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Segundo Parcial de Problemas de Historia Americana
Segundo Imperio Mexicano
Este trabajo busca sintetizar y reseñar la cuestión del Segundo Imperio Mexicano, tema que se ha tratado en la décima clase de la cursada de Problemas de Historia Americana, a partir de la lectura de la bibliografía empleada en dicha jornada y su posterior análisis.
Ante todo, debemos contextualizar esta cuestión y recordar que el Segundo Imperio se conformó a partir de la invasión de Francia, España y Gran Bretaña a México como resultado de la decisión del gobierno del presidente republicano-liberal Benito Juárez de cesar el pago de la deuda con dichas naciones que había dejado la Guerra de Reforma entre facciones liberales y conservadoras de la sociedad y política mexicanas. También se debe resaltar que el éxito inicial de las negociaciones de Manuel Doblado, canciller del gobierno de Juárez, rápidamente se vieron eclipsadas por la negativa de Francia a retirar sus tropas del territorio mexicano, dada la gran ambición del emperador Napoléon III de establecer un estado satélite tanto de París como de los Estados Confederados de América (que estaban en plena Guerra de Secesión con los entonces Estados Unidos). Esto constituyó a los franceses como el principal apoyo que tendría el naciente imperio, regido por el entonces archiduque de Austria, Maximiliano de Habsburgo y Lorena, quien para asumir al trono en la nación latinoamericana, renunciaría a tal condecoración. Este reinado se desmoronaría a partir de la retirada de Francia de México como producto de sus crecientes tensiones con los prusianos en Europa (que necesitaban ser más atendidas) , sumado al triunfo de los Estados Unidos sobre los Confederados (con quienes generalmente los conservadores que en un principio habían apoyado al gobierno de Maximiliano simpatizaban) y al creciente descontento de susodichos sectores con el emperador debido a la toma de medidas más bien liberales que había aplicado a modo de contentación para con estos últimos.
Los textos Para mexicanizar el segundo imperio: el imaginario político de los imperialistas y Gobernantes Mexicanos I: 1821-1910 de Érika Pani y Will Fowler abordan estas cuestiones desde un punto de vista que, sin necesariamente ser descrito como revisionista (pues no lo es), busca recortar esa “distancia” o “diferencia” que la mayoría (por no decir totalidad) de los importantes historiadores (tales Vigil, Sierra, Iglesias Calderón, Galindo y Galindo, Valadés y Fuentes Mares, entre otros )que han reseñado el período del Segundo Imperio ha establecido entre los presidentes republicanos y la figura de Maximiliano I (tal fuese el nombre del emperador como tal). Esto parte de la idea establecida en el imaginario colectivo de los mexicanos, del rey como parte de un proceso práctica y grotescamente desapercibido o percibido como “extremadamente raro” o incluso, que nunca pudo haber tenido lugar en la historia del país. Eso podría apoyarse en estos fragmentos de ambos textos:
“(…)Sin embargo, como hizo notar ya en 1969 Edmundo O'Gorman, el extensísimo material que ha conformado la visión tradicional de El triunfo de la República, por glorificar la "imagen inmaculada y ab initio del ser republicano del pueblo de México'', no ha querido hacer un análisis serio y objetivo de los rivales de la misma, engendros ridículos condenados de antemano al fracaso. Así, la historiografía ha reducido al monarquismo mexicano, a los imperialistas, al "llamado Partido Conservador" y al "llamado Imperio" a "meros fantasmas insustanciales".5 Consecuentemente, los años del gobierno de Maximiliano han sido estudiados como un periodo anómalo, exótico, casi ajeno a la historia de México.” 
Es quizás en el modo de ejercer dicho revisionismo que los textos han de diferir. En Para mexicanizar el segundo imperio: el imaginario político de los imperialistas el mismo toma como punto de partida la dificultad de elaborar una barrera imaginaria que permita marcar una notoria diferencia entre el pensamiento de los liberales y de los conservadores/imperialistas de la época, afirmando que el concepto de libertad del cual el campo liberal pudiera haberse servido para dar forma al término liberal era quizá e incluso mejor representado por quienes eventualmente se mostrarían favorables a la monarquía de Máximo I. Se busca hacer hincapié en lo borroso e indefinido del concepto a modo de señalar al punto de vista liberal de imperfecto y por ende, incapaz de enterrar por completo al de los conservadores:
“(…) De esta manera, el Estado ideal de los futuros colaboradores de Maximiliano no podía conformarse, siguiendo la elegante metáfora de Michael Walzer, con el papel de velador nocturno. Bien al contrario, debía ser la entidad que separara, distinguiera y asegurara los distintos campos de acción de los diversos actores y fuerzas sociales, protegiendo las "libertades" de cada uno. Tenía que ser el "constructor y guardián" de estas separaciones, de las "instituciones, reglas y costumbres" que permiten el funcionamiento de una sociedad liberal. 80 Así, para hombres como Teodosio Lares, el Estado debía ser el "poder social" que actuara de manera pronta y expedita para asegurar el "interés común". 81 Como escribía Luis Napoleón Bonaparte, de cuya política serían francos admiradores, el Estado no debía ser "una úlcera necesaria'', sino "el poder beneficioso de toda organización social(…)"
“(…) En cambio, los futuros imperialistas no busca ron establecer un contrato, concepto por demás absurdo para quienes creían que el hombre era un ser naturalmente social, y que la sociedad había sido creada ah initio por Dios. Buscaron al contrario construir una administración y unas leyes "científicamente" diseñadas para "satisfacer las grandes necesidades" de la nación, 113 por encima de las sinrazones y pasiones del pueblo, independientes de los intereses de los distintos grupos, de los pleitos y rencillas propiamente políticos (…)”
Por su parte, Gobernantes Mexicanos I: 1821-1910 prefiere abordar la cuestión desde una descripción de la vida del emperador y su esposa Carlota, como así también algunas de sus principales iniciativas y medidas tomadas en su brevísimo período de gobierno (1864-1867):
En resumen, toda la bibliografía otorgada en la clase donde esta cuestión fue abordada, más que cumplir un rol meramente informativo y descriptivo de la misma, permite también contar con una lectura subjetiva en la cual se nos intenta mostrar una imagen despegada del estereotipo o estándares que la historiografía tradicional mexicana haya podido elaborar sobre la figura de Maximiliano I como así también de quienes lo apoyaban (al menos inicialmente)y dejar de tachar al mismo y su período de gobierno como algo “ajeno” o “exótico” a la historia de México.

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