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Psicología del sujeto del aprendizaje
Parcial Domiciliario – 1er. Cuatrimestre 2022
Pautas Formales: 
El siguiente parcial es individual, escrito y domiciliario.
El texto deberá estar en Arial 11. La extensión máxima para todas las respuestas es de dos hojas.
En la respuesta pueden utilizar citas textuales que deberán estar entre comillas con la referencia correspondiente. Se deben consignar las fuentes textuales y la bibliografía utilizada para la elaboración de las respuestas.
Elija para responder dos de estas tres preguntas:
1. Desarrolle la noción de escuela como proyecto político moderno. Seleccione y explique un concepto de Brener, G. y Galli, G. (2016) o de Lewkowicz, I. (2004) que aporten a una mirada crítica respecto de la lectura de las instituciones educativas en la actualidad.
1. Plantee y desarrolle algunos aspectos propios de la adolescencia que tomaría en cuenta en el trabajo con estudiantes que transitan por esa etapa.
1. Describa al menos tres diferencias significativas entre el Conductismo y la Teoría Psicogenética acerca de la concepción de Aprendizaje.
1. Se puede concebir a la escuela como un proyecto político moderno a partir de la lectura de la misma como un instrumento más de convergencia y disputa de diferentes posiciones políticas y sociales que dan como resultado una politización del ámbito y concepto de escuela y educación, ya que es utilizada y vista por unos y otros como otro nuevo parámetro de medición del desarrollo de una nación o sociedad, siempre desde una mirada sesgada que representa y simboliza lo que los sectores más exclusivistas y hegemónicos tienen por desarrollo, calidad, nivel educativo y transparencia.
Es en base a esos prejuicios que la escuela queda encastrada en una disputa de corte político y sujeto a ser utilizada como vehículo de crítica y ataque hacia aquellos que han hecho de ella un espacio de inclusión social. Decimos que es también un proyecto ya que es un deber del Estado asegurar que ella sea ese lugar donde pueda existir una heterogeneidad de oportunidades y donde no sólo haya acceso para aquellos niños, niñas y adolescentes que provienen de sectores favorecidos o de las mayorías hegemónicas que han existido en la sociedad –al menos hablando en este caso de la argentina- sino también para quienes tengan procedencia de estratos postergados de la misma. 
En su libro Inclusión y calidad como políticas educativas de Estado (o el mérito como opción única de mercado), Gabriel Brener y Gustavo Galli dejan en claro esta visión, uno de los principales aportes a esta teoría que pueden apreciarse en el texto tiene lugar cuando mencionan que:
“El discurso del mérito y el esfuerzo convierte en populismo y facilismo los derechos conquistados categorizándolos, en el mejor de los casos, como prebendas coyunturales, transmutando desigualdades de origen en cuestión de voluntades, buscando perpetuar, de este modo, un sistema injusto de apariencia libre en la distribución material y simbólica de las oportunidades”
No puedo no estar más de acuerdo con el postulado de los autores, debido a que, como mencionado anteriormente por mí, es un formulado frecuente de los sectores opositores a una mayor democratización e inclusión del ámbito escolar, que ello atenta contra la imagen de la escuela como institución (como si se tratase de una empresa, donde sólo pueden permanecer aquellos que detenten el perfil deseado) y por ende denigra la imagen de la sociedad o nación sobre la que se está haciendo una valoración. 
Se olvida que la escuela ha sido diseñada para poder acabar y poner fin a la desigualdad y analfabetismo que caracterizaba a buena parte de la población mundial hasta no hace muchos siglos atrás, donde la mayoría de los niños, niñas y adolescentes trabajaban de sol a sol a la par de los adultos, sin oportunidades reales de progreso en la vida y condenados a una vida monótona y con muchas libertades y derechos restringidos. 
El concepto de inclusión excluyente que Brener y Galli formulan en su libro podría ser paralelizado con la siguiente afirmación de Pineau asentada en su obra La Escuela como Máquina de Escribir: 
“. La escuela es a la vez una conquista social y un aparato de inculcación ideológica de las clases dominantes que implicó tanto la dependencia como la alfabetización masiva, la expansión de los derechos y la entronización de la meritocracia, la construcción de las naciones, la imposición de la cultura occidental y la formación de movimientos de liberación, ende otros efectos”
La escuela ha pasado de ser la mayor creación destinada a proveer a los niños, niñas y adolescentes de sus derechos humanos básicos (no solo el de la educación sino también el de la integración social, el no trabajo o esclavitud, etc), a convertirse en otro ámbito más en el que se visualizan nuevas injusticias como la estigmatización social, falta de contención, favoritismo y segregación. Es entonces que se convierte en otra manera de establecer un disciplinamiento sobre aquellos que acuden a ella, porque quienes no se ajustan o no cumplen con los objetivos estipulados por la misma (más que pensar los objetivos como actualmente derechos) quedan excluidos, cuando se estima y supone que la institución educativa debe ajustarse y dirigirse a cada estudiante de acuerdo a las posibilidades que éste presente.
3- Las diferencias más notorias que creo se pueden establecer entre los modelos Conductista y la Teoría Psicogenética sobre el concepto de aprendizaje, son las siguientes:
a) En el conductismo el aprendizaje se adquiere o se pretende que se adquiera por medio de un mecanismo de repetición de estímulos y/o refuerzo de respuesta; de premiación y de punición, que también podría ser etiquetado como de condicionamiento, en el texto de Watson esta última cuestión está más que explicitada:
“El conductista tiene asimismo sus problemas en lo tocante al adulto. ¿Qué métodos hemos de utilizar sistemáticamente a fin de condicionar al adulto? ¿Por ejemplo, para enseñarle hábitos de trabajo, hábitos científicos? Ambas categorías, los manuales (técnica y habilidad) y los laríngeos (hábitos de hablar y pensar) habrán de establecerse y relacionarse antes que se complete el aprendizaje. Una vez formados estos hábitos de trabajo, ¿con qué sistema de estímulos variables debemos rodearlo si queremos mantener el nivel de eficiencia y su aumento constante?”
Por su parte, en la teoría psicogenética la adquisición del aprendizaje es concebida y consumada a través de una reorganización de las estructuras cognitivas existentes en cada momento, es decir, los cambios en nuestro conocimiento, los saltos cualitativos que nos llevan a interiorizar nuestros conocimientos a partir de nuestra experiencia; dicho con otras palabras, el aprendizaje no es otra cosa sino un proceso de constante reorganización de esquemas como fruto de un proceso de adaptación en el que sólo el proceso adquiere sentido si se da ante situaciones de cambio, la actitud presentada frente a las transformaciones de la vida, que pueden a su vez manifestarse en dos tipos distintos de adaptación: la acomodación y la asimilación. 
Ferreiro lo explica de muy buena manera en fragmentos como esta:
“La expresión más general del desarrollo cognitivo es la siguiente: hay continuidad funcional con discontinuidad estructural. A todos los niveles de desarrollo, del lactante al adulto, del niño preescolar al hombre de ciencia, los instrumentos de adquisición de conocimientos —que garantizan esta continuidad funcional— son los mismos: “asimilación de los objetos o eventos a los esquemas o a las estructuras anteriores del sujeto” y acomodación de estos esquemas o estructuras “en función del objeto que se habrá de asimilar”
b) El sujeto que adquirirá el o los aprendizajes bajo el esquema conductista será un receptor de tipo pasivo, que aprenderá o memorizará la información recibida gracias a la acumulación que genera dicha pasividad. En este fragmento de Watson esta afirmación cobra sentido: 
“(…) El conductismo es vino nuevo y no puedeentrar en odres viejos. Momentáneamente convendrá apaciguar el natural antagonismo y aceptar el programa conductista, por lo menos hasta compenetrarse con mayor profundidad en esta ciencia. Entonces notará que ha progresado tanto en el conductismo que las preguntas que ahora formula se contestarán por sí mismas de una manera perfectamente satisfactoria y científica (…)”
Mientras que el sujeto propio de la Teoría Psicogenética es, como prácticamente toda corriente constructivista, activo y capaz de socializar y formar una relación de interacción con el entorno como con el emisor que le brinda el aprendizaje que está captando, y por ende es él quien construye el “conocimiento” en lugar de acumularlo. Crea su propia realidad y verdad. Ferreiro da cuenta de ello de esta manera:
“La naturaleza asimiladora —y no simplemente “registradora”— del conocimiento entraña las siguientes consecuencias: el desarrollo cognitivo es un proceso interactivo y constructivo. Al caracterizarlo como proceso interactivo, se lo opone a los procesos madurativos y a los puramente exógenos. Todo conocimiento implica siempre una parte que es provista por el objeto (con sus propiedades físicas, sociales y culturales) y una parte que es provista por el sujeto (con la organización de sus esquemas de asimilación).”
c) El aprendizaje que es propio del Conductismo es permanentemente vigilado, ya que el conductismo mismo estudia el comportamiento observable de cada individuo, es decir sus conductas (de ahí el término empleado para definir a esta corriente):
“El interés del conductista en las acciones humanas significa algo más que el del mero espectador; desea controlar las reacciones del hombre, del mismo modo como en la física los hombres de ciencia desean examinar y manejar otros fenómenos naturales. Corresponde a la psicología conductista poder anticipar y fiscalizar la actividad humana. A fin de conseguirlo, debe reunir datos científicos mediante procedimientos experimentales. Sólo entonces al conductista experto le será posible inferir, dados los estímulos, cuál será la reacción; o, dada la reacción, cuál ha sido la situación o estímulo que la ha provocado.”
El aprendizaje de la Teoría Psicogenética, en cambio, es estudiado como el resultado de una construcción que el conocimiento erige en el sujeto o individuo:
“Es normal que esta teoría suscite tanto interés entre los educadores, porque Piaget se ocupa de la parte nuclear, medular de los procesos de aprendizaje: los procesos de adquisición de conocimientos.”
Bibliografía consultada:
-Watson, F.: ¿Qué es el conductismo? Cap. 1.
-Ferreiro, E., (1999), Vigencia de Jean Piaget. México: Siglo XXI. Cap. 7 y 8
-Pineau, P: LA ESCUELA COMO MÁQUINA DE EDUCAR: Tres escritos sobre un proyecto de la modernidad. Cap 1.
-Brener,G. y Galli,G.: Inclusión y calidad como políticas educativas de Estado (o el mérito como opción única de mercado) – Buenos Aires, Crujía, Stella, La Salle, 2016.

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