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Esterilidad e infertilidad

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Esterilidad e infertilidad
La esterilidad es la incapacidad para llevar a término un embarazo (para tener un hijo vivo). Esta imposibilidad de reproducir se puede producir porque los órganos sexuales no funcionan bien o porque los gametos son defectuosos.
La infertilidad alude a la imposibilidad de concebir. Se considera que existe un problema de esterilidad o de infertilidad cuando no se ha podido tener un hijo vivo, después de un año de mantener relaciones sexuales sin utilizar algún método anticonceptivo, como el preservativo, con la finalidad de procrear.
Causas
En el caso de los hombres se produce por diferentes factores:
Factor pretesticular: Alteraciones en las hormonas que estimulan al testículo (la LH y la FSH). Son poco frecuentes.
 
Factor testicular: Afecciones del testículo. Pueden ser genéticos, congénitos (de nacimiento) o adquiridos (infecciones).
 
Factor postesticular: Afectan a los espermatozoides una vez que han salido del testículo. Son las obstrucciones de la vía espermática, las infecciones seminales, presencia de anticuerpos antiespermáticos, alteraciones eyaculatorias y alteraciones coitales.
La ausencia de esperma (azoospermia) o la escasez o calidad insuficiente del mismo (oligospermia) pueden originarse por un factor testicular, por causas genéticas o como secuela de alguna enfermedad u otras circunstancias a lo largo de la vida, como paperas, exposición a radiaciones o por ciertos medicamentos.
En caso de que se deban a un factor postesticular (azoospermia obstructiva) puede tener un origen congénito (una malformación en los conductos deferentes), producirse como consecuencia de un traumatismo o por realizar unas ligaduras voluntarias, como la vasectomía.
En la cantidad y la calidad del esperma puede influir el estilo de vida. El alcohol y las drogas también pueden reducir temporalmente la calidad del esperma, así como las toxinas ambientales y sustancias como los pesticidas.
Otra causa de esterilidad masculina es la incapacidad de eyacular, que puede tener diversos orígenes, como la diabetes, la medicación para el tratamiento para regular la presión arterial, la impotencia o someterse a cirugía de próstata o de uretra.
En la mujer los factores que influyen son los siguientes:
Factor cervical: Referido al cuello del útero, que comunica la vagina con el útero y con las trompas de Falopio, donde se encuentra el óvulo tras la ovulación. Pueden existir alteraciones anatómicas o funcionales que interfieran en el recorrido que sigue el espermatozoide desde la vagina (donde se deposita) hasta una de las trompas, donde se produce la fecundación con el óvulo. Entre las alteraciones anatómicas se encuentran los pólipos, quistes y traumatismos ocasionales o causados por una cirugía.
 
Factor uterino: Pueden ser causas uterinas o endometriales. Las uterinas más frecuentes son malformaciones, miomas o tumores benignos, sinequias o adherencias a las paredes. Entre las endometriales, destacan las infecciones del endometrio (endometritis).
 
Factor tuboperitoneal: Alteraciones en las trompas o en el espacio del tubo ovárico. La causa más importante por la que aparece este factor es la infecciosa, produciendo diferentes tipos de salpingitis o inflamación de las trompas, con la consiguiente obstrucción.
Entre las causas no infecciosas, la más frecuente es la endometriosis, una enfermedad que consiste en la aparición de tejido del endometrio fuera de la cavidad uterina, sobre todo en los ovarios y los ligamentos que fijan el útero a la pelvis. Este endometrio que se encuentra fuera de lugar "menstrúa" todos los ciclos, pero al no tener un canal natural de evacuación, se acumula y adquiere una forma quística.
Factor endocrino ovárico: La anovulación crónica puede aparecer por una disfunción del hipotálamo y la hipófisis, por la que esta glándula no produce suficiente cantidad de gonadotrofinas (LH y FSH) y el ovario no se estimula.
 Otra alteración posible es la aparecida en las cantidades de LH y FSH, como es el caso de la poliquistosis ovárica (ovarios poliquísticos) que se caracterizan por el exceso en la producción de la hormona de la hipófisis LH, por la que se altera el ciclo ovulatorio.
 Este cuadro se asocia con la obesidad y con la producción de un exceso de hormonas masculinas, que suelen producir un aumento del vello. También pueden existir alteraciones de la ovulación por problemas con otras hormonas, por ejemplo, el aumento de prolactina o alteraciones del tiroides.
Factores relacionados con el estilo de vida: El estrés, la alimentación o la práctica muy intensa de ciertos deportes pueden alterar el equilibrio hormonal femenino.
Tanto en el hombre como en la mujer, los factores psíquicos y emocionales influyen de manera importante en la capacidad reproductora.
Síntomas
Tanto la infertilidad como la esterilidad no presentan síntomas que sirvan para alertar sobre esta enfermedad.
Prevención
La prevención implicaría principalmente:
Evitar mantener relaciones sexuales sin utilizar protección para evitar las enfermedades de transmisión sexual y por tanto, la infertilidad futura.
 
Vacunación contra las paperas (triple viral).
 
Mantener una dieta, peso y estilo de vida saludables puede incrementar las posibilidades de quedar embarazada y evitar la infertilidad.
Tipos
 Podemos distinguir:
Infertilidad primaria: Se produce cuando la pareja consigue una gestación, pero no llega a término con un recién nacido vivo.
 
Infertilidad secundaria: En estas situaciones la pareja, tras un embarazo y parto normales, no consigue una nueva gestación a término con recién nacido vivo.
 
Esterilidad primaria: Si tras un año y medio de mantener relaciones sin métodos anticonceptivos, la pareja no ha conseguido el embarazo se produce la esterilidad primaria.
 
Esterilidad secundaria: Se origina cuando la pareja, tras la consecución del primer hijo, no logra una nueva gestación en los dos o tres años siguientes de coitos sin anticonceptivos.
Diagnóstico
El modelo de estudio de infertilidad suele incluir las siguientes pruebas:
Generales
Anamnesis: Entrevista con la pareja para determinar antecedentes familiares, conocer su vida sexual (frecuencia coital, uso de anticonceptivos, etc.), las características de la menstruación de la mujer, enfermedades anteriores, consumo de drogas y medicamentos, hábitos alimentarios, deportivos y laborales, etc.
 
Exploración física: Pruebas complementarias para detectar malformaciones, anomalías o enfermedades.
 
Específicas para el hombre:
Espermiograma: Consiste en el estudio del semen, movilidad, cantidad y anatomía de los espermatozoides, eyaculaciones insuficientes o anómalas, etc.
 
Específicas para la mujer:
Estudio de la temperatura basal: Sirve para comprobar si la menstruación es regular.
 
Análisis hormonales: Consiste en la búsqueda del nivel plasmático de progesterona los días 22 ó 23 del ciclo. También sirve para detectar posibles trastornos endocrinos.
 
Biopsia de endometrio: Análisis de una muestra de tejido para detectar anomalías o enfermedades que impiden la implantación del cigoto.
 
Ecografía transvaginal: Se utiliza para visualizar malformaciones o anomalías anatómicas (miomas, por ejemplo).
Laparoscopia: Es la observación del abdomen y la pelvis con la introducción de un instrumento óptico, que permite evaluar los órganos genitales internos y determinar la presencia de adherencias y la existencia o no de endometriosis.
 
Histeroscopia: Se denomina así a la observación ocular del útero mediante un instrumento llamado histeroscopia. Es útil para el diagnóstico de pólipos endocavitarios y adherencias uterinas.
Histerosalpingografía: Radiografía del útero y las trompas con una sustancia de contraste que se inyecta desde el cuello del útero.
 
Prueba postcoital o test de Sims - Huhner: Evalúa la interacción de los espermatozoides con el aparato genital femenino. Para ello, se obtiene en el momento ovulatorio y tras transcurrir entre 5 y 15 horas del mantenimiento de una relación sexual, una muestradel moco cervical que se analiza para determinar sus características físicas y la presencia de espermatozoides.
Tratamientos
 La elección de una u otra técnica depende de la causa que provoque la infertilidad.
Inducción ovárica (IO)
La estimulación ovárica persigue llegar a una ovulación correcta. Está indicada en los casos de anovulación y para potenciar la eficacia de la inseminación artificial. La IO consiste en la estimulación de la ovulación con preparados hormonales, que se administran por vía oral o inyectados (las hormonas gonadotrofinas) a partir del segundo o tercer día del ciclo.
Durante el tratamiento el especialista realizará controles periódicos con ecografías que permiten ver el número de folículos que genera la mujer y, en su caso, el mejor momento para realizar la inseminación artificial. Cuando se presentan tres o cuatro folículos, se suele cancelar el ciclo a fin de evitar el embarazo múltiple y un cuadro denominado hiperestimulación ovárica.
Inseminación artificial (IA)
Es la introducción de semen en el cuello del útero femenino mediante una delgada cánula o catéter. El semen puede ser de la pareja o de un donante anónimo (procedente de un banco de semen, donde se guarda congelado); esta segunda opción está especialmente indicada en caso de que el hombre padezca enfermedades hereditarias.
La IA está indicada en los siguientes casos:
Problemas de la mujer en el cuello del útero.
 
Alteraciones en el semen, en la eyaculación o malformaciones anatómicas del aparato reproductor masculino.
 
Infertilidad de causa desconocida.
 
Técnicas de reproducción asistida o de fertilización in vitro (FIV). Consiste en la fertilización del óvulo por el espermatozoide en un medio artificial, como es el laboratorio. Primero se estimulan los ovarios para que produzcan óvulos y así poder recogerlos. Durante este proceso se administran sedantes a la mujer, aunque puede salir del hospital en un par de horas
El resto del proceso se desarrolla en el laboratorio y consiste en fecundar el óvulo con espermatozoides capacitados. Pasadas 48-72 horas después de la inseminación, se implantan entre tres y cinco óvulos fecundados (cigotos) en el útero de la mujer. Esto, en cambio, no requiere anestesia y es indoloro. El proceso de gestación y el parto se desarrollan normalmente. Si no se produjera embarazo, se volvería a intentar en el siguiente ciclo menstrual femenino.
Dentro de esta técnica de FIV, se encuentra la transferencia intratubárica de gametos que requiere que al menos una de las trompas de Falopio de la mujer funcione con normalidad. Consiste en aislar y capturar óvulos directamente del ovario, después de una estimulación ovárica. Se trasladan de tres a cinco óvulos a la trompa de Falopio, donde también se deposita el semen. Si se produce la fecundación, se procede a realizar la transferencia del embrión al útero. Según la técnica utilizada para la captura de los óvulos, se aplica anestesia total o local.
Cuándo la mujer debe consultar con un médico
Probablemente no necesite ver a un médico por la infertilidad a menos que haya estado tratando regularmente de quedar embarazada durante al menos un año.
 Las mujeres deben hablar con un médico antes, sin embargo, si ellas:
Tienen 35 años o más y han estado tratando de concebir durante seis meses o más.
Son mayores de 40 años.
Tienen periodos irregulares o ausentes.
Tienen periodos muy dolorosos.
Tienen problemas de fertilidad conocidos.
Se les ha diagnosticado endometriosis o enfermedad inflamatoria pélvica.
Han tenido múltiples abortos espontáneos.
Se han sometido a un tratamiento para el cáncer.
Los hombres deben hablar con un médico si:
Tienen un recuento bajo de espermatozoides u otros problemas con los espermatozoides.
Tienen antecedentes de problemas testiculares, prostáticos o sexuales.
Se han sometido a un tratamiento para el cáncer.
Tienen testículos pequeños o hinchazón en el escroto.
Tienen antecedentes de problemas de infertilidad.

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