tunda a un chamaco
desobediente. <<que divertido>> Ghazi podría asustar a cualquiera… a cualquiera podría
engañar. Pero Artai sabía lo que al hombre le gustaba.
—¿Qué me darás si lo hago? — pregunto llevándose otro trozo de jugosa manzana a la
boca. Descaradamente se lamio los labios provocando a Ghazi.
—No puedes seguir haciendo esto— dijo el comandante —Ya te he dicho que no estoy
interesado— Artai sonrió. Sí, efectivamente el hombre ya le había dejado claro que no estaba
interesado en las atenciones de Artai. Cada que tenía la oportunidad de bajar de la montaña,
aunque no tuviera una misión en el clan de los jaguares, igualmente Artai venía a visitar a su
gran minino rebelde. Le encantaban los retos y esto estaba siendo uno muy interesante. Artai
clavo el puñal en el árbol y salto ágilmente hacia el suelo, cayo con gracia quedando de pie y
completamente desnudo enfrente del jaguar. Ghazi retrocedió un paso hacia atrás. El hombre iba
a decir algo, pero se quedó mudo al contemplar de cerca su desnudez. Se suponía que para los
cambia formas era normal la desnudes, claro que esto podría tener algún efecto interesante en
alguien interesado en un ser en particular, como por ejemplo en esa situación. Artai, no solo
estaba desnudo, estaba completamente erecto, duro y dispuesto para follar a este hombre, no
podía evitarlo, cada que veía a Ghazi se excitaba, y era un maldito problema. Su forma halcón
era una bestia realmente hermosa con unas alas magnificas, era rápido, ágil, fuerte, preciso,
eficaz… amaba su otra naturaleza, la desventaja era que en su forma animal Artai no era lo
bastante grande como para llevar una mochila con correas ajustables donde podría cargar algo de
sus pertenencias como las que llevaban sus otros camaradas en ocasiones. Para los otros era
bastante fácil. En la antigüedad los ancestros de Cedric habían diseñado unos resortes de fibra
natural bastante flexibles, resistentes y manipulables, que los otros guerreros utilizaban para
cargar unas alforjas que se adaptaban a sus cuerpos cuando estos cambiaban, pero el halcón de
Artai no era suficientemente grande para cargar tanto, lo único que siempre llevaba en su
pequeño morral eran sus dagas, nada más. Él en cambio, terminaba desnudo y sin nada que
ponerse cada que cambiaba. Dejaba algo de ropa en cada casa alfa, pero por ahora no tenía
ninguna intención de vestirse.
—¿Te gusta lo que ves? — pregunto Artai burlón, eso basto para que Ghazi apartara la
mirada de su dura polla y lo mirara a los ojos. 
—Haz lo que tengas que hacer en el clan y luego márchate— dijo Ghazi dándose la vuelta
para alejarse. Pero Artai comenzaría a mostrarle al jaguar quien era el alfa aquí. Artai sujeto su
antebrazo para impedir que se marchara, pero Ghazi no estaba dispuesto a hacer las cosas fáciles,
con un movimiento rápido se zafó del agarre de Artai al tiempo en que giraba a medias para
golpearlo con el puño derecho. Artai ya esperaba que las cosas no fueran fáciles, había sido
entrenado para esperar lo inesperado, se agachó esquivando el golpe, sujeto al comandante de la
cintura y se impulsó hacia adelante para hacer que el hombre callera de espaldas. Artai podría ser
bajo en estatura, pero tenía a su favor la velocidad y buenos reflejos, sabia como utilizar el peso
de otra persona en su contra.
Ghazi quedo boca abajo contra la yerba, Artai subió a su espalda e inmovilizo sus brazos
hacia atrás y con sus piernas impidió que el hombre pudiera moverse, gruño con satisfacción
cuando su pene quedo acunado entre sus nalgas… <<será el cielo cuando me hunda en ese
apretado culo>>
—¿Por qué no te das por vencido? — susurro seductoramente en su oído.
—¡No! —gruño Ghazi furioso eso más que preocuparlo aumentó su lujuria. Artai deseaba a
este hombre con desesperación.
—Ghazi… hermoso Ghazi…— Artai lamio el costado de su cuello donde Artai deseaba
hundir sus dientes, sabía que esto no solo era lujuria por el hombre, sentía algo más.
—Apártate de mí— gruño Ghazi amenazante. Pero siendo sinceros no era como que el
hombre estuviera luchando muy duro para liberarse.
—Quieres esto comandante… lo sabes—lo retó con calma —Gritaras cuando te haga mío
— hizo una pausa y movió sus caderas insinuantemente con las promesas por venir —Me
acogerás tan dentro de tu culo con la misma pasión que estas demostrando al resistirte— Ghazi
jadeo, pero no parecía perturbado por sus palabras. Artai sonrió. El hombre mayor estaba por
caer… al menos eso pensó hasta que en un ágil movimiento, Ghazi se impulsó sobre sus rodillas
y se arqueo para que la parte de atrás de su cabeza se estrellara en la cara de Artai golpeando su
nariz. Artai gruño de dolor. A causa de la sorpresa y el golpe doloroso, Artai se descuidó. Un
segundo importante que el experimentado hombre aprovecho para deshacerse se Artai. En un
ágil salto era ahora Ghazi el que tenía abajo a Artai. <<Mierda eso no lo vi venir>> Ghazi
acerco su rostro hasta que estuvo a escasos milímetros de su cara sangrante, enseñándole los
dientes, el jaguar clavo sus ojos penetrantes en él.
—Nunca… escúchame bien— dijo Ghazi en voz ronca —Nunca, jamás un hombre volverá
a tener control sobre mi ¿entendiste? — y con esa advertencia lo libero al tiempo que cambiaba a
su forma jaguar y salía a toda prisa. <<Doble mierda>> las cosas no estaban saliendo según lo
planeado. ¡Maldito Rashid! Seguramente el malnacido puma estaba detrás de esta grave
inseguridad del comandante. Artai se prometió que cuando tuviera oportunidadno dudaría
clavarle un puñal en el corazón al hombre.
 
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Artai tomaba grandes cucharadas de su plato de avena, pero la verdad ni siquiera le estaba
tomando sabor a la comida, se sentía frustrado, todos sus intentos por acercarse a Ghazi no
estaban sirviendo de mucho. El hombre deliberadamente lo estaba evitando. Y él que había
pensado que tenía las cosas bajo control. Pues estaba equivocado. Y cualquier cosa que decidiera
hacer, necesitaba hacerla ya. Solo tenía un par de días antes de volver a la montaña e informar a
Cedric de cómo estaban las cosas por acá, no era que no pudiera hacer todo en un vuelo de un
día, pero Artai sentía que si partía sin poder cerrar el trato con Ghazi a su regreso volvería
encontrar las cosas como al principio. Además, sería un mentiroso si dijera que deseaba
separarse del comandante, ¿tal vez ya era hora de hacer nido en alguna parte?
—Si sigues con esa mirada asustaras a todos los niños del lugar, incluyendo a mi hija—
dijo Baruj el líder del clan de los jaguares —Y eso haría muy infeliz a mi compañero— Artai
siguió la mirada del jaguar, el consorte del clan estaba en una de las mesas bajas comiendo y
conversando con algunos otros felinos. No le pasó desapercibido el brillo en los ojos de Baruj al
observar al hombre rubio. Malik era medio hermano de Onan y aunque Onan se parecía
demasiado a Borja, reconocía que entre los dos hermanos tenían un aire familiar gracias a Fadel. 
Empezando por los ojos.
—Quien iba a decir que el gran alfa de los jaguares le temería a su compañero— intento
hacer una broma para molestar al hombre, estas semanas yendo y viniendo entre cada clan como
mensajero le había dado la oportunidad a Artai de conocerlos a todos, no los consideraba amigos,
pero ahora que estaban planeando vivir entre los felinos, todos los guerreros del norte tenían que
hacerse aliados de todos.
—Oh, sí — Baruj rio —No hay nada peor que una pareja cabreada, puedes preguntarles a
todos los hombres casados si no me crees—
—Es broma ¿Cierto? —Artai no se habría mostrado más conmocionado si el hombre le
hubiera anunciado su intención de ponerse un vestido — Pero... se supone que eres el alfa de
todo un clan ¿le tienes miedo a tu pareja? ¿y no te avergüenza admitirlo? — Encogiéndose de
hombros, Baruj tomó un sorbo de su cerveza.
—No importa cuánto puedes pensar que estas al mando… la verdad es que no lo estas—
Lanzó una sonrisa lasciva —Ellos dejan que creas que estas a cargo, pero si te descuidas
descubrirás que con un solo chasqueo de dedos te tienen a sus pies— Artai lo miró escandalizado
por las palabras, era difícil poder asimilarlas. Tenía poco sentido.
—Me gusta estar a cargo —murmuró Artai, su lengua se frenó brevemente, y luego él
admitió —Me gusta ser el de arriba, no permito que nadie me dome—
—¿Eso es lo que piensas? ¿Qué el que está arriba es el que manda? ¿Qué una unión
consiste en dominar al otro? — Baruj inclinó la cabeza, él era el líder de su clan, había pocas
cosas que pasaban del conocimiento de Baruj, y más de uno ya le había informado de las
intenciones del halcón hacia Ghazi, su mejor amigo y comandante.
—Todos me juzgan por mi tamaño y piensan que pueden ponerme de rodillas, pero no es
así. Disfruto tomando el control — Baruj guardó silencio por un momento, luego se inclinó hacia
un costado para que Artai solo pudiera escuchar lo que tenía que decir.
—Cedric más o menos nos contó cómo fue que cada uno de ustedes termino en la montaña,
tal vez no sepas esto puesto que no tuviste a un padre o madre que te lo enseñara— dijo Baruj
mirando hacia donde estaba su compañero, el león estaba riendo por algo que decía una de las
mujeres del grupo. —Un compañero es lo más valioso que llegaras a poseer, el que tu voluntad
este a los pies del hombre o la mujer que amas no es nada malo en absoluto. Al contrario—
—No entiendo—
—Es muy sencillo en realidad, lo que crees querer en ocasiones no es lo que en verdad
necesitas— Artai parpadeo sorprendido —Los compañeros no son las criaturas simples que
suponen deben ser. Y pueden hacer de tu vida el paraíso o un infierno aquí en la tierra. Si estás
dispuesto a soportar el infierno, entonces mantén tu posición en esto. Pero si deseas un
compañero que se acerque de propia voluntad, entonces estás haciendo las cosas mal —Hizo una
pausa para tomar una respiración antes de apoyar su mano sobre el hombro
de Artai. —Y si eso no te ayuda, entonces puedo contarte algo más. Si hablamos de sexo, yo no
digo que no puedes estar arriba, yo follo a mi pareja “pero solo si él lo permite” jamás podrás
hacer nada si la persona que amas no te cede el control— ¿amor? ¿Quién mierda estaba hablando
de amor? los ojos de Artai se ensancharon con incredulidad ante ese comentario, Baruj asintió
con la cabeza firmemente.
—Pero… yo…—
—Si es solo sexo lo que buscas, tal vez te estas equivocando no solo de estrategia, sino de
persona— Artai señalo hacia un rincón de la estancia, Ghazi venia entrando acompañado de otro
hombre… un jaguar, Artai ya lo había visto en otras ocasiones, era uno de los guerreros de Baruj.
Apretó los dientes, al ver como el hombre castaño colocaba su mano en hombro de Ghazi, podría
ser un gesto inocente, pero para Artai bien habría podido estarlo besando. Freno el impulso de
sacar su daga y lanzarla directamente hacia la mano ofensiva, tenía buena puntería, y estaba
seguro de que daría en el blanco, pero eso sería poner en riesgo a Ghazi a sufrir daño.
—No —negó Artai inmediatamente—Yo no estoy enamorado… apenas lo conozco —
—Jamás crees que lo estas —dijo Baruj sombríamente— Y el que no lo conozcas nada
tiene que ver, el corazón y tu instinto rara vez se equivocan ¿Qué dice tu instinto? — Los ojos de
Artai se nublaron hizo una mueca ante esa pregunta, ¿Quería más de una noche con Ghazi?
¿Podría imaginarse establecido con una sola persona el resto de su vida? La respuesta llego
inmediatamente ¡Mierda, estaba jodido!
—Ves lo que digo —Baruj inclinó la cabeza—. Tal vez ahora decidas cambiar la estrategia
— Artai suspiró con resignación Artai guardó silencio, había una mirada de alarma en su cara. 
Esto era algo que tenía que considerar.
 
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Algo de lo que se dio cuenta Artai con las siguientes horas fue que… no importaba cuanto
planeara las cosas, nada salía de acuerdo al plan, no entendía como Cedric era buen estratega.
Intento abordar a Ghazi de otra forma, fracaso, el jaguar orgulloso siempre se escapaba de las
manos, Gazhi trataba siempre de no estar solo para evitar que Artai le hablara, y si estaban en la
misma habitación jamás le dirigía la mirada ¡Hasta le dejo unas flores en su cabaña! Y Gazhi ni
siquiera tuvo la delicadeza de agradecerle el amable gesto ¿Cuándo Artai había hecho algo tan
ridículo para conseguir un amante? Estaba a punto de terminar la cena en la casa alfa y Artai
estaba fuera tratando de pensar que hacer, no tenía mucha hambre de todas formas, al menos no
de comida. Tal vez la única opción que tenía era ir con el hombre y preguntarle directamente que
esperaba de él. Cada que lo pensaba le gustaba más esa idea. No había nada mejor que ser
directos.
 Alguien salió de la casa alfa, pero no fue Gazhi. Artai estaba en su forma halcón en una
rama alta en la arboleda. Observar era lo suyo, tuvo la esperanza que si observaba el resto del día
a Ghazi aprendería cosas sobre el hombre. ¡Y como había aprendido! El hombre era orgulloso y
arrogante. Sus hombres confiaban en él y lo seguían en busca de guía, tal vez de ahí su renuencia
de ser el pasivo en una relación… pero Artai estaba seguro de que frente a Rashid el hombre bajo
la cabeza. ¿Porque con él era diferente…?
Entonces lo comprendió… que idiota había sido. Tal vez ese había sido su error desde el
principio, haberse fijado en el hombre simplemente porque estaba seguro de que Rashid lo había
follado. En cierta parte así fue, pero Ghazi atrajo la atención de Artai incondicionalmente, era
hermoso, alto, musculoso, con unos ojos preciosos. Artai no simplemente lo veía como a un culo
que follar.¡Idiota, idiota, idiota!
Nuevamente alguien salió de la casa alfa, y fue como si todo el cuerpo de Artai sintiera la
presencia de Ghazi incluso antes de que sus ojos lo miraran, era extraño porque si en algo
apostaba su vida era en sus ojos. El observar era su misión en la vida.
Artai gruño internamente al ver que su hombre no salía solo, iba con el mismo guerrero del
día de ayer, sus sospechas estaban confirmadas, no estaba saliendo con Ghazi porque tuviera que
comentar algo del trabajo, ellos iban a…
Baruj le había dicho que tenía que tener paciencia, que se tomara el tiempo de cortejarlo,
de tratar de que Ghazi lo conociera. ¡Paciencia! ¡Se cagaba en la maldita paciencia! Él no se
cruzaría de alas y observaría como Ghazi se llevaba a ese hombre para follarlo. ¡Oh no señor!
Hasta aquí habían llegado, el comandante caería.
Adelantándose llego a la cabaña de Ghazi primero, los hombres venían riendo entre ellos,
Artai tuvo que contenerse para no matar al guerrero jaguar, apretó las manos en puños al ver
como el hombre pasaba sus manos por el pecho semidesnudo de Gazhi. Artai se aclaró la
garganta para dar a conocer su presencia, ambos hombres se detuvieron. Gazhi lo fulmino con la
mirada y el otro hombre parpadeo sin comprender nada
—Vete— ordeno al hombre, él lo miró sorprendido
—Artai…— advirtió Ghazi. Pero Artai solo tenía ojos para el hombre que estaba tocando
lo que era suyo.
—Ahora— gruño, el guerrero a pesar que era varios centímetros más alto que Artai trago
saliva, había detectado la amenaza en sus ojos. El guerrero dio un paso atrás alejando sus
ofensivas manos el su hombre <<buen chico>>
—Creo… creo que …— retrocedió otros dos pasos antes de salir corriendo a pesar de que
Ghazi intento detenerlo.
—¿Qué mierda crees que haces? — pregunto Ghazi furioso en ese tono de mando que a
Artai lo hacía estremecer.
—No permitiré que te acuestes con cualquiera —Era tan simple como eso. Ghazi resopló.
—Como si tuvieras algo que decir al respecto. — Artai apretó los dientes.
—No lo harás —Gazhi ignoro sus palabras y se dio la vuelta como dispuesto a ir tras el
otro hombre, lo miró por encima del hombro
—¿Quieres apostar? No eres nadie para decirme con quien follar— Artai gruñó cuando
agarró a Ghazi y lo estrelló contra la pared más cercana.
—No te vas— Los ojos marrones de Artai empezaron a brillar de ira.
—Me voy. Apártate Artai, ya estoy cansado de tus juegos, no estoy interesado en estar con
alguien que solo quiere un juego de una noche —
—No te dejaré. —Incluso aunque tuviera que atar a Ghazi a la cama. No permitiría que
alguien más tocara lo que era suyo Los ojos de Ghazi ardieron de furia.
—No puedes detenerme. —
—¿Quieres apostar? — gruño Artai devolviéndole el reto que Ghazi había lanzado
momentos antes.
Ghazi se dio cuenta de su error en el segundo Artai levantó una ceja hacia él. El repentino
calor que infundía su cuerpo no tenía nada que ver con su ira.
—Artai, no puedo…— las palabras de Ghazi murieron bajo la presión de los labios de
Artai. El guerrero halcón era varios centímetros más bajo que él, y mucho más ligero, pero Ghazi
todavía estaba sorprendido por la fuerza del hombre cuando sin siquiera saber cómo había
ocurrido, habían entrado en su cabaña, Artai dominaba la situación, Ghazi fue agarrado y
arrojado a la cama. El cuerpo de Artai cayó sobre él antes de que terminara de rebotar.
—Artai, ¿qué...? — ¡Mierda! Unos ojos dorados brillantes lo miraron fijamente desde
donde había estado el marrón hace unos momentos. Ya no estaba con Artai. El guerrero estaba
empezando a salir. Ghazi estaba tratando con un hombre que le gustaba dominar, y estaba
cabreado.
—Artai... —Ghazi tentativamente se acercó para acariciar el lado de la cara de Artai,
tratando de traer al hombre de nuevo a él. Necesitaba razonar con el hombre, no podían hacer
esto, Ghazi algunos años atrás había dejado el hecho de saltar de cama en cama ahora necesitaba
algo de estabilidad en su vida… una familia. No era que Artai no lo atrajera, al contrario, el
hombre despertaba los instintos de Ghazi en una forma tan primitiva que era difícil resistirse…
pero sabía que el hombre no se quedaría, que lo único que buscaba era una maldita follada
rápida. Con Rashid aprendió que no quería volver a sentirse como un simple culo donde poner la
polla. Estuvo resentido mucho tiempo por ello. Era un secreto que nadie a excepción de Rashid y
él conocían. Ghazi se había humillado a si mismo ofreciéndole un hogar al hombre y él en
cambio se había enamorado de uno de los juguetes de Najib que ni siquiera podía darle hijos.
Sus ojos se curvaron cuando sintió una larga y húmeda lengua lamer por el costado de su
cuello. El halcón lo estaba probando, Ghazi estaba bastante seguro de que no iba a ser comido, al
menos no de mala manera. El olor embriagador que salía de Artai estaba lleno de lujuria y
necesidad. Ghazi sabía que estaba en problemas. Tragó con fuerza cuando sintió la tela de su
taparrabos ser arrancada de su cuerpo. La resolución de Ghazi de resistirse al guerrero, estaba
comenzando a flaquear. Ghazi se inclinó y metió la cara en la curva del cuello del hombre,
inhalando profundamente. Se estremeció cuando el olor profundo y rico lo llenó. Se acarició
contra la piel del hombre, frotando el olor de Artai en su rostro. Se bañaría en el olor si pudiera.
No era que el hombre no le gustara, lo hacía, de verdad, su reticencia era más al miedo de ser
utilizado nuevamente.
—Mío— gruño Artai. La mirada del hombre fue tan intensa que la determinación de Gazhi
termino quebrándose… simplemente tenía que confiar. Gimió y se arqueó en el aire cuando Artai
acarició sus costados. Se sentía tan bien ser tocado, acariciado. Él quería tocar, también. El pecho
desnudo de Artai estaba justo encima de él. Toda esa piel suave, combinada con una mancha de
vello oscuro en la parte superior de su pecho, era increíblemente deliciosa. Ghazi dio un ligero
empujón a los hombros de Artai. Se sorprendió cuando el hombre fácilmente rodó sobre su
espalda. Se inclinó y siguió el pequeño rastro de pelo castaño oscuro desde el borde del ombligo
de Artai y hasta su pecho a un pezón de color oscuro escondido en el pelo aún más rizado. Oyó a
Artai gemir cuando le mordió suavemente el pezón.
Las manos Artai se enroscaron en su cabello, sosteniéndolo allí. Ghazi lo tomó como una
invitación para más y mordió suavemente. Una de las manos de Artai permaneció en su cabello.
La otra se movió por la espalda de Ghazi para agarrar su culo. Gimió cuando el calor lo llenó. La
necesidad de sentir era más fuerte que cualquier control que podría haber tenido.
Se deslizó por el cuerpo de Artai y enterró su rostro en la ingle del hombre. La fuerte
fragancia del Artai era abrumadora. Ghazi inhaló una y otra vez, frotándose la cara de ida y
vuelta sobre Artai. Gruñó cuando la polla erecta de Artai le golpeó en la cara. Maldita sea, era
una polla perfecta también, toda bonita y gruesa y larga con piel caliente y sedosa. Ghazi la
quería. Quería sentir esa polla sedosa y dura en su boca, y quería sentirlo en su culo, también. 
Tal vez para muchos era mal visto, que, siendo un hombre tan grande y tan fuerte, y teniendo la
posición que tenía dentro del clan, a Ghazi le gustaba estar abajo. <<Tontos ilusos>> no porque
le gustara ser follado lo hacía menos hombre, esos que se atrevían a juzgarlo no sabían en
realidad lo que se perdían. Era buen guerrero, la mano derecha de Baruj porque se lo había
ganado a pulso, con trabajo y esfuerzo, le gustaba comandar a los guerreros de su clan, pero lo
que hiciera en la intimidad de su dormitorio era su decisión… su doloroso agujero casi tembló
ante la idea de ser reclamado por Artai.
Ghazi envolvió su mano alrededor de la circunferencia ancha de Artai y lamió la punta,
luego presionó su lengua en la
pequeña hendidura en la parte superior antes de girarla alrededor de la cabeza hinchada. Artai
gritó su nombre y se agitó debajo de él. La crema caliente llenó su boca. Ghazi se lo tragó y
siguió lamiendo y chupando hasta que Artai volvióa estar duro. Aún no había terminado con esa
hermosa polla. Ghazi gritó cuando de repente fue agarrado y rodado bajo Artai. El hombre estaba
sobre él, tan salvaje como Ghazi. Sus bocas se reunieron de repente. Ghazi mantuvo los labios
apretados contra Artai mientras levantaba su trasero e intentaba envolver sus piernas alrededor de
la cintura del hombre más pequeño. Ghazi se puso rígido cuando sus pollas se frotaron. Apretó
sus manos contra los hombros de Artai. Le dolía. Se sentía como si su cabeza fuera a explotar.
Inhaló bruscamente, Ghazi gimió mientras un escalofrío de puro éxtasis ondulaba a través de su
cuerpo.
—¡Mío! —Rugió Artai mientras volteaba a Ghazi sobre su estómago. Ghazi se quedó
rígido por un momento cuando Artai pasó dos dedos entre las mejillas de su culo. Gritó cuando
Artai lo agarró por las caderas y lo levantó en cuatro patas. El aliento caliente sopló a través de
sus bolas, seguido rápidamente por algo húmedo y cálido y como terciopelo. Entonces Ghazi
sintió que la larga lengua de Artai le golpeaba. Se estremeció. Artai lo levantó por los muslos.
Ghazi cayó hacia delante, sus brazos comenzaron a temblar cuando Artai raspó su lengua a
través del agujero hambriento de Ghazi. Podía sentir los dedos de Artai cavando en las mejillas
de su culo. Los pulgares del hombre estaban a un paso de su abertura. La provocación fue casi la
destrucción de Ghazi. Todos los pensamientos coherentes fueron empujados de su mente cuando
Artai comenzó a empujar su lengua en él. Ghazi inhaló profundamente y apretó el estrecho anillo
de músculos. Artai se limitó a empujar a través de ellos y comenzó a follar a Ghazi con su
lengua.
En poco tiempo, Ghazi comenzó a rebotar, empalándose sobre el grueso órgano. Sus brazos
temblaron mientras su culo tembló. No había ninguna palabra que Ghazi pudiera pensar para
describir el éxtasis que fluía a través de su cuerpo. Sentía como si estuviera ardiendo. Cada golpe
de la lengua de Artai encendió otro fuego. Cuando Ghazi sintió los dedos unirse a la lengua de
Artai, su agujero se abrió, pidiendo más. No sabía cuánto más podría tomar sin explotar en un
millón de piezas doloridas.
—Artai, por favor —le suplicó Ghazi. sólo pudo temblar anticipadamente mientras Artai
los rodaba hasta que Ghazi estaba encima, a ahorcajadas sobre Artai.
—Ghazi. —La palabra fue gruñida, casi indistinguible. Ghazi tardó un momento en
comprender lo que Artai quería. Cuando lo hizo, sonrió y levantó su culo en el aire. Agarró la
polla de Artai y colocó la cabeza contra la entrada de su cuerpo. Ghazi contuvo el aliento
mientras se inclinaba lentamente sobre la polla gruesa de Artai. Se estremeció un poco por lo
mucho que lo estiraba. Por un momento, Ghazi se preguntó si Artai encajaría, y luego se deslizó
los últimos centímetros hacia abajo. Artai le apretó las caderas, los labios estirados contra sus
dientes. Ghazi podía ver los colmillos del hombre. Si Ghazi no lo supiera, habría pensado que
Artai estaba sufriendo.
—Muévete— La reacción de Artai a sus palabras tomó por sorpresa a Ghazi. Un placer
exquisito atravesó a Ghazi cuando Artai empezó a moverse de repente, tirando de las caderas de
Ghazi hacia abajo mientras él empujaba hacia arriba. Las sensaciones fueron al principio un poco
abruptas, pero rápidamente se convirtió en algo que se mantenía construyendo y creciendo hasta
que Ghazi no podía recuperar el aliento.
—Artai... —Él gimió. Ghazi ni siquiera tuvo tiempo de entrar en pánico cuando Artai se
incorporó de repente, sus caras quedaron muy cerca la una de la otra.
—Mío —dijo Artai curvando una mano alrededor de su nuca. Golpeó fuerte y rápido,
hundiendo sus colmillos en la garganta de Ghazi. Gritó, y entonces Artai le estaba golpeando
frenéticamente. Artai se puso rígido, y algo ardiente de repente llenó el estrecho canal de Ghazi.
Artai arrancó sus colmillos de la garganta de Ghazi, pero al instante, el instinto de Ghazi se hizo
cargo, aparto el cabello de Artai y hundió sus propios colmillos en la garganta del hombre,
reclamándolo, su jaguar gruño ante el sabor de la sangre. El dulce sabor y la semilla caliente que
lo llenaba arrastró a Ghazi en su propio orgasmo. Su cuerpo se sentía como si se estuviera
desgarrando, temblando de la cabeza a los pies. Ghazi se desplomó contra Artai cuando su
cuerpo finalmente dejó de palpitar. Él jadeó pesadamente. Podía oír el fuerte golpe del corazón
de Artai bajo su oreja. Cada pocos segundos, la polla en su culo se estremecía, enviando
pequeñas ondas de choque a través de Ghazi. Finalmente tuvo fuerzas suficientes para levantar la
cabeza y mirar a Artai. El hombre estaba volviendo poco a poco en sí mismo, pero sus ojos eran
tan anchos como podían ser.
—Creo que a tu jaguar le caigo bien— dijo Artai y Ghazi rio
—Creo que mi jaguar tiene la intención de mantenerte — se habían reclamado
mutuamente, no había vuelta atrás, eran compañeros y Gazhi no podría estar más feliz por ello.
Los labios de Artai se curvaron en una sonrisa.
—Creo que estoy bien con eso—
—Será mejor que lo estés, porque no creo que mi jaguar vaya a aceptar un no como
respuesta— amenazo —Mas te vale que me seas fiel en tus viajes por los clanes, o a mi jaguar te
arrancará la polla de una mordida— Artai soltó una carcajada.
—Tranquilo gatito celoso, yo solo quiero a este jaguar— dijo Artai antes de besarlo con
pasión y necesidad. Ghazi esperaba no haber tomado la decisión equivocada podría ser que le
gustará estar a bajo, pero no era menos hombre que Artai, él ahora era suyo, y Gazhi luchaba y
protegía lo que era suyo. Artai ahora estaba atrapado con él.
4
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Clan de los pumas…
 
—Algún día podre levantar esta espada— grito Zamir mientras intentaba levantar en vano
la estada de Fergie. Sonrió al ver el esfuerzo y la determinación del chico. Al menos debía
reconocer que el pequeño niño mostraba más entusiasmo por sus entrenamientos que los muchos
otros pumas que se quejaban a la menor muestra de cansancio. <<Será un gran guerrero>>
había pronosticado Cedric en una de sus visitas. Y si alguien sabia de entrenar guerreros era el
gran dragón.
—Sigue practicando todos los días, come todo lo que te den y entonces en unos años
tendrás la fuerza necesaria— indico Fergie. Zamir dejo de toquetear la espada de Fergie y
comenzó a trepar por su cadera. Ese niño era bueno trepando cualquier cosa, Fergie estiro su
brazo y Zamir con gran habilidad se colgó de él como si fuera un oso perezoso.
—Entrenare duro estos días, y cuando regreses, seré capaz de vencerte con mi espada—
dijo el niño.
—Se que lo harás—
—¿Por qué no puedo ir contigo a la montaña? —
—Porque eres muy pequeño— Zamir ahora estaba dirigiéndose hacia sus hombros. Y
aunque ahora con el paso de las semanas la criatura había ganado peso y salud, aun así, no
implicaba mayores problemas para Fergie.
—¡No lo soy! — se quejó con un mohín. Fergie con facilidad lo sujeto por la camisa y se lo
paso al otro brazo.
—Todavía eres un enano— rio al ver como el pequeño mocoso le enseñaba los dientes.
Para provocarlo, Fergie sacudió su brazo, el chico estuvo a punto de caer, pero en último
momento el cachorro linde se aferró a su camisa, hizo una mueca al sentir sus pequeñas garras
atravesar la tela y clavarse en su pecho. El niño levanto la cabeza y le sonrió.
—Siempre como todas mis verduras y las cosas que Dominick me da—
—Haces bien—
—Un día seré grande y fuerte y viviré como ustedes en la montaña— el niño señalo hacia
la montaña.
—Algún día— respondió con nostalgia, aunque sinceramente Fergie dudaba que ese día
llegaría. Los días de los guerreros en la montaña estaban llegando a su fin. Cada uno de ellos
estaban tomando un camino diferente.
—Fergie — Zamir escalo su pecho, cuando alcanzo su cabeza sujeto sus mejillas con
ambas manos para llamar su atención —¿Puedo hacerte una pregunta? —
—Sabes que si—
—Lory dice que ustedes no pueden ser luchadores de verdad…—
—¿Quién es Lory? — pregunto, pero Zamir ignoro su pregunta y comenzó a escalar por su
cuello. Fergieestaba llegando a la conclusión que Zamir debería de ser un shifter ardilla en vez
de lince.
—Dice… dice… que ustedes no tienen enemigos o con quien pelear allá en la montaña, por
lo tanto, no tienen para que luchar si están ustedes solos— Fergie gruño cuando Zamir lo jalo del
cabello al tratar de acomodarse en sus hombros.
—Los felinos no son los únicos clanes que existen— explico Fergie, aunque no sabía muy
bien cómo hacerlo sin confundirlo. Suponía que la situación era obvia para cualquiera, después
de todo, ellos eran la prueba fiel de que había muchos clanes de distintos cambia formas. Los
felinos podrían controlar esta zona. Pero Fergie conocía al clan de lobos que dominaba al este.
Eran por mucho, más numerosos que el clan de los leones y panteras juntas. —Además hay
muchos peligros allá fuera—
—¿Todos tus amigos rinocerontes son igual de grandes que tú? — pregunto el chiquillo
inclinando la cabeza hacia adelante, Fergie lo sujeto de las piernas para evitar que el imperativo
muchacho callera de cara.
—Si—
—¿Y tienes dos papas? ¿O una mamá y un papá? ¿Tienes más hermanos? ¿Era muy grande
tu casa? ¿Por qué te fuste a la montaña? — el niño se movía entusiasmado con cada pregunta que
le hacía.
—Amigo, debes reducir la velocidad— Dijo Fergie divertido sacando al niño de sus
hombros. —¿Cuántos dulces has comido? —
—¡Ninguno! — Se defendió el niño. Pero por el brillo en sus ojos Fergie lo le creyó.
Seguramente el grupo de niños que rondaba la casa alfa nuevamente habían buscado la manera
de robarse unas cuantas galletas de la cocina. Dejó al muchacho en el suelo y le revolvió el
cabello.
—La lección ha terminado por hoy— Le indico al niño. Zamir hizo una mueca.
—No quiero que te vayas—
—Regresare pronto— él tampoco quería irse, pero tenía un deber que cumplir.
—¿Y si no vuelves? —
—Volverá— dijo una voz grave. Miraron a la izquierda y vieron a Rashid subir la colina.
— Ahora se buen chico y ve a buscar a mi compañero, Wadod quiere a todos los chicos en el
patio— como si el laird hubiera dictado una sentencia de muerte el chico se escondió tras Fergie.
—¡No quiero bañarme! — Fergie no pudo evitar reír, todos sabían que el consorte del laird
Rashid, era un poco obsesivo compulsivo con la limpieza. Todos en la aldea mínimo tenían que
bañarse con agua y con jabón una vez a la semana. Y referente a los niños linces que habían
rescatado y no tenían padres, Wadod se ocupaba de supervisar esa tarea personalmente.
—Vamos muchacho, no es para tanto— dijo Fergie forzándolo a salir detrás de su espalda.
—No entiendo porque con nadar en el rio no es suficiente— se quejó Zamir.
—Porque en el río nada más te remojas, pero no tallas la mugre que acumulas durante la
semana— explicó Fergie
—¡Pero estoy limpio! —
—No seas revoltoso y obedece, cuando regrese no quiero quejas sobre tu mal
compartimiento— frunciendo la boca el niño asintió y a regañadientes camino colina a bajo.
Parecía un sentenciado a muerte.
—Ese niño es todo un caso— comento Rashid. Fergie estuvo de acuerdo, todavía recordaba
el día en que conoció al pequeño, lo asustado que estaba, no importaba que fuera uno de los
tantos hijos de Najib. Zamir se había ganado el corazón de Fergie desde el primer momento.
—Esta sin duda es la mejor vista que presenciado en mucho tiempo— dijo Rashid a su
lado. Fergie estuvo de acuerdo, la vista de la aldea de los pumas ahora, no era nada comparado a
como estaba cuando recién Rashid tomó el liderazgo. Gracias a la obsesión y el trabajo de
Wadod, ahora la aldea estaba limpia, su gente aseada y sana. Además de que, con la guía de su
nuevo líder y el trabajo y la dedicación de todos, la aldea estaba progresando mucho y no
pasarían hambre este invierno. El clan de los pumas y los linces era hermoso ahora, aunque si era
sincero; para Fergie no había comparación con la vista que ofrecía la montaña. Extrañaría sin
dudas el lugar que fue su hogar durante muchos años, pero tenía que avanzar, y el futuro que
deseaba estaba aquí.
Miró a Rashid, sería extraño ofrecer su lealtad a alguien más que no fuera Cedric, pero el
puma había conseguido ganarse el respeto de Fergie, al principio considero llevarse a su familia
al clan de los leones, pero eso ya sería un cambio muy drástico para ellos. Sonrió. <<Su
Familia>> era inevitable no hacerlo cuando pensaba en Dominick, el bebé que venía en camino
y Zamir… para él ellos eran su familia, ya estaba decidido, tal vez ellos no lo sabían aun, pero
para Fergie no eran otra cosa que su suyos. Para protegerlos y amarlos. Estaba pasando de no
tener nada, a casi tener todo lo que una vez deseo.
—¿En mi ausencia quién se ocupará del entrenamiento de los hombres? — preguntó. En
estas semanas se había convertido en la mano derecha de Rashid. Y aunque ahora estaban en
relativa calma, ambos opinaban que era mejor mantener un grupo de guerreros bien entrenados
para defender al clan en caso de ser necesario, había algunos felinos rebeldes que aprovechaban
la menor oportunidad para tratar de robar a alguno de los clanes, con la llegada del invierno
simplemente los intentos de hurto aumentarían. Nunca se podría predecir con seguridad que
incontinencias podrían suceder. Y no eran los únicos que pensaban de esa manera, era necesario
prevenir, en algunas reuniones de líderes se había acordado el hecho que los felinos deseaban
comenzar un acercamiento con clanes lejanos de otras razas. Fergie opinaba que las cosas solo
podían funcionar de dos maneras. O bien o mal. Y si entre los felinos hubo conflictos de
intereses, no quería ni imaginar lo que sucedería con otros seres. ¿Felinos y Caninos? No,
definitivamente dudaba que eso funcionara. Él en lo personal no deseaba saber nada de su clan
de nacimiento, por una razón se había marchado de ahí.
—Yo los vigilare— dijo Rashid —¿Seguro que quieres marcharte? — Fergie apretó los
labios. De querer no quería, pero un trato era un trato, esta era su semana de guardia en la
montaña, había tenido la esperanza que Dominick se pusiera de parto antes de que tuviera que
ausentarse. Pero la naturaleza tenía su tiempo, y aun no había llegado su bebé.
—Le pediré a Artai que este al pendiente— su amigo halcón, podría hacer viajes
periódicos para comprobar como estaba Dominick y el bebé, ahora solo esperaba que no naciera
ese cachorro esta semana.
—¿Y cuándo sabrá Dominick que su bebé ya tiene padre? — Fergie miró al puma, el líder
puma ya sabía acerca de sus intenciones hacía con el lince, pero Fergie había sido cauteloso al
respecto, el lince ya había sufrido demasiado, y Fergie no quería imponerse, deseaba hacer las
cosas bien y no espantar al hombre. Ya estaba suficientemente traumatizado.
—Aun no— esas dos palabras siempre eran su respuesta. Rashid hizo una mueca, pero no
dijo nada, Fergie sabía que no debía preguntar… No debía… Pero…—Dímelo— exigió, sabía
que Rashid sabia algo que Fergie no.
—No me corresponde a mi intervenir— Fergie lo enfrento y lo miro seriamente.
—Algo sabes— Dominick era muy cercano al compañero de Rashid. Siempre estaban
juntos, si algo estaba sucediendo Rashid lo sabía. Estaba seguro de ello.
—Simplemente creo que no es bueno otorgar tanta cortesía, mucho menos a un hombre
embarazado— dijo riendo —Luego las hormonas pueden crear ideas equivocadas en sus
pequeñas mentes—
—Rashid…—
—Solo digo, que puede que otros quieran lo que tu tan consideradamente estas decidido a
dejar, y él puede que acepte lo que le ofrezcan al no tener otra oferta mejor— Fergie rugió. ¡Los
mataría! Si alguien osaba acercarse a Dominick, Fergie no se tentaría el corazón, mataría por su
pareja.
 
o°•°o°•°o°•°o°•°o
 
Dominick tomó asiento en una de las sillas frente a la chimenea, quería terminar de
remendar el tapiz que le había sido encargado por Wadod, pronto nacería su bebé y ya no tendría
tanto tiempo de ayudarlo en la casa alfa, agradecía a su amigo lince que lo hubiera acogido bajo
su protección, y aunque le seguiría ayudando en las tareas de la casa alfa, esperaba que también
pronto cumpliera con la pequeña petición que le había hecho.Al principio no se había animado,
pero unos días atrás, le pidió a Wadod que le fuera concedida una pequeña cabaña para su
cachorro y para él. Le gustaba estar en la casa alfa, pero también deseaba tener su espacio… y
darle espacio a Wadod y al laird Rashid. Se sonrojo. La casa alfa era grande, pero no tan grande
en ocasiones, más cuando era un problema encontrarse a la pareja en algunas zonas en un plan
romántico. <<Por decirlo cortésmente>> ¿Cómo sería tener una relación como ellos? Negó con
la cabeza, Dominick no deseaba eso, no podría darle a alguien eso… todavía tenía recuerdos
dolorosos de lo que le hicieron… se estremeció. Él no disfrutaría del acto de acoplamiento,
jamás lo hizo. << ¿Y porque te estremeces cada que Fergie está cerca?>>
—¡Maldición! — gruño al pincharse el dedo con la aguja. Los que estaban en el salón
principal lo miraron raro —Lo siento— con las mejillas rojas se disculpó por el escándalo. Pero
nadie lo juzgo por ello. Regresaron cada quien a lo suyo. Dominick regreso su mirada al tapiz,
esta era la razón por la que no debería de pensar en el guerrero. Fergie solamente estaba siendo
amable con Dominick, el shifter rinoceronte era un buen hombre y se había encariñado con
Zamir, al igual que él. Entre ambos sólo existía Zamir en común, era un niño adorable, que,
aunque era uno de los tantos bastardos de Najib, no importaba, si Wadod y Rashid le daban
autorización, esperaba que el niño quisiera ir a vivir con él. Sabía que iba a ser difícil vivir solo
y hacerse cargo de dos niños, pero Dominick amaba a Zamir como su hijo. Y esperaba que los
tres fueran una familia. En ese momento el bebé pateó y Dominick se frotó vientre. Wadod le
había insistido que por lo menos esperara a que diera a luz antes de pensar en querer vivir solo.
Muchos de los linces que estaban embarazados, ahora vivían en grupos en algunas cabañas, la
casa alfa no era tan grande para albergarlos a todos, así que fueron repartidos en varias cabañas,
así estarían acompañados por conocidos en lo que llegaba el momento de recibir a sus bebes. Era
bueno tener alguien alrededor en caso de desmayo o que necesitaran ayuda. Pero Dominick no
era muy sociable con los demás, así que no pudo acomodarse a vivir los otros. Además, los
demás linces no veían muy bien su amistad con Fergie, así fuera solo por Zamir. Comprendía
que la gente de su pueblo temiera a los hombres grandes gracias a lo que los guerreros de Najib
los trataron como juguetes. Pero Fergie y los demás guerreros habían demostrado ser buenas
personas, y habían ofrecido sus vidas por salvarlos, por ellos, era la razón por la que ahora eran
libres.
Un golpe en la puerta principal sobresalto a todos, Dominick alzo la vista, era Fergie y
parecía muy enojado. Cuando su oscura mirada recorrió la estancia, muchos de los ahí presentes
trataron de encogerse a causa de miedo, cabía aclarar que los que en su mayoría estaban a esa
hora en la casa alfa eran linces, todos tenían un pequeño trauma con los guerreros grandes y
fuertes, por lo tanto, era comprensible no querer llamar la atención de alguien que podría
duplicarlos en tamaño y peso. Pero Dominick sabía que Fergie no le haría daño a nadie.
Dominick conocía el alma gentil del guerrero. Cualquiera que tuviera paciencia con un niño tan
imperativo como Zamir tenía que ser buena persona. Al menos eso creyó hasta que Fergie clavo
su mirada en él. Segundos más tarde lo tenía enfrente de donde él estaba sentado. Sin decirle
nada, Fergie lo alzo de la silla. Dominick no atino a decir nada, su lengua parecía que de repente
estaba trabada. Sus amigos los miraron sorprendidos. Pero tampoco nadie trato de detener al
guerrero.
Dejaron la casa alfa, no caminaron mucho antes de detenerse en una de las cabañas que
estaban recién construidas, sabía que era la de Fergie, por lo que había anunciado el laird hace
algunos días, Fergie tendría que salir de la aldea una semana, pero al regresar seria el
comandante del clan, el hombre de más confianza y mano derecha del laird, no era como si el
hombre no lo fuera ya, durante estas semanas, el guerrero se había encargado de los deberes que
correspondían al comandante de un clan, entrenaba a los hombres, iba de casería, y se encargaba
de la seguridad del clan y de Wadod. Él era el comandante, pero noches atrás el laird lo hizo
oficial con su anuncio. Reconocía que secretamente se alegró saber que Fergie no regresaría a la
montaña con sus camaradas.
 Entraron en la cabaña y Fergie pateó la puerta que se cerró detrás de ellos. La cabaña era
pequeña, y todavía no tenía muebles, pero en una esquina estaba improvisado una cama con
pieles sobre el suelo cerca de la chimenea. Fergie siguió moviéndose hasta tumbarlo sobre el
nicho improvisado, donde se inclinó y lo depositó con mucho cuidado… Fergie quedo
arrodillado enfrente de él.
—Fergie…—
—Silencio— gruñó Fergie, Dominick se estremeció, él nunca le había hablado de esa
manera. —Si tengo que abandonar la aldea unos días es porque hice una promesa, no porque
desee hacerlo— Gruñó de nuevo —No quiero dejarte solo, pero no voy a permitir que ninguno
otro te cuide ¿está claro? — Dominick lo miro sin comprender.
—Yo no necesito que nadie me cuide — atinó a decir. Dominick se consideraba
suficientemente capaz de cuidar de sí mismo y su bebé, por lo tanto, no sabía a qué quería llegar
el guerrero. Fergie se inclinó hacia adelante quedando prácticamente sobre él, con una mano lo
agarró del cabello, le abrió las piernas y se puso de rodillas entre sus muslos, entrecerró los ojos
y gruño profundamente en su garganta. Dominick lo observo con ojos muy abiertos.
—Estaba siendo considerado porque no quiero que me temas, pero ya no tengo paciencia—
—No entiendo…—
—Nadie más será tu compañero —Su intensa mirada se oscureció. — Matare a cualquiera
que se acerque a ti o a nuestro niño, te reclamo como compañero y reclamo a ese cachorro como
mío. Si necesitas algo de un hombre lo obtendrás de mí —.
—Yo… yo…. ¿Qué? — ¿Lo estaba reclamando? ¿Fergie los quería?
—Estoy furioso— gruñó —Estaba siendo considerado al no presionarte después de todo lo
que has sufrido. Pero pensé que mis intenciones hacia ti eran obvias. Eres al único que he
pretendido estos días, hemos paseado, comido juntos, jugado con Zamir ¿en serio no estaba claro
mi interés por ti? —Tengo que irme unos días, ojalá no tuviera que hacerlo, pero antes de
marcharme les dejare a todos bien claro a quien le perteneces — Dominick coloco la mano sobre
su pecho para tratar de poner algo de espacio entre ellos, con él tan cerca no podía pensar, pero
Fergie lo sostuvo cerca y no se movió. Dominick no era lo suficientemente fuerte como para
obligarle a soltarlo. Tampoco era que deseaba que el hombre se apartara, <<Él nos quiere>> no
concebía que esa idea entrara en su cabeza. además, las cosas no eran tan sencillas, Dominick no
se sentía capaz de darle al hombre lo que él deseaba. Jamás había estado con un hombre por
propia voluntad. ¿Sería capaz? ¿podría disfrutar de ello como lo hacían los demás?
Demasiados malos recuerdos….
Demasiados fantasmas…
Demasiado dolor…
Dominick cerró los ojos y se puso tenso, no sabía qué hacer. abrió la boca para explicarle a
Fergie porque no podían estar juntos, pero sus protestas murieron cuando Fergie se acercó tanto
que sintió su aliento en la cara y sus labios cubrieron los de él. Su lengua le lamió el labio
inferior antes de invadir su boca. Dominick intento separarse, pero él lo abrazó, su agarre le
impedía apartar la cabeza. Su lengua rozo la de él y sorprendentemente su cuerpo respondió ante
la caricia. Dominick jamás había sido besado. Pero no sintió terror, al contrario, su cuerpo se
relajó, Fergie gruño y le soltó el pelo para acariciarle la espalda. Instintivamente Dominick
envolvió los brazos alrededor de su cuello mientras Fergie lo alzaba y lo apretaba contra su
regazo, quedo ahorcajadas sobre él con las manos de Fergie en su culo. Su cuerpo tenía vida
propia, porque meció sus caderas contra su polla rígida. Dominick gimió y le besó
frenéticamente.

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