Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
488 PARTE TRES Integración y control d) Mencionar los cinco plexos de los nervios raquídeos y describir su anatomía general. e) Mencionar algunos nervios principales que surgen de cada plexo. f) Explicar la relación entre los dermatomas y los nervios raquídeos. Anatomía general de los nervios y los ganglios nerviosos La médula espinal se comunica con el resto del cuerpo median- te los nervios raquídeos; sin embargo, antes de analizar estos nervios específi cos es necesario conocer la estructura de los mismos y los ganglios nerviosos en general. Un nervio es un órgano parecido a un cordón constituido por cuantiosas fi bras nerviosas (axones) mantenidas juntas mediante tejido conjuntivo (fi gura 13.8). Si se equipara una fi bra nerviosa con un cable que conduce corriente eléctrica en una dirección, un nervio sería como un cable eléctrico formado por miles de alambres que transmiten corrientes en direccio- nes opuestas. Un nervio contiene desde unas cuantas fi bras nerviosas hasta cientos de miles de ellas. Los nervios suelen tener un color, con el aspecto de una cuerda que se deteriora conforme se divide en ramas cada vez más pequeñas. Las fi bras nerviosas del sistema nervioso periférico están dentro de una vaina constituida por células de Schwann, que forman un neurilema y a menudo también una vaina de mieli- na alrededor del axón (consúltese la p. 448). En el exterior del neurilema, cada fi bra está rodeada por una lámina basal y lue- go una cubierta delgada de tejido conjuntivo laxo llamada endoneurio. En la mayoría de los nervios, las fi bras están uni- das en haces llamados fascículos, cada uno envuelto en una vaina: el perineurio, el cual se encuentra integrado por hasta 20 capas de células superpuestas con el aspecto de epitelio pavimentoso. Varios fascículos están unidos en haces y envuel- tos en un epineurio externo, que integra un nervio como un 16 polio = gris; myel = médula; itis = inflamación. 17 skler = duro; osis = proceso patológico; a = sin; myo = músculo; tropho = nutrición. 18 Lou Gehrig (1903 a 1941), beisbolista del equipo Yanquis de Nueva York. CONOCIMIENTO MÁS A FONDO 13.2 Aplicación clínica Poliomielitis y esclerosis lateral amiotrófica La poliomielitis16 y la esclerosis lateral amiotrófica17 son enfermeda- des que incluyen la destrucción de motoneuronas. En ambas, el músculo estriado se atrofia debido a la falta de inervación. La poliomielitis (o polio) es causada por el virus poliomielítico, que destruye motoneuronas en el tallo encefálico y el asta anterior de la médula espinal. Entre los signos de la polio se incluyen dolor muscular, debilidad y pérdida de algunos reflejos, seguidos de pará- lisis, atrofia muscular y a veces paro respiratorio. El virus se extiende por contaminación fecal o del agua. A lo largo de la historia, la polio ha afectado a muchos niños que contrajeron el virus por nadar en albercas contaminadas. Durante un tiempo, la vacuna antipoliomie- lítica casi eliminó nuevos casos, pero la enfermedad ha empezado a reaparecer entre niños en algunas partes del mundo. La esclerosis lateral amiotrófica, también conocida como enfer- medad de Lou Gehrig,18 en honor al beisbolista que debió retirarse después de adquirirla, está marcada no sólo por la degeneración de las motoneuronas y la atrofia de los músculos, sino también por la esclerosis (cicatrización) de las regiones laterales de la médula espinal (de ahí su nombre). La mayoría de los casos ocurre cuando los astro- citos dejan de reabsorber el neurotransmisor glutamato del líquido tisular, lo cual permite que se acumule en un nivel neurotóxico. Los signos tempranos de esclerosis lateral amiotrófica son debilidad mus- cular y dificultad para hablar, tragar y usar las manos. Las funciones sensitivas e intelectuales quedan sin afectación, como resulta eviden- te por los logros del astrofísico y autor de libros de grandes ventas Stephen Hawking (figura 13.7), quien se vio afectado por la esclerosis lateral amiotrófica en la universidad. A pesar de su parálisis casi total, sigue siendo muy productivo y se comunica con la ayuda de un sinte- tizador de voz y una computadora. Lo trágico es que muchas perso- nas suponen con ligereza que quienes han perdido la mayor parte de su capacidad para comunicar sus ideas y sentimientos tienen pocas posibilidades de hacerlo. Para una víctima, esto podría ser más inso- portable que la pérdida de la propia función motora. FIGURA 13.7 Stephen Hawking (194-), profesor lucasiano de matemáticas en la Cambridge University.
Compartir