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NACIONALISMOS Y CRITICAS AL LIBERALISMO

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UNIDAD 51 
EL MUNDO CONTEMPORANEO 
EUROPA 
Introducción 
Hobsbawm denomina Siglo XX corto al período comprendido entre el estallido de la Primera 
Guerra Mundial y la desintegración de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (U.R.S.S.) y 
lo concibe como un período histórico coherente.2 
Considera que en los años finales de la década de 1980 y en los primeros de la de 1990 
terminó una época de la historia del mundo para comenzar otra nueva. 
El Siglo XX corto comprende tres etapas bien diferenciadas: la primera época abarca desde 
1914 hasta el fin de la Segunda Guerra Mundial y se caracteriza como un período de catástrofes; 
la segunda abarca un período de 25 o 30 años de extraordinario crecimiento económico y 
transformación social, mientras que la tercera constituye una nueva época de descomposición, 
incertidumbre y crisis. 
En esta Unidad V se estudiarán los principales acontecimientos de este período. 
A) NACIONALISMOS Y CRITICAS AL LIBERALISMO 
 
Uno de los factores que dominó la política en el seno de Europa a fines del siglo 
XIX fue el nacionalismo político, expresado principalmente por el pangermanismo y el 
paneslavismo. 
El paneslavismo dio el impulso final hacia la crisis mundial. El eslavismo 
constituyó, como el germanismo, una corriente que fue penetrando lentamente a los 
pueblos que se identificaban como pertenecientes a una cultura originaria común, pero 
que estaban disgregados políticamente y, por tanto, imposibilitados de concretar una 
política de poder. El pangermanismo se había planteado la integración a Alemania de 
estados de cultura alemana que eran independientes unos de otros bajo la forma de 
reinos, ducados, ciudades libres, etc, El paneslavismo, en cambio, propiciaba la 
formación de un gran estado eslavo, con nacionalidades que estaban sometidas a 
distintos imperios: germano, austro-húngaro y turco. Éste fue el que más sufrió los 
efectos del movimiento nacionalista eslavo. 
El problema paneslavo, sumado a los intereses expansionistas del Imperio Ruso 
y a la debilidad del Imperio Otomano, generó Guerras Balcánicas. Los intereses de las 
grandes potencias chocaban. Rusia buscaba debilitar al Imperio Otomano que 
dominaba los estrechos del Bósforo y los Dardanelos, y le impedía sacar su escuadra 
encerrada en el mar Negro. Por eso, su apoyo a los eslavos insurrectos era intencional: 
si los eslavos se independizaban con Rusia como aliada, obtendría la anhelada salida 
 
1 Unidad compilada por Prof. Sergio Gandur. 
2 Hobsbawm Eric, Historia del Siglo XX, Ed. Crítica, Barcelona, España 2007, p. 15. 
directa al mar Mediterráneo. Gran Bretaña continuaba su política de preservar la 
integridad del Imperio Otomano, para impedir que Rusia invadiera los Estrechos. 
Austria-Hungría, por su parte, sabía que cualquier triunfo de los eslavos en los Imperios 
Ruso o Turco, alentaría a la insurrección a sus propios pobladores de origen eslavo. 
Por dos veces, en 1908–09 y 1912–13, ese despertar del movimiento paneslavo, 
que entroncaba con intereses y debilidades imperiales, provocó graves amenazas para 
la paz mundial. En ese tiempo empezó a operar en las zonas eslavas del Imperio Austro-
Húngaro una sociedad nacionalista denominada “Mano Negra”, que buscaba la unión 
de esas zonas con Serbia y la construcción de la Gran Serbia, a expensas de aquel 
Imperio. Esas guerras balcánicas debilitaron aún más al Imperio Otomano, que perdió 
todos los territorios de la Turquía Europea salvo una pequeña parte de Tracia, y 
aumentó el poder de Serbia, la gran enemiga de Austria Hungría. El estallido de la 1° 
guerra mundial ocurrió por el choque entre estas dos antagonistas. 
Por otro lado se suscitó un temor en Europa por la anexión de Alsacia y Lorena 
por parte de Alemania, considerado no sólo como una violación del derecho de las 
nacionalidades sino, también, como un atentado contra la “sociedad europea”. Los 
Estados comprendieron la necesidad de armarse para no correr igual suerte frente a la 
evidente posición germana de basarse exclusivamente en el “derecho del más fuerte”, 
sobre todo aquéllos que tenían regiones con población alemana. Por su parte, los 
alemanes, conscientes de los rencores y envidias que suscitaba su posición 
preponderante, temían que se formase contra ellos una coalición. La carrera 
armamentista se hizo más activa, pese a los esfuerzos, - utópicos por otra parte- de los 
doctrinarios que predicaban el desarme. Ese nacionalismo político y el correlativo 
nacionalismo económico, están en la base de la 1º guerra mundial. Con esta guerra 
caducó un estilo de vida y organización y nació otro: se abrió la era de los totalitarismos, 
que conducirían a la 2º guerra mundial. 
 
1) LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL 
 La llamada Gran Guerra tuvo como contendientes, por un lado a los países de la Triple 
Alianza y, por el otro, a los de la Triple Entente. 
Ambos bloques se habían conformado de la siguiente manera: 
1) La Triple Alianza (Austria-Hungría, Alemania e Italia). Se la conoce también como Alianza 
de los Países Centrales. Sus intereses eran: 
a) Para Alemania y Austria-Hungría la cuestión central era la balcánica. Buscaban poner 
límites a las expectativas de expansión de Rusia hacia el Mediterráneo, y, sobre todo, impedir que 
Serbia se constituyera en Gran Serbia incorporando otras regiones balcánicas, como Bosnia, 
insertas en el imperio Austro-Húngaro. 
b) Italia también se interesaba en la cuestión adriática, y consideraba peligroso el 
movimiento en pro de la Gran Serbia. De allí el tratado de colaboración de las escuadras austro-
húngara e italiana, en 1913. 
2) La Triple Entente (Francia, Rusia, Gran Bretaña). Conocida como La Alianza o Los 
Aliados: 
 a) Francia y Rusia firmaron un protocolo en 1912. Francia buscaba evitar una alianza entre 
Rusia y Alemania –su enemiga por Alsacia y Lorena-, y Rusia esperaba el apoyo francés en su 
política balcánica. Rusia actuaría a partir del duodécimo día de movilización, precisándose 
además las líneas de una colaboración naval. Francia, a su vez, entraría en apoyo del Zar en caso 
de guerra austro-rusa, que involucrara a Alemania. 
b) Gran Bretaña se preocupaba por su dominio de los mares, que favorecía su dominio 
imperial. Entró en el acuerdo porque para fortalecer el Mar del Norte contra Alemania sacó parte 
de su flota anclada en el Mediterráneo; y necesitaba a Francia para ocupar el vacío que dejaba. 
El acuerdo, sin embargo, no tenía estipulaciones claras de movilización ni de apoyo. Gran Bretaña 
se comprometía, en caso de verse amenazada la paz general, a “concertarse” con el gobierno 
francés. Entre Rusia y Gran Bretaña no había ningún compromiso diplomático, sino una 
colaboración “de facto” por los aliados comunes. 
La causa accidental del conflicto, o sea el hecho que produjo el comienzo de la guerra, fue 
el asesinato del heredero al trono del Imperio Austro-Húngaro, el Archiduque Francisco Fernando, 
el 28 de junio de 1914. El hecho, que ocurrió en Sarajevo, fue protagonizado por un joven bosnio 
que pertenecía a la asociación secreta nacionalista Mano Negra. 
La guerra se concretó porque, frente al asesinato del heredero al trono, Austria-Hungría 
envió un ultimátum a Serbia con 11 puntos: silenciamiento de los diarios nacionalistas, detención 
de los agresores, disolución de las asociaciones políticas anti-austríacas, aceptación de la 
colaboración austríaca para detener a los subversivos. Serbia aceptó sólo 5 de las 11 
proposiciones. Alemania consideró que era suficiente y que podía evitarse la guerra. Austria- 
Hungría rechazó la respuesta, y ordenó la movilización, cosa que simultáneamente había hecho 
ya Serbia. En los próximos tres meses, un conflicto que pudo limitarse a Austria-Hungría y Serbia, 
dado el clima beligerante, los intereses en juego y los tratados firmados, se transformó en una 
conflagración
mundial. 
La movilización del ejército ruso impulsó al alemán a hacer lo propio, y esto puso en pie de 
guerra a Francia. Alemania le declaró la guerra el 3 de agosto, y puso en práctica el plan Schlieffen, 
que implicaba atacar a Francia ingresando por Bélgica. Pidieron permiso a este país, 
comprometiéndose a respetar su independencia y a pagar los daños que pudieran ocasionar, pero 
Bélgica se negó. Las tropas alemanas ingresaron entonces y, ante la quiebra de la neutralidad 
belga, Gran Bretaña entró en el conflicto, pues siempre había cuidado que no fuera ocupada una 
orilla que estaba tan próxima a su territorio. 
Pronto otros países se vieron involucrados, guiados por los tratados o por sus propios 
intereses. Los países de la Alianza (designados tradicionalmente como Las Potencias Centrales) 
contaron con el apoyo del Imperio Turco –de ahí que se habla también de Alianza de los Imperios 
Centrales. Italia, pese a sus compromisos con Austria-Hungría, se declaró neutral, y en 1915 
ingresó a favor de la Entente, tradicionalmente llamados “Los Aliados”. Austria-Hungría aceptó la 
dirección operativa de Prusia, debido a su gran superioridad militar. 
 Los países de la Entente (los Aliados) fueron apoyados por Montenegro, Japón y, 
finalmente, EEUU. Montenegro apoyó a Serbia por razones étnicas; Japón, además de tener un 
tratado con Gran Bretaña, que aspiraba a dominar las posesiones alemanas en el Extremo 
Oriente, contaba con la adhesión de miembros de la Comunidad Británica: Canadá, Australia, 
Nueva Zelanda y África del Sur. Lo decisivo fue, finalmente, el ingreso a la guerra de EEUU, en 
abril de 1917. 
Hasta el otoño de 1917, las potencias centrales tuvieron expectativas de ganar la guerra. 
Ello se debió en primer lugar a la precariedad del gobierno ruso y a la disgregación de sus fuerzas 
armadas; y finalmente, cuando en noviembre de 1917 Lenin tomó el poder, anunció que iba a 
conducir la paz, de lo que resultó la defección de Rusia cuatro meses más tarde. Por otro lado, 
esas potencias centrales estaban seguras que conseguirían la victoria militar en Francia antes de 
la llegada a los frentes de batalla de las tropas americanas. 
Sus expectativas se frustraron en la primavera de 1918: al mismo tiempo en que la 4ª 
ofensiva era desbaratada por el ejército francés en Champagne, 27 divisiones americanas se 
disponían a entrar en combate. A partir de entonces, el equilibrio de fuerzas se rompió a favor de 
la Entente. Británicos, franceses y norteamericanos lanzaron una ofensiva que hicieron retroceder 
a los alemanes casi hasta la frontera de Bélgica. Rusia ya se había retirado de la guerra el año 
anterior. Bulgaria lo hizo en agosto de 1918. A principios de octubre el nuevo canciller de 
Alemania, el liberal príncipe Maximiliano de Baden, buscó arreglar con el presidente Wilson una 
paz basada en los catorce puntos; pero no se llegó a ningún arreglo por la insistencia de Wilson 
de que renunciara el káiser. Los aliados de Alemania fueron retirándose: Turquía lo hizo a fines 
de octubre, el Imperio Austro-Húngaro se derrumbó por las sublevaciones eslavas y por el 
contraataque italiano, que se apropió de la ciudad de Trieste. El 3 de noviembre Austria firmó el 
armisticio. Finalmente lo hizo Alemania, después de la abdicación del káiser. 
El Tratado de Versalles impuesto a Alemania fue tan severo, que los primeros miembros de 
gobierno renunciaron a sus cargos antes de firmarlo. Los miembros del gabinete siguiente pidieron 
reformas, que se hicieron a pedido de Gran Bretaña, pero que fueron mínimas. Finalmente se 
firmó el 28 de junio de 1919, en el quinto aniversario del asesinato del archiduque Francisco 
Fernando, en el Salón de los Espejos del Palacio de Versalles. Se estableció: 
a) Alemania debía devolver Alsacia y Lorena a Francia (apropiada después de la guerra 
fraco-prusiana de 1870), el norte del antiguo ducado de Schleswig a Dinamarca (apropiada 
durante el proceso de unificación alemana), y la mayor parte de la Prusia occidental a Polonia 
(apropiada durante las tres guerras que habían hecho desaparecer a Polonia como estado 
independiente; 
b) Francia podía ocupar la Renania, como reaseguro para el caso de una nueva guerra, 
pues en tal caso, Alemania atacaría las tropas francesas asentadas en el territorio alemán; 
c) Las cuencas mineras del Ruhr y del Sarre serían internacionalizadas por 15 años. Las 
administraría la Liga de Naciones, pero el mineral se destinaría a la reconstrucción de Francia; 
d) La Prusia Oriental quedó separada de la Alemania occidental por el corredor polaco, y el 
puerto de Danzing, casi por completo alemán, quedó sometido al control de la Liga de Naciones 
y al beneficio económico de Polonia; 
e) Debía entregar todos sus submarinos y buena parte de su armada de superficie, se le 
prohibió la posesión de aviones militares o navales y debió reducir su ejército a 100.000 soldados 
reclutados en forma voluntaria; 
f) Las reparaciones de guerra, muy altas, se basaron en el principio de que Alemania y 
Austria Hungría habían iniciado la guerra y eran, por tanto, las responsables de todas las pérdidas 
de vidas, los heridos irrecuperables, y el daño emocional y moral de millones de personas. Por 
eso, después de un estudio se fijaron en 1921 en la inmensa suma de suma de 33.000 millones 
de dólares. 
 
 2) EL ESTADO TOTALITARIO EN URSS 
2.1. El Régimen Anterior a la Revolución de 1917 
El régimen ruso anterior a la revolución no había superado el estadio clásico del Antiguo 
Régimen, que en Europa Occidental venía caducando desde el siglo XVIII. La forma de gobierno 
era una Monarquía Autocrática, a cargo de los Zares, monarcas absolutos y hereditarios, de la 
tradicional Dinastía Romanov. Desde la Revolución de 19053, producida por la derrota de Rusia 
frente a Japón, de orientación liberal, existía una especie de Poder Legislativo, la Duma, con 
representantes de la burguesía; pero carecía de auténtico poder. 
La Sociedad era predominantemente campesina, pero el régimen de tenencia de la tierra 
continuaba siendo latifundista, y los propietarios eran la nobleza y la Iglesia Ortodoxa. La mano 
de obra campesina continuaba en estado servil, con prestaciones de tipo personal. En los últimos 
años se había producido un cierto desarrollo industrial, lo que había llevado a la formación de una 
“clase obrera numerosa y misérrima”, que fue desarrollando una fuerte conciencia de clase. La 
burguesía, poco numerosa, estaba descontenta por “la arrogancia, corrupción e incapacidad” 
(Crouzet, t.8, 231) de la administración del régimen zarista. Por su parte, las minorías nacionales 
–pertenecientes a los territorios dominados en el proceso de expansión imperialista- eran 
perseguidas y fueron sometidas a una intensa política de rusificación en lo cultural y religioso –
caso de los ucranianos; y todos ellos buscaban la oportunidad de sublevarse. 
Rusia era en 1917 un país arcaico, retrasado económica y culturalmente, desnivelado 
socialmente y con un régimen político anacrónico, que había entrado a la 1° guerra mundial sin 
poder sostener materialmente su frente de batalla: Movilizó 15 millones de hombres, pero se 
terminó derrumbando por la falta de aprovisionamientos en armas y alimentos, y por la falta de 
capacidad de sus oficiales, pertenecientes a la nobleza, que desempeñaban esos cargos en forma 
honorífica pero carecían de formación militar –lo cual los puso en inferioridad aplastante frente a 
la maquinaria prusiana, cuya oficialidad se caracterizaba por su disciplina y capacidad. Los 
soldados terminaron por abandonar el frente, tras sucesivas derrotas. Faltaban provisiones en las 
ciudades, por el colapso del sistema ferroviario. Las huelgas y motines eran permanentes. 
La oposición estaba constituida por dos grupos. Por un lado, los burgueses liberales. Por el 
otro, el Partido Obrero Socialdemócrata, que en 1903, en ocasión del Segundo
Congreso del 
Partido en el exilio en París se había dividido en 2 grupos: los mencheviques, entre los cuales 
militó Trotsky, que persistieron en las ideas socialdemócratas; y los bolcheviques, con Lenin, que 
adhirieron a las ideas marxistas ortodoxas. A) Los mencheviques, dirigidos por Kerensky, 
apoyaron la 1° revolución y participaron en el gobierno burgués, porque consideraban que no 
estaban dadas aún las condiciones para un régimen comunista, por la incipiente revolución 
industrial que impedía que las contradicciones de clase se dieran en plenitud y que el capitalismo 
alcanzara un nivel monopólico; B) Los bolcheviques, dirigidos por Lenin, concretaron la 2° 
revolución, que llevó al país al socialismo primero –bajo la forma de dictadura del proletariado-, y 
al comunismo después. 
2.2. Las Revoluciones de 1917 
 
3 Esta revolución tuvo como protagonistas a importantes sectores populares. Entre ellos, es conocido –y se escenificó en 
una película- el motín del Acorazado Potemkin, cuyos marineros se sublevaron en 1905, en el puerto de Odesa, producto de 
los malos tratos y la comida en mal estado. Contaron con el apoyo de la población, que fue masacrada por el ejército de 
cosacos del régimen zarista. 
La 1° Revolución del año 1917 se produjo en marzo. Fueron sus causas inmediatas: a) La 
oposición popular a la guerra, considerada un problema de las minorías capitalistas, que no 
estaban en los frentes de batalla; b) El malestar por la influencia de Rasputín en la Corte, que 
llegó a ser asesinado en 1916; c) Los efectos de la guerra: inflación, desabastecimiento, hambre, 
falta de energía para resguardarse del frío.. 
La expectativa de la Burguesía era la permanencia de la Monarquía bajo formas 
constitucionales; pero los revolucionarios exigieron la abdicación del Zar. Se formó un Gobierno 
Provisional, dirigido por el Príncipe Lvov como Presidente, secundado por la Duma, integrada 
mayoritariamente por burgueses liberales. El único ministro revolucionario era Alejandro Kerensky, 
a quien Lvov le encomendó el Ministerio de Guerra. Mientras se proseguía la guerra, se tomaron 
las primeras medidas de corte liberal: liberación de la población sometida a prestaciones 
personales, libertad de culto, reducción de la jornada de trabajo, igualdad civil, libertad a millares 
de presos políticos y exiliados (lo cual permitió el retorno de Lenin y Trotsky). También se dispuso 
el arresto de la familia real y la convocatoria a una Asamblea General Constituyente. No 
concretaron sin embargo, lo que los sectores populares consideraban esencial: la reforma 
agriaría, la igualación de las minorías nacionales y, por sobre todo, el fin de la guerra, cuyos 
efectos sufrían los más pobres. 
Estas medidas liberales no satisficieron a los representantes de los obreros, soldados y 
campesinos organizados en los Soviets, especies de asambleas con su consejo directivo, que se 
habían constituido en 1905. El primero en organizarse en 1917 tomó el nombre de Soviet de 
Petrogrado4 de los Diputados de Obreros y Soldados5. Por presión de este Soviet se formó una 
milicia popular para reemplazar a la policía zarista, para restablecer el orden en la capital sin caer 
en el estilo represor del régimen anterior. También empezó a publicarse en Petrogrado un 
periódico que difundió los logros de la revolución y las expectativas populares: el Izvestia. Este 
Soviet funcionó como modelo: en las demás ciudades empezaron a formarse organizaciones 
semejantes, y eso aumentó el poder popular por sobre el burgués. La principal decisión de su 
Comité Ejecutivo fue una reunión con los miembros de la Duma, para impulsar la formación de un 
nuevo gobierno. De ello resultó la renuncia de Lvov y su sustitución por Kerensky en el rol de 
Presidente. 
La pérdida de apoyo popular por el gobierno se debió a que cometió el grave error de 
continuar la guerra, que producía frustración por las derrotas, desabastecimiento y muerte de miles 
de soldados y civiles. Eso se debió a que los mencheviques buscaban hacer un gobierno de 
conciliación con la burguesía liberal para la implementación de reformas, y el desarrollo de un 
capitalismo industrial firme que, preveían, agudizaría las contradicciones de clase y daría las 
 
4 Petrogrado era el nombre que tenía por entonces San Petersburgo. Cómo este nombre había sido elegido por el Zar debido 
a su admiración por Alemania, cuando se desató la guerra se convino en la necesidad de cambiarlo. Se “rusificó” el mismo 
nombre como Petrogrado, y más tarde se la llamó Leningrado. En la actualidad, luego de un plebiscito, recuperó el nombre 
de San Petersburgo. 
5 En marzo de 1917, algunos dirigentes sindicales, representantes de obreros y cooperativistas se reunieron para tratar de 
constituir un Soviet semejante al de 1905, para impulsar medidas más revolucionarias. Se convocó a los delegados de los 
trabajadores de las fábricas y se solicitó a las compañías de soldados que eligieran un delegado. La 1° reunión de estos 250 
delegados –número que fue creciendo- se trató de la organización del Soviet y se resolvió formar un Comité Ejecutivo de 8 
miembros, presidido por el socialista Kerensky y el menchevique Skibelev. El Soviet siguió creciendo en delegados y en 
marzo de 1917 tomó el nombre oficial de Soviet de Petrogrado de los Diputados de Obreros y Soldados. Este Soviet -especie 
de asociación popular con un comité directivo- se transformó en modelo de organizaciones que fueron formándose en todas 
las ciudades, exigiendo una radicalización del gobierno. Los Soviets terminaron teniendo un Comité Ejecutivo central, cuyo 
Presidente, en octubre-noviembre de 1917, era Trotsky. 
bases para la revolución socialista. Además de esta convicción ideológica, no podía el nuevo 
gobierno romper abruptamente con todo el poder militar, que propiciaba la continuidad de la guerra 
para lograr los territorios sobre los cuales Rusia tenía expectativas. La continuidad de la guerra 
pues, generó gran rechazo en las grandes mayorías, y eso favoreció la difusión entre ellos de la 
propuesta bolchevique. Ellos exigían paz inmediata, igual trato a todos los grupos nacionales, 
expropiación de las grandes fincas y nacionalización de la tierra, de los bancos y de las grandes 
empresas, y control obrero sobre la producción. Por eso, adhirieron masivamente a la revolución 
de octubre. 
La 2° Revolución del año 1917 ocurrió el 24 de octubre –tomando el calendario ruso6. 
Derrocó al gobierno socialdemócrata de Kerensky (jefe del gobierno desde la renuncia de Lvov), 
disolvió la Duma y creó un Consejo de Comisarios del Pueblo presidido por Lenin. (Crouzet, Vol.8, 
232)7 . Se pudo concretar, en lo militar, porque los militares superiores le negaron colaboración al 
nuevo régimen. (Renouven; II, 346). Sólo la Caballería Cosaca intentó sostener el gobierno. 
Fue un Golpe de Estado organizado por Trotsky, que era el Presidente del Comité Ejecutivo 
de los Soviets. Inmediatamente estalló una guerra civil entre: a) el Ejército Blanco, integrado por 
grupos antibolcheviques (liberales, democráticos, socialdemócratas mencheviques), con 
asistencia aliada; b) el Ejército Rojo, bolchevique, dirigido por Trotsky, que triunfó. En ese 
momento de debilidad se produjo la independencia de los países que Rusia tenía sojuzgados: 
Finlandia, Polonia y los Países Bálticos (Estonia, Letonia, Lituania). 
León Trotsky, quien se había definido por el socialismo siendo aún un estudiante, organizó 
el Soviet de San Petersburgo (Petrogrado) y participó en la revolución burguesa de 1905. Exiliado 
a Siberia por el gobierno del zar, logró huir y unirse a Lenin en su exilio en París; pero rompió con 
él y, en 1913, formó un grupo que no era ni menchevique ni bolchevique, y que planteaba la teoría 
de la “revolución permanente”. Pese a ello, volvió
a Rusia con la anuencia de Kerensky, pero 
apenas llegado empezó a conspirar contra él por considerar que estaba violando los principios 
esenciales del partido obrero, y participó en la revolución bolchevique de octubre. Integró el 
gobierno de Lenin, pese a las diferencias políticas que tenía con él, como Ministro de Relaciones 
Exteriores y Comandante del Ejército Rojo. En el caso del gobierno de Stalin, sus críticas fueron 
tan duras –lo acusó de gobernar de modo dictatorial y de violar la doctrina del Partido-, que fue 
perseguido y obligado a exiliarse. Finalmente, el gobierno de Stalin lo hizo asesinar en su exilio 
en Méjico. 
2.3. El Régimen Comunista. Lenin y Stalin 
Después de la Revolución de octubre de 1917 se organizó un Gobierno Bolchevique, cuya 
cabeza fue Lenin, quien gobernó hasta 1924. Las primeras medidas del gobierno fueron: 
1) En Política Internacional, se firmó con Alemania el Tratado de paz de Brest-Litovsk. O 
sea que, antes de finalizada la 1° Guerra Mundial, el régimen bolchevique pidió la paz y se retiró 
de la lucha. Esto le dio gran popularidad a Lenin, cuyo lema era “paz sin anexiones ni 
indemnizaciones de guerra”; y si bien las indemnizaciones fueron pautadas en el Tratado, no 
 
6 En el calendario gregoriano vigente en occidente, la revolución ocurrió el 7 de noviembre. 
7 El primer intento revolucionario bolchevique había sido en julio, pero fracasó y causó la huída de Lenin a Finlandia y el 
cambio de Presidente de Lvov a Kerensky. 
debieron pagarse por la derrota de Alemania. 
2) El Tipo de Estado que se constituyó en 1922 fue una Federación de Repúblicas: la Unión 
de las Repúblicas Socialistas Soviéticas (U.R.S.S) Abarcaba: Siberia, Ucrania, Bielorrusia, 
Transcaucasia y, el centro de la federación, la Rusia originaria, organizada en torno a Moscú. La 
Constitución de 1936 estableció la existencia de 11 repúblicas, que más adelante se transformaron 
en 15, todas ellas con un grado relativo de autonomía, y con derecho a separarse de la unión. La 
autonomía no fue tal, sin embargo, pues debían obedecer las órdenes emanadas del poder 
central, y todos los intentos de secesión fueron duramente reprimidos. 
3) En Política Interna se institucionalizó la Dictadura del Proletariado, etapa Socialista que 
debía preceder a la fase Comunista, a la cual se llegaría cuando se dieran las condiciones 
adecuadas, en los planos internacional e interno. Ello supuso: a) En lo partidario, la disolución de 
todos los partidos políticos, quedando autorizado sólo el Partido Comunista. Se trató de un 
régimen de partido único, contrario por tanto a los principios de la democracia liberal; b) En lo 
electoral, se implementó el sufragio universal para todos los ciudadanos mayores de 18 años, 
quienes elegían a los delegados a los Soviets Locales, de donde surgían los representantes al 
Soviet Supremo; c) Se organizó la policía secreta o Checa y se persiguió a los opositores políticos: 
el clero, la nobleza y la burguesía primero y, más tarde, a campesinos y proletarios que se oponían 
al régimen imperante. Entre los primeros ejecutados se contaron el zar y toda la familia real. 
4) El Gobierno Nacional fue cambiando de estructura institucional. En principio rigió la 
Constitución de 1918 de la República Socialista Federativa Soviética de Rusia. En 1924 se aprobó 
la Constitución de la U.R.S.S. Más adelante se dictó la Constitución de 1936, Las Instituciones 
fundamentales fueron, en principio, el Congreso de los Soviets y el Comité Ejecutivo Central de 
Todas Las Rusias (CEC). Luego, en base a la Constitución de 1936/38, el Soviet Supremo, el 
Presidium y el Consejo de Ministros. Sin embargo, el Partido Comunista (PCUS) fue una institución 
de gran poder, en cuyo seno se producían las querellas intestinas entres distintas líneas 
partidarias, y del cual salían las autoridades, designadas por los miembros de su Comité Ejecutivo 
(CC). 
 
La organización institucional que perduró, en base a la Constitución de 1936/38, consistió 
en: 
a) El Soviet Supremo que era “el organismo estatal más alto”8. Se reunía 2 veces al año, o 
en caso de ser convocado para debatir algún tema significativo. Estaba integrado por 2 
Cámaras: El Soviet o Consejo de la Unión, que representaba en forma proporcional a la 
población, elegidos por un término de 4 años; y el Soviet o Consejo de las Nacionalidades, 
formada por 5 diputados representantes de cada República. Además de las funciones 
legislativas, este cuerpo elegía a los miembros del Presidium, el cual mediaba en caso de 
conflicto entre los dos Soviets, y podía disolverlos y llamar a nuevas elecciones, si no se 
alcanzaba el consenso. 
b) El Presidium era un cuerpo ejecutivo colegiado de 37 miembros, que elegían los diputados 
de las dos Cámaras, para actuar en los períodos en los cuales ellos no se reunían. Tenía 
 
8 McNall Burns; p. 855. 
funciones ejecutivas y legislativas, pues podía promulgar decretos, declarar la guerra y 
anular las disposiciones de los funcionarios administrativos que no se ajustaran a las leyes. 
Su jefe, el Presidente del Presidium, fue la más alta autoridad del país entre 1938 y 1991. 
Fue el cargo que antecedió al actual, que es Presidente de Rusia. Sin embargo, si bien el 
poder del Presidente era muy grande de jure, era apenas protocolar de facto. 
c) El Consejo de Ministros, organismo ejecutivo y administrativo superior, cuyos miembros 
eran también elegidos por el Soviet Supremo. Cada Ministro constituía la cabeza de un área 
administrativa: de Guerra, de Relaciones Exteriores, de Industria Pesada, etc. Su 
Presidente era de hecho, la máxima autoridad del país y cuando, además, era el Secretario 
General del Politburó, esto es, la cabeza del Partido Comunista, su poder era amplísimo e 
indiscutible. . 
d) El Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS) fue, de hecho, una institución de 
máximo poder. Comprendía 3 instituciones. 
 d.1. El Congreso General, que se reunía cada 5 años; 
 d.2. El Comité Central del Partido Comunista (CC), que dirigía el Partido 
aunque, en general, en sus reuniones convalidaban las decisiones tomadas por el Politburó; 
y aunque ellos elegían a los miembros del Politburó, lo hacían en base a la lista que éste les 
presentaba. Su poder prácticamente desapareció después de las grandes purgas ordenadas 
por Stalin, a partir de 1934. Después de su muerte y el ascenso como Secretario General 
del Partido de Nikita Kruschev, se revitalizó el poder del CC, que recuperó sus funciones 
ejecutivas, aunque no las legislativas. Cuando en 1964 triunfó dentro del Partido el grupo 
anti-Kruschev, fue depuesto de su cargo y reemplazado por Leonid Brezhnev. En 1985 
eligió a Gorbachov, quien inició la transformación del sistema institucional y económico en 
la URSS. 
 d.3. El Politburó o Buró Político del Comité Central del Partido Comunista, era 
un cuerpo de 5 miembros elegido por el Comité Central y sujeto –de jure- a su autoridad, a 
la cual le debía rendir cuenta de sus actos. Sin embargo, ese Politburó, dirigido por el 
Secretario General del Partido Comunista, era la máxima autoridad de hecho en la U.R.S.S. 
Decidía en las cuestiones que requerían de rápida atención y no podían esperar a las 
deliberaciones del Comité Central. Este cuerpo ya existía desde la constitución del régimen 
soviético. Entre los miembros del primer organismo estaban: Lenin, Trotsky y Stalin. 
El Politburó era tan importante, que sus decisiones eran comunicadas no sólo al Comité 
Central del Partido, sino al Soviet Supremo y al Congreso del Partido para su cumplimiento. 
El régimen era verticalista, y todos debían someterse por disciplina partidaria. El Secretario 
General tenía más poder que el Presidente del Presidium. En general, el Secretario General 
del Partido
Comunista era, al mismo tiempo, el Jefe del Consejo de Ministros. 
 Dentro de la política de la URSS, las autoridades que tuvieron mayor trascendencia fueron: 
Lenin (1921-1924) Stalin (1924-1946) y Nikita Kruschev (1953-1964), que fueron los tres que 
tuvieron simultáneamente los cargos de Presidente del Consejo de Ministros y Secretario 
General del Partido Comunista. Lenin gobernó en medio de la guerra entre los ejércitos rojo y 
blanco, Stalin durante la 2° guerra mundial y Kruschev durante la llamada guerra fría. 
5) En Economía se aplicó una política estatista y proteccionista: a) Se estatizaron las 
fábricas, que fueron regenteadas directamente por los obreros, pero bajo la supervisión de 
delegados del partido comunista; b) Se transformó el régimen de propiedad de la tierra. La 
creación de un régimen comunal no satisfizo a los campesinos, que esperaban tener lotes 
individuales, y eso llevó a muchos a oponerse al comunismo, adherir a los mencheviques y luchar 
en el Ejército Blanco. Además, se estatizaron los medios de transportes, las propiedades del 
suelo y subsuelo y el comercio exterior. 
En 1921, hubo un cambio transitorio de la política económica. Ante la evidencia de que la 
política de confiscaciones y nacionalizaciones había provocado una baja de rendimiento, Lenin 
implementó la Nueva Política Económica (NEP), que fue continuada por Stalin en la primera parte 
de su gobierno (Lenin de 1921 a 1924 y Stalin de |1924 al ’28). Se permitió a los campesinos la 
explotación privada en pequeñas y medianas parcelas, con control gubernamental, y a contratar 
braceros y vender a comerciantes particulares. Se autorizó la existencia de medianos 
comerciantes e industriales, pero los medios básicos de producción y transporte quedaron en 
manos del estado. La consecuencia inmediata fue el incremento de la producción y la afirmación 
de una pequeña y mediana burguesía; pero este orden social y económico era contrario a los 
principios comunistas. 
Entre 1928 y 1938 se implementaron el 1° y 2° Plan Quinquenal. Sus objetivos eran 
socializar la industria y la agricultura, y hacer de Rusia un gran país industrial. Los resultados 
fueron importantes: a) Se quintuplicó la producción, y Rusia llegó, en 1938, a ser la 4° nación en 
desarrollo industrial, después de EEUU, Alemania y Gran Bretaña, y la 3° productora de hierro y 
carbón, después de EEUU y Alemania. b) En el plano agrícola la socialización generó problemas 
con los campesinos, que fueron deportados y, en principio, se produjo una gran hambruna. En 
1936, ya socializado el 98% del suelo y organizado en granjas colectivas o estatales, hubo un 
aumento de producción importante, porque fue posible industrializar el agro y aumentar los rindes 
por Ha, cosa que los pequeños y medianos propietarios no podían hacer. 
6) La Política Social fue importante, pues el régimen consideraba al hombre como “el capital 
más valioso y, en consecuencia, se proponía elevar material y culturalmente a la población. La 
política sanitaria implicó la construcción de miles de instituciones –clínicas, hospitales, 
dispensarios- con atención médica gratuita. Se multiplicaron las instituciones para ancianos, 
futuras madres, recién nacidos. Se crearon hoteles del Estado para que la población disfrutara de 
vacaciones, se estimularon los deportes, se crearon jardines de infantes. Según el historiador 
Laski, el resultado de esta inversión fabulosa no alcanzó la calidad de la salud o la asistencia 
social en general de los países occidentales más avanzados; pero, reconoce, se “ha realizado a 
un ritmo inconcebible en cualquier sociedad capitalista” (Crouzet, 292). 
La familia se organizó sobre nuevas bases, porque con la revolución se puso fin a la familia 
tradicional, fundada sobre al poder marital y a la inferioridad femenina. Se postuló una nueva 
relación entre los esposos, fundado en la igualdad jurídica de los cónyuges, y en la posibilidad de 
disolver la unión por medio del divorcio por mutuo consentimiento o por el deseo de uno de ellos. 
Los padres pasaron a tener deberes para con los hijos –educación, alimentación, representación-
, cuyo cumplimiento fue controlado por el Estado; y desapareció la distinción entre hijos naturales 
y legítimos. La legislación familiar fue, pues novedosa, y su posicionamiento en beneficio de la 
igualación de mujeres a varones, y de los hijos entre sí, fue anterior a la de los países capitalistas 
occidentales. La ley de 1920 sobre “la protección de la salud de la mujer” intentó suprimir el aborto 
clandestino, autorizándolo en determinadas condiciones (Crouzet, 293). 
La organización social no fue plenamente igualitaria. No se aplicó el axioma comunista que 
rezaba: “de cada cual según su capacidad y a cada uno según sus necesidades”. Cada individuo 
recibió un salario valuado en forma desigual, según “el valor social del trabajo aportado a la 
colectividad”. Al respecto, manifestando su discrepancia con el axioma comunista, Lenin había 
afirmado que “pretender que haremos a todos los hombres iguales entre sí es una frase vacía y 
estúpida de los intelectuales” (Crouzet: 1969; VI, 273). Por su parte, Stalin precisó que “La 
nivelación en todas las necesidades de la vida privada es una estupidez pequeño burguesa y 
reaccionaria digna de cualquier secta primitiva de ascetas, pero no de una sociedad socialista 
organizada de modo marxista, pues no se puede exigir a los hombres que tengan los mismos 
deseos y los mismos gustos ni en la vida personal adopten un standard único.”(Ibídem, 272) 
7) La Política Religiosa y Cultural estuvo marcada por los principios comunistas. a) El 
Cristianismo fue perseguido: se clausuraron las Iglesias, se persiguió a los sacerdotes y se castigó 
a quienes practicaban la religión impidiéndoles ascensos en el plano laboral; b) En el plano cultural 
el objetivo fue elevar el nivel cultural. Se masificó la educación con la apertura de escuelas 
primarias, secundarias y técnicas; pero si bien fue gratuita, estuvo llena de contenidos partidarios. 
Se organizaron Institutos Científicos y se estimuló a los investigadores. . Se multiplicaron los 
periódicos, libros y emisiones radiales; pero había una sola voz, que era la del Partido Comunista. 
Se estimularon también las actividades artísticas (ballet, teatro música) y deportivas. 
Rusia en 1940, en vísperas de la 2° guerra mundial, el desarrollo económico era muy 
importante, e imperaba una intensa colectivización en las áreas rurales y en la producción 
industrial. a) En el campo predominaban las granjas colectivas, que agrupaban entre 60 y 200 
familias, y las granjas del estado, que eran de gran tamaño. Los campesinos eran retribuidos en 
función de la productividad; b) La industria estaba organizada y planificada por el Estado, quien 
determinaba la cantidad y calidad de bienes que cada rama industrial debía producir. Eran 
empresas cooperativas relativamente autónomas, controladas por el Estado, y los trabajadores 
recibían un salario que se incrementaba con el aumento de la productividad; c) El comercio estaba 
en manos del Estado y organizado en cooperativas. Había grandes almacenes donde se vendían 
los productos esenciales, pero la variedad de cada producto era escasa. No había mentalidad de 
consumo como en el mundo capitalista; d) La calidad de vida de la población ascendió en forma 
notable con la política sanitaria y educacional implementada. Según el historiador Laski, estas 
medidas no superaban en calidad a la de los países occidentales más avanzados; pero se habían 
realizado “a un ritmo inconcebible en cualquier sociedad capitalista”9 
En el plano político el régimen fue altamente dictatorial. Se produjeron persecuciones, 
deportaciones y el asesinado de miles de opositores. Se considera que la Dictadura de Stalin fue 
tan sangrienta como la de Hitler. 
El Régimen Stalinista tenía dos grandes enemigos: los regímenes Nazi-fascistas
y los 
Regímenes democrático-liberales. Eso no le impidió hacer un tratado con Hitler, para extender su 
frontera hacia el oeste, y repartirse Polonia. Cuando Hitler violó el tratado firmado y atacó a la 
URSS, Stalin hizo un pacto con los aliados. Al finalizar la 2° guerra mundial quedaron como 
 
9 Laski. Cit. Por M. Crouzet, en op.cit., p. 292 
grandes potencias EEUU y la URSS. 
3) EL ESTADO TOTALITARIO EN ITALIA 
 
3.1. Situación de Italia previa al ascenso de Mussolini 
 
La primera nación que dio la espalda al sistema imperante en el siglo XIX y a las viejas 
clases dominantes, fue Italia. 
 
El régimen italiano, al comenzar la fase de posguerra, era aún una Monarquía 
Constitucional, bajo el reinado de Víctor Manuel II, de la Casa de Saboya –la que había 
concretado, atrás, la unificación italiana. Se fundaba en la democracia liberal, y las primeras 
elecciones de posguerra indicaban su persistencia, a semejanza de Gran Bretaña y Francia. Los 
grupos políticos de la Cámara de Diputados eran: el liberal democrático con ligera mayoría, una 
minoría social demócrata importante, y un grupo también considerable del Partido Popular 
Católico, también democrático. 
 
La situación interna, sin embargo, era de gran insatisfacción. Italia, dada su pertenencia a la 
alianza triunfante en la guerra, esperaba ver satisfechas sus expectativas de expansión hacia 
África y el Próximo Oriente; y sentía que en la Conferencia de Paz había sufrido un desaire. La 
aniquilación de sus aspiraciones de poderío y de reconstrucción del antiguo imperio romano 
generó, sobre todo en las generaciones más jóvenes, un sentimiento profundo de humillación. 
Primero se culpó a Wilson y a las grandes potencias. Luego la ira se volcó contra la propia 
dirigencia. 
 
A ello se agregaron las dificultades económicas y sociales, debido no sólo al cese de la 
guerra sino también a los efectos de la crisis de 1929: la política proteccionista de EEUU y su 
negativa a recibir más contingentes inmigratorios -que habrían paliado la situación girando 
recursos a sus familias. Los efectos fueron: inflación, alza de precios, especulación, explotación, 
desempleo, caída del salario. Ese clima produjo el fortalecimiento de los grupos de izquierda –los 
socialistas abrazaron ideales comunistas-, y de derecha nacionalista. En este sector empezó a 
actuar Benito Mussolini. 
Mussolini, aunque provenía del socialismo, rompió con ese partido y adhirió al nacionalismo, 
anticomunista y antiliberal; y, en principio, también anticatólica. Presentó su programa en 1919: 
un documento extremista que exigía el sufragio universal, la abolición del Senado y la oposición a 
todos los imperialismos. Propiciaba un gobierno fuerte que hiciera efectivas las reivindicaciones 
italianas. 
 Recibió el apoyo de soldados desmovilizados, oficinistas empobrecidos (la clase media 
baja), sectores sin trabajo (lo que Marx había llamado lumpen-proletariado) –porque en general 
los obreros, o sea los proletarios en la terminología marxista, integrados en sus sindicatos, 
mantuvieron sus posiciones socialistas y anarquistas. También recibió el apoyo de la burguesía 
capitalista, hombres de negocios preocupados por el progreso del socialismo y el comunismo, que 
apoyaron el fascismo como un extremismo menos peligroso, porque no atentaría contra sus 
propiedades. 
 
El movimiento fue organizado en grupos (Fascios) dispersos por toda Italia, estructurados 
en base al modelo de los de Milán, creados por Mussolini en 1919. De ahí derivó el nombre 
Fascismo, que se dio al movimiento. En 1921 el movimiento se consolidó como un partido político, 
con la particularidad de estar rodeado de símbolos y ceremonias. Los fascistas vestían camisas 
negras –a imitación de los camisas rojas del Garibaldi de antaño-, y resucitaron el uso romano de 
saludar con la mano extendida, entre otros símbolos del Imperio Romano, al cual se proponían 
recrear. 
 
Bien organizados y con tácticas violentas e intimidatorias, fueron encontrando cada vez 
mayor eco entre los sectores empobrecidos y resentidos, desilusionados del gobierno democrático 
liberal que no daba soluciones a sus problemas, y que veían en las propuestas de Mussolini una 
posibilidad de reivindicación. En el Congreso Fascista realizado en Nápoles en 1922, los fascistas 
desfilaron por las calles en un alarde de poder, y Mussolini declaró: “O nos dan el gobierno o 
marchamos sobre Roma” (Hayes, II, 654). Las multitudes fascistas concretaron la “Marcha sobre 
Roma” y tomaron el poder, pues el Rey Víctor Manuel III, abandonado de hecho por el ejército, 
que se declaró neutral, y ante la dimisión del Primer Ministro, hizo a Mussolini el encargo de 
formar gobierno. En un régimen parlamentario como el italiano, debía formar gobierno el jefe del 
partido que ganaba las elecciones parlamentarias. La novedad en este caso, es que facilitó la 
asunción como Primer Ministro a quien no había ganado elecciones, sino que se había impuesto 
por acto de fuerza. 
 
3.2. El Régimen Fascista 
 
Mussolini, inmediatamente, exigió al Parlamento que le concediera poderes dictatoriales. 
Este acto significó la muerte del Régimen Parlamentario liberal y la instauración de la Dictadura 
Fascista. 
Las medidas que siguieron fueron muy represivas: los fascistas se adueñaron de todos los 
puestos claves y se arrogaron el monopolio de la propaganda. Se impuso una censura total. Los 
antifascistas debieron reducirse al silencio, los miembros de los partidos opositores fueron 
sometidos a control, encarcelados, desterrados y hasta asesinados (como el socialista Matteoti). 
El Régimen Fascista profundizó sus medidas dictatoriales entre 1925 y 1928. Así: 
a) Los Partidos Políticos fueron proscriptos, salvo el Fascista. Así, caducó el sistema de 
partidos pluripartidista –propio de los regímenes parlamentarios- y se inició el régimen 
unipartidista; 
b) El Parlamento subsistió pero perdió su esencia. Sus miembros se reclutaban sólo entre 
los miembros del partido fascista, que la ciudadanía elegía votando por “sí” o por “no”. Su función 
de formular y sancionar leyes pasó al Duce, y la de controlar a las autoridades ejecutivas se 
abrogó. Todos cumplían las órdenes del Conductor que, en cuanto tal, siempre tenía razón. 
c) El Conductor del partido fascista o Duce recibió la facultad de proponer las leyes -que el 
Parlamento sin objeciones- y de nombrar a las autoridades locales. Era la única autoridad. Era a 
la vez Primer Ministro y Presidente del Gran Consejo del Partido Fascista, que tenía sus 
federaciones regionales y grupos locales, como el partido comunista ruso. Para imponer su poder 
no contaba sólo con los instrumentos legales y agentes del gobierno, sino con una milicia fascista 
especial, integrada por jóvenes a los que adoctrinaba como futuros miembros del partido. 
e) La Cámara de las Corporaciones fue organizada en 1926, con el objeto de atraer al sector 
obrero y someterlo a su influencia. Con las reformas laborales introducidas logró su; pero en 
contrapartida, declaró ilegales los sindicatos no fascistas y canceló el derecho de huelga. Para 
resolver los conflictos laborales propició la creación de 13 sindicatos: 6 obreros, 6 empresarios y 
1 de profesionales, y se crearon tribunales especiales para que actuaran en caso de problemas 
laborales. Así, el Estado Parlamentario de antaño fue reemplazado por el Estado Corporativo. 
Para afianzar el régimen, Mussolini actuó en todos los planos: religioso, económico y 
político. 
 
a) Las Relaciones de Mussolini con la Iglesia Católica tuvieron un propósito político: 
neutralizar a los católicos practicantes, que constituían un gran número.
Para lograr su adhesión negoció con el Papa Pío XI el Tratado de Letrán de 1929. Por él le 
reconoció la soberanía e independencia de la Ciudad de Vaticano, que se transformó en un Estado 
Papal, y el Estado Italiano indemnizó al Vaticano con millones de liras por la pérdida de los 
territorios de los antiguos Estados Pontificios (hecho acaecido cuando se produjo la unificación 
italiana). Se firmó además un Concordato que regulaba las relaciones entre Estado e Iglesia, por 
el cual la Iglesia se comprometía a instruir a las organizaciones católicas para que, al menos, no 
hicieran prédica antifascista. En contrapartida, se daba a la Iglesia gran injerencia en la educación 
de la juventud. 
 
Las relaciones entre el Estado Fascista y la Iglesia no fueron sencillas. Pronto entraron en 
conflicto sobre la cuestión escolar y las organizaciones juveniles, pues el gobierno buscaba 
adoctrinar a la juventud en el ideario fascista. Era natural el conflicto, opina Hayes, porque “El 
Catolicismo y la dictadura totalitaria eran fundamentalmente incompatibles” (Hayes, II, 655). 
b) El Orden Social. Se produjo un importante proceso de ascenso social, merced a la intensa 
campaña realizada por el régimen para estimular el desarrollo económico. Buscaba además, la 
recuperación del orgullo nacional y la penetración del ideario imperialista. 
En el plano económico introdujo una serie de mejoras, para modernizar el país y dar trabajo 
a los desocupados. Así, se renovaron los ferrocarriles y se crearon nuevos ramales, se 
construyeron buques de carga y pasajeros –algunos principescos-, se drenaron marismas, se 
erigieron centrales eléctricas, se concretó una variedad de obras públicas –caminos, puentes, 
edificios monumentales. El objetivo de Mussolini era la autarquía económica de Italia, en la mayor 
medida posible. 
 
c) En política, los discursos y símbolos impuestos tuvieron por finalidad exacerbar el 
nacionalismo. Se recordó a los italianos, en forma permanente, las glorias del pasado, conectadas 
con la idea del destino nacional. Se excavaron monumentos romanos y se erigieron otros de gran 
magnificencia. Se usaron símbolos unitivos, como el águila romana, para afirmar la idea del 
Imperio. 
 
El desarrollo del Nacionalismo fue acompañado del incremento del Militarismo. Mussolini se 
ocupó de ampliar el ejército y modernizar su armamento. Se adiestró a jóvenes y niños en el 
manejo de armas. En sus discursos, muy belicistas, el Duce alababa las virtudes bélicas y 
heroicas, intentando estimular en los italianos el espíritu marcial típico, más bien, de los alemanes. 
Su objetivo era la expansión en el norte de África. 
 
4) EL ESTADO TOTALITARIO EN ALEMANIA 
 
4.1. La Alemania Republicana (1919-1933) 
 
En Alemania, la derrota en la Gran Guerra produjo la caída del Imperio de la dinastía 
Hohenzollern en noviembre de 1918 y la instauración de un régimen republicano: la República de 
Weimar. Esta República, sustentada en una coalición de socialistas, centristas y demócratas, 
duró unos 15 años y fue muy débil, debido a una serie de factores. En lo político, sufrió la oposición 
de la “derecha” monárquica y de la extrema “izquierda”, que deseaban implantar un régimen 
comunista. La dirigencia se desvalorizó frente a la opinión pública por aceptar las cláusulas del 
Tratado de Versalles, considerado humillante. 
La República de Weimar fue constituida por una Asamblea reunida en Weimar en febrero 
de 1919. Los partidos aliados al gobierno tuvieron amplia mayoría10 y la Asamblea, ratificó en junio 
el Tratado de Versalles y sancionó más tarde la Constitución de Weimar. 
a) La Constitución creó una República Parlamentaria. Los poderes fueron: el ejecutivo 
compuesto por un jefe de Estado –el Presidente-, elegido por 7 años en forma directa por el 
pueblo, y un jefe de gobierno –el Canciller-, quien formaba el ministerio y era responsable 
ante las Cámaras11; el legislativo bicameral, integrado por el Reichstag que representaba al 
pueblo, y el Reichsrat que representaba a los Estados; y un poder judicial independiente. 
b) El derecho de sufragio era reconocido a todos los ciudadanos adultos de ambos sexos, o 
sea que Alemania fue uno de los primeros países en hacer extensivo el sufragio a las 
mujeres. Además de la clásica declaración de derechos individuales, figuraba en dicha 
constitución derechos que no eran tan comunes en las Constituciones de la época: el 
referéndum y la revocación de mandato. Creaba un Consejo Económico Social donde 
representantes del capital y el trabajo actuarían como asesores en materia de legislación 
social y económica. 
c) La República era de tipo federal, y principios democráticos semejantes estaban 
contenidos en las Constituciones de los Estados miembros: Prusia, Baviera, Sajonia y todos 
los demás. 
La situación económico-social general de Alemania era grave, por la alta inflación, el alza 
de precios, el desabastecimiento y el mercado negro, y la falta de trabajo para los soldados 
desmilitarizados. En la década del 20, sin embargo, la República pareció fortalecerse, con una 
serie de logros: el Tratado de Locarno, la desocupación del Ruhr y la Renania, y una mejora en la 
economía, pues pese al proteccionismo imperante Alemania logró recuperar mercados exteriores. 
Obtuvo empréstitos norteamericanos para ir pagando las reparaciones de guerra. 
 
10 Esos partidos fueron: el Socialismo (sector socialdemócrata), los Centristas Católicos y los Progresistas o “Demócratas”. 
11 En los regímenes parlamentarios, el jefe de gobierno dura el tiempo en que tiene el aval de las Cámaras. O sea que si en 
las elecciones subsiguientes, pierde la mayoría parlamentaria, se forma un nuevo gobierno. El encargado de hacerlo es el 
jefe del partido que triunfa en las elecciones legislativas. 
El proceso de debilitamiento de la República se inició con la crisis financiera de 1929 los 
problemas económicos resurgieron, y la coalición política gubernamental empezó a 
resquebrajarse. Los socialdemócratas engrosaron las filas del socialismo de filiación comunista; y 
un importante sector de la coalición giró a la derecha, asociándose con los enemigos tradicionales 
de la República: los Junkers -aristócratas terratenientes de Prusia, adictos a la Monarquía, que 
ocupaban los cargos más altos del Ejército y la Administración. 
El Partido Nacionalista, que empezó su accionar anti-republicano en la década del ’20, tuvo 
a los Junkers como cuadros directivos. Su accionar subversiva fracasó en esa década, como en 
el Putsch de la Cervecería de Munich de 1923, ocasión en la que fueron detenidos el anciano 
general Ludendorff y un joven desconocido: Adolfo Hitler12. Sin embargo, en las elecciones 
presidenciales de 1925 convocadas para suceder al socialista Ebert –que había fallecido-, tuvieron 
la astucia de llevar como candidato a un anciano héroe de guerra: el Mariscal Hindemburg. Así, 
lograron apoyo popular. 
El Mariscal Hindemburg fue fiel a la Constitución que había jurado en su primer gobierno; y 
por eso fue reelecto, votado por la alianza republicana, frente a los dos partidos extremistas: el 
comunista y el nacionalsocialista con Hitler como candidato. Hindemburg sacó 20 millones de 
votos, contra 13 millones de Hitler y casi 4 millones de los comunistas. Hindemburg designó 
sucesivamente como Cancilleres a dos representantes de la derecha13; pero como en las 
elecciones de 1933 ninguno logró organizar gobierno, ofreció el cargo de Canciller a Hitler, 
impulsado por los Junkers. . 
El Partido Nacional Socialista Obrero Alemán (NSDAP) de Hitler había tenido modestos 
éxitos electorales hasta 1929, pero a partir de la crisis de ese año, consiguió el apoyo de amplios 
sectores de la clase media baja, de los desocupados y de una parte de los nacionalistas 
conservadores, quienes creían que podrían usar su capacidad de liderazgo
para alcanzar el poder, 
y que luego podrían neutralizarlo. La gran burguesía –magnates del comercio y de la industria-, 
empezaron a verlo como una barrera contra el avance del comunismo, que se expandía entre la 
clase obrera. Este fue también el enfoque de los Junkers al proponer al Presidente su designación 
como Canciller, pues aunque el Partido Nazi contaba sólo con el 34% de los escaños, recibiría el 
apoyo de los Nacionalistas Conservadores para que pudiera formar gobierno. Así, usando el 
engranaje republicano, logró llegar al poder en 1933, el hombre que pronto traicionaría a esos 
aliados, anularía la Constitución de Weimar y daría vida a una Dictadura Totalitaria. 
 
4.2. La Dictadura Nazi 
 
La Dictadura de Hitler, que contó con el apoyo de amplios sectores de la población, que 
adhirieron a su programa. Se sustentó teóricamente en su obra Mi Lucha, y se fue estructurando 
mediante el uso de una serie de instrumentos: el Partido Nacional Socialista, las fuerzas de 
choque, los símbolos de unidad, el estilo discursivo y el dictado de decretos y leyes. 
1. Los apoyos sociales con los cuales contó fueron: a) Los terratenientes tradicionalistas y 
la alta burguesía, temerosos todos del avance del comunismo; b) La pequeña burguesía: 
empleados y funcionarios, intelectuales y profesionales, ex oficiales, pequeños propietarios 
industriales y comerciantes medianos, pues en Alemania la clase media estaba proletarizada; c) 
 
12 Mientras estuvo en prisión Hitler escribió Mi Lucha (Mein Kampf), una especie de biblia del nazismo. 
13 Von Papen primero y a Von Schleicher después. 
Los pequeños propietarios campesinos aplastados por las deudas; d) Los desocupados, el 
denominado lumpen proletariat por Marx, y los ex combatientes sin empleo. No adhirieron a su 
partido, que se llamaba “obrero alemán”, precisamente los obreros, pues los trabajadores 
sindicalizados adherían a la izquierda, y los análisis que efectuaban en los sindicatos evitaron que 
prendiesen en ellos las arengas nacionalistas (Crouzet; 204). Al igual que en Italia, afirma Crouzet, 
los aliados mayoritarios del régimen fueron los pequeños burgueses o burgueses, el “proletariado 
de cuello duro” o proletariado intelectual, ya proletarizados de hecho o amenazados de serlo en 
plazo breve. Su orgullo de clase les impedía adherir al cambio radical ínsito en el socialismo y el 
comunismo. 
2. Las propuestas de Hitler en sus arengas eran: a) la revisión del Tratado de Versalles, la 
devolución de las colonias que habían perdido al terminar la guerra, el rearme sin restricciones, y 
la integración de todos los pueblos de habla alemana, para la constitución de la Gran Alemania; 
b) la quita de la ciudadanía a judíos y extranjeros; c) La anulación de los partidos no nacionalistas, 
que habían apoyado al régimen de Weimar, que habían debilitado a Alemania; d) La 
implementación de reformas económicas proteccionistas para atraerse a la clase obrera y a 
sectores de la clase media; y, con el mismo objetivo, reformas que nunca sustanciaría porque 
significaban un atentado contra los grandes capitalistas, como impedir la especulación con las 
tierras y la financiera. 
3. Los instrumentos con los que contó fueron convincentes para algunos, en tanto otros se 
sometieron por el terror que los discursos y las fuerzas represivas generaban. 
 a) La obra Mi Lucha, escrita antes de asumir el poder, y ampliamente difundida. En ella cuestionaba 
el liberalismo y todos los valores introducidos por la revolución francesa, además de la democracia 
liberal. Postulaba un vigoroso nacionalismo y un fuerte racismo, sustentado en la teoría de la 
desigualdad natural de los hombres y la existencia de hombres superiores, destinados a gobernar 
Alemania y el mundo. Instaba a la total subordinación al líder, y la organización de corporaciones 
como cuerpos de consultivos. 
Respecto a la desigualdad de los hombres, y, en consecuencia, de las naciones, declaró 
Hitler en Mi Lucha: 
“Para que se desarrollase una cultura superior, fue necesario que existiesen individuos de inferior 
civilización, pues nadie, sino éstos, podían sustituir al instrumento técnico sin el cual el progreso era 
inconcebible […] La América del Norte, cuya población está formada en su mayor parte por elementos 
germánicos que apenas si llegaron a confundirse con las razas inferiores de color, exhibe una cultura 
y una humanidad muy diferentes de las que exhiben la América Central y del Sur, pues allí los 
colonizadores […] de origen latino, mezclaron con mucha liberalidad su sangre con la de los 
aborígenes. Si tomamos esto como ejemplo, fácilmente comprenderemos los efectos de la confusión 
racial”. 
b) El Partido Nacional Socialista fue organizado según los modelos comunista y fascista: 
células locales que se integraban en otras mayores, además de las agrupaciones juveniles. 
c) Los grupos armados fueron: las SS o guardia del partido y las SA o “tropas de asalto”. 
Emplearon tácticas violentas, violando las leyes y derechos personales, con lo cual 
sembraron el terror entre sus adversarios. 
d) Los símbolos fueron la camisa parda que fue el uniforme y la cruz gamada negra sobre 
campo rojo como emblema, la svástica. La bandera republicana fue proscripta. 
e) El discurso fue violento y con él creó a los enemigos de Alemania, internos y externos. 
Enemigos internos eran los judíos que –decía-, habían entregado el país a los extranjeros, 
además de los opositores: comunistas, liberales, demócratas, socialdemócratas, todos 
aliados a los enemigos extranjeros de Alemania por ser internacionalistas. Fueron 
perseguidos, detenidos –incluso los diputados que poseían inmunidad- y, muchos, 
asesinados. Enemigos externos eran las potencias capitalistas que los humillaron con el 
Tratado de Versalles. 
f) Dictó Decretos que limitaban los derechos individuales: la libertad de expresión y de 
prensa, el respeto a la propiedad y la inviolabilidad de los domicilios, la correspondencia y 
las conversaciones telefónicas, las libertades de reunión y asociación. Además, permitía al 
gobierno nacional intervenir los gobiernos regionales, cuando los considerara incapaces de 
mantener el orden; y así los estados principales –como Prusia- que no respondían a los 
nazis. Finalmente, por la “Ley Habilitante” dictada por el Parlamento -luego de que los social-
demócratas quedaran en minoría por la detención de muchos diputados-, por la cual se le 
otorgó la suma del poder, pues se le delegaron las funciones legislativas y judiciales. Así, 
con la convalidación del Reichstag, se puso fin al gobierno parlamentario. Institucionalmente 
nació al 3° Reich o Tercer Imperio. 
4. Las instituciones fueron adaptadas al nuevo régimen que era antidemocrático, 
antiparlamentario, anti-individualista, anti-igualitarista, anti-pacifista, anti-internacionalista y, al 
menos discursivamente, anticapitalista. El Régimen instaurado fue una Dictadura Totalitaria, sobre 
una masa de hombres inferiores destinados a obedecer y a servir a los superiores, que propiciaba 
la subordinación total del individuo al Estado, protegía el capitalismo nacional y bregaba por la 
expansión imperialista. 
Las instituciones fueron amoldadas del siguiente modo: 
4.1. El federalismo fue cancelado. Los gobiernos federales fueron intervenidos y las Dietas 
disueltas. Los gobernadores fueron serviles delegados del gobierno de Berlín. 
4.2. Los sindicatos fueron disueltos. Se creó un Sindicato Único, el Frente Alemán del 
Trabajo, subordinado al Partido Nazi y con dirigencia puramente nazi.. 
4.3. Los partidos fueron disueltos. El único autorizado fue el Partido Nazi, o sea que 
Alemania, como Italia, se transformó en un régimen de Partido Único. 
4.4. El Partido Nacional Socialista Obrero Alemán (NSDAP) sufrió una serie de purgas. La 
más importante fue la llamada Noche de
los cuchillos largos, en 1934. La mayor parte de los 
asesinados pertenecían a las SA. La mayor parte de los asesinatos de cientos de sus 
seguidores, fue concretada por las SS, cuerpo de élite nazi, y la Gestapo policía secreta del 
Estado. La administración se llenó de nazis, con la significación de “milicia civil”. 
4.5. El Ejército fue cooptado y modificado. Las SA habían sido purgadas por su tendencia a 
la violencia callejera, que molestaba a los jefes del Ejército, junkers en su mayoría. Hitler, 
tras lograr el apoyo de la oficialidad, alteró su organización y lo rebautizó con el nombre de 
Wehrmacht (Fuerza Nacional). Como tal existió entre 1935 y 1945. 
4.6. El Poder Judicial fue asimilado, mediante la presión a los jueces principistas y la 
designación de jueces adictos. Así logró que los jueces aportaran los fundamentos jurídicos 
para justificar el régimen y su accionar, y que las cortes alemanas convalidaran, para mostrar 
su lealtad, las ejecuciones extrajudiciales. Estaban sometidos a Hitler, que había sido 
investido no sólo de las funciones legislativas sino de las judiciales. “El nuevo derecho, en 
[…] contraste con el derecho clásico, determina que el juez ya no se debe al texto de la ley 
sino que basta que su sentencia esté conforme con el ‘sentimiento normal’ del pueblo” 
(Crouzet; 213). 
 
5. La Política Anticristiana fue importante, porque el cristianismo era considerado por Hitler 
una religión judía. Además, el culto al pasado germano, sus mitos y héroes, llevó a los nazis a una 
actitud anticlerical y a una reinterpretación del cristianismo sobre la base del paganismo germano. 
Se creó el grupo de los cristianos alemanes, impulsado por el teólogo Müler, cuyas ideas que 
combinaban cristianismo y nazismo, debieron ser aceptadas por las iglesias cristianas 
protestantes: luterana, calvinista, presbiteriana y otras. Se destituyó a los clérigos de origen judío 
o casados con judías, se prohibió la conversión al cristianismo de los judíos, se hizo una prédica 
antisemita en las iglesias –con el argumento medieval de que habían matado a Jesus. Como 
reacción se fundó la Iglesia Confesante, que reivindicaba el cristianismo tradicional, pero sus 
líderes fueron perseguidos. 
La Iglesia Católica, cuando empezó a sufrir persecuciones, se doblegó. Los obispos 
rectificaron las declaraciones en las cuales condenaban al nazismo, y en 1933 firmaron el 
Concordato por el cual se reconoció el Estado nacional socialista. Se obligó al Papa a aceptar que 
los clérigos y obispos, antes de asumir su función, debían jurar lealtad al Estado alemán. Pese a 
esa sumisión, la Encíclica de 193714 recordó que el racismo contrastaba con la moral cristiana. 
6. La Política Antisemita. El antisemitismo ya existía antes de Hitler, en Alemania como en 
toda Europa y América, porque los clérigos cristianos habían hecho responsables a los judíos de 
la muerte de Jesús. En el caso de Alemania, los 600.000 judíos, que constituían el 0,76% de la 
población, estaba totalmente asimilado a la cultura alemana e incluso miles de ellos se habían 
convertido al luteranismo en la 2° mitad del siglo XIX, para poder ingresar a la administración 
pública15. Formaban parte del ejército, la marina y la administración, había luchado en la primera 
guerra mundial para defender su país, y habían contribuido al desarrollo de la ciencia y la cultura. 
Hitler, quien en sus discursos antes del Putsch de Munich había evidenciado su antisemitismo, y 
que en Mi Lucha los consideraba una raza inferior de la cual había que liberar a Alemania, empezó 
a culparlos de ser los causantes de la derrota en la guerra, de la hiperinflación y de la gran 
depresión iniciada en 1929 –acusaciones que provocaron pogroms en varias ciudades. 
Una vez instalado Hitler en el poder, la persecución a los judíos se profundizó año a año, 
desde 1933. En principio se limitó su acceso a la administración pública, a las universidades y al 
desempeño de algunas profesiones, como medicina y derecho. Aunque por momentos las 
limitaciones disminuyeron –al punto que muchísimos judíos creyeron que era un discurso 
transitorio- en setiembre de 1935 se oficializó la exclusión de los judíos mediante las Leyes de 
Nüremberg. Por ellas se los privó de la ciudadanía y se restringieron sus derechos civiles y 
vínculos con la población alemana, pues sólo los considerados arios entraron en esta categoría16. 
Se los excluyó de las profesiones y oficios, además de los trabajos formales –pues se vedó a los 
alemanes tenerlos como empleados-, se prohibieron las relaciones sexuales y los matrimonios 
entre población de origen aria y los judíos y se estipuló como condena la prisión. Fueron sacados 
del equipo que debía participar de los juegos olímpicos en 1936. El derecho de propiedad fue 
 
14 Encíclica Mit brennender Sorge. 
15 El padre de Karl Marx era un judío convertido al luteranismo, para poder formar parte de la burocracia prusiana. 
16 Los eslavos, como los italiotas, helenos, celtas y otros muchos pueblos eran indoeuropeos o arios desde el punto de vista 
étnico; pero para Hitler la palabra connotaba raza y sólo refería a los alemanes. 
conculcado: las propiedades fueron expropiadas y vendidas a precios irrisorios a población 
alemana. 
La Solución Final u Holocausto empezó en 1938 con el operativo llamado La Noche de los 
Cristales Rotos, consistente en asaltos contra la población judía por las fuerzas represivas –SA, 
SS, las Juventudes Hitlerianas, Gestapo- junto a la población civil, en la noche del 9 al 10 de 
noviembre, en Alemania y en Austria. Las propiedades judías fueron destruidas y unas 1500 
sinagogas incendiadas. Las calles quedaron llenas de vidrios rotos. Millones de judíos fueron 
transportados a los campos de concentración, principalmente a Sachsenhausen, Buchenwald y 
Dachau. 
7. La propaganda fue intensiva, a través de la prensa, la radio, el cine y los mítines públicos 
Como la censura impedía a los alemanes disponer de un discurso disidente, un sector mayoritario 
de la población fue convenciéndose del “genio” de su nuevo líder: Hitler, el Führer o Conductor. 
Se procedió a la quema de libros que contrastaban con la prédica nazi –de extracción liberal, 
democrática, comunista y, muy en particular, libros y obras de arte y música de autores judíos. 
Como instrumento socializador actuaron, además de la maquinaria propagandística y el sistema 
de terror y espionaje, los símbolos externos: los uniformes, el entrenamiento militar, los desfiles y 
las frecuentes concentraciones. 
En la Dictadura Totalitaria instaurada por Hitler, el Estado era omnipotente. La acción 
individual que contrariaba los intereses del Estado era inadmisible: Por eso el código penal se 
modificó y las penas se agravaron. La nueva legislación fue especialmente rigurosa con la traición, 
los crímenes contra la raza y la sangre, y los que atentaban contra “el bien de la Comunidad 
nacional” –expresión vaga en la cual podía entrar cualquier acusación. En economía, en forma 
correlativa, todas las instituciones –empresas, sindicatos- debían estar subordinadas al control 
estatal: precios y salarios, intereses bancarios, todo era fijado por el gobierno y nada quedaba 
librado a la ley de la oferta y la demanda. La penetración del Estado incluía la esfera religiosa, la 
intelectual y hasta la familiar. 
Un rasgo notable del régimen fue su apelación al componente irracional del hombre. Thomas 
Mann subrayó ‘la embriaguez’” generada en las masas por Hitler. Los nazis se manifiestan llenos 
de fe, en correspondencia con las declaraciones de su líder, quien sostuvo: “No es la inteligencia 
más sutil la que ha salvado a Alemania de su desgracia, sino nuestra fe…” (Crouzet, 207). 
El líder era considerado –como parte de esa pasión irracional-, omnisciente e infalible. En 
consecuencia, la adoración al Führer (o
al Duce) y la sumisión total a su voluntad eran norma 
indiscutible. Era la concepción carismática de liderazgo: el Líder siempre tenía razón17 porque 
representaba el espíritu del pueblo. Ninguna ley escrita podía prevalecer sobre su voluntad. 
Un tema significativo e igualmente irracional, era el de la preservación de la pureza de la 
raza, pues, según “la ley de la sangre y de la raza” inspirada en Gobineau, se consideraban 
miembros de una raza superior: la aria. Eso llevó a la exclusión, no sólo de los judíos, sino también 
de los enfermos incurables, los discapacitados y los criminales. En contrapartida, se estimuló la 
natalidad de las parejas “arias” sanas. A la formación de estos niños se le dio prioridad: se buscó 
transformarlos en hombres vigorosos, activos y acostumbrados a la obediencia, para lo cual se 
priorizó la educación física sobre la intelectual, pues ayudaba a la formación del carácter. En la 
enseñanza se inculcó el culto a los héroes y el espíritu de sacrificio por la patria. El personal 
 
17 En esta cosmovisión “Hitler es el elegido de Dios, un personaje sagrado que es objeto de un verdadero culto”. En cuanto 
a los fascistas, la consigna era: “Creer, obedecer y combatir”. En M. Crouzet, op.cit., p. 207. 
docente fue depurado y muy controlado. No se educaba, se adoctrinaba, con propaganda desde 
la primaria. 
En sus arengas anteriores a la imposición de la Dictadura, Hitler había dejado entrever que 
produciría una revolución; pero en realidad, sus ideas sobre la sociedad jerárquica le impedían 
realizar cualquier tipo de revolución de tipo económica. Su gobierno no alteró el dominio de los 
grandes intereses ni tendió al traspaso de riqueza de los más poderosos a los menos favorecidos. 
Por eso, rápidamente rompió con los sectores de izquierda de su partido –una minoría de 
izquierdistas que creyeron en él-, dirigida por los hermanos Strasser. 
Se hicieron grandes obras edilicias y de infraestructuras –como las autovías- y se 
impulsaron industrias, para dar trabajo a los desocupados. Pero en general los grandes 
beneficiados del régimen no fueron los obreros sino la alta burguesía y los grandes dignatarios 
del partido, que se apropiaron de los bienes de los judíos –empresas, casas, joyas-, concretaron 
negociados y, más adelante, se quedaron con obras de arte de los museos, que fueron expoliados. 
 
Como en el caso italiano, el nazismo buscó sustituir la idea de lucha de clases por la de 
conciliación entre las clases; pero, como en el caso de todos los fascismos, los grandes 
beneficiarios fueron los propietarios y no los trabajadores. Esto es comprensible, si se tiene en 
cuenta que las Dictaduras Fascistas fueron apoyadas por el gran capital nacional, para frenar las 
reivindicaciones de los trabajadores y su eventual giro hacia el comunismo. 
 
B) FIN DE LAS GUERRAS MUNDIALES Y CONFORMACION DEL MODELO 
BIPOLAR 
 
1) LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL 
A las causas profundas de la Segunda Guerra Mundial las constituyeron cuestiones de tipo 
ideológico, relacionadas con el sesgo de la Alemania nazi, la Italia fascista y el Japón militarista 
(Frías Silva – Carracedo). La era de las catástrofes conoció un claro retroceso del liberalismo 
político, que se aceleró notablemente cuando Adolf Hitler asumió el cargo de canciller de Alemania 
en 1.933. Entre 1.920 y 1.944 la cantidad de gobiernos constitucionales y elegidos pasó de 35 a 
12.18 A finales de la década del treinta, la amenaza para las instituciones liberales procedía 
exclusivamente de la derecha; el término “totalitarismo”, inventado como descripción del fascismo 
italiano, prácticamente sólo se aplicaba a ese tipo de regímenes. A esa época ningún régimen 
democrático – liberal había sido desalojado del poder desde la izquierda. El peligro procedía 
exclusivamente de la derecha, una derecha que no sólo era una amenaza para el gobierno 
constitucional y representativo, sino una amenaza ideológica para la civilización liberal como tal, 
y un movimiento de posible alcance mundial. 
La situación internacional creada por la Primera Guerra Mundial era intrínsecamente 
inestable, especialmente en Europa, pero también en el Extremo Oriente y, por consiguiente, no 
se creía que la paz pudiera ser duradera. La insatisfacción por el statu quo no la manifestaban 
sólo los estados derrotados, aunque éstos, especialmente Alemania, creían tener motivos 
sobrados para el resentimiento. Todos los partidos alemanes, desde los comunistas en la extrema 
izquierda, hasta los nacionalsocialistas de Hitler, en la extrema derecha, coincidían en condenar 
 
18 Hobsbawm, ob. cit. p. 119. 
el tratado de Versalles como injusto e inaceptable. Los otros países derrotados en la Primera 
Guerra, Rusia (si bien integrante del bando vencedor, abandonó la guerra antes de su finalización 
y celebró un tratado desfavorable con Alemania) y Turquía, estaban demasiado preocupados por 
sus propios asuntos, como la revolución interna y la defensa de sus fronteras, como para poder 
desestabilizar la situación internacional. En los años treinta ambos países eran factores de 
estabilidad y, de hecho, Turquía permaneció neutral en la Segunda Guerra Mundial.19 
Por otro lado, Japón e Italia, aunque integrados en el bando vencedor, se sentían 
insatisfechos. Italia había obtenido de la guerra importantes anexiones territoriales en los Alpes, 
en el Adriático e incluso en el Mar Egeo, aunque no había conseguido todo cuanto le habían 
prometido los aliados en 1.915 a cambio de su adhesión. Esta insatisfacción fue subrayada por el 
triunfo del fascismo, movimiento contrarrevolucionario, ultranacionalista e imperialista, como se 
vio en la Unidad VII. 
En cuanto a Japón, su considerable fuerza militar y naval lo convertía en la potencia más 
formidable del Extremo Oriente, especialmente desde que Rusia desapareciera de escena. Esa 
condición fue reconocida a nivel internacional por el acuerdo naval de Washington de 1.922 que 
puso fin a la supremacía naval británica estableciendo una equiparación entre Estados Unidos y 
Gran Bretaña y muy cerca de ellos Japón. Este país, cuya industrialización progresaba a marchas 
forzadas, aunque la dimensión de su economía seguía siendo modesta, creía ser acreedor a un 
pedazo mucho más suculento del pastel del Extremo Oriente que el que las potencias imperiales 
blancas le habían concedido. Además, los japoneses eran perfectamente conscientes de la 
vulnerabilidad de su país, que carecía prácticamente de todos los recursos naturales necesarios 
para una economía industrial moderna, cuyas importaciones podían verse impedidas por la acción 
de los navíos extranjeros y cuyas exportaciones estaban a merced del mercado estadounidense. 
La presión militar para forjar un imperio terrestre en territorio chino acortaría las líneas japonesas 
de comunicación, que de esa forma resultarían menos vulnerables. 
En cuanto al desenlace de la guerra, A partir del 7 de diciembre de 1.941 se desarrollaron 
tres guerras paralelas, casi independientes entre sí. La primera, la más dura y sangrienta enfrentó 
a Alemania con el Ejército Rojo en las llanuras de Rusia. La segunda enfrentó a norteamericanos 
y japoneses en el Pacífico. La tercera enfrentó en Europa occidental a los británicos y 
norteamericanos con Alemania e Italia. Hitler y Mussolini declararon la guerra a E.E.U.U. casi 
inmediatamente después de Pearl Harbor. 
En Rusia, la ofensiva alemana de junio de 1.940 permitió a Hitler conquistar toda la Rusia 
occidental, pero tropezó con obstáculos que el alto mando alemán no había previsto: la resistencia 
de Leningrado, la resistencia de Moscú, el invierno ruso, las grandes distancias, la formación de 
grupos guerrilleros en la retaguardia alemana y la carencia por parte de Alemania de bombarderos 
pesados, lo que ponía fuera de

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