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Quién vota por mí

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Quién vota por mí. 
Este 27 de junio del año de nuestro recordado y añorado comandante supremo Hugo Rafael Chávez 
Frías; es decir el 2021, todas y todos los que conformamos las gloriosas filas de nuestro 
impresionante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), hemos sido llamados a participar en 
una de las manifestaciones democráticas más singulares de las que haya podido tener conciencia 
en mis años de vida, republicana y física en este plano; las elecciones primarias para escoger los 
candidatos y candidatas de la revolución bolivariana a los cargos de representación popular de: 
Gobernador o Gobernadora, Alcalde o Alcaldesa, Diputado o Diputada a las Asambleas Legislativas 
de los diferentes estados y los Concejales o Concejalas de los diferentes espacios legislativos 
municipales de nuestro país Venezuela. 
Un ejercicio digno de una serie al estilo “Carabobo, sueños de libertad”, y es que el apalancamiento 
de la portada soberana, independiente, rehabilitada de esta obra maestra del siglo XXI; la 
democracia venezolana, está siendo observada desde todos los confines del orbe. Unos para saber 
cómo se hace y cómo se come, otros para comparar lo que se hace allá y con envidia comentar: 
“Qué grandes son estos venezolanos del carajo, algún día haremos lo mismo o mejor” y los últimos 
más atrevidos aún que piensan: “¿Y cómo hicieron estos venezolanos para organizar un evento de 
tal magnitud en las condiciones en las que se encuentran, déjame observar para poder saber cómo 
sabotearlos? 
En fin, estamos dictando cátedra de participación democrática una vez más. 
Y es que así somos nosotros, aguerridos, con la sangre de libertadores continentales y la sabiduría 
audaz de Robinsón, creando y creando para vencer, porque necesario es vencer. 
Pero, siempre hay un pero; especialmente cuando de ejercicios creativos se refiere ya que al 
parecer cuando el sediento encuentra agua, no solo se la toma, si no que se entusiasma de tal 
manera que salta en ella, se baña y retoza sin tener en cuenta que la puede contaminar por exceso 
de frenesí; se acuerdan de nuestro comandante eterno: “… lo que sentimos los revolucionarios es 
más que amor frenesí”. Bueno el caso es que desde que se avizoró en el horizonte que el sol de las 
primarias despuntaba por el esequibo, comenzó en todos y cada uno de los militantes (y en los no 
tan militantes) del PSUV la disnea electoral; porque “todo el que respira aspira”, frase muy usada 
por el primer vicepresidente del partido capitán Diosdado Cabello Rodón. 
Estas aspiraciones, más que validas por cierto, son como la sed, no nos dejan pensar y distorsionan 
muchas veces hasta las más elementales normas del comportamiento humano, inmersos como 
estamos en nuestro objetivo que no es otro que el lograr la deferencia requerida para acaparar la 
mayor cantidad de partidarios que apoyen nuestros anhelos, que no son otros que convertirnos; 
con mucho orgullo, en los candidatos o candidatas. 
Por esta razón, y con el objetivo de moderar las acciones emprendidas por todos y cada uno de los 
militantes del PSUV para lograr su nominación como candidatos o candidatas se establecieron una 
serie de normas al respecto, claro esto correspondió a la Dirección nacional del partido, al igual que 
el nombramiento de una plenipotenciaria comisión electoral. 
Hasta ahora bien, con sus altos y bajos, pero; otro pero, como todo militante puede postular, 
entoncessss todo el mundo se está postulando. Y aquí viene lo bueno: si todos somos postulantes. 
¿Quién vota por mí? 
Por acá comienza lo que podríamos llamar la primera gran contradicción, claro estas deben 
presentarse para aprender de ellas dentro de los criterios del método dialectico materialista que 
deben regir el estudio de estos fenómenos sociales. Por qué señalo esto; sin la intención de dañar ni 
ser peyorativo, por lo que se está observando dentro del desarrollo de los contenidos presentados 
por las redes sociales; una cantidad sine qua non de precandidatos a todos y cada uno de los ya 
mencionados cargos. 
Propaganda? Considero que más que eso es el deseo de participar en un evento novedoso e inédito, 
donde se le está dando a probar al pueblo lo que es del pueblo, y por donde se escurre más de un 
gazapo. Y es que como decía un apreciado amigo en estos días: “se revolvió el rio y en rio revuelto 
ganancia de pescadores”. La pregunta que da respuesta a la contradicción se presenta: cuántos de 
los que están y quieren estar en el rio saben pescar. 
Hay muchos pequeños pescadores que buscan su sustento político diario, líderes y lideresas 
comunitarios que se merecen participar y ganar, caras nuevas y otras no tan nuevas que realmente 
ven la oportunidad de dar lo mejor de ellos para sus comunidades. 
Hay pescadores profesionales, con muchas jornadas de pesca y que enarbolan los resultados de 
esas pescas; muchas de ellas recientes y que vuelven a lanzarse a las aguas turbulentas para ver que 
sacan, que no solo se conforman con lanzarse solos si no que buscan alianzas para hacer más 
efectiva la pesca. Y me pregunto: ¿eso no será ensuciar el agua que con tanta avidez buscamos 
tomar cuando le dijimos si al proyecto revolucionario? Espero que no terminemos abrazando más 
de lo mismo y ni siquiera nos demos cuenta. 
¿Quiénes ganaran? Esperemos que sean los mejores, los más honestos, con las mejores 
credenciales morales y que esgriman las mejores herramientas, con gestión o sin gestión. Pero los 
mejores para la patria que los necesita. 
Seguro si estoy que gane quien gane en lo personal, ganara Venezuela y su revolución. 
Que viva la Patria. Venceremos. 
Isidro Mejías. 
Revolucionario de corazón y convicción.

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