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El se vi er . F ot oc op ia r sin au to riz ac ió n es un de lit o. Capítulo 6 Sistema esquelético 127 Arco longitudinal medial Arco longitudinal lateral Hueso cuboides Huesos metatarsianos Falanges Arco transversal Pie plano Arcos del pie. A. Arcos longitudinales medial y lateral. B. El «pie plano» se produce cuando los tendones y los ligamentos se debilitan y el arco se hunde. C. Arco transversal. El ser humano ha adoptado la postura erecta, por lo que ciertas características de sus pies lo hacen capaz de soportar el peso del cuerpo. El primer dedo del pie, por ejemplo, es bastante más sólido y menos movible que el pulgar. Los huesos de los pies se encuentran situados de modo que forman dos arcos longitudinales y otro transversal. Esos arcos propor cionan gran resistencia y una base muy estable. Los fuertes ligamentos y los tendones de los músculos de las piernas mantienen normalmente con firmeza los huesos de los pies en sus posiciones arqueadas. Sin embargo, no es raro que esos ligamentos y tendones se debiliten. En ese caso se aplanan los arcos, un cuadro conocido como pies planos (fig. 6-20, B). Hay dos arcos longitudinales en el pie (fig. 6-20, A). Uno está situado en la parte interna del pie y se conoce como arco longitudinal medial. El otro se encuentra a lo largo del borde externo y se denomina arco longitudinal lateral. Un tercer arco se extiende a través de la región metatarsiana: el arco transversal o metatarsiano (fig. 6-20, C). DIFERENCIAS ENTRE EL ESQUELETO DEL HOMBRE Y EL DE LA MUJER Los esqueletos del hombre y de la mujer difieren en varios aspectos. Si examina un esqueleto masculino y otro femenino, es probable que lo primero que note sea la diferencia de tamaño. La mayoría de los esque letos masculinos tienen huesos más grandes, con © prominencias y otras marcas más pronunciadas que la mayor parte de los femeninos. Esta diferencia se debe, en parte, a la existente en la tensión muscular ejercida sobre los huesos, de modo que cuanto mayor es la tensión aplicada al hueso, más grande y denso se hace este en los puntos de inserción muscular. Estas diferencias entre el hombre y la mujer son visi bles en casi todos los huesos del cuerpo, por lo que no es extraño que los científicos forenses a menudo puedan determinar con precisión el sexo de la persona a la que pertenecen determinados restos humanos usando unos pocos huesos. Quizá la diferencia estructural más obvia entre los esqueletos masculino y femenino se encuentre en la cintura pélvica o pelvis (el anillo formado por los dos huesos pélvicos o coxales y el sacro). La palabra pelvis significa «cuenco». La estructura ancha de la pelvis femenina permite proteger el cuerpo de un feto antes de nacer y su amplia abertura hace posible el paso del bebé durante el parto. Aunque los huesos coxales masculinos individuales generalmente son mayores que los coxales femeninos individuales, en conjunto los primeros forman una estructura más estrecha que los segundos. La pelvis masculina tiene forma de embudo frente a la forma de cuenco plano y ancho de la femenina (fig. 6-21). En la figura 6-21 también puede observar que las aberturas desde el abdomen y a través de la pelvis (entrada y salida pélvicas) son normalmente mucho más anchas en la mujer que en el hombre. Esto se debe, en parte, a que el ángulo en la región anterior de la pelvis femenina donde se unen los dos huesos púbicos (ángulo púbico) es más ancho que en el hombre. Esta disposición hace que quede más espacio para el paso de la cabeza fetal durante el parto. http://booksmedicos.org booksmedicos.org Botón40:
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