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anatomia y fisiologia del cuerpo-243

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Anatomía y fisiología del cuerpo humano228
El tránsito por el colon ascendente es de unas horas, más rá-
pido que en el resto del intestino grueso. Los movimientos en 
esta parte del colon son contracciones propulsoras peristálticas 
retrógradas y anterógradas.
El material fecal permanece en el colon transverso aproxima-
damente un día. En este tiempo se absorben el agua y los elec-
trólitos, con lo que las heces se van solidificando. Este avance tan 
lento se debe al patrón de la motilidad en esta zona que es funda-
mentalmente de mezcla.
Movimientos haustrales: tienen lugar en todo el colon y son 
los más frecuentes. Son contracciones de mezcla similares a los 
del intestino delgado, pero de mayor duración. Estas contraccio-
nes, que dividen al colon en segmentos denominados haustras, 
estrujan y hacen girar el material fecal, favoreciendo la absorción 
de agua y electrólitos. 
Movimientos propulsores: ondas peristálticas de corto al-
cance que impulsan el contenido del colon hacia el ano.
Movimientos en masa: se producen 2 ó 3 veces al día, en 
general después de las comidas, recorren en dirección caudal el 
colon transverso y descendente, borrando los anillos haustra-
les lo que facilita el avance de la masa fecal y su evacuación. 
Los movimientos en masa se inician en el colon transverso en 
respuesta a distintos reflejos como: la distensión del estómago 
por la llegada del bolo alimenticio (reflejo gastrocólico), y la 
distensión del duodeno que da lugar al reflejo duodenocólico.
Este tipo de motilidad también se estimula por la existencia de 
un volumen abundante de material fecal en el colon, por la acti-
vidad física, por algunos tipos de laxantes y por ciertas bacterias 
patógenas.
La acetilcolina liberada por el parasimpático aumenta la mo-
tilidad del colon. Ciertos fármacos, como la morfina y la cafeína 
y los antiácidos con aluminio, disminuyen la frecuencia de los 
movimientos en masa y pueden producir estreñimiento.
3.9.3. La defecación
Tiene como finalidad la eliminación de los residuos de la diges-
tión tras la absorción de las sustancias nutritivas. El reflejo de la 
defecación se desencadena con los movimientos en masa y el paso 
de las heces desde sigma al recto, lo que hace que ambas zonas se 
sitúen en línea. 
El reflejo de la defecación tiene dos componentes, una parte 
involuntaria o inconsciente y la otra que está bajo control de la 
voluntad (Fig. 8.32). Esto es debido a que el mecanismo de con-
trol consta de dos esfínteres, uno es el esfínter anal interno de 
músculo liso, que en reposo está contraído tónicamente, lo que 
hace que el conducto anal permanezca cerrado. El otro esfínter 
es el esfínter anal externo está formado por músculo esquelético, 
también está contraído tónicamente y está bajo control voluntario 
desde los 18 meses de vida aproximadamente.
El reflejo se inicia con la distensión producida en el recto 
por llegada de las heces, lo que da lugar a movimientos en masa 
en el colon y a relajación del esfínter anal interno. Esto estimula 
mecanorreceptores que informan del llenado del recto y somos 
conscientes de ello. Si decidimos continuar el reflejo, relajamos 
voluntariamente el esfínter anal externo, realizamos una inspira-
ción con la glotis cerrada y contraemos los músculos abdominales, 
lo que junto con la relajación del esfínter anal externo lleva a la 
defecación.
Conscientemente podemos también evitar la defecación 
mediante la contracción voluntaria del esfínter anal externo. Se 
produce entonces la relajación del músculo liso del recto que se 
acomoda al aumento de volumen, cesa la necesidad de defecar y 
aumenta la contracción del esfínter anal interno. Las heces per-
manecerán en el recto hasta que en el próximo movimiento en 
masa del colon el incremento del volumen de las heces vuelva a 
desencadenar el reflejo.
Composición de las heces. El volumen de las heces es de 
aproximadamente 150 gramos, aunque depende de la dieta. Su 
pH es de 7-7.5 y están formadas por agua (70-80%), bacterias 
muertas, células descamadas, celulosa, sales y pigmentos como 
la estercobilina que les confiere el color marrón y derivados del 
metabolismo de la actividad bacteriana que les confiere su olor 
característico.
Figura 8.32. 1: los movimientos
-
fínter anal interno. Estimulación de receptores del conducto
-
te, evitamos la incontinencia, o bien relajamos el esfínter
músculos del abdominales, cierre de la glotis y salida de las
heces.
Hecesexterno
Médula
espinal
Esfínter anal
Esfínter anal
interno
Corteza cerebral
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