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Fuerza de la actitud

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Fuerza de la actitud: una visión general
A lo largo de la historia, muchos de los más sensacionales eventos han focalizado la atención pública al poder de las actitudes. Desde la revolución francesa hasta el reciente bombardeo de clínicas de aborto por los activistas de derecho a la vida, los incidentes que atraen nuestra atención son a menudo asociados con fuertes sentimientos. Además, muchos de los más significativos cambios al mar en la sociedad EE.UU, han supuesto cambio de actitudes aparentemente inamovibles y muy consecuentes. Entre las más notables de estas modificaciones están los cambios de actitudes más racistas de los años 50’s por una postura de las sociedad más tolerante, y la reorganización opuesta del tradicional significado del rol para mujeres en posición de líderes sociales dentro de la extendida aceptación de cada rol. En estos casos y varios otros como ellos, el poder de las actitudes fueron gradualmente transfigurados como el resultado de la intensa presión social y acalorados debates públicos. Cada esfuerzo concertado a inducir cambios colectivos de actitud en estas instancias inspiraron en parte las creencias actitudinales de la gente (ej. prejuicio) que fueron responsables de comportamientos destructivos (discriminación racial). Por lo tanto, el cambio de actitud cambiaría el comportamiento.
Consistente con esta observación informal, un número de estudios de conducta desde 1950 han dejado claro que las actitudes pueden ser muy estables, consecuentes y muy difíciles de cambiar. Como Hovland (1959), Hyman y Sheatsley (1947), y otros señalaron, más actitudes aparecen para cambiar sólo raramente en el curso de la normal vida diaria, incluso cuando evidencia de elaborada campaña es montada para inducir tal cambio. Y algunas actitudes, como las dirigidas hacia candidatos políticos, y de mucho poder determinan relevantes comportamientos (ej. Votar en eleciones; ver Shuman y Johnson, 1976) .
Al mismo tiempo, psicólogos sociales han acumulado evidencia que sugiere que las actitudes a veces pueden estar en cualquier cosa, pero estable y consecuente. Por ejemplo, comenzando con la investigación de LaPiere´s (1934) en un hotel y restaurante que acepta clientes chinos, numerosos estudios han mostrado que las actitudes son a veces solo muy débilmente asociadas con comportamientos. Además, en muchos de los estudios sobre el cambio de actitudes realizadas en el laboratorio durante las últimas cuatro décadas, se puede ver documentado lo fácil que es cambiar las opiniones de la gente. Una especialmente coherente e influyente declaración de esta visión es ofrecidas por Philip Converse (1964), quien afirmó que hay mucha gente que realmente no tiene actitudes sobre cuestiones importantes del día, porque sus aparentes preferencias son muy flexibles.
Aunque, estos cuerpos de literatura de actitudes pueden parecer estar en conflicto unos con otros, durante las últimas décadas una gran cantidad de búsqueda ha demostrado que mientras algunas actitudes son en efecto, estables y consecuentes, otras son bastante flexibles y tienen pocos efectos importantes. El primer objetivo de este libro es entender los procesos intrapsíquicos de esta variación en la fuerza de las actitudes, los diversos capítulos en este volumen examinan las actitudes relacionadas a la fuerza de las actitudes y los procesos por el cual cada actitud alcanza estos atributos. Nosotros comenzamos por ofrecer la relación de la fuerza que ha sido el foco empírico extensivo de estudios y que son el foco de los capítulos siguientes. Nosotros también revisamos evidencia enlazando estos atributos a las definiciones de las características de la fuerza, y consideramos la relación entre estos atributos. Nuestro objetivo en esta discusión da lugar a la búsqueda de capítulos en un contexto histórico y conceptual.
DEFINICION DE FUERZA DE ACTITUD
Aunque la fuerza de las actitudes ha sido a menudo discutida en la literatura de las ciencias sociales a través de los años, ha sido más una vaga metáfora que una formal definición del constructo científico social. Por ejemplo, cuando Raden revisó la literatura de fuerza de la actitud en 1985, notó que “la fuerza de la actitud generalmente ha sido definida con algo de precisión y no parece haber algún acuerdo sobre el significado en las investigaciones sobre actitud” (p.312). Todavía la noción de que algunas actitudes son más fuertes que otras tiene poder atractivo intuitivo. Pero ¿qué significa para una actitud tener fuerza? El diccionario de unabrigde Webster provee de varios significados para fuerza. De particular relevancia son las nociones de que fuerza se refiere a “el poder de resistir al ataque… durabilidad … fuerza … el poder de producir una reacción o efecto…” (p.1801). Esto es referido sólo fuerza física de la gente “dura” para ceder desde sus posturas y tener fuertes efectos en otros y alrededor de sus mundos, entonces puede ser que algunas actitudes son tan difíciles de cambiar y tienen efectos más poderosos en la vida de las personas que lo hacen otras. Así, parecería que las actitudes fuertes son unas que poseen estos dos componentes: son durables, y tienen efecto.
A fin de una definición formal de fuerza de actitud, esta necesitaría especificidad en la relación de estas manifestaciones. En este considerado, tenemos al menos dos opciones. Primero, podríamos definir fuerza de actitud como un constructo psicológico latente que es presumiblemente representado en nuestra memoria por varios atributos de la actitud. Desde esta perspectiva, la durabilidad e impacto (efecto) serían vistos como indicadores del efecto de una actitud fuerte, porque esta cualidad observable podría ser presumiblemente resultado de la fuerza de la actitud. Si tomáramos este enfoque, por lo visto, la durabilidad de una actitud y su impacto covaría?? con la extensión de al menos alguno de esos atributos y la fuerza sería decir que existe sólo cuando ambos de esos atributos están presentes en una actitud. O bien, podríamos combinar??? durabilidad e impacto como indicadores causales de la fuerza de una actitud, que sería vista como una variable fantasma. En este caso su fuerza propia no es supuesta por ser un constructo psicológico latente de algún modo representado en la memoria. Más bien, este es una etiqueta heurística que adjuntamos a ciertas actitudes de forma eficiente notando que posee ciertas características. Tomando este acercamiento, podríamos acertar en que una actitud es fuerte exenta de manifestaciones de durabilidad, de impacto o de ambas. La característica que más posee una actitud es la fuerza. Así, las dos definiciones multiplicativamente ceden un nivel total de la fuerza de la actitud.
Tratar la fuerza de actitud en esta manera nos permite incorporar el significado más común del constructo y ser consistente con el trabajo pasado repasado en este libro. Por lo tanto, como una definición trabajada, nos inclinamos a tratar la fuerza de actitud como un amplio al cual las actitudes manifiestan las calidades de durabilidad y efectividad. Dos manifestaciones de durabilidad han recibido la más conceptual y empírica atención en la búsqueda pasada. El primer aspecto de durabilidad es la persistencia de la actitud (o estabilidad, como es llamada a menudo). Esta refiere al grado en el cual una actitud se mantiene inamovible en el curso normal de la vida diaria, incluso si nunca fuera cambiada. Un segundo aspecto de la durabilidad es la resistencia. La cual se refiere a una habilidad de la actitud de resistir el ataque. Actitudes fuertes presumiblemente (probablemente) muestra persistencia y/o resistencia. Igualmente, dos manifestaciones del impacto actitudinal han sido el foco de la búsqueda extensiva. Primero, las actitudes pueden influenciar el proceso de información y juicios, en el sentido en que ellas probablemente pueden hacer más, que ingresar a la mente información certera, o certeras decisiones serán hechas. Actitudes fuertes son probablemente más impartidas por un sesgo del proceso de actividadinformativa y juzgadora que las actitudes débiles. En adición, las actitudes pueden ser guías de la conducta, y las actitudes fuertes serían más probables de hacer que las débiles. 
Nos referimos a estos cuatro aspectos de las actitudes (es decir, a la persistencia, resistencia, impacto en el procesamiento de información y derechos, y guiar el comportamiento) como los rasgos definitorios de la fuerza. Por lo tanto, en consonancia con las definiciones comunes del diccionario de fuerza, se define fuerza de la actitud en términos de características o consecuencias marcadoras, postulando que las actitudes fuertes se cree que poseen. Es decir, y la fuerza de la actitud es el grado en el cual se posee estas características. El objetivo principal de este libro es entender cómo y por qué las actitudes han llegado a tener estas propiedades de resistencia, así como las fuentes de las relaciones entre ellos.
Las relaciones entre los rasgos definitorios de la fuerza de la Actitud.
A pesar de las diversas características definitorias de las actitudes fuertes, se pueden separar conceptualmente y empíricamente, lo que no parece probable de co-ocurrir, por un número de razones. En primer lugar, algunas de las características parecen influir en otras de una manera bastante directa. Por ejemplo, es probable que sea una función la articulación de su resistencia a los retos evidentes, así como el grado de estabilidad de una actitud en el tiempo para que su representación en la memoria se desvanezca naturalmente con el tiempo. Además, las actitudes que se expresan con frecuencia en el comportamiento son susceptibles de ser reforzadas en la memoria, lo que contribuye a la persistencia.
Además, como Schwarz (1978) notó, una actitud evaluada en cierta época, improbablemente puede predice el comportamiento en un tiempo posterior si es que la actitud no persiste sobre el intervalo de tiempo. Es decir la capacidad de una actitud para predecir un comportamiento subsecuente, es dependiente de la estabilidad de la actitud. Asimismo Fazio (1986; ch. 10, volumen) argumentó que las actitudes influyen en nuestro comportamiento, en parte formando nuestras percepciones del mundo alrededor de nosotros. Es decir la capacidad de una actitud para predecir el comportamiento es dependiente en parte de la capacidad de la actitud de influir en las percepciones del objeto de actitud y el contexto de comportamiento.
Además de la influencia relativamente directa de algunos rasgos sobre otros, también probablemente hay influencias indirectas de un rasgo sobre el otro. Por ejemplo, más de una persona realiza comportamientos hacia un objeto que son compatibles con su actitud hacia ello, más comprometido es un individuo hacia a una actitud, más probablemente él o ella debe oponerse a tentativas de cambiarlo (Hovland, Campbell, y Brock, 1957).
Aún existe otra fuente posible de concordancia entre los cuatro rasgos de actitudes fuertes con orígenes compartidos. Por ejemplo, los factores que podrían realzar el impacto de una actitud sobre la informática también parecen probables así para realzar su resistencia para cambiarse. Por ejemplo, entre más bien informado de un objeto de actitud esté una persona, más difícil, probablemente será el cambiar su actitud hacia el objeto, porque existe bastante apoyo al punto de vista existente.
In addittion, having more knowledge about an object is also likely to enhance the impact of the attitude on information processing, because the person will have a greater ability to interpret events as consistent with the attitude.
Thus, there are a number of reasons to expect that attitudes possessing any one of the four aspects of strength that we have identified will often possess all of them. Yet remarkably little research has been done to date exploring the degree of empirical overlap among these features of attitudes or the degree to which they can reasonably be thought of as reflecting a single underlying construct that might be called strength. We therefore adopt the definition of strength that makes no presumptions about these relations.
Además, teniendo más conocimiento sobre un objeto, también, probablemente se realza el impacto de la actitud sobre la informática, porque la persona tendrá una capacidad mayor de interpretar acontecimientos como compatibles con la actitud. Así, hay un número de motivos que esperar de las actitudes que poseen cualquiera de los cuatro aspectos de fuerza que hemos identificado y a menudo poseerán todos ellos. Aún, notablemente, poca investigación ha sido hecha para datar la exploración del grado de superposición empírica entre estos rasgos de actitudes o el grado al cual ellos razonablemente pueden ser pensados como el reflejo de un solo subyacente construye que podrían llamar la fuerza. Por lo tanto adoptamos la definición de fuerza que no hace ningunas presunciones sobre estas relaciones.
Fuerza - las Dimensiones Relacionadas de las actitudes
Numerosos estudios han investigado los atributos de una actitud (p.ej., el conocimiento) que tiene correlación de cada uno de los cuatro rasgos de fuerza (p.ej., la resistencia para cambiarse). Desde finales de los años 1960, una variedad de fuerza - han propuesto a atributos relacionados e investigados. Por ejemplo, en su capítulo sobre la medida de actitud en el Manual de Psicología Social, Scott (1968) describió 10 tales propiedades: magnitud (extremidad), intensidad, ambivalencia, saliencia, saliencia afectiva, complejidad cognoscitiva, abierta, integrado, flexibilidad, y conocimiento.
Ya que el capítulo de Scott apareció, algunas de estas propiedades han sido el sujeto de extensas investigaciones empíricas, mientras que otras propiedades en gran parte no han sido hechas caso en la literatura empírica. En su revisión de la literatura a mediados de los años 1980, Raden (1985) la lista de Scott se ha dilatado examinando la accesibilidad, evaluativo - la consistencia cognoscitiva, la certeza, dirigen la experiencia conductual, la importancia, han propuesto a las latitudes de atributos relacionados con la fuerza y explorados. Estas propiedades específicas fueron del interés sobre todo porque ellos fueron asumidos para relacionarse con la durabilidad de una actitud y/o efectivo.
Los capítulos de este libro enfocan un poco de la fuerza - las dimensiones relacionadas de las actitudes que han sido dirigidas en la investigación empírica extensivamente desde los años 1950. Como describimos en el siguiente, esta fuerza-atributos relacionados, pueden ser vistos he incluidos en cuatro categorías: (a) los aspectos de la actitud en sí mismo, (b) los aspectos de la estructura cognoscitiva asociada con la actitud y objeto de actitud en la memoria, (c) creencias subjetivas de la actitud y el objeto de actitud, y (d) procesos cognoscitivos por los cuales una actitud es formada.
Los aspectos de las actitudes 
Las actitudes son supuestos para variar a lo largo de un continuo evaluativo en los límites de una orientación fuerte positiva a una orientación neutra o a una orientación fuerte negativa. Este continuo puede ser descompuesto en valencia (p. ej., positivo o negativo) y la extremidad (el grado favorable). Tanto la valencia como la extremidad podrían ser relacionados con la fuerza en esto, por ejemplo, sosteniendo la extremidad de las actitudes constantes, negativas podrían ser más duraderas o efectivas que positivos. Sin embargo, la mayor parte de atención de la investigación se ha enfocado en la extremidad. La extremidad es el grado al cual a un individuo le gusta o tiene aversión hacia el objeto (mirar Abelson, ch. 2, este volumen; Judd y Braues, ch. 3, este volumen).

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