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TOXICOLOGÍA
IV • Toxicología
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TOXICOLOGÍA
Darío Córdoba P.
Editor
Médico y Cirujano. Universidad de Antioquia. Toxicólogo y Pediatra,
Profesor Titular del Departamento de Farmacología y Toxicología desde 1960. 
Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia.
Académico Honorario de la Academia de Medicina de Medellín.
Miembro Correspondiente de la Academia Nacional de Medicina.
Miembro de la Asociación Española de Toxicología.
Académico Honorario de la Sociedad Colombiana de Toxicología.
Miembro de la Asociación Latinoamericana de Toxicología.
Presidente de la Academia de Medicina de Medellín
Galardonado con el Premio “Eduardo Lleras Codazzi” de la Sociedad Colombiana de Toxicología - 1970
Condecorado por la Asociación Latinoamericana de Toxicología - 1998
Distinguido como “Destacado” en el Congreso Latinoamericano de Toxicologia - 1998
Distinción “A toda una vida” otorgada por la Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia - 2000
Distinción de egresados de la Universidad de Antioquia - 2000
Reconocimiento al Mérito Comunitario, Otorgado por la Asociación de Consumidores de Medellín - 2001
Medalla al Mérito, otorgada por la Secretaría Departamental de Agricultura - Departamento de Antioquia - 2001
VI • Toxicología
IMPORTANTE
Los conocimientos en ciencias clínicas están cambiando cons-
tantemente. A medida que se dispone de nueva información 
es necesario modificar el tratamiento y uso de medicamentos. 
Los autores y la Editorial de este volumen han tenido el cui-
dado de comprobar que las dosis y programas terapéuticos 
sean correctos y compatibles con los estándares de aceptación 
general en la fecha de la publicación. Se aconseja al lector 
consultar cuidadosamente el material de instrucciones e 
información incluido en el inserto del empaque de cada 
fármaco o agente terapéutico antes de administrarlo. Es 
importante, en especial, cuando se utilizan medicamentos 
nuevos o de uso poco frecuente. El autor y la Editorial no 
se hacen responsables por la pérdida, lesión o daño ocurrido 
como consecuencia, directa o indirecta, del uso y aplicación 
de cualquier agente terapéutico contenido en este volumen.
Toxicología
D. R. 2006 ©
ISBN: 958-9446-16-7
Editorial El Manual Moderno (Colombia) Ltda.
Carrera 12 A No. 79 - 03/05
e-mail: info.colombia@manualmoderno.com
Bogotá D. C., Colombia
Reimpreso en Colombia en los talleres de
Imagen Editorial S.A.S.
Todos los derechos reservados. Ninguna parte de 
esta publicación puede ser reproducida, almacenada
en sistema alguno de tarjetas perforadas o transmitida
por otro medio –electrónico, mecánico, fotocopiador, 
registrador, etcétera– sin permiso previo por escrito 
de la Editorial.
All rights reserved. No part of this publication
may by reproduced, stored ina retrieval system, 
or transmitted in any form or by any means, 
electronic, mechanical, photocopying, recording
or otherwise, without the prior permission in 
writting from the Publisher.
y el diseño de la portada son marcas registradas 
de Editorial El Manual Moderno, S. A. de C. V.
 
Córdoba Palacio, Darío
 Toxicología / Darío Córdoba Palacio. -- 5a. ed.-- Bogotá : 
Editorial Manual Moderno, 2006.
 1044 p. : il., fots. ; 26 cm.
 Incluye bibliografías e índice.
 ISBN 958-9446-16-7
 1. Toxicología 2. Toxicología de plaguicidas 3. Toxicología de los 
metales 4. Toxicología medicamentosa 5. Drogadicción 6. Animales 
venenosos 7. Plantas venenosas
I. Tít. 
615.9 cd 19 ed.
A1075821
CEP-Banco de la República-Biblioteca Luis Ángel Arango
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“Pues ser médico es mucho más que ser un mero
dispensador de píldoras o un carpintero médico
que remienda y compone carnes y almas rotas.
El médico es una piedra angular en la sociedad
humana y un intermediario entre el hombre y Dios”.
 
 Feliz Martí Ibáñez
“Formar en la época actual, un médico general
sin ni siquiera conocimientos básicos 
de Toxicología, es una omisión tan grave
que toca los linderos de la criminalidad”.
 
 Darío Córdoba Palacio 
VIII • Toxicología
IX• 
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AGUSTÍN GUERRERO SALCEDO
Médico y Cirujano de la Universidad de Cartagena. 
Estudios de Toxicología en la Universidad de Antioquia. 
Especialista en Salud Ocupacional Universidad Libre . 
Coordinador del programa de Farmacología y Toxicología 
U. Libre. Coordinador del programa de Toxicología en el 
Hospital Universitario y Pediátrico de Barranquilla.
ALFONSO PEÑA MARTÍNEZ
Médico y Cirujano. Universidad Nacional de Colombia. 
Jefe del Servicio de Toxicología del Ministerio de Salud 
de Colombia. Consultor de la Organización Mundial de 
la Salud.
MARÍA DEL CARMEN VALLEJO ROSERO
Química Farmacéutica. Profesora Universidad Nacional 
de Colombia. Facultad de Medicina. Departamento de 
Farmacología y Toxicología.
SAMUEL CADAVID ISAZA
Médico Veterinario. Universidad de Antioquia. Profesor 
Titular Departamento Farmacología y Toxicología. Facul-
tad de Medicina de la Universidad de Antioquia.
FANNY CUESTA DE FRANCO
Ingeniera Química. Universidad Pontificia Bolivariana. 
Profesora Titular Departamento de Farmacología y 
Toxicología. Facultad de Medicina de la Universidad 
de Antioquia. Jefe del Laboratorio de Toxicología de la 
Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia.
ELSA HEREDIA DE CÓRDOBA
Química Farmacéutica Universidad de Antioquia. Pro-
fesora de Farmacología y Toxicología Departamento de 
Farmacología y Toxicología. Facultad de Medicina de la 
Universidad de Antioquia.
SAMUEL HENAO HERNÁNDEZ
Médico y Cirujano. M.P.H. Licenciado en Salud Ocu-
pacional. Profesor Facultad Nacional de Salud Pública. 
Universidad de Antioquia. Jefe de la División de Salud 
Ocupacional del Instituto de Seguros Sociales (Seccional 
Antioquia).
JORGE CÉSPEDES IBARRA
Médico y Cirujano. Universidad de Antioquia. División 
de Salud Ocupacional del Instituto de Seguros Sociales 
(Seccional Antioquia).
JOSÉ IGNACIO RAMOS JARAMILLO
Médico Veterinario. Universidad de Antioquia. Profesor 
Titular Departamento de Farmacología y Toxicología. 
Facultad de Medicina. Universidad de Antioquia.
FRANCISCO JAVIER GUTIÉRREZ HENAO
Médico y Cirujano. Universidad de Antioquia. Profesor 
del Departamento de Farmacología y Toxicología. Facul-
tad de Medicina de la Universidad de Antioquia.
JESUALDO FUENTES GONZÁLEZ
Médico y Cirujano. Universidad de Antioquia. Profesor 
Titular del Departamento de Farmacología y Toxicología 
de la Facultad de Medicina de la Universidad de Antio-
quia. Profesor Distinguido de la Universidad de Antio-
quia. Miembro de la Comisión Revisora de Medicamentos 
del Ministerio de Salud de Colombia.
ALFREDO MUÑOZ BERRÍO
Médico y Cirujano. Universidad de Antioquia. Neurólogo 
Clínico. Profesor de la Cátedra de Neurología. Facultad 
de Medicina de la Universidad de Antioquia. Profesor de 
la Universidad de San Buenaventura. Profesor Adjunto 
de la Universidad Pontificia Bolivariana.
Colaboradores
IX
X • Toxicología
FLAVIO GRANADOS AGUIRRE
Médico y Cirujano. Universidad de Antioquia. Internista 
Cardiólogo. Profesor Universidad Pontificia Bolivariana. 
Profesor Corporación Estudios de la Salud (CES). Car-
diólogo del Centro Cardiovascular Colombiano-Clínica 
Santa María.
FRANCISCO PUENTES CENTENO
Médico y Cirujano. Ex profesor de Toxicología Clínica 
Universidad Nacional de Colombia. Universidad Indus-
trial de Santander. Ex becario Fundación Humboldt y 
Fundación Humphrey.
ROBERTO LOZANO OLIVEROS
Co. (R ) Médico y Cirujano. Especialista en Pediatría, 
Toxicología, Medicina de Urgencias y Desastres y Admi-
nistración de Servicios de Salud. Exprofesor Titular de 
Toxicología de la Escuela Militar de Medicina. Ex asesor 
de OPS/OMS. Presidente de Sociedad Colombiana de 
Toxicología.
ISAAC FASSLER R.
Médico y Cirujano. Profesor de Gastroenterología. Hos-
pital de La Samaritana. Universidad del Rosario. Profesor 
invitado de la Cátedra de Toxicología Clínica. Universidad 
del Rosario, Bogotá-Colombia.
ALFREDO RAMOS
Ingeniero Agrónomo. Universidad Nacional – Palmira 
Directivo en Química Schering S.A. –División Agríco-
la Asesor en uso y manejo de Plaguicidas Asesor de la 
Asociación Nacional de Industriales Andi Coordinador 
en la campaña de la Andi-ISS en prevención y manejo 
adecuado de Plaguicidas. Ex presidente de la Sociedad 
de Profesionales en Agroquímicos Sopaq.
LUZ STELLA HOYOS GIRALDO
Bióloga. Universidad de Antioquia. Profesora del Depar-
tamento de Biología, Unidad de Toxicología Genética y 
Citogenética. Facultad de Ciencias Naturales, Exactas y 
de la Educación Universidad del Cauca-Colombia.
ALVARO JARAMILLO GÓMEZ
Médico y Cirujano Universidad de Antioquia. Máster en 
Medicina del Deporte. Medellín-Colombia.
SILVIA JIMÉNEZ RAMÍREZ
Química Farmacéutica. Universidad de Antioquia. Profe-
sora de Fitoquímica, Facultad de Química Farmacéutica, 
Universidad de Antioquia.
MYRIAM GUTIÉRREZ DE S.
Médica y Cirujana Universidad Nacional de Colombia. 
Docente Asociada del Departamento de Ciencias Fisio-
lógicas Unidad de Toxicología-Facultad de Medicina Uni-
versidad Nacional de Colombia, Toxicóloga del Servicio 
de Urgencias del Hospital Universitario San Juan de Dios 
de Bogotá-Colombia.
CARLOS A. SOSA
Médico y Cirujano Universidad de Antioquia. Medellín- 
Colombia.
ROSAURA ARREDONDO A.
Médica y Cirujana. Toxicología. Profesora Cátedra de 
Toxicología Universidad Libre Barranquilla-Colombia.
CAMILO URIBE GRANJA
Director Científico de la Clínica de Toxicología “Gui-
llermo Uribe Cualla”. Presidente de la Asociación Co-
lombiana de Toxicología y Farmacodependencia. Jefe de 
Cátedra de Toxicología Universidad del Rosario. Profesor 
de Medicina Legal. Universidad Javeriana, Posgrado en 
Farmacodependencia. Bogotá-Colombia.
MANUEL URIBE GRANJA
Médico y Cirujano Universidad del Rosario Coordinador 
Docente de la Clínica de Toxicología “Guillermo Uribe 
Cualla” Bogotá.
RAFAEL VALDERRAMA H.
Ingeniero Agrónomo Universidad Nacional Entomólogo. 
Profesor Titular del Depto. de Microbiología y Parasi-
tología de la Facultad de Medicina de la Universidad de 
Antioquia, Medellín-Colombia.
MANUEL JOSÉ PEÑA RESTREPO
Biólogo de la Universidad de Antioquia Profesor de Cá-
tedra de la Universidad de San Buenaventura. Estudios 
sobre Impacto Ambiental, Florencia-Caquetá y Paname-
ricana del Chocó.
OMAR BOTERO PATIÑO
Médico y Cirujano. Pediatra y Toxicólogo. Profesor de 
Pediatría. Facultad de Medicina de la Universidad del 
Quindío.
DANIEL TOLEDO ARENAS
Médico y Cirujano. Psiquiatra. Hospital Militar Central 
de Bogotá.
CÉSAR AUGUSTO GIRALDO GIRALDO
Médico y Cirujano. Universidad de Antioquia. Patólogo. 
Profesor Facultad de Medicina de la Universidad de An-
tioquia. Jefe Seccional de Medicina Legal de Antioquia.
RAMÓN CÓRDOBA PALACIO
Médico y Cirujano Universidad de Antioquia. Especialista 
en Pediatría. Profesor Titular de Pediatría de la Universidad 
de Antioquia. Profesor Titular en el Instituto de Ética y 
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Bioética de la Universidad Pontificia Bolivariana. Profesor 
Emérito de la Universidad Pontificia Bolivariana. Doctor 
Honoris Causa de la Universidad Pontificia Bolivariana. 
Miembro de CECOLBE. Magistrado del Tribunal de Ética 
Médica de Antioquia. Medellín.
PEDRO LUIS SÁNCHEZ GAVIRIA
Médico y Cirujano. Psiquiatra. Jefe del Departamento de 
Servicios Ambulatorios del Hospital Mental de Antioquia. 
Profesor Adjunto de Psiquiatría. Facultad de Medicina de 
la Universidad Pontificia Bolivariana.
JORGE ÁLVAREZ RESTREPO
Médico y Cirujano. Universidad de Antioquia. División 
de Salud Ocupacional del Instituto de Seguros Sociales 
(Seccional Antioquia).
ULPIANO ECHEVERRI MONTOYA
Médico y Cirujano. Universidad de Antioquia. Profesor 
Titular del Departamento de Medicina Interna – Sección 
de Neumología-Facultad de Medicina de la Universidad 
de Antioquia.
FRANCISCO ELADIO GÓMEZ RENDÓN
Médico y Cirujano. Universidad de Antioquia. Derma-
tólogo. Dermatología Ocupacional Instituto de Seguros 
Sociales. Profesor Adjunto Universidad Pontificia Boli-
variana.
EDUARDO LEÓN RODRÍGUEZ
Físico Médico. Profesor Facultad de Medicina de la Uni-
versidad de Antioquia. Departamento de Imagenología 
Hospital Universitario San Vicente de Paúl de Medellín.
FELIPE RUIZ GÓMEZ
Médico y Cirujano. Universidad de Antioquia. Salud 
Ocupacional. Otorrinolaringólogo. Profesor Adscrito 
Universidad Pontificia Bolivariana. Cátedra de Otorri-
nolaringología.
FEDERICO VELÁSQUEZ POSADA
Médico y Cirujano. Universidad de Antioquia. Docente 
del Departamento de Medicina Interna. Facultad de 
Medicina de la Universidad de Antioquia. Médico Asis-
tencial Servicio de Urgencia del Hospital Universitario 
San Vicente de Paúl de Medellín.
RAÚL GUILLERMO OSORIO GUTIÉRREZ
Químico Farmacéutico. Universidad de Antioquia. M.Sc 
de la Universidad de Puerto Rico. Especializado en To-
xicología Forense en la Universidad de Buenos Aires. 
Profesor de Toxicología de la Universidad de Antioquia.
GLORIA TOBÓN MEJÍA
Enfermera Licenciada. Universidad de Antioquia. Pro-
fesora Titular Facultad de Enfermería Universidad de 
Antioquia.
HUGO ALBERTO GALLEGO ROJAS
Médico y Cirujano. Universidad de Antioquia. Médico 
de Planta del Departamento de Toxicología del Hospital 
Universitario San Vicente de Paúl de Medellín.
RAMIRO VÉLEZ OCHOA
Médico Psiquiatra. Pontificia Universidad Javeriana 
(Bogotá Colombia). Especialización en Psiquiatría en 
la Universidad de Antioquia (Medellín-Colombia) y 
en la Universidad de Barcelona (Barcelona-España). Ex 
profesor de Psiquiatría de la Universidad de Antioquia. 
Ex presidente de la Sociedad Colombiana de Psiquiatría. 
Ex presidente de la Academia de Medicina de Medellín.
CARLOS SANTIAGO URIBE URIBE
Médico y Cirujano. Universidad de Antioquia. Neurólogo. 
Profesor Honorario de la Cátedra de Neurología de la 
Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia. 
Presidente de la Academia de Medicina de Medellín. 
SILVIA BECHARA CABRERA 
Médica Cirujana de la Pontificia Universidad Javeriana - 
Colombia. Toxicóloga Ocupacional. Asesora de Custodia 
y Registro de Plaguicidas de Basf Química Colombiana 
S.A. Miembro de la Cámara de la Industria para la Pro-
tección de Cultivos de la Andi.
LUIS MARIANO GÓMEZ ZULUAGA
Médico Internista - Hospital San Vicente de Paúl. Pro-
fesor de Medicina Interna. Facultad de Medicina – Uni-
versidad de. Jefe de Urgencias - Clínica Las Américas. 
Medellín-Colombia
CARLOS ALBERTO GARCÍA CONGOTE
Ingeniero Químico. Universidad Pontificia Bolivariana 
Coordinador Grupo de Salvamento y Rescate Acuáti-
co-Cruz Roja Colombiana - Seccional Antioquia -Buzo 
YMCA
MARÍA EUGENIA BOTERO DUQUE
Médica Universidad de Antioquia. Directora Seccional 
en Boyacá del Instituto Nacional de Medicina Legal y 
Ciencias Forenses
UBIER EDUARDO GÓMEZ CALZADA
Médico y Cirujano Universidad de Antioquia. Residente 
de Toxicología Clínica de la Facultad de Medicina de la 
Universidad de Antioquia.
Colaboradores
XII • Toxicología
CLARA INÉS MANRIQUE RODRÍGUEZ
Médica y Cirujana de la Universidad Militar Nueva 
Granada. Toxicóloga Clínica Universidad de Antioquia. 
Docente Toxicología Clínica Universidad Pontificia 
Bolivariana. Medellín - Colombia
ANA MARÍA MENDOZA CASTRO
Médica y Cirujana. Universidad Militar Nueva Granada. 
Residente de Toxicología Clínica de la Facultad de Me-
dicina de la Universidad de Antioquia.
IVÁN DARÍO GÓMEZ RAMÍREZ
Médico y Cirujano. Universidad de Antioquia. 
MARITZA ROJAS MARTINI
Directora Centro de Investigaciones Toxicológicas de la 
Universidad de Carabobo (Cituc), Valencia-Venezuela.FAVIO MAYORGA NIÑO
M.Sc. Química Farmacéutica. Profesor de la Escuela 
de Medicina. Universidad Pedagógica y Tecnológica de 
Colombia. Tunja-Boyacá.
ANA MARÍA GIRALDO LOPERA
Médica y Cirujana. Universidad de Antioquia. Médica del 
Departamento de Toxicología del Hospital Universitario 
San Vicente de Paúl de Medellín.
CARLOS ALFONSO POLO GALÍNDEZ
M. V. Z. Decano de la Facultad de Ciencias Agropecuarias 
Universidad de Caldas. Profesor Asociado Universidad 
de Caldas. Departamento de Salud Animal. Manizales 
Departamento de Caldas - Colombia.
LILIAM EUGENIA GÓMEZ ÁLVAREZ 
Ph D. Ingeniera Agrónoma. Universidad Nacional. Co-
mité Departamental de Plaguicidas. Departamento de 
Antioquia.
JUAN MANUEL GALEANO ALZATE
Médico y Cirujano Universidad de Antioquia. Biólogo. 
Ofidiólogo. Profesor de Primeros Auxilios Facultad de 
Medicina. Universidad de Antioquia Socorrista Cruz 
Roja. Antioquia.
ADRIANA ZAMORA SUÁREZ
Toxicóloga Clínica de la Universidad del Rosario. 
Docente de Toxicología Clínica Universidad del Rosario y 
Fundación Universitaria de Ciencias de la Salud. Docente 
de Medicina Legal Universidad Javeriana. Miembro de 
la Comisión Revisora de Medicamentos del INVIMA. 
Bogotá - Colombia.
PILAR JULIETA ACOSTA GONZÁLEZ
Médica y cirujana Universidad Nacional de Colombia. 
Residente mayor del programa de Toxicología Clínica 
Universidad del Rosario. Bogotá - Colombia.
MAURIX FERNANDO ROJAS MARTÍNEZ
Médico y cirujano Universidad del Rosario. Toxicólogo 
Clínico Universidad del Rosario. Bogotá - Colombia.
ANDRÉS FELIPE VELASCO BEDOYA
Médico y Cirujano Universidad de Antioquia. Especialista 
en Toxicología Clínica Universidad de Antioquia. 
Docente de Toxicología de Pre-grado en Universidad de 
Antioquia, Universidad Pontificia Bolivariana y Instituto 
de la Salud CES. Medellín - Colombia.
VLADIMIR ZANINOVIC’
Médico y Cirujano de la Universidad Javeriana. Residente 
Neurología Clínica, Baylor Collage of Medicine. Director 
Electroencefalografía, Miembro, American EEG Society, 
Miembro, Academia Nacional de Medicina. Profesor 
Titular Emérito (r), Neurología Clínica, Universidad del 
Valle, Cali - Colombia.
NANCY YANETH ÁNGULO CASTAÑEDA
Médica Cirujana de la Universidad Colegio Mayor 
de Nuestra Señora del Rosario. Toxicóloga Clínica 
Universidad de Antioquia.
VLADIMÍR ANTONIO LLINÁS CHICA
Médico y Cirujano. Especialista en lexicología Clínica 
Universidad de Antioquia. Profesor de Cátedra del 
Departamento de Farmacología y Toxicología Facultad 
de Medicina Universidad de Antioquia.
SERGIO PARRA
Médico y Cirujano, Universidad de Antioquia. Magíster en 
Ciencias Básicas Biomédicas (Farmacología), Universidad 
de Antioquia. Profesor Departamento de Farmacología 
y Toxicología, Facultad de Medicina, Universidad de 
Antioquia.
RODRIGO ÁNGEL MEJÍA
Médico y Cirujano, Universidad de Antioquia. Especialista 
en Medicina Interna. Toxinólogo Clínico, ex profesor de la 
Universidad de Antioquia, CES y Universidad Pontificia 
Bolivariana. Investigador en el Instituto de Medicina 
Tropical, Medellín - Colombia.
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Unidad I
GENERALIDADES
1 - Recuento histórico
 Darío Córdoba Palacio ........................................ 3
2 - Pasado, presente y futuro 
 de la toxicología en Colombia
 Francisco Puentes Centeno ................................. 15
3 - Toxicología
 Darío Córdoba Palacio ...................................... 19
4 - Consideraciones sobre el diagnóstico 
 de las intoxicaciones
 Agustín Guerrero Salcedo .................................. 31
5 - Bioética y toxicología
 Ramón Córdoba Palacio ................................... 36
6 - Diagnóstico de muerte cerebral en intoxicados
 Carlos Santiago Uribe Uribe .............................. 44
7 - Toxicocinética
 Agustín Guerrero Salcedo .................................. 48
8 - Toxicodinamia
 Sergio Parra ...................................................... 70
9 - Antídotos
 Darío Córdoba Palacio ...................................... 75
10 - Indicaciones de la diuresis forzada 
 en las intoxicaciones
 Clara Inés Manrique Rodríguez ......................... 85
11 - El paciente intoxicado y 
 algunos problemas médicos asociados
 Luis Mariano Gómez Zuluaga ........................... 88
12 - Diálisis y hemoperfusión
 Darío Córdoba Palacio ...................................... 96
13 - Síndromes tóxicos
 Agustín Guerrero Salcedo .................................. 99
14 - Clasificación y evaluación 
 de toxicidad de sustancias
 Alfonso Peña Martínez .................................... 105
15 - Riesgo químico
 Alfonso Peña Martínez .................................... 110
Unidad II
PLAGUICIDAS
16 - Química de plaguicidas
 María del Carmen Vallejo Rosero .................... 121
17 - Insecticidas derivados clorados
 Samuel Cadavid Isaza .................................... 133
18 - Inhibidores de colinesterasas
 Darío Córdoba Palacio
 Samuel Cadavid Isaza
 José Ignacio Ramos Jaramillo ........................... 139
19 - Formamidinas - Amitraz
 Darío Córdoba
 Hugo Gallego Rojas ........................................ 162
20 - Insecticidas a base de 
 nereistoxinas y espinosinas
 Darío Córdoba Palacio .................................... 165
21 - Piretrinas y piretroides
 Darío Córdoba Palacio .................................... 168
22 - Herbicidas
 Darío Córdoba Palacio .................................... 171 
23 - Paraquat - Nuevo enfoque
 terapéutico del paciente intoxicado
 Ubier Eduardo Gómez Calzada ...................... 182
24 - Otros plaguicidas
 Darío Córdoba Palacio .................................... 188
25 - Aplicación segura de plaguicidas
 Alfredo Ramos Angel ....................................... 217
26 - Investigación, desarrollo 
 y registro de un plaguicida
 Alfredo Ramos Ángel
 Silvia Bechara Cabrera .................................. 221
27 - Legislación colombiana 
 en medicamentos y agroquímicos
 Ana María Mendoza Castro
 Clara Inés Manrique Rodríguez
 Ubier Gómez Calzada .................................... 228
Contenido
XIII
XIV • Toxicología
28 - Plaguicidas prohibidos o severamente
 restringidos y períodos de carencia
 Darío Córdoba Palacio .................................... 236
29 - Genotoxicidad de los plaguicidas 
 Mutagenicidad, carcinogenicidad
 y teratogenicidad
 Luz Stella Hoyos Giraldo ................................ 239
30. Susceptibilidad y efectos genotóxicos
 de los plaguicidas
 Luz Stella Hoyos Giraldo ................................ 255
31. Plaguicidas y ecosistema
 Liliam Eugenia Gómez Álvarez ....................... 267
32. Gases neurotóxicos en conflictos bélicos
 Roberto Lozano Oliveros .................................. 273
33. Agentes químicos bélicos
 Darío Córdoba Palacio
 Roberto Lozano Oliveros .................................. 277
 
Unidad III
METALES Y METALOIDES
34. Intoxicación por mercurio
 Darío Córdoba Palacio
 Fanny Cuesta de Franco .................................. 293
35. Arsénico
 Fanny Cuesta de Franco .................................. 303
36. Flúor y compuestos fluorados
 Darío Córdoba Palacio .................................... 308
37. Talio
 Darío Córdoba Palacio .................................... 313
38 - Rodenticidas
 Darío Córdoba Palacio .................................... 318
39 - Bario
 Darío Córdoba Palacio .................................... 325
40 - Fósforo, intoxicación por fósforo inorgánico
 Manuel G. Uribe Granja
 Elsa Heredia de C. .......................................... 327
41 - Plomo
 Darío Córdoba Palacio
 Samuel Henao Hernández ............................... 337
42 - Cromo
 Jorge Céspedes Ibarra ...................................... 346
43 - Intoxicación por selenio
 Nancy Yaneth Angulo Castañeda .................... 353
 
Unidad IV
TÓXICOS HEMATOLÓGICOS
44 - Tóxicos hematológicos. Aspectos generales
 Darío Córdoba Palacio
 Fanny Cuesta de Franco .................................359
45 - Cianuro
 Darío Córdoba Palacio
 José Ignacio Ramos Jaramillo ........................... 366
46 - Monóxido de carbono
 Darío Córdoba Palacio
 José Ignacio Ramos Jaramillo .......................... 371
 
Unidad V
TÓXICOS MEDICAMENTOSOS
47 - Anticoagulantes
 Francisco Javier Gutiérrez Henao ..................... 377
48 - Colecalciferol
 Darío Córdoba Palacio .................................... 381
49 - Analgésicos, antipiréticos 
 y antiinflamatorios
 Darío Córdoba Palacio 
 Jesualdo Fuentes González ............................... 383
50 - Intoxicación por antibióticos
 Adriana Zamora Suárez ................................. 391
51 - Intoxicación por isoniacida 
 y otros antituberculosos
 Adriana Zamora Suárez 
 Pilar Julieta Acosta González .......................... 403
52 - Intoxicación por hipoglucemiantes orales
 Adriana Zamora Suárez
 Maurix Fernando Rojas Martínez .................... 408
53 - Anticonvulsivantes
 Alfredo Muñoz Berrío ...................................... 413
54 - Antidepresivos
 Jesualdo Fuentes González ............................... 418
55 - Barbitúricos
 Darío Córdoba Palacio .................................... 422
56 - Neurolépticos
 Jesualdo Fuentes González
 Carlos A. Sosa Rodríguez ................................ 426
57 - Morfina, derivados y sucedáneos
 Samuel Cadavid Isaza .................................... 431
58 - Digitálicos
 Flavio Granados Aguirre ................................. 434
59 - Litio
 Jesualdo Fuentes González ............................... 438
60 - Hierro
 Francisco Javier Gutiérrez Henao ..................... 441
61 - Fármacos y embarazo
 Jesualdo Fuentes González ............................... 445
62 - Intoxicación por inhibidores selectivos
 de la recaptación de serotonina (ISRS)
 Carlos Adolfo Sosa Rodríguez .......................... 454
 
Unidad VI
ALCOHOLES
63 - Alcohol etílico
 Darío Córdoba Palacio ................................... 459
64 - Alcohol etílico. Intoxicación etílica
 Ubier Eduardo Gómez Calzada ..................... 466
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65 - Alcohol metílico
 Omar Botero Patiño ........................................ 472
66 - Metanol
 Agustín Guerrero Salcedo
 Nelly Beltrán L. y col. ...................................... 477
67 - Disulfiram (antabuse)
 Darío Córdoba Palacio .................................... 493
68 - Formaldehído y fenol
 Darío Córdoba Palacio .................................... 496
69 - Anilinas
 Darío Córdoba Palacio .................................... 501
70 - Glicoles - Intoxicación
 Darío Córdoba Palacio
 Iván Darío Gómez Ramírez ............................. 503
71 - Embriaguez no alcohólica.
 Enfoque medicoforense
 María Eugenia Botero Duque .......................... 510
72 - Drogas de diseño
 Ana María Giraldo Lopera ............................. 529
Unidad VII
FARMACODEPENDENCIA
73 - Cocaína y base de cocaína. “Basuco”
 Darío Córdoba Palacio
 Daniel Toledo Arenas ...................................... 537
74 - Cocaína base. Aspectos patológicos
 César Augusto Giraldo Giraldo ....................... 545
75 - Farmacodependencia. 
 Aspectos medicolegales
 César Augusto Giraldo Giraldo ....................... 549
76 - La dosis personal
 César Augusto Giraldo Giraldo ....................... 564
77 - Diagnóstico de la 
 farmacodependencia parenteral
 César Augusto Giraldo Giraldo ....................... 570
78 - Transporte de sustancias ilícitas
 intracorporales
 Miriam Gutiérrez de S. .................................... 572
79 - Marihuana
 Rosaura Arredondo Almazo ............................. 575
80 - El adolescente y la drogadicción
 Ramón Córdoba Palacio
 Pedro Luis Sánchez Gaviria ............................ 580
Unidad VIII
TÓXICOS VEGETALES
81 - Estricnina
 Darío Córdoba Palacio .................................... 593
82 - Escopolamina
 Agustín Guerrero Salcedo
 Darío Córdoba Palacio .................................... 595
83 - Plantas tóxicas
 Silvia Jiménez Ramírez .................................... 602
84 - Yuca y neuropatías
 Vladimir Zaninovic´, M.D.
 (Publicado con autorización de la Revista
 “Colombia Médica”) ....................................... 610
85 - Plantas tóxicas en veterinaria
 José Ignacio Ramos Jaramillo
 Samuel Cadavid Isaza .................................... 620
86 - Plantas tóxicas al ganado bovino
 Carlos Alfonso Polo Galíndez .......................... 624
87 - Alcaloides pirrolizidínicos
 Rodrigo Ángel Mejía ........................................ 638
 
Unidad IX
ANIMALES PONZOÑOSOS
88 - Accidente ofídico
 Juan Manuel Galeano Alzate .......................... 643
89 - Rana cocoi
 Manuel José Peña Restrepo
 Darío Córdoba Palacio ................................... 657
90 - Artrópodos venenosos.
 Arañas - escorpiones - abeja
 Rafael Valderrama Hernández ......................... 660
91 - Abejas. Intoxicación por picaduras de abejas
 Juan Manuel Galeano Alzate .......................... 678
92 - Marea roja
 Darío Córdoba Palacio .................................... 684
93 - Animales ponzoñosos arañas y escorpiones
 Clara Inés Manrique Rodríguez ....................... 687
94 - Leptidopterismo y erucismo 
 Accidentes por Lonomia
 Clara Inés Manrique Rodríguez ....................... 692
95 - Accidentes causados por anfibios - peces
 y ciguatera
 Rodrigo Angel Mejía
 Debidamente autorizado del libro “Parasitoris
 humanas” CIB ................................................ 697
96 - Rayas venenosas
 Vladimir Antonio Llinás Chica ........................ 709
97 - Veneno de peces y animales acuáticos
 Carlos Alberto García Congote ........................ 713
 
Unidad X
HIDROCARBUROS Y SOLVENTES
 
98 - Hidrocarburos - Intoxicación
 Fanny Cuesta de Franco .................................. 725
99 - Hidrocarburos clorados acíclicos
 Jorge Álvarez Restrepo ..................................... 730
100 - Cloro y compuestos clorados
 Darío Córdoba Palacio ................................... 733
 
Contenido
XVI • Toxicología
Unidad XI
OCUPACIONALES
 
101 - Enfermedad profesional de origen tóxico 
 Aspectos generales
 Agustín Guerrero Salcedo ............................... 739
102 - Asbestos
 Samuel Henao Hernández .............................. 760
103 - Bisinosis y bagazosis
 Ulpiano Echeverri Montoya ............................ 768
104 - Dermatosis ocupacionales
 Francisco Eladio Gómez R. ............................. 770
105 - Radiaciones ionizantes
 Eduardo León Rodríguez ................................ 775
106 - El ruido: efectos auditivos y extraauditivos
 Felipe Ruiz Gómez ......................................... 779
 
Unidad XII
MISCELÁNEA
107 - Toxicología de alimentos
 María del Carmen Vallejo Rosero .................... 809
108 - Suicidio
 Ramiro Vélez Ochoa ....................................... 818
109 - Complicaciones en el manejo
 del paciente intoxicado
 Federico Velásquez Posada ............................... 821
110 - Accidentes químicos
 Roberto Lozano Oliveros .................................. 825
111 - Doping
 Alvaro Jaramillo Gómez M. D.
 Raúl Guillermo Osorio Gutiérrez Q. F. ............ 843
112 -Toxicidad hepática. Mecanismos
 Isaac Fassier R. ............................................... 854
113 -Mecanismos neurotóxicos
 Manuel Guillermo Uribe Granja ..................... 861
114 -Parkinsonismo de etiología tóxica
 Manuel Guillermo Uribe Granja ..................... 873
115 -Enfermería y toxicología
 Gloria Tobón Mejía ......................................... 883
116 -Intoxicaciones en pediatría
 Darío Cordoba Palacio .................................... 888
117 -Intoxicación por cáusticos
 Hugo Alberto Gallego Rojas ............................. 894
118 -Permanganato de potacio
 Darío Córdoba Palacio .................................... 903
119 -Hidroquinona
 Clara Inés Manrique Rodríguez .......................905
120 -Toxicología ocupacional
 Maritza Rojas Martini .................................... 908
121 -Inhalables
 Camilo Uribe Granja M. D. ............................ 917
Unidad XIII
LABORATORIO
122 -Muestras para análisis de toxicología
 Elsa Heredia de Córdoba ................................ 923
123 -Pruebas rápidas para
 identificación de tóxicos
 María del Carmen Vallejo Rosero .................... 926
124 -Análisis en toxicología forense
 Fabio Mayorga Niño ....................................... 929
 
Unidad XIV
ANEXOS
125 -Anexo de productos comerciales ................... 935
Índice de materias ................................................ 1009
 
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Prologar un libro, cuando uno no es autor, se 
me ocurre que tiene bastante parecido con 
apadrinar a un niño; en ambos casos se adquiere 
compromiso de por vida. Uno se compromete 
en cierta medida con los autores (padres del 
niño), con el libro (el niño) y con los futuros 
lectores (amigos y compañeros).
En este caso el compromiso supone, para quien 
firma este prologo, un honor inmerecido y un 
placer extraordinario. La cuarta edición de To-
xicología, del profesor Darío Cordoba Palacio, 
consigue una superación envidiable sobre las 
tres anteriores, pese a que éstas tuvieron una ex-
traordinaria acogida en todo el mundo hispano-
parlante, y cuando se mantiene durante más de 
20 años una constante amistad con el autor, se 
experimenta un sincero orgullo y sana envidia.
El Dr. Darío Córdoba no sólo ha invertido en 
esta obra toda su ciencia y experiencia como 
docente y como toxicólogo clínico, sino que ha 
conseguido la colaboración de un considerable 
número de co-autores, y esto produce, a su vez 
dos importantes beneficios. Por una parte, cada 
colaborador enriquece el texto con sus conoci-
mientos y su propia versión de las materias, y 
por otra refleja el gran número de especialistas 
en toxicología que hay en Colombia actualmen-
te, para los que sin duda supone un significativo 
reconocimiento y estímulo el hecho de partici-
par en la obra.
El libro está conformado por unidades. La 
primera de ellas está dedicada a la toxicología 
básica, la que debieran cursar los pregraduados 
de todas las carreras de ciencias de la vida y 
de las ingenierías, quienes precisan unificar 
conceptos y términos, así como establecer unos 
firmes cimientos sobre los cuales construir cual-
quier especialidad toxicoló gica. En las sucesivas 
unidades se incluyen amplias monografías toxi-
cológicas de las familias químicas o los grupos 
de productos aplicados de mayor fabricación, 
consumo o riesgo tóxico.
El cuidado con que está escrito, el volumen de 
bibliografía consultada y la amplitud del trabajo 
hacen de esta obra la auténtica “biblia” de la 
toxicología en lengua española.
Prof. Manuel Repetto
Sevilla, septiembre de 2000
Prólogo
XVII
XVIII • Toxicología
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El 1 de Agosto de 1986, es decir hace 20 años, nos dimos 
a la tarea publicar la 1a Edición del Texto de Toxicología. 
Y decíamos en su Prólogo:
«Nuestro propósito al presentar el Texto de TOXICOLO-
GÍA, es ofrecer en él, una recopilación de principios básicos 
de TOXICOLOGÍA, y agregar nuestra experiencia y 
orientación para el manjeo de los casos de intoxicación». 
Y decíamos en aquel entonces: «No es nuestra intención 
competir con los textos clásicos, de los que nos hemos nutri-
do en conocimientos y a cuyos autores, así como a nuestros 
maestros, rendimos nuestro sentimiento de respeto y agra-
decimiento». 
Al entregar nuestra QUINTA EDICIÓN, nos sentimos 
satisfechos de haber cumplido nuestra intención, expre-
sada hace 20 años. En nuestro empeño han participado 
Coautores cuyos méritos han dado valor a nuestros textos. 
A ellos, hacemos llegar nuestro sentimiento de gratitud. 
Es cierto que algunos capítulos persisten en cada una de 
las ediciones, quizás con pocas o ninguna variación; ello 
se debe a que los consideramos básicos en el aprendi-
zaje de la toxicología de pregrado: nos referimos a las 
generalidades, toxicocinética, definiciones, etc. Pero a su 
lado y como complemento de ellos, incluimos capítulos 
con temas novedosos y sobre todo, con temas que son 
de interés en nuestro medio; dejamos sin tratar temas 
que son de frecuente ocurrencia en otras latitudes, más 
no en la nuestra. Hoy nos complacemos en presentar la 
quinta edición en la cual incluimos varias decenas de te-
mas «nuevos» en nuestro texto, porque hemos visto que 
se han hecho necesarios para completar el panorama que 
frecuentemente nos toca atender. 
Al igual que hace 20 años, nuestra intención principal 
es brindar una recopilación de literatura en donde el 
estudiante pueda encontrar solución a sus inquietudes 
y aunque tenemos especial interés en el estudiante del 
área biológica (medicina, enfermería, veterinaria, etc) el 
lenguaje que utilizamos es claro y sencillo, con el fin de 
hacerlo comprensible a los estudiantes de áreas diferen-
tes como ingeniería agronómica, jefes de seguridad de 
empresas, etc. a quienes algunos términos comunmente 
utilizados en nuestra profesión, pueden resultar confusos. 
Es nuestro deseo que esta Quinta Edición, cumpla, como 
las otras, la finalidad de servir en el aprendizaje y asisten-
cia de los casos toxicológicos. Si ello es así, nos sentimos 
satisfechos por cumplir con nuestro deber médico, de 
velar por la salud de quienes nos rodean. 
La labor no es fácil, pero nos alienta nuestra convicción 
sobre la necesidad de formar a nuestros colegas médicos 
y a todos los profesionales que de una u otra manera 
deben solucionar los problemas que, en forma creciente, 
enfentan los seres vivos sean humanos o animales, en ese 
mar infinito de sustancias potencialmente tóxicas. 
Bástenos pensar la responsabilidad que tiene el profesio-
nal, de cualquiera de las áreas que hemos mencionado, 
cuando de su decisión depende el tratamiento de una vida 
o la aplicación de sustancias en el ambiente, o la decisión 
frente a una contaminación letal. 
Por ello, repetimos una y otra vez, la imperiosa necesidad 
de enseñar TOXICOLOGÍA, a todos aquellos futuros 
profesionales, médicos, odontólogos, enfermeras, vete-
rinarios, químicos, agrónomos, legistas, etc., sin olvidar 
que además de los graves problemas de las intoxicaciones 
agudas y crónicas, aparece en el panorama cada vez más 
amenazante el daño por tóxicos en el ambiente, en el cam-
po laboral, en una palabra, en cada paso de la vida diaria. 
Esta posición puede parecer obsoleta para aquellos paises 
y Universidades en donde históricamente se ha enseñado 
Prólogo a la quinta edición
XIX
XX • Toxicología
la Toxicología, pero en muchas de nuestros centros de for-
mación de profesionales aún se carece de esta disciplina 
o ella es insuficiente en su intensidad. 
Con gran satisfacción podemos afirmar que nuestra lu-
cha de tantos años, nos permitió ver como en nuestro 
país (Colombia), logramos el reconocimiento oficial del 
médico toxicólogo, cuando hasta 1997 no era reconocida 
la especialidad. 
Toda esta ilusión, ha sido posible llevarla a la realidad, 
gracias quienes nos guiaron con sus enseñanzas, a quienes 
creyeron en nuestros ideales.
Sólo nos falta reiterar de todo corazón, nuestro sincero 
agradecimiento, a nuestros Maestros, a nuestros Coautores 
y a quienes nos brindan su confianza al consultar nuestro 
texto de toxicología, para resolver los casos que tienen 
entre manos. 
Darío Córdoba Palacio
 
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Unidad I
GENERALIDADES
2 • Toxicología
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Remontémonos hasta la mitologíaEntresaquemos de sus páginas varios puntos de contacto 
con la toxicología los cuales creemos que son importantes 
para completar nuestro panorama sobre el tema:
“Los dioses no envenenan ni hacen envenenar, por 
ser éste un recurso infame e indigno de la majestad de 
un dios”. Podemos deducir que esta afirmación se refiere 
a los dioses de la tierra porque como lo dice la literatura, 
los del mar sí intervienen en envenenamientos y suicidios 
mitológicos. 
La grieta del Parnaso emitía gas carbónico, elemento 
deletéreo, pero quizá más conocido popularmente es el 
relato sobre las flechas empleadas por Hércules, las cuales 
eran previamente envenenadas con la hiel de la hidra de 
Lerna, e igualmente la flecha utilizada por Paris cuan-
do mata a Aquiles, hiriéndole el talón. Recordemos así 
mismo que el veneno utilizado por Hércules con el cual 
provocaba heridas incurables, resultó fatal para el mismo 
Hércules, cuando por una equivocación infortunada, su 
esposa Deyanira le proporciona la túnica de Nessus, con 
el convencimiento de que era un filtro de amor.
Es llamativo el hecho de que corre similar suerteen 
la tragedia de Eurípides Medea, Glauce o Creusa, hija de 
Erecteo y Praxilea, al tratar de envenenar a Ion, en un 
episodio de celos sufre envenenamiento, con la diferencia 
de que no es una túnica, sino una diadema la que ocasiona 
el envenenamiento de Glauce. 
La mitología nórdica nos relata otro episodio: la 
muerte de Baldur lleva a Thor a aprisionar a Loki y una 
vez atado, le suministra una pócima venenosa que le 
despierta convulsiones. 
Anfitrite envenena las aguas con las cuales se baña la 
ninfa Escila, por celos despertados por Neptuno. El autor 
de la Odisea, atribuye a Illus, rey de Ephiro (Corinto), un 
veneno semejante al de la hidra de Lerna, cuyo secreto no 
quiso revelar a Ulises. Recordemos también que Homero 
cuenta en la Odisea cómo Cirse empleaba estupefacientes 
para embriagar a los marineros de Ulises. 
Pasemos ahora a la historia de la humanidad. En 
la búsqueda de datos históricos relacionados con la 
toxicología encontramos en el papiro de Ebers (1500 
a.C.) una cita histórica que podemos relacionar con la 
toxicología: “No hables del hombre de Yao bajo pena de 
durazno”. Habla además el papiro de Ebers del uso del 
opio o adormidera conocida como “spnn” para calmar 
el llanto de los niños.
Por la misma época o quizá un poco antes encontra-
mos citas del papiro de Hearst que data de la dinastía 
XVIII (1550 a.C.) en donde se hace mención de tóxicos 
como el cianuro, de la embriaguez con cerveza y del ve-
neno de serpientes sobre las cuales Horus tenía el poder 
de hacerlas huir (Corbella 1998).
No obstante, aunque éstas son unas de las citas más an-
tiguas y conocidas que se puedan relacionar con la historia 
de la humanidad, no podemos dejar de hacer referencia 
a otros papiros egipcios que datan de 1700 a.C. y en los 
cuales se advierte claramente el uso de Cannabis indicus 
y de Papaver somniferum y, como lo deduce Ladrón de 
Guevara (1995) el hecho curioso de que ya en esa remota 
época se hacía referencia a las intoxicaciones con plomo.
Los datos históricos hacen alusión al emperador Shen-
Nung. Volvamos a retroceder el reloj del tiempo: corría el 
año 3500 a.C. cuando este célebre gobernante demuestra 
gran interés por su Jardín Botánico en el cual crecían 
plantas medicinales y tóxicas. Se sabe que los japoneses 
ya disponían en 700 a.C. de tóxicos muy refinados como 
el dozo, veneno extraído del crisantemo y el cual posee 
un importante cardiotóxico. 
La historia de los faraones nos relata el uso de venenos 
sutiles y de elaboración sofisticada, cuya formulación era 
patrimonio de las clases sacerdotales y cuya divulgación 
se castigaba con la pena de muerte, precisamente por 
envenenamiento del sindicado. 
En la medicina hindú sobresale Veda (900 a.C.) y en 
la griega Hipócrates (40 a.C.) quienes ya mencionaban 
venenos en sus escritos. Es precisamente Hipócrates 
quien nos trae una frase de ética médica inolvidable:“No 
1
Recuento histórico
Darío Córdoba Palacio
3
4 • Toxicología
me dejaré inducir por las súplicas de nadie, sea quien 
fuere, a propinar un veneno...”. 
Paracelso habla de la medicina laboral y la toxicología 
foense. 
Theophrastus Phillippus Aureolus Bombastus von Hohenheim 
Paracelso (1493 - 1541)
Agreguemos algunos datos sobre Paracelso, su nombre 
Theophrastus Phillippus Aureolus Bombastus von Ho-
henheim, nació en 1493 en Einsiedeln (Suiza). Dice la 
historia que su padre era médico y a él se atribuye que 
haya despertado interés en aspectos de la naturaleza, la 
alquimia, la mineralogía y la medicina. Su familia viaja 
a Corintia y allí entra en contacto con la minería, espe-
cialmente en las minas de la familia Fugger. Paracelso 
es considerado el precursor de la medicina moderna, su 
pensamiento se encontraba centrado en las ideas místicas 
y religiosas de su época; la cual también lo llevó a sufrir 
múltiples acusaciones en la época del Renacimiento. 
Desde el punto de vista toxicológico sufrase: Todo es 
veneno y nada es veneno. La dosis sóla hace el veneno” 
aunque acuñada en el siglo XVI, es válida en nuestro 
siglo XXI. 
Es Paracelso el primero en utilizar el concepto de dosis 
como elemento curativo y hace entonces la distinción 
entre dosis y veneno según la cantidad. 
Publicó su Las Siete Defensas y es en la Tercera De-
fensa donde hace una apología del uso de venenos en sus 
prescripciones y como lo dice Repetto en su Toxicología 
fundamental, establece uno de los más importantes pensa-
mientos toxicológicos de todos los tiempos…”
En de Historia Plantorum Teofrasto (370-286 a.C.) 
estudia los venenos vegetales. Es precisamente Teofrasto 
quien nos describe la acción de la cicuta y dice “produce 
una muerte fácil y rápida, aunque se administre a 
dosis pequeñas” y demuestra su preferencia por la de 
la región de Susa, sobre la cual dice que tiene efectos 
mejores. 
Citemos también a Apolodoro de Alejandría, quien 
vivió en el siglo IV a.C., y ha sido catalogado como uno 
de los precursores del estudio de los venenos. 
Un médico griego del siglo II a.C., Nicandro de Colo-
fón, publica uno de los primeros textos conocidos (siglo II 
a.C.) y que merece ser citado por cuanto fue el autor de 
una de las obras de mayor repercusión en la toxicología. 
(Marruecos, 1993).
Nicandro unía sus conocimientos en toxicología con 
su vena poética y de sus escritos destacamos dos poemas, 
Teriaka y Alexipharmaka. El primero consta de 1300 
versos escritos en griego en los cuales describe intoxi-
caciones tales como la del opio al cual dedica 39 versos 
de doce sílabas, y esboza el síndrome de abstinencia, así 
como la sintomatología de sueño y demás efectos del 
cuadro opiáceo. Como dato curioso anotemos que habla 
de la intoxicación con plomo y propone un tratamiento 
exótico para esta época: la mirra y la higuera salvaje 
(Corbella 1998). 
Debemos agregar que los etruscos (naturales de Etro-
nia) y los eleusinos utilizaban con gran destreza distintos 
estupefacientes y alucinógenos que parecen relacionados 
con el cáñamo (marihuana), el mismo que curiosamente 
a finales del siglo XX invade con especial predilección 
a la juventud.
Es en la medicina griega en donde se establece la 
primera clasificación de venenos, realizada precisamente 
por Dioscórides, quien además habla de la utilidad de los 
eméticos en los casos de intoxicación.
De Dioscórides podemos afirmar que fue un personaje 
de gran importancia, médico griego del siglo primero 
después de Cristo, quien además ejercía el cargo de 
médico militar de Roma y cuyo texto sobre plantas y 
venenos, marca una pauta en el desarrollo de la ciencia 
toxicológica. 
 
Plinio el Viejo 
Cayo Plinio Cecilio Segundo, filósofo, escritor y natura-
lista de origen romano, cuyo nombre era Gaius Plinius 
Secundus, quien por cierto fue tío y padre adoptivo de 
Plinio el Joven. En el año 79 cuando la erupción del vol-
cán Vesubio, dado su interés científico, viaja a Pompeyaa 
estudiar el fenómeno volcánico y pierde su vida asfixiado 
por el humo del volcán.
De su producción se cuentan 37 libros sobre Cos-
mología y Astronomía, Geografía e Historia, Botánica y 
Agricultura, Medicina, Geografía y Mineralogía y Artes. 
Su tratado de Medicina consta de 13 tomos, que llegaron 
a ser textos básicos en la enseñanza de la medicina de la 
Edad Media, tratados que tuvieron gran influencia hasta 
cerca de 1492. (Reportajes) 
Dicen los historiadores que en su tratado de Historia 
Natural es un compendio de conocimientos científicos en 
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muchas ramas de la ciencia tales como: geografía, cosmo-
logía, medicina, mineralogía, fisiología animal y vegetal, 
historia del arte, etc. (Protagonistas de la Historia).
Mitrídates, rey de Ponto (132 a.C.) es quien hace uso 
de la cicuta, utilizando sus efectos tóxicos para la ejecu-
ción de los griegos condenados a muerte y Mitrídates IV 
(140 a.C.) se distingue por realizar investigaciones sobre 
diversos tóxicos y posibles antídotos, llegando incluso 
a proponer uno “universal”, cuya composición se ha 
modificado a través del tiempo. Existe algo curioso en su 
historia, temeroso de ser envenenado, ingería regularmen-
te antídotos con el fin de ser inmune a sus venenos. Pero 
ante el acoso de sus enemigos quienes estaban próximos 
a capturarlo y ejecutarlo, trató de suicidarse envenenán-
dose, con un lógico resultado negativo, lo cual lo obligó a 
quitarse la vida con la espada de un soldado. Sus teorías 
dieron nombre a lo que se denomina “mezclas mitridáti-
cas” o sea mezclas antidotales. Las mezclas mitridáticas 
contenían entre 41 y 58 ingredientes, cifra que varía de 
acuerdo con los historiadores que se estudien.
Son los griegos quienes clasificaron dichas sustancias 
en tres categorías para las sustancias: a. alimentos, b. 
fármacos y c. tóxicos. 
 Los césares de la antigua Roma se vieron vinculados 
a las intoxicaciones con fines bélicos y aun religiosos: 
citemos el caso de las tropas de Ariovistus las cuales 
en sus campañas contra las de su rival Julio César, eran 
dopadas con sustancias alucinógenas. Es precisamente 
en esta época de la Roma imperial, cuando se identifica 
el “saturnismo” sufrido por los trabajadores de minas y 
fundiciones de plomo.
Abramos ahora, con el respeto y la veneración que nos 
es debida, el Libro Sagrado de la Biblia, que además de 
ser la Palabra de Dios, encierra entre todos sus tesoros, el 
relato del verdadero derrotero de la humanidad: 
En el Génesis IX, 20-21 leemos: “Y Noé que era 
labrador, comenzó a labrar la tierra y plantó una viña. 
Y bebiendo de su vino, quedó embriagado y echóse 
desnudo en medio de su tienda”.
Más adelante, en el mismo Génesis XIX, 31-38, nos 
describe el estado de angustia después de la destrucción 
de Sodoma y Gomorra cuando las hijas de Lot conversan: 
“Entonces dijo la mayor a la menor: nuestro padre es 
viejo, y no ha quedado en la tierra ni un hombre que 
pueda casarse con nosotras según es costumbre en 
todos los países. Ven, y emborrachémosle con vino y 
durmamos con él, a fin de poder conservar el linaje 
por medio de nuestro padre. Con eso le dieron a beber 
vino aquella noche; la mayor se acostó y durmió con su 
padre; pero él no sintió, ni cuando se acostó su hija, ni 
cuando se levantó”. Hemos transcrito la cita hasta este 
punto para mostrar claramente la intensidad de la intoxi-
cación etílica o “embriaguez” de Lot, hecho que se repite 
al día siguiente con la menor de sus hijas y se relata en 
los versículos siguientes para terminar con el nacimiento 
de Moab (cuyo nombre significa “esto es de mi padre”) y 
del cual se derivan los moabitas y el nacimiento de Amón, 
padre de los amonitas.
En el Levítico X-9 leemos: “Cuando hayáis de entrar 
en la tienda de reunión, no bebáis vino ni bebida que 
pueda embriagar”.
El capítulo VI , 4 del Libro de Job hace mención al 
veneno cuando dice: “Porque parece que todas las saetas 
del Señor están clavadas en mí; el veneno de ellas va 
corroyendo mi espíritu”.
El Antiguo Testamento nos relata en la historia de 
Judith, el abuso del licor y la embriaguez de Holofernes, 
opresor de su pueblo, quien perdió su vida como dice 
el Libro Sagrado de la Biblia: ...“el cual bebió vino sin 
medida, más de lo que nunca había bebido...” y más ade-
lante leemos: “Y Holofernes estaba tendido en la cama, 
durmiendo profundamente a causa de su extraordinaria 
embriaguez” (Judith 22-23).
 Pero el Libro Sagrado de la Biblia nos trae una sen-
tencia que hoy tildaríamos de “preventiva” en el Libro de 
los Proverbios XX: “Lujuriosa cosa es el vino, y llena 
está de desórdenes la embriaguez; no será sabio quien 
a ella se entrega”. 
 En la historia de la humanidad se contemplan muchos 
hechos de utilización de conocimientos en una especie 
de “ganancia ocasional”. Citemos el caso de Sócrates y el 
caso de Cleopatra. En el primero, Sócrates utilizando sus 
conocimientos escoge la Cicuta maculata como medio 
de ser ajusticiado, pues sabía que tendría una muerte 
rápida y sin mayores sufrimientos. (Foto 1) Y en el caso 
de Cleopatra, ésta se vale de la serpiente con igual fin. 
 En el caso homicida, crimen con el cual se constru-
yeron y sostuvieron imperios, podemos citar algunos:
Tal vez de los más conocidos es el caso de Agripina, 
quien envenenó a Británico para dar paso hacia el trono 
a Nerón. Dice Corbella (1998), que al parecer Británico 
muere por insinuación de Nerón y con la intervención 
de Locusta, célebre envenenadora de la época, como la 
persona que prepara el veneno, para cuando Nerón lo 
necesitase, veneno que éste guardó celosamente en una 
cajita de oro. Y que tal como era costumbre, el “catavene-
nos” probó una bebida preparada para Británico, la cual 
fue rechazada por estar muy caliente y al agregarle agua 
para enfriarla, también se le agregó veneno, lo cual causó 
la muerte de inmediato a Británico (episodio tomado de 
Tácito). Algunos afirman que el veneno causante fue la 
Amanita phalloides.
 Mucho se ha discutido sobre la caída del imperio ro-
mano y su relación con el consumo de plomo. En Historia 
de la Toxicología de Corbella encontramos un dato que 
nos llama la atención: el pueblo romano consumía dife-
rentes cantidades de plomo de acuerdo con su nivel social 
así: los de la aristocracia consumían entre 160 y 1.520 
μg/día, la plebe entre 35 y 320 μg/día y los esclavos entre 
15 y 77 μg/día, lo cual desvirtúa la hipótesis de que el 
Recuento histórico
6 • Toxicología
saturnismo se debiese al consumo del agua y la tendencia 
ante estas cifras es que dicho metal se encontraba en el 
contenido del vino, consumido en proporciones diversas 
de acuerdo con el estado social.
En la época de los Claudios, nace en Verona en el 
año 5 a.C. Aurelio Cornelio: Celsus o Celso, quien 
en ese entonces preconizaba un tratamiento, hoy muy 
discutido y tendiente a desaparecer, ante la mordedura 
de serpiente, decía: “Ligar la zona mordida, extraer el 
veneno, sea con ventosas o incluso chupando la herida”. 
Hoy, repetimos, este tratamiento no se aconseja, pero fue 
un procedimiento de primeros auxilios que llegó hasta 
el siglo XXI.
 Ya mencionamos a Plinio el Viejo cuyo nombre es 
Caius Plinius Secundus, procurador de Hispania y quien 
vio el fin de sus días en Strabia, cerca al volcán Vesubio, 
en el año 79, cuando presidía como jefe, la escuadra de 
Misenum para estudiar el problema del volcán. Lo cita-
mos acá por ser el primero en señalar el riesgo de la cal y 
el yeso e inclusive presume de que su amigo Augusto fue 
envenenado con agua cargada de yeso, pero no sólo esto, 
también deja importantes estudios sobre la toxicología 
del plomo y el mercurio.
 Destaquemos a Andrómaco, natural de Creta que 
vivió en la mitad del siglo I, autor de un poema de 174 
versos, en el cual explica la composición de los fármacos 
y lo escribe en verso con la consideración de que el poe-
maes más fácil de recordar y más difícil de modificar. 
Andrómaco modifica la clásica fórmula del mitridato y 
establece una preparación similar al “antídoto universal” 
de ese entonces. 
 La Edad Media es un punto muy importante en mu-
chos aspectos: en ella se abre el primer centro que atiende 
exclusivamente pacientes intoxicados: la epidemia surgi-
da al sur de Francia, esa célebre epidemia de ergotismo, da 
piso para que se cree la orden religiosa de los hermanos 
Antonisti, orden que se dedica exclusivamente al manejo 
de estos pacientes, que según Ladrón de Guevara (1995) 
es el primer centro de atención especializada a intoxica-
dos de que se tenga conocimiento en Europa. 
 
Mujeres envenenadoras célebres:
Toffana
La Edad Media es rica en hechos históricos: una mujer 
de nombre Toffana preparaba cosméticos con arsénico y 
los suministraba con claras indicaciones para que su uso 
ocasionara el efecto deletéreo en las víctimas previamente 
seleccionadas para su eliminación. Se calcula que el acto 
criminal sobrepasa los 600 casos letales. Así encontró su 
fama con la producción del Agua Toffana.
Madame Toffana merece especial mención pues ella 
inicia una serie de asesinatos que llevan a sus autoras a 
recibir el rótulo de “Toffanas”. 
Nos parece una de las mejores descripciones que 
hemos encontrado, la del Profesor José Manuel Reverte 
Coma, en su artículo sobre Criminología y por ello no 
resistimos el deseo de transcribir este pequeño aparte 
de su artículo:
“Las envenenadoras de Sicilia fueron muy famosas, 
tristemente famosas, pero entre todas llevose la palma 
Teofania d’Adamo, la “Gnura Tufana” o Toffana, nombre 
que después sería aplicado a otras envenenadoras. La 
primera Toffana, de la que aquí hablamos, fue ejecutada 
en Palermo en 1633, la segunda murió tranquilamente 
según se dice en Roma en 1651 y la tercera se retiró a un 
convento en Roma, desde donde salió para el patíbulo en 
el año 1780.
Aquellas Toffanas, que dieron nombre al veneno, utiliza-
ban un compuesto de jugos de hierbas que no dejaba huella 
en sus víctimas, matándolas sin que los médicos pudiesen 
conocer la naturaleza del mal. Su clientela estaba compuesta 
por mujeres generalmente, que querían deshacerse de sus 
maridos, o por personas que tenían prisa en heredar y re-
currían a la Señora Tuffana para que les ayudase a enviar 
al otro mundo al familiar que se lo impedía.”… 
Llegó a estar tan convencida de su “profesión” y de la 
bondad de sus asesinatos, que nos trae a la memoria los 
tristemente célebres “sicarios de nuestra época”cuando 
suplican a la Divina Providencia o a la Santísima Virgen 
en cualquiera de sus advocaciones, pero especialmente 
en la de “Auxiliadora” los guíe en su tenebroso oficio 
para desarrollarlo correctamente; pues bien, cuando 
seguimos leyendo a Reverte y él nos describe parte del 
episodio de su juicio a muerte, brilla por su ausencia al 
pie del cadalso siquiera un soslayo de arrepentimiento; 
veamos:
…”La vieja Toffana fue detenida y sometida a un estre-
cho interrogatorio. El jefe de policía le preguntó si aquella 
receta de veneno se la había dado Francesca La Sarda, otra 
famosa envenenadora ejecutada años antes, a lo que la vieja 
contestó con desprecio:
–”La Sarda no sabía nada. El agua que vendía ella era la 
que yo preparé. Yo fui su maestra”.
Nos referimos al “Agua Toffana” necesariamente, pues 
ella llega con este nombre hasta nuestros días. Veamos 
un poco de la historia de esta famosa “agua” y recurrimos 
de nuevo a Reverte quien nos dice: …”Algunos autores 
como Rodríguez Solís, apuntan el hecho de que Toffana o 
La Toffarina, era una mujer de Palermo, dama de alta clase 
social, que comenzó a expender en Nápoles unas redomitas 
con la efigie de San Nicolás de Bari, razón por la cual fue 
llamada “Acqua de San Nicolás di Bari”, además de “acqua 
Toffana”, “acqua di napoli” o simplemente el “acquetta”. En 
otros lugares se llamó “acqua di Perugia” o “manna di Santo 
Nicola di Bari”…y podemos agregar otro calificativo dado 
por Donis “el veneno del amor”.
Si bien madame Toffana es una de las más conocidas 
en estos menesteres, también existe un grupo numeroso 
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de mujeres que han pasado a la historia de la toxico-
logía, entre las cuales citamos a Jerónima Spra, mujer 
italiana que desempeñó el oficio de envenenadora 
dentro de un grupo compuesto, como lo dice Repetto: 
“Principalmente de mujeres casadas pertenecientes a 
las más opulentas familias”. Quienes siguieron a su 
maestra Toffana, produjeron “viudas jóvenes” mediante 
el asesinato de sus esposos, lo cual llevó al gobierno a 
investigarla y a condenarla a pena de muerte y con ella 
a doce mujeres más. Podemos confeccionar un grupo 
de mujeres que tuvieron relación con el uso de tóxicos 
en forma homicida, grupo que por cierto puede ser 
complementado con otros muchos nombres más, según 
se profundice en la historia: 
– Lucrecia Borgia
– Catalina de Médicis
– Madame Brinvillier
– Catalina Deshayes “La Voisine”
– Madame Lafarge
– Madame Toffana
– Jerónima Spra
– Madame Locusta 
– Helena Jergao
– Lidia Fougines
 
 
Catalina de Médicis
Catalina de Médicis lleva a su país, Francia, los métodos 
italianos de “perfumes florentinos”. Nace en Florencia en 
1519 y muere en Blois, Francia, en 1589. Fue reina de 
Francia. Fue una reina carente cualquier clase de escrú-
pulos, intrigante y seductora.
Locusta figura en la historia como aquella esclava 
condenada a muerte por asesina, quien una vez indultada 
pasa a ser envenenadora oficial del imperio romano. Ya 
hemos relatado su accionar en el caso de Nerón y aunque 
puede existir duda sobre el veneno que causó la muerte 
de Británico, los historiadores hacen expresa relación 
entre la amistad de Agripina, esposa de Claudio, y la 
envenenadora Locusta, quien por cierto fue ajusticiada 
posteriormente durante el reinado siguiente.
Canidia era una mujer envenenadora del barrio de 
las Esquilias, que al parecer era un buen reducto de estas 
mujeres.
Merece llamar la atención sobre el abismo de maldad 
que se muestra en la personalidad de Catalina Deshayes 
“La Voisine” quien fue declarada convicta por innume-
rables envenenamientos entre los cuales se incluyen 
2.000 niños. 
Corbella describe a Catalina Deshayes como la esposa 
de Monvoisin, propietaria de una tienda en el puente Ma-
rie de París. Catalina inició su tétrica trayectoria cuando 
se interesa por las artes ocultas. Dice este autor que su 
nombre se deriva precisamente de su marido que llevó a 
que se le conociera como La voisine.
Catalina Deshayes, se destacó como la más célebre 
“sacerdotisa de Satán” y los autores la consideran como 
una verdadera especialista de “Misas Negras” en las cuales 
sobresalía algo muy especial y era su extrema crueldad 
con las víctimas, esto le valió el reconocimiento de los 
historiadores quienes no dudan en afirmar que “jamás 
su crueldad ha sido superada por nadie”. La Voisine se 
especializó en el uso de venenos con el fin de eliminar 
maridos o amantes. Fue arrestada el 13 de marzo de 1679 
y fue ejecutada en febrero de 1680.
Son muchos los asesinatos con veneno que se en-
cuentran en la historia: mencionemos a aquella posible 
inventora del uso del rapé, Catalina de Médicis. La his-
toria la sindica de haber asesinado a su marido Enrique 
de Navarra y a su hijo Carlos IX de Francia, así como a 
Enrique VI de Navarra.
Serían relatos muy extensos los que podríamos pre-
sentar de estas mujeres, hasta el punto que los casos se 
hicieron tan frecuentes, que el gobierno emite la Ley 
Cornelia: Lex Cornelia de sicaris et venficiis promulga-
da en el año 82 a.C. por Sila, la cual fue posteriormente 
complementada por la Lex Julia. 
Con frecuencia se dice entre nosotros que un cadáver 
es colocado en “Cámara ardiente” para significar que es 
expuesto para rendirle honores póstumos, pero revisando 
la literatura nos encontramos quea raíz de los grandes 
crímenes cometidos por las mujeres que mencionamos 
aquí, nos encontramos que Trestrail J. en su texto “Se-
cretos de la Toxicología” afirma que el término Cámara 
ardiente surge entre 1679 y 1682 cuando estas mujeres 
llevaron a establecimiento de Cámara ardiente como 
una prueba de seguridad de que se efectuó la ejecución, 
tales crímenes que en conjunto tuvieron igualmente el 
rótulo de l Áffaire des poisons”.
Manuel Repetto ralata en su texto de Toxicología Fun-
damental, un curioso caso en el cual interviene la mujer. 
Dice Repetto: ...“Otro envenenamiento legendario es el 
de Ladislao, rey de Nápoles, de quien se dice que murió 
a consecuencia de una intoxicación producida durante 
el coito por un algodón impregnado en el veneno, que 
su amante se había colocado en la vagina, quien previa-
Recuento histórico
8 • Toxicología
mente se había inmunizado mediante dosis progresivas 
del tóxico (Repetto 1988).
La historia del veneno constituye en cierta forma la 
savia de la vida política y cortesana durante largas etapas. 
La “Pócima” fue y quizá sigue siendo factor decisorio en 
la elección o deceso de algunos gobernantes. El uso de 
la “Cantarella” fue acogido como certero instrumento 
de gobierno.
Recordemos al Papa Alejandro VI de nombre Rodrigo 
Borgia, artífice de la unión del Estado pontificio y la cris-
tianización de América, al mencionarlo por su importan-
cia histórica aparece inmediatamente la figura de Lucrecia 
Borgia, que como dicen los historiadores “conquistó 
el corazón y el terror de la plebe al hacerse conocida 
por sus amoríos clandestinos y el envenenamiento de 
amantes, cuyos cadáveres amanecían flotando en las 
tibias aguas del Tíber”.
Víctor Hugo dice: “Sí, los Borgia tienen venenos que 
matan en un día, un mes, o un año, como ellos quieran. 
Son infames venenos que mejoran el vino y hacen 
vaciar el frasco. Os creéis ebrios y estáis muertos. O 
bien un hombre cae de golpe en estado de languidez, 
se arruga su piel, se hunden sus ojos, se ponen blancos 
sus cabellos, se rompen sus dientes como cristal al mor-
der el pan; no camina sino que se arrastra; no respira 
sino que está como el sarrillo del que agoniza; ni ríe 
ni duerme y tirita de frío al sol en pleno mediodía; es 
joven y parece un anciano; agoniza así por un tiempo 
y, al fin, muere. Muere y entonces alguno se acuerda de 
que hace un mes o un año bebió un vaso de vino Chipre 
en casa de un Borgia”.
Indudablemente son los Borgia actores importantes y 
han pasado a la historia por sus grandes nexos con los tóxi-
cos, especialmente como elemento de homicidio y suicidio. 
Debemos citar dos obras famosas en la historia de 
la toxicología: De remediis venenorum publicado por 
Pietro de Albano en el año 1300 y la obra de Girolamo 
Mercuriale De venenis et morbis venenosis. Albano des-
cribe cuadros tóxicos y propone tratamientos. Mercuriale 
complementa tratamientos y sintomatologías. 
 Y hemos llegado al tiempo en el cual debemos decir 
que los envenenamientos invaden el propio recinto del 
Vaticano: mueren envenenados los sumos pontífices Pío 
III, Clemente XVI, Victorio II, Cristóforo I, Clemente VII 
y quizás otros cuya muerte es motivo de especulaciones 
en nuestros días. 
Los reyes son igualmente víctimas de métodos cri-
minales con veneno: Conrado de Nápoles, Carlos VIII, 
Luis XIII, Enrique VII, quien según la cita de Ladrón de 
Guevara fue quizás envenenado con la Hostia. 
Existe evidente relación de los casos de homicidios 
o “ejecuciones políticas” para llamar estos crímenes con 
diplomacia, existe, repetimos, una estrecha relación de 
poder, un estrecho vínculo con las artes, las letras, la 
ciencia y la política. 
La famosa “cantarella” de los Borgia se preparaba, 
según los historiadores, en forma sencilla, veamos su 
fórmula, para ello recurrimos a la cita de Cabanes 
y Nass en su obra Poisons et Sortileges (1903): “Se 
sacrifica un cerdo, se rocía con ácido arsénico los 
órganos abdominales y se espera que la putrefacción, 
retardada por el arsénico, sea completa. No hay más 
que hacer que sacar la masa putrefacta y recoger los 
líquidos; más tarde se desecan éstos para obtener 
una cristalización, una especie de polvo blanquecino 
parecido al azúcar”. 
Pero la sofisticación de los actos delictivos con veneno 
era asombrosa. Dice la historia que Juana de Navarra fue 
envenenada con unos guantes que preparó René Bianco 
y otro ejemplo lo encontramos en la historia en el relato 
de Ambrosio de Paré: el Papa Clemente VII muere bajo 
el efecto tóxico arsenical de una vela que le daba lumbre 
mientras leía. Pero aún más, relata la historia hechos de 
modalidades casi imposibles de creer; veamos: se afirma 
que el emperador Augusto es asesinado con tóxicos al 
consumir una manzana o higo que él mismo arranca de 
la planta. Gian Galeazo, duque de Milán, cabalga ino-
centemente sobre una silla de montar impregnada con 
un tóxico y muere por la absorción del veneno a través 
de su piel.
Aunque el uso de tóxicos se remonta a la era del pa-
leolítico, cuando el hombre ya los utilizaba en sus flechas 
con el fin de conseguir alimentos para su supervivencia 
o los empleaba en su propia defensa, según los estudios 
de G. Saint-Hilarire y Parrot, es importante mencionar 
algunos episodios que marcaron grandes adelantos en el 
estudio de la toxicología, bien por su influencia directa 
o por permitir su difusión y entre ellos destacaremos los 
siguientes:
El descubrimiento de América en 1492, por Cristóbal 
Colón, es un episodio que inesperadamente lleva al viejo 
continente gran número de animales y plantas hasta en-
tonces desconocidas, las cuales con sus diferentes aspectos 
van a enriquecer múltiples conceptos científicos, así como 
a la toxicología existente, hecho fácilmente deducible al 
leer la historia, aun a los ojos más desprevenidos. 
Un año más tarde, en 1493, nace un hombre conside-
rado como uno de los pilares de la medicina: Felipe Aureo-
lo Teofrasto Bombast de Hohenheim más conocido como 
Paracelso, quien expresa la famosa sentencia: “Todo es 
veneno y nada es veneno. La dosis sola hace el veneno”. 
Nacido en Suiza, tiene la fortuna de que su padre ejercía 
como médico en las minas de Fugger, lo cual lo enruta 
hacia la medicina del trabajo al estar relacionado con las 
patologías que aparecían en los mineros. Se doctoró en 
Italia en la Universidad de Ferrara y se distinguió por 
dar más importancia al enfermo que a los tratados que 
estudiaba. Creía en el equilibrio Hipocrático del cuerpo 
basado en el azufre, mercurio y sal y que el desequilibrio 
de estos tres pilares ocasionaba la enfermedad. Considera 
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al hombre como un microcosmos inseparable del macro-
cosmos del universo. 
Paracelso muere en Salzburgo. En su epitafio podemos 
leer. “Aquí yace Phillipus Teophrastus, distinguido doctor en 
medicina, que con artes maravillosas curó horribles heridas, 
lepra, gota, hidropesía y otras enfermedades contagiosas del 
cuerpo, y dio a los pobres los bienes que había obtenido y 
acumulado. En el año del Señor 1541, a 24 de septiebre 
dejó la vida por la muerte. 
George Agrícola
George Agrícola
Su nombre: Bauer George Agrícola. Nace en 1494 quien 
se conoce más por George Agrícola, médico alemán quien 
publica su interesante obra De Re Metallica, en la cual 
estudió y recopiló los efectos de metales durante su ejer-
cicio médico en las montañas de Erzbebrirge, estudiando 
especialmente la patología del oro y la plata. Sobre este 
investigador volveremos a hablar en el capítulo del flúor 
y sus compuestos por ser él quien hace realmente el 
descubrimiento de las propiedades del flúor y quien lo 
denomina “Fluor Lápiz”. Muere en 1555. 
Ferdinan Frédéric-Henri Moiussan
Nació en 1852 en París, recibió las primeras lecciones 
de química de su padre quien era un empleado del fe-
rrocarril. Logró la electrólisis del flúor haciendo posiblesu identificación. Muere en 1894. 
El advenimiento de la imprenta hace que los cono-
cimientos se difundan y se puedan conocer en espacio y 
tiempo ilimitado. 
Es en 1492, precisamente en el año del descubri-
miento de América, cuando aparece el texto de Sancte 
de Ardonis que puede calificarse como el primer texto 
específico sobre el tema y que obtiene difusión, al que 
siguen los de Dioscórides y muchos más. Es que la im-
prenta ha hecho esto posible y su importancia aún la 
vemos pese a los adelantos tecnológicos, pues todavía 
su primacía sigue siendo incontrovertible frente a los 
demás adelantos. 
Corría el siglo XVII y la historia nos relata el famoso 
caso de Margarita de Aubray, marquesa de Brinvillier, 
quien inventa una mezcla de arsénico, cloruro de mercu-
rio y opio para asesinar a su padre y a sus dos hermanos. 
La suerte le juega una “mala pasada”, su amante muere 
envenenado al manipular su invento. Juzgada, fue deca-
pitada en 1676 en Francia y se da origen a la “chambre 
de poisons”, célebre tribunal que únicamente juzgaba 
los delitos por envenenamiento, llegando su poder hasta 
personas protegidas y sólo quedando fuera de su jurisdic-
ción el rey. Llega al trono Luis XIV y dado que algunas 
de sus amantes se encontraban implicadas, se vio obliga-
do a disolver dicho tribunal, para proteger sus favoritas. 
Entramos al siglo XVIII con la revolución científica y al 
siglo XIX con la revolución industrial; aparecen entonces 
Raspail (1794-1878) y Mateo Orfila, se inicia algo de 
importancia imposible de ponderar: profundos estudios 
sobre los métodos de identificación y dosificación de los 
principales tóxicos de la época. 
Imposible abstenernos de citar el famoso caso de La-
farge, cuando ante una corte criminal, estando Raspail 
haciendo alusión al método de Mazo para detección y 
dosificación del arsénico, se permitió gritar desde la tri-
buna: “Arsénico, señor presidente, lo podría encontrar 
yo hasta en el brazo de su sillón”. Discusión que sirvió 
para estimular a los detractores de los métodos científicos. 
Madame Marie Capelle Lafarge fue acusada de homi-
cidio en la persona de su marido, a quien envenenó con 
un pastel con arsénico, que le envió el 16 de diciembre 
de 1839, pero también existe la acusación de una testigo, 
Anne Brun, quien declaró haber visto cómo Lafarge agre-
gaba arsénico a la leche que le daba a su marido, quien 
falleció el 14 de enero de 1840 y ella fue condenada a 
cadena perpetua. 
Mateo Orfila
Su nombre de pila es Mateo Juan Buenaventura Orfila. 
Sobre este hombre de ciencia nos dice Corbella que nació 
en 1787 en Mahón, isla de Menorca, el día 24 de abril. Es-
tudio Medicina en Valencia, en Barcelona y en París, allí se 
doctoró con la tesis Nouvelles recherches sur les urines des 
ictériques, en el año de 1811 y en ese mismo año se hace 
ciudadano francés. Publica además: Éléments de Chimie 
appliqués á la Médecine el aux Arts y Le Vons de Médecine 
Légale (1821) en el cual recoge sus exposiciones como 
catedrático. Además podemos citar su Traité de Médecine 
Légale. De origen catalán con amplio recorrido y gran 
capacidad lingüística pues dominaba cinco idiomas, fue 
autor del Tratado de Toxicología (1814), continuando su 
trayectoria con la publicación, tres años más tarde (1817), 
de Elements de Chimie Médicale y posteriormente So-
corros que deben darse a las personas envenenadas o 
Recuento histórico
10 • Toxicología
asfixiadas. Es autor de la clasificación de las sustancias 
en seis grandes grupos: corrosivos, astringentes, acres, 
estupefacientes, narcóticos-acres y sépticos. Su obra 
más importante se considera que es Traité des Poisons 
(Tratado de los venenos de los reinos mineral, vegetal 
y animal o toxicología general) publicado en París en 
1814, a los 26 años de edad (Corbella 1998), obra que 
tiene importancia fundamental por sus conceptos sobre 
fisiología, patología y medicina legal. 
Bernardo Ramazzini: (1633-1714) indudablemente 
un hombre que marca una trayectoria importante en la 
medicina, considerado justamente como el padre de la 
medicina laboral, nacido en Capri en 1633 y autor del 
texto De morbis artificum diatriba en el cual hace sus 
observaciones sobre la patología laboral, observaciones 
que hoy, siglo XXI, son totalmente válidas. Sobre Rama-
zzini volveremos en el capítulo del plomo, pero quizás 
lo más importante y que nunca debe ser olvidado por 
el médico su frase “Cuando llegues a la cabecera de tu 
paciente, pregúntale en qué trabaja, para ver si en la 
fuente de su sustento no radica la causa de su mal”. Si 
el médico no recuerda la recomendación de Ramazzini, 
posiblemente nunca hará el diagnóstico de intoxicación 
en su paciente, especialmente si la fuente es laboral, por 
cuanto todas las intoxicaciones, sin excepción, se parecen 
a enfermedades de otra índole. 
El siglo XVIII tiene gran importancia en el desarrollo 
de la toxicología: la ciencia se enriquece con el aporte 
de nuevas sustancias cuyas características se fueron am-
pliando. Citemos como ejemplo el cobalto, el níquel, el 
cromo, etc. 
Es justo citar aquí los trabajos publicados en su libro 
Enfermedades Saturninas de Tanquerel des Planches, en 
el cual presenta su colección de 1.200 casos de saturnis-
mo, con descripciones verdaderamente admirables desde 
el punto de vista clínico, médico y científico. Uno de sus 
títulos es Essais sur la paralisie de plomb ou saturnine 
publicado en París en 1834, y cinco años después (1839) 
edita algo más completo e importante: Traité des mala-
dies de plomb ou saturnisme. Muere en 1862, dejando 
una importante obra.
Friederich Wholer (1800-1882) con sus estudios 
sobre la urea en 1828 abre el espacioso camino de los 
conocimientos sobre sustancias de origen orgánico, lo 
cual trae como resultado otro verdadero alud de nuevos 
productos a la esfera científica. Wholer, de origen alemán, 
a edad temprana (28 años) ya marca un episodio de gran 
magnitud en el mundo científico.
François Magendie médico y fisiólogo, también me-
rece mención, ya que es quien estudia el mecanismo de 
acción de la estricnina y la emetina. Magendie nace en 
1783 y muere en 1855, es considerado como el iniciador 
de la línea de trabajo experimental, sus investigaciones lo 
llevaron a demostrar la existencia de convulsiones por fi-
jación de tóxicos como la estricnina, en la médula espinal.
Uno de sus más aprovechados discípulos, Claude 
Bernard (1813-1878), nacido en Beaujolais, publica 
Leçons sur les effects des subtances toxiques et médica-
menteuses en París en 1857 y realiza estudios sobre el 
mecanismo de acción del monóxido de carbono y su 
forma de combinarse con la hemoglobina y describe el 
color rojizo de la sangre con carboxihemoglobina, estudia 
intensamente “los líquidos del organismo y las sustancias 
tóxicas”, tema que lo apasionó, tratando de buscar su 
explicación. Esto lo realiza siendo profesor del Collège 
de France en donde dicta el tema en siete lecciones.
Describe el sitio de acción del curare, utilizado por 
los nativos de América del Sur, quienes impregnaban 
sus flechas para obtener presas de caza para su sustento, 
produciéndoles a los animales un paro respiratorio. Abre 
este científico el estudio y conocimiento del sistema 
nervioso autónomo y un siglo más tarde, la aplicación 
farmacológica de uso cotidiano de derivados del curare, 
en anestesiología.
Lavado Gástrico - Historia
Esta medida imprescindible en la mayoría de las in-
dicaciones orales como uno de los mejores medios de 
evacuación gástrica, tiene su historia:
Corría el año de 1805 cuando dos médicos utilizan por 
primera vez el lavado gástrico como mecanismo para tra-
tar una intoxicación: los doctores Physik y Dupuytren el 
primero americano y el segundo francés. Pero 8 años más 
tarde se hace una demostración “teatral” y peligrosa por 
otro médico francés M. Bertrand quien ingiere 5 gramos 
de trióxido de arsénico y lo ingiere en público para probar 
la eficacia de la absorción de venenos y posteriormente 
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