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Universidad Nacional de Rosario Facultad de Ciencias Veterinarias Física Biológica Nociones Básicas de la TEORÍA de ERRORES de MEDICIÓN Autor Dr. Danilo G. Renzi Profesor Titular Encargado de la Cátedra de Física Biológica Año 2023 "Lo que sabemos es una gota, lo que no sabemos es un océano." "Llegar a la verdad más simple requiere años de contemplación." Sir Isaac Newton Página 2 de 10 1. NOCIONES BÁSICAS DE MEDICIONES 1.1. Medir es comparar En Física solemos hablar de magnitudes o de observables. En ambos casos nos estamos refiriendo a aquellas cosas que pueden medirse o determinarse experimentalmente. Longitud, área, volumen, masa, peso, tiempo, temperatura, presión, densidad, caudal, velocidad, fuerza, corriente eléctrica, son todos ejemplos de magnitudes físicas u observables. En general, cuando se decide realizar una medición se cuenta con varios métodos e instrumentos posibles para cumplir con ese objetivo. Así, cada una de estas magnitudes físicas se puede medir en forma directa y/o indirecta. Diremos que la medición es directa cuando obtenemos la cantidad leyendo directamente en la escala del instrumento de medición. Por ejemplo, cuando se utiliza un termómetro de mercurio para medir la temperatura corporal de un animal. En cambio, la medición se denomina indirecta si para determinar una dada cantidad es necesario usar una relación matemática. Por ejemplo, cuando al determinar el área de un lote de campo rectangular, se miden las longitudes de los lados y luego se hace el producto entre ambas. En cualquier caso, siempre habrá que realizar mediciones directas, y en general, necesitaremos contar con algún instrumento de medición. Para medir una determinada magnitud física es necesario compararla con otra del mismo tipo. ¿Cómo haríamos para medir el ancho del salón si no contáramos con ningún elemento de medición? Podríamos contar cuántos pasos somos capaces de dar antes de completar toda su longitud. Alguien podría decirnos que eso depende mucho del tamaño de los pasos que hagamos. Entonces podríamos ir poniendo un pie a continuación de otro, y en lugar de obtener, por ejemplo 6 pasos, tendríamos como resultado 15 pies. Quizás una medición parezca más confiable que otra, pero en ambos casos la medición depende de la persona que la realizó. Posiblemente Juan no tenga pasos tan largos como Pedro, y sus pies no sean iguales. Además, si se quisiera construir un aula como ésta en Jujuy, los albañiles necesitarían contar con la presencia de Juan (o de Pedro). Entonces... ¿cómo podría resolverse este asunto? Podría extenderse una cuerda todo a lo ancho del salón, y entonces ya no necesitarían viajar Juan o Pedro, sino la cuerda. Este es un avance, ¿pero no se podría hacer algo mejor? Una cuerda es flexible, se estira, con el tiempo se deteriora, se puede perder... qué tal si buscamos un objeto de una longitud apropiada, ni muy largo ni muy corto, que no se deteriore con el paso del tiempo (o lo haga muuuuuyyyy poquito, y además nos preocuparíamos de cuidarlo bien), que prácticamente no sea afectado por factores ambientales (temperatura, humedad, contaminación, etc.), y lo definimos como unidad, más aún, se lo podría bautizar “metro”. ¿Les parece bien? Pues bien, esto es lo que hizo en algún Página 3 de 10 momento la humanidad. Una vez que hubo acuerdo sobre un “metro unidad” o “metro patrón”, todos los países del mundo lo copiaron para tener su réplica del metro patrón y cada fabricante de “reglas”, de cada país, hizo a su vez una copia para que no haya controversias entre los habitantes del mundo cuando midan una dada longitud. Desde ese momento, si medimos el ancho del salón y obtenemos un valor de 4,5 m (“cuatro coma cinco metros”) es suficiente información para los albañiles que trabajen en Casilda, Jujuy o China, lo hagan hoy, el mes próximo o dentro de 1000 años. Medir es comparar. Comparamos la longitud correspondiente al ancho del salón con la longitud de un instrumento de medición cuya unidad es el metro, y observamos cuántas veces esa unidad está contenida en el ancho del salón. Para eso, debimos utilizar un procedimiento. Quizás el instrumento sólo tenga un metro de longitud, y lo hayamos trasladado una vez a continuación de otra (como había hecho Juan con los pies) para observar que, de un extremo a otro del salón, entra cuatro veces entera y media más. Podríamos quizás contar con una cinta métrica (un instrumento un poco más sofisticado), hacer coincidir el extremo de la cinta con un extremo del salón, estirarla, y leer directamente en su escala la división correspondiente al otro extremo. En ambos casos, ¿cuántos personajes participan de esta historia? Un objeto a medir (el ancho del salón), un instrumento de medición (la regla o cinta métrica), y un operador (la persona que realiza la medición). Además, hay un cuarto personaje que no debemos olvidar. Los instrumentos utilizados fueron fabricados a partir de un patrón de medida. Con el uso, esos instrumentos pueden deteriorarse o sufrir cambios, por lo cual muchas veces requieren de una calibración para que las mediciones sean confiables. Es importante comprender y recordar que el resultado de una medición depende no sólo del objeto medido, sino también del instrumento utilizado, del operador y del procedimiento o método empleado. 1.2. La realidad es incierta Imaginemos a un albañil muy cuidadoso, que además cuenta con una muy buena cinta métrica. Su instrumento cuenta con una escala, y en ella, la cantidad más pequeña (la distancia entre dos rayitas sucesivas) corresponde al milímetro. Entonces este albañil se pregunta, ¿el ancho será de 4,5 m o de 4,500 m? ¿Los dígitos correspondientes a las centésimas y milésimas tomarán realmente el valor cero? ¿Con qué instrumento habrá medido el ancho del salón la otra persona? Probablemente no haya escrito los “ceros” de las centésimas y de las milésimas porque no podía apreciarlos, esto es, no podía leerlos en la escala de su instrumento. Quizás su regla sólo tenía 10 divisiones (9 rayitas intermedias) entre 0 y 1 metro. Posiblemente el extremo del salón no haya coincidido “exactamente” con la quinta división entre los 4 y 5 metros. ¿Cuál será entonces el “verdadero valor” para el ancho del salón? Conocer las centésimas y milésimas le daría seguramente una mejor información, pero… ¿sería este el “verdadero valor”? ¿Qué dígito correspondería a la cuarta, quinta o sexta cifra decimal? ¿Se podrá Página 4 de 10 en algún caso llegar a conocer el valor correspondiente a una cantidad con las infinitas cifras decimales que puede tener? ¿Seríamos capaces siquiera de escribirlo? Determinar el ancho de un salón con una precisión de 20 cifras decimales, ¿es más útil o ventajoso que conocerlo con 3 cifras decimales? ¿Vale la pena el esfuerzo de medir las restantes 17 (sí esto fuera posible)? Luego de meditar sobre estas cuestiones llegaremos a la conclusión de que la cantidad de cifras significativas (esto es, que tienen significado) dependerá de la magnitud que estemos midiendo, el instrumento con el cual lo hagamos, el procedimiento empleado al hacerlo, y también, la razón por la cual requerimos esa información. Aceptémoslo desde ahora, el resultado de una medición nunca corresponderá al “valor exacto” o “verdadero valor” de esa cantidad (si es que existe). Lo que se obtiene al medir es siempre un valor aproximado, al que denominaremos simplemente “valor medido”. Ese valor medido estará afectado por cierta incertidumbre o “incerteza”. De forma tal que, el resultado de una medición de la magnitud “x”, se expresará (de ahora en más) a través de dos números, uno correspondiente al valor medido (x’) y otro a la incerteza (x) de la medición. La notación que utilizaremos para expresar el resultado de una medición es la siguiente: x = x’ ± x donde a xse lo denomina valor verdadero (el que no conocemos y no podremos conocer jamás), x’ es el valor medido, y x representa a la incerteza de la medición. Por ejemplo, el albañil pudo haber recibido la siguiente información respecto del ancho del salón: An = (4,5 ± 0,1) m ¿Cómo se interpreta esto? Significa que: (4,5 – 0,1) m An (4,5 + 0,1) m o sea, 4,4 m An 4,6 m En este caso el albañil no hubiera sabido cuál es “exactamente” el ancho del salón, pero muy probablemente se trate de una longitud no menor a 4,4 metros, y que no supera los 4,6 metros. Probablemente, el albañil se sentiría más tranquilo si hiciéramos una medición más precisa y le dijéramos, por ejemplo, que el ancho es de (4,55 ± 0,05) m, porque esto significaría que el verdadero valor se encuentra entre 4,50 m y 4,60 m, lo que implica una incerteza menor, es decir, una medición más precisa del ancho del salón. ¿Pero qué pasaría si nos esforzáramos mucho en hacer esta medición y le dijéramos que el ancho es (4,5685 ± 0,0005) m? ¿Se sentiría igualmente feliz? ¿No lo estaríamos poniendo en un aprieto si es que él no cuenta con la posibilidad o instrumental para tanta precisión? Y además, ¿es necesaria tanta precisión para la construcción de un salón? Página 5 de 10 Del ejemplo anterior surge que, si las cantidades medidas son similares, la que posee menor incerteza es la más precisa. Pero podríamos indagar un poco más acerca de la precisión, y en algún sentido, de la calidad de la medición. ¿Bastará evaluar a la incerteza para responder a esta cuestión? ¿Conocer el ancho del salón con una incerteza de 1 mm, es tan preciso como conocer el largo de la lapicera, o el espesor de la hoja que estamos leyendo, con una incerteza de 1 mm? ¿Qué otro valor entra en juego? ¡Claro, el valor medido! Para cuantificar la incidencia de la incerteza sobre el valor medido, se definen el “error relativo” y/o el “error relativo porcentual”: r = x / x’ r (%) = r . 100 En el ejemplo que venimos trabajando del ancho del salón: x’ = 4,5 m x = 0,1 m r = 0,1 m / 4,5 m = 0,022 r (%) = 0,022 . 100 = 2,2 % Notemos que x’ y x tienen unidades, mientras que r y r(%) no. Estas últimas cantidades se denominan adimensionales. El r(%) es más cómodo de escribir y comunicar en forma oral que el r, y por esta razón es el más usado de los dos. Resulta interesante conocerlo y estimarlo aproximadamente, es decir, es interesante saber si la medición tiene un r(%) menor al 1%, del orden del 1% o mucho mayor. En general, para que una medición sea “aceptable” no debería tener un r (%) mayor al 5%. Pero, como dijimos antes, esto está relacionado a las necesidades que dieron lugar a la medición. 1.3. Cuestión de criterio Supongamos que se esté realizando una medición con un instrumento que contiene una escala señalada con “rayitas” o divisiones (no digital) que indican las unidades o fracciones de esas unidades, como puede ser una regla, un termómetro de mercurio, una probeta o una jeringa. Tomemos el caso de la jeringa. Como resultado del proceso de medición podrían sucedernos dos cosas: (1) A simple vista observamos que el líquido en su interior coincide con alguna división (rayita) de la escala, o (2) cae entre dos divisiones de la escala. Por ejemplo, supongamos que la escala de la jeringa llegue hasta 25 ml y que la mínima división corresponda a 1 ml. Imaginemos que el líquido en el interior de la jeringa coincide (a simple vista) con una “rayita” de la escala, supongamos para fijar ideas, la de 15 ml como se muestra en la figura. Página 6 de 10 ¿Podríamos asegurar que ese es el verdadero valor de volumen de líquido? ¿Con cuántas cifras significativas? Lo que sí podríamos decir (con bastante certeza), es que el contenido (C) supera al valor 14 ml y se encuentra por debajo de 16 ml. Esto es, 14 ml C 16 ml A partir de esta lectura, podemos determinar cuáles van a ser el valor medido (C’) y la incerteza en la medición (C): C’ = ( 16 ml + 14 ml ) / 2 = 15 ml C = ( 16 ml – 14 ml ) / 2 = 1 ml y expresar el resultado de la forma siguiente, C = (15 ± 1) ml Observemos que tanto el valor medido como la incerteza de la medición tienen unidades, y por supuesto, las mismas unidades. ¿Cómo procederíamos si el líquido en el interior de la jeringa no coincidiese con ninguna rayita o división de la escala? Consideremos una situación como la observada en la figura siguiente: En este caso observamos que el contenido es mayor a 12 ml y no alcanza a los 13 ml. En términos matemáticos, escribimos: 12 ml C 13 ml Realizamos nuevamente el cálculo anterior para determinar el valor medido y la incerteza en la medición: C’ = ( 13 ml + 12 ml ) / 2 = 12,5 ml C = ( 13 ml – 12 ml ) / 2 = 0,5 ml y expresamos el resultado de la forma siguiente, C = (12,5 ± 0,5) ml Observemos que con el mismo instrumento, y el mismo criterio (leer las rayitas anterior y posterior al líquido), estaríamos obteniendo una medición más precisa en el segundo caso. ¿Qué pasó? Nada que deba preocuparnos. En general 5 15 25 20 10 5 15 25 10 20 Página 7 de 10 cuando se realizan lecturas o mediciones directas se suele tomar para la incerteza un valor igual a la mínima cantidad que ese instrumento puede medir, o la mitad de ese valor como encontramos en los casos analizados. Ambas incertezas son aceptables. Si no lo fueran, si al elegir como incerteza a la mínima división de la escala o la mitad de la mínima división resultara que la medición es muy poco precisa, pues entonces deberemos cambiar el instrumento o método de medición por otro más preciso. Resumiendo, cuando realicemos mediciones directas vamos a leer en la escala del instrumento dos valores. Como ya señalamos, no conoceremos nunca al valor verdadero de la cantidad “x” que queremos medir, pero sí podremos decir que es menor que un determinado valor “xMAX” y mayor que otro “xmin”. O sea, xmin x xMAX A partir de esta desigualdad, calcularemos el valor medido y la incerteza de la medición haciendo las siguientes operaciones: x’ = ( xMAX + xmin ) / 2 x = ( xMAX – xmin ) / 2 para luego informar el resultado de nuestra medición, de la siguiente forma: x = x’ ± x 1.4. Mediciones indirectas Cuando realicemos mediciones indirectas tendremos que utilizar una o más relaciones matemáticas para conocer la cantidad correspondiente a esa magnitud dada. ¿Cómo extendemos o adecuamos los criterios anteriores a mediciones indirectas? Comencemos por los casos más simples, esto es, por las cuatro operaciones elementales. Es decir, supongamos que la operación matemática involucrada en la medición indirecta fuera sólo: (a) una suma, (b) una resta, (c) un producto, o (d) un cociente. Consideremos dos magnitudes cualesquiera X e Y, medidas en forma directa. Sabemos que: Xmin X XMAX o X = X’ ± X Ymin Y YMAX o Y = Y’ ± Y Analicemos el primer caso, esto es, una suma. Consideremos una magnitud A, A = X + Y y queremos determinar su valor medido A’ y su incerteza A, para luego informar el resultado de la medición indirecta, con el formato habitual: A = A’ ± A Página 8 de 10 ¿Cómo debemos proceder? Podríamos hacer lo mismo que hicimos en el caso de las mediciones directas. Si conociéramos AMAX y Amin podríamos calcular A’ y A usando las relaciones: A’ = ( AMAX + Amin ) / 2 A = ( AMAX – Amin ) / 2 Ahora bien, tratándose de una suma, ¿cuándo tomará A su valor máximo? ¿Cuándo el mínimo? Evidentemente, AMAX = XMAX + YMAX Amin = Xmin + Ymin donde, XMAX = X’ + X y Xmin = X’ – X YMAX = Y’ + Y y Ymin = Y’ – Y El caso (b) de la resta es similar al de la suma. Supongamos una magnitud B, tal que: B = X – Y La única diferencia la encontramos al calcular los valores máximos y mínimos: BMAX = XMAX – Ymin Bmin = Xmin – YMAX Una vez calculados BMAX y Bmin,determinamos B’ y B, y expresamos el resultado de la medición: B = B’ ± B Consideremos ahora una magnitud C, dada por el producto de X e Y, esto es, C = X . Y Evidentemente, CMAX = XMAX . YMAX Cmin = Xmin . Ymin Y cuando se trate de un cociente, D = X / Y: DMAX = XMAX / Ymin Dmin = Xmin / YMAX Finalizamos este apartado haciendo algunos comentarios referidos a las cifras significativas con las que expresaremos el resultado final, e introduciendo una regla de redondeo para cumplir con este objetivo. Página 9 de 10 En una medición indirecta, tanto los valores máximos y mínimos, como el valor medido y la incerteza surgen de cálculos matemáticos. En general, encontraremos que la calculadora nos da números de muchas cifras. Pero, ¿son todas estas cifras significativas? ¿No podríamos escribir estos números de manera más sencilla, sin modificar demasiado el resultado de la medición? Proponemos utilizar el procedimiento siguiente: 1. Calcular los valores máximos y mínimos de la magnitud que medimos en forma indirecta, de acuerdo a las operaciones involucradas, con TODAS las cifras que maneje nuestra calculadora. 2. Calcular el valor medido y la incerteza, como lo hicimos antes para las mediciones directas: x’ = ( xMAX + xmin ) / 2 x = ( xMAX – xmin ) / 2 3. Expresar a las incertezas de las mediciones con una sola cifra significativa, es decir, conservando a la cifra distinta de cero que se encuentre en la posición más a la izquierda del número correspondiente (la de mayor significado). 4. La última cifra significativa del valor medido deberá coincidir con la posición de la única cifra significativa de la incerteza. 5. Para llevar a cabo los puntos 3 y 4, seguiremos la siguiente regla de redondeo: Comenzamos a leer el número correspondiente de derecha a izquierda, esto es, desde las cifras menos significativas. Aumentaremos en 1 a la cifra de la izquierda, si la que leemos es mayor o igual a cinco (≥5), y dejaremos a la cifra de la izquierda sin cambios si la de la derecha es menor a cinco (<5). Veámoslo con un ejemplo. Supongamos que medimos con una regla el Ancho (An), Largo (La) y Alto (Al) de un libro para calcular su volumen, y obtenemos: 15,7 cm An 15,9 cm 21,9 cm La 22,1 cm 0,8 cm Al 1,0 cm O, lo podemos expresar como: An = (15,8 ± 0,1) cm La = (22,0 ± 0,1) cm Al = (0,9 ± 0,1) cm El volumen se calcula mediante la fórmula: V = An . La . Al Página 10 de 10 Entonces, VMAX = AnMAX . LaMAX . AlMAX = 15,9 cm . 22,1 cm . 1,0 cm = 351,39 cm3 Vmin = Anmin . Lamin . Almin = 15,7 cm . 21,9 cm . 0,8 cm = 275,064 cm3 Luego, V’ = ( VMAX + Vmin ) / 2 = ( 351,39 cm3 + 275,064 cm3 ) / 2 = 313,227 cm3 V = ( VMAX – Vmin ) / 2 = ( 351,39 cm3 – 275,064 cm3 ) / 2 = 38,163 cm3 En este momento, podríamos escribir, V = (313,227 ± 38,163) cm3 Como vemos, tanto el valor medido como la incerteza tienen demasiadas cifras, lo que dificulta su lectura. Por otra parte, no todas son igualmente significativas. Tomemos primero a la incerteza: V = 38,163 cm3 Y descompongamos al número: 38,163 = 30,000 + 8,000 + 0,100 + 0,060 + 0,003 De los 5 números en los que descompusimos al 38,163 ¿cuál es el más significativo? Si tuviéramos que quedarnos con uno, ¿con cuál nos quedaríamos? Si se tratara de dinero, ¿es igualmente significativo ganar $30,000 que $0,003? Entonces, ¿de qué tamaño será la incerteza, de “decenas”, “unidades”, “décimas”, “centésimas”, o “milésimas”? Para responder a estas preguntas, vamos a aplicar el criterio mencionado en el punto 3 anterior, usando la regla de redondeo. Comenzamos desde la derecha, esto es, desde la cifra menos significativa, en este caso el 3 que corresponde a las milésimas. Como se trata de un número menor a 5, dejamos sin modificación al dígito que se encuentra a su izquierda, o sea, en el primer paso el número 38,163 es redondeado a 38,16. Repetimos este procedimiento y como el 6 es un número mayor o igual a 5, al aplicar la regla de redondeo el 38,16 se nos transforma en 38,2. Tenemos que continuar hasta llegar a la cifra más significativa, en este caso hasta las decenas. En el siguiente redondeo el 38,2 cambia por el 38. Este número tiene dos cifras significativas, y recordemos que en el punto 3 dijimos que la incerteza tiene que quedar con una sola cifra significativa. Redondeamos una vez más y el 38 cambia a 40 (no a 4!). Entonces, “la” cifra significativa de la incerteza es el 4, y ocupa el lugar de las “decenas”. A continuación, debemos redondear el valor medido 313,227 hasta la cifra correspondiente a la decena. Al hacerlo, el 313,227 se nos transforma en 310. Finalmente, informamos el resultado de la medición como: V = (310 ± 40) cm3 Al expresarlo de este modo, podemos ver en forma clara el valor medido y la incerteza en la medición, podemos rápidamente saber entre qué valores máximo y mínimo se encuentra el volumen, y con un simple cálculo mental estimar el error relativo porcentual (≈13%).
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