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anatomia y fisiologia del cuerpo-181

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Anatomía y fisiología del cuerpo humano166
RECUERDA
El organismo produce diariamente una gran cantidad de áci-
dos como consecuencia del metabolismo celular: volátiles y 
no volátiles que pueden alterar el pH plasmático. El organis-
mo mantiene éste en un rango muy estrecho (7.35-7.45) a tra-
vés de tres mecanismos: los sistemas amortiguadores, el sis-
tema respiratorio y el riñón. El riñón participa en el equilibro 
ácido-base mediante el control de la excreción renal de hidro-
geniones y de la reabsorción de bicarbonato. Si el pH arterial 
es inferior a 7.35 se dice que hay una situación de acidosis, 
mientras que si es mayor de 7.45, se dice que hay alcalosis.
2.3.4. La micción
Una vez formada la orina en los riñones avanza a través de los 
uréteres que por su extremo superior se dilatan para formar la 
pelvis renal y en el inferior, transcurren por la pared posterior de 
la vejiga antes de entrar en ella. Esta disposición ejerce un efecto 
de válvula que impide el reflujo de la orina desde la vejiga a los 
uréteres. 
La progresión a través de los uréteres se efectúa gracias a los 
movimientos peristálticos. Estos movimientos se generan en la 
pared de la pelvis renal donde existe un marcapasos similar al del 
corazón, en él se inician las contracciones peristálticas que viajan 
a lo largo del uréter. Un incremento de la producción de orina 
dilata la pelvis renal, que induce un incremento de la frecuencia 
del marcapasos. Aunque la actividad del marcapasos no es con-
tinua, sin embargo, el flujo de orina sí lo es ya que es mantenido 
por el gran volumen enviado en cada propulsión. Dos procesos 
intervienen en la micción:
• El llenado de la vejiga.
• El reflejo de la micción. 
El llenado de la vejiga. La vejiga es un órgano con gran capaci-
dad de distensión que a medida que se llena aumenta su volumen 
sin cambios importantes en la presión interior, hasta que se alcan-
za un volumen de alrededor de 300 mL. A partir de este momen-
to la presión aumenta progresivamente. La necesidad de vaciar la 
vejiga se produce al estimular los receptores de estiramiento de 
la pared de la vejiga. Cuando el volumen de la vejiga alcanza al-
rededor de los 400 mL, la presión intravesical aumenta de forma 
importante, la distensión de la pared incrementa rápidamente y, 
la necesidad de micción es imperiosa. 
Vaciamiento de la vejiga. Las señales sensitivas iniciadas por 
los receptores de distensión de la vejiga inician un primer impulso 
que llega a la médula espinal (región sacra), por fibras sensitivas a 
través de los nervios hipogástricos y pélvicos y la respuesta llega 
a través de las fibras parasimpáticas de los nervios pélvicos pro-
duciendo la contracción del músculo detrusor y la relajación del 
esfínter interno. La orina pasa a la uretra y produce un intenso de-
seo de orinar. El reflejo de micción se integra en la médula pero
desde la médula se envía información a la corteza cerebral, ya que 
la relajación del esfínter externo es voluntaria y recibe inervación 
somática a través del nervio pudendo (Fig. 6.18). Su relajación 
permitirá el paso del flujo de orina al exterior.
Aunque la micción está controlada por centros cerebrales supe-
riores, el mecanismo básico del reflejo de micción es la distensión 
de las paredes vesicales. La micción se desencadena voluntariamen-
te con la relajación del esfínter uretral externo y de los músculos 
perineales, que de forma refleja provoca la contracción del músculo 
detrusor. Una vez que el músculo detrusor comienza a contraerse, 
el reflejo se autoalimenta, es decir, el aumento de presión en la pa-
red vesical envía impulsos a la médula, que responde con nuevos 
estímulos de contracción. El vaciamiento de la vejiga puede favo-
recerse con la contracción de la pared abdominal y la presión de las 
vísceras abdominales sobre la vejiga. Si de forma voluntaria se evita 
la relajación del esfínter uretral externo, al cabo de unos segundos 
el reflejo se agota, cesando el ciclo y, por tanto la contracción vesical 
hasta que se produce de nuevo la estimulación de los receptores de 
distensión de la vejiga, iniciándose de nuevo el reflejo de micción. 
2.3.5. La orina: características
La actividad fundamental del riñón es la formación de la orina, 
que a través de los cambios en su composición permite la excre-
ción de los productos de desecho procedentes del metabolismo 
y el mantenimiento de la homeostasis de los líquidos corporales. 
Las características generales de la orina son: volumen, color, den-
sidad, osmolaridad y pH.
El volumen de orina eliminada en un día oscila aproxima-
damente entre 1 y 1.5 L. Cuando se incrementa este volumen 
por encima de 2 L diarios se habla de poliuria, mientras que 
oliguria es cuando la cantidad de orina eliminada es inferior a 
500 mL/día.
En condiciones normales el color de la orina es amarillo pá-
lido cuando está poco concentrada, y amarillo oscuro cuando se 
Figura 6.18. Representación esquemática de las vías ner-
Cerebro
Respuesta voluntaria
para abrir el esfínter externo
Fibras sensitivas
(nervios hipogástrico y pélvico)
Fibras motoras
Parasimpático
Fibras motoras
N. pudendo
UréterDistensión
Detrusor
Trígono
Esfínter externo
Esfínter interno
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