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De que sexualidad habla el psicoanalisis

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¿De qué sexualidad habla el psicoanálisis? 
Charles E. Baekeland 
 
 
 
¿De qué sexualidad habla el psicoanálisis? 
La sexualidad en el sentido psicoanalítico se refiere al placer en el sentido 
amplio, a sus fuentes y a cómo los sujetos humanos buscan obtenerlo. La 
sexualidad genital adulta es sólo una expresión de algo mucho más 
complejo. 
 
Sexualidad Infantil 
 
Uno de los más importantes descubrimientos de Freud fue el papel que 
juega la sexualidad durante la infancia, cómo se manifiesta en diferentes 
partes del cuerpo y cómo actúa sobre las relaciones con las figuras de 
cuidados principales. 
 
Al principio de la vida el cuerpo de un bebé tiene zonas que le dan un 
placer-sensualidad específico y aprende que determinadas acciones 
conllevan la obtención de ciertos placeres-sensualidades. De este modo, la 
boca, la piel, el ano y los genitales ––lo que el psicoanálisis llama zonas 
erógenas–– le aportan placeres concretos ligados a comer, ser tocado, 
defecar, frotarse los genitales y ser atendido corporalmente por las figuras 
principales de cuidados. La forma en la que estos placeres serán 
suficientemente satisfechos o frustrados tendrá consecuencias (favorables 
o desfavorables) en el desarrollo de las posteriores búsquedas de placer y 
evitación del displacer en el adulto. 
 
Relación con los Padres 
 
Al principio la fuente principal de todos estos placeres-sensualidades suele 
ser la madre o alguien que actué como una madre. Sin embargo, más 
adelante los niños de los dos sexos tienden a orientarse más (buscan más 
satisfacción con) al padre del sexo opuesto y tienden a rechazar el padre 
de su mismo sexo, intentando, a su manera, ser la pareja de Mamá o de 
Papá. Tarde o temprano verán que esto no puede ser y que tendrán que 
buscarse su propia pareja. Los niños de los dos sexos también hacen lo 
contrario, buscar la atención exclusiva del padre del mismo sexo 
intentando identificarse con él/ella a través de esa relación tierna-
placentera. Estos deseos de amor exclusivo son indisociables, claro está, 
de la rivalidad con los dos padres y con los hermanos. De la misma manera 
que con los primeros placeres, la manera en la que la niña/el niño 
atraviesan estas fases de su desarrollo afectará cómo se relaciona más 
adelante en sus amistades, en el amor y en el trabajo. 
 
Sexualidad Adulta 
 
Estos placeres difusos y las zonas a las que están ligadas, entremezclados 
con la ternura de la relación con las figuras principales de cuidados, son 
llamados sexuales por el psicoanálisis porque más tarde, con la llegada de 
la pubertad, cobran un significado más claramente sexual y forman parte 
de la actividad sexual corriente de los adultos –– actividad que provee el 
mayor placer de todos. 
 
La vida sexual concreta de un adulto no suele ser aquello sobre lo que más 
trabajan los psicoanalistas en un tratamiento con un paciente a no ser que 
sea el síntoma por el que consulta el paciente o que la forma específica de 
expresión de la sexualidad de esa persona dificulte otras áreas de su vida. 
 
Sexualidad Psicoanalítica 
 
En un tratamiento psicoanalítico las formas con las que un individuo ha 
vivido las satisfacciones y frustraciones de su sexualidad infantil 
aparecerán en sus formas de sentir, de pensar y de actuar. 
 
Cada una de las zonas erógenas conllevan asociadas determinadas 
maneras de relacionarse consigo mismo y con los demás que tienen que 
ver específicamente con el placer y el displacer asociado a esa zona. En un 
desarrollo saludable ninguna de esas zonas habrán sido tan placenteras o 
tan displacenteras que el individuo se habrá quedado pegado a esa forma 
de conseguir placer porque fue la máxima que conoció o porque nunca 
tuvo suficiente. Sin embargo, si ha habido dificultades en el desarrollo es 
posible que el individuo no pueda moverse libremente entre las muchas 
maneras de conseguir satisfacción que existen, y se encuentre atascado en 
un sistema empobrecido. 
 
Lo mismo sucede con la relación de amor-hostilidad-identificación con los 
padres. Si no se ha podido amar, rechazar, renunciar, lograr-parecerse-a 
los padres suficientemente quedarán fuertes deseos retenidos a ese nivel 
del desarrollo que gravarán sus relaciones laborales, amistosas y 
amorosas. 
 
En el tratamiento psicoanalítico, el analista y el paciente trabajarán juntos 
para intentar liberar al individuo de esas limitaciones, a través de su 
comprensión profunda, para que pueda disfrutar de una sexualidad (en el 
sentido psicoanalítico y también en el sentido habitual) más amplia, rica y 
variada. 
 
Fuente: http://www.consultabaekeland.com/p/es/psicologo-madrid-
faqs/mas-ciencia-menos-ficcion-sobre-el-psicoanalisis/de-que-sexualidad-
habla-el-psicoanalisis.php

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