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anatomia y fisiologia del cuerpo-153

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Anatomía y fisiología del cuerpo humano138
pacidad para almacenar de forma dinámica una parte importante 
del volumen de sangre. Por ello otra función del sistema venoso 
es la regulación del volumen circulante sanguíneo. 
La presión que existe en el interior de un vaso es la suma 
de dos componentes: la presión hidrostática, determinada por 
la «altura de la columna sanguínea» respecto a la aurícula 
derecha, y la presión dinámica, que depende del f lujo. La au-
rícula derecha constituye el punto hidrostático indiferente con 
respecto a la gravedad, donde la presión hidróstatica no varía 
sea cual sea la posición del cuerpo. La presión y el volumen de 
la sangre venosa varían según el territorio corporal y la postura 
del individuo. 
Se denomina presión venosa central (PVC) a aquella que 
existe en la aurícula derecha y en las grandes venas del tórax. 
Su valor está entre 0 y 5 mmHg y depende del equilibrio entre 
el gasto cardíaco y el retorno venoso. Si el corazón bombea 
menos sangre de la que le llega por las venas, la PVC aumenta, 
mientras que si aumenta el gasto cardíaco, la PVC disminuye. 
La presión venosa periférica (PVP) es la existente en las venas 
extratorácicas y extracraneales; su nivel varía dependiendo del 
territorio venoso y de la situación postural. La PVP en las venas 
situadas por encima del corazón es negativa, lo que hace que 
éstas se colapsen por la presión de los tejidos circundantes. El 
diámetro de las venas intracraneales no se modifica, ya que se 
encuentran incluidas en la estructura rígida de la duramadre. 
En la base del cuello la presión venosa es de 0 mmHg, por 
lo que las venas yugulares se encuentran colapsadas. En las 
extremidades superiores, la presión venosa aumenta progresi-
vamente al alejarse de la aurícula por aumento del componente 
hidrostático. El efecto del aumento de la presión hidrostática 
puede observarse fácilmente sobre las venas superficiales de los 
brazos. Cuando éstos cuelgan a lo largo del cuerpo, la presión 
hidrostática se suma a la presión dinámica, por lo que las ve-
nas están abultadas por la sangre acumulada; a medida que el 
brazo se eleva hasta la altura de la aurícula derecha, las venas 
se colapsan y desaparecen visualmente. Al levantar el brazo 
por encima de la cabeza, aparecen unos pequeños surcos en el 
lugar donde antes aparecían las venas, lo que demuestra que en 
las venas existe una presión subatmosférica y se colapsan por la 
presión atmosférica.
La PVP en las venas situadas por debajo del corazón aumenta 
en relación con la distancia a éste en situación de bipedestación, 
alcanzando en las extremidades inferiores una PVP de aproxi-
madamente 90 mmHg. 
3.11.1. Factores que determinan el retorno venoso
El retorno venoso se define como el volumen de sangre que cir-
cula desde los capilares hasta la aurícula derecha por unidad de 
tiempo. El retorno venoso y el gasto cardíaco deben ser iguales, 
debido a que el sistema circulatorio es un circuito cerrado. 
El retorno venoso está derminado por la acción de tres me-
canismos con acción de bombeo. La llamada bomba cardíaca 
depende de la actividad del ventrículo izquierdo y del gradiente 
de presiones entre la red capilar y la aurícula derecha. Cuanto 
mayor sea la actividad de bombeo cardíaco, y mayor la diferencia 
de presiones, mayor será el retorno venoso. Los mecanismos que 
aumentan la PVC disminuyen el retorno venoso, mientras que 
los que disminuyen la PVC aumentan éste.
La mecánica respiratoria (Capítulo 8) inf luye en el retorno 
venoso, de forma que durante la inspiración la presión intrato-
rácica se hace negativa, lo que favorece el establecimiento de un 
gradiente de presiones que facilita el retorno venoso desde las 
venas abdominales. La inspiración abre las grandes venas torá-
cicas (colapsadas durante la espiración ) y facilita el paso de la 
sangre hacia el corazón, esto a su vez permite que la sangre de 
zonas inferiores del árbol venoso (abdomen) pueda acceder más 
fácilmente a las venas torácicas. Este mecanismo constituye la 
llamada bomba respiratoria.
Las venas situadas en las extremidades y en la parte inferior 
del cuerpo participan en el retorno venoso mediante la llamada 
bomba muscular venosa. Cuando una persona está de pie parada 
un cierto tiempo, la sangre, por efecto de la gravedad, se despla-
za hacia las venas de las extremidades inferiores acumulándose 
en ellas, cuando camina, se promueve el retorno hacia zonas 
superiores del árbol venoso y aumenta el retorno. La bomba 
muscular depende de la existencia de unas válvulas de la parte 
interna de la pared venosa, que favorecen el desplazamiento de 
la sangre hacia el corazón, pero la dificultan en sentido contrario 
(Fig. 5.32). Además, las venas de los miembros inferiores están 
rodeadas de músculo esquéletico que, al contraerse cuando se 
camina o corre, comprime las venas perforantes favoreciendo el 
movimiento de la sangre hacia el corazón. Por tanto la llama-
da bomba muscular venosa depende de ambos mecanismos: la 
contracción de los músculos esqueléticos de las extremidades y 
la existencia de válvulas en las grandes venas. Cuando la bomba 
muscular venosa reduce su acción se produce una acumulación 
de sangre en las venas de las extremidades inferiores, aumenta la 
PVP y la presión hidrostática capilar y se favorece la filtración de 
líquido hacia los tejidos, dando lugar a la formación de edema.
Válvulas
venosas
Músculo 
esquelético
Figura 5.32.
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