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Ensayo sobre el entendimiento humano, Libro II y cap I-IV

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JOHNLOCKE 
ENSAYO SOBRE EL 
ENTENDIMIENTO HUMANO 
Prólogo de 
JosÉ A. RoBLEs y CARMEN SILVA 
• 
FONDO DE CULTURA ECONÓMICA 
MÉXICO 
CAPÍTULO I 
DE LAS IDEAS EN GENERAL, Y DE SU ORIGEN 
§ l. La idea es el objeto del acto de pensar. Puesto que todo hom .. 
bre es consciente para sí mismo de que piensa, y siendo aquello 
en que su mente se ocupa, mientras está pensando, las ideas que 
están allí, no hay duda de que los hombres tienen en su mente 
varias ideas, tales como las expresadas por las palabras blancura, 
dureza, dulzura, pensar, moción, hombre, elefante, ejército, ebrie .. 
dad y otras. Resulta, entonces, que lo primero que debe averi .. 
guarse es cómo llega a tenerlas. Y a sé que es doctrina recibida 
que los hombres tienen ideas natas y ciertos caracteres originarios 
impresos en la mente desde el primer momento de su ser. Seme .. 
jante opinión ha sido ya examinada por mí con detenimiento, y 
supongo que cuanto tengo dicho en el libro anterior será mucho 
más fácilmente admitido una vez que haya mostrado de dónde 
puede tomar el entendimiento todas las ideas que tiene, y por qué 
vías y grados pueden penetrar en la mente, para lo cual invocaré 
la observación y la experiencia de cada quien. 
§ 2. Todas las ideas vienen de la sensación o de la reflexión. Su .. 
pongamos, entonces, que la mente sea, como se dice, un papel en 
blanco, limpio de toda inscripción, sin ninguna idea. lCómo llega 
a tenerlas? lDe dónde se hace la mente de ese prodigioso cúmulo, 
que la activa e ilimitada imaginación del hombre ha pintado en 
ella, en una variedad casi infinita? lDe dónde saca todo ese ma .. 
terial de la razón y del conocimiento? A esto contesto con una 
sola palabra, de la experiencia: he allí el fundamento de todo 
nuestro saber, y de allí es de donde en última instancia se deriva. 
Las observaciones que hacemos acerca de los objetos sensibles ex .. 
ternos, o acerca de las operaciones internas de nuestra mente, que 
percibimos, y sobre las cuales reflexionamos nosotros mismos, es 
lo que provee a nuestro entendimiento de todos los materiales del 
pensar. Estas son las dos fuentes del conocimiento de donde di .. 
manan todas las ideas que tenemos o que podamos naturalmente 
tener. 
§ 3. Los objetos de la sensación, uno de los orígenes de las ideas. En 
primer lugar, nuestros sentidos, que tienen trato con objetos sen .. 
sibles particulares, transmiten respectivas y distintas percepciones 
de cosas a la mente, según los variados modos en que esos objetos 
los afectan, y es así como llegamos a poseer esas ideas que tene .. 
83 
84 DE LAS IDEAS 
mos del amarillo, del blanco, del calor, del frío, de lo blando, de 
lo duro, de lo amargo, de lo dulce, y de todas aquellas que na .. 
mamos cualidades sensibles. Lo cual, cuando digo que eso es lo 
que los sentidos transmiten a la mente, quiere decir, que ellos 
transmiten desde los objetos externos a la mente lo que en ella 
producen aquellas percepciones. A esta gran fuente que origina 
el mayor número de las ideas que tenemos, puesto que dependen 
totalmente de nuestros sentidos y de ellos son transmitidas al en .. 
tendimiento, la llamo sensación. 
§ 4. Las operaciones de nuestra mente, el otro origen de las ideas. 
Pero, en segundo lugar, la otra fuente de donde la experiencia pro .. 
vee de ideas al entendimiento es la percepción de las operaciones 
interiores de nuestra propia mente al estar ocupada en las ideas 
que tiene; las cuales operaciones, cuando el alma reflexiona sobre 
ellas y las considera, proveen al entendimiento de otra serie de ideas 
que no podrían haberse derivado de cosas externas: tales las ideas de 
percepción, de pensar, de dudar, de creer, de razonar, de cono .. 
cer, de querer, y de todas las diferentes actividades de nuestras 
propias mentes, de las cuales, puesto que tenemos de ellas con .. 
ciencia y que podemos observarlas en nosotros mismos, recibimos 
en nuestro entendimiento ideas tan distintas como recibimos de 
los cuerpos que afectan a nuestros sentidos. Esta fuente de ori .. 
gen de ideas la tiene todo hombre en sí mismo, y aunque no es 
un sentido, ya que no tiene nada que ver con objetos externos, 
con todo se parece mucho y puede llamársele con propiedad sen .. 
tido interno. Pero, así como a la otra la llamé sensación, a ésta la 
llamo reflexión, porque las ideas que ofrece son sólo tales como 
aquellas que la mente consigue al reflexionar sobre sus propias 
operaciones dentro de sí misma. Por lo tanto, en lo que sigue de 
este discurso, quiero que se entienda por reflexión esa advertencia 
que hace la mente de sus propias operaciones y de los modos de 
ellas, y en razón de los cuales llega el entendimiento a tener ideas 
acerca de tales operaciones. Estas dos fuentes, digo, a saber: las 
cosas externas materiales, como objetos de sensación, y las opera .. 
dones internas de nuestra propia mente, como objetos de refle ... 
xión, son, para mí, los únicos orígenes de donde todas nuestras 
ideas proceden inicialmente. Aquí empleo el término "operado .. 
nes" en un sentido amplio para significar, no tan sólo las acciones 
de la mente respecto a sus ideas, sino ciertas pasiones que algunas 
veces surgen de ellas, tales como la satisfacción o el desasosiego 
que cualquier idea pueda provocar. 
ORIGEN DE LAS IDEAS 85 
§ 5. Todas nuestras ideas son o de la una o de la otra clase. Me 
parece que el entendimiento no tiene el menor vislumbre de al-
guna idea que no sea de las que recibe de uno de esos dos orígenes. 
Los objetos externos proveen a la mente de ideas de cualidades 
sensibles, que son todas esas diferentes percepciones que producen 
en nosotros; y la mente provee al entendimiento con ideas de sus 
propias operaciones. Si hacemos una revisión completa de todas 
estas ideas y de sus distintos modós, combinaciones y relaciones, 
veremos que contienen toda la suma de nuestras ideas, y que nada 
tenemos en la mente que no proceda de una de esas dos vías. 
Examine cualquiera sus propios pensamientos y hurgue a fondo 
en su propio entendimiento, y que me diga, después, si no todas 
las ideas originales que tiene allí son de las que corresponden a 
objetos de sus sentidos, o a operaciones de su mente, consideradas 
como objetos de su reflexión.. Por más grande que se imagine el 
cúmulo de los conocimientos alojados allí, verá, si lo considera con 
rigor, que en su mente no hay más ideas sino las que han sido 
impresas por conducto de una de esas dos vías, aunque, quizá, 
combinadas y ampliadas por el entendimiento con una variedad 
infinita, como veremos más adelante. 
§ 6. Lo que se observa en los niños. Quien considere con atención 
el estado de un niño recién llegado al mundo tendrá pocos mo-
tivos para pensar que está abarrotado de las ideas que constituyen 
el material de sus futuros conocimientos. Gradualmente es como 
llega a proveerse de ideas, y aunque las cualidades más obvias y 
que le sean más familiares son las que se imprimen antes de que 
la memoria comience a llevar un registro del tiempo y del orden, 
es frecuente, sin embargo, que ciertas cualidades poco comunes se 
presenten tan tarde, que son pocos los hombres que no pueden 
recordar el tiempo cuando por primera vez las conocieron; y si va-
liera la pena, no hay duda que sería posible vigilar a un niño de 
manera que tuviera muy pocas ideas, aun de las comunes, antes 
de llegar a ser hombre. Pero como todos los que nacen en este 
mundo están rodeados de cuerpos que continuamente y de di .. 
verso modo los afectan, una gran variedad de ideas se imprimen 
en la mente de los niños, téngase o no el cuidado de enseñárselas. 
La luz y los colores están en todas partes en constante disposición 
de causar impresiones, con sólo que el ojo esté abierto; el sonido 
y algunas cualidades tangibles no dejan de solicitar a los sentidos 
que les son propios, y de ese modo se abren paso hasta la mente. 
Sin embargo, creo que se concederá sin dificultad, que si se tu .. 
86 DE LAS IDEAS 
viera a un niño en un lugar en que sólo vierael negro y el blanco 
hasta que fuera un hombre, no tendría más idea del escarlata o 
del verde que la que podría tener del sabor de un ostión o de la 
piña quien, desde niño, jamás hubiera probado esos alimentos. 
§ 7. Los hombres tienen distintas ideas, según la diferencia de los 
objetos con que entran en contacto. Por lo tanto, los hombres se 
proveen de mayor o menor número de ideas simples procedentes 
del exterior, según que los objetos con que entran en contacto 
presenten más o menos variedad, como también acontece respec .. 
to a las ideas procedentes de las operaciones internas de la mente, 
según el hombre sea más o menos reflexivo. Porque, si bien es 
cierto que quien contempla las operaciones de su mente no puede 
menos de tener ideas llanas y claras acerca de dichas operaciones, 
sin embargo, a no ser que vuelva su pensamiento en esa dirección 
para considerarlas atentamente, no tendrá más ideas claras y dis .. 
tintas de todas esas operaciones de su mente y de todo cuanto allí 
pueda observarse, que las ideas particulares que podría tener de 
cualquier paisaje o de las partes y movimientos de un reloj, quien 
no dirija sus ojos hacia esos objetos y repare con atención en sus 
partes. Puede acontecer que el cuadro o el reloj estén situados 
de tal manera que todos los días pase cerca de ellos, pero, a pe .. 
sar de eso, tendrá una idea confusa de todas las partes de que se 
componen, mientras no se aplique a considerar atentamente cada 
una en particular. 
§ 8. Las ideas de reflexión son más tardías, porque requieren aten .. 
ción. Y aquí vemos la- razón por la cual es necesario que pase 
algún tiempo antes de que la mayoría de los niños tengan ideas 
acerca de las operaciones de sus mentes, y por qué muchas per .. 
sonas no tienen, a lo largo de su vida, ninguna idea muy clara o 
perfecta de la mayor parte de esas operaciones. Pmque aunque 
constantemente están ocurriendo en la mente, sin embargo, como 
si se tratase de visiones en flotación, no imprimen huellas sufí .. 
cientemente profundas para dejar en la mente ideas claras, distin .. 
tas y duraderas, hasta que el entendimiento, volviendo sobre sí 
mismo, reflexiona sobre sus propias operaciones y las convierte 
en el objeto de su propia contemplación. Cuando los niños en .. 
tran en el mundo se encuentran rodeados de nuevas cosas, las cua .. 
les, por una constante solicitación de sus sentidos, continuamente 
están llamando a la mente hacia ellas, obligándola a fijarse en lo 
nuevo, lo que provoca un gusto por la variedad de objetos cam .. 
biantes. De esta suerte los primeros años generalmente se emplean 
ORIGEN DE LAS IDEAS 87 
y distraen en mirar hacia afuera; y como, por otra parte, las ocu .. 
paciones de los hombres los conducen a familiarizarse con lo que 
se encuentra en el exterior, crece el niño con la atención constan .. 
temente ocupada en las sensaciones externas, y rara vez se detiene 
a reflexionar sobre lo que pasa en su interior, hasta que alean .. 
za años maduros; y hay muchos que apenas lo hacen entonces. 
§ 9. El alma comienza a tener ideas cuando empieza a Percibir. Pre .. 
guntar en qué momento tiene ideas un hombre es tanto como 
preguntar cuándo empieza a percibir, puesto que tener ideas y per .. 
cibir son la misma cosa. Y o sé que es opinión recibida que el 
alma siempre piensa, y que, mientras existe, tiene constantemente 
en sí misma una percepción actual de ciertas ideas. y que ese 
pensar actual es tan inseparable del alma como la extensión ac .. 
tual lo es del cuerpo. De ser esto cierto, inquirir por el comienzo 
de las ideas de un hombre es tanto como inquirir por el comien .. 
zo de su alma; porque, a esa cuenta, el alma y sus ideas, como el 
cuerpo y su extensión, empezarán ambos a existir al mismo tiempo. 
§ 10. El alma no piensa siempre, puesto que eso no puede probarse. 
Pero, que se suponga que el alma exista con anterioridad a, o si .. 
multánea con, o en algún tiempo posterior a los primeros rudi .. 
mentos u organización, o en los comienzos de la vida en el cuerpo, 
es asunto que dejo a la discusión de quienes lo hayan meditado 
mejor que yo. Admito que yo soy de esos que tienen un alma 
obtusa que no se percibe a sí misma en constante contemplación 
de ideas; ni tampoco concibo que sea más necesario el que la 
mente esté siempre pensando, qt•e lo sea para el cuerpo estar 
siempre en movimiento, ya que, según lo concibo, la percepción 
de ideas es para el alma lo que el movimiento es para el cuerpo: 
no su esencia, sino solamente una de sus operaciones. Por lo tanto, 
por más que se suponga que el pensar es la acción propia del 
alma, no hace falta, sin embargo, suponer que siempre esté pen .. 
sando, que siempre esté activa. Ese, quizá, sea el privilegio del 
Autor Infinito y Conservador de todas las cosas, que nunca dormita 
ni duerme; pero no conviene a ningún ser finito, por lo menos no 
conviene al alma humana. Sabemos con certeza, por experien .. 
cia, que algunas veces pensamos, y de aquí podemos sacar esta 
conclusión infalible: que hay algo en nosotros que tiene el poder 
de pensar; pero si esa substancia piensa o no perpetuamente es 
algo de lo cual no podemos asegurarnos más allá de lo que la ex .. 
periencia nos informa. Porque decir que el pensar actual es esen .. 
cial al alma e inseparable de ella es incurrir en una petición de 
88 DE LAS IDEAS 
principio y no es dar ninguna prueba por vía de razón, la cual es 
necesario dar, cuando no se trate de una proposición de suyo evi .. 
dente. Pero acerca de que sea cierto que esta proposición: que el 
alma piensa siempre, sea de suyo evidente y a la cual todo el mun .. 
do concede su asentimiento apenas oída, me atengo al dictado de 
todo el género humano. Se duda si yo pensé o no durante toda 
la noche anterior; como es un asunto de hecho, se incurre en pe .. 
tición de principio al aducir como prueba una hipótesis acerca de 
la cosa misma que se discute. De este modo cualquier cosa pue .. 
de ser probada: basta suponer que todos los relojes piensan mien .. 
tras se mueve el péndulo para probar indubitablemente que mi 
reloj estuvo pensando durante toda la- noche anterior. Pero quien 
no quiera engañar debe construir sus hipótesis sobre hechos y 
demostrarlas por vía de experiencia sensible, y no establecer una 
presunción de hecho en favor de su hipótesis, es decir, suponer que 
así es el hecho. Semejante modo de probar se reduce a esto: será 
necesario admitir que durante toda la noche anterior estuve pen .. 
sando, porque otra persona supone que siempre estoy pensando, 
aunque yo mismo no pueda percibir que siempre pienso. 
Pero los hombres enamorados de sus opiniones no sólo son ca .. 
paces de suponer lo que está a debate, sino de alegar falsamente 
en materia de hecho. Pues de qué otro modo puede alguien decir 
que es inferencia mía, que una cosa no es, porque no somos sensi .. 
bles de ella mientras dormimos. Y o no digo que no hay un alma 
en un hombre, porque no es sensible de ella mientras duerme; pero 
sí digo que en ningún tiempo puede pensar, ya despierto, ya dor .. 
mido, sin ser sensible de ello. Este ser sensible no es necesario 
respecto a ninguna cosa, salvo respecto a nuestros pensamientos, 
para los cuales es y siempre será necesario, mientras no podamos 
pensar sin tener conciencia de que pensamos. 
§ 11. El alma no es siempre consciente de que piensa. Concedo 
que el alma en un hombre en estado de vigilia nunca está sin pen .. 
samiento, porque ésa es la condición de ese estado. Pero que el 
dormir sin soñar no sea una afección que concierne al hombre por 
entero, mente y cuerpo, es una cuestión que quizá merezca la pena 
de ser considerada por un hombre en estado de vigilia, pues no es 
fácil concebir que algo piense, y no sea consciente de ello. Si el 
alma piensa en un hombre dormido, sin ser consciente de ello, 
pregunto si, mientras piensa de ese modo, tiene algún placer o 
dolor, o si es capaz de experimentar felicidad o miseria. Yo estoy 
seguro que no es más capaz de eso que lo seríala cama o el suelo 
en que descansa; porque ser feliz o miserable, sin tener conciencia 
ORIGEN DE LAS IDEAS 89 
de ello, me parece completamente inconsecuente e imposible. O si 
por acaso fuera posible que la mente pueda, mientras el cuerpo 
duerme, tener por su cuenta sus pensamientos, sus goces y cui .. 
dados, su placer y su dolor, de los cuales el hombre no tenga 
conciencia, es seguro que Sócrates dormido y Sócrates despierto 
no son la misma persona; smo que el alma de Sócrates, cuando 
duerme, y Sócrates el hombre, compuesto de cuerpo y alma cuan .. 
do está despierto, son dos personas; puesto que el Sócrates des .. 
pierto no tiene conocimiento de, ni le importa, esa felicidad o mise .. 
ria que su alma experimenta sola y por sí misma mientras él 
duerme, sin percibir nada de ello, y que le es tan ajeno como la fe .. 
licidad o miseria de un hombre en las Indias, cuya existencia en .. 
teramente desconoce. Porque si privamos completamente nues .. 
tras acciones y sensaciones de toda conciencia acerca de ellas, 
especialmente del placer y del dolor y de la cura que siempre los 
acompaña, será difícil saber en qué parte radica la identidad 
personal. 
§ 12. Si un hombre que duerme piensa sin saberlo, el hombre dor" 
mido y el hombre despierto son dos personas. El alma, dicen estos 
hombres, piensa cuando duerme profundamente. Mientras piensa 
y percibe es ciertamente capaz de experimentar delicia y turba .. 
ción, así como cualesquiera otras percepciones. Pero todo esto lo 
tiene por su cuenta: el hombre dormido, claro está, no tiene con.-
ciencia de ello. Supongamos, entonces, el alma de Cástor sepa .. 
rada de su cuerpo mientras él duerme; suposición que no es impo.-
sible para la gente con quien ahora discuto, y que tan liberalmente 
otorga vida a todos los animales distintos del hombre, sin conce .. 
derles una alma pensante. Esta gente no podrá, pues, juzgar que 
sea imposible o contradictorio que el cuerpo viva sin alma, ni tam.-
poco que el alma subsista y piense o tenga percepción, aun per .. 
cepción de la felicidad o la miseria, sin cuerpo. Supongamos, 
entonces, digo, que el alma de Cástor está separada de su cuerpo, 
mientras él duerme, y que ella tiene sus pensamientos aparte. Su .. 
pongamos, además, que elige como teatro de su pensar al cuerpo 
de otro hombre, el de Pólux, por ejemplo, que está dormido sin 
alma; porque, si mientras Cástor duerme, su alma puede pensar 
aquello de que Cástor nunca tendrá conciencia, nada importa el 
lugar que su alma elija para pensar. Tenemos aquí, pues, los 
cuerpos de dos hombres con solamente un alma entre los dos, y 
los cuales supondremos que alternativamente despiertan y duer .. 
men, de suerte que el alma siempre piense en el que esté des .. 
pierto, y acerca de lo cual, quien esté dormido, no tenga jamás 
90 DE LAS IDEAS 
conciencia ni percepcton alguna. Y ahora pregunto, si Cástor y 
Pólux, que sólo tienen un alma que piensa y percibe en uno de 
ellos aquello de que no es consciente ni se cura el otro, no son dos 
personas tan distintas como lo fueron Cástor y Hércules, o Sócrates 
y Platón, y si no podrá acontecer que uno de ellos sea muy feliz y 
el otro muy desgraciado. Por igual razón, quienes creen que el 
alma puede pensar aparte algo de que el hombre no es consciente 
hacen del alma y del hombre dos personas distintas; ya que su .. 
pongo que nadie hará consistir la identidad de las personas en que 
el alma esté unida a un mismo número de partículas de materia, 
porque si eso es necesario para la identidad, será imposible, en el 
constante fluir de las partículas de nuestros cuerpos, que ningún 
hombre pueda ser la misma persona dos días o dos momentos 
seguidos. · 
§ 13. Es imposible convencer de que piensan a los que duermen sin 
soñar. Paréceme, por lo tanto, que cada cabeceo soñoliento hace 
vacilar la doctrina de los que enseñan que el alma siempre está 
pensando. Por lo menos, es un hecho que a quienes alguna vez 
acontece dormir sin soñar es imposible llegar a convencerlos de 
que sus pensamientos han estado ocupados, algunas veces durante 
cuatro horas, sin enterarse de ello; y si se les sorprende en el acto 
mismo, despertándolos en la mitad de esa durmiente contempla .. 
ción, nunca pueden dar la menor cuenta de ella. 
§ 14. Inútilmente se alegará que los hombres sueñan sin recordarlo. 
Se dirá, quizá, que el alma piensa hasta en los momentos de sueño 
más profundo, pero que la memoria no lo retiene. Pero parece 
difícil concebir que el alma de un hombre dormido pueda estar 
en un momento ocupada en pensar, y que en el otro momento, en 
el hombre despierto, no pueda recordar ninguno de esos pensa ... 
mientos, y esto es algo que requiere mejor prueba que la pura 
afirmación para que pueda creerse. Porque lquién puede imagi .. 
nar, sin más ni más, y a base tan sólo de una afirmación, que la 
mayor parte de los hombres piensan durante toda la vida por va .. 
rías horas al día en algo que, de ser preguntados, aun en medio 
del acto, no tienen el menor recuerdo? La mayoría de los hom .. 
bres, creo, pasan gran parte del tiempo que duermen sin soñar. 
Y o conocí una vez a un hombre, criado en letras y de no mala 
memoria, que me dijo que nunca había soñado en toda su vida,. 
hasta que tuvo esas calenturas de que acababa de sanar, que sería 
a los veinticinco o veintiséis años de su edad. Supongo que el 
mundo ofrece más casos como ése; por lo menos cada quien en .. 
ORIGEN DE LAS IDEAS 91 
contrará, entre sus conocidos, ejemplos de personas que pasan la 
mayoría de sus noch,~s sin soñar. 
§ 15. De acuerdo con esta hipótesis, los pensamientos de un hom~ 
bre dormido deberían ser en extremo racionales. Pensar con fre~ 
cuencia, y jamás retener lo que se piensa ni por un momento, es 
una manera de pensar muy inútil. Y el alma en semejante estado 
del pensar, en bien poco excede, si acaso, a un espejo que cons.-
tantemente recibe una variedad de imágenes, o ideas, pero que 
no retiene ninguna: desaparecen y se esfuman, sin que quede de 
ellas ninguna huella. El espejo en nada aprovecha tales ideas, 
ni el alma tales pensamientos. Quizá se dirá que en un hombre en 
estado de vigilia se emplean los materiales del cuerpo y se utilizan 
en el pensar, y que el recuerdo de los pensamientos se retiene por 
las impresiones que se hacen en el cerebro y por las huellas que 
quedan después de que ha pensado; pero que respecto al pensar 
del alma que no percibe el hombre cuando duerme, el alma piensa 
aparte, y al no hacer uso de los órganos del cuerpo, no le deja 
ninguna impresión y por lo tanto, no hay recuerdo de tales pen .. 
samientos. Para no aducir una vez más el absurdo de dos personas 
distintas que se sigue de esa suposición, contesto que cualesquiera 
que sean las ideas que pueda recibir la mente y que pueda con .. 
siderar sin auxilio del cuerpo, es razonable concluir que podrá 
también retenerlas sin ese auxilio, pues de otro modo el alma, o 
cualquier espíritu separado, obtendrá muy escaso beneficio al pen .. 
sar. Si carece del recuerdo de sus propios pensamientos; si no 
puede atesorarlos para su provecho, y es incapaz de recordarlos 
cuando quiera; si no puede reflexionar acerca de lo pasado y apro~ 
vechar sus experiencias previas, sus raciocinios y sus consideracio.-
nes, la qué propósito piensa? Quienes, a esta cuenta, hacen del 
alma una cosa pensante, no hacen de ella un ser mucho más 
noble que el que hacen aquellos a quienes éstos condenan, por 
creer que el alma no es sino la parte más sutil de la materia. Por.-
que, en suma, rasgos trazados en el polvo que el primer soplo de 
aire borra, o bien impresiones hechas en un montón de átomos o 
espíritus animales, son tan útiles y le prestan al sujeto igual exce .. 
lencia que los pensamientos de un alma que perecen al ser pen~ 
sados; que una vez fuera de su vista, se han ido para siempre sin 
dejar memoria alguna detrás de sí. La naturaleza nunca hace 
cosas de excelencia para bajos o ningunos usos; y apenas puede 
concebirse que nuestro Creadorinfinitamente sabio nos haya dado 
una facultad tan admirable como es la potencia de pensar, esa fa .. 
cultad que más se acerca a la excelencia de Su propio e incom .. 
92 DE LAS IDEAS 
prensible ser, para que sea empleada tan ociosa e inútilmente, por 
lo menos durante una cuarta parte del tiempo que permanece 
aquí, en estar constantemente pensando sin recordar ninguno de 
esos pensamientos, y sin que le aproveche a ella ni a otros, ni sien.-
do en modo alguno útil a ninguna otra parte de la creación. Si lo 
examinamos, yo supongo que no encontraremos que el movimiento 
de la materia, bruta e insensible, pueda ser, en ninguna parte del 
universo, de tan poco uso y tan completamente desperdiciado. 
§ 16. Ciertamente, hay casos de percepción mientras dormimos, 
y en que retenemos la memoria de esos pensamientos. Pero qué 
extravagantes e incoherentes son en su mayor parte, y cuán poco 
de acuerdo con la perfección y el orden propios a un ser ra.-
cional, es lo que no hace falta decir a quienes tienen familiari.-
dad con los sueños. Y acerca de este particular, gustosamente 
querría que se me diga, si el alma, cuando piensa de ese modo por 
su cuenta y como quien dice separada del cuerpo, obra o no me.-
nos racionalmente que cuando está unida con él. Si sus pensa.-
mientos separados son menos racionales, entonces esta gente tendrá 
que decir que el alma le debe al cuerpo la perfección del pensar 
racional; si no es así, es asombroso que nuestros sueños sean, en 
su mayor parte, tan frívolos e irracionales, y que el alma no re.-
tenga nada de sus más racionales soliloquios y meditaciones. 
§ 17. Según esta hipótesis, el alma tendrá ideas que no Proceden 
ni de la sensación ni de la reflexión, de las cuales no hay ninguna 
apariencia. Y o también quisiera que me digan, los que tan con-
fiadamente afirman que el alma siempre está pensando, qué son 
esas ideas que están en el alma de un niño, antes o justo en el mo.-
mento de la unión con el cuerpo, previamente a que haya reci.-
bido ninguna idea por vía de sensación. Según me parece, los 
sueños de un hombre dormido están fabricados de las ideas del 
hombre despierto, aunque en su mayor parte hiladas de un modo 
extraño. Y es raro, si el alma tiene ideas propias que no sacó de la 
sensación o de la reflexión (como tendría que tenerlas, si pensó 
antes de recibir ninguna impresión del cuerpo), que nunca, en su 
pensar privado (tan privado, que el mismo hombre no lo percibe), 
retenga ninguna de esas ideas en el momento preciso en que des.-
pierta de ellas, y de ese modo proporcione al hombre el placer 
de nuevos descubrimientos. Pero la quién podrá parecerle razo-
nable que el alma, metida en su retiro durante el sueño, haya 
pensado durante tantas horas, y que, sin embargo, nunca repare 
en alguna de esas ideas que no pidió prestadas ni a la sensación ni 
ORIGEN DE LAS IDEAS 93 
a la reflexión, o por lo menos que no conserve la memoria de 
ninguna, salvo de aquellas que, por ser ocasionadas por el cuerpo, 
necesariamente serán menos naturales a un espíritu? Es raro que 
el alma ni una sola vez en la vida entera de un hombre recuerde 
ninguno de sus pensamientos puros y nativos; ninguna de esas 
ideas que tuvo antes de tomar nada de prestado al cuerpo, y que 
jamás le ofrezca, cuando despierto, ninguna otra idea que no sea 
de las que retienen el olor del recipiente en que está encerrada, 
es decir, de las que manifiestamente derivan su origen de la unión 
entre el alma y el cuerpo. Si el alma siempre piensa, y por lo 
tanto, ha tenido ideas antes de su unión con el cuerpo o antes 
de haber recibido alguna idea del cuerpo, no es de suponerse sino 
que durante el sueño recordaría las ideas que le son nativas, y que, 
durante esa incomunicación con el cuerpo, mientras piensa por sí 
sola, las ideas en que se ocupa deberían ser, por lo menos algunas 
veces, esas ideas más naturales y más análogas que tuvo en sí mis .. 
ma, no procedentes ni del cuerpo, ni de una reflexión sobre sus 
propias operaciones acerca de las ideas así derivadas. Ahora bien, 
como el hombre en estado de vigilia nunca recuerda aquellas ideas, 
es preciso concluir de la hipÓtesis o bien que el alma recuerda 
algo que el hombre no recuerda, o bien que la memoria sola .. 
mente pertenece a las ideas que proceden del cuerpo o de las 
operaciones de la mente acerca de ellas. 
§ 18. ¿Cómo puede saber alguien que el alma Piensa siempre? 
Como no es una proposición de suyo evidente, requiere prueba. 
También me gustaría que estos hombres que tan confiadamente 
afirman que el alma humana, o lo que es lo mismo, que el hom .. 
bre siempre piensa, me dijeran cómo pueden saberlo. Es más, que 
me digan cómo llegan a saber que ellos mismos piensan, ya que ellos 
mismos no lo perciben. Mucho me temo que con seguridad va a 
resultar una pura afirmación sin pruebas, y un conocimiento sin 
percepción. Sospecho que se trata de una noción confusa arbi .. 
trada para servir a una hipótesis, y en modo alguno, de una de 
esas verdades claras cuya propia evidencia nos obliga a admitirlas, 
o que la común experiencia no nos permite negar sin atrevimiento. 
Porque lo más que puede decirse a su favor es que posiblemente 
el alma siempre piensa, pero que no siempre puede retenerlo en la 
memoria. Y yo digo que es igualmente posible que el alma no 
piense siempre, y que es mucho más probable que algunas veces 
no piense, que el que piense con frecuencia durante un largo es .. 
pacio de tiempo, sm tener conciencia de que ha pensado, en el 
momento inmediato siguiente. 
94 DE LAS IDEAS 
§ 19. Es muy improbable que un hombre esté ocupado en pensar, 
y que, sin embargo, no lo retenga inmediatamente después. Supo .. 
ner que el alma piensa y que el hombre no lo percibe es, como 
ya se dijo, hacer dos personas de un solo hombre. Y si se consi .. 
dera con cuidado la manera en que se expresan estos hombres, cae 
uno en la sospecha de que eso es lo que suponen. Porque quie .. 
nes nos dicen que el alma piensa siempre, nunca dicen, que yo 
recuerde, que un hombre piensa siempre. Pero lpuede pensar el 
alma, y no el hombre? o lpuede, acaso, pensar el hombre sin tener 
conciencia de ello? Esto, quizá, pasaría por jerigonza en boca de 
otros. Si dicen que el hombre piensa siempre, pero que no siem .. 
pre tiene conciencia de ello, igualmente podrían decir que su 
cuerpo es extenso, sin tener partes. Porque es tan completa .. 
mente ininteligible decir que un cuerpo· es extenso sin partes, 
como que algo piensa sin tener conciencia de ello, o sin percibir 
que piensa. Quienes así hablan, podrán decir con la misma razón, 
si lo requiere su hipótesis, que un hombre siempre tiene hambre, 
pero que no siempre la siente, ya que el hambre consiste en esa 
sensación misma, del mismo modo que el pensar consiste en tener 
conciencia de que uno piensa. Si dicen que un hombre siempre 
tiene conciencia de que piensa, yo pregunto lcómo lo saben?, 
puesto que el tener conciencia es la percepción de lo que pasa en 
la propia mente de un hombre. lPuede, acaso, otro hombre per .. 
cibir que tengo conciencia de algo, cuando yo no lo percibo en 
mí mismo? En esto, el conocimiento del hombre no puede ir más 
allá de su experiencia. Despertad a un hombre de un sueño pro .. 
fundo y preguntadle en qué pensaba en ese momento. Si él mismo 
no tiene conciencia de haber estado pensando en nada, tendrá 
que ser un muy notable adivinador de pensamientos quien pueda 
asegurarle que estaba pensando. lNo podría con más razón ase .. 
gurarle que no dormía? Esto excede toda filosofía, y pide nada 
menos que una revelación el que otro descubra alguna idea en 
mi mente, cuando yo no encuentro ninguna en ella. Y tendrán 
que tener una vista muy penetrante quienes puedan ver con cer .. 
teza que yo pienso, cuando yo mismo no puedo percibirlo y cuando 
declaro que no pienso; los cuales, sin embargo, ven que los perros 
y los elefantes no piensan, cuando nos ofrecen todas las demos--
traciones imaginables de lo contrario, salvo decirnos que piensan.No faltará quien sospeche que esto es dar un paso más allá de 
las pretensiones de los hermanos de la Rosa .. Cruz, porque parece 
ser más fácil hacerse invisible a los demás, que el hacer visible 
para mí los pensamientos de otro, cuando no lo son para él mismo. 
ORIGEN DE LAS IDEAS 95 
Pero basta definir el alm'a como una substancia que siempre píen .. 
sa, y asunto concluído. Si semejante definición goza de alguna 
autoridad, no sé para qué fin pueda servir que no sea para hacer 
que muchos hombres sospechen que carecen de alma, puesto que 
advierten que buepa parte de sus vidas la pasan sin estar pensando. 
Porque, que yo sepa, no hay definición, no hay suposiciones de 
ninguna secta, que pesen lo suficiente como para destruir lo que 
enseña una experiencia constante; y quizá sea la presunción de sa .. 
ber lo que está más allá de lo que percibimos, lo que provoca 
tanta inútil disputación y mete tanto ruido en el mundo. 
§ 20. Si observamos a los niños, no hay prueba de otras ideas que 
no sean de la sensación o de la reflexión. No veo, por lo tanto, 
ninguna razón para creer que el alma piensa antes de que los sen .. 
tidos le hayan proporcionado ideas para pensar sobre ellas; y puesto 
que el número de esas ideas aumenta y se retienen, acontece que 
el alma, gracias al ejercicio, perfecciona su facultad de pensar en 
sus diversas partes; así como, más tarde, combinando esas ideas y 
reflexionando sobre sus propias operaciones, incrementa su cau .. 
dal de ideas y también su habilidad para recordar, imaginar, razo .. 
nar y otras maneras de pensar. 
§ 21. Quien se deje guiar por la observación y la experiencia, y 
no se empeñe en convertir sus propias hipótesis en regla de la na .. 
turaleza, advertirá en un niño recién nacido bien pocas señales 
de un alma habituada a pensar, y menos aún encontrará mues .. 
tras de raciocinio. Sin embargo, es difícil imaginar que el alma 
racional piense tanto, y que no raciocine para nada. Y quien con .. 
sidere que los niños recién llegados al mundo gastan la mayor parte 
de su tiempo durmi~ndo, y rara vez están despiertos, salvo cuando 
el hambre pide el pecho, o cuando algún dolor (la sensación más 
inoportuna de todas) o alguna otra impresión violenta en el cuer .. 
po obliga a la mente a percibirlo y a prestarle atención; quien, 
digo, considere eso, tendrá motivo, quizá, para imaginar que el feto 
en el seno materno no difiere mucho del estado de un vegetal, 
sino que pasa la mayor parte de su tiempo sin percepciones o pen .. 
samientos, no haciendo otra cosa sino dormir en un lugar donde 
no necesita buscar su alimento, estando rodeado de un licor siem~ 
pre igualmente suave y casi siempre en una misma tempera .. 
tura; donde los ojos carecen de luz, y donde los oídos, por ser 
tanto el encierro, no son vulnerables a los sonidos; y donde hay 
poca o ninguna variedad o cambio de objetos que puedan mover 
a los sentidos. 
96 DE LAS IDEAS 
§ 22. Seguid a un niño -desde su nacimiento y observad las modi .... 
ficaciones que acarrea el tiempo, y veréis que a medida que el 
alma se provee más y más de ideas por vía de los sentidos viene 
a estar más y más despierta: piensa más, mientras más materia tie .. 
ne en qué pensar. Después de algún tiempo, empieza a conocer 
los objetos que, por serie más habituales, han dejado una impre .. 
sión duradera. De esta suerte llega gradualmente a conocer a las 
personas de su diario trato y a distinguirlas de los extraños; lo que 
es ejemplo y efecto de que comienza a retener y a distinguir las 
ideas que los sentidos le comunican. Y de este modo podemos oh .. 
servar cómo la mente, por grados, se perfecciona en esas facultades 
y cómo marcha hacia el ejercicio de esas otras que consisten en 
ampliar, componer y abstraer sus ideas, y en raciocinar y refle .. 
xionar acerca de todas esas ideas y sobre ellas, de las cuales tendré 
ocasión de hablar más particularmente de aquí en adelante. 
§ 23. Si, pues, se pregunta lcuándo empieza a tener ideas un hom .. 
bre? creo que la verdadera contestación es que empieza cuando tiene 
por primera vez una sensación. Porque, visto que, al parecer, 
no hay ideas en la m.ente antes de que los sentidos le comuni.-
quen alguna, concibo que las ideas en el entendimiento son si .. 
multáneas a la sensación, que es una impresión o moción hecha 
en alguna parte del cuerpo, de tal índole que produce alguna 
percepción en el entendimiento. Estas impresiones que los objetos 
exteriores hacen en nuestros sentidos es aquello en lo cual la 
mente parece primero ocuparse en esas operaciones que llamamos 
percibir, recordar, considerar, raciocinar, etc. 
§ 24. El origen de todo nuestro conocimiento. Con el tiempo, la 
mente llega a reflexionar sobre sus propias operacionés acerca de 
las ideas adquiridas por la sensación y de ese modo acumula una 
nueva serie de ideas, que son las que yo llamo ideas de reflexión. 
Estas son las impresiones hechas en nuestros sentidos por objetos 
exteriores, que son extrínsecas a la mente; y sus propias operado .. 
nes, que responden a potencias intrínsecas que le pertenecen ex .. 
clusivamente, las cuales operaciones, cuando al ser motivo de una 
reflexión por la mente misma se convierten también en objetos de 
su contemplación, son, como ya dije, el origen de todo nuestro 
conocimiento. De esta suerte, la primera capacidad del intelecto 
humano consiste en que la mente está conformada para recibir las 
impresiones que hacen en ella, ya los objetos exteriores por vía de 
los sentidos, ya sus propias operaciones, cuando reflexiona sobre 
IDEAS SIMPLES 97 
ellas. Tal es el primer paso que todo hombre da hacia el descu .. 
brimiento de cualquier cosa que sea, y ése es el cimiento sobre el 
cual ha de construir todas esas nociones que de un modo natural 
ha de tener en este mundo. Todos esos pensamientos sublimes 
que se levantan por encima de las nubes y que llegan hasta las al-
turas del cielo mismo, tienen su arranque y su base en aquel 
cimiento, y en toda esa vasta extensión que la mente recorre al 
entregarse a esas apartadas especulaciones que al parecer la elevan 
tanto, no excede ni en un ápice el alcance de esas ideas que la 
sensación y la reflexión le han ofrecido como objetos de su con~ 
templación. 
§ 25. Ordinariamente el entendimiento es pasivo en la recepción 
de las ideas simple~. A este respecto, el entendimiento es mera~ 
mente pasivo, y no está en su poder tener o no tener esos rudimen.-
tos, o, como quien dice, esos materiales del conocimiento. Porque, 
se quiera o no, en muchos casos los objetos de nuestros sentidos le 
imponen a nuestra mente las ideas que les son particulares; y las 
operaciones de nuestra mente no nos dejan estar sin alguna noción 
acerca de ellas, aunque sean oscuras. Ningún hombre puede per.-
manecer en total ignorancia de lo que hace cuando piensa. A estas 
ideas simples, cuando ofrecidas a la mente, el entendimiento es 
tan incapaz de rechazar o de alterar una vez impresas, o de borrar 
y hacer unas nuevas, como lo es un espejo de rechazar, alterar o 
extinguir las imágenes o ideas que producen en él los objetos que 
se le pongan delante. Puesto que los cuerpos que nos rodean afec.-
tan de diversos modos a nuestros órganos, la mente está obligada a 
recibir esas impresiones, y no puede evitar la percepción de las 
ideas que llevan consigo. 
CAPÍTULO II 
DE LAS IDEAS SIMPLES 
§ l. Apariencias no compuestas. Para entender mejor la natura .. 
leza, el modo y el alcance de nuestro conocimiento, es de observarse 
cuidadosamente una circunstancia respecto a las ideas que tene .. 
mos, y es que algunas de ellas son simples y algunas son complejas. 
Aun cuando las cualidades que afectan a nuestros sentidos 
están, en las cosas mismas, tan unidas y mezcladas que no hay 
separación o distancia entre ellas, con todo, es llano que las ideas 
DE LA SOLIDEZ 101 
riedad de gustos que se pueden distinguir, no sólo en casi todas 
las clases de criaturas, sino en las diferentes partes de una mis .. 
ma planta,fruta o animal. Lo mismo puede decirse de los co .. 
l~res y de los sonidos. Por lo tanto, en la cuenta que aquí estoy 
dando acerca de las ideas simples, me conformaré con poner sólo 
aquellas que ofrecen más interés para nuestro actual propósito, 
o aquellas que por sí mismas son menos aptas de ser notadas, aun .. 
que muy frecuentemente son los ingredientes de nuestras ideas 
complejas. Entre ésas, creo, puedo incluir la solidez, de la cual, 
por lo tanto, trataré en el siguiente capítulo. 
CAPÍTULO IV 
DE LA SOLIDEZ 
§ l. Recibimos esta idea por el tacto. La idea de la solidez la re .. 
cibimos por nuestro tacto; y surge de la resistencia que advertimos 
en un cuerpo a que cualquier otro cuerpo ocupe el lugar que 
posee, hasta que cede. No hay ninguna otra idea que recibamos 
más constantemente por vía de sensación que la de solidez. Sea 
que estemos en movimiento, sea en reposo, cualquiera que sea la 
posición en que estemos, siempre sentimos algo debajo de nosotros, 
algo que nos sostiene y que impide sumirnos aún más. Y los cuer .. 
pos que manejamos a diario nos hacen percibir que mientras están 
en nuestras manos, por una fuerza invencible, impiden que se 
acerquen las partes de nuestras manos que los oprimen. Eso que 
de tal manera impide el acercamiento de dos cuerpos, cuando 
se mueven el uno hacia el otro, llamo la solidez. No disputaré si 
esta acepción de la palabra sólido esté más próxima a su signifi .. 
cación original, que aquella en que la usan los matemáticos. Me 
basta que la noción común de la solidez permita, ya que no jus .. 
tifique, ese empleo de ella; pero si alguien piensa que será mejor 
llamarle imp·enetrabilidad, tiene mi venia. Sólo que me ha pare .. 
ciclo el término solidez más propio para expresar esa idea, no 
únicamente por su empleo vulgar en ese sentido, sino también 
porque acarrea en sí algo más de positivo que el término impene .. 
trabilidad, que es negativo, y quizá sea más una. consecuencia de la 
solidez. que no la solidez misma. ~sta, entre todas, parece ser 
la idea más Íntimamente unida con lo corpÓreo y esencial a éste; 
de tal suerte que no es de encontrarse o de ser imaginada en nin .. 
gún otro lugar, sino sólo en la materia. Y si bien nuestros sentidos 
102 DE LAS IDEAS 
no toman nota de ella sino en masas de materia que por su volumen 
sean suficientes para producir en nosotros una sensación, con todo, 
la mente, una vez adquirida la idea por experiencia en los cuet; .. 
pos toscos, la persigue más allá y la considera (como también la 
forma) en la partícula más diminuta de materia que pueda exis .. 
tir, y la encuentra inseparablemente inherente a lo corpóreq, don .. 
dequiera que esté o de cualquier modo que esté modificado. 
§ 2. La solidez llena el espacio. Por esta idea, perteneciente a lo 
corpóreo, es como concebimos que el cuerpo llena el espacio. La 
cual idea de llenar el espacio implica que, en dondequiera que 
imaginemos que algún espacio está ocupado por una substancia 
sólida, concebimos que esa substancia lo posee de tal modo que 
excluye a toda otra substancia sólida, y que por siempre impedirá 
a cualesquiera otros dos cuerpos que se muevan en una línea recta 
el uno hacia el otro que lleguen a tocarse, a no ser que se des .. 
place de en medio de esos dos cuerpos en una línea que no sea 
paralela a aquella en que se mueven. Es ésta una idea que nos 
proporcionan suficientemente los cuerpos que de ordinario ma .. 
nejamos. 
§ 3. Es diferente del espacio. Esta resistencia, por la cual un cuer .. 
po impide que otros cuerpos ocupen el espacio que posee, es tan 
grande que no hay fuerza, por más poderosa que sea, que pueda 
vencerla. Todos los cuerpos del mundo presionando por todos 
lados a una gota de agua no podrán jamás vencer la resistencia 
que ofrecerá, blanda como es, a que se toquen los unos o los otros, 
hasta que no se quite de en medio. De aquí que nuestra idea de 
solidez se distinga, tanto del espacio puro, que es incapaz de resis .. 
tencia o moción, como de la idea común de dureza. Porque un 
hombre puede concebir dos cuerpos colocados a distancia que se 
acerquen el uno al otro sin tocar ni desalojar ninguna cosa sólida, 
hasta que sus superficies lleguen a tocarse. De donde, me parece, 
tenemos la idea clara del espacio sin solidez. Porque, para no lle .. 
gar al extremo de la aniquilación de un cuerpo particular, pregunto 
lno puede acaso un hombre tener la idea del movimiento de un 
solo cuerpo solitario, sin que ningún otro lo suceda inmediata .. 
mente en su lugar? Me parece que es evidente que sí puede, por .. 
que la idea de movimiento en un cuerpo no encierra más la idea 
de movimiento en otro, que la idea de una figura cuadrada en un 
cuerpo comprende la idea de una figura cuadrada en otro. Y o no 
pregunto si los cuerpos existen de tal manera que el movimiento de 
DE LA SOLIDEZ 103 
un cuerpo no puede realmente ser sin el movimiento de otro. 
Resolver esto de uno u otro modo es incurrir en una petición de 
principio en favor o en contra de un vacío. 1-H pregunta es si uno 
no puede tener la idea de un cuerpo movido, mientras otros es-
tán en reposo; y creo que nadie negará que si se puede. Si así es, 
entonces el lugar que abandonó nos proporciona la idea de espacio 
puro sin solidez, dentro del cual otro cuerpo puede entrar sin resis .. 
tencia, ni expulsión de nada. Cuando se tira del émbolo de una 
bomba, d espacio que llenaba en el tubo es seguramente el mismo, 
ya sea o J 10 que otro cuerpo siga el movimiento del émbolo. Y tam .. 
poco implica contradicción el que, al moverse el cuerpo, otro 
cuerpo, que sólo esté contiguo, no lo siga. La necesidad de seme .. 
jante moción descansa en el supuesto de que el mundo está lleno; 
pero no en las ideas distintas de espacio y solidez, que son tan 
diferentes como la resistencia y la no .. resistencia, la expulsión y la 
no .. expulsión. Y que los hombres tengan ideas de espacio sin cuer .. 
po, es lo que demuestran, precisamente, sus disputas acerca del 
vacío, como se muestra en otro lugar. 
§ 4. Es diferente de la dureza. De aquí se sigue que la solidez se 
diferencia también de la dureza, en que la solidez consiste en re .. 
pleción, y por lo tanto, en que excluye de un modo absoluto a otros 
cuerpos del espacio que posee; pero la dureza consiste en una co .. 
hesión firme de las partes de materia que componen masas de 
volumen sensible, de tal suerte que el todo no cambia fácilmente 
de forma. Y en realidad, duro y blando no son sino nombres que 
les damos a las cosas en relación a la constitución de nuestros 
propios cuerpos. Así, decimos en general que es duro aquello que 
nos causa un dolor, antes que cambiar de forma por la presión 
de cualquier parte de nuestro cuerpo; y por lo contrario, decimos 
que algo es blando, cuando modifica la situación de sus partes al 
ser tocado por nosotros sin esfuerzo, ni dolor. 
Pero esta dificultad que hay en hacer que cambie la situación 
de las partes sensibles entre sí, o que cambie la forma del todo, 
no le comunica mayor solidez al cuerpo más duro del mundo que 
al más blando; y un diamante no es más sólido que el agua. Por .. 
que si bien es cierto que las caras de dos placas de mármol podrán 
acercarse la una hacia la otra con más facilidad cuando entre ellas 
no hay sino agua o aire, que si hubiera un diamante, sin embar .. 
go, no es porque las partes del diamante sean más sólidas que las 
del agua, o porque resistan más, sino porque, como las partes de 
agua se separan más fácilmente las unas de las otras, será más fá .. 
104 DE LAS IDEAS 
cil que se desplacen por un movimiento lateral y así permitan el 
acercamiento de las dos placas de mármol. Pero si se pudiera 
impedir ese desplazamiento, impedirían eternamente el acerca .. 
miento de esas dos placas de mármol, tanto como lo impide el 
diamante, y sería tan igualmente imposible que ninguna fuerza 
venciera su resistencia, como que venciera la de las partes de un 
diamante. El cuerpo más blando del mundo resistirá tan inven ..ciblemente el que se junten cualesquiera otros dos cuerpos, si no 
se le hace a un lado, como el cuerpo más duro que pueda encon .. 
trarse o imaginarse. Quien llene de aire o de agua un cuerpo 
dilatable y blando advertirá pronto su resistencia, y quien pien .. 
se que sólo los cuerpos duros pueden impedir que sus manos 
lleguen a tocarse, podrá intentarlo con el aire contenido en un 
balón. El experimento que me han dicho que fue realizado en 
Florencia con un globo hueco de oro lleno de agua y cuidadosa .. 
mente cerrado, muestra bien la solidez de un cuerpo tan blando 
como es el agua. Porque. en el globo de oro, así lleno, y puesto en 
una prensa accionada por la fuerza tan extremosa de los torni .. 
llos, el agua se abrió camino a través de los poros de ese metal tan 
compacto, y al no encontrar espacio para un acercamiento mayor 
de sus partículas en el interior, pasó hacia afuera, donde se le .. 
vantó como rocío y cayó en gotas antes de que las paredes del 
globo cedieran a la violenta comprensión de la máquina que lo 
oprimía. 
§ 5. De la solidez dependen el impulso, la resistencia y la expul .. 
sión. Por esta idea de la solidez se distingue la extensión del cuer .. 
po de la extensión del espacio, ya que la extensión del cuerpo no 
es nada, sino la cohesión a continuidad de partes sólidas, sepa .. 
rabies y movibles, y la extensión del espacio, la continuidad de 
partes no--sólidas, inseparables e inmóviles. De la solidez de los 
cuerpos también depende su mutuo impulso, resistencia y expuz .. 
sión. Acerca del puro espacio, por lo tanto, y de la solidez, hay 
varios (entre los que confieso contarme) que están persuadidos de 
tener ideas claras y distintas así como de que pueden pensar acerca 
de un espacio que no contenga nada que resista o que sea expulsado 
por un cuerpo. Ésta es la idea del puro espacio, que ellos creen 
tener tan claramente como cualquier idea que puedan tener acer .. 
ca de la extensión del cuerpo; porque la idea de la distancia entre 
las partes opuestas de una superficie cóncava es igualmente clara 
sin la idea acerca de ninguna parte sólida entre ellas, que con esa 
idea. Están persuadidos, por otra parte, de que tienen, distinta de la 
IDEAS PROVENIENTES DE DIVERSOS SENTIDOS 105 
del puro espacio, la idea de algo que llena el espacio y que es sus .. 
ceptible de ser expulsado por el impulso de otros cuerpos, o de 
resistir a su movimiento. Si hay otros hombres que no tienen dis .. 
tintas estas dos ideas, sino que las confunden y hacen una de 
ambas, no se cómo, personas que tengan la misma idea bajo dife .. 
rentes nombres, o diferentes ideas bajo un mismo nombre, puedan 
mejor hablar entre sí, que lo que un hombre, que sin ser ciego ni 
sordo y con ideas distintas del color escarlata y del sonido de una 
trompeta, podría conversar acerca del color escarlata con el ciego 
que mencioné en otro sitio, que se imaginaba la idea del escar .. 
lata como el sonido de una trompeta. 
§ 6. Que sea la solidez. Si alguien me pregunta ¿qué es la soli .. 
dez? lo remito a sus propios sentidos para que lo informen: tome 
entre sus manos un pedernal o un balón y trate de juntarlas, 
y así sabrá. Si no le parece ésta una explicación suficiente de la 
solidez, qué cosa sea, y en qué consiste, yo le prometo decirle qué 
cosa es y en qué consiste, cuando él me diga qué es pensar y en 
qué consiste, o cuando me explique qué es la extensión o el mo .. 
vimiento, lo cual, quizá, parece más fácil. Las ideas simples que 
tenemos son tales como la experiencia nos las enseña; pero si 
pretendemos con palabras ir más allá para hacerlas más claras a 
la mente, tendremos el mismo éxito que si, hablando, nos pusié .. 
ramos a esclarecer la oscuridad de la mente de un ciego, con el 
propósito de comunicarle verbalmente las ideas de la luz y del 
color. En otro lugar mostraré cuál es la razón de esto. 
CAPÍTULO V 
DE LAS IDEAS PROVENIENTES DE DIVERSOS SENTIDOS 
Las ideas que adquirimos por más de un solo sentido son las 
del espacio o extensión, de la forma, del reposo y del movimiento. 
Porque hacen impresiones perceptibles en los ojos y también en 
el tacto, de suerte que podemos recibir y comunicar a nuestra 
mente las ideas de extensión, forma, movimiento y reposo de los 
cuerpos, tanto viendo, como tocando. Pero teniendo ocasión de 
hablar de éstas con amplitud en otro lugar, aquí sólo las enumero.

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