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338 Capítulo 14 Aparato respiratorio inferior del diafragma, con lo que este se eleva y su forma de cúpula se hace más pronunciada. El resultado es una disminución del tamaño vertical de la cavidad torácica. Conforme la cavidad torácica disminuye de tamaño, la presión del aire dentro de ella aumenta y el aire sale de los pulmones (v. fig. 14-11). Intercambio de gases en los pulmones (respiración externa) La sangre bombeada por el ventrículo derecho del corazón entra en la arteria pulmonar y después llega a los pulmones. Fluye a través de los miles de dimi nutos capilares pulmonares que están en proximidad íntima con los alvéolos llenos de aire (v. fig. 14-1). La respiración externa o intercambio de gases entre la sangre y el aire alveolar ocurre por difusión. Las cantidades o concentraciones de algunas sus tancias en la sangre se miden en términos de peso. Un ejemplo es la representación de cuántos miligramos de una sustancia determinada existen en 100 mi de sangre (mg/dl). Sin embargo, la concentración de un gas determinado en el aire o en la sangre se expresa como la presión ejercida por el gas y se mide en milí metros de mercurio (mmHg). Recuerde del capítulo 12 que la presión arterial se mide también en mmHg. En el aire y la sangre existen gases muy diferentes. La presión global de todos los gases presentes en el aire o la sangre es, por supuesto, la suma de cada uno de los gases presentes. Como la presión de los llamados gases respiratorios -oxígeno (O2) y dióxido de carbono (C 02)- en la sangre solo es una parte de la presión total existente, su concentración se mide como presión parcial (P). El símbolo utilizado para designar la presión parcial es la letra P que precede al símbolo químico del gas. En el caso de los gases respiratorios se utiliza Po2 y Pco2. La medida de la presión parcial de una serie de gases en sangre es importante para el diagnóstico y tratamiento de muchas patologías. La difusión es un proceso pasivo que origina movi miento a favor de un gradiente de concentración o de presión parcial (es decir, las sustancias se mueven desde un área de concentración o presión parcial alta hacia otra de concentración o presión parcial más baja). El oxígeno es extraído continuamente de la sangre y utilizado por las células del cuerpo. Cuando la sangre llega a los ca pilares pulmonares, la P02 es de 40 mmHg. Puesto que el aire alveolar es rico en oxígeno (P02 de 100 mmHg), la difusión hace que el oxígeno pase desde el área con presión parcial alta (aire alveolar) hacia el área con presión parcial baja (sangre capilar). Dicho de otro modo, el oxígeno difunde «a favor» de su gradiente de presión parcial. También se produce difusión de dióxido de carbono (C02) entre la sangre de los capilares pulmonares y el aire alveolar. La sangre que fluye a través de los capila res pulmonares es rica en dióxido de carbono, con un valor de Pco2 de 46 mmHg. La PCO2 del aire alveolar es de unos 40 mmHg, de forma que la difusión del dióxido de carbono se traduce en el desplazamiento desde la zona de elevada presión parcial de los capilares pulmo nares a la de presión menor del aire alveolar. Desde los alvéolos, el dióxido de carbono sale del cuerpo en el aire espirado (fig. 14-12). Intercambio de gases en los tejidos (respiración interna) El intercambio de gases que ocurre entre la sangre y las células corporales a nivel de los capilares sistémicos se denomina respiración interna. Como era de esperar, la dirección del movimiento del oxígeno y el dióxido de carbono durante la respiración interna es justo la opuesta a la descrita en el intercambio que tiene lugar durante la respiración externa, cuando los gases son intercambiados entre la sangre de los capilares pulmo nares y el aire de los alvéolos. Durante el proceso de respiración interna, las moléculas de oxígeno salen con rapidez de la sangre a través de la membrana del capilar sistémico hacia el líquido intersticial y hacia las células que componen los tejidos. Mientras sucede eso, las moléculas de dióxido de carbono salen de las células y entran en los capilares sistémicos, para su posterior traslado a los pulmones, desde los cuales se eliminan en el organismo. El oxígeno es utilizado por las células para sus actividades metabólicas. La difusión produce movimiento del oxígeno desde un área de presión parcial alta en los capilares sistémicos (P02 100 mmHg) hacia otra de presión parcial baja (Po2 40 mmHg) en las células, donde hay necesidad de él. También la difusión es responsable del movimiento del C 0 2 desde un área de presión parcial elevada en las células (PCO2 46 mmHg) a otra de baja presión parcial en los capilares sistémicos (PCO2 43mmHg). En otras palabras, la sangre oxigenada que entra en los capilares sistémicos es convertida en sangre desoxigenada conforme fluye a través de esos vasos. Durante el proceso de pérdida de oxígeno, el producto de desecho dióxido de carbono es captado y transportado a los pulmones para su eliminación. Transporte de gases en la sangre La sangre transporta los gases respiratorios, oxígeno y dióxido de carbono, disueltos o combi nados con otras sustancias químicas. Nada más entrar en la sangre, tanto el oxígeno como el http://booksmedicos.org booksmedicos.org Botón40:
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