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INJERTOS DE COPA

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INJERTOS DE COPA
 	Se denominan injertos de copa, a aquellos injertos que se realizan en las ramas o troncos de las plantas adultas con el principal objetivo de cambiar el cultivar. Existen muchas razones por las que puede ser conveniente realizar un cambio de copa, entre ellas podemos citar:
a) Razones económicas: Un cultivar puede dejar de tener mercado y su precio bajar a niveles que su explotación resulte antieconómica, mientras otros conserven una demanda sostenida. 
b) Razones fitosanitarias: En una zona frutícola puede aparecer una plaga o enfermedad nueva, en este caso puede ser conveniente cambiar los cultivares sensibles por otros más tolerantes o resistentes. Por ejemplo si aparece cancrosis en una zona citrícola, se puede cambiar pomelos por naranja Valencia.
 c) Razones de polinización: En una plantación de un cultivar autoimproductivo, puede haberse omitido o equivocado el cultivar polinizante; el injerto de copa en estos casos es la herramienta válida para solucionar el problema.
 d) Otra razón es la de injertar plantas francas, o sea de semilla: Normalmente las plantas frutales se injertan en vivero, pero por alguna razón como es la dificultad de este tipo de injerto en nogal, pueden existir montes adultos de semilla.
Evaluación económica: Antes de encarar una tarea de injertación de copa es necesario realizar una evaluación económica del proyecto, donde se deberá tener en cuenta:
1. Los costos totales de la injertación, incluyendo las tareas posteriores. 
2. La pérdida de producción del cultivar implantado. 
3. La paulatina entrada en producción del cultivar nuevo. 
4. La lonjevidad de la especie. 
5. La sanidad de las plantas, especialmente de enfermedades a virus. 
6. El nivel al que se va a injertar la planta, se puede injertar al tronco, en las ramas primarias, ramas secundarias, o directamente reemplazar las ramas de producción con injertos de yema; el costo será cada vez más elevado, pero se conseguirá antes la entrada en producción.
 	Además se debe tener en cuenta, que nunca es conveniente injertar plantas débiles, decrépitas, que crecen mal por problemas de suelo, fertilización, riego, falta de tratamientos fitosanitarios o laboreo del suelo, etc. 
 	Esto es debido a que seguramente tendrán un mal prendimiento de injerto y su posterior crecimiento y producción no justifique las erogaciones realizadas.
Epoca: La época de realización de estos injertos depende del método a emplear; para algunos es necesario que la corteza se desprenda fácilmente, entonces se realiza poco tiempo después que esto ocurra. 
 	En otras técnicas de injerto, no es necesario esperar que se desprenda la corteza y por lo tanto es más conveniente realizarlas antes de ese momento. En definitiva las épocas más convenientes están entre fines de invierno y principios de primavera.
Madera para púas: Se la debe extraer de plantas sanas y vigorosas, que pertenezcan al cultivar a injertar. Deben ser ramas de un año de suficiente grosor, mayores de un centímetro de diámetro, rectas y bien maduras.
 	Para el caso de injertos de corteza y otras técnicas que se deben realizar después de la brotación, es necesario conservar las varetas como se indicó en el trabajo práctico de injertos de mesa. Cuando se puede injertar antes de la brotación o cuando se trata de árboles de hoja permanente donde es factible conseguir madera no brotada en primavera, no es necesaria la conservación y la extracción se realiza justamente antes de la injertación.
 	En todos los casos es necesario asegurarse la conservación de la humedad de las yemas, manteniendo las varetas deshojadas y envueltas en arpillera húmeda o recipientes con agua.
Preparación del patrón: El árbol a injertar se debe rebajar a nivel de las ramas primarias o secundarias. En algunos casos es conveniente dejar una rama intacta denominada vulgarmente tirasavia o nodriza, hacia el lado norte o noroeste del árbol.
 	Las ventajas de dejar estas ramas tirasavias son: Disminuir los riesgos por quemaduras de sol en la corteza, mantener una cierta circulación de savia y vitalidad en la planta, y disminuir el crecimiento de chupones y brotes injertados (el crecimiento rápido y suculento de estos últimos los hace más sensibles al viento o al frío). 
 	Las tirasavias pueden injertarse al año siguiente o cortarse durante la estación de crecimiento, cuando los injertos tengan suficiente desarrollo. Aunque es posible, no es conveniente injertar ramas de más de 10 cm de diámetro, esto es debido a que la cicatrización del tocón llevaría muchos años.
 	Cuando se deben hacer cortes en ramas gruesas, es necesario proceder de la siguiente manera para no producir desgarramientos en la corteza: Primero se hace un corte perpendicular a la rama desde abajo hacia arriba hasta interesar 1/3 del diámetro de la rama, después se realiza el segundo corte, que es el definitivo, 3 ó 4 cm mas basal que el primero, perpendicular a la rama y desde arriba hacia abajo.
 	Las ramas se deben cortar de manera que la porción que quede por debajo del corte esté libre de nudos o ramificaciones. La injertación debe practicarse inmediatamente después de cortadas las ramas.
Métodos de Injertos más Apropiados para el cambio de Copa.
Injerto de corteza o corona: Es el método más usado en frutales debido a que no requiere herramientas especiales, es de fácil realización, tiene buen prendimiento, puede hacerse en ramas de cualquier diámetro o edad. 
	Como desventajas podemos citar que es uno de los injertos más sensibles a desgarrarse por el viento una vez que se han desarrollado los brotes, lo que obliga a tutorar; además es necesario esperar a que despegue la corteza, lo que obliga, en especies de hoja caduca, a conservar las púas a injertar en frigorífico.
Preparación de las púas: La púa debe ser de madera lignificada de un año, de 15 a 20 cm de largo, 8 a 12 mm de diámetro y que lleve 2 ó 3 yemas. En su extremo basal, se le práctica un corte a bisel de aproximadamente 5 cm de largo, si la púa es muy gruesa, es necesario dejar en la parte superior de este corte un hombro a fin de reducir la separación que provoca entre la corteza y la madera cuando se introduce en el patrón. En el lado opuesto al bisel largo debe hacerse un bisel corto (menos de un cm de largo).
Preparación del patrón: En la planta a injertar se deben hacer los cortes con serrucho o motosierra, de manera que queden perfectamente perpendiculares a la rama cortada, posteriormente es conveniente alisar los cortes con la navaja o un cuchillo filoso.
 	Seguidamente, con la ayuda de la uña de la navaja, se insertan las púas en la zona del cambium, entre xilema y floema, de manera que el bisel largo quede hacia el leño o xilema. Generalmente se colocan 3 ó 4 púas en cada tocón. 
 	Cuando al introducir alguna púa la corteza se raja, es necesario asegurarla con clavos y siempre este injerto se debe atar con hilo alrededor del tocón.
Variantes:
 	El injerto de corteza admite muchas variantes, la descripta anteriormente se ha usado con éxito en la reinjertación de olivos en nuestro país. Para la injertación de plantas adultas de nogal, se sigue otra variante que es la siguiente:
Preparación de las púas: En este caso, las púas pueden tener mucho mayor diámetro, hasta 15 ó 20 mm, y llevan como en el tipo anterior un bisel largo (5 cm) y en el lado opuesto uno mucho más corto (no más de 1 cm). No es necesario que lleven hombro ya que aquí no molesta el espesor de la púa.
Preparación del patrón: Una vez extraída la púa, se la presenta con el bisel largo sobre la corteza del tocón y se le practican a esta, dos cortes longitudinales paralelos de aproximadamente 5 cm de largo y separados exactamente el espesor de la púa. Entre estos dos cortes se hace un corte horizontal extrayendo la tira de corteza y dejando en la parte basal una lengüeta de un cm de largo.
 	La púa se introduce en esta ranura, siempre con el bisel largo hacia el leño y se clava con dos clavos delgados de cabeza chata de 2 a 3cm de largo, uno abajo, tomando la lengüeta del patrón y el otro 3 ó 4 cm más arriba.
 	Esta variante tiene la ventaja respecto de la anterior, que no se desgarra el cambium del patrón, esperándose una cicatrización más rápida.
Injerto de hendidura diametral: Es uno de los métodos más antiguos y sencillos de realizar injertos de copa. Tiene como ventajas que se realiza en el período de receso vegetativo y no es necesario conservar el material para púas, además no requiere ataduras, clavos ni herramientas muy complicadas; las púas quedan con suficiente firmeza. 
 Las desventajas son: La pudrición de la madera del patrón por las profundas hendiduras que se deben practicar, la necesidad de que el patrón tenga una madera con grano derecho para que los labios de la hendidura sean rectos, y por último, esta técnica no asegura un total contacto entre cambium sino que debe hacerse "a ojo".
Preparación del patrón: Después de hacer el rebaje de la rama perfectamente perpendicular y dejando 15 a 20 cm del extremo libre de nudos y ramificaciones, se práctica un corte longitudinal que pase por el centro de la rama. 
 Este corte se realiza golpeando con un martillo un hendidor, herramienta como una cuchilla de acero fuerte que lleva en el extremo una uña para abril el corte; también puede realizarse con una sierra.
Preparación de la púa: La púa lleva dos cortes a bisel bien largos para que queden ajustados a lo largo de toda la hendidura del patrón. También debe cuidarse al hacer estos cortes que sean perfectamente planos y que el lado que quede hacia afuera sea levemente más ancho que el que va hacia adentro.
 Para insertar la púa se abre la hendidura del patrón con la uña del hendidor o con la punta de un destornillador; las púas deben quedar de manera de hacer coincidir las líneas de cambium, de esta forma, quedarán algo hacia adentro ya que la corteza del patrón es usualmente más gruesa que la de la púa.
Injerto de incrustación: En este tipo de injerto el contacto entre cambium se establece de manera similar al de hendidura con la ventaja de no requerir incisiones profundas que puedan provocar pudriciones en la madera; otra ventaja respecto del método anterior es que no causan problemas las maderas con grano torcido, esto es que no se parten en forma recta.
 	Su principal desventaja es la dificultad de realizarlo, solo puede ser hecho por personal especializado.
Preparación del patrón: Se realiza un corte para cada púa a colocar, en forma longitudinal, inclinado hacia el centro del tocón (3 a 4 cm hacia el centro del tocón y 10 cm hacia abajo). 
 	Este corte se puede realizar con una cuchilla de hoja curva tipo serpeta, clavando la punta en el extremo inferior del corte y deslizarla hacia arriba dejando una abertura triangular donde pueda calzar la púa.
Preparación de la púa: La púa lleva un doble bisel dejando uno de los lados mucho más ancho que el otro, quedando en corte transversal una sección prácticamente triangular. 
 	Esta púa, calza en la abertura angular practicada en el patrón y se puede hacer una lengüeta para que se ajuste mejor y posteriormente se ata.
Tratamientos y tareas posteriores a la injertación: 
Encerado: Inmediatamente después de realizados los injertos leñosos descriptos, se deben cubrir todas las superficies cortadas expuestas con cera para injertos, éstas tienen como función impedir la pérdida de humedad y la muerte de las células tiernas expuestas de las superficies cortadas del patrón y de la púa y no permitir la entrada de organismos patógenos. Una buena cera para injertos es aquella que reúne las siguientes condiciones:
 Se adhiere bien a las superficies de las plantas. 
 Es suficientemente plástica para permitir el crecimiento de la planta sin rajarse. 
 No se lava con las lluvias. 
 No se cuartea con el tiempo frío o seco. 
 No se derrite totalmente con tiempo cálido.
 	Existen en general, dos tipos de ceras: Frías y calientes. Las primeras son una emulsión de sus componentes en agua que se aplican a temperatura ambiente con la mano, tienen la desventaja que se hace más difícil cubrir correctamente todas las hendiduras pequeñas. 
 	Las ceras calientes son demasiado sólidas a temperatura ambiente y se deben derretir en un calentador para ser aplicadas con un pincel. 
 	Las ceras para injerto o "Mastic" se elaboran fundamentalmente en base a tres elementos: Resina o brea, cera de abejas, y aceite de lino; se le puede agregar negro de humo o carbón vegetal pulverizado para identificar fácilmente los lugares no cubiertos.
 	La proporción de los elementos puede ser muy variable, admite desde partes iguales a una proporción de 20 partes de resina, 3 partes de cera de abejas y dos partes de aceite de lino.
 	Las ceras calientes se deben aplicar a una temperatura suficientemente alta para que fluya y selle aún las pequeñas rendijas, pero no tanto como para quemar las células expuestas, se debe retirar del fuego antes de que comience a burbujear.
Desangrado: En algunas especies como nogal, es necesario practicar cortes inclinados, bastante profundos que interesen la corteza y parte del xilema a fin de evacuar el exceso de presión de savia que puede ahogar la formación de tejido de callo. 
 	Esta savia, en nogal, contiene además taninos y otras sustancias inhibidoras de la neoformación celular.
Desbrote y tutorado: Cuando las plantas comienzan a brotar en primavera, es necesario remover todos los brotes (chupones) que aparecen en el tronco y ramas principales de la planta que fue injertada. 
 	A los brotes de los injertos se los debe tutorar, esto es especialmente importante en zonas de vientos fuertes y para injertos más sensibles como el de corteza.
Cambio de portainjertos: Así como es posible cambiar el cultivar y a veces la especie mediante técnicas de injerto, también es factible cambiar el portainjerto. El cambio de portainjerto puede ser necesario por razones fitosanitarias, especialmente virus o nemátodos, mala adaptación a suelos, etc.
 	La técnica de injerto que más se adapta es el injerto de aproximación terminal o también llamado de apuntalamiento. El método consiste en plantar 3 ó 4 plantines del portainjerto a incorporar lo más cerca posible del tronco de la planta, una vez arraigados se procede a la injertación. 
 	En el tallo de los plantines del nuevo portainjerto, que puede tener entre 1 y 2 cm de diámetro, se practica un corte longitudinal de 15 a 20 cm de largo y que penetre 1/3 del diámetro del plantín. El extremo se termina con un bisel corto en el lado opuesto.
 	En el árbol a apuntalar se practican dos cortes paralelos separados el ancho exacto del plantín y de una longitud similar al corte largo realizado en el mismo. 
 	Se extrae la tira de corteza del tronco dejando una lengüeta en la parte superior y se clava el plantín, introduciendo la punta en cuña debajo de la lengüeta. Posteriormente es necesario encerar prolijamente.
Cambio de cultivares en vid. Injerto en "T leñoso": Existen muchos métodos para la injertación de plantas adultas de vid, pero la mayoría presenta una serie de dificultades que se traducen en un bajo prendimiento. 
	El injerto en T leñoso ha demostrado ser el más efectivo por su facilidad de realización, que no necesita personal especializado, ni herramientas o materiales costosos, rapidez de ejecución y alto prendimiento.
 	Este injerto se realiza cuando desprende fácilmente la corteza, desde poco antes de la floración, hasta el mes de noviembre inclusive, más adelante no es conveniente debido a que puede no conseguirse un crecimiento de los brotes adecuado e inclusive pueden no llegar a agostar correctamente en zonas con ciclo vegetativo corto. 
 	La yema que se usa se la debe extraer en el invierno anterior y conservar los sarmientos en arena fina o aserrín húmedos, en cámaras frigoríficas a 01 C. En el momento de la injertación es conveniente rehidratarlos, colocándolos unas horas en agua y mantenerlos húmedos hasta la extracción de lasyemas. El escudete se saca mediante dos cortes, el primero contrario a la dirección de la yema, comenzando 2,5 cm por encima y terminando 2,5 cm por debajo. El segundo corte se hace en el mismo sentido que el primero, comenzando 1 cm debajo de la yema y profundizando hasta encontrar el primer corte.
 	En el patrón se hacen dos incisiones en forma de T, se levantan los labios con la uña de la navaja y se introduce el escudete leñoso. La atadura debe hacerse con cinta plástica flexible de 1,5 a 2 cm de ancho, es conveniente para evitar estrangulamientos, comenzar a envolver desde abajo y rematar arriba de la yema con el nudo. Debe tenerse precaución de dejar la yema suficientemente libre de la atadura para que pueda crecer sin inconvenientes el brote vigoroso.
 	Este injerto puede realizarse sobre madera de un año, como así también en troncos de muchos años y gran diámetro, aunque es conveniente realizarlo sobre troncos o brazos no muy grandes, por los inconvenientes en la cicatrización de los cortes de grandes dimensiones.
 	Inmediatamente después de realizada la operación, se debe eliminar toda la copa unos 5 cm por encima de cada uno de los injertos. Esta es una de las condiciones más importantes para el éxito de este tipo de injerto; esto es debido a que a diferencia de otros sistemas, la soldadura del injerto en T leñoso no se produce hasta después de su brotación, entonces el escudete brota con la humedad que encuentra debajo de la corteza, y por lo tanto esta savia debe estar libre del inhibidor de brotación (auxina) que genera la vegetación de la parte superior de la planta.
 	A los pocos días de injertadas las plantas comienzan a brotar, se deben eliminar todos los chupones originados de las yemas latentes del patrón. Al invierno siguiente, los brotes injertados pueden usarse como pitones o como cargadores, si son muy vigorosos, pueden usarse feminelas como elementos de poda.

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