Logo Studenta

ACOSTA,Nicolás CIV II-Recuperatorio1Parcial julio2020

¡Estudia con miles de materiales!

Vista previa del material en texto

Historia de la Civilización II
Recuperatorio 1°Parcial
1) En su libro El Imperio Otomano , Imber desarrolla un análisis de la sociedad palacial del Imperio Otomano desde los comienzos de ese estado (alrededor del siglo XIV) donde destaca, en primer lugar, la natural figura del Sultán como la máxima autoridad gubernamental y del palacio, y el significado que su movilidad tenía para todo el gobierno, especialmente para ministros, tesoreros y escribanos que lo acompañaban en sus empresas; tal tendencia tendería a desaparecer hacia el siglo XVII.
 En cuanto a la composición palacial, Imber menciona a los siguientes estratos o clases en que se dividía:
-el Sultán y su familia: siempre que lo fuera factible, el máximo soberano del Estado gobernaba mediante miembros de su misma familia, la cual solía ser la más elegante y numerosa del Imperio. Él y su familia, junto a los miembros del Consejo Imperial, los maestros religiosos y espirituales, los médicos, discapacitados e incluso los luchadores que servían de entretenimiento, eran los únicos considerados jurídicamente libres dentro del palacio
-Consejo Imperial: conocida coloquialmente como el diván, estaba conformada por los visires (ministros), el Gran Visir (que lo presidía), los jueces militares, los tesoreros y el canciller; actuaban en representación del Sultán y en su nombre dictaban decretos, además de asesorarlo y mediar entre él y los súbditos cuando presentaban quejas y lo demandaban.
-los esclavos: no necesariamente pertenecer a esta clase significaba ocupar una posición servil o baja en cuanto a lo social. Este último rango era definido por el estrato donde se ubicaba la familia donde pertenecía. El sultán obtenía sus esclavos a modo de regalo o los encontraba en los prisioneros de guerra, aunque era más habitual que el rol lo tuvieran sus súbditos no-musulmanes. Ocupaban cargos como el de la caballería palaciega, mediante la cual podían conseguir ascensos sociales; el de paje (había muchos tipos pero los preferidos por el soberano eran el aguatero, el ropero y el portador de armas; acompañaban al sultán e incluso conversaban por él; del trato con este último solía depender su ascenso), u otros empleos como el de jenízaro, perrero, jardinero, mayordomo, cocinero, pastelero, leñador, etcétera.
 2)En Historia ecónomica de la Europa preindustrial, Cipolla formula que a fines del siglo XV la expansión otomana hacia el centro de Europa parecía ser un proceso irreversible, no obstante, dicha situación cambiaría por completo, y quienes lograrían expandir sus fronteras hacia el Nuevo Mundo o continente Americano y el Lejano Oriente serían los europeos ; una de las primeras características a las que atribuye este fenómeno, es a la creación de nuevas armas y navíos que significaban una ventaja inapelable para las potencias del Viejo Continente; esto podría apoyarlo con la siguiente cita del autor: 
“En 1513, el gran navegante portugués Albuquerque escribió orgullosamente a su rey que “con sólo avistar nuestra llegada los barcos indígenas se desvanecen en la nada, y hasta los pájaros se alejan atemorizados” ” [footnoteRef:1] [1: -CIPOLLA, Carlo. Historia económica de la Europa preindustrial, Madrid, Alianza, 1985,p.] 
Cipolla luego avanza con una descripción de las consecuencias económicas que estos sucesos significaron para los europeos: en primer lugar, destaca el hallazgo de metales preciosos en las tierras conquistadas, que fueron destinados en menor medida a la inversión militar y en mayor medida a la importación de bienes de lujo en los terrenos colonizados. Ya en segundo lugar, menciona la traída al Viejo Continente de productos e insumos inéditos –hasta ese entonces- para los habitantes de las potencias conquistadoras: desde el cacao, pasando por el té y nuevas especias, el algodón, vegetales como la papa y el maíz, el azúcar como sustancia endulzante, y el tabaco, los cuales rápidamente adquirirían mucha popularidad entre la población. Otros caracteres a destacar según el autor son las innovaciones en cuanto a lo mercantil (como las compañías inglesas y neerlandesas en las Indias e Indonesia), la influencia del comercio ultramarino en la agricultura, manufactura y minería. En resumen, Cipolla señala que este proceso significó el enriquecimiento exponencial de los países europeos y la importante acumulación de capital humano, o dicho con otras palabras, personas con alta reputación para el comercio. 
3) La Reforma Protestante supuso un gran sacudón político y religioso en Europa, al punto de ser considerado para el mundo religioso como la transición entre la unidad religiosa del medioevo y la fractura de dicha sociedad que caracterizaría a la modernidad; significó además una importante renovación en lo antropológico y teológico, y su nivel de influencia llegaría incluso a extenderse sobre los pensadores existencialistas y de la neoteología. 
Las primeras e iniciales bases de la Reforma serían la teoría de imposibilidad del hombre de salvarse por sí mismo y sin la gracia de Dios, la crítica a la filosofía y al humanismo, el deseo de regeneración y renovación en cuanto a lo religioso respectaba, y la necesidad de romper con la tradición cultural y religiosa que el cristianismo había desarrollado por siglos. 
Todo esto sería formulado por el principal impulsor de la Reforma, Martín Lutero, que de acuerdo a la interpretación de Reale y Antiseri, se valía en 3 directrices doctrinales:
-la primera era el desacuerdo con la doctrina vigente de la Iglesia de la salvación humana en la fe y en las obras, ya que para el reformador ésta sólo dependía del don gratuito del amor divino, los autores lo expresan de esta forma:
“Lutero se sintió durante mucho tiempo profundamente frustrado e incapaz de merecer la salvación gracias a sus propias obras, que siempre le parecían inadecuadas, y la angustia ante la problematicidad de la salvación eterna lo atormentó constantemente. La solución que adoptó, afirmando que basta la fe para salvarse, servía para liberarlo completa y radicalmente de dicha angustia.”[footnoteRef:2] [2: - REALE, G, y ANTISERI, D. Historia del pensamiento filosófico y científico. Vol. II: Del Humanismo a Kant, Herder, 1995, p.103] 
-la segunda directriz sería el concepto de la Escritura (Biblia) como la fuente por excelencia del conocimiento de la palabra de Dios y las relaciones de él con los hombres, criticando el rol del papa, los obispos y concilios. La reforma induciría a buena parte de los europeos a leer la Biblia para que, como pretendía Lutero, hallasen allí la justificación de la fe en Dios; Reale y Antiseri explican que “no fue Lutero, por lo tanto, quien -como antes se decía- llevó a los cristianos a leer la Biblia, pero fue Lutero quien supo satisfacer mejor que nadie aquella imperiosa necesidad de lectura directa de los textos sagrados, que había madurado en su época.”[footnoteRef:3] [3: - Ibídem, p.104] 
-la tercera y última directriz postulaba que no era necesaria la existencia de una casta sacerdotal y que todo hombre podía predicar la palabra de Dios, ya que de por sí era un sacerdote respecto a su comunidad. Este último principio, no obstante, terminaría generando un efecto contrario al que Lutero pretendía, ya que significaría el nacimiento de la Iglesia de Estado, que poco tenía que ver con aquella a la que pretendía dirigir sus reformas.
4) Hacia fines del siglo XVI y a lo largo del siglo XVII, los Países Bajos pasaron a convertirse en una de las principales potencias europeas, teniendo su punto fuerte en el comercio y la actividad marítima; esta nación sería la tercera del Viejo Continente en emprender expediciones y conquistas en el Nuevo Mundo, África y el Lejano Oriente, adelantándose a los que a posteriori serían dos grandes y hegemónicos imperios como el francés y el británico. 
Los neerlandeses se jactaban de elaborar hasta 1000 navíos al año los cuales pasaban a formar parte de su marina mercante y de guerra, superando ampliamente a las flotas francesas e inglesas de entonces. Su mayor invenciónen cuanto a medio de exploración respecta, fue el navío fluyt o filibote, considerado el navío de carga por excelencia del siglo XVII y conocido por su excepcional maniobrabilidad, como así también se destacarían los más bien sofisticados bajeles; a ello puede sumarse sus grandes conocimientos en la cartografía y producción de mapas.
Con respecto a sus conquistas, los Países Bajos llegaron a establecer colonias en Brasil (Pernambuco), Japón (Nagasaki), Ceylán, Taiwán , Indonesia, Surinam, las hasta hoy denominadas Antillas Neerlandesas (Aruba, Curazao, Bonaire, Sint Marteen) y curiosamente, la colonia de Nueva Amsterdam en Estados Unidos (actualmente Nueva York). A esto puede añadirse su experiencia en Tasmania (Australia), que toma su nombre de su descubridor, Abel Tasman.
Uno de los pilares que contribuyó a este período conocido como la era de oro neerlandesa fue la creación de la Compañía de las Indias Orientales, que permitió que varios colonos neerlandeses se establecieran en Asia y monopolizaran el comercio en ese continente. La creación de la Banca de Amsterdam, que ayudaría a financiar varias de estas operaciones, también tuvo su relevancia en el proceso.
5) Se conoce como mercantilismo a una política económica que rigió en Europa entre el siglo XVI y mediados del siglo XVIII, que se caracterizó por un riguroso control de los Estados sobre la economía, el comercio y la industria, y que tenía por objetivo lograr que las exportaciones de una nación superaran a las importaciones de las mismas, y principalmente, la concentración de la riqueza en manos del Estado mediante la acumulación de metales preciosos (oro y plata) y la prohibición sobre éstos de ser exportados, pues a mayor riqueza que un Estado posee, más poder tiene frente a otros. 
Una de las formas mejor empleadas para la obtención de dichos metales era por medio del saqueo de sus reservas en los territorios conquistados por las potencias europeas en el continente americano, donde era muy normal emplear mano de obra esclava , el abuso y explotación de los trabajadores, la muerte por trabajo forzado, etcétera. A ello, por ejemplo, hace referencia Michael Beaud en su libro Historia del Capitalismo:
“Conquista, pillaje, exterminio: ésta es la realidad de donde brota la afluencia de metales preciosos hacia la Europa del Siglo XVI. Pero el océano es inmenso, y a través de los tesoros reales de España y Portugal, de los cofres de los comerciantes, de las cuentas de los banqueros, ese oro ya está por completo lavado cuando llega a las cajas fuertes de los financieros de Génova, Amberes o Amsterdam”[footnoteRef:4] [4: -BEAUD, Michael. Historia del Capitalismo. De 1500 a nuestros días, Barcelona, Ariel, 1986, p.31.] 
El mismo autor concluye en dicha obra que los Estados hacían de sus medios de dominio y conquista una herramienta indispensable para enriquecerse.

Continuar navegando