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¿Cuál sería el rol de los padres para desarrollar pro-sociabilidad en los niños? Al relacionarnos con otras personas, podemos establecer vínculos y relaciones sanas, profundas y permanentes. Una habilidad especifica es el comportamiento prosocial que nos permite desarrollar acciones que tienen como finalidad el bienestar común. En los niños la conducta prosocial es su capacidad para actuar voluntariamente de manera positiva y se asocia con muchos factores de bienestar. El desarrollo de la conducta prosocial es una meta compleja, ya que los niños tienen que equilibrar sus propias necesidades e intereses con el fortalecimiento de lazos sociales. Los padres pueden promover la conducta prosocial en sus hijos aportando reglas y expectativas claras sobre el comportamiento las cuales se deben basar en principios de desarrollo orientados a que los niños disciernan las consecuencias de su comportamiento. Un mensaje emocional apropiado debe acompañar a la expresión de cualquier regla o expectativa. Los padres deben observa y elogia el comportamiento positivo. Estas reflexiones por parte de adultos les ayudan a los niños a internalizar tales atributos y entender la raíz y el motivo de su comportamiento. La naturaleza voluntaria de la conducta prosocial requiere que los niños tengan modelos a seguir y observen experiencias consistentes, por lo que los padres deben ser un buen ejemplo para sus hijos. Se debe atender a los niños con receptividad y empatía lo que ayuda a desarrollar su conducta prosocial. Inculcar al niño el respeto hacia la naturaleza; recoger basura, cuidar un jardín, mostrarse respetuoso con los animales y sus hábitats son sólo algunas de las muchas formas en que la naturaleza puede aportarles a los niños lecciones de cuidado, gratitud e interdependencia. Los libros ilustrados pueden servirles a los niños para que descubran narraciones significativas sobre la importancia y las ventajas de la conducta prosocial. Definir y asignarles tareas cotidianas a los niños fomenta una sensación de unidad en la familia. Se debe evitar que los niños tengan acceso a contenido que refuerce cualquier tipo de comportamiento violento y antisocial. Siendo que las pantallas siempre estarán presentes en el entorno, procura elegir programas con temas que incluyan amistad, sana convivencia, resolución de problemas y cooperación, que son más adecuados para los niños.
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