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anatomia y fisiologia del cuerpo-210

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Capítulo 7 Sistema respiratorio 195
RECUERDA
El control de la respiración tiene como misión principal man-
tener constantes la pO2 y la pCO2, así como el pH de la sangre 
arterial.
El ritmo respiratorio básico se genera en una pequeña 
zona del área respiratoria ventral del bulbo raquídeo. A ella 
llegan multitud de aferencias procedentes de los quimiorre-
ceptores y de los receptores pulmonares, así como de otras 
áreas del sistema nervioso central, que traen información so-
bre los parámetros relacionados con la respiración. En función 
de éstas, se modifica el ritmo básico controlando la frecuencia 
y la intensidad de la contracción de los músculos respiratorios 
y por lo tanto la ventilación.
Los quimiorreceptores centrales están situados en el bul-
bo raquídeo. Se activan cuando aumenta la pCO2 arterial, pro-
duciendo una estimulación de las áreas respiratorias bulbares 
y un aumento de la ventilación. Los quimiorreceptores peri-
féricos están situados en los cuerpos carotídeos. Se activan 
cuando disminuye la pO2 arterial y activan el área respiratoria 
central, de manera que aumenta la ventilación. El aumento de 
la pCO2 y el descenso del pH también los estimulan, y poten-
cian el efecto de la hipoxia. 
Los receptores pulmonares y los de las vías respiratorias 
superiores producen reflejos que protegen al aparato respi-
ratorio de los materiales extraños, así como de la distensión 
excesiva del pulmón.
3.7. HIPOXIA Y MECANISMOS DE ADAPTACIÓN 
A LA MISMA
El término hipoxia significa que hay una deficiencia de O
2
 en 
los tejidos mientras que la hipoxemia se refiere a bajo conte-
nido de O
2
 en la sangre. La hipoxia puede ser clasificada en 4 
tipos diferentes: hipoxia anémica (escaso número de hematíes), 
hipoxia isquémica (falta de llegada de sangre), hipoxia tóxica 
(origen en los propios tejidos), y por fin hipoxia hipóxica, que 
puede deberse a una alteración respiratoria de cualquier etiolo-
gía. En este caso la función respiratoria fracasa de forma que no 
se llevan a cabo correctamente la oxigenación de los tejidos, la 
eliminación del CO
2
 o ambas. Puede ser aguda o crónica, y se 
puede originar por desequilibrios de la relación ventilación/per-
fusión, por limitación de la difusión o por hipoventilación,
Desequilibrios en la relación ventilación/perfusión. Se 
deben a la existencia de áreas mal ventiladas aunque bien 
perfundidas, con lo que la sangre se oxigena mal. También 
pueden deberse a la existencia de áreas bien ventiladas 
pero mal perfundidas, con lo que el volumen de sangre 
oxigenada es menor. 
Limitación de la difusión. Esto es lo que sucede cuando 
aumenta el espesor de la membrana alveolar, cuyo ejemplo 
son las enfermedades por acúmulo. También la disminu-
ción de la superficie de intercambio (neumectomías, enfi-
sema) hace que la cantidad de gas difundido sea menor, y 
a veces insuficiente.
—
—
Hipoventilación. Puede originarse por una alteración del 
control nervioso de la respiración, por la obstrucción de 
las vías respiratorias y por alteraciones de la pared torácica 
o del propio tejido pulmonar. 
El mal de las alturas es otra causa no patológica de hipoven-
tilación, pero que nos sirve de ejemplo para comprender cómo 
se adapta el organismo a niveles bajos de O
2
 sea cual sea su 
origen. El mal de las alturas se debe a la disminución de la pre-
sión atmosférica y por tanto de la pO
2 
en el aire que respiramos. 
Cuando ascendemos a un lugar elevado sobre el nivel del mar, 
el aire tiene una presión atmosférica menor, con lo que la pO
2
disminuye y por tanto la oxigenación. 
Si estamos en un lugar que está a una altura sobre el nivel 
del mar de 2200 m, y cuya presión atmosférica es 600 mmHg, la 
presión parcial de O
2
 del aire que respiramos sería:
21/100 600 = 126 mmHg (21 600 / 100)
Se produce entonces la llamada «enfermedad de las monta-
ñas» o «mal de las alturas» cuyos síntomas son mareos, cefalea, 
vértigo, alteraciones del sueño, alteraciones gastrointestinales y 
malestar general inespecífico. Desaparece a los 6-8 días gracias a 
los mecanismos de adaptación. 
3.7.1. Adaptación rápida a la hipoxia
 Aumento de la ventilación estimulado por la baja pO
2
. Au-
menta pues la frecuencia respiratoria y la profundidad de 
las respiraciones, osea, el volumen corriente. 
Aumento del volumen/minuto cardíaco paralelamente al 
anterior.
Redistribución del flujo sanguíneo que fluye a los órganos 
prioritarios. 
Aumento de la producción de 2,3 DPG, así la curva de 
disociación de la hemoglobina se desvía a la derecha con 
lo que se libera más O
2
 a los tejidos. Estos fenómenos ocu-
rren dentro del primer día y otros se producen a más largo 
plazo.
3.7.2. Adaptación lenta a la hipoxia
 Mayor producción de eritrocitos, como resultado del au-
mento de la secreción de la eritropoyetina renal en respues-
ta a la hipoxia. 
Aparición de nuevos capilares (neovascularización), con lo 
que se reduce la distancia tejido-sangre, y el O
2
 puede di-
fundir mejor. 
3.8. FUNCIONES NO RESPIRATORIAS 
DEL APARATO RESPIRATORIO
La función fundamental del aparato respiratorio es, por supues-
to, la respiración, pero además participa en otras labores también 
importantes que vamos a describir, y que son varias: participa en 
el habla, posee diferentes mecanismos de defensa, actúa como un 
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