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INDICADORES DE SALUD 
 
Objetivo de este documento: 
Conocer los indicadores de salud más utilizados, sus interpretaciones, usos y principales 
limitaciones. 
 
Introducción 
 
La medición es el procedimiento de aplicar una escala estándar a una variable o un 
conjunto de valores, lo cual resulta necesario para facilitar comparaciones en diferentes 
puntos en el tiempo y entre diferentes poblaciones. 
Un indicador puede ser algo tan simple como un número absoluto de eventos o un cálculo 
complejo, como la esperanza de vida al nacer, la tasa de fecundidad, la prevalencia de 
determinado trastorno psíquico, entre otros. 
Existe una distinción entre los indicadores de salud que se basan en mediciones absolutas 
y aquellos que se basan en mediciones relativas. 
 
Medición absoluta 
 
Una medición absoluta es el número de veces que ocurren los eventos que se están 
estudiando, dentro de un período específico y en un lugar determinado. 
 
Este tipo de medición describe la magnitud del problema, y se denomina habitualmente 
frecuencia absoluta. Indica el impacto de una enfermedad en términos numéricos 
exactos. Es la información básica necesaria para el cálculo de indicadores y los análisis 
de las condiciones de salud, así como la planificación y el manejo de los servicios de 
salud. Además, la frecuencia absoluta es relevante para la vigilancia de ciertos eventos de 
salud, especialmente en situaciones donde el número de casos es bajo. Por ejemplo, un 
aumento del número de casos de sarampión en un país o territorio determinado, hasta 
entonces libre de dicha enfermedad, es un indicador importante de la reintroducción de 
dicha patología, que deberá desencadenar una serie de acciones de salud pública, 
principalmente asociadas a estrategias que promuevan el aumento de la cobertura de 
vacunación. 
Igualmente, el conteo y la descripción de una «serie de casos» de una enfermedad hasta 
entonces desconocida, es un paso inicial para señalar su existencia y algunas 
peculiaridades de las personas afectadas. 
Además, el monitoreo del número absoluto de eventos de salud también puede impulsar 
la formulación de hipótesis relativas a los cambios en los patrones de enfermedad y la 
mortalidad asociada en función de las variables de tiempo y persona. 
 
Mediciones relativas 
 
Para efectos de comparaciones en el tiempo o el espacio, en especial cuando existe un 
cambio importante del tamaño de la población de referencia (o población base), las 
mediciones absolutas tendrán una validez limitada. Sería poco informativo comparar, por 
ejemplo, los números absolutos de muertes por accidentes de tránsito en São Paulo, Brasil 
(aproximadamente 11,4 millones de habitantes en 2010), con los números de Quito, 
Ecuador (aproximadamente 1,8 millones de habitantes), porque las poblaciones de 
referencia (de donde provenían las personas que tuvieron los accidentes de tránsito) tienen 
tamaños muy diferentes y hace que estas mediciones puedan arrojar números absolutos 
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de accidentes de tránsito muy diferentes, aun cuando ambas tuvieran condiciones 
semejantes de vialidad, tipos de legislación y educación vial, imprudencia y consumo de 
alcohol, entre otras situaciones de riesgo. En estos casos, es necesario formular medidas 
relativas, con el objeto de tomar en cuenta el efecto de la diferencia de tamaño de las 
poblaciones de referencia. 
Las mediciones relativas más utilizadas son la razón, la proporción, y la tasa. 
 
Razón 
 
Muestra la relación entre dos números. Señala el tamaño de un número respecto a otro 
que se toma como la unidad (o como cien). Las dos cantidades que se relacionan no están 
contenidas una dentro de la otra. Es un indicador que permite comparaciones rápidas y 
concisas entre conjuntos de números. Por ejemplo, en 2018 ingresaron en un hospital 528 
pacientes con trastorno depresivo mayor, 432 mujeres y 96 hombres. Si bien es claro que 
hay un predominio de depresión en las mujeres, el fenómeno se aprecia mejor cuando al 
dividir la primera cifra por la segunda (432/96), se encuentra que la razón es 4,5 mujeres 
por cada hombre, o 450 mujeres por cada 100 hombres. 
 
Proporción 
 
En este caso, el numerador es un subconjunto del denominador. La proporción suele 
expresarse como porcentaje (%), es decir, multiplicada por el factor 100 para entenderla 
y expresarla mejor. Denota la frecuencia relativa observada de un evento y estima una 
probabilidad. 
En el ejemplo citado; habrá una proporción de mujeres con trastorno depresivo mayor 
equivalentes a 432/528 = 0,818, o de 81,8 por ciento. Al expresarlas como porcentajes, 
las proporciones permiten comparar dos grupos de tamaño diferente, ya que a ambos se 
les asigna la base común de 100. 
Con las proporciones se puede valorar la importancia relativa de parte de un fenómeno 
respecto a la totalidad del mismo; por ejemplo: de las muertes por una causa frente a las 
muertes por todas las causas, o de los casos de determinada enfermedad ocurridos en un 
grupo de edad en relación con el total de casos, o de los nacimientos de varones en función 
de los nacidos de ambos sexos. Además, en ciertas condiciones, pueden resumir la 
probabilidad de que acontezca un evento. Así con base en la cita anterior, habría un 81.8 
por ciento de probabilidades de que ocurriera un trastorno depresivo mayor en mujeres. 
Tal información es útil, pues en la situación planteada ayudarían a estimar con mejor base 
la proporción de camas que el hospital debe destinar para atender esta problemática en 
las mujeres afectadas. 
 
Tasa 
 
Para medir el riesgo de que ocurra un evento dado en una población y poder hacer 
comparaciones válidas, se debe relacionar ese evento con la población en la cual 
aconteció o puede acontecer. Esa relación se conoce con el nombre de tasa. Las tasas 
constituyen el mejor instrumento de comparación en epidemiología. En este indicador, 
el numerador es el número absoluto de veces que ocurre el evento de interés en un 
período específico y el denominador es la población de referencia (o la población 
estudiada) en el mismo período. 
El numerador de la tasa, es decir: el número de eventos, se debe identificar claramente 
en función de: a) la índole del evento; b) el área geográfica afectada (lugar); y c) el lapso 
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dentro del cual ha ocurrido aquél (tiempo): 
El denominador corresponde a la población expuesta al riesgo de ese evento. Dividiendo 
el numerador por el denominador se obtiene un cociente inferior a la unidad, por lo cual 
se le multiplica por un factor (que es una potencia de diez: 100, 1.000, 1(1.000, 100.000), 
a fin de hacerla más fácilmente comprensible. En efecto, se entenderá mejor la expresión 
«tasa de 9,2 x 1.000» que la de «tasa de 0,0092». 
 
Tipos de tasas 
 
El concepto de tasa puede aplicarse a cualquier evento epidemiológico o demográfico. 
Así, pueden clasificarse conforme a la naturaleza del evento y habrá entonces tasas de 
natalidad, de morbilidad, de mortalidad o de letalidad, según se refieran a hechos 
relacionados con nacimientos, con enfermedades, con defunciones o con la gravedad de 
estas enfermedades, respectivamente. 
Otra base de clasificación reside en la constitución del denominador o población. Las 
tasas son crudas (brutas, globales), cuando los eventos se refieren a la población total; 
y específicas, cuando se refieren a una parte de la misma, definidos tanto los unos como 
la otra conforme a una o más características (sexo, edad, ocupación, estado civil, etc.). 
Una tasa puede hacerse tan específica como se quiera, siempre que sus elementos se 
identifiquen con toda claridad. 
Algunas características personales tales como edad, sexo y ocupación, influyen 
mucho sobre el riesgo de enfermar o de morir. Por ejemplo, es evidente que la frecuencia 
de enfermedades cardiovasculares es más alta en las edades adultas que en los niños o 
los adolescentes. Por ellola comparación de tasas crudas (referidos a la población total) 
podría conducir a conclusiones erróneas si los grupos difieren por su composición, 
particularmente la relacionada con la edad. 
En principio, la comparación deberá hacerse mediante tasas específicas (por ejemplo, 
por sexo y edad), pero ello obligaría a confrontar separadamente grupos más o menos 
numerosos. De ahí que se requiera un indicador simple, en cuyo cálculo se haya 
eliminado la influencia del factor que vicia la comparación. Las tasas ajustadas 
(corregidas, estandarizadas) constituyen ese indicador. El más empleado de los cuales 
es la tasa ajustada por edad. En este trabajo no se describirán los procedimientos para 
calcular tal tipo de tasa, pues ello se efectúa en textos especializados de bioestadística. 
 
Requisitos mínimos para la construcción de tasas: 
 
1. Los términos de la relación (numerador y denominador) deben referirse al mismo 
lugar, al mismo lapso y al mismo grupo de población. 
2. El numerador sólo debe incluir hechos que sean similares; por ejemplo, si se trata 
de casos de una enfermedad dada, éstos deben haberse identificado conforme a 
criterios diagnósticos uniformes para evitar errores de observación (debidos al 
observador, al método o al sujeto observado), aspecto cuya trascendencia nunca será 
inútil enfatizar. 
3. Es necesario a veces homogeneizar el, o los denominadores para ajustarlos a las 
diferencias que pudieran presentar en función de ciertas características, tales cómo: 
a) estructura de la población (por edad, sexo, ocupación o cualquier otro elemento 
que sea «relevante» para el propósito determinado); b) tiempo de exposición. 
 
 
 
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Indicadores de salud positivos o negativos 
 
La clasificación de los indicadores en positivos o negativos se refiere a la maneja en que 
estos indicadores se relacionan con el concepto de salud ya sea de forma directa o inversa. 
 
Los indicadores se consideran positivos cuando mantienen una relación¸ asociación o 
correlación directa con la situación de salud. Cuanto mayor sea su magnitud¸ mejor 
será la salud de los sujetos de esa población. 
 
La esperanza de vida al nacer es un indicador de supervivencia a largo plazo, por lo tanto, 
puede considerarse un indicador de salud positivo. Otros ejemplos son la proporción de 
casos de tuberculosis curados, la cobertura de vacunas o la necesidad satisfecha de 
planificación familiar. 
 
Los indicadores se consideran negativos cuando mantienen una relación¸ asociación 
o correlación inversa con la situación de salud. Cuanto mayor sea su magnitud¸ peor 
será la salud de los sujetos de esa población. 
 
Son ejemplos de indicadores negativos la tasa de mortalidad infantil, la razón de 
mortalidad materna, la tasa de incidencia del SIDA o la proporción de abandono del 
tratamiento de tuberculosis. 
 
Indicadores de morbilidad 
 
Los indicadores de morbilidad tienen la finalidad de medir la ocurrencia de 
enfermedades, lesiones y discapacidades en las poblaciones. 
 
Para calcular las tasas de morbilidad es necesario recurrir a la observación directa (con 
encuestas y otras investigaciones), la notificación de los eventos en los sistemas de 
vigilancia y notificación de enfermedades en los sistemas ambulatorios, hospitalarios o 
registros específicos, entre otros. 
Diversos factores pueden afectar la exactitud de la medición de estos eventos de 
morbilidad, entre los cuales se encuentran: 
 
a. La calidad de los datos: La falta de calidad de los datos hace difícil interpretar y 
comparar datos de diferentes zonas de un país o de distintos países. La calidad de 
los datos se ve comprometida, entre otras cosas, por la diversidad de fuentes de 
datos sobre morbilidad, provenientes de los sistemas de vigilancia, los registros 
ordinarios de los hospitales (públicos y privados) sobre pacientes internados y 
pacientes ambulatorios, así como de las encuestas elaboradas por instituciones 
nacionales y las investigaciones efectuadas por grupos académicos. Asimismo, la 
validez de los instrumentos de medición (que se desarrolla a continuación) es otro 
de los factores que afecta la calidad de la información. 
b. La validez de los instrumentos de medición: es decir, la inexactitud de las 
pruebas de diagnóstico médico (probabilidad de error de los diagnósticos, como 
falsos positivos y falsos negativos) y la poca validez de los instrumentos de 
recopilación de datos usados en las encuestas. 
c. La gravedad de la enfermedad: El espectro de la enfermedad afecta la 
probabilidad de diagnóstico y la notificación del evento. Una enfermedad puede 
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manifestarse con distintos grados de gravedad, resultando en internación 
(información capturada) o no (información no capturada). Por ejemplo, en el caso 
del coronavirus, los asintomáticos leves no se registran porque no acuden en busca 
de ayuda, pero los enfermos graves sí porque necesitan ser tratados con urgencia. 
d. Normas culturales: La percepción cultural afecta los comportamientos de 
búsqueda de salud y la manera en que los sujetos o sus familiares directos detectan 
y enfrentan las diferentes enfermedades. Si la persona no acude en búsqueda de 
asistencia, no será registrado por el sistema de salud. 
e. Confidencialidad: El deseo de confidencialidad por parte de los pacientes y la 
omisión de eventos en las notificaciones (por ejemplo, casos de infección por el 
VIH, abortos ilegales) pueden afectar la exactitud de los datos. 
f. Sistemas de información de salud: La existencia o la ausencia de sistemas de 
información de salud en capacidad de generar datos confiables procedentes de 
hospitales, centros ambulatorios, registros de enfermedades de notificación 
obligatoria, registros de pacientes con cáncer y otras fuentes de datos también 
pueden afectar la exactitud de los datos. 
g. Los indicadores de salud pueden tener interpretaciones bastante distintas según la 
situación epidemiológica y el tipo de evento que se observa en el numerador. En 
este sentido, conviene hablar de indicadores basados en la proporción de eventos 
incidentes y la proporción de eventos prevalentes. Las tasas resultantes 
constituyen las dos tasas más usadas para describir enfermedades en el campo de 
la salud pública. 
 
Eventos incidentes 
 
Un evento incidente se define como un evento o caso nuevo de una enfermedad (o la 
muerte u otra situación de salud) que ocurre en determinado período de observación. 
A partir de esos eventos incidentes (frecuencias absolutas) pueden crearse varios 
indicadores de mediciones relativas. En esta materia se presentará la definición e 
interpretación de la tasa de incidencia (también llamada densidad de incidencia). 
 
Tasa de incidencia 
 
La tasa de incidencia se define como el número de casos nuevos de una enfermedad u 
otra condición de salud dividido por la población en riesgo de la enfermedad (población 
expuesta) en un lugar específico y durante un período especifico. En términos 
matemáticos, es la probabilidad de que un individuo perteneciente a la población en riesgo 
se vea afectado por la enfermedad de interés en un período específico. 
Esta tasa permite calcular la probabilidad de que haya un cambio de estado (por ejemplo, 
de no tener la enfermedad a enfermarse, de vivo a muerto) en un intervalo determinado. 
En términos epidemiológicos, esto se denomina "riesgo". El riesgo es, entonces, la 
probabilidad de cambio de estado (enfermedad, muerte) en una población de interés y en 
un intervalo dado. 
 
Método de cálculo: La tasa de incidencia se calcula de la siguiente manera: 
 
Tasa de incidencia = Número de casos nuevos ocurridos en un lugar X en un período dado_______ * 10n 
 Total de personas de la población base (en riesgo) en el lugar X y en el período dado 
 
 
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Eventos prevalentesUn evento (o caso) prevalente se define como un evento o caso existente de una 
enfermedad (u otra condición) en un momento dado. 
Al igual que con los eventos incidentes, a partir de esos eventos prevalentes (medición 
absoluta) pueden crearse indicadores de salud basados en mediciones relativas. En 
epidemiología, la medición relativa más importante calculada con base en eventos 
prevalentes es la proporción o tasa de prevalencia. Existen otras mediciones de eventos 
prevalentes, como la prevalencia de período, que será también explicada en este 
documento. 
 
Tasa de prevalencia 
 
La tasa de prevalencia se define como el número de casos existentes de una enfermedad 
u otro evento de salud dividido por el número de personas de una población en un período 
específico. Cada individuo es observado en una única oportunidad, cuando se constata su 
situación en cuanto al evento de interés. Es la probabilidad de que un individuo 
perteneciente a la población base sea afectado por el evento (enfermedad) de interés en 
un momento dado. 
Es decir que, la tasa prevalencia se refiere a una probabilidad estática de una condición o 
enfermedad dada en determinado momento en el tiempo. Sin embargo, no calcula el 
riesgo de contraer la enfermedad. 
 
Método de cálculo: La tasa de prevalencia se calcula de la siguiente manera: 
 
Tasa de prevalencia = Número de casos existentes en el lugar X y momento en el tiempo * 10n 
 Número total de personas de la población en el mismo lugar y tiempo 
 
Prevalencia de período 
 
Este indicador mide la frecuencia total de casos de un evento durante un lapso 
especificado, bien sea que hayan empezado antes o en el curso de ese lapso, por ejemplo, 
la prevalencia de trastorno depresivo mayor en mujeres entre 30 y 40 años en los últimos 
5 años. El principal problema que plantea el cálculo de este índice es que la población 
total a la que se refiere puede haber cambiado durante el período de estudio. 
Normalmente, la población que se toma como denominador corresponde al punto medio 
del período considerado. 
 
Usos de los indicadores de prevalencia e incidencia 
 
En general, puede decirse que la incidencia es un indicador de especial utilidad para la 
investigación, bien sea que busque causas o quiera conocer el impacto de ciertas 
medidas sobre el desarrollo de una enfermedad. La prevalencia, en cambio, tiene 
especial interés para el planificador y el administrador de los recursos en salud, quien 
se interesa en conocer la carga que una enfermedad dada representa para una población 
en una fecha o durante un lapso dados. 
La tasa de prevalencia de un evento dado puede aumentar debido a una mayor duración 
de la enfermedad, la prolongación de la vida de los pacientes sin curación, el aumento 
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de casos nuevos (incidencia), la inmigración de casos y/o de susceptibles a la patología, 
la emigración de personas sanas, la mejora en los diagnósticos. Asimismo, la 
prevalencia puede disminuir si la enfermedad tiene una menor duración, una elevada 
tasa de letalidad (la probabilidad de morir de quienes han contraído una enfermedad X), 
disminuye la incidencia, se registra una inmigración de personas sanas y la emigración 
de casos y aumenta la tasa de curación de casos. 
 
Tasa de letalidad 
 
 En sentido estricto, este indicador no pertenece a los de morbilidad, pero está 
íntimamente conectado con ellos, ya que sirve para medir la probabilidad de morir de 
quienes han contraído una enfermedad dada, expresada generalmente como un 
porcentaje. Por lo tanto, el numerador será el número de muertes por una causa dada -y 
el denominador el número de casos de la misma enfermedad. 
Como ejemplo, en el caso del Coronavirus se podría calcular de la siguiente manera: 
 
Tasa de letalidad = Número de muertes por coronavirus en un lugar y tiempo * 100 
 Número total de casos de coronavirus en el mismo lugar y tiempo 
 
Indicadores de mortalidad 
 
Los datos de mortalidad representan una fuente fundamental de información 
demográfica, geográfica y de causa de muerte. Estos datos se usan para cuantificar los 
problemas de salud, así como para determinar o monitorear prioridades o metas en 
salud. 
 
La mortalidad en un lugar y tiempo determinados se puede medir de distintas maneras, 
como cifras absolutas, proporciones y tasas, por ejemplo. A diferencia de la morbilidad, 
la muerte es un evento único, claramente identificable, que refleja la ocurrencia y la 
gravedad de una enfermedad. Se recomienda desglosar los datos sobre mortalidad por 
características como causa, edad, sexo, lugar de residencia y ocurrencia, y origen étnico, 
entre otras. 
La mortalidad es la fuente más antigua y común de datos sobre el estado de salud de la 
población. El registro de datos sobre mortalidad es obligatorio en todos los países de la 
Región de las Américas, que exigen la utilización de certificados de defunción. La mayor 
parte de los países utiliza la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE) para 
codificar las causas de muerte, lo que permite hacer comparaciones entre países en 
distintos momentos. 
Las tasas de mortalidad calculadas a partir del total de defunciones registradas en una 
zona geográfica específica se denominan tasas crudas (brutas, generales, globales) de 
mortalidad. Esta es la más simple expresión del riesgo de morir. Su numerador es el total 
de muertes registradas en el área durante el período considerado (comúnmente el año 
calendario); su denominador es la población total estimada para la mitad del período 
(1° de julio si se trata de un año calendario), y su factor multiplicativo la cifra 1.000. Es 
fácil de calcular y de comprender, pero su misma simplicidad la hace inadecuada para 
comparar situaciones que varían en relación con las características de la población. 
Ya se indicó que las tasas crudas no suelen servir para comparar la mortalidad de una 
misma época registrada en dos o más poblaciones, ni tampoco la de épocas distintas en 
una misma población. En tal virtud es que se justifica el uso de tasas específicas, que 
permitan conocer la magnitud de la mortalidad, por ejemplo, por causas y grupos de edad 
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en la población, o una combinación de ambos. Las tasas de mortalidad también pueden 
ser estandarizadas, es decir, ajustadas por estructura de edad, sexo, etc. 
 
Entre las tasas de mortalidad deben destacarse: 
 
a) La de mortalidad infantil, cuyo numerador corresponde a las defunciones de 
menores de un año de edad, que usa como denominador el número registrado de nacidos 
vivos durante el período considerado en vez de la población de menores de un año, dato 
cuyo correcto cálculo resulta difícil de conocer correctamente, y que tiene a 1.000 como 
factor multiplicativo. 
 
Tasa de mortalidad infantil = Número de muertes en menores de un año en un área geográfica y tiempo * 1000 
 Número registrado de nacidos vivos en el área geográfica y tiempo 
 
b) La de mortalidad materna, indicador del riesgo de morir por causas asociadas al 
parto, embarazo y puerperio, que también usa como denominador el número de naci-
dos vivos, en sustitución del de embarazadas, parturientas y puérperas (dato difícil de 
obtener en nuestro sistema de salud), y que suele usar la cifra 1.000 como factor 
multiplicativo. 
 
Tasa de mortalidad materna= Nº de muertes en madres gestantes por embarazo, parto o puerperio en un lugar y tiempo * 1000 
 Nº registrado de nacidos vivos en el área geográfica y tiempo 
 
Bibliografía utilizada: 
 
− Beaglehole, R.; Bonita, R., y Kjellström, T. (2003). Epidemiología básica. 
Washington D.C.: OrganizaciónPanamericana de la Salud. 
− Guerrero, R., González, C., y Medina, E. (1981). Indicadores Epidemiológicos. 
Epidemiología (pp. 36-51). Delaware: Addison-Wesley Iberoamericana. 
− Organización Panamericana de la Salud. (2018). Indicadores de Salud. Aspectos 
conceptuales y operativos. Washington D.C.: Organización Panamericana de la 
Salud.

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