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3 - Pescado y papas

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MMAADDEELLEEIINNEE UURRBBAANN –– AABBIIGGAAIILL RROOUUXX 
FFIISSCCHH AANNDD 
CCHHIIPPSS 
CCuutt && RRuunn 33 
 
~~22~~ 
Para todos los que han pedido más 
 
~~33~~ 
 
AARRGGUUMMEENNTTOO 
Los Agentes Especiales Ty Grady y Zane Garrett 
vuelven al trabajo, asentados en una relación 
personal y profesional basada en un feroz sentido de 
protección y en una pasión abrasadora. En su nueva 
misión tienen que hacerse pasar por una pareja de 
hombres casados muy fuera del armario que se 
dedican a la compra venta de objetos de arte robados 
en un crucero navideño por el Caribe. Como bien 
dice su jefe, sin duda preferirán besarse a que les 
disparen, aunque él no sabe hasta qué punto tiene 
razón. Suplantar a esta pareja de acaudalados 
criminales obliga a Ty y Zane a un cambio de actitud 
mientras intentan superar la frustración de la espera 
en el juego del gato y el ratón en que consiste la 
misión. Cuando empieza a afectar a su relación 
privada, Ty y Zane se dan cuenta de que ser 
compañeros implica más que cubrirse las espaldas el 
uno al otro, y cuando el caso da un giro inesperado y 
pone en peligro la vida de Ty, este y Zane deberán 
navegar en un mar de mentiras y secretos 
tempestuosos, incluidos los suyos propios. 
~~44~~ 
 
CCaappííttuulloo 11 
—Eh, Freddy, Scott, tenéis que ver esto —dijo la agente especial Michelle 
Clancy mientras trotaba por la sala de pesas del gimnasio de la oficina de campo del 
FBI en Baltimore. 
—Ocupado —gruñó el agente especial Fred Perrimore mientras se esforzaba con la 
barra. Sus bíceps se hincharon mientras la levantaba, el sudor salpicaba su piel 
oscura a lo largo de la línea del cabello afeitado. 
—Créeme. Vale la pena —les dijo Clancy con voz cantarina. Su coleta se balanceó 
detrás de ella mientras botaba sobre la punta de los pies con entusiasmo, el pelo de 
color rojo brillante chocaba con sus pecas y el leve rubor de la cara. 
El agente especial Scott Alston la miró desde donde estaba vigilando a Perrimore. 
—¿Qué es? —preguntó con impaciencia. Clancy se entusiasmaba demasiado para 
ser una veterana de cinco años y Perrimore siempre ponía mucho peso. Si se le caía la 
barra cuando Alston no estuviera prestando atención, habría toneladas de papeleo de 
mierda que rellenar. 
—Garrett y Grady se están dando una paliza —respondió Clancy con algo 
parecido al placer. 
—¿Y? —preguntó Perrimore con voz tensa. Sus grandes brazos temblaban por el 
esfuerzo de levantar la barra y los discos—. Siempre están haciendo eso. 
Tenía razón, pero los ojos de Alston se abrieron de par en par con la noticia. 
Empezó a sonreír mientras ayudaba a levantar la barra y la colocaba rápidamente en 
su cuna con un ruido metálico. De ninguna manera querría perdérselo. 
—¿Qué demonios, hombre? —se quejó Perrimore mientras se sentaba y les dirigía 
a ambos una mirada exasperada. Alston ya estaba siguiendo a Clancy fuera de la sala 
cuando escuchó la protesta de Perrimore—. Pero ¿cuál es el problema? ¡Siempre están 
haciendo eso! 
Clancy y Alston salieron al gimnasio principal, donde varios pequeños grupos de 
agentes habían dejado lo que estaban haciendo para reunirse en torno al cuadrilátero 
central. Mientras Clancy y Alston se apresuraban para observar a través de las 
~~55~~ 
cuerdas, un coro de gemidos y gritos se alzó cuando uno de los hombres se estrelló 
contra la lona con un impacto que realmente sacudió todo el cuadrilátero. 
—¡Levántate, Grady! ¡No puedes permitirle eso! —Gritó uno de los agentes que 
observaban con diversión. 
Alston sacudió la cabeza y cruzó los brazos, escuchando como alguien cerca le 
ponía al corriente de los acontecimientos que habían llevado a esto. 
La pelea había comenzado como un simple combate de entrenamiento entre los 
compañeros. Nada especial. Nada para que alguien prestara mucha atención. 
Inicialmente, varias personas en el gimnasio principal se habían sentido 
impresionadas de que el recién llegado agente especial Zane Garrett pudiera 
defenderse contra su temperamental y muy bien entrenado compañero, pero eso fue 
todo. Lo de hoy parecía haber comenzado como una sesión de entrenamiento, con Ty 
dándole a Zane consejos y lecciones de una técnica particular. 
Si Zane estaba tratando de aprender de Ty, había ido al lugar correcto. 
Desafortunadamente, Ty no tenía exactamente material de mentor. Todo el mundo 
en la oficina de Baltimore sabía que el agente especial Ty Grady era bueno para una 
cosa en el ring: avergonzar a los novatos figuras. Si realmente querías entrenar con él, 
tenías que ponerle en desventaja de algún modo. Personalmente, Alston prefería el 
método rodillazo-en-las-pelotas-en-el-vestuario-antes-del-combate. Por lo general, 
eso igualaba las probabilidades un poco. Por lo general. 
Las cabezas comenzaron a girar cuando el entrenamiento suave, las burlas y 
bromas entre los compañeros se volvieron ligeramente más intensas y los golpes se 
convirtieron en verdaderos puñetazos que hacían que los combatientes se 
tambalearan hacia atrás con cada golpe. Todo el mundo sabía lo difícil que era 
trabajar con Ty Grady. No había sido una sorpresa para nadie que cuando Zane 
Garrett llegó, ellos estuvieran siempre a la greña, especialmente cuando Zane resultó 
ser tan testarudo como Ty, lo que realmente decía algo. Ya había una porra sobre 
cuánto tiempo duraría la asociación. 
—Ahora, vamos, Grady. Tú me enseñaste ese movimiento —dijo Zane mientras 
retrocedía un par de pasos, con los puños envueltos todavía arriba y listos. Su 
camiseta de algodón gris estaba empapada de sudor y se estiraba sobre todos esos 
músculos bien definidos mientras movía los hombros. Alston tuvo que admitir que 
Zane era un tipo grande y vio que podría ser algo intimidante. No es que eso le 
importara algo a Ty. 
Este rodó de lado y se levantó con un gruñido bajo. No era tan alto o ancho de 
hombros como su compañero, pero era sólido de la pies a la cabeza, siendo grande a 
su propia manera. Alston era de la opinión de que su actitud le daba un aire más 
imponente que su corpulencia. Cada agente aquí conocía a Ty Grady a través de una 
vía u otra. Y todo el mundo sabía que estaba a un paso de ser taimado. 
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Vestía una camiseta blanca con un dibujo de un espantapájaros acompañado de 
las palabras "de pie en su campo”. Ninguno de los agentes que observaban le dirigió un 
segundo vistazo. Como todos sabían, era su favorita. 
Ty miró a su compañero y le gruñó, aparentemente inconsciente de la gente que 
miraba y que ahora hacía apuestas sobre quien ganaría. Rodó los hombros y 
comenzó a dar vueltas de nuevo, cerró los puños y los acercó al rostro. Zane le imitó, 
observándole fijamente. 
—No hay manera de que Garrett puede aguantar mucho tiempo contra Grady —
predijo Alston. No era que no le gustara Zane. Parecía un buen tipo. Tal vez un poco 
aburrido y puritano. Pero era contra Ty con quien estaba luchando. El ex marine 
tenía una mecha corta en sus mejores días. Cuando perdía el temperamento, nunca 
había modo de decir que sería lo que le haría estallar al final de la jornada laboral. 
—Lleva allí veinte minutos —dijo Clancy, con los brazos cruzados mientras 
observaba. 
—Sí, pero no han ido en serio hasta hace unos minutos —les dijo otro agente. 
—Garrett puede sorprenderte —dijo Fred Perrimore cuando se unió a ellos. 
Aunque tenía una constitución pesada y fornida, Alston era siete centímetros más 
alto que su metro ochenta y dos y ambos se alzaban sobre el pequeño cuerpo de 
Clancy—. Tiene algunos movimientos. 
—Tener “movimientos” y estar entrenado para matar por el gobierno no son la 
misma cosa —dijo Alston con una risa burlona. 
Como para enfatizar su punto, Ty se movió en una elegante serie de fintas, 
puñetazos y una patada en arco que envió a Zane a la lona con un golpe 
contundente. Se alejó bailando ligeramente antes de que Zane pudiera tocarlo. 
—Las manos no son las únicas cosasque golpean, Garrett —dijo Ty en voz baja, 
una leve sonrisa curvaba sus labios. 
Zane se puso en cuclillas y se retorció mientras se levantaba, el talón conectó con 
la parte posterior de la rodilla de Ty, haciéndole caer mientras le golpeaba en el 
riñón. 
Clancy se estremeció. 
—Estoy pensando que Garrett puede patear culos muy bien —murmuró. 
Vieron como Ty caía de rodillas con un gruñido de rabia y dolor, y luego con la 
misma rapidez rodaba y golpeaba las piernas de Zane, atrapándole las rodillas entre 
sus pantorrillas como un par de tijeras. El público abucheó a Zane cuando golpeó la 
lona por segunda vez, y Ty se abalanzó sobre él, le rodeó el cuello con el brazo y rodó 
con él entre las rodillas, tratando de inmovilizarlo. 
—¿Deberíamos detener esto antes de que Ty le rompa el cuello? —preguntó 
Clancy con morbosa diversión. Ella y Alston compartieron una mirada, Alston pensó 
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en privado que no le extrañaría que Ty lo hiciera. Se encogieron de hombros el uno al 
otro de manera negligente, pero luego ambos se estremecieron cuando Zane de 
alguna manera se sacudió hacia delante y lanzó a Ty por encima del hombro antes de 
empujarlo a un lado. Ty se apartó ágilmente y se puso en pie casi al instante. 
—Necesitamos paredes, socio —le disparó Zane mientras se ponía de pie—. Algo 
contra lo que te estrelles. 
Ty sacudió la cabeza y estiró una mano hacia la correa del casco de protección 
requerido en el ring. Tiró de él y se arrancó el casco acolchado, lo arrojó contra las 
cuerdas y aterrizó a los pies de varios de los agentes que observaban. No le dijo nada 
a Zane, sólo extendió una mano vendada y le hizo gestos para que se acercara. 
—Oh mierda, vamos a tener que rellenar papeles sobre esto también —murmuró 
Alston para sí mismo. 
Zane entrecerró los ojos y ladeó la cabeza antes de hacer lo mismo, se quitó el 
casco y lo envió por la lona al suelo. 
—¿Qué pasa, Grady? —preguntó con tristeza, levantando sus puños—. ¿Te comió 
la lengua el gato? 
Todo el mundo que observaba gimió ante al ataque verbal. Todos habían oído la 
historia de lo que les había pasado a Ty y Zane en las montañas de Virginia 
Occidental. Ty simplemente sonrió sin atacar. Uno de los puños que levantaba estaba 
lleno de cicatrices por la mordedura del puma que había recibido hacia varias 
semanas y las dos cirugías posteriores a las que se había sometido para reparar el 
daño. La burla de Zane era un golpe bajo. 
Sin previo aviso, Zane se abalanzó, bajando el hombro izquierdo para empujar 
todo su peso sobre Ty, impulsándolo hacia las cuerdas. Parecía ser lo que Ty había 
estado esperando, porque plantó un pie y utilizó el impulso de Zane para levantarlo 
completamente y golpearlo contra la colchoneta. Todo el ring se sacudió y un fuerte 
gemido recorrió la audiencia. 
Esta vez, cuando Zane estuvo abajo Ty no trató simplemente de inmovilizarlo. 
Lanzó cuatro o cinco golpes rápidos a su cintura antes de un malvado izquierdazo a 
la cara sin protección de Zane. 
Gritos de protesta se elevaron de la multitud, pero nadie se movió para detenerlo. 
Zane se hizo una bola y aceptó los golpes claramente dolorosos, cuando Ty se echó 
hacia atrás para un último disparo, Zane retrocedió una rodilla y le clavó el pie en el 
estómago con fuerza, antes de empezar a retroceder a gatas. Ty se tambaleó hacia 
atrás, pero luego atacó de nuevo, demasiado rápido para que Zane escapara. 
—Creo que se está cabreando —observó Alston secamente. 
—Si Ty estuviera cabreado, Garrett ya estaría muerto —señaló Perrimore con voz 
plana. 
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Otra ronda de gemidos de dolor traspasó la pequeña multitud de agentes que 
observaban cómo Ty abordaba a Zane y sentándose a horcajadas sobre él le aplastaba 
con las rodillas. 
—¡Eso me dolió, maldita sea! —gruñó Ty a su compañero mientras le sujetaba 
contra la lona por el cuello. 
—Vete a la mierda, Whiskas —siseó Zane mientras ponía una mano en el hombro 
de Ty, el brazo que le sujetaba, ya que era lo bastante largo para evitar que Ty le 
estrangulara por completo. Cerró el otro puño y le dio un puñetazo en el estómago. 
Todo el mundo oyó el golpe al golpear sólido músculo, pero no logró soltarse. 
Ty giró el hombro y le golpeó con el codo en un lado de la cabeza antes de 
agarrarlo por el cuello de nuevo con una mano y usando la otra mano para 
defenderse de los intentos de Zane a tomar represalias. 
Cualquiera que hubiera conocido a Ty sabía que no estaba tratando de matar a su 
compañero. Causar daño cerebral, tal vez. Pero no matarlo. 
—Chicos, esto es demasiado —se opuso Clancy finalmente mientras levantaba 
ambas manos. 
—¿Vas a subir ahí a separarlos? —preguntó Alston con incredulidad al ver que 
Zane seguía luchando por deshacerse de la mano de Ty mientras corcoveaba debajo 
de él, tratando de quitárselo de encima. 
Clancy sacudió la cabeza y observó con morbosa diversión como Zane, finalmente, 
de alguna manera, conseguía cierta ventaja. Los dos hombres rodaron por la 
colchoneta en una caída mal orquestada, cada uno demasiado terco para liberar el 
otro mientras luchaban. 
—¿Qué demonios está pasando aquí? —Gritó una voz irritada desde la puerta del 
gimnasio principal. 
La multitud de agentes se dispersaron. Ty y Zane se detuvieron medio ahogados, 
mirando a su superior como dos niños atrapados jugando a juegos bruscos en la sala 
de estar. 
Alston se alejó hacia la sala de pesas, deteniéndose justo detrás de la puerta para 
mirar con Clancy y otros dos agentes curiosos. 
En el centro del ring, Ty volvió la cabeza para mirar al agente especial al cargo, 
Dan McCoy, quien les miraba ceñudo desde varios metros de distancia. 
—Hey, Mac —saludó inocentemente Ty mientras se sentaba a horcajadas sobre su 
compañero que sangraba—. Vamos a trabajar los glúteos —dijo ladeando 
sinceramente la cabeza. 
Zane jadeó en busca de aire y golpeó con fuerza el pecho de Ty con los nudillos 
cuando por fin los apartó de su garganta. 
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—Vosotros dos, a mi oficina, ahora —ordenó McCoy mientras les señalaba con un 
dedo—. Si podéis daros una paliza el uno al otro, entonces estáis listos para vuestro 
próximo trabajo —murmuró mientras se daba la vuelta y se alejaba. 
Tan pronto como se fue, alguien en la cavernosa sala de entrenamiento silbó a Ty y 
Zane y se puso a aplaudir por el espectáculo que habían ofrecido. 
Ty se levantó e hizo una reverencia mientras Zane se marchaba hacia los 
vestuarios. Alston resopló y miró a Perrimore con un encogimiento de hombros. 
—Mejor ellos que nosotros. 
—He oído eso —murmuró Perrimore mientras volvía a las pesas. 
* * 
Zane dejó colgar la cabeza hacia atrás y levantó una mano para apretar 
suavemente su labio partido. 
—Ay. 
—Lloriquea. Te sentirás mejor —ofreció Ty mientras se paraba frente a su taquilla, 
de espaldas a Zane y se desenvolvió la cinta de las manos con movimientos bruscos e 
irritados. 
—Muérdeme —murmuró Zane mientras buscaba en su armario una toalla antes 
de comenzar con la cinta de sus propias manos. Le lanzó una mirada malvada—. 
Enseñarme a progresar en una pelea es una mala idea. 
—Enseñarte a luchar es un ejercicio inútil —respondió Ty con naturalidad—. Por 
suerte para ti, me gustan cosas como golpearme la cabeza contra una pared. 
—A mí también me gusta golpearte la cabeza contra una pared —respondió Zane 
mientras lanzaba la bola de cinta a una papelera cercana. Dejó que una pequeña 
sonrisa arqueara sus labios mientras se sentaba en el banco para desatarse las 
zapatillas. 
—Cállate —gruñó Ty. Pero a pesar de que todavía le daba la espalda, Zane podía 
oír la sonrisa en su voz—. Y ya basta con las bromas del maldito gato, ¿eh? Están 
comenzando a hacerse populares. 
—Bien, bien. No hay razón para volverse gaticioso1 —dijo Zane su compañero con 
una sonrisa mal disimulada. 
—Un esfuerzo —concedió Ty caritativamente. 
Zane pateó las zapatillas a la taquilla antes de quitarse la camiseta sobre la cabezae inspeccionar su abdomen y costillas. 
 
1 Catty en el original, significa rencoroso pero como la raíz es “cat” (gato) Zane lo utiliza para burlarse 
de su amigo por los acontecimientos del libro 2. 
~~1100~~ 
—Tenías que ir a por las costillas, ¿no? —Dijo con voz dolorida. Se había roto las 
costillas tantas veces que podrían estar pegadas con pegamento en este punto—. 
Bastardo —añadió antes de quitarse los calcetines y colocar su toalla a mano. 
—Las dejas al descubierto —le informó Ty—. Porque te cubres la cabeza y lloras 
como una niñita. 
Zane resopló. Este era uno de los problemas de ser compañero de Ty. Mientras 
trataban de aprender a vivir el uno con el otro sin provocarse heridas personales 
significativas, eso no se trasladaba necesariamente a sus sesiones de entrenamiento. 
—Hoy no me cubrí una vez —aseguró—. Retroceder, joder, sí. Cubrirme no. 
Ty le miró por encima del hombro desnudo y sonrió. 
—Por supuesto —admitió—. ¿Crees que deberíamos ducharnos antes de que 
McCoy nos aplauda el culo o debería ir oliendo a victoria? —preguntó con 
grandilocuencia mientras abría su taquilla y arrojaba su sudada camiseta a la bolsa 
de deporte. 
Zane se mordió el interior del labio contra la primera respuesta que le vino a la 
mente mientras deliberadamente miraba a su amante de arriba abajo, y pasó unos 
pocos segundos revisando lo que podía decir sin correr el riesgo de recibir otro golpe 
en la cabeza. 
—No creo que McCoy apreciara tu… expresión de "victoria". —McCoy no 
apreciaría la musculatura bien definida de Ty ni tampoco su culo, pero Zane estaba 
más que feliz de tomar el relevo en esa zona. 
—Deja de comerme con los ojos, socio —advirtió Ty sin tener que darse la vuelta. 
Agarró el estuche de ducha y una toalla, y con una última sonrisa y un guiño a Zane, 
se dirigió a las duchas. 
Zane dedicó un momento a desear que el vestuario no estuviera tan ocupado esta 
tarde. Había llegado a un punto en que la actitud y la chulería de Ty era más 
excitante que molesta. Eran precursores del estado de ánimo juguetón de Ty, lo que a 
menudo daba lugar a grandes cantidades de sexo rudo y apasionado. 
Zane decidió que esperaría que Ty terminara para ducharse. Sólo podía 
enfrentarse a unas cuantas tentaciones corporales en un día. 
* * 
Se sentaron ante la mesa de conferencias de McCoy, comportándose y tratando de 
parecer avergonzados. 
Sin embargo, Ty pensó que Dan McCoy le conocía mejor que eso. Probablemente 
aún estaba tratando de leer a Zane, como todos los demás en la oficina de Baltimore. 
Sólo habían sido asignados activamente a Baltimore desde hacía unas semanas. Ty 
~~1111~~ 
estaba en casa. Zane seguía siendo un desconocido para casi todo el mundo, a pesar 
de las historias que se habían filtrado sobre sus aventuras pasadas. 
McCoy conocía lo suficiente para saber que de todos modos, no tramaban nada 
bueno. 
—Espero que os lo hayáis sacado todo de encima —les dijo McCoy finalmente con 
fastidio. 
—Estábamos haciendo una demostración —explicó Ty—. Zane lo llama "Cómo 
conseguir que te pateen el culo”. Va muy bien con los novatos —dijo arrastrando las 
palabras, demasiado satisfecho de sí mismo. 
Zane estaba sentado allí mismo con un aspecto fresco y cómodo con su traje recién 
planchado. Tenía una pequeña sonrisa en su rostro mientras sacudía ligeramente la 
cabeza a su compañero. 
—Cállate, Grady —pidió McCoy secamente. 
—Bien —murmuró este. Se removió en su asiento y se inclinó hacia delante—. 
¿Dijiste que tenías un trabajo para nosotros? —preguntó con impaciencia. Aceptaría 
cualquier cosa sobre el "ponerse al día" del trabajo de oficina que habían estado 
haciendo las últimas tres semanas. A pesar del bache en las montañas de Virginia 
Occidental, las últimas ocho semanas de la vida de Ty habían sido espantosamente 
aburridas. Ni siquiera Zane podía seguir evitando que la atención de Ty divagara por 
mucho tiempo a menos que tuviera algo brillante que agitar alrededor. Ty necesitaba 
hacer algo o empezaría a volverse loco. 
Los labios de McCoy se curvaron en una sonrisa lenta y un poco maliciosa. 
—Lo tengo —respondió—. Corbin y Del Porter —dijo mientras recuperaba un 
archivo. 
—¿Quiénes? —Preguntó Ty, sin estar impresionado. 
McCoy sonrió y estiró la mano sobre la mesa para agarrar un pequeño control 
remoto blanco. Se volvió ligeramente y apretó un botón, haciendo que una pequeña 
pantalla plana saliera. Una foto de un gran barco de cruceros apareció en la pantalla 
atornillada a la pared. 
—Oh mierda —espetó Ty antes de poder evitarlo. 
—Esto —continuó McCoy como si no hubiera oído a Ty—, es el Queen of the 
Mediterranean —les dijo con un gesto de los dedos hacia el barco—. Actualmente está 
atracado en Baltimore, preparándose para un crucero de quince días por el Caribe. 
—No vas a obligarnos a tomar vacaciones, ¿verdad? —preguntó Ty con algo 
cercano al pánico. 
Zane levantó la cabeza con alarma. 
~~1122~~ 
—Jesús, Grady, acordamos ni siquiera pensar en esa palabra, y mucho menos 
decirla. 
—Corbin y Del Porter —continuó McCoy en voz alta para cortar la conversación—
, se supone que estarán en ese barco mañana. Pero al final conseguimos lo suficiente 
para detenerlos. —Deslizó un archivo hacia Ty y se recostó en su asiento con una 
sonrisa—. Hay una larga lista de eso no se hace de los que podemos acusarlos con unas 
pocas evidencias más y las conseguiremos pronto. Lo que queremos de vosotros es 
algo concreto sobre algunos de sus contactos. 
Ty se rascó la cabeza con aire ausente mientras miraba el archivo. Los dos 
hombres estaban implicados en numerosos robos de gran valor: arte, antigüedades, 
joyas raras. Todas esas cosas eran difíciles de robar y más difíciles de vender. Era 
difícil decir si eran coleccionistas o intermediarios, pero de cualquier manera, si el 
FBI les presionaba, podría dar gran cantidad de información sobre una gran cantidad 
de ladrones de guante blanco y distribuidores. 
Pero Ty y Zane no eran interrogadores. No interrogaban sospechosos que no 
formaran parte de sus propias investigaciones. No sabían nada de este caso y se 
perderían si se les pedía que hicieran el interrogatorio. La información no era por lo 
qué estaban allí. Miró a su lado, donde Zane se encogía de hombros, habiendo 
llegado obviamente a la misma conclusión. 
—No estoy seguro de entender por qué estamos aquí —dijo Ty confuso mientras 
hacía un gesto de él a Zane, sin dejar de mirar el archivo. 
—Estáis aquí porque vosotros dos coincidís más o menos con la descripción física 
de los dos hombres que ahora tenemos en custodia —respondió McCoy con una 
amplia sonrisa. 
Ty le miró sospechosamente. McCoy parecía estar disfrutando demasiado de esto 
para que fueran buenas noticias para él o Zane. Este último se inclinó hacia adelante 
en su silla, con el ceño fruncido, aunque no habló. 
—Nos parecemos a ellos —repitió Ty sin emoción. 
—Vagamente —estuvo de acuerdo McCoy—. La misma constitución, en su mayor 
parte. El color de Zane. 
Ty miró al hombre. 
—No entiendo —dijo lentamente—. ¿Quieres que asumamos sus identidades? 
¿Cómo va a funcionar eso? —preguntó. 
—Corbin y Del Porter tenían reservas para salir en ese crucero mañana —
respondió McCoy—. Sabemos de buena fuente que tenían previsto reunirse con 
varios de sus compradores y vendedores en ese crucero, aprovechando la seguridad 
un poco laxa y las aduanas del Caribe. Y puesto que esta será la primera ocasión en 
que los dos hombres se muestren físicamente en sus negocios, sus contactos sólo han 
~~1133~~ 
tenido interacciones virtuales, no sabrán que sois impostores. Podemos obtener gran 
cantidad de información de esto si tomáis sus lugares y jugáis bien vuestras cartas. 
—No sé si me gusta como suena eso —dijo Zane—. No hemos sabido ni una 
palabra sobre el caso hasta hoy, ¿y ahora se supone que debemos imitar a estos tipos?—Se os dará un curso intensivo. Y ambos sois unos jodidos artistas profesionales, 
sois perfectos para ello —respondió McCoy descuidadamente. Zane frunció el ceño. 
Ty se rascó lentamente la mejilla. 
—Está bien —dijo con cautela. Seguía sin entender por qué McCoy parecía estar 
disfrutando tanto de la perspectiva. Había algún problema. 
—Salís a las nueve de la mañana. El resto de vuestro equipo ya se ha puesto en 
marcha —les dijo McCoy mientras empujaba otra pila de archivos hacia el centro de 
la mesa. 
—¿Nuestro equipo? —Repitió Zane. Ty suspiró profundamente y cerró los ojos. 
Allí estaba. 
—Lo de siempre, Garrett, un equipo. El líder del equipo, otros dos agentes de 
campo y soporte técnico. Leed los archivos para que no terminéis disparándoles a 
alguno cuando os reunáis con ellos. Y Grady, vamos a necesitar que hagas unos 
pocos… cambios... en tu apariencia antes de ir —dijo mientras estudiaba Ty 
críticamente. 
—¿De qué demonios estás hablando, McCoy? No es como si él pudiera ganar 
dieciocho kilos durante la noche —dijo Zane enfadado. 
—Nada de eso. Algo de cera caliente y un poco de tinte, y encajará —continuó 
McCoy, apenas conteniendo la risa ahora. 
—¿Cera caliente? —preguntó Ty alarmado. Oyó a Zane reprimir un bufido. 
—Del Porter es lo que tú llamarías… un hombre florero —respondió McCoy 
arrastrando las palabras con una sonrisa. 
—Oh, demonios —murmuró Zane, inclinándose hacia atrás, frotándose la cara con 
al mano y moviéndose en la silla, incómodo. Ty le miró sin entender. 
—Veo que Garrett lo ha averiguado —dijo McCoy, su voz casi burbujeaba. 
Ty sacudió la cabeza confuso. 
—¿No lo he mencionado? —preguntó McCoy con inocencia fingida mientras 
hojeaba sus notas como si necesitara comprobar su información—. Corbin y Del 
Porter no son hermanos, caballeros. Son amantes. Legalmente casados, de hecho. —
Estiró una mano y colocó dos anillos de plata en la mesa delante de ellos—. 
Adelante, ponéoslos —instruyó. 
Zane se quedó completamente inmóvil, con los ojos fijos en la joyería. Luego 
levantó la cabeza mientras su mirada se desplazaba a McCoy. 
~~1144~~ 
—¿Está seguro de que es necesario? —preguntó secamente. 
Ty no dijo nada en respuesta mientras miraba los anillos brillantes. Había usado 
un anillo de boda antes, como parte de una tapadera. Pero esta vez era diferente. 
—Los Porter son una pareja gay —continuó McCoy, haciendo caso omiso de sus 
reacciones a la noticia—. El hecho es bien conocido por todos sus contactos. Sería una 
señal de alarma si no llevarais anillos —dijo a Zane—. Corbin es lo que llamarías el 
cerebro de la operación. Del es... guapo. 
Ty seguía sentado inmóvil, mirando a McCoy con el estómago revuelto cuando se 
dio cuenta de a que estaban siendo arrojados. Una pareja gay entre personas que 
esperaban que actuaran como tales, incluyendo un equipo de su propia gente. 
Lentamente estiró una mano y tomó uno de los anillos, dándole vueltas en la mano. 
Era una banda de plata simple, plana y ancha. Echó un vistazo a Zane con aprensión. 
Zane todavía llevaba su anillo de bodas de oro en el dedo. Ty no sabía cómo iba a 
reaccionar su compañero al sustituirlo, aunque fuera temporalmente. Pero Zane no 
movió un músculo, ni siquiera se retorció mientras miraba el anillo que seguía ahí 
delante de McCoy. 
—Ahora entiendo: esto os puede poner en algunas situaciones incómodas —
continuó McCoy con sinceridad—. Pero ambos teneis experiencia trabajando de 
infiltrados y estoy seguro que preferiríais tener que besaros a que os dispararan —
bromeó. 
Ty se aclaró la garganta y trató de reprimir una sonrisa. McCoy no tenía idea de 
cuánta razón tenía. 
—Estos anillos son todo lo que vamos a ofreceros —continuó—. Nos hemos 
apropiamos de las bolsas que ya habían embalado para su crucero, así que ya tenéis 
la ropa y el equipo. Por suerte para nosotros, tenéis más o menos la misma talla —
McCoy divagó mientras se levantaba—. Todo lo que necesitaban para las ofertas que 
estaban haciendo está en ese equipaje. Tendréis que pasar armas de contrabando a 
bordo, ya se nos ocurrirá alguna clase de escondite para ellas en el equipaje. El 
capitán y el jefe de seguridad de a bordo han sido informados de vuestra 
participación, pero no romperéis vuestra tapadera con ellos a menos que sea 
absolutamente necesario. Ty, si te encuentras en el calabozo, quédate allí hasta que 
llegueis a puerto. Tendréis al resto del equipo allí si os metéis en problemas, pero 
cuando estéis en tierra, estaréis solos. 
McCoy se levantó al final de su pequeño discurso, les miró enarcando la ceja y 
sonriendo. Ty y Zane se le quedaron mirando fijamente, con la boca abierta. 
Dan McCoy había sido un buen agente de campo, y era un buen agente especial al 
mando. Ty incluso había trabajado en algunos casos con él antes de que McCoy fuera 
ascendido, y se habían llevado bien, lo que probablemente era la razón por la que 
McCoy estaba disfrutando tanto y además lo demostraba. Ty quería pegarle. 
~~1155~~ 
—Venid conmigo —invitó McCoy con placer mientras abría la puerta. 
Unos momentos después de su desaparición, Zane se levantó bruscamente con 
una aspiración y se enderezó la chaqueta. Ty vio que estaba rechinando los dientes. 
Bajó la cabeza y miró el anillo en su mano, sin saber qué hacer ni qué decir al 
respecto. Supuso que se pondría el suyo y dejaría que Zane resolviera lo suyo. Se lo 
deslizó en el dedo discretamente mientras se levantaba. Le iba un poco estrecho, tuvo 
que forzarlo sobre el nudillo que todavía estaba un poco hinchado por la operación a 
la que se había sometido para extraer un pedazo del diente del puma, pero una vez 
que entró, encajó bien. Con cautela, Ty no le prestó ninguna atención adicional 
después de eso. 
Zane se acercó y cogió el otro anillo, guardándolo en el puño de la mano derecha 
antes de girar sobre sus talones para salir de la habitación. Ty les siguió en silencio, 
temiendo el berrinche que pronto estallaría. 
Siguieron a McCoy mientras bajaban unos pisos hasta llegar a una sala de 
interrogatorios y se metieron en la sala de observación donde un agente, Harry 
Lassiter, ya estaba ante el cristal. Ty y Zane le hicieron un gesto mientras McCoy 
señalaba a través del espejo de dos caras. 
—Caballeros, conozcan a Del Porter. 
El hombre sentado en la mesa era guapo, probablemente de la altura y 
constitución de Ty, sólo que un poco más delgado. Tenía el pelo corto y de punta 
teñido de un rubio platino que contrastaba extrañamente con su bronceado oscuro. 
Llevaba un chaleco sin mangas atado con un simple cordón de cuero en lo alto del 
pecho y todo la parte superior del cuerpo estaba bien musculada y tonificada. 
También estaba bien afeitado y completamente desprovisto de vello corporal. 
A Ty le pareció como si estuviera bajo una cascada en una peli porno gay. 
Zane se detuvo, con los ojos cada vez más abiertos, mirando de Del a Ty, luego a 
Del y vuelta. 
Ty parpadeó rápidamente ante ese tipo. 
—¿Se supone que debo ser... él? —Preguntó finalmente con voz afectada. 
—Lo bueno es que eres muy buen actor —murmuró Zane mientras seguía 
comparándolos. 
Ty le fulminó brevemente y volvió a mirar al hombre detrás del cristal. 
—Nunca voy a sacar esto adelante —dijo a los otros hombres en la habitación. 
Zane ladeó la cabeza, evaluando abiertamente el cuerpo de Ty. 
—No lo sé —dijo distraídamente. Ty le miró con odio, sintiendo que se ruborizaba 
bajo el escrutinio. 
~~1166~~ 
—No es lo que yo llamaría estúpido. Pero seguro que no es la bombilla más 
brillante del paquete —les informó McCoy—. Sabe lo suficiente como para mantener 
la boca cerrada. Pero eso y el hecho de que es guapo y tiene un marido rico es todo lo 
que tiene a su favor. 
—Joder, hombre —murmuró Ty finalmente—. ¿Voy a ser este tipo mucho tiempo? 
—Relájate, Grady. Tienes lo fácil de esto —le aseguró McCoy—. El tipo de Garrett 
es el verdadero cerebro aquí, y nadie que esté familiarizadocon ellos esperará que 
hagas nada más que tumbarte al sol y trabajar en tu bronceado. ¿Garrett? En el 
campo, tú eres el líder en esto. Eres quien toma las decisiones. Grady sólo es paisaje y 
respaldo. 
Zane resopló mientras Ty se volvía para mirar a McCoy con indignación. 
¿Respaldo? Eran compañeros, ¡no había líder y respaldo! 
—Ty, te hemos reservado una cita en algún spa con un nombre que no puedo 
pronunciar —continuó McCoy mientras le entregaba un trozo de papel. 
Ty se acercó inexpresivamente y lo cogió. 
—Subiré a bordo con ese color de pelo —regateó suplicante—. ¿Pero en serio vas a 
hacer que me hagan la cera en el pecho? 
—¿Ves a ese tipo de ahí dentro? —respondió McCoy señalando al hombre en la 
sala de interrogatorios. 
Ty tragó saliva. Había hecho un montón de cosas de las que no estaba orgulloso 
para asumir identidades que no eran suyas. Había cambiado su aspecto, cambiado su 
comportamiento, tratado a gente decente horriblemente para dar la impresión de ser 
una basura, preparado crack para que otros lo fumaran, matado, y varias cosas más 
que no quería recordar. Sabía la importancia que podía desempeñar la más pequeña 
cosa cuando se trataba de convencer a un extraño que eras alguien que pensaba que 
ya conocía. Se miró el anillo de plata en el dedo y volvió a mirar al hombre detrás del 
cristal con un profundo suspiro. 
—Eres un buen hombre —dijo McCoy con una palmadita en el hombro de Ty. 
Ty miró a Zane cuando sintió que se ruborizaba lentamente. Aunque el rostro de 
Zane estaba serio, Ty pudo ver la risa en sus ojos. 
—No sé cómo van a deshacerse de los tatuajes, pero me han asegurado que 
pueden —agregó McCoy con otra palmadita en el hombro de Ty. 
—¿Qué? —gritó Ty mientras miraba a McCoy con indignación. 
McCoy sólo le sonrió. 
—Es obvio que este hombre nunca ha sido un marine —razonó—. Ahora, Grady, 
vete —ordenó antes de Ty pudiera sufrir un colapso—. Vas a tener trabajo así que 
probablemente estarás allí todo el puto día. Garrett, ven conmigo —dijo McCoy 
~~1177~~ 
mientras hacía un gesto para que le siguiera—. Te voy a presentar a ti mismo —dijo 
con ironía mientras se dirigían hacia la puerta. 
Ty sintió la repentina urgencia de implorar a Zane que no lo dejara allí. Podía 
sentir la escritura en relieve en el trozo de papel grueso de color crema que tenía en 
la mano. Lo miró, pensando en todos los procedimientos que el cambio de imagen 
conllevaría. Salón Laurie… depilación, bronceado, tinte, manicura, lociones, barro 
perfumado... 
Del Porter dijo algo de repente, quejándose sobre ser abandonado en la habitación 
tanto tiempo. Ty se volvió hacia él en estado de shock. Señaló con el dedo indignado 
y se volvió hacia el otro agente en la habitación. 
—¿Es británico? —Gritó Ty. 
El agente especial Lassiter, que había estado de pie en silencio todo el tiempo, se 
cubrió la boca con la mano y se limitó a asentir en respuesta, incapaz de contener la 
risa por más tiempo. 
* * 
—¿Te das cuenta de que tipo de mierda va a tener que soportar Grady cuando 
todo esto termine? —Preguntó Zane a McCoy mientras bajaban por el pasillo 
anodino de la zona de retención e interrogatorio 
—Oh, lo estoy deseando —respondió con placer—. Quiero fotos, Garrett. Serán 
geniales para el boletín de noticias. 
Zane puso los ojos en blanco. 
—Espero que tu seguro esté al día —dijo mientras se detenían ante otra puerta—. 
Grady no se olvida de las personas que le joden. 
—Da tanto como recibe —dijo McCoy con buen humor mientras abría una puerta. 
Zane gruñó y entró. 
El hombre al otro lado del cristal de dos caras era tan diferente de Del Porter como 
la noche del día. Y McCoy tenía razón. Zane tenía una semejanza general en altura, 
constitución y tono de piel. Pero Corbin Porter era sin duda de clase alta. O él pensaba 
que lo era: un fino corte de pelo peinado hacia atrás, un pendiente de rubí en una 
oreja, un traje de un diseñador caro con una camisa de cuello alto en lugar de una 
corbata, gemelos personalizados, manos cuidadas y cuero italiano en sus pies. Se 
consideraba un hombre acostumbrado a recibir respeto, o posiblemente al servilismo. 
—No le dije nada a Grady, porque no quería mitigar su horror. Tú también vas a 
cortarte el pelo y hacerte la manicura —dijo McCoy curvando los labios. 
Zane asintió distraídamente mientras estudiaba a Corbin Porter. El hombre era... 
arrogante. Esa era la palabra que Zane estaba buscando. Arrogante. Y posiblemente 
vano también, pero sólo hasta el punto de saber que era un hombre guapo. 
~~1188~~ 
También era seguro y controlado. Había apoyado un tobillo sobre la rodilla 
opuesta, sentado casualmente ante la mesa con un antebrazo apoyado en el borde. 
No estaba inquieto ni se retorcía. Simplemente esperaba. Lo que le traicionaba era la 
ira que brillaba en sus ojos y la tensión alrededor de la boca. 
—¿Quieres hablar con él? —preguntó McCoy. 
Zane sacudió lentamente la cabeza. 
—He conocido antes a los de su clase. 
—No es un narcotraficante o un hacker —señaló McCoy. 
—Es un matón —murmuró Zane—. Bien vestido pero sólo un matón. 
—Explica el tatuaje que te facilitaremos. 
Zane parpadeó y giró la cabeza hacia McCoy, que sonreía. 
* * 
Cuando Zane y McCoy volvieron a la sala de observación de Del Porter, Zane casi 
había esperado que Ty todavía estuviera allí, atándose a la mesa y rogando no ser 
llevado a la peluquería. 
Pero sólo estaba el agente especial Lassiter, al que se había sumado el agente 
especial Perrimore. Estaban de pie ante el cristal, mirando al prisionero con las 
cabezas inclinadas hacia un lado, como si estuvieran estudiando un animal en el 
zoológico. 
Zane miró a través del cristal. Ty estaba allí, sentado frente a Del, relajado en el 
asiento de espaldas a ellos, con las piernas cruzadas y el codo apoyado en la mesa, 
casi como había estado Corbin Porter. Pero Ty parecía despreocupado y tranquilo, 
dónde Corbin no había más que emitido desprecio y hostilidad. Había algo diferente 
en la actitud de Ty también, pero Zane no podía decir qué. Estaba demasiado 
sorprendido de ver allí a Ty. No era el único. 
—¿Qué diablos está haciendo? —preguntó McCoy, alarmado. 
—Me dijo que quería hablar con él —contestó Lassiter. 
McCoy se acercó y accionó el interruptor del altavoz. 
—Nos dijo que no escucháramos —le dijo Lassiter a McCoy. 
—A la mierda —respondió McCoy sin pensar—. El tipo está hablando, podríamos 
obtener algo de él. 
—No es como si pudiéramos usarlo en un tribunal —murmuró Lassiter en voz 
baja, y él y Perrimore murmuraron en voz baja antes de reírse sobre las 
circunstancias del caso encubierto de nuevo. Zane no les hizo caso observando a Ty 
cuando encendieron los altavoces. 
~~1199~~ 
—¿Cuánto tiempo llevas casado? —le estaba preguntado Ty a Del, quien estaba 
sentado encorvado y a la defensiva, mirando a Ty sospechosamente. 
Del no respondió, sino que se limitó a mirarse las manos, probablemente 
estudiando su anillo de bodas. Zane resistió la tentación de mirar hacia el suyo. 
Sabía, sin lugar a dudas, la clase de pensamientos que atravesaban la mente de Del. 
Zane cerró los ojos por un momento antes de centrarse en la escena de nuevo. 
—¿Lo hiciste aquí en los Estados Unidos o fuisteis a otro sitio? —preguntó Ty, su 
voz portaba lo que sonaba como genuino interés. 
—¿Qué diablos le importa a Ty? —preguntó Perrimore con incredulidad. 
—No le importa. Está rompiendo el hielo, idiota —respondió Lassiter 
distraídamente mientras miraba a Ty de cerca—. Solíamos usarle para preparar 
sospechosos todo el tiempo. Es encantador. 
—Vosotros dos haréis una bonita pareja —respondió Perrimore. 
—Cállate. También tiene la habilidad de parecer tan tonto como una pared de 
ladrillos, les hace bajar la guardia. 
—Sí, sí. 
Ty continuó sin inmutarse cuando Del siguió sin responder a sus consultas. 
—Mi esposo y yo fuimos a Boston —continuó Ty, levantando la mano y mirando 
el anillo de platade su dedo casualmente. La mentira fue sorprendentemente fácil 
para él. Los ojos de Del parpadearon hacia él, obviamente sorprendidos. 
Todos en la sala se volvieron para mirar a Zane. 
—Ah, sí —dijo arrastrando las palabras con ironía mientras sentía los ojos sobre 
él—. Es un fanático de las rosas rojas y la ópera. 
Perrimore y Lassiter resoplaron mientras McCoy reía y sacudía la cabeza. 
—Si hubiera béisbol y Guinness involucrado, medio me lo creería —murmuró 
McCoy. 
Zane puso los ojos en blanco y volvió su atención de nuevo a la ventana. 
—Mucha historia hasta allí —estaba diciendo Ty con una inclinación de cabeza. 
En la sala, Del se enderezó. 
—Pensaba que al FBI no le gustaban ese tipo de cosas —dijo con una ligera 
curvatura de sus labios. Zane se sorprendió al oírle hablar con acento británico. 
Ty se encogió de hombros. 
—Estás pensando en los militares. Los federales no tienen ningún problema con 
ello. Hago mi trabajo como cualquier otro —dijo con otro gesto de la mano. Zane no 
podía definir qué estaba haciendo Ty de manera diferente con su cuerpo, pero le 
daba un aspecto... suave. No femenino, pero... no tan masculino como solía ser. Zane 
~~2200~~ 
no podía describir el efecto más que pensar que Ty parecía menos alfa. Se dio cuenta 
de repente, mientras giraba los hombros que estaba imitando sutilmente al hombre 
sentado frente a él. 
Le golpeó en ese momento lo que estaba realmente haciendo allí. No tenía 
intención de interrogar a Del Porter. Le estaba estudiando. 
Del asintió con cuidado. 
—¿Cuánto tiempo has estado con él? —preguntó, en tono vacilante. 
—Lo suficiente para conocerlo —respondió Ty con una sonrisa. Todas sus 
respuestas eran vagas. Pequeñas mentiras que no pondrían a prueba la conciencia de 
Ty, Zane lo sabía. 
Del le dirigió una media sonrisa y asintió, luego volvió a mirarse las manos. 
Ty se quedó en silencio, observándolo. Desde su punto de vista tras el cristal, Zane 
podía ver lo que estaba viendo Ty. Moretones desvaneciéndose alrededor de las 
muñecas del hombre, algunas en sus brazos. 
—¿Te trata bien? —preguntó Ty de repente. 
Del le miró casi desafiante y asintió de nuevo. Levantó las manos para mostrar las 
muñecas. 
—Le gusta rudo —le dijo a Ty con una sonrisa. 
McCoy tuvo que aclararse la garganta, y Zane se giró para fulminarle. 
Ty rió y asintió con la cabeza. 
—Te escucho —respondió neutral. Siguió examinando a Del Porter, y el hombre le 
observó y esperó casi con curiosidad. Parecía como si quisiera decir algo más, pero 
aún no se fiaba. 
Zane negó con la cabeza mientras miraba a través del cristal. 
—El pequeño hámster en la cabeza de Ty probablemente está aburrido —observó 
Perrimore. 
—Gracias por su tiempo, Sr. Porter —dijo Ty bruscamente mientras asentía, como 
si estuviera complacido. Descruzó las piernas y se levantó, dirigiéndose a la puerta. 
Del le vio alejarse con sorpresa. 
—¿Eso es todo? —preguntó, confundido—. ¿Te vas? 
Ty se detuvo en la puerta y se volvió para mirar al hombre, con la mano en el 
pomo de la puerta. 
—Lo siento. ¿Necesitas algo más? —preguntó con lo que parecía sincera sorpresa. 
—Ni siquiera me has preguntado nada. 
Ty rió y negó con la cabeza. 
~~2211~~ 
—Ese no es mi trabajo, tío —dijo a Del con desdén antes de salir de la sala de 
interrogatorios y cerrar la puerta tras él. 
Del Porter miró a la puerta y luego al espejo de cristal con incredulidad. 
—Que alguien lleve a Grady al maldito spa —ordenó McCoy en voz baja mientras 
salía de la sala. 
 
~~2222~~ 
 
CCaappííttuulloo 22 
Examinando su reflejo en el espejo, Zane se preguntó cómo estos pequeños 
cambios podían hacer que se viera tan diferente. Cuando se había infiltrado 
anteriormente, había sido con trajes a medida en oficinas de compañías financieras 
de Wall Street, o había ido más desaliñado y sucio con vaqueros, cuero y sudaderas. 
Este dinamismo de clase alta era nuevo. 
McCoy le había programado el tratamiento de un "caballero" en un spa, donde 
había sido enjabonado y masajeado, le habían cortado el pelo rebelde con un estilo 
más refinado para que pudiera utilizar esta gomina y echárselo hacía atrás, le habían 
depilado las cejas y hasta le habían hecho una limpieza facial profunda, donde la 
mujer le había pinchado y apretado la piel con una pequeña herramienta de metal 
durante lo que parecieron horas. Había sido una de las cosas más extrañas y 
dolorosas que Zane podría haber imaginado. Pensó que sería una gran herramienta 
de interrogación. 
Y la perforación de la oreja había dolido una putada. 
Ahora era elegante. Pulido. Le habían hecho la manicura, así que sus manos 
parecían más limpias, con menos experiencias en peleas. Y una pedicura, eso se había 
sentido bastante bien. Pero el cambio más importante no era inmediatamente visible. 
Zane se dio la vuelta para verse la espalda en el espejo y examinó su hombro, levantó 
los faldones de la camisa y bajó la cintura de sus pantalones de vestir para exponer la 
piel. 
El tatuaje de una vid retorcida se extendía por la parte baja de la espalda, de 
cadera a cadera, justo debajo de la cintura, hundiéndose en la raja del culo en un 
triángulo invertido de líneas negras, simples y sorprendentes. No era real, por 
supuesto, pero el efecto era el mismo. Se preguntó qué pensaría Ty de ello. Parecía 
adorar su propio tatuaje, pero el bulldog Marine de mirada maliciosa con sus armas 
humeantes era definitivamente más del estilo de Ty que este diseño más elegante. 
Suspirando, Zane dejó caerla camisa. Ya estaba abierta por delante, desabrochada, 
dejando su pecho al descubierto. No se había molestado en ponerse la camiseta de 
nuevo después del masaje en el spa. Había estado en el proceso de prepararse para la 
cama cuando había sido detenido por la extraña visión de sí mismo en el espejo. 
Empezó a apartarse la camisa de sus hombros, pero oyó una llave en la puerta 
~~2233~~ 
delantera y salió al pasillo con los pies descalzos, escuchando como alguien entraba 
en el apartamento. Sólo podía ser Ty, era la única persona a la que Zane le había 
dado una llave y Zane nunca dejaba una puerta abierta. Sin embargo, cuando miró 
por la esquina, había un extraño. Tardó demasiado tiempo en darse cuenta de que 
después de todo era Ty, y se alegró de no haber tenido el arma en la mano. 
—No me dispares —dijo Ty con voz plana y cansada, obviamente pensando 
exactamente lo mismo que Zane. Comenzó a aflojarse la corbata y desabrocharse la 
camisa mientras se acercaba, arrojando prendas de ropa al suelo y sobre los muebles 
mientras se acercaba a Zane. 
—¿Has acabado con el…? 
—Sí —murmuró Ty mientras tiraba de la corbata. Su camisa se abrió cuando se 
inclinó y se quitó los zapatos. 
Zane examinó ese cuerpo bronceado y alto que había ante él, alzando las cejas 
lentamente cuanto más abarcaba. La gente del spa había trabajado duro con su 
normalmente desaliñado compañero. Era Ty, pero... no. Estaba bien afeitado por 
primera vez en meses, y su pelo corto había sido teñido de un poco natural rubio 
platino. Se enderezó como si le ofendiera el nuevo color. Todo el cuerpo de Ty 
parecía retocado, su piel bronceada más brillante, más lisa y probablemente más 
suave de lo que lo había estado nunca. Su pecho bien definido carecía de su habitual 
capa de vello oscuro, y el efecto le hacía más elegante. 
Zane no estaba seguro de que pensar sobre el pelo, pero el resto de Ty era un 
sueño húmedo andante. 
Lo que era... para morirse de risa, de verdad. Zane parpadeó varias veces y apretó 
los labios con fuerza. 
—Adelante. Sácatelo de encima. —Invitó Ty mientras tiraba la camisa de vestir al 
sofá. Hizo un gesto con la mano a su pecho recién depilado. 
Zane dejó salir la sonrisa. 
—Pareces… —Cruzó los brazos y sacudió la cabeza—. Diferente —dijo, tratando 
de no reír abiertamente. 
—¿Sí? Bueno, tú te ves sórdido —le dijo Ty con una sonrisa mientras miraba Zane 
de arriba y abajode forma crítica. Dio unos pasos lentos, dando vueltas alrededor de 
Zane mientras lo examinaba. 
Inclinando la cabeza mientras Ty le rodeaba, Zane levantó un hombro en un gesto 
defensivo. 
—Es el gel que me pusieron en el pelo. 
Ty sacudió la cabeza, frunciendo los labios pensativamente mientras trataba de no 
sonreír. 
—No —añadió—. Otra cosa. 
~~2244~~ 
Zane esperó, seguro de que Ty le iluminaría. 
—Te ves retocado —observó una vez que Ty se detuvo frente a él—. Como la 
portada de una revista. 
Ty levantó la barbilla y enderezó los hombros, mirando Zane a los ojos mientras 
reflexionaba una respuesta. 
—Sí —dijo finalmente lentamente. Sus labios se curvaron en una sonrisa maliciosa. 
Sus ojos color avellana parecían casi de verde neón con ese pelo rubio platino 
acentuándolos—. Pero yo hago que esta mierda luzca. 
Zane enarcó una ceja mientras señalaba a Ty y hacía girar un dedo. 
Ty chasqueó la lengua. Levantó ambos brazos a los lados, sosteniéndolos mientras 
daba un lento círculo. Los músculos de sus hombros y espalda estaban, como 
siempre, bien definidos mientras permanecía con los brazos en alto. La flexión de los 
bíceps de Ty llamó la atención de Zane a la piel sin mácula. Era extraño no ver el 
tatuaje en el hombro de Ty, pero Zane estaba demasiado distraído por el resto de su 
persona para preguntar sobre ello. Ty volvió la cabeza para mirarle por encima del 
hombro y Zane pudo ver una sonrisa en los labios. Ty nunca alardeaba de sí mismo, 
no es que Zane lo hubiera visto de todos modos, pero el hombre tenía un espejo. No 
era inmune a una pequeña chulería, no cuando era bien merecida. 
—La palabra que me viene a la mente es “cachas” —respondió Zane arrastrando 
las palabras y mirando a Ty, apreciando la vista. 
—¡Misión cumplida, entonces! —Dijo Ty feliz mientras que se volvía hacia Zane 
de nuevo. Frunció el ceño de repente—. ¿Cachas es una palabra o dos? 
Zane se echó a reír. 
—¿A quién le importa cuando tienes un buen culo? 
Ty entrecerró los ojos. 
—No estoy acostumbrado a que tú seas el cerebro de la operación —murmuró—. 
¿Sabes lo que creo que necesitamos? Creo que necesitamos un poco de práctica. 
—Me pregunto si debería sentirme insultado —plantó Zane, entrecerrando los 
ojos mientras apoyaba las manos en las caderas—. Yo soy quien tiene el título en 
estadísticas —recordó. 
—¿En serio prefieres discutir credenciales a follarme? —preguntó Ty con una risa 
incrédula. 
—Bueno, si hubieras dicho eso —dijo Zane mientras daba un par de pasos para 
acercarse. 
Ty dio un paso atrás y puso la mano sobre el pecho de Zane, alzando una ceja 
juguetonamente mientras usaba la otra para sujetarse. Zane vio que las manos y los 
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dedos normalmente encallecidos de Ty ahora estaban bien cuidados y relativamente 
suaves, por lo que la cicatriz reciente en la mano era aún más notable. 
—Para el carro, Lone Star. ¿Me estás llamando estúpido? 
—De ninguna manera. Tengo instinto de supervivencia —dijo Zane mientras 
colocaba las manos sobre las caderas de Ty para que sus pechos se rozaran. 
Ty se mordió los labios y aspiró aire a través de los dientes, levantando la barbilla 
como si estuviera considerando lo que Zane había dicho. 
—¿Desde cuándo? —preguntó en voz baja. 
Sorprendido, Zane se enderezó, revisando las palabras. Aspiró lentamente, 
apartando una ligera sensación de mareo. Últimamente Ty le hacía sentir así cada 
vez más. 
—Desde que tengo un compañero en el que confío —respondió. 
Ty le miró seriamente mientras daba un paso más cerca, dejando que los brazos de 
Zane le rodearan las caderas. Puso una mano sobre el brazo de Zane, clavó los dedos 
en su bíceps. Alzó la otra mano para tocar el rostro de Zane, deslizándose los dedos a 
lo largo de sus labios mientras le miraba. Fue un gesto extraño de su compañero 
normalmente poco demostrativo, que afectó a Zane mientras esperaba el próximo 
movimiento de Ty. Había esperado que hiciera otro comentario o chiste, pero Ty no 
dijo nada, dejó que sus dedos se deslizaran por el cuello de Zane, el pecho, por 
debajo de la cintura hasta desaparecer bajo la camisa desabrochada que todavía 
llevaba puesta. Zane se estremeció. 
—¿Te importa ayudarme a meterme en el personaje? —susurró Ty con una sonrisa 
pícara. 
Zane suspiró ligeramente y atrajo a Ty contra él. 
—¿Qué tipo de ayuda necesitas? 
Ty se puso de puntillas, rozando sus labios entreabiertos contra los de Zane. 
Estaban cálidos y húmedos, y Zane sacó la lengua para humedecerse el labio inferior 
casi tan pronto como Ty se retiró y movió ambas manos sobre el cuerpo de Ty con 
movimientos lentos y deliberados, rodeando esa piel de aspecto increíblemente 
sedoso. 
Ty deslizó las manos por el pecho y los brazos de Zane y luego envolvió los brazos 
alrededor de su cuello, algo que Zane pensó que jamás había hecho antes y le besó de 
nuevo. Fue un beso suave y seductor, uno que rogaba porque Zane fuera y 
consiguiera más. 
El cuerpo de Zane reaccionó rápidamente: su pulso se aceleró y podía sentir la 
polla hinchándose en sus pantalones. Con un suave gruñido, envolvió un brazo 
alrededor de Ty y lo atrapó contra su pecho mientras trataba de dar un paso atrás. Ty 
rió suavemente, y Zane respondió al beso burlón con uno más firme y más húmedo. 
~~2266~~ 
Ty profirió un leve gemido mientras arqueaba la espalda lo suficiente para 
presionar con más fuerza contra Zane. El sonido era algo totalmente extraño en él, al 
menos en esta etapa de sus caricias. Parecía estar haciendo todo lo posible para que 
Zane le arrastrara a la cama. Si esto era lo que quería decir con meterse en el 
personaje... entonces maldición. La seducción pasiva-agresiva era muy excitante y una 
táctica bastante exitosa así que Zane no iba a preocuparse por ser manipulado en 
estos momentos. En cambio, metió la mano en la cintura trasera de los pantalones de 
Ty y arrastró sus dedos hacia el frente, donde abrió el botón. 
Ty no se movió para ayudar como de costumbre, sólo pasó los dedos de ambas 
manos por el pelo de Zane mientras esperaba pacientemente a que le quitara las 
ropas. Era tan extraño que Zane no pudo evitar reírse. Era obvio que Ty estaba 
disfrutando de las bromas. Probablemente no era un papel que hubiera tenido 
mucha oportunidad de interpretar. Cuando Zane se detuvo, Ty se acercó, 
apretándose mientras le mordisqueaba la oreja. 
—No parece que necesites mucha práctica. ¿Qué te pasa? —murmuró Zane 
mientras arrastraba sus labios a lo largo de la garganta expuesta de Ty. Desabrochó 
los pantalones de Ty y comenzó a bajarlos por sus caderas. 
—Nada, todavía —respondió Ty con una lenta sonrisa—. Ese es su trabajo —dijo 
suavemente, su aliento contra la mejilla de Zane. 
Este gimió mientras movía sus manos para apretar el culo de Ty y capturar sus 
labios con los suyos, el beso más hambriento mientras Zane se movía para apretarse 
contra el muslo de Ty. Era bueno que no estuviera de este humor agradable más a 
menudo, pensó vagamente. Le volvía loco lo sexy que era. Ty le tendría comiendo de 
su mano si se comportaba de esta manera con más frecuencia. 
Probablemente sería mejor no mencionarlo. 
—Vamos, guapo —animó Ty cuando empezó a atraerlo suavemente con la mano 
que había enredado en el pelo de Zane. Lo dirigió hacia la puerta del dormitorio 
mientras le daba esos besos suaves y tentadores 
 Zane enarcó las cejas en observación silenciosa, pero no estaba dispuesto a hablar 
y arruinar el momento. No estaba dispuesto a liberar a Ty ni por un segundo 
mientras se dejaba arrastrar. Pero les hizo detenerse el tiempo suficiente para 
empujar a Ty contra la jamba de la puerta y succionar y chupar a lo largo del hombro 
de Ty. Este levantó la barbilla y cerró los ojos, gimiendo sin motivo de nuevo 
mientras dejaba que sus dedos se deslizaran por el cuello de Zane. 
—Joder —gimió Zane mientras se arqueaba contra el cuerpo de Ty y le hizo 
moverse hacia el dormitorio denuevo. No tenía la suerte de recordar si habían tenido 
juegos preliminares parecidos antes. Cada uno sabía lo que el otro quería y eso era 
una liberación. Pero este nuevo lado de Ty era caliente y seria, casi dolorosamente, 
excitante. 
~~2277~~ 
Ty dejó que sus manos se deslizaran a través de la parte delantera de los hombros 
de Zane, apartando la camisa por los hombros, envolvió los brazos a su alrededor, le 
besó el cuello, la mandíbula y la oreja, todo con roces sensuales y lentos de los labios 
sobre la piel mientras le acariciaba. Le quitó la camisa por los brazos y presionó la 
piel desnuda mientras le mordisqueaba la oreja de nuevo. 
Zane se estremeció y dejó escapar un suspiro ronco, se sacudió la camisa suelta 
antes de agarrar las caderas de Ty por dentro de sus pantalones abiertos y arrastrarle 
los últimos metros hasta el pie de la cama. Su cabeza cayó hacia atrás para permitir 
que tuviera acceso al cuello mientras se estiraba y apretaba a Ty contra él. 
—Zane —murmuró Ty sin aliento mientras se alejaba lo suficiente para bajarse los 
calzoncillos y tirar de los pantalones de Zane. Tanteando mientras estiraba una mano 
entre ellos para desabrochar el cinturón y los pantalones, Zane maldijo entre dientes 
cuando por fin consiguió desabrochar el botón y bajar la cremallera para que Ty 
pudiera meter las manos y tocarle. 
Zane estaba erecto bajo la ropa interior, el algodón suave de los bóxers no hacía 
nada para contenerlo. Las manos de Ty empezaron a deslizarse sobre su piel, 
tratando de bajarle los pantalones y atraerlo al mismo tiempo, sus labios apenas 
rozaron los suyos, tentándole, animándole a agacharse para el contacto. La lengua de 
Zane se deslizó por el labio inferior de Ty mientras perseguía esos labios húmedos y 
llenos, le mordisqueó la lengua cuando su mano se cerró sobre su erección. 
—Joder —susurró Zane—. Me estás volviendo loco. 
Ty sonrió contra su mejilla. 
—Tú eres quien conduce. Haz algo al respecto —invitó con voz sedosa mientras 
dejaba que sus labios se movieran contra los de Zane mientras hablaba. 
Este se retiró con un grito ahogado y empujó a Ty hacia la cama. Sosteniéndose la 
dolorida polla, Zane se bajó los pantalones con la otra mano y los echó a un lado, 
mirando a su amante. Le deseaba, era una locura lo excitado que estaba. 
Ty volvió la cabeza para mirarlo y sonrió de nuevo, claramente satisfecho de sí 
mismo. Se quitó los calzoncillos y se empujó al centro de la cama, tumbándose de 
manera atrayente. La facilidad con la que se presentaba seguía siendo muy 
sospechosa. Entrecerrando los ojos, Zane miró el cuerpo desnudo de Ty mientras 
salía de sus propios calzoncillos, preguntándose por lo dispuesto que se estaba 
sintiendo su amante esa noche. Después de un momento de consideración y 
admiración, Zane le señaló y giró el dedo en una orden silenciosa de “date la vuelta”. 
Para aumentar su sorpresa, la sonrisa de Ty se amplió, y obedientemente rodó 
sobre su estómago y apretó la cara contra las sábanas, empujando sus caderas hacia 
arriba con un movimiento lento y sensual. 
Ahora Zane sabía que estaba pasando algo. Pero no iba a dejar pasar una 
oportunidad como esta. Si tenía que pagar por ello más tarde, que así fuera. 
~~2288~~ 
Arrastrándose sobre los muslos de Ty, frotó su ingle contra su culo firme. Suspirando 
ligeramente, se inclinó para morderle el cuello con fuerza y deslizó una mano por su 
espalda. 
Ty profirió un suave gemido lastimero cuando le mordió, pero levantó las caderas 
para empujar contra Zane sin mayor queja. Gimió suavemente cuando sus cuerpos se 
tocaron y el peso de Zane cayó sobre él, el sonido amortiguado por el algodón. 
Zane alargó la mano hacia el cajón junto a la cama y lo abrió, sacó un condón y un 
tubo de lubricante y se mojó los dedos. Se agachó y levantó la cadera de Ty, 
sujetándole firmemente mientras arrastraba un dedo por la hendidura, dejando una 
estela fina de lubricante detrás. Pudo ver a Ty estremecerse y apretar, y su estómago 
se tensó en compasión. Conocía muy bien ese momento de anticipación, esperando 
los dedos de Ty. 
Ty suspiró mientras bajaba la cabeza y abría las rodillas, prácticamente suplicando 
a Zane que le follara. 
—No necesito eso —dijo a Zane. Este contuvo el aliento cuando extendió la mano 
sobre la mejilla del culo apretando con avidez. Sabía que Ty no había estado 
bebiendo esta noche para prepararse mentalmente para su papel menos importante 
en este crucero, porque la cerveza o las drogas nunca le hacían tan fácil de manejar, 
ni siquiera cuando estaban en medio de follar. ¿Era esta la interpretación de Ty de 
Del Porter? ¿Este era el Ty que vería durante las próximas dos semanas? 
Ty se estiró hacia atrás y arrastró los dedos por la cadera de Zane, apenas le 
alcanzaba. A pesar de las palabras de Ty, Zane deslizó un dedo en su interior y pasó 
la mano libre por la piel de Ty, acariciándole la espalda, deseando esa sensación táctil 
mientras frotaba el interior de Ty. 
—No lo necesito, Zane —exhaló Ty suplicante, presionando su cara contra la cama 
y gimiendo con impaciencia—. Vamos —le instó mientras trataba de empujar sus 
caderas más arriba. 
El calor inundó a Zane. Podía sentir sus mejillas en llamas, y desde luego no era de 
vergüenza. Preguntándose hasta dónde podría empujar a Ty antes de que comenzara 
a empujar hacia atrás, Zane introdujo otro dedo dentro de Ty y, de improviso, le dio 
una palmada en el culo. 
Ty ni siquiera se inmutó, sino que gruñó de frustración mientras Zane se tomaba 
su tiempo. Apartó los dedos de Zane y extendió sus rodillas un poco más, rogándole 
que le follara. Zane gimió y movió su mano libre para cerrar los dedos alrededor de 
la gruesa polla que se bamboleaba debajo del vientre de Ty. La acarició un par de 
veces más y empujó más dedos, girándolos mientras añadía presión. El sonido de la 
palmada estaba resonando en sus oídos, como el latido de sangre en su pene. 
~~2299~~ 
—¡Maldita sea, Garrett! —rechinó Ty con los dientes apretados. Empujó sus 
caderas hacia atrás exigente mientras arrastraba los dedos sobre la piel de la cadera 
de Zane, como si quisiera desesperadamente el contacto. 
El contacto prolongado envió senderos de fuego contra la piel de Zane, y tuvo que 
respirar lenta y profundamente para tratar de reunir un cierto grado de control. No 
quería que esto terminara pronto. 
—¿Qué necesitas, cariño? —Sopló al oído de Ty. 
Ty volvió la cabeza, tratando de rozar la mejilla contra la cara de Zane. 
—Sabes lo que quiero, Zane. 
Cristo, el sonido de su nombre con esa voz desesperada. Era imposible de ignorar. 
Zane deslizó los labios a lo largo de los pómulos de Ty antes de que soltarle y agarrar 
el condón, lo desenrolló y se lo puso a toda prisa. Una mano presionando sobre la 
espalda de Ty le dio el ángulo correcto, y empujó, conteniendo la respiración, 
jadeando cuando se deslizó en el interior, donde estaba tan apretado que pensó que 
se perdería en ese mismo momento. Eso en cuanto al control. Se estiró sobre el 
cuerpo de Ty y lo inmovilizó sobre la cama. 
Ty soltó un breve grito de placer, y un escalofrío recorrió su cuerpo cuando Zane 
se acomodó en su interior. 
—Cariño —gimió. Deslizó las manos a sus costados, doblando los dedos en las 
sábanas, invitando en silencio a Zane a que le mantuviera presionado. 
Rara vez le permitía hacer eso y Zane casi no sabía qué hacer con ello. Se lamió los 
labios, cambió su peso y movió las dos temblorosas manos para cubrir las de Ty 
antes de cernirse sobre él para sujetarlo. Sus pocos centímetros extra de altura sobre 
Ty venían muy bien. Entonces comenzó a moverse lentamente, balanceándose dentro 
y fuera, empujando su polla más profundamente, y haciendo caso omiso del sonido, 
sospechosamente parecido a un gemido, que salió de su propia garganta. 
—Joder, sí —gimió Ty, sonando aliviado mientras colocaba su mejilla contra las 
sábanas y cerraba los ojos. Soltóun lento gemido mientras trataba de empujar sus 
caderas hacia atrás para encontrarse con el balanceo de Zane. 
Zane cerró los ojos y agachó la cabeza para deslizar labios y lengua a lo largo de la 
columna vertebral de Ty mientras se deleitaba con la lenta y minuciosa atención que 
estaba dando al increíble culo de Ty. Cuando abrió la boca para jadear entre besos, 
Zane decidió que tendría que intentarlo de nuevo, lento y tranquilo, porque 
segurísimo que se sentía tan increíble como cuando follaban duro pero de manera 
satisfactoria. 
Ty se retorcía debajo de él, luchando contra la presión de su cuerpo y las manos 
que sujetaban sus muñecas, pero en realidad no trataba de escapar. Parecía estar 
disfrutando del papel sumiso. 
~~3300~~ 
—Dijiste que necesitabas práctica —dijo Zane con un gemido, sin ser realmente 
capaz de elaborar alguna acusación. 
—Cristo, Zane, deja de hablar —jadeó Ty, levantando la cabeza de la cama lo 
suficiente para tratar de mirar por encima del hombro antes de rendirse y apretar su 
cara contra las sábanas de nuevo. 
Zane bufó pero empujó dos veces, con fuerza, antes de regresar al ritmo lento. 
Podía haber sospechado de Ty “practicando” este acto de sumisión en otro lugar si 
no lo conociera. No habían pasado una noche separados desde que Zane se había 
mudado a su nuevo apartamento en Baltimore hacía tres semanas, y casi todo el 
tiempo que habían estado juntos recientemente, Ty había estado arriba. A Zane no le 
importaba. Pero esto era adictivo, demasiado, y apoyó más de su peso sobre la 
espalda de Ty, centrándose en empujar de manera constante en el cuerpo acogedor 
debajo de él. 
Ty intentó hablar, pero era obviamente incapaz de formar palabras. Se limitó a 
gemir larga y fuertemente, hundiendo sus dedos en las sábanas y todavía tratando 
desesperadamente de empujar sus caderas contra las embestidas de Zane, si su 
temblor era alguna indicación. 
Los sonidos provocaron calambres en el estómago de Zane, y tuvo que parar para 
respirar profunda y lentamente. Se levantó sobre sus rodillas y miró a sus caderas, 
viendo su polla deslizarse y desaparecer en el culo apretado de Ty. Se impulsó, 
moviéndose muy lentamente, luego retrocedió sólo por el placer de observar. Gimió 
cuando Ty intentó empujar contra él, y la urgencia de follar a Ty contra el colchón 
casi le abrumó. 
—¿Quieres caminar mañana? —preguntó Zane con voz ronca, agarrando las 
caderas de Ty para contenerse. Ty sacudió la cabeza en silencio, todo su cuerpo tenso 
mientras rotaba sus caderas—. Bien —gruñó Zane. Se agachó, agarró la mano de Ty, 
y le torció el brazo detrás de la espalda casi como si estuviera listo para esposar a un 
sospechoso. Agarró el antebrazo de Ty con fuerza y le sujetó por el otro hombro, 
Zane maldijo entre dientes y empujó con cierta fuerza la primera vez antes de 
retirarse hacia atrás hasta que sintió como si fuera a salirse por completo. Luego 
empujo de nuevo, fuera, dentro, con la respiración tensa y dura, mientras trataba de 
contorsionarse lo suficiente para verse a sí mismo—. El aspecto de bien follado te 
queda bien de todos modos. 
—Todo me queda bien —le dijo Ty, arreglándoselas para reír sin aliento antes de 
jadear y gemir—. Más fuerte, cariño. 
Apretando los dientes, Zane se inclinó hasta que sostuvo a Ty con su peso una vez 
más e hizo lo que Ty exigía, acelerando el movimiento de sus caderas y empezando a 
follarle en serio. Tiraba de él cada vez que empujaba con rudeza y siseaba y gemía 
cada vez que se hundía profundamente y sus cuerpos chocaban. 
~~3311~~ 
En lugar de la violenta batalla por el control que este tipo de follada brutal 
generalmente provocaba, Ty se retorcía y gemía con cada embestida, girando las 
caderas para ayudar a Zane a hundirse más profundamente, deslizando su piel 
brillante y músculos duros contra Zane, ocasionalmente gritando el nombre de Zane 
o rogando por más y más fuerte. Nunca trató de soltarse las manos de las de Zane o 
tirar del brazo que tenía a la espalda. 
—Ty… —Zane se ahogó mientras se inclinaba sobre la espalda de Ty, sintiendo la 
tensión en su interior a punto de estallar, unos pocos minutos de follar con fuerza 
liberó su control 
—Todavía no, cariño, por favor —suplicó Ty con la voz ronca y desesperada. 
Zane se empujó hacia arriba, soltando el brazo de Ty y tirando de él hasta que su 
culo estuvo en el aire, con las rodillas extendidas en una posición vulnerable que Ty 
raramente toleraba por mucho tiempo. Zane agarró sus caderas y se echó hacia atrás, 
observándose a sí mismo otra vez mientras trataba de frenar sus embestidas. Se 
deslizó tres o cuatro veces, de forma sensual, sacando la punta de su polla casi por 
completo con cuidado y obligando a esos músculos tensos a abrirse. Ty apretó con 
fuerza alrededor de él, agarrando las sábanas para aferrarse cuando Zane soltó sus 
caderas y se introducía con fuerza después de cada empujón lento. Zane se retiró por 
última vez, meciéndose en el borde. 
Ty ni siquiera podía pensar en una respuesta distinta a gritar fuertemente y 
enterrar su cara entre las sábanas revueltas debajo de él. Para incrementar la sorpresa 
y el placer, no movió las caderas para forzar a Zane a volver a introducirse en él, 
estaba tomando todo el castigo que Zane ofrecía alegremente, rogando por él, y el 
pensamiento casi volvía loco a Zane. 
Este se aferró a sus caderas de nuevo, conduciéndose dentro de Ty con fuerza y 
sin frenar estar vez. Jadeó en busca de aliento y estiró una mano alrededor de Ty 
para envolver la mano resbaladiza en torno a la polla de Ty, bombeándola al mismo 
ritmo que sus empellones. 
Ty se acurrucó sobre sí mismo, su cuerpo tenso y muy apretado, gimiendo sin 
poder hacer nada mientras se derramaba sobre los dedos de Zane. Este ahogó un 
suspiro y gritó con voz ronca mientras el cuerpo de Ty se apretaba a su alrededor. 
Los sonidos que Ty hacía cuando le follaba, desesperado, necesitado y sin 
inhibiciones, siempre eran demasiado para Zane. Su control se rompió y empujó una 
vez más con fuerza, dos veces, incontables veces más mientras se corría con fuerza y 
rapidez usando y abusando del cuerpo dispuesto de Ty antes de caer sobre su 
espalda con un gemido de dolor. 
Pasó un largo minuto antes de que Zane encontrara la voluntad para retirarse con 
cuidado de Ty y dejarse caer a su lado sobre la espalda. Todavía estaba jadeando 
profundamente cuando giró la cabeza para mirarle atento. 
~~3322~~ 
Ty le sonrió mientras yacía inmóvil, con los ojos color avellana bailando 
alegremente. 
—¿Bueno? —preguntó, su habitual tono de broma de nuevo en su voz. 
Zane le miró mientras su pulso todavía latía acelerado. 
—Sí —estuvo de acuerdo—. Eso fue... raro. 
Los labios de Ty se retorcieron con diversión y sonrió más ampliamente. 
—Quería ver si podía sacar al gatito sexual —explicó alegremente mientras se 
apoyaba sobre los codos—. ¡Resulta que puedo! 
—Genial —murmuró Zane, frotándose los ojos—. Se supone que debemos salir del 
camarote, ya lo sabes. 
—Sólo para meterme en el personaje —dijo Ty medio encogiéndose de hombros. 
Luego, con una voz extrañamente parecida a la del hombre que Zane había visto 
detrás del espejo hoy, completada con un acento británico, dijo—: Debes haberte 
divertido; has perdido la oportunidad de una broma sobre el gato. Por cierto, me 
encanta el pendiente. 
El acento sorprendió a Zane. Sabía por el expediente de Ty que su compañero era 
un consumado imitador. Podría imitar varios acentos, tonos y voces, y se defendía, si 
no fluidamente en varios idiomas. Persa y francés entre ellos. En varias ocasiones 
desde que se había trasladado a Baltimore, Zane había sido testigo de cómo alguno 
de sus colegas había venido donde Ty para pedirle que hiciera una llamada 
telefónica o una grabación con un acento particular para un caso en el que estuvieran 
trabajando. 
Zane nunca había tenido ocasión de verlo, de oírlo en acción. Estecaso sería 
interesante sólo por ese aspecto, para ver si Ty podía utilizar el acento británico 
durante un período prolongado de tiempo. 
Zane resopló su molestia y se apartó cuando Ty intentó tocar el pendiente de rubí. 
—Confía en mí, tengo bastantes agujeros en mi cuerpo. No estaba muy 
emocionado acerca de este. Pero supongo que es mejor que otro agujero de bala. 
Ty extendió un dedo para pasarlo por la mejilla de Zane, arqueando una ceja con 
diversión. 
—Es demasiado brillante para no meterse con él. Te das cuenta de que voy a tirar 
de él en algún momento sólo para verte gritar. 
Zane entrecerró los ojos. 
—Inténtalo y tiraré de algo sensible en ti, capullo —dijo con una ligera palmada al 
costado de Ty. 
Ty aplastó la palma contra la mejilla de Zane y se acercó más, presionando su 
nariz sobre la de Zane con una sonrisa traviesa. Zane carraspeó en silencio ante el 
~~3333~~ 
gesto. Ty rara vez jugaba, era divertido y exasperante verlo de esta manera. Pasó los 
dedos por el pelo ahora rubio de Ty. 
—No estoy seguro de que pensar sobre esto —dijo con el ceño ligeramente 
fruncido. No se veía nada bien, y sabía que, a pesar de lo que acaba de decir, ya había 
decidido que no le gustaba. 
Ty gruñó y tiró la cabeza hacia atrás, perdiendo la alegría. 
—Sí, bueno, no te acostumbres a ella. Tan pronto como esta mierda acabe, lo 
enviaré todo a paseo —murmuró mientras giraba la cara y apretaba la nariz contra la 
almohada. Se dio la vuelta y empujó su espalda contra Zane mientras se acurrucaba 
debajo de la almohada. Era como un gran cachorro tratando de hacerse con el control 
de una pequeña cama. 
Zane se movió a su lado y deslizó los brazos alrededor de él, observando cómo sus 
dedos se asían al pecho desnudo de Ty. No lo había notado antes cuando había 
estado concentrado follar a Ty hasta que se le fundieran los plomos. 
—Bien —murmuró, contento de acomodarse y abrazarlo. Cuando la palma acunó 
su hombro, Zane recordó el tatuaje que faltaba. Casi tenía miedo de preguntar—. 
¿Cómo se deshicieron del bulldog? 
Ty gruñó y levantó la cabeza, empujando la almohada a un lado mientras rodaba 
en los brazos de Zane y lanzaba una pierna sobre su cadera. Hizo girar el hombro 
hacia delante para inspeccionar su bíceps. 
—Una especie de recubrimiento sintético. Como maquillaje de películas. Dijeron 
que duraría una semana. Y me enseñaron como hacerlo en caso de que algo suceda. 
—Se palmeó el brazo para consolarse—. Pobre perrito. 
Zane se rió en voz baja, pero Ty no pareció darse cuenta. 
—No estoy seguro de que fue más desagradable. La depilación con cera, el tinte o 
la manicura —le contó a Zane en voz contrariada. Bajó la cabeza—. Usando cosas en 
mis dedos que no he visto desde Afganistán —murmuró pensativo mientras 
deslizaba el brazo debajo de Zane y luego se miraba los dedos, enredando las piernas 
con él—. Y mierda, ¿te dieron un masaje? Brunilda se pasó un poco con eso de los 
tejidos profundos. Mis hombros me están matando. 
La palabra “Afganistán” llamó la atención de Zane, pero la mención de los 
músculos doloridos casi le desvió. Sí, ahora que lo pensaba, estaba un poquito 
dolorido. La masajista le había dicho que lo estaría. Pero también había sido él quien 
había hecho todo el trabajo en su pequeño revolcón. 
—Sí, estoy un poco dolorido —dijo en voz baja, pensando en lo poco que sabía del 
pasado de Ty, sobre todo de cosas como periodos en países de Oriente Medio 
hostiles, un equipo marine recon que era como una familia y por qué hablaba persa 
como un nativo. 
~~3344~~ 
—Me siento como si me hubiera atrapado un pterodáctilo —murmuró Ty. O bien 
no se había dado cuenta de su desliz o estaba agradecido de que Zane lo hubiera 
ignorado. De cualquier manera, permaneció en silencio largo rato, mirando a Zane 
con una leve sonrisa. Por último, tomó la mano de Zane y le besó la punta de los 
dedos antes de rodar sobre su espalda. 
Zane se mantuvo contra su lado, colocando la otra mano sobre el vientre de Ty. 
—No veo ninguna marca de mordedura, excepto la mía y la del gato —bromeó. Ty 
gimió y puso los ojos en blanco, mirando a Zane de soslayo mientras trataba de no 
sonreír—. Está bien. No se verá nada… siempre y cuando lleves corbata a la oficina 
mañana —añadió Zane descaradamente. 
—No estoy preocupado —murmuró Ty—. Se supone que tenemos que estar en la 
oficina temprano para que puedan repasar toda nuestra mierda técnica —informó a 
Zane en voz baja, cayendo de nuevo en el tema de trabajo para evitar el tema de las 
relaciones y ser atrapados follando con un compañero de trabajo. Soltó un profundo 
suspiro de resignación—. Estamos tan jodidos, Garrett. 
—¿Por qué dices eso? —murmuró Zane mientras enredaba las piernas con las 
suyas. Ambos estaban todavía pegajosos y sudados, y también las sábanas, pero a 
Zane no le importaba. 
Ty se encogió de hombros. 
—Una cosa es interpretar un papel. Otro interpretar una persona real —dijo con 
énfasis—. Nuestros objetivos conocen a la gente que se supone que somos mejor que 
nosotros. Y vamos a volar en solitario. Ese equipo de apoyo será un último recurso. 
Nuestras únicas armas son lo podamos pasar por la seguridad del crucero. —Frunció 
la nariz y bufó ligeramente—. Es como una trampa mortal flotante. Y mi inglés de 
Manchester está muy muy oxidado. 
Zane no estaba muy seguro de que a un crucero de clase alta se le pudiera llamar 
una trampa mortal, per se, pero captó la idea. Probablemente, Ty había tenido 
suficiente de barcos para toda una vida, después de ser desplegado tantas veces. 
—McCoy también dijo que esas personas nunca se habían reunido y que no es 
probable que se conozcan realmente. Cuanto menos tratemos de actuar como alguien 
más, mejor nos irá —dijo Zane, sabiendo por pasadas experiencias que ser uno 
mismo tanto como fuera posible mientras trabajabas encubierto hacía que salir de los 
problemas fuera mucho más fácil. 
—Vale —murmuró Ty, tarareando mientras sus dedos se deslizaban sobre los de 
Zane. 
Zane le golpeó suavemente en las costillas. 
—¿Eso es un “vale” de estar de acuerdo o un “vale" para seguirme la corriente? 
—Un poco de ambos —respondió Ty con una sonrisa. 
~~3355~~ 
—Le dije a McCoy que no retrocederíamos ante un desafío. 
Ty volvió la cabeza y parpadeó, perplejo. 
—Está bien —dijo lentamente, como si esperara una advertencia a la declaración. 
Zane frunció el ceño ligeramente. 
—¿No estás de acuerdo? 
—No —respondió Ty en el mismo tono—. Sólo estoy diciendo que... estamos 
jodidos. —Se echó a reír—. Pero bueno, tengo que trabajar en mi bronceado. Y en mi 
acento. 
—¿De dónde has aprendido el acento británico? Si no te conociera mejor, pensaría 
que en la Legión Extranjera francesa. 
Ty resopló y se echó a reír. 
—Me vería bien con ese sombrerito. —Le sonrió cálidamente, pero Zane le conocía 
lo suficiente ahora para ver más allá de la calidez de esos ojos los engranajes que 
daban vueltas detrás de ellos. Ty estaba tratando de encontrar la distancia más corta 
entre dos mentiras—. Entrenamos con un equipo SAS. Fuerzas especiales británicas. 
Fuerzas preparadas para tareas especiales. Nos enseñamos tácticas de batalla. —Se 
echó a reír de nuevo—. En algún lugar del sur de Inglaterra hay un tipo con un 
alambique en el sótano haciendo el aguardiente ilegal del abuelo. 
Zane sonrió, casi creyendo la historia. Conociendo a Ty, probablemente algo era 
cierto. Seguramente había entrenado con un equipo SAS y emborrachado a todos con 
el aguardiente ilegal de Chester Grady. Pero Zane también sabía sin ningún género 
de dudas de que el equipo SAS no era donde Ty había perfeccionado ese acento. 
Decidió dejar que la gota cayera. En realidad no era importante. 
—Ah, el poder de un poco de licor para aflojar lenguas. En más de un sentido. 
—Sólo comercio de bienes culturales —dijo Ty, con la lengua contra la mejilla. 
Zane volvió la cara al bíceps de Ty mientras se reía. 
—¿Sabían

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