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FUNCION Y ESTRUCTURA DEL CUERPO HUMANO (128)

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100 Capítulo 5 Sistema tegumentario y membranas corporales
perjudiciales. Las células llenas de queratina del 
estrato córneo impiden también la entrada de sustan­
cias químicas nocivas y proporcionan protección 
frente a desgarros y cortes. Puesto que es impermea­
ble, la queratina evita también la pérdida excesiva de 
líquidos. La melanina de la capa pigmentaria no deja 
pasar los rayos ultravioleta de la luz solar hacia el 
interior del cuerpo.
Regulación de la temperatura
La piel interpreta un papel clave en la regulación de la 
temperatura corporal. Aunque parezca increíble, 
durante un día cálido y húmedo la piel puede liberar 
casi 3.000 calorías, una cantidad de energía suficiente 
para calentar hasta la ebullición más de 201 de agua. 
Esa tarea se realiza mediante regulación de la secreción 
sudorípara y del flujo sanguíneo cerca de la superficie 
corporal. La evaporación del sudor en la superficie del 
cuerpo conduce también a pérdida de calor. El prin­
cipio de enfriamiento por evaporación se utiliza en 
muchos sistemas de refrigeración. El aumento de la 
cantidad de sangre en los vasos próximos a la piel 
origina pérdida de calor por radiación. El suministro 
sanguíneo de la piel supera en mucho sus necesidades 
de nutrición. Tal abundancia de irrigación está desti­
nada sobre todo a regular la temperatura corporal.
Se notan cambios del color de la piel en ambientes 
cálidos o fríos, que guardan relación con los cambios 
del flujo cutáneo, lo que contribuye a regular la 
pérdida de calor o la conservación de la temperatura 
central. Además, los cambios en el flujo sanguíneo de 
la piel, sobre todo en la región de la cara y el cuello, 
pueden ser consecuencia de determinadas enferme­
dades cutáneas o de emociones súbitas. Cuando 
aumenta el flujo de sangre, la piel se enrojece, situa­
ción que se denomina enrojecimiento. La contracción 
de los vasos sanguíneos cutáneos condiciona que la 
piel adopte un color azulado, que se llama cianosis.
Actividad de órgano sensorial
La piel funciona como un enorme órgano sensorial. 
Sus millones de terminaciones nerviosas actúan como 
antenas o receptores que reciben información sobre 
los cambios del medio ambiente. Los receptores espe­
cializados que se ilustran en la figura 5-2 permiten 
detectar sensaciones de tacto ligero (corpúsculos tác­
tiles) y presión (corpúsculos laminares). Otros recep­
tores recogen sensaciones de dolor, calor y frío.
Excreción
Al regular el volumen y el contenido químico del 
sudor, el cuerpo, mediante una función de la piel, 
puede influir tanto en su volumen líquido total como
en las cantidades de ciertos productos de desecho 
(como ácido úrico, amoníaco y urea) que son excreta­
das. Esta función excretora puede resultar más 
importante en ciertas enfermedades o trastornos.
Síntesis de vitamina D
La síntesis de vitamina D es otra función importante 
de la piel. Ocurre cuando esta se encuentra expuesta 
a la luz UV. Cuando esto sucede, una sustancia pre­
cursora presente en las células cutáneas es transpor­
tada al hígado y a los riñones, donde se convierte en 
la forma activa de la vitamina D. Estudios recientes 
han mostrado que la vitamina D tiene una importan­
cia crítica en la salud, lo que pone de relieve la 
importancia de esta función de la piel.
Quemaduras
Las quemaduras representan uno de los problemas 
más serios y comunes que afectan a la piel. Es fre­
cuente pensar que la quemadura es una lesión debida 
al fuego o al contacto con una superficie caliente. Sin 
embargo, la exposición excesiva a la luz ultravioleta 
(quemadura solar) y el contacto con una corriente 
eléctrica o con ciertas sustancias químicas, como los 
ácidos fuertes, también pueden causar quemaduras.
Estimación de la superficie corporal quemada
Cuando las quemaduras afectan a zonas grandes de la 
piel, el tratamiento y la probabilidad de recuperación 
dependen mucho del área total lesionada y de la gravedad 
de la quemadura. La gravedad de una quemadura está 
determinada por la profundidad de la lesión, así como 
por la extensión de la superficie corporal quemada.
La «regla de los nueves» es uno de los métodos 
usados con más frecuencia para calcular la extensión 
de una quemadura. Para emplear esta técnica (fig.
5-8), el cuerpo se considera dividido en 11 partes, cada 
una de las cuales representa el 9% de la superficie total 
y el 1% restante corresponde a la zona genital. Como 
puede apreciarse en la figura 5-8, en el adulto la 
cabeza y cada una de las dos extremidades superiores 
(incluyendo las superficies anteriores y posteriores) 
representan un 9%, las superficies anterior y posterior 
del tronco un 18% y cada extremidad inferior otro 18% 
(incluyendo la parte anterior y la posterior).
Clasificación de las quemaduras
El sistema de clasificación utilizado para describir la 
gravedad de las quemaduras se basa en el número de 
capas tisulares afectadas (fig. 5-9). Las quemaduras 
más graves destruyen no solo la piel y el tejido sub­
cutáneo, sino también tejidos subyacentes.
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