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anatomia y fisiologia del cuerpo-255

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Anatomía y fisiología del cuerpo humano240
ca de 5000 neuronas, cuyos cuerpos neuronales se encuentran en 
los núcleos paraventricular y supraóptico del hipotálamo. Estos 
axones atraviesan el tallo hipotálamo hipofisario, generando una 
conexión directa entre el hipotálamo y la neurohipófisis. Además 
de los axones antes mencionados existen también algunas escasas 
células de sostén denominadas pituicitos (Fig. 9.7).
Existe una tercera región hipofisaria denominada lóbulo in-
termedio que se atrofia durante el desarrollo fetal y es muy peque-
ño en los adultos, inmigrando sus células a la adenohipófisis.
Durante mucho tiempo, la hipófisis ha sido denominada como 
la «glándula directora del concierto endocrino» pues sus hormonas 
controlan a la «mayoría» de las otras glándulas endocrinas y a otros 
órganos. En realidad dicho título debe ser atribuido al hipotálamo, 
pues es éste quien ejerce control sobre las dos partes de la hipófisis. 
Sobre la neurohipófisis como acabamos de ver, a través de axones 
procedentes de centros hipotalámicos, que contienen los cuerpos 
celulares de las neuronas especializadas que sintetizan verdadera-
mente las hormonas de la hipófisis posterior, de forma que ésta 
actúa como un mero reservorio de hormonas (Fig. 9.7) y sobre la 
adenohipófisis a través del sistema portal hipotálamo hipofisario.
La hipófisis anterior también denominada adenohipófisis 
tiene dos tipos celulares fundamentales, los que tienen gránulos 
que producen hormonas y las células sin gránulos. Las que tienen 
gránulos se han dividido, según sus características histológicas 
en células acidófilas que producen fundamentalmente hormo-
na de crecimiento y prolactina y células basófilas que producen 
LH, FSH, TSH y proopiomelanocortina, que son glucoproteínas. 
Aunque inicialmente se pensó que cada tipo de célula hipofisaria 
se encargaría de la síntesis de una hormona determinada, actual-
mente se admite la posibilidad de que cada uno de ellos pueda 
sintetizar varias hormonas, que tengan alguna relación (Fig. 9.7). 
La hipófisis anterior está conectada al hipotálamo a través de 
una red capilar localizada en la eminencia media que se deno-
mina sistema portal y que recorre el tallo de la hipófisis dando 
lugar a otra nueva red capilar en el lóbulo anterior hipofisario. La 
dirección de la sangre en este sistema portal entre el hipotálamo 
y la hipófisis es desde el primero a la segunda aunque en algunas 
situaciones especiales se puede pensar en la existencia de un cam-
bio en la dirección del flujo. De esta manera las hormonas que 
se producen en el hipotálamo llegan a la hipófisis anterior sin 
diluirse en la circulación sistémica.
Las hormonas hipotalámicas pueden ser de dos tipos fun-
damentalmente: estimuladoras e inhibidoras. Existen hormonas 
de la hipófisis anterior que están bajo el control de hormonas 
estimuladoras hipotalámica y otras que están bajo el control de 
hormonas fundamentalmente inhibidoras como es el caso de la 
prolactina. Existe finalmente un tercer tipo de hormonas que es-
tán sometidas a un control doble por parte de hormonas estimu-
lantes e inhibidoras cuyo ejemplo fundamental es la hormona de 
crecimiento. 
2.2. HIPÓFISIS POSTERIOR O NEUROHIPÓFISIS
La neurohipófisis está constituida en realidad por una prolongación 
del sistema nervioso central ya que su origen embriológico es el sue-
lo del tercer ventrículo y se encuentra unida al mismo a través de un 
largo tracto de fibras descritas por Ramón y Cajal a finales del siglo 
pasado. Hay dos hormonas que se secretan en la hipófisis posterior: 
la oxitocina y la hormona antidiurética (ADH) o vasopresina. Las 
neuronas secretoras de estos péptidos están en realidad localizadas 
en los núcleos supraóptico y paraventricular hipotalámicos que po-
seen un cuerpo celular de gran tamaño lo que justifica su denomina-
ción de «neuronas magnocelulares». Tanto la ADH como la oxito-
cina son péptidos cíclicos con 9 aminoácidos. Ambas hormonas que 
se producen en los cuerpos celulares hipotalámicos migran, a través 
de los axones de las mismas, unidas a unas proteínas transportado-
ras denominadas neurofisinas formando gránulos de neurosecreción 
(Fig. 9.7). Existen dos tipos fundamentales de éstas: la neurofisina 1 
se une a la oxitocina y la neurofisina 2 se une a la ADH. De esta for-
ma se produce su transporte a lo largo de los axones de las neuronas 
secretoras almacenándose en las varicosidades axonales de las neu-
ronas hipotalámicas en la hipófisis posterior (cuerpos de Hering). 
2.2.1. Efectos biológicos de la oxitocina
La acción fundamental de la oxitocina consiste en la contracción 
de las células mioepitelioides que recubren a los alveolos mama-
rios con la consiguiente eyección de la leche contenida en los mis-
mos. Es pues una hormona que posibilita el amamantamiento al 
facilitar la salida de la leche de la glándula mamaria (Fig. 9.8). 
El otro efecto importante de la oxitocina es la contracción de la 
musculatura uterina en el útero gestante a término para permitir 
el nacimiento del niño que alberga en su interior. Tanto en el caso 
de la contracción de las células mioepiteliales mamarias como en 
el de las fibras musculares lisas uterinas, el mecanismo de acción 
de la oxitocina comienza con la unión de la hormona a los re-
ceptores de membrana específicos que dan lugar a una entrada 
de calcio al interior de la célula estimulando de esta manera la 
contractilidad de las células musculares (Fig. 9.8).
La regulación de la secreción de oxitocina ocurre a través de 
arcos neurohumorales. El estímulo del pezón mamario por la 
succión del niño determina un incremento de liberación de oxi-
tocina que generará la contracción de las células mioepitelioides 
y la eyección láctea correspondiente. En el caso del útero, la pre-
sión del feto sobre el cuello del mismo determina también un 
reflejo neurohormonal y la consiguiente liberación de oxitocina. 
El incremento de la contractura uterina determinará una mayor 
presión de la cabeza fetal sobre el cuello uterino, aumentando la 
secreción de oxitocina hasta que se produce la expulsión del feto 
en el parto (reflejo de Ferguson) (Fig. 9.8).
La oxitocina juega también un papel importante en la con-
ducta maternal de las hembras lactantes.
2.2.2. Hormona antidiurética (vasopresina)
Su función más importante consiste en la regulación de la concen-
tración de la orina, actuando sobre el túbulo colector renal (véase 
capítulo sobre función renal). La presencia de hormona antidiuréti-
ca hace permeable al túbulo colector permitiendo la reabsorción de 
una importante cantidad del agua que llega al mismo. En ausencia 
de hormona antidiurética, el túbulo colector no es permeable al 
agua y toda la que le llega desde el túbulo contorneado distal será 
eliminada con la orina apareciendo una enfermedad que se deno-
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