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100 - La interpretación de los sueños

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longar también en un año el tratamiento. Ahora bien, a ello 
se refiere el sueño, pues un año es igual a 365 días, y las 
tres semanas fallantes hasta la terminación del año escolar, 
y de la cura, pueden sustituirse por 21 días (aunque las ho-
ras de tratamiento no eran tantas). Los números que en los 
pensamientos oníricos se referían a tiempos son incorpora-
dos en el sueño a valores monetarios, pero no sin que así se 
exprese un sentido más profundo, pues «time is money», 
el tiempo es oro. En todo caso, 365 kreuzer son 3 florines 
y 65 kreuzer. La pequenez de las sumas que aparecen en el 
sueño es manifiestamente un cumplimiento de deseo; el de-
seo ha empequeñecido los costos del tratamiento, así como 
del año de enseñanza en el instituto. 
II 
A relaciones más complejas llevan los números en otro 
sueño. Una dama joven, pero casada desde hace ya varios 
años, se entera de que su conocida, Elise L., casi de la mis-
ma edad que ella, ha contraído esponsales; y sobre eso sue-
ña: Está sentada con su marido en el teatro, un sector de la 
platea está totalmente desocupado. Su marido le cuenta que 
Elise L. y su prometido también habían querido ir, pero 
sólo consiguieron malas localidades, 3 por 1 florín y 50 
kreuzer, y no pudieron tomarlas. Ella piensa que eso no ha-
bría sido una calamidad. 
¿De dónde proviene la cifra de 1 florín y 50 kreuzer? De 
una ocasión de la víspera, genuinamente indiferente. Su cu-
ñada había recibido en obsequio de su marido 150 florines, 
y se apresuró a desprenderse de ellos comprándose una al-
haja en cambio. Reparemos en que 150 florines son 100 
veces más que 1 florín y 50 kreuzer. ¿De dónde proviene 
el número tres, que son las localidades del teatro? Respecto 
de ello sólo surge un anudamiento; la novia es más joven 
que ella en esa cantidad de meses —tres—. Y después, la 
averiguación de lo que puede significar ese otro rasgo del 
sueño, a saber, que un sector de la platea está vacío, nos 
lleva a resolver el sueño. Es una alusión no modificada a 
un pequeño episodio que dio a su marido buen fundamento 
para abochornarla. Se le había puesto a ella ir a una de las 
representaciones teatrales anunciadas para la semana; tan 
previsora fue que tomó entradas con varios días de antici-
pación y debió pagar por ellas una prima por reservación. 
Después, cuando llegaron al teatro, se encontraron con que 
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un sector de la sala estaba casi vacío; no habría necesitado 
apresurarse tanto. 
Ahora sustituiré el sueño por los pensamientos oníricos: 
«Seguro que fue un disparate casarse tan temprano, no ha-
bría necesitado apresurarme tanto. Por el ejemplo de Elise L. 
veo que de todos modos habría conseguido un marido. Y por 
cierto uno cien veces mejor (hombre, tesoro), con que sólo 
hubiera esperado (oposición al apresuramiento de la cuña-
da). \Tres hombres así me habría podido comprar a cambio 
del dinero (la dote)!». Observamos que en este sueño los 
números alteraron su significado y su contexto en grado mu-
cho mayor que en el sueño tratado antes. El trabajo de tras-
mudación y desfiguración del sueño fue aquí más vasto; in-
terpretamos esto suponiendo que los pensamientos oníricos 
debieron vencer hasta su figuración una medida particular-
mente alta de resistencia intrapsíquica. No queremos pasar 
por alto que en este sueño se contiene un elemento absurdo, 
a saber, que dos personas hayan de tomar tres localidades. 
Nos adelantaremos a la interpretación de lo absurdo en el 
sueño [cf. págs. 426 y sigs.] apuntando que ese detalle ab-
surdo del contenido del sueño está destinado a figurar al 
más acentuado de los pensamientos oníricos: «Fue un dispa-
rate casarse tan temprano». Al número 3, implícito en una 
relación entre las dos personas comparadas que es, desde 
todo punto, colateral (3 meses de diferencia de edad), se 
lo usa entonces diestramente para producir el disparate que 
el sueño requiere. El empequeñecimiento de los 150 flori-
nes reales a 1 florín y 50 kreuzer corresponde al menos-
precio por el marido (o tesoro) en los pensamientos sofo-
cados de la soñante.*'** 
III 
Otro ejemplo nos enfrenta con la aritmética del sueño, 
que tanto desprecio le ha traído. Un hombre sueña: Está 
sentado en lo de B. (una familia que había frecuentado an-
tes) y dice: «Fue un disparate que ustedes no me dieran a 
Malí». Y sobre eso pregunta a la muchacha: «Veamos, ¿qué 
edad tiene usted?». Respuesta: «Soy nacida en 1882». «¡Ah! 
Entonces tiene usted 28 años». 
1* [Este sueño se analiza con mayor minuciosidad en varios puntos 
de las Conferencias de introducción (1916-17), particularmente en la 
7' conferencia, AE, 15, págs. 111-4, y en la 14-, ibid., págs. 201-2 y 
206. Al igual que el sueño anterior, es mencionado asimismo en 
Scbre el sueño (1901a), infra, págs. 651-2.] 
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