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1 Módulo: Deterioro Cognitivo y Demencias Licenciadas Ana Bonifacio y Judith Jaskilevich Deterioro Cognitivo y Demencias El bienestar de las personas con demencia es resultado directo de la calidad de las relaciones que mantienen con quienes les rodean (Kitwood, 1997) 1. A modo de Introducción Este texto tiene el objetivo de introducirnos en el vasto campo del deterioro cognitivo y las demencias. El marco teórico utilizado será amplio e integrador, dado que lo requiere la complejidad y la multidimensionalidad del fenómeno y su abordaje en la clínica. Nuestro enfoque como psicogerontólogas integra diferentes dimensiones de la situación de la persona que sufre deterioro cognitivo y su contexto, que incluye no solo la dimensión cognitiva y sus cambios, sino la comunicación con la familia y el entorno, los síntomas psicológicos y conductuales de las demencias, la sobrecarga de los cuidadores, la discriminación de conflictivas familiares que obstaculizan la relación y el cuidado de la persona enferma. Nuestro abordaje para pensar la demencia e intervenir en una situación clínica es centrarnos en la persona, en la relación con ella y no en la enfermedad, en el deterioro. En este punto tomamos de modelo la línea de trabajo de Kitwood (1997 citado en Deming, 2008) y las recomendaciones del Grupo de Expertos en la Mejora de la Calidad de Vida de las Personas Mayores Dependientes (CS-QV) del Comité Europeo de Cohesión Social (CECS), descritas por O´Shea (2003). En tal sentido, el Grupo de Expertos en la Mejora de la Calidad de Vida de las Personas Mayores Dependientes propone concretamente que: “Para las personas con demencia, el proceso de asistencia debe buscar siempre proteger y alimentar el sentido de uno mismo que permanece con la persona mayor. Mediante intervenciones debe potenciarse la narrativa de la vida de las personas mayores con el fin de buscar la conexión con la totalidad de la vida de la persona y no sólo el componente de la demencia". A diferencia de la concepción instrumental de cuidados, nuestro enfoque ilumina la dimensión interpersonal de la relación, considera las diferencias individuales y las consecuencias que esto supone para la evolución de la enfermedad y del sujeto que la padece, proponemos: Tener en cuenta desde el primer momento, desde la primer entrevista los distintos factores que intervienen de forma singular en cada persona que padece la enfermedad. Es así que decimos que la demencia afecta de modo diferenciado, de modo singular a cada persona. Desde nuestra posición como psicogerontólogas propugnamos no solo una práctica que ponga énfasis en retrasar el deterioro cognitivo y controlar los síntomas psiquiátricos sino que: Nuestra práctica debe considerar, que si bien la persona sufre una desestructuración cognitiva, no pasa lo mismo con otros aspectos psicológicos, vinculares y emocionales. Por lo menos de forma sincrónica. La desintegración de estos aspectos aparece cuando se desintegra el entorno psicosocial de 2 la persona o cuando se realizan intervenciones que atentan contra la autoestima y dignidad de la persona. Kitwood designó a estas intervenciones como “intervenciones psicosociales malignas” tales como la infantilización, intimidación, alienación cultural, estigmatización, decepción, invalidación, cosificación y exclusión. 2. Precisando los conceptos básicos Para poder comprender qué es el deterioro cognitivo y las demencias debemos recordar los conceptos de cognición y cuáles son los cambios cognitivos esperables en el envejecimiento. ● Cognición En su sentido más amplio, abarca aquellos procesos involucrados en la adquisición, retención y/o manipulación de la información, es decir, el procesamiento de la misma y la conducta adaptativa que de tal procesamiento depende. Es a través de la cognición que procesamos información proveniente del medio interno como externo (Leiguarda & Manes, 2005). Este procesamiento de información es inseparable de la emoción y los afectos. Estas habilidades psicológicas nos permiten dar cuenta de toda la vida mental. Incluye desde funciones más básicas como atención, percepción, memoria, visuoespacialidad, hasta las más complejas como el lenguaje, las funciones ejecutivas que incluyen razonamiento, planificación, juicio, toma de decisiones, regulación de la conducta social, entre otras. ● Cambios cognitivos esperables en el envejecimiento Es una disminución del desempeño cognitivo relacionada a cambios fisiológicos, no son cambios patológicos. A esta disminución se la llama declive cognitivo para diferenciarlo del deterioro. Los cambios cognitivos esperables en el envejecimiento no comprometen la autonomía de la persona, no interfieren en el diario vivir. Según las investigaciones longitudinales de Baltes y Schaie (citado en Carretero, 1991) sobre los cambios en la inteligencia en la adultez y el envejecimiento estos no ocurrirían para todas funciones por igual ni para todas las personas. Concluyeron que se produce un descenso leve del cociente de inteligencia alrededor de los 60 años y un descenso mayor a partir de los 75 / 80 años sobre todo de los factores ligados a la Inteligencia Fluida, no así a la Inteligencia Cristalizada que puede mantenerse o incluso ampliarse. Estos descensos, estudiados desde un punto de vista estrictamente cognitivo y psicométrico, no tienen en cuenta la compensación que se produce por la experiencia vital y por la adquisición de otras habilidades o capacidades que desarrolló el adulto mayor. Observaron también que el estado de salud general del individuo afecta el modo y el quantum del declive, así como la falta estimulación afectiva, social y cultural. Existen otros factores que pueden profundizar el declive cognitivo tales como la Polimedicación del Adulto Mayor, el uso de tranquilizantes menores que generalmente los viejos toman para dormir (por ej. Benzodiacepinas), el estado de salud general (afecciones cardíacas, presión arterial, lípidos, entre otros). ● Distintas nomenclaturas de los cambios cognitivos asociados a la edad a lo largo del tiempo A través del tiempo se han utilizado varios términos para describir los cambios cognitivos no patológicos asociado al paso del tiempo, entre ellos: ● Olvido benigno de la senectud (Kral, 1962 citado en Bartrés Faz, 1999) adquirió cierto grado de relevancia, hacía referencia a lo que se consideraba una variante del envejecimiento normal en contraposición con el olvido maligno de la senectud. ● Alteración de la memoria asociado a la edad (Reisberg, De León y Crook, 1982 citado en Bartrés Faz, 1999) surge en un grupo de trabajo del National Institute of Mental Health describieron los problemas mnésicos de personas mayores con buena salud, propusieron el término para referirse a los cambios que la memoria sufre con la edad y 3 que, una vez más, se consideraban una variación del envejecimiento normal. ● Deterioro cognoscitivo relacionado con la edad (DSM IV TR, 2001). ● Declive cognitivo asociado a la edad (Levy, 1994 citado en Bartrés Faz, 1999). Estos criterios comparaban el rendimiento de los adultos mayores con su propio grupo de referencia para englobar diversos dominios cognitivos que supuestamente demuestran un declive en el envejecimiento normal. Los mismos se fijaron en una reunión de International Psychogeriatric Association en colaboración con la Organización Mundial de la Salud. ● ¿Cómo puede manifestarse el declive cognitivo? El declive cognitivo se traduce en menor eficiencia al realizar tareas intelectuales. Insumen más tiempo y más esfuerzo cognitivo pero se alcanza el resultado correcto. Esta declinación cognitiva en los adultos mayores tiene como mecanismos principales (Park, 2002) la disminución en la velocidad de procesamiento de la información, alteraciones particulares en la memoria sobre todo en la evocación espontánea de la informacióny en la codificación de la misma, cambios en la atención y en las funciones sensoriales que impactan en el funcionamiento cognitivo en su conjunto. Se citan ejemplos de cambios esperables en adultos mayores sin patología: ● La persona olvida parte de situaciones o eventos, que pueden ser recordados ante ayuda externa con alguna pista o aparecen espontáneamente más tarde. ● Las quejas de memoria muchas veces corresponden más a rasgos ansiosos o depresivos que a fallas de memoria propiamente dichas. ● Disminución de la capacidad de recuperar información almacenada en la memoria (los recuerdos están aunque cuesta evocarlos en forma espontánea, si se le da la primera sílaba de la palabra la persona recupera la palabra o si se le da información del contexto del evento olvidado). ● Dificultades atencionales y de organización de la información que produce fallas en el registro de la información nueva en memoria con la consiguiente dificultad para su evocación. ● Enlentecimiento en la velocidad de tratamiento de la información (procesamiento cognitivo) y en el aprendizaje de nueva información. ● Disminución en la capacidad de atención dividida (hacer dos tareas casi simultáneamente). ● Dificultad para inhibir información poco relevante o inapropiadas (mayor distractibilidad). ● Mayor dificultad en la flexibilidad mental y abstracción. ● No hay episodios de desorientación espacial o temporal. ● Hay una preocupación por la disminución en el rendimiento de la memoria aunque no provoquen impacto en ámbitos sociales, familiares y laborales. ● Las dificultades son relativamente estables en el tiempo. ● No aparecen trastornos de la conducta. ● Cambios cognitivos en el envejecimiento y neurociencias Allegri (2008) basado en múltiples investigaciones en el campo de las neurociencias apoyan que un envejecimiento cognitivo saludable es biológicamente posible. Algunos autores asocian el envejecimiento con una pérdida del 10% de las neuronas corticales en el intervalo entre los 20 a los 90 años de edad, resaltando la posibilidad de que esto pudiera proveer el sustrato potencial para los cambios cognitivos relacionados a la edad. Sin embargo, estudios específicos sobre áreas cerebrales vinculadas a la memoria episódica no han podido demostrar una pérdida neuronal significativa entre los 60 y 90 años de edad (Gomez Isla, 1996; Gomez Isla, 1997 citados en Allegri, 2008). Otras investigaciones presentan resultados similares respecto de la densidad sináptica, receptores, flujo sanguíneo cortical. Así actualmente no puede sostenerse más la visión tradicional de que el envejecimiento se asocia inexorablemente a perdida neuronal (Mesulam, 2000, citados en Allegri, 2008). El cerebro humano durante el 4 envejecimiento puede continuar la mielinización, y la ramificación dendrítica en las neuronas parahipocámpicas demostrando la potencial plasticidad aún en edades tardías de la vida. Muchos de los llamados cambios relacionados a la edad pueden reflejar la influencia de otros fenómenos patológicos (vasculares, degenerativos, cuestiones secundarias a trastornos del ánimo, o enfermedades sistémicas, etc.) y no de una evolución inexorable de la normalidad. Así el envejecimiento humano con una función cognitiva sin disminuciones importantes es biológicamente posible (Mesulam, 2000 citado en Allegri 2008). Se han realizado estudios longitudinales de envejecimiento (Otero, Scheitler, 2003) que han establecido importantes cuestiones para reflexionar: ● El Nun Study es un estudio longitudinal de envejecimiento y Enfermedad de Alzheimer (EA) llevado a cabo en una población de 678 monjas católicas de edades entre 75 a 102 años al comienzo del programa en 1991. Todas las participantes accedieron a realizarse exámenes generales y cognitivos anualmente así como a donar sus cerebros luego de su muerte. El principal propósito del estudio fue identificar los predictores y los correlatos de los síntomas clínicos y los signos neuropatológicos de EA y otras demencias. Otros objetivos consistían en establecer las causas de los cambios o estabilidades en las habilidades funcionales así como los factores relacionados con mortalidad, sobrevida y envejecimiento exitoso. Entre sus múltiples conclusiones se destaca que: ○ algunas monjas permanecieron sanas y sin evidencia neuropatológica de EA aun en su segundo siglo de vida. ○ Existen factores de protección en muchos casos relacionados a la calidad de vida: El Nun Study evidenció que las monjas que en sus notas autobiográficas juveniles manifestaron emociones positivas tuvieron una muy significativa sobrevida seis décadas después. La buena habilidad lingüística en etapas tempranas de la vida se vincula con menores tasas de EA en la ancianidad en tanto la situación inversa fue también altamente significativa. ● El ejercicio físico tiene un efecto beneficioso en el mantenimiento de los rendimientos cognitivos del anciano. ● El estudio longitudinal de envejecimiento de Oregon confirma la indemnidad cognitiva y neuropatológica en sujetos muy ancianos demostrando en sus conclusiones: ○ Una elevada tasa de evidencia patológica de la enfermedad de alzheimer (placas seniles y husos neurofibrilares) en los dementes, era nula en aquellos que permanecen normales. ○ Una fuerte correspondencia entre la acumulación de cambios neuropatológicos y tasas de deterioro sugiere que las lesiones no son el resultado de cambios benignos de la senescencia. ● A similares conclusiones llega el estudio longitudinal de envejecimiento de Beijing: Sólo 10% de ancianos viviendo en la comunidad desarrolló un deterioro cognitivo evidente. Cuando éste se demostró, las causas fueron el bajo nivel educacional, el comienzo tardío de una enfermedad cerebrovascular. Según Otero & Scheitler (2003) estos estudios nos habilitan a asumir la hipótesis de que el anciano normal no tiene deterioro cognitivo significativo, ni tampoco alteraciones neuropatológicas degenerativas de consideración. Partir de esta premisa implica que, desde un punto de vista médico, la suposición de pérdida cognitiva y, particularmente de disfunción mnésica en la senescencia como fenómeno normal y carente de significación, es un grave error. La queja de memoria en el adulto mayor no presupone normalidad sino, por el contrario, debe ser estudiada para distinguir a qué causas se debe. Estas investigaciones dan por tierra el prejuicio viejista que lleva a muchas personas, a los propios viejos, y lo que es peor aún a los propios agentes de salud a aceptar el deterioro intelectual como una evolución inexorable de los años. 5 ● Quejas de memoria y envejecimiento Aproximadamente el 70 % de adultos mayores refieren dificultades de memoria (Derouesnè, 1989, citado en Mol, 2006). Los olvidos son habituales en las personas mayores sin deterioro cognitivo pero es también el síntoma más frecuente de inicio de la Enfermedad de Alzheimer. Por eso es muy importante discriminar si las quejas subjetivas se corresponden objetivamente a declive o deterioro, en qué grado y perfil se presentan. Según el estudio de Derouesnè (1989, citado en Mol 2006) el 60% de las personas mayores que manifestaron dificultades de memoria tiene resultados normales para edad y educación. El 20% tiene rendimientos alterados por la ansiedad o depresión asociada a los cambios de roles y status, a las pérdidas sociales, más que a un verdadero déficit y el restante 20% tienen demencia de causa orgánica. ● Quejas de memoria y viejismo Muchas veces el problema de memoria en la vejez se encuadra en el viejismo (Salvarezza 1988). El propio viejo es portador del mismo debido a la desvalorización, pérdida de autonomía, disminución de la estimulación, de la seguridad en sí mismo, pérdida del rol social, sin desafíos por alejarse del rol social y profesional. Se observa que existen diferencias en la atribución de sentido según la edad del que sufra el olvido.Si el olvido lo presenta un joven pensamos “está enamorado”, si es un adulto pensamos “está estresado por mucha actividad laboral” y si es un viejo pensamos “es la edad, ya está viejo, le debe pasar algo, se está deteriorando”, lo significamos como una pérdida. Por tal motivo es muy importante la educación sobre estos temas en tercera edad, tanto para desarmar los prejuicios de los propios viejos, como brindar oportunidades de acceso a actividades de entrenamiento cognitivo. 3. ¿Qué es el deterioro cognitivo? El deterioro cognitivo consiste en alteraciones o cambios de distintos grados, en las funciones psicológicas, tales como memoria, orientación, lenguaje, reconocimiento, regulación conductual, funciones ejecutivas, cognición social, que interfiere en algún grado con la actividad e interacción social de la persona afectada. Este impacto en las actividades de la vida cotidiana puede tener un grado leve hasta impedirnos realizar nuestras actividades en sociedad o nuestro propio autocuidado. Según el grado de deterioro y sobre todo según el impacto funcional va a encuadrarse dentro de una de las siguientes categorías de deterioro cognitivo, que luego describiremos en detalle: ● Deterioro Cognitivo Leve ● Síndrome Demencial. La información desarrollada en los puntos 2. y 3. anteriores nos permitirá identificar si estamos frente a cambios debidos al envejecimiento (declive) o frente a una situación que excede lo esperable para la edad y nivel educacional y cultural (deterioro), para así poder realizar una evaluación o una derivación temprana y oportuna a un profesional especializado. 4. Deterioro Cognitivo Leve o Mínimo (DCL o DCM) (Mild Cognitive Impairment – MCI) ● Concepto general Es un estado intermedio entre los cambios cognitivos del envejecimiento normal y un estadio temprano de la demencia, aplicable a individuos que reúnen criterios clínicos mensurables en ausencia de compromiso evidente de las actividades instrumentales de la vida diaria. Por tanto, presentan cierto compromiso cognitivo cuya severidad resulta insuficiente para cumplir criterios de demencia ya que no presentan un impacto significativo en las actividades de la vida diaria. Respecto del impacto en las actividades de la vida diaria debemos decir que es un juicio clínico, si bien pueden usarse escalas. Hay que tener en cuenta circunstancias individuales de la persona, la historia de su desempeño laboral previo, y de la descripción de los asuntos 6 cotidianos de la persona cuya fuente de información ha sido brindada el propio paciente y un informador reconocido. El DCL es una condición patológica, no es un proceso normal asociado a la edad, que describe un déficit cognitivo que distingue al sujeto de las personas de la misma franja etaria normales pero de severidad insuficiente para cumplir criterios internacionales de síndrome demencial o de Enfermedad de Alzheimer, u otro tipo de demencia. La diferenciación entre la demencia y el deterioro cognitivo leve descansa en la determinación de si hay o no una interferencia significativa en la capacidad funcional en el trabajo o en las actividades cotidianas usuales. ● Criterios Diagnósticos de Deterioro Cognitivo Leve La definición de los criterios diagnósticos de Deterioro Cognitivo Leve fue ajustándose desde la primera citada por Petersen en 1999 (citado en Otero, Scheitler, 2003) centrada en la alteración amnésica hasta la actual que incluye el resto de los dominios cognitivos. Los primeros criterios diagnósticos del Deterioro Cognitivo Leve, fueron: ● Síntomas subjetivos de pérdida de la memoria. ● Estos síntomas son confirmados por terceros, informantes válidos. ● El estudio neuropsicológico de la memoria muestra un descenso consistente pero moderado en los test de memoria. ● Las actividades de la vida diaria (AVD) permanecen normales (no cumplen criterios de diagnóstico de demencia). ● Esta situación no puede ser explicada por otra causa médica. Como se desprende de los criterios se refería a un déficit de memoria en el contexto de funciones no-amnésicas preservadas (DCL amnésico). Los nuevos criterios para Deterioro Cognitivo Leve incluyen alteraciones en otras funciones cognitivas además de la memoria (Petersen, 2011), son: ● Preocupación por cambios en la función cognitiva ○ reconocidos por la persona que los experimenta ○ en ocasiones reconocidos por un informante que conoce bien a la persona ● Deterioro en uno o más dominios cognitivos (memoria, funciones ejecutivas, atención, lenguaje, visuoespacialidad, etc.). ● Preservación de la independencia en la funcionalidad (leves problemas en las tareas complejas). Normalmente es capaz de realizar la administración del dinero, organizar una comida, etc. Las actividades cotidianas pueden llevar más tiempo, ser un poco menos eficientes, o cometer algún error menor comparando con el pasado. Mantiene su independencia cotidiana de manera autónoma o con mínima ayuda. ● Ausencia de demencia. No cumple con los criterios de demencia. Los cambios deben ser lo suficientemente leves, no haber evidencia de deterioro social u ocupacional. Actualmente se reconocen cuatro categorías o subtipos diferentes de DCL: ● DCL amnésico dominio único ● DCL amnésico dominio múltiple ● DCL no amnésico dominio único ● DCL no amnésico dominio múltiple Se han realizado múltiples investigaciones de seguimiento para conocer cuál es la tasa de progresión a demencia, si es que todos los DCL progresan o algunos revierten, y si progresan a demencia, a qué tipo de demencia. 7 En este punto es conveniente precisar que el DCL amnésico se refiere al deterioro del desempeño de la memoria episódica (capacidad para aprender y retener nueva información). Tal perfil, se llama perfil hipocámpico de memoria, las alteraciones se producen sobre todo en la recuperación de la información recientemente aprendida y no mejora con ayudas o claves de reconocimiento, indicando el déficit de almacenamiento. ¿Cuál es la importancia de tener en cuenta el deterioro cognitivo leve? Las personas mayores con DLC tienen más probabilidades de desarrollar un síndrome demencial que aquellos que no tienen ninguna alteración cognitiva, pero no todas las personas a las que se diagnostica DLC llegan a desarrollar demencia. La prevalencia de DCL en personas mayores de 65 años según estudios poblacionales abarca un rango de 10 a 20 %. Petersen (2011) plantea que varios estudios longitudinales han mostrado que muchas personas con DCL tienen mayor riesgo de desarrollar demencia. Un estudio en EEUU comparó la incidencia de demencia en pacientes con DCL es mucho mayor que en la población general (5 a 10 % vs. 1 a 2 %). Según algunas investigaciones recientes el DCL de tipo amnésico (deterioro de la memoria episódica) en una porcentaje mayoritario progresa a demencia tipo Alzheimer (Petersen, 2011). También hay que resaltar que existen datos que muestran una tasa de conversión de DCL a cognición normal de 25 a 30 %, si bien esta reversión no excluye una progresión posterior a deterioro. Según Petersen (2011) estudios más prolongados y en poblaciones amplias son necesarios para determinar si estas tasas se mantienen. Para poder precisar con mayor grado de qué personas van a tener más probabilidades de desarrollar una demencia, distintos grupos de trabajo establecieron criterios más específicos con la ayuda de biomarcadores (marcadores biológicos que evalúan o estiman los cambios biológicos en el cerebro, tales como cambio de proteínas, funcionamiento metabólico, cambios en la estructura cerebral ligada a proceso de memoria –atrofia del hipocampo)-. Estos cambios en los criterios se deben a los resultados de las investigaciones y al avance tecnológico que permite hacer mediciones de elementos biológicos que antes no era posible. De la aplicación de los criterios clínicos asistido porestas nuevas propuestas de medición de biomarcadores se identifican dentro del grupo de personas con diagnóstico de Deterioro Cognitivo Leve un subconjunto con mucha mayor probabilidad de avanzar a Alzheimer. A este subconjunto se lo llama DCL debido a enfermedad de Alzheimer. Estos nuevos criterios actualmente se utilizan solo para investigación, estarán disponibles para uso clínico en un futuro inmediato (más allá de la accesibilidad económica a dichos estudios), por eso es importante conocer este nuevo concepto. 5. Concepto de Demencia La demencia -o mejor aún, las demencias, dada sus múltiples manifestaciones clínicas, etiologías y fisiopatología- es un síndrome neuropsiquiátrico que consiste en el deterioro adquirido de la esfera cognitiva y/o alteraciones conductuales de tal magnitud que interfiere en las actividades de la vida diaria, y que es independiente del nivel de conciencia. La mayoría de las veces su curso es crónico. A continuación desglosaremos los términos más relevantes: 8 ● Síndrome Conjunto significativo de síntomas y signos, que conforman un cuadro patológico que puede tener diversas causas o etiologías (como veremos en el apartado clasificación de las demencias). En este punto se quiere resaltar que la demencia al ser un síndrome, no connota etiología alguna. Responde a múltiples etiologías vinculadas con alguna patología cerebral. En la mayoría de los casos su curso es crónico y en general afecta a personas de edad avanzada. El síndrome demencial es la expresión manifiesta de la enfermedad o condición patológica que está afectando la función cerebral. ● Deterioro Adquirido de las funciones cognitivas y/o cambios de conducta Alude a un “déficit adquirido” y por lo tanto implica una diferenciación con los estados de naturaleza congénita; resalta una modificación respecto de un funcionamiento cognitivo previo estimado o conocido y alteraciones conductuales que indican un cambio respecto de un estado anterior. En este punto es importante destacar que se considera cambio, tanto si la conducta sintomática estaba presente, y por lo tanto es una exacerbación de características de la personalidad previa, como si se trata de conductas nuevas. ● Actividades de la vida diaria (AVD) Son el conjunto de actividades que realizamos tanto para el autocuidado (Actividades Básicas de la Vida Diaria - ABVD) como para adaptarnos al entorno y mantener la independencia en la comunidad (Actividades Instrumentales de la Vida Diaria - AIVD). Las actividades avanzadas de la vida diaria (AAVD) son las relativas al trabajo y al ocio, a la participación en grupos, contactos sociales, viajes, deportes. No son indispensables para el mantenimiento de la independencia y están en relación con el estilo de vida del sujeto. Las actividades básicas son las actividades relacionadas con el cuidado personal de uno mismo (vestirse, arreglo personal, comer, control de esfínteres, uso del servicio comer) y con el funcionamiento físico (andar, movilidad en el interior del domicilio), que se ejecutan de forma cotidiana y cuya realización es imprescindible para que la persona viva de forma autónoma y adaptada a su entorno. Las actividades instrumentales son actividades más complejas que las básicas, tales como utilizar el teléfono, organizar una comida o una dieta particular, utilizar el transporte público, administrar y controlar la medicación y el dinero, entre otros. Indican la capacidad de la persona para vivir de forma autosuficiente en su entorno habitual. Estas últimas requieren un mayor nivel de autonomía personal. Las actividades avanzadas son actividades más complejas aún que no son indispensables para el mantenimiento de la independencia, están en relación directa con el estilo de vida de la persona. Incluyen el ocio, el trabajo, las relaciones sociales, los viajes, etc. Las actividades de la vida daría poseen una estructura jerárquica. Su complejidad va aumentando conforme aumentamos de nivel (Básicas, Instrumentales y Avanzadas). En la mayoría de los casos, poder realizar las de un nivel, supone poder realizar las de los niveles inferiores. Lo que se busca identificar es el compromiso temprano de la relación con su medio social, familiar y laboral debido a los cambios cognitivos y conductuales. Primero comienza por cambios sutiles en las actividades instrumentales o en las avanzadas y, con la evolución, se comprometen las básicas. En todos los casos deberá establecerse que el compromiso funcional sólo se explica por el deterioro cognitivo-conductual y no por falta de hábito o por alteraciones sensoriales, o por vivir en una residencia geriátrica donde quedan restringidas las oportunidades para realizar ciertas actividades. 9 ● Nivel de conciencia El diagnóstico clínico de síndrome demencial requiere a un paciente vigil y alerta. Vigil significa despierto y este estado se mantiene espontáneamente. Alerta es el nivel de conciencia en el cual estamos cuando nos encontramos despiertos y conectados con los estímulos del medio interno y externo. El paciente es capaz de responder espontáneamente a todos los estímulos del medio, nos puede explicar qué fue lo que sucedió y su conversación será coherente. De no existir un conocimiento previo basado en una adecuada evaluación clínica, situaciones como los estados confusionales agudos (delirium -ver apartado delirium-), las afasias, o las perturbaciones del nivel de conciencia que van desde la hipersomnia al coma, obstaculizan la formulación de un diagnóstico del síndrome demencial. ● Curso de las demencias El término “demencia” implicaba históricamente un curso progresivo e irreversible que llevaba a un nihilismo terapéutico. Sin embargo, las definiciones actuales de demencia (DSM-IV TR, 2001; NIA, 2011) se basan en un patrón de déficit cognitivos y/o conductuales y no conllevan connotaciones acerca del pronóstico. Por tanto: El criterio evolutivo (curso) ha dejado de exigir la irreversibilidad del cuadro como se hacía antiguamente. El modo de inicio y el curso subsiguiente dependerán de la etiología subyacente. Es importante hacer las siguientes distinciones en cuanto al curso. El síndrome demencial puede ser: ● Síndrome Demencial Progresivo en este caso el curso sería irreversible (ej. Una demencia neurodegenerativa como demencia frontotemporal, por Cuerpos de Lewy) ● Síndrome Demencial Estático (demencia debida a un traumatismo de cráneo o a un accidente cerebrovascular) ● Síndrome Demencial en Remisión (demencia debida a un trastorno depresivo mayor severo, a causas metabólicas, etc.). ¿Por qué puede pensarse que un síndrome demencial está en remisión? Porque existen una variedad de condiciones que pueden causar demencia y con un trato oportuno y adecuado tiene probabilidad de remitir. A estas se las llama demencias potencialmente reversibles. Entre las más frecuentes se encuentran la depresión, la hidrocefalia, el abuso de alcohol, tumores, enfermedad de la glándula tiroides, deficiencia de vitamina B12, causas tóxicas o quirúrgicas. La reversibilidad de la demencia está en función de la patología subyacente y de la rapidez o no aplicación de un tratamiento eficaz para la causa subyacente. El problema radica en conocer qué porcentaje de las demencias ‘potencialmente reversibles’ llegan en realidad a serlo. Al respecto, existen diversas investigaciones que estudian los porcentajes de reversibilidad, entre ellas, Clarfield (citado en Santos-Franco, 2005) determinó que un 13,2% de 2.889 individuos con demencia presentaban causas potencialmente reversibles y, de ellos, 8% revirtieron parcialmente y un 3% de manera completa. También encontraron que la depresión constituyó el 26% de la Demencia Potencialmente Reversible, lo que coincide con el 27% comunicado por Blazer et al (citado en Santos-Franco, 2005). ¿Por qué es importante para los psicogerontólogos tener en cuentala reversibilidad de las demencias? Por dos razones: ● La Depresión es, por lejos, la causa más frecuente de trastornos cognitivos tratables 10 que llega a consulta psicológica. ● La demencia, cualquiera sea el curso y etiología, aunque no tenga cura, siempre es tratable como veremos en el punto tratamiento del presente capítulo. Es un campo donde el psicólogo tiene mucho para aportar al paciente, a las familias, al equipo de salud y a las instituciones. Este punto da lugar a instalar los siguientes postulados: Hay demencias que son potencialmente reversibles, otras tienen curso irreversible, pero todas son tratables y deben ser tratadas aunque en la actualidad no haya cura para la mayoría de ellas. ● Analizando la etimología del término, a la luz de los cambios actuales El término “demencia” proviene del prefijo latino “de”, privativo, y de la palabra latina “mens”, inteligencia; demencia: privativo de inteligencia. Este término refleja la importancia que se le daba y que aún se le da a los aspectos cognitivos dentro de este síndrome demencial, si bien las nuevas concepciones han revertido la importancia central que se le daba a la dimensión cognitiva en detrimento de la conductual. Sin embargo, dada la alta presencia y complejidad de los síntomas psiquiátricos, las distintas nomenclaturas que existían, la International Psychogeriatric Association (IPA BPSD 2002), en una reunión de expertos (60 investigadores), de 16 países en el año 1996 los definía por consenso como, Síntomas Psicológicos y Conductuales de la Demencia (SPCD, del inglés: Behavioral and Psychological Symptoms of Dementia, BPSD): “Trastornos de la percepción, del contenido del pensamiento, del estado de ánimo o del comportamiento que ocurren con frecuencia en pacientes que padecen demencia”. La alta prevalencia de los síntomas neuropsiquiátricos y el alto impacto que tienen radica en que no son sólo predictores de gran estrés familiar y del cuidador, sino que son el motivo principal de institucionalizaciones prematuras, aumentan la morbilidad de los pacientes porque magnifican el sufrimiento psíquico, aumentan el deterioro de las actividades de la vida diaria, dificultan la posibilidad de recibir atención, disminuyen sensiblemente la calidad de vida del paciente y su entorno cercano, e incrementan, considerablemente, los costos de la enfermedad. Históricamente la literatura científica y los avances en tratamiento se han focalizado en los aspectos cognitivos de los síndromes demenciales y menos en los Síntomas Psicológicos y Conductuales de la Demencia que a medida que avanza la enfermedad se hacen presentes en un 80 % de los casos. Se ha considerado que los Síntomas Psicológicos y Conductuales como complicaciones de las fases tardías de las demencias. De hecho se los refería como síntomas “no cognitivos” dando predominancia a la cognición. En la concepción actual del síndrome demencial las alteraciones psiquiátrico-conductuales o neuropsiquiátricas (Síntomas Psicológicos y Conductuales de la Demencia) pasaron a formar parte del núcleo de la definición del síndrome demencial, ya que se ha visto que las mismas son una expresión, tan importante como los síntomas cognitivos de la enfermedad subyacente. ● Algo sobre el diagnóstico El diagnóstico es un proceso interdisciplinario. Podemos pensarlo en dos grandes etapas y reflexionar cual es el rol del psicólogo en la etapa diagnóstica: ● Etapa 1: Identificación del “síndrome demencial”. Para ello deberá verificarse si la persona cumple con los criterios diagnósticos descritos a continuación. 11 ● Etapa 2: Búsqueda de la etiología. El médico solicitará distintos estudios para arribar a una hipótesis respecto de la causa o enfermedad subyacente al síndrome (estudios complementarios como laboratorios, Evaluación Neuropsicológica, Resonancia magnética nuclear, Tomografía axial computada, Electroencefalograma, etc.). Un psicogerontólogo puede realizar la identificación del síndrome demencial ya que es un diagnóstico clínico que se realiza a través de la aplicación de los criterios diagnósticos que se presentan a continuación. Deberá tenerse en cuenta como diagnóstico diferencial (para mayor detalle ver punto correspondiente) el delirium y la depresión como causales del deterioro cognitivo. Podrá hacer así una pronta derivación para que el médico continúe con el proceso diagnóstico para identificar la causa y posterior tratamiento. Junto con el diagnóstico sindromático podrá valorar la situación familiar, determinar si existe sobrecarga del cuidador y cuál es la red social con la que cuenta la persona, etc. Otra función más que puede desempeñar el psicólogo en el proceso diagnóstico es la evaluación neuropsicológica que permitirá explorar las funciones cognitivas-comportamentales y sus posibles alteraciones causadas por anormalidades en la estructura o función cerebral de un sujeto definiendo de forma clínica, y en parte estandarizada, el estado de las funciones cognitivas del paciente en un momento determinado. La importancia de un diagnóstico temprano y oportuno del síndrome demencial es que tanto las demencias reversibles como irreversibles pueden tener mayor posibilidad de retardo del inicio de síntomas y consecuente disminución del deterioro funcional con tratamientos farmacológicos y psicosociales (del Ser Quijano, 2002; Famulari, 2005; Leiguarda & Manes, 2005; Mangone, 2007). Si se espera a cumplir con los criterios diagnósticos del DSM IV TR (American Psychiatric Association, 2001) la demencia será diagnosticada, pero los déficit ya serán lo suficientemente intensos como para interferir en la vida familiar, laboral y social del sujeto. Taragano (2003) plantea que, cuando se expresa la insuficiencia intelectual en la enfermedad de Alzheimer, posiblemente ya se haya producido más del 50 % del daño cerebral. ● Criterios diagnósticos de síndrome demencial El National Institute on Aging (NIA) and the Alzheimer's Association (AA) en el año 2011 propusieron criterios claros y detallados para síndrome demencial de cualquier causa. Se detallan a continuación: Criterios Diagnóstico del National Institute on Aging (NIA) and the Alzheimer's Association (AA) del 2011. Se requiere para identificar el síndrome demencial la presencia de síntomas cognitivos o conductuales (neuropsiquiátricos) que: 1. Interfieren la capacidad funcional en el trabajo o en las actividades usuales, y 2. Representan un descenso con respecto a los niveles previos de funcionalidad y rendimiento, y 3. No se explican por la presencia de un delirium ni de un trastorno psiquiátrico mayor; 4. El deterioro cognitivo es detectado y diagnosticado a través de la combinación de: a. La realización de una historia clínica con datos del paciente y de un informador reconocido, y b. Una evaluación cognitiva objetiva, ya sea un examen del estado mental breve o una evaluación neuropsicológica. Debería llevarse a cabo una evaluación neuropsicológica cuando la historia clínica rutinaria y el examen de cabecera del estado mental no puedan aportar un diagnóstico fiable. 5. El deterioro cognitivo o conductual incluye un mínimo de dos de los siguientes dominios: a. Deterioro de la capacidad para adquirir y recordar información nueva; los síntomas incluyen: preguntas o conversaciones repetitivas, colocación 12 errónea de pertenencias personales, olvido de sucesos o citas, perderse en una ruta familiar. b. Deterioro del razonamiento y del manejo de tareas complejas, juicio empobrecido; los síntomas incluyen: mal entendimiento de riesgos de seguridad, incapacidad para el manejo de finanzas, capacidad empobrecida para la toma de decisiones, incapacidad para planear actividades complejas o secuenciales. c. Deterioro de las capacidades visuoespaciales; los síntomas incluyen: incapacidad para reconocer rostros u objetos comunes, o para encontrar objetos queestán a la vista pese a una buena agudeza visual, incapacidad para operar con herramientas simples, o para orientar la ropa al cuerpo. d. Deterioro de las funciones del lenguaje (hablar, leer, escribir); los síntomas incluyen: dificultad para encontrar las palabras adecuadas mientras se habla, vacilaciones; errores en el habla, en el deletreado y en la escritura. e. Cambios en la personalidad, la conducta o el comportamiento; los síntomas incluyen: fluctuaciones insólitas del humor tales como agitación, deterioro de la motivación e iniciativa, apatía, pérdida de la iniciativa, retraimiento social, interés reducido en actividades anteriores, pérdida de empatía, conductas compulsivas u obsesivas, comportamientos socialmente inaceptables. ● Resumiendo, la demencia puede presentar síntomas en los siguientes dominios: ● COGNITIVOS: memoria, atención, lenguaje, reconocimiento (gnosias), organización del movimiento voluntario (praxias), planificación y organización de actividades complejas, regulación conductual y demás funciones ejecutivas y orientación temporal y espacial. ● CONDUCTUALES: agresión física y verbal, agitación, gritos, comportamientos sexuales inapropiados, caminar sin propósito definido (vagabundeo o wandering), alteraciones del sueño, apatía, sun-downing, otros ● PSICOLÓGICOS: apatía, depresión, ansiedad, alucinaciones y delirios, trastornos en la identificación de personas conocidas, etc. ● FUNCIONALES: alteración de las actividades laborales, sociales y de autocuidado y relaciones familiares. ● Clasificación de las demencias Las diversas clasificaciones de las demencias responden a distintos criterios que tienen utilidad clínica o facilitan su estudio taxonómico. Los mismos síndromes demenciales, por tanto, pueden recibir clasificaciones diferentes de acuerdo al punto de vista en el que se basa la clasificación. Los criterios más comunes son: edad de inicio, fisiopatología, neuroanatomía, topografía de la lesión, etiología, reversibilidad o no del cuadro, grado de severidad o repercusión clínica funcional, entre otras (Leiguarda & Manes, 2005; Millán, 2006; Mangone, 2007). ● Edad de inicio, las podemos clasificar en: ● Demencias preseniles son aquellas que iniciaron la presentación de los síntomas antes de los 65 años. ● Demencias seniles aquellas cuyo inicio es posterior a los 65 años de edad. ● Fisiopatología o proceso biológico comprometido en su patogenia: ● Demencias neurodegenerativa o primarias: el factor fisiopatológico principal radica en la hipofunción o pérdida de sinapsis o de neuronas debido a alteraciones intrínsecas del metabolismo neuronal (la más frecuente es la degeneración de proteínas del citoesqueleto). Ejemplo. Demencia tipo alzheimer, demencia frontotemporal, etc. ● Demencias no degenerativas o secundarias: también hay disfunción o pérdida 13 neuronal pero por causas externas al metabolismo de las mismas (las más frecuentes son traumatismo de cráneo, trastornos vasculares, masas ocupantes de espacio, carencias nutricionales, infecciones, causas tóxicas, alteraciones metabólicas sistémicas). ● Demencias mixtas corresponde a un deterioro de tipo vascular y neurodegenerativo, coexisten demencia tipo alzheimer y demencia vascular especialmente en la población más añosa. ● Neuroanatomía o predominio topográfico de la lesión: Los patrones topográficos son aproximaciones a la realidad patológica o topografía lesional. Esta clasificación tiene en cuenta el área donde reside el mayor impacto patológico de la enfermedad de base. La importancia de la topografía en los trastornos cognitivos es que los síntomas neuropsicológicos dependen de la localización de las lesiones y no de la patología de base, lo cual permite pensar en un perfil neuropsicológico que las caracteriza, por lo menos al comienzo de la manifestación clínica. Hay que considerar que una misma expresión clínica, con una misma topografía lesional puede ser causado por distintos procesos etiopatogénicos. Podemos considerar: ● Demencias Corticales: como su nombre lo indica afectan inicialmente a la corteza cerebral. En la demencia cortical es característica la presencia del llamado síndrome “afaso-apracto-agnósico”, dicho síndrome es la expresión de la desintegración conjunta y homogénea de las funciones corticales superiores. La alteración de la memoria presenta patrones característicos según el tipo de memoria involucrado. Ejemplo clásico es la Demencia debido a Enfermedad de Alzheimer. ● Demencias Subcorticales: como su nombre lo indica altera las estructuras subcorticales (ganglios basales, diencéfalo, tronco cerebral, cerebelo y sustancia blanca entre otras), cuya presentación se caracteriza por: ○ bradifrenia (enlentecimiento del pensamiento), retraso psicomotor, disminución de la capacidad de ejecución que lleva al déficit del pensamiento abstracto, déficit en la flexibilidad cognitiva para cambiar estrategias, disminución en la capacidad de planificar, disminución del lenguaje espontáneo, marcha anormal y rigidez, así como un patrón particular de alteración de memoria con mayor dificultad en la evocación de la información que en el almacenamiento de la misma. ○ Ejemplos: Demencia asociada a Enfermedad de Parkinson, Demencia de la Enfermedad de Huntington, Complejo demencia SIDA, Demencia Pugilística, etc. ● Demencias Córtico-Subcorticales Combinadas: como su nombre lo indica afecta a ambos tipos de estructuras. Ejemplo: Demencia por Cuerpos de Lewy. A pesar de la utilidad clínica que puede tener esta clasificación muchos autores advierten que no es del todo precisa y es un poco arbitraria, ya que todas ellas implican estructuras en ambos niveles, sin embargo, permite agrupar un conjunto de patologías con determinado perfil del síndrome demencial. ● Reversibilidad o Irreversibilidad: Como ya se vio anteriormente las demencias pueden, en algunos casos, ser reversibles. Son las causadas por enfermedades del metabolismo, intoxicaciones por fármacos, abuso del alcohol, traumatismos, tumores y la mayoría de las veces debido a depresión. El mayor porcentaje de demencias es irreversible (Leiguarda & Manes, 2005). ● Severidad: Para la evaluación del grado de severidad o compromiso o deterioro se utilizan distintos instrumentos, según Mangone (2007) los más utilizados son la Escala 14 de Deterioro Global (GDS) de Reisberg et al. (1982) y la Clinical Dementia Rating Scale (CDR) de Hughes et al. (1982). Según este último instrumento la podremos clasificar a la demencia en Leve, Moderada y Severa. ● Etiología: el síndrome demencial puede estar causado por diversas enfermedades específicas e identificables con diversos grados de certeza (posible, probable o definitiva). A continuación se presente un ejemplo de clasificación etiológica de las demencias: A. Enfermedades degenerativas: 1. Enfermedad de Alzheimer. 2. Enfermedad de Pick. 3. Enfermedad de Parkinson. 4. Enfermedad de Huntington B. Demencias vasculares: 1. Multiinfarto. 2. Enfermedad de Binswanger. C. Demencias infecciosas: 1. Neurolúes (Parálisis general progresiva). 2. Enfermedad de Creutzfeldt-Jakob. 3. Panencefalitis esclerosamente subaguda. 4. Leucoenfalopatía multifocal progresiva. D. Hidrocefalias. E. Neuroplasias cerebrales. F. Demencias metabólicas. G. Demencias carenciales. 1. Déficit de ácido fólico. H. Demencias tóxicas: 1. Alcohol (síndrome de Wernick- Korsakoff, síndrome de Marchiafava- Bignami). 2. Fármacos. 3. Metales. I. Demencias traumáticas. J. Enfermedades desmielinizantes. K. Enfermedades psiquiátricas. ● Prevalencia de las demencias La prevalencia es la proporción de individuos de un grupo o población que presentan una característica o evento determinado en un momento o en un período determinado. Aplicado al tema que nos convoca: La prevalencia representa la cantidad de pacientes con demencia o deteriorocognitivo en un momento dado. La prevalencia ha sido el indicador más estudiado si bien hay cifras dispares en cuanto a la cantidad de personas que padecen demencia en las distintas franjas etarias. Arizaga (2005) plantea que durante mucho tiempo los diferentes estudios epidemiológicos que intentaban dimensionar los casos de demencias presentaron disparidad en los criterios diagnósticos, distinta representatividad muestral, diferentes rangos de edad y otras diferencias entre los estudios, que hicieron difícil la comparación, interpretación e integración de la información obtenida. Según la Asociación Americana de Psiquiatría (2005) la estimación de la prevalencia 15 de este síndrome depende de la definición y especificación del umbral de deterioro utilizado; de lo que sí no puede quedar duda es que: La prevalencia de la demencia aumenta significativamente con la edad. Al aumentar la prevalencia de la demencia con la edad, y al estar en aumento la expectativa de vida, hace que cada día más nos enfrentemos al problema de la demencia en la población más anciana. Arizaga (2005) plantea que hubo muchos trabajos epidemiológicos previos, pero el de Eurodem (Consortium Europeo de Demencia) de Hofman de 1991, es el que utilizó criterios más restrictivos para la inclusión de relevamientos de datos y el análisis de la tasa de prevalencia. Según dicho trabajo se presentan las siguientes tasas de prevalencia de demencias en los sujetos entre: ● 65 y 69 años se encontró una prevalencia del 1.5% ● 70 y 74 años del 3.2% ● 75 y 79 años del 6.6% ● 80 y 84 años del 11.8% ● 85 y 89 años del 20.5% ● 90 y 94 años del 29.9% Actualmente se estima que hay alrededor de 30 millones de personas padecen demencia en el mundo (ADI, 2008). Según Mangone (2007) y Arizaga et al. (2005) en América Latina los estudios de prevalencia e incidencia de demencia son muy escasos, si bien los valores hallados muestran la tendencia de duplicarse cada 5 años para los rangos. En Argentina, los datos epidemiológicos son escasos. Actualmente se está llevando a cabo el Estudio Ceibo (Arizaga et al., 2005). Es un estudio epidemiológico poblacional de demencia y deterioro cognitivo en población mayor de 60 años en la localidad de Cañuelas, Provincia de Buenos Aires. En este caso para considerar deterioro se aplicó el Minimental aplicando un punto de corte de 24 puntos. Prevalencia de deterioro cognitivo de cualquier tipo, es decir, deterioro demencial y no demencial: ● 16,9 % en paciente entre 60 y 69 años. ● 23 % en paciente entre 70 y 79 años. ● 42,5 % en mayores de 80 años. ● 23, 2 % en la muestra total Estos valores son similares a los estudios internacionales reportados para las franjas etarias en estudio. En esta fase de la investigación del Estudio Ceibo no se establece el origen del deterioro (Arizaga et al, 2005). En fases posteriores del Estudio Ceibo brindará información sobre el seguimiento evolutivo y los resultados de estudios longitudinales que permitirán conocer la incidencia de este síndrome en la población en estudio. En Argentina en el año 2010 se estimaron los siguientes valores: ● 500.000 personas que padecen demencia (Brusco, 2010) ● 400.000 pacientes con alzheimer considerando personas mayores de 65 años según el censo del INDEC del año 2010 (Díaz, 2010). Según la Sociedad Neurológica Argentina (SNA, 2010) la prevalencia para mayores de 65 años es de: 16 ● 5.85% para la demencia tipo Alzheimer ● 3.86 % para la demencia de tipo Vascular 6. Demencia tipo Alzheimer La enfermedad de Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa que se caracteriza por la presencia de deterioro cognitivo y conductual cuyo inicio es insidioso y su curso progresivo. Su aparición es en la edad adulta, principalmente en la vejez. Es considerada como la causa más frecuente de demencia neurodegenerativa y su prevalencia se incrementa con la edad como vimos en el punto correspondiente. Su causa (etiología) aún es desconocida, aunque se conoce sus procesos patológicos o fisiopatología. Es considerada una enfermedad de causa multifactorial y compleja, siendo la edad el principal factor de riesgo no modificable. Existe una presentación típica que consiste en un deterioro progresivo de la memoria episódica y otras funciones cognitivas, si bien existen también presentaciones atípicas donde la memoria no es la función alterada al inicio del cuadro. ● Caracterización de la presentación típica queda definida por El déficit temprano y progresivo de la memoria episódica que se mantiene dominando el cuadro hasta estadios tardíos de la enfermedad, a lo cual se le suma o asocia otros trastornos cognitivos (disfunción ejecutiva, trastornos del lenguaje, praxias y procesamiento visual complejo) y trastornos neuropsiquiátricos. ● Caracterización de la presentación atípica La presentación atípica de Enfermedad de Alzheimer también tiene formas características de presentación de la enfermedad que incluyen como síntomas inicial y predominante las siguientes alteraciones prominentes: ● Del lenguaje que es la variante afásica de la EA ● De la función ejecutiva que es la variante frontal de la EA ● De la visuopercepción que es la atrofia cortical posterior. ● Inicio y Curso evolutivo El inicio es insidioso y su curso progresivo, este curso progresivo pueda presentar ocasionales períodos de relativa estabilidad clínica. Si bien la Enfermedad de Alzheimer se presenta con mayor prevalencia en adultos mayores de 65 años (inicio senil), existen formas hereditarias que puede aparecer a los 40 años de edad o antes. ● Características clínicas La demencia tipo alzheimer requiere de la presencia del síndrome demencial, que es determinado por la afección de dos o más funciones cognitivas y/o conductuales con compromiso predominantemente temprano de la memoria (sin excluir formas de comienzo con compromiso de otro dominio cognitivo) y síndrome afaso-apracto-agnósico ulterior en ausencia de delirium (síndrome confusional) o enfermedades sistémicas que pudieran ser causa del cambio del estado mental. El compromiso cognitivo se integra por déficit relativamente selectivos que siguen un curso evolutivo relativamente predecible. A continuación detallamos la características clínicas (SNA; 2010) ● El síntoma inicial más frecuente es la queja de trastornos mnésicos, afectando particularmente la memoria episódica reciente con dificultad para retener nueva información. La memoria semántica también se compromete en forma relativamente temprana. ● El compromiso del lenguaje se caracteriza por la presencia de dificultades en el hallazgo 17 de vocablos y más adelante en la denominación y comprensión. Se debe tener presente que en algunas formas atípicas de la Enfermedad de Alzheimer, las alteraciones del lenguaje pueden ser el síntoma inicial. ● Las alteraciones en la función ejecutiva están virtualmente presentes desde los estadios iniciales de la enfermedad pero no son manifiestas en las actividades de la vida diaria por lo que su detección temprana depende de la oportunidad de realizar una evaluación neuropsicológica. En la variante frontal o disejecutiva de la Enfermedad de Alzheimer, pueden ser el síntoma de presentación más precoz. ● Los trastornos atencionales suelen aparecer en forma relativamente temprana, particularmente la atención selectiva. Con la progresión se afectan también la atención dividida y la atención sostenida. ● Las habilidades visuoespaciales y las agnosias (sobre todo visuales) tienden a presentarse tardíamente. ● Los síntomas neuropsiquiátricos o síntomas no cognitivos tales como la apatía, agresión/irritabilidad, depresión, agitación, ansiedad, actividad motora aberrante, ideación delirante, alteraciones del sueño, desinhibición, trastornos alimentarios, euforia y alucinaciones pueden presentarse en distintos momentos de la enfermedad. ●La ansiedad, apatía y/o la depresión pueden aparecer precozmente; la agitación suele aparecer en estadios más avanzados, en ocasiones con ideas delirantes y alucinaciones. Los trastornos de identificación e interpretación son frecuentes en el estadio medio de la enfermedad. ● Las ideas delirantes pueden asociarse con agresividad en pacientes con demencia. Las cinco ideas delirantes más características de la enfermedad de Alzheimer son: ○ Idea delirante de hurto: “la gente le está robando” ○ Paramnesia reduplicativa “la casa no es su casa”. ○ Síndrome de Capgras “su cónyuge o cuidador es un impostor”. ○ Sentimiento de abandono “mis hijos me abandonaron, me dejaron sola” ○ Idea delirante de infidelidad del cónyuge ● Las falsas percepciones y falsas identificaciones varían en frecuencia según los distintos estudios dependiendo de la definición adoptada y de las poblaciones evaluadas, siendo las más prevalentes: ○ Presencia de extraños en la casa “phantom boarder syndrome” ○ Dialogar con la propia imagen en el espejo como si se tratara de otra persona “mirror sign” ○ Las personas no son quienes pretenden ser: ■ Síndrome de Capgras: un extraño pretende ser su familiar/cuidador ■ Síndrome de Frégoli: su familiar/cuidador pretende ser otra persona ○ Considerar que los personajes vistos en la televisión se hallan presentes en la habitación Como producto de los trastornos cognitivos y conductuales se compromete el estado funcional de la persona, inicialmente las actividades más complejas y, con la evolución, las básicas. ● Diagnóstico Actualmente el diagnóstico de demencia en la Enfermedad de Alzheimer es clínico (neurológico, psiquiátrico y neuropsicológico) y se basa en criterios operativos estandarizados. tales como: ● DSM IV TR ● CIE 10 ● National Institute on Aging (NIA) and the Alzheimer's Association (reemplazaron a los criterios diagnósticos NINCDS-ADRDA) Veremos en detalle los criterios del DSM IV TR con las críticas respectivas y los nuevos criterios 18 del NIA y la AA: ● Criterios Diagnóstico del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales TR (DSM IV TR) La Asociación Americana de Psiquiatría (2001) define operativamente al síndrome demencial con los Criterios Diagnósticos expuestos a continuación: Criterio A1: Deterioro de la memoria a corto y largo plazo. Criterio A2: La presencia de por lo menos uno de los trastornos cognitivos que se enumeran a continuación: Criterio A2a: Afasia. Criterio A2b: Apraxia. Criterio A2c: Agnosia. Criterio A2d: Trastornos en la función ejecutiva. Criterio B: Los trastornos A1 y A2 deben ser lo suficientemente severos como para causar un deterioro significativo en la actividad social u ocupacional y debe representar una declinación del nivel previo de funcionamiento. Criterio C: Los hallazgos enunciados no deben aparecer exclusivamente durante el curso de un estado confusional agudo (delirium). ● Criterios Diagnóstico del National Institute on Aging (NIA) and the Alzheimer's Association (AA) del 2011. El objetivo de la comunidad científica ha sido poder identificar la causa del síndrome demencial lo antes posible para poder intervenir con conductas terapéuticas que si bien no atacan la causa directamente, tratarán de proteger al órgano cerebral disminuyendo la probabilidad de aparición de los síntomas y el retraso de la expresión clínica de los mismos. Durante los últimos años se ha desarrollado una revisión de los criterios diagnósticos de la demencia debida a la Enfermedad de Alzheimer para su actualización al nivel de los conocimientos y desarrollo tecnológico actuales, por distintos grupos de trabajo, uno de ellos es el Grupo de Trabajo del National Institute on Aging (NIA) y la Alzheimer's Association (AA). La Enfermedad de Alzheimer comienza alterar la función cerebral mucho antes que su manifestación clínica se exprese (síndrome demencial). Cuando se hace el diagnóstico de demencia tipo Alzheimer utilizando los criterios clásicos del DSM IV TR ya está el síndrome demencial instalado y la demencia se encuentra en el estadio leve de la fase terminal de la enfermedad. El tejido cerebral ha sufrido ya un daño irreparable que abarca un porcentaje muy alto de su estructura y funciones. Como resultado de este trabajo en 2011 se establecen los nuevos criterios diagnósticos internacionales propuestos por el National Institute on Aging y la Alzheimer's Association que reemplazan a los anteriores NINCDS-ADRDA que databan de 1984 (National Institutes of Neurologic and Communicative Disorders and Stroke – Alzheimer’s Disease and Related Disorders Association). Por tal motivo, el objetivo es detectar en las fases pre-clínicas (sin síntomas clínicos evidentes) la enfermedad subyacente. Los nuevos criterios que surgieron de la revisión del NIA y de la AA reconocen a la enfermedad de Alzheimer como un proceso continuo, divido en etapas, y cubren el espectro completo de la enfermedad de alzheimer y su cambio gradual a lo largo de los años. Las etapas descritas son: ● La temprana o "preclínica" ● El deterioro cognitivo leve debido a enfermedad de alzheimer, 19 ● La demencia tipo Alzheimer. Los criterios anteriores del NINCDS-ADRDA de 1984 o los del DSM IV TR tienen el foco en la última etapa (demencia tipo Alzheimer), en la que los síntomas de demencia eran ya evidentes. ● Preclínica Describe una fase en la que el cerebro sufre cambios, incluyendo la acumulación de placa amiloidea y otros cambios tempranos en las células nerviosas. Al llegar a este punto, los síntomas clínicos significativos aún no son evidentes. Comienza en una zona del cerebro que es la corteza entorinal área ubicada cerca del hipocampo y con conexiones directas a éste, se expande hasta tomar el hipocampo, estructura esencial para la formación de los recuerdos. Las regiones afectadas empiezan a atrofiarse (encogerse). Probablemente los cambios a comienzan entre 10 a 20 años antes de que cualquier descenso cognitivo se haga evidente y aparezcan los síntomas de forma visible. En la actualidad se están realizando investigaciones con biomarcadores para identificación temprana de esta fase, aún no están listos para uso clínico por parte de los profesionales de la salud. Las directrices para esta etapa están muy enfocadas en materia de investigación. ● Deterioro cognitivo leve debido a EA (DLC debido a EA) En esta fase se cumplen los criterios para Deterioro Cognitivo Leve y se identifican la presencia de determinados marcadores biológicos de la enfermedad de Alzheimer, entonces se estará en presencia de Deterioro Cognitivo Leve debido a la enfermedad de Alzheimer. En este caso el DCL representa una fase preliminar de demencia y es parte de la enfermedad de Alzheimer. Las directrices para esta etapa también están muy enfocadas en materia de investigación y no para uso clínico, si bien son más cercanas para su disponibilidad que la etapa previa. ● Demencia tipo Alzheimer Este criterio se aplica a la fase final de un continuo de fenómenos clínicos patológicos de la enfermedad, es fundamentalmente clínico. Esta etapa también es alcanzada por los cambios en los criterios diagnósticos propuestos por el NIA y la AA tanto en relación a las características de presentación como en la aplicación de biomarcadores que ayuden a tener mayores niveles de certeza diagnóstica. Los nuevos criterios diagnósticos extienden el concepto de demencia tipo Alzheimer más allá de la pérdida de memoria como síntoma principal (presentación típica), a las variantes atípicas descritas anteriormente, donde el síntoma de inicio puede ser una disminución en otros aspectos de la cognición, tales como dificultad para encontrar palabras, problemas visuales/espaciales, y fallas en el razonamiento o juicio. El diagnóstico de la demencia tipo alzheimer puede tener distintos grados de certeza diagnóstica, segúnlos criterios que cumpla estableciéndose: ● Demencia debida a EA posible, o ● Demencia debida a EA probable: criterios o ● Demencia debida a EA definitiva. En esta etapa, los resultados de los test con biomarcadores pueden ser empleados en ciertos casos para incrementar o disminuir el grado de certeza sobre un diagnóstico de demencia tipo Alzheimer, y distinguirla de otras demencias, incluso cuando la validez de dichos test está todavía bajo estudio para su aplicación en la práctica clínica diaria. Respecto de estos nuevos criterios diagnósticos, como psicogerontólogos debemos conocer dos cosas: http://www.nia.nih.gov/Alzheimers/Publications/LaEnfermedaddeAlzheimer/Glossario/default.htm#_blank 20 ● que existe esta nueva nomenclatura que refleja nuevas concepciones de la demencia tipo alzheimer y criterios diagnósticos, que en algún momento cercano vamos a comenzar escuchar. ● Y, lo que es más importante, comprender el curso de la enfermedad como un continuo, para estar alerta y poder hacer intervenciones pertinentes y oportunas. ● Caracterización de los Estadios de la Demencia Tipo Alzheimer Con frecuencia se identifican 3 estadios en el curso de la demencia tipo alzheimer: ● Demencia leve ● Demencia moderada ● Demencia severa. ● Estadio Leve del síndrome demencial debido a EA ○ Déficit en la memoria reciente ○ Dificultades con el manejo del dinero, desorientación geográfica, pérdida de la habilidad para hacer su trabajo o tareas domésticas. ○ La habilidad para recordar información del pasado está mínimamente afectada. ○ Son frecuentes los hallazgos psiquiátricos (apatía, aislamiento social). ○ Rinden entre 20 y 26 en el MMSE (si el nivel de educación es bajo el rango puede pensarse entre 19 y 24). ○ Lenguaje espontáneo conservado e intacta comprensión de la conversación. ○ No encuentran ciertas palabras, esto puede ser detectado con pruebas de denominación. ○ Si tiene un buen nivel intelectual y ocupacional previo compensa tests de denominación o razonamiento abstracto. ○ Déficit en funciones visuoespaciales son observados en una detallada evaluación neuropsicológica. ● Estadio Moderado del síndrome demencial debido a EA ○ Depende de otros para las AVD complejas como finanzas, compras o transporte. Ocasionalmente requieren de aviso para bañarse, o vestirse apropiadamente. ○ En este estadio no deben manejar. Los trastornos neuropsiquiátricos pueden ser prominentes (delirios, alucinaciones, irritabilidad y paranoia). ○ Dificultades en la denominación son evidentes en la conversación. ○ En el MMSE rinden entre 10 y 19. ○ Si tienen cuidadores competentes o familiares razonables pueden permanecer en el hogar. ● Estadio Severo del síndrome demencial debido a EA ○ Necesitan supervisión de 24hs. ○ Déficit severos en memoria para eventos, conversaciones, y desafortunadamente familiares cercanos. ○ Pueden estar mudos. ○ Necesitan asistencia para bañarse, comer, vestirse etc. ○ Rinden menos de 10 en el MMSE. ○ Pueden tener rigidez, y dificultades en la marcha. ○ Lenguaje expresivo muy reducido ● Trastornos de neuropsicológicos de origen psiquiátrico. Tradicionalmente, la definición de demencia exigía un curso irreversible y un sustrato orgánico de la enfermedad. Esta exigencia dejaba de lado a otras entidades que, si bien cursaban con deterioro cognitivo, no tenían base orgánica o estructural conocida y podrían llegar a revertir, total o parcialmente. 21 Para denominar estos cuadros se creó el concepto de “pseudodemencia”. Según Caine (1981), la pseudodemencia se define como “un deterioro intelectual en sujetos con trastorno psiquiátrico primario, en el cual los datos de anormalidad intelectual semejan, al menos en parte, los de un déficit cognitivo inducido por factores neuropáticos” (Caine, 1981, citado en Reich, 2005). Se referían a entidades como la depresión, la manía, la simulación o las demencias histéricas. Madder y Kaplan (1986, citados en Reich, 2005) fueron los primeros en utilizar este concepto para referirse a aquellas condiciones clínicas que pueden ser incorrectamente diagnosticadas como demencias, cuando en realidad la enfermedad de base que ocasiona el deterioro cognitivo, es la depresión que, con el tratamiento pertinente, puede restituir, total o parcialmente, el perfil cognitivo previo del paciente. Actualmente, el concepto de pseudodemencia plantea controversias. Cuestionar que la depresión carece de base orgánica para ser definida como demencia, es negar la existencia de factores bioquímicos en esta enfermedad. Asimismo, el término pseudodemencia incita a confusiones: ¿Es o no una demencia? ¿Es una “casi-demencia”? ¿Es algo fingido? Es por eso que al día de hoy se aconseja utilizar este concepto únicamente en casos de simulación (demencias simuladas). La forma de denominarlo que se sugiere, en el caso de que la causa del trastorno cognitivo sea la depresión, síndrome demencial debido a síndrome depresivo o deterioro cognitivo debido a síndrome depresivo. La coexistencia de depresión y demencia es un hecho de observación relativamente frecuente en la clínica, por tal motivo: Es relevante conocer las diferencias y vinculaciones existentes entre deterioro cognitivo y depresión, ya que son cuadros frecuentes en la práctica clínica de un psicogerontólogo, y habitualmente se presentan relacionados. La presencia de deterioro cognitivo y demencia ● plantea una dificultad diagnóstica ● implicaciones diferentes a futuro dado la posibilidad de reversibilidad de los síntomas cognitivos si la depresión es tratada adecuada y oportunamente. ● Abordajes diferentes. Un persona con trastorno depresivo mayor que como parte de los síntomas presenta deterioro cognitivo, no puede ser tratado terapéuticamente de la misma forma que una persona en fases iniciales de demencia que, al vislumbrar sus déficit cognitivos y su pérdida de autonomía, desarrolla un síndrome depresivo como reacción a la pérdida. ● Interface Demencia y Depresión Dado que la causa de pseudodemencia que se presenta con mayor frecuencia es la depresión desarrollaremos con detalle las relaciones entre demencia y depresión. De esta forma se podrá llevar a cabo un abordaje adecuado. Se debe diferenciar las siguientes situaciones, por lo menos conceptualmente, aunque a veces en la clínica sea complejo: ○ La depresión que se presenta con síntomas neuropsicológicos de demencia e induce a este diagnóstico. ○ La demencia que presenta sintomatología depresiva en fases iniciales: ■ como reacción frente a las pérdidas de las capacidades cognitivas y funcionales (secundaria y reactiva al desarrollo del deterioro cognitivo, sobre todo en los primeros periodos donde los pacientes son perceptivos de su entorno y realidad). 22 ■ como síntoma conductual dentro de la demencia. ○ La demencia con comorbilidad de depresión. ● Depresión que se presenta con síntomas cognitivos de demencia Kendel (citado en Seijas Sloker, 2006) analizó longitudinalmente los diagnósticos psiquiátricos en Inglaterra y Gales durante 5 años, encontrando que el 8 % de los diagnósticos iniciales de demencia fueron cambiados con posterioridad a depresión. Ron (citado en Seijas Sloker, 2006) realizó el seguimiento longitudinal de 52 pacientes con diagnóstico de demencia presenil que la evolución del cuadro demostró que 5 de ellos tenían depresión y no demencia. Marsen y Harrison (1986, citados en Reich, 2005) sobre un total de 106 pacientes admitidos con diagnóstico presuntivo de demencia, identificaron que 10 de los mismos tenían un trastorno psiquiátrico mayor que se expresaba como un síndrome demencial potencialmente reversible. Otros estudios, observaron que pacientes que se recuperaron del episodio depresivo, mejoraron sus disfunciones cognitivas. Cabe destacar que en la clínica esta mejoría suele ser de carácter parcial, sin llegar a recuperarse adintegrum (Reich, 2005). En este punto es importante remarcar que las depresiones de inicio tardío tienen más componentes neurológicos, más alteraciones neuropsicológicas, es un factor de riesgo para demencia, mayor tasa de progresión a demencia, más alteración sensorial auditiva, mayor tasa de suicidio, mayor probabilidad de riesgo vascular (Quaglia, 2011). Como psicogerontólogos es sumamente importante indagar sobre los antecedentes personales. Pacientes con depresión suelen tener historia de trastornos afectivos previos. ● Demencia que se presenta con sintomatología depresiva en fases iniciales La demencia conlleva pérdida en la autonomía de las actividades de la vida. Es por eso que en estadios iniciales las personas pueden reaccionar con sintomatología depresiva al reconocer estas pérdidas. Por otro lado, la depresión puede incluso aparecer como un síntoma psicológico dentro de la demencia, por su misma etiopatogenia. En lo que refiere a escalas psiquiátricas destinadas a pesquisar depresión, las personas con demencia suelen tener puntuaciones más baja a comparación de los casos de depresiones primarias. Lo importante en este punto es determinar de qué forma los síntomas depresivos una vez tratados permiten dilucidar una enfermedad de base demencial. ● Demencia con comorbilidad de depresión En ocasiones la demencia y la depresión pueden coexistir como entidades diferenciadas. En estos casos, se observó presencia de mayor cantidad de “síntomas negativos” tales como: anergia, enlentecimiento motor o mental, apatía y escasa expresividad. Además, suelen aparecer con menor frecuencia el llanto, los sentimiento de culpa o el insomnio matinal (Cumming, 2002 citado en Sarasola 2009). Todos estos síntomas repercuten en el rendimiento cognitivo de la persona. Así pues, la demencia puede darse con comorbilidad de la depresión. No obstante, es importante recordar que: la presencia de una enfermedad concomitante como la demencia empeora la evolución del cuadro depresivo, al mismo tiempo que la depresión concomitante empeora la evolución de otras patologías (Alexopoulo, 1996 & Meyers, 1998 citado en Sarasola, 2009) 23 ● ¿Cómo podemos diferenciar si se trata de una depresión o demencia? Para realizar un diagnóstico diferencial entre la depresión con síntomas cognitivos y la demencia que se presenta con sintomatología depresiva, es de gran utilidad tener presente las diferencias semiológicas, y la utilización de test neuropsicológicos y de escalas psiquiátricas para caracterizar detalladamente ambas situaciones. Las siguientes diferencias nos ayudan a caracterizar las depresiones en los adultos mayores que cursan con síntomas neurocognitivos y ciertas diferencias con las demencias: ● Los pacientes con depresión presentan alteración de la atención, enlentecimiento del pensamiento o bradipsiquia, alteración en las funciones ejecutivas y falla en la evocación de la memoria episódica. Se observa que los pacientes con depresión suelen tener preservada la visuoespacialidad y el almacén semántico, viéndose éstas afectadas en las demencias. ● Por otro lado, las personas con demencia de tipo alzheimer que es la más frecuente, en el transcurso evolutivo de la enfermedad, van ir desarrollando alteraciones en las capacidades afaso-apracto-agnósicas y en la capacidad de juicio. ● La semiología de la depresión se corresponde principalmente con un perfil subcortical (ver apartado clasificación de demencias). Este perfil, se distingue del perfil cortical que se presenta inicialmente en las demencias de tipo alzheimer. ● Otras características semiológicas que ayudan a realizar el diagnóstico diferencial entre depresión y demencia, es el comienzo insidioso que este último presenta versus un comienzo más claro e identificable de la depresión. ● La actitud frente a la evaluación de un paciente con depresión y síntomas cognitivos suele ser diferente que la de un paciente con demencia. Los pacientes con depresión presentan menor interés en su entorno, más desinterés por realizar la tarea, respuestas del tipo “no lo sé” en vez de proporcionar una respuesta incorrecta. ● Un punto relevante es la historia previa de las alteraciones del ánimo. Muchas veces si profundizamos en la historia de la persona veremos que tuvo cuadros depresivos a repetición desde mucho antes que la vejez. ● Al ser interrogados sobre su estado de ánimo mostrarán más pensamientos negativos sobre su futuro y su autoestima. ● El paciente depresivo suele acudir de manera espontánea y por voluntad propia a consulta, mientras que las personas con demencia pueden permanecer más ajenos a sus dificultades, llegando a consulta traídos por algún familiar. Concluyendo, más allá de la polémica acerca del concepto de pseudodemencia lo importante como psicogerontólogos es: Tener presente las relaciones existentes en la interface demencia-depresión y la posibilidad de la presencia un trastorno cognitivo potencialmente reversible. Indagando acerca de los antecedentes personales, solicitando interconsulta cuando corresponda, se podrá proponer el plan terapéutico acorde a las necesidades individuales y familiares de cada persona. ● Delirium o síndrome confusional agudo El delirium o síndrome confusional agudo es una de las manifestaciones más comunes de enfermedad aguda o toxicidad por drogas en los ancianos. Es un cuadro de alteración cognitivo- conductual de naturaleza no persistente y reversible. Se caracteriza por alteración del nivel y contenido de la conciencia con dificultad para mantener la atención y se asocia a trastornos perceptivos, de orientación, de lenguaje, del ciclo sueño- vigilia y de la actividad motora del organismo, con comienzo brusco y evolución fluctuante. Es fundamentalmente de causa orgánica. Requiere la inmediata intervención médica. Cuando se prolonga más allá de lo considerado habitual (aproximadamente un mes), puede ser confundido con la demencia. 24 ● Criterios diagnóstico según DSM IV TR ● Obnubilación de la conciencia con imposibilidad de focalizar, sostener o cambiar la atención. ● Alteraciones cognitivas (déficit de memoria, desorientación, trastornos del lenguaje) o desarrollo de disturbios perceptuales no atribuibles a una demencia preexistente o en curso. ● Los trastornos se desarrollan en un corto período de tiempo, con tendencia a la fluctuación a lo largo del día. ● Existen evidencias a través de la historia clínica, examen físico o laboratorio, que el cuadro clínico se debe a una condición médica general o intoxicación (medicamentos u otros tóxicos) o por combinación de distintas etiologías ● Características ● Comienzo agudo ● Curso fluctuante ● Trastornos de atención ● Pensamiento desorganizado ● Alteración de la conciencia ● Déficit cognitivos ● Alteraciones de la percepción ● Alteraciones psicomotoras ● Alteraciones del ciclo sueño- vigilia ● Alteraciones emocionales ● Puede ser SUBSINDROMATICO ● Factores Predisponentes ● Edad avanzada ● Múltiples comorbilidades ● Paciente terminal ● Paciente institucionalizado ● Polimedicación, psicofármacos ● Alteración sensorial (visión, audición) ● Antecedente de delirium ● Deterioro cognitivo ● Discapacidad ● Factores de riesgo para desarrollo de delirium superpuesto en dementes ● ● Cirugías ● Estrés ● Pérdidas (muerte de un familiar, mudanzas) ● Dolor intenso ● Benzodiacepinas ● Factores Desencadenantes ● Hospitalización ● Post quirúrgico (cadera, corazón) ● Deshidratación ● Polifarmacia ● Cambios de entorno ● Etc. 25 ● Duración del Delirium Como se explicó anteriormente el delirium tiene una duración breve. A continuación se detalla la duración promedio: ● El 60% de los cuadros dura entre 1 y 6 días. ● El 20% dura entre 7 y 13 días ● El 15% dura entre 2 y 4 semanas ● El 5% de los cuadros dura más de 1 mes ● Diagnóstico
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