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3 La aproximación teórica-racional: el modelo de T. Millón Alejandro Castro Solano Para Millón, la personalidad es un patrón altamente complejo de rasgos cognitivos, afectivos y conductuales que persisten por largos períodos de tiempo. Estos rasgos emergen de un interjuego entre la matriz de disposiciones biológicas que los individuos traen y el aprendizaje de experiencias que ocurre básicamente en las primeras etapas del ciclo vital (Millón, 1996). En función de estas interrelaciones surgen formas relativamente estables (estilos) de pensar, percibir, sentir y afrontar situaciones y vincularse con los otros seres humanos. En esta conceptualización cobra importancia el concepto de patrón. Si tomamos en cuenta el desarrollo de los niños, vemos que estos exhiben diferentes tipos de conductas; algunas de ellas son premiadas y otras castigadas en función del refuerzo recibido por parte de padres, otros significativos, pares, etcétera. Algunas de estas conductas se conservan y otras simplemente se extinguen. El niño, por lo tanto, comienza a exhibir hábitos de comportamiento que tienden a hacerse cada vez más estables en función de estas circunstancias modeladoras del ambiente. A medida que pasa el tiempo, estos hábitos se vuelven consistentes a través de los diferentes contextos (e.g., la escuela, la casa, el grupo de pares). El niño sigue así su proceso madurativo y comienza a exhibir un grupo repetitivo de hábitos, que pueden ser catalogados como rasgos psicológicos. Al final de la adolescencia y comienzos de la adultez este grupo de rasgos se cristaliza en un patrón permanente de comportamientos, altamente resistente y poco modificable. Así, en función de estas disposiciones biológico- temperamentales y de las experiencias con el ambiente, queda delimitado un patrón distintivo de 50 Mercedes Fernández Liporace y Alejandro Castro Solano (comps.) interacciones interpersonales relativamente fijo que puede ser caracterizado como la personalidad (Millón y Everly, 1994). La personalidad se confunde a menudo con dos conceptos vecinos que son el temperamento y el carácter. Se llama temperamento a los aspectos biológicamente determinados de la personalidad. Los niños, desde su nacimiento, exhiben ciertos patrones predecibles de hambre, eliminación, sueño. Algunos infantes son relativamente relajados y otros, en cambio, son más tensos y energéticos, como cualquier padre o cuidador puede observar en niños pequeños. Estas conductas están determinadas por disposiciones biológicas. Dado que se supone que la influencia del ambiente a pocos días del nacimiento es más bien escasa, podemos decir que el niño exhibe disposiciones temperamentales. Así, el temperamento puede ser definido como el material biológico en bruto desde el cual la personalidad finalmente emerge. Incluye un sustrato neurológico, endocrinológico y bioquímico desde donde la personalidad cobrará su forma en etapas posteriores de la vida (Millón y Everly, 1994). El otro término que comentamos es el de carácter. El carácter es una dimensión esencialmente valorativa de la personalidad y alude a la intemalización de ciertos valores morales (Nicholson, 1998). Así, por ejemplo, el deber, el honor, la abnegación hacen referencia al carácter de la persona; se dice que algunas instituciones (la familia, la escuela) forjan el carácter, es decir, la adquisición de estos principios éticos. En cambio, los pioneros psicólogos de la personalidad adoptaron una terminología más neutral: dominante, enérgico, creativo, magnético, asertivo, eran términos vinculados con la personalidad y no con el carácter (Allport y Vernon, 1930). El carácter es de este modo el reflejo de un conjunto de influencias ambientales; es mucho más amplio que el temperamento, pero mucho más reducido que el término "personalidad'; La conceptualización del carácter en la historia de la psicología fue considerada recién hacia finales del siglo XX con el surgimiento de la Psicología Positiva (Seligman y Csikszcntmihalyi, 2000). Desde esta óptica, se considera el carácter moral como un conjunto de rasgos psicológicos positivos esenciales para la comprensión del buen vivir psicológico y ocupan un rol central en el estudio de las fortalezas humanas (véase Peterson y Seligman, 2004). La personalidad puede ser entendida como un estilo distintivo de funcionamiento adaptativo que un organismo exhibe en sus vínculos con sus contextos habituales. En cambio, cuando estos estilos se tornan no adaptativos debido a desequilibrios o conflictos para afrontar Evaluación de la personalidad normal y sus trastornos las demandas del contexto hablamos de trastornos de personalidad (Millón y Davis, 2000). Desde la perspectiva de T. Millón, las diferencias entre personalidad normal y con trastornos se caracteriza en función de tres criterios diferenciados: (1) inflexibilidad adaptativa; (2) tendencia a fomentar círculos viciosos y (3) estabilidad lábil. En la tabla siguiente vemos las diferencias entre ambas conceptualizaciones. TABLA 1. Diferencias entre personalidad normal y con trastornos. Personalidad normal Personalidad con trastornos Capacidad para relacionarse con el entorno de manera flexible y adaptativa La persona no puede afrontar las responsabilidades de la vida diaria, es inflexible y exhibe conductas desadaptativas La percepción subjetiva de sí mismo es esencialmente positiva y constructiva Tanto la percepción de sí mismo como del contexto es esencialmente frustrante Los patrones de conducta manifiesto son promotores de salud Los patrones de conducta manifiesto tienen efectos perjudiciales para la salud Una persona con trastornos de personalidad puede ser caracterizada como alguien incapaz de adaptarse al ambiente exhibiendo conductas desadaptativas con imposibilidad para acomodarse a las circunstancias siempre cambiantes del entorno, y con un limitado repertorio conductual. Esta persona, dada la labilidad de sus estrategias de afrontamiento, es muy sensible a las presiones ambientales; sus esfuerzos por afrontar la realidad se vuelven ineficaces poniendo en marcha nuevas conductas autofrustrantes (modelo de la vulnerabilidad). Si esto se perpetúa, el sujeto se patologiza y el trastorno de personalidad avanza hacia formas más patológicas. Por ello es que Millón comenta que la normalidad y la anormalidad son conceptos relativos y pueden ser mejor descritos como continuos o gradientes más que como entidades discretas, como clásicamente los concebía la psiquiatría y la psicología de finales del siglo XIX y principios del XX. Desde esta perspectiva, los trastornos de personalidad son entidades dinámicas más que estáticas. La conducta patológica se desarrolla y se forma 52 Mercedes Fernández Liporace y Alejandro Castro Solano (comps.) según los mismos principios y mecanismos que están involucrados en el desarrollo de la conducta normal. Sin embargo, en función de estas disposiciones biológicas comentadas y de la exposición a ciertos aportes del ambiente a edades tempranas, algunas personas aprenden hábitos desadaptativos (cognitivos, emocionales, conductuales) mientras que otras simplemente no lo hacen (Millón y Everly, 1994). La taxonomía de Millón Millón propone la construcción de una taxonomía que permita clasificar y explicar tanto la personalidad normal (estilos) como sus trastornos. Este modelo integrador, como comentamos, propone un continuo entre personalidad normal y patológica (Millón, 1969, 1981, 1994, 1996). Millón (1996) comenta que el problema de la clasificación en la personalidad no puede ser explicado simplemente por las diferencias manifiestas que exhiben los individuos. Esta proposición trae como consecuencia que aquellos que exhiben conductas similares parezcan iguales, pero puedan en realidad no serlo; y viceversa, sujetos con conductas aparentementediferentes pueden estar en posesión de la misma estructura de la personalidad. Lo aparente y manifiesto es una base falsa para la construcción de una teoría de la personalidad. Para Millón, la personalidad es el producto no solo de la experiencia individual de la persona a lo largo de su vida, sino también el producto de años de evolución, y se trata de una unidad bio-psico-social indivisible. Millón fue evolucionando a lo largo de los años en su conceptualización de la personalidad. En 1969 era partidario de una teoría bio- social y consideraba el cruce de dos dimensiones teóricas (actividad pasividad x fuentes de refuerzo instrumental). Estas dos dimensiones teóricas pueden gráficamente representarse como ejes ortogonales que sintetizan los ocho tipos básicos de personalidad (prototipos). Millón otorga importancia en su teoría tanto a los aspectos nomotéticos como idiográficos y considera que un sujeto difícilmente pueda encuadrarse en un solo prototipo. Una persona puede ser entendida en términos de perfil. Así, la individualidad humana se entiende como el resultado de la combinación de diferentes prototipos, de naturaleza nomotética. La dimensión actividad/pasividad. Las personas intentan maximizar su placer y minimizar su dolor mediante la búsqueda activa de Evaluación de la personalidad normal y sus trastornos 53 refuerzos (proactivo) o simplemente a través de la pasividad (reactivo). En el polo actividad podemos ubicar a los sujetos tendientes a la acción, alertas, vigilantes y con determinación para obtener un objetivo. En la dimensión pasividad, ubicamos a las personas de naturaleza más apática, reservada, descontenta, que se entregan al curso de los acontecimientos sin tener una participación activa en ellos. La dimensión fuente de refuerzo instrumental está compuesta por cuatro categorías (dependiente, independiente, ambivalente, desvinculado). Estas fuentes señalan la modalidad preferida de cada uno en la búsqueda de refuerzos. Se puede obtener el refuerzo en sí mismo (independientes). Estas personas aprendieron a lo largo de su vida a confiar en ellos mismos como fuente única de refuerzo. Por el contrario existe otro tipo de individuos que esperan que los demás les proporcionen el esfuerzo buscado (dependientes). Un tercer grupo estaría integrado por los sujetos oscilantes entre el sí mismo y el otro (ambivalentes), y por último están aquellos a los que no les interesa la búsqueda del refuerzo y tienden a mantenerse retraídos, aislados y se desinteresan de las actividades placenteras (desvinculados). Así, por ejemplo, a una persona de naturaleza activa que busca de forma pasiva el refuerzo en los demás (dependiente) podríamos catalogarla como cooperadora. En cambio, un sujeto con un patrón de conducta instrumental activo y que busca el refuerzo en los demás podría tratarse de una personalidad sociable. Una persona que no busca el refuerzo ni en sí mismo ni en los demás, pero que exhibe un patrón activo puede tratarse de una personalidad inhibida según este modelo (véase Tabla 2). Hasta aquí hablamos de estilos de personalidad normal. Si la persona cooperadora se vuelve muy dependiente de los otros para maximizar su placer y no puede adaptarse efectivamente al ambiente si no tiene el "apoyo” de un otro, por ejemplo, para tomar decisiones y llevar su vida diaria, diremos que se trata de un trastorno de personalidad dependiente. El otro caso que comentamos de la personalidad sociable y gregaria se trata de un estilo de personalidad normal. En cambio, si este individuo necesita activamente de los otros para poder mantener su equilibrio y trata de cautivar, atraer o fascinar a los otros, hablamos de una personalidad histriónica. Esta personalidad puede patologizarse aún más si se vuelve más lábil emocionalmente y tiene más inflexibilidad adaptativa, transformándose en un trastorno borderline de la personalidad. Como vemos, estos ejemplos ilustran el principio de continuidad sindrómica. La estructura básica y los mecanismos de la personalidad normal y con 54 Mercedes Fernández Liporace y Alejandro Castro Solano (comps.) trastornos son originariamente los mismos, que van patologizándose en función de las experiencias ambientales vividas tempranamente y que hacen imposible que algunos individuos afronten las demandas siempre cambiantes del entorno. TABLA 2. El modelo 4x2. Patrón de conducta instrumental Fuente de refuerzo Independien te (Propio) Dependiente (Los demás) Ambivalente (Confuso) Desvinculado (ni propio ni los demás) Activa Personalidad violenta Personalidad sociable Personalidad sensitiva Personalidad inhibida Pasiva Personalidad segura Personalidad cooperadora Personalidad respetuosa Personalidad introvertida En la década de 1990, Millón incorpora a su modelo los aportes de la teoría evolucionista y convierte la primitiva teoría biosocial en un modelo ecológico-evolucionista. Ya en el año 1981 el autor había reformulado su teoría original 4x2 (ocho estilos), transformándola en un modelo 5x5 (diez estilos de personalidad), agregando la dimensión placer-dolor conjuntamente con las ya comentadas sí mismo-otros y la dimensión actividad-pasividad. En 1990 añade las mencionadas influencias evolucionistas. Desde este punto de vista, plantea el estudio de tres ejes centrales: las metas motivacionales, los procesos cognitivos y los vínculos interpersonales. Es decir, que parte del estudio de los trastornos de la personalidad, diseña un modelo teórico taxonómico que da cuenta de su clasificación y explicación y en la última reformulación teórica aborda la personalidad normal a través del concepto de estilos de personalidad. A continuación se comentan las contribuciones de este modelo evolutivo. Las metas de la existencia. Todos los sistemas necesitan de algún modo conservar su existencia, preservarse. Esto refleja un dilema básico: ser o no ser. Todos aquellos eventos que posibilitan la vida y aquellos que la preservan pueden expresarse a través de la polaridad Evaluación de la personalidad normal y sus trastornos 55 placer/dolor. En términos netamente humanos esto se traduce en la búsqueda de actividades placenteras (hedonismo) y la evitación de experiencias frustrantes o displacenteras. Una personalidad balanceada implica un ajuste entre los extremos de esta polaridad: experimentar al máximo las sensaciones placenteras o concentrarse en evitar los peligros y amenazas que proceden del medio ambiente. Los modos de adaptación. El dilema aquí reside en modificar el contexto o bien acomodarse a él. La polaridad dominante es actividad/ pasividad. Todas las personas necesitan acomodarse a los hábitats en los que transcurren sus vidas. Algunos lo hacen de modo pasivo, prefiriendo la seguridad, el arraigo, el sedentarismo, mientras que otros intentan activamente cambiar las circunstancias vitales a los efectos de adecuar el medio a las necesidades personales. El funcionamiento psicológico óptimo requiere un equilibrio entre ambos aspectos. Esto sería un balance entre la aceptación del destino que nos tocó vivir o la toma de iniciativas para cambiar las circunstancias en las que transcurre nuestra existencia. Las estrategias de replicación. La polaridad aquí es sí mismo/otros. Esta polaridad está basada en las estrategias r y k que describe la biología de las poblaciones. La estrategia r consiste en el desarrollo de la progenie mediante la reproducción (otros), mientras que la estrategia k presta una mayor atención al cuidado de los miembros de la especie (sí-mismo). En función de las experiencias de aprendizaje previo los sujetos orientan su vida al cuidado de los hijos o hacia su autoprotección. Esta polaridad estaría indicando hasta dónde las personas satisfacen sus deseos personales o prestan cuidado, atención y apoyo hacialos demás. La capacidad de abstracción. En la adolescencia surge la capacidad de abstracción, que consiste en una mayor integración intracortical que posibilita el surgimiento de la habilidad para representar y simbolizar el mundo. Esta capacidad está estrechamente vinculada con las formas del procesamiento de la información, su combinación y su organización. Supone la capacidad de sentir, evaluar, planificar y poder formular juicios valorativos de manera autónoma e independiente. La tarea evolutiva de esta etapa es poder equilibrar el pensamiento racional y las emociones. En la Tabla 3 resumimos los componentes del modelo evolutivo de T. Millón. 56 Mercedes Fernández Liporace y Alejandro Castro Solano (comps.) TABLA 3. Componentes del modelo evolutivo de T. Millón. Fase Funciones de supervivencia Etapa neuropsicológica Tarea evolutiva Existencia Obtener placer / Evitar el dolor Apego sensorial Desarrollar confianza en los otros Adaptación Modificar el ambiente / Acomodarse pasivamente Autonomía sensorio-motriz Adquirir confianza adaptativa Replicación Desarrollo de la progenie (otros) / Énfasis en los miembros de la especie (sí mismo) Identidad según género (masculino/ femenino) Asumir roles sexuales Abstracción Razón vs. Emoción Integración intracortical Equilibrar el pensamiento y la actividad emocional En función de lo comentado, los estilos de personalidad tanto normales como patológicos, son el resultado de experiencias de aprendizaje que se desarrollan en los diferentes contextos que atraviesan la vida de un sujeto. Tanto los refuerzos positivos como los negativos, así como los modelos de identificación y los mecanismos de defensa que hayan resultado exitosos juegan un papel central en la teoría. Millón considera que las personas no se patologizan al azar, sino sobre las mismas bases de funcionamiento que tiene la personalidad normal, y no son producto de la intromisión de alguna fuerza extraña sobre la personalidad del individuo. Los estilos de personalidad tienen una función esencialmente adaptativa y son el equivalente en términos humanos de nuestro sistema inmunológico (Millón y Davis, 2000). Ante ciertas demandas del ambiente (estresores), una personalidad balanceada (sin trastornos) puede poner en marcha acciones y mecanismos para afrontar estas situaciones siempre cambiantes y obtener resultados exitosos y por lo tanto no patologizarse, siendo este el caso de la personalidad normal. Aquellos estilos rígidos y poco flexibles serán muy vulnerables a los estresores ambientales, dando lugar a lo que en las nosologías DSM se caracteriza como trastorno de la personalidad. El resultado, en este caso, consiste en conductas desadaptativas y autofrustrantes, en suma, trastornos y síndromes clínicos de Eje I (véase Figura 1). Evaluación de la personalidad normal y sus trastornos 57 FIGURA 1. Relación entre ejes del DSM y dinámica de los trastornos de personalidad. Eje IV (estresores psicosociales). Ej.: problemas económicos, pérdida de empleo, etc. Eje II (trastornos de personalidad). Ej.: antisocial, borderline, histriónico, etc. Eje I (síndromes clínicos). Ej.: ansiedad, depresión, etc. A continuación presentamos la última formulación de los trastornos de la personalidad del autor, tomando en consideración los aportes de la teoría evolucionista. Algunas configuraciones de personalidad presentan un adecuado balance de sus polaridades, por lo que en este caso solo hablaremos de estilos (no patológicos). En cambio, en aquellas personas con déficits en su personalidad (trastornos) existe un marcado desbalance entre algún aspecto de sus polaridades. Así, por ejemplo, el esquizoide tiene dificultades para experimentar tanto el placer como el dolor; el dependiente está excesivamente orientado hacia el aspecto "otros" de la polaridad correspondiente, etcétera. En esta última formulación cabe señalar la presencia de tres trastornos de personalidad estructuralmente deficientes, que se caracterizan por un gran deterioro estructural y difieren significativamente de otros trastornos de personalidad más frecuentes. Estos cuadros (esquizotípico, borderline y paranoide) se distinguen por la presencia de episodios de naturaleza psicótica y por incluir serios déficits en las competencias sociales. Quienes registran estos trastornos tienen su sistema de afrontamiento muy deteriorado y son muy vulnerables al impacto de los estresores ambientales cotidianos. 58 Mercedes Fernández Liporace y Alejandro Castro Solano (comps.) TABLA 4. Los trastornos de personalidad. Aportes de las teorías evolucionistas. Metas existenciales Estrategias de replicación Apertura vs. Preservación Individualismo vs. Protección Polaridad Placer/ Dolor Sí mismo / Otros Deficiencia, desequilibri o o conflicto Placer (bajo), dolor (bajo o alto) Placer- Dolor (inversión) Sí mismo (bajo)/ Otros (alto) Sí mismo (alto)/ Otros (bajo) Sí-mismo / Otros (invertido) Trastornos de la personalidad Pasividad (acomoda- ción) Esquizoide Masoquís- tico Depen diente Narcisist a Compulsivo Melancólic o Actividad (modifica ción) Evitativo Sadístico Histriónico Hipoma- níaco Antisocia l Negativista Patologías graves Esquizotí- pico Borderline/ Paranoide Borderline Paranoid e Borderline/ Paranoide Los orígenes de la personalidad La premisa básica del modelo de T. Millón consiste en el interjuego entre los factores biológicos básicos (lo que se trae al nacer) y las experiencias ambientales. Si bien los factores biológicos establecen los fundamentos sobre los que se construye la personalidad, los factores ambientales contribuyen a modelar la expresión de esas predisposiciones biológicas. Dentro de los factores biológicos básicos, Millón considera los factores heredados que se asientan en las predisposiciones genéticas sobre las que se va a expresar la personalidad. El ambiente modula la expresión de esta predisposición. La ciencia ha demostrado que una importante cantidad de trastornos psicológicos (e.g., esquizofrenia, autismo, depresión unipolar, rumiación cognitiva, etcétera) tiene fundamentos neurobiológicos de origen genético. Asimismo, dentro de Evaluación de la personalidad normal y sus trastornos 59 los factores biológicos el autor incluye los factores maternos prenatales, ya que el desarrollo de la personalidad del niño puede ser afectado por complicaciones durante el embarazo, la salud y el estado nutricional de la madre. En cuanto a los factores bioambientales, el autor da importancia a la aportación estimular proveniente del ambiente. El mayor brote de crecimiento neurológico ocurre durante el período prenatal y en los primeros cinco años de vida. El estímulo ambiental tiene un efecto muy importante si ocurre durante estos períodos de gran crecimiento y un efecto nulo o bajo si se aplica después. La idea básica es que se debe recibir el estímulo nutricional adecuado en el período apropiado de crecimiento para obtener un desarrollo óptimo. Un exceso o un delecto de la aportación estimular traerá como consecuencia una disfunción o un desarrollo inadecuado. En la Tabla 5 reseñamos las consecuencias psicológicas principales en cada etapa del desarrollo neuropsicológico, tanto para un exceso como para un defecto de la aportación estimular. TABLA 5. Etapas de desarrollo neuropsicológico. Etapa Defecto estimular Estimulación excesiva Fijación sensorial Nacimiento a 18 meses Retardo sensorial / Apatía Dependencia / Hiperactividad Autonomía sensoriomotora 23 meses a 6 años Falta de conductas exploradoras / Desarrollo de conductas pasivas Irresponsabilidad social / Narcisismo Iniciativa intracortical 4 años a la adolescencia Falta de habilidades cognitivas y abstractas / Conductasimpulsivas Rigidez / Compulsividad La personalidad es fruto de las experiencias de aprendizaje ocurridas en diferentes contextos, así como de una serie de eventos que tienen lugar durante la vida de las personas. Millón otorga un papel importante a las experiencias de aprendizaje patogénico por las cuales se refuerzan las conductas autofrustrantes y desadaptativas. La idea base es que las omitidas patológicas aumentan gradualmente a través 60 Mercedes Fernández Liporace y Alejandro Castro Solano (comps.) de experiencias aprendidas en forma repetida. Dentro de estas experiencias tienen lugar los métodos de control que emplean los padres por medio de los mensajes verbales, los castigos, las recompensas contingentes o simplemente los métodos inconsistentes. Estas experiencias de aprendizaje contribuyen a reforzar las conductas desadaptativas tempranamente aprendidas y son la génesis de los trastornos de la personalidad en la edad adulta. Instrumentos derivados de la teoría Millón no solo se propuso diseminar sus ideas acerca de la personalidad y sus trastornos, sino que se dedicó fuertemente al diseño de instrumentos de evaluación psicológica que operacionalizaron sus concepciones teóricas acerca de la personalidad. La idea fundamental del autor es que las teorías (psicopatología) debían estar sustentadas en principios científicos universales. A su vez, las taxonomías y/o nosologías debían surgir lógicamente de las teorías, para que de ellas deriven instrumentos de evaluación psicológica con un fuerte componente teórico- racional. Las técnicas de evaluación debían ser el medio para verificar las hipótesis de las teorías y al mismo tiempo deberían ser las herramientas esenciales para poder diagnosticar los trastornos y verificar la efectividad de las intervenciones propuestas. Finalmente, las intervenciones psicoterapéuticas debían estar basadas en las evaluaciones procedentes de estos instrumentos para así planificar estrategias de abordaje psicoterapéutico fuertemente basadas en principios teóricos. En la Tabla 6 presentamos brevemente los instrumentos derivados del modelo de Millón y sus características generales. TABLA 6. Instrumentos derivados del modelo teórico de T. Millón. Nombre Población Uso Descripción M-PACI (Millón Pre-Adolescent Clinical Inventory) Preadolescentes (9 a 12) Clínico / Inventario 97 ítems. Evaluación de patrones de personalidad (trastornos) y síndromes clínicos Evaluación de la personalidad normal y sus trastornos 61 MACI (Millón Adolescent Clinical Inventory) Adolescentes (13 a 19) Clínico/ Inventario 160 ítems. Evaluación de patrones de personalidad (trastornos) y síndromes clínicos MAPI (Millón Adolescent Personality Inventory) Adolescentes (13 a 18) Clínico/ Inventario 150 ítems. Evaluación de patrones de personalidad, preocupaciones comunes y correlatos conductuales MCMI III (Millón Clinical Multiaxial Inventory) Adultos (+18) Clínico/ Inventario 170 ítems. Evaluación de trastornos de personalidad y síndromes clínicos MIPS (Millón Index of Personality Styles) Adultos (+18) Población general no consultante No clínico - Consultoría / Inventario 180 ítems. Evaluación de los estilos de personalidad MBMD (Millón Behavioral Medicine Diagnostic) Adultos (+18) Población con enfermedades médicas No clínico - Consultoría / Inventario 165 ítems. Evaluación de las estrategias de afronta- miento, hábitos negativos de salud e indicadores psiquiátricos PACL (Personality Adjective Check List) Adultos y adolescentes Clínico y no clínico/ Inventario 153 adjetivos. Evaluación de las estrategias de afrontamiento (modelo 4x2) MCCI (Millón College Counseling Inventory) Adultos (+17-45) Estudiantes universitarios No clínico - Consultoría / Inventario 150 ítems. Evaluación de estilos de personalidad (no clínicos); preocupaciones comunes e indicadores de psicopatología grave MG-PDC (Millón Grossman Personality Domain Checklist) Adultos (+18) Clínico / Hetero- reporte Evalúa la expresión del trastorno, la faceta interpersonal, el estilo cognitive, la autoimagen, el afecto predominante, los mecanismos intrapsíqui- cos y el nivel de severidad global del trastorno de personalidad 62 Mercedes Fernández Liporace y Alejandro Castro Solano (comps.) Conclusión El mérito de este modelo teórico consiste en su capacidad para abordar tanto la personalidad normal como sus trastornos desde una base teórico- racional con suficiente evidencia empírica. Reúne los aportes de diferentes teorías y modelos (interpersonal, evolucionista, psicodinámico, evolutivo) sin ceñirse exclusivamente a ellos, siendo por lo tanto una propuesta integradora y pluriparadigmática. Un capítulo aparte merece el esfuerzo invertido en la construcción de instrumentos diseñados para diferentes tipos de poblaciones, basados en un sólido modelo teórico que asimismo tome en cuenta las propuestas de nosologías oficiales (DSM), los diferentes ámbitos de aplicación y los distintos grupos de edad. Estos instrumentos poseen un refinamiento psicométrico digno de destacarse. Por otra parte, los conceptos de dimensionalidad y continuo normal- patológico considerados hace décadas por Millón están siendo recientemente incorporados en estas nosologías oficiales (DSM-5) y son uno de los focos de discusión actuales en este ámbito. Por lo tanto, se considera a este autor un precursor en el estudio de la personalidad normal y de sus trastornos. En el capítulo siguiente comentaremos en detalle el problema de las nosologías oficiales para la consideración de los trastornos de la personalidad desde sus inicios en los años ochenta hasta las nuevas modificaciones introducidas en el DSM-5. Referencias bibliográficas ALLPORT, G. W. Y VERNON, P. E. (1930) "The field of personality" Psychological Bulletin, 27, pp. 677-730. MILLÓN, T. (1969) Psicopatología moderna. Buenos Aires. Salvar. MILLÓN, T. (1981) Disorders of personality: DSM-IIl, Axis II. Nueva York. Wiley. MILLÓN, T. (1994) Inventario Millón de Estilos de Personalidad. Buenos Aires. Paidós. MILLÓN, T. (1996) Disorders of Personality. Nueva York. Wiley & Sons. MILLÓN, T. Y DAVIS, R. D. {2000) Personality Disorders in Modern Life. Nueva York. John Wiley. Evaluación de la personalidad normal y sus trastornos 63 MILLÓN, T. Y EVERLY, G. (1994) La personalidad}/ sus trastornos. Barcelona. Martínez Roca. NICHOLSON, IAN A. M. (1998) "Gordon Allport, character, and the ‘culture of personality,' 1897-1937". History of Psychology, 1, pp. 52-68. PETERSON, C. Y SELIGMAN, M. E. P. (2004) Character Strengths and Virtues: A Handbook and Classification. Washington, DC. APA Press and Oxford University Press. SELIGMAN, M. E. P. Y CSIKSZENTMIHALYI, M. (2000) "Positive psychology: An introduction’; American Psychologist, 55, pp. 5-14. Disponible en http://dx.doi.Org/10.1037//0003-066X.55.l.5 http://dx.doi.org/10.1037/0003-066X.55.l.5
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