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• El epitelio superficial se regenera. A medida que el epitelio superficial comienza a regenerarse, se va abriendo camino a través del tejido de granulación justo debajo de la costra. Ésta pronto se cae y el re- sultado final es un epitelio superficial totalmente re- generado que cubre un área subyacente de fibrosis (la cicatriz). La cicatriz, o es invisible o es visible como una delgada línea blanca, dependiendo de la gravedad de la herida. La capacidad de los distintos tipos de tejido para regenerarse varía mucho. Los tejidos epiteliales como la epidermis cutánea y las membranas mucosas se re- generan de forma sorprendente. También lo hacen la mayoría de los tejidos conectivos y el óseo. El músculo esquelético se regenera mal, si lo hace, y el músculo cardíaco y el tejido nervioso dentro del cerebro y de la médula espinal son sustituidos en gran parte por tejido cicatricial. DESEQUILIBRIO HOMEOSTÁTICO El tejido cicatricial es fuerte, pero le falta la flexi- bilidad de la mayoría de los tejidos normales. Tal vez más im- portante es su incapacidad de realizar las funciones norma- les del tejido al que sustituye. Así, si el tejido cicatricial se forma en la pared de la vejiga, del corazón o de otro órgano muscular, puede perjudicar gravemente el funcionamiento de ese órgano. ▲ ¿ L O H A S E N T E N D I D O ? 22. ¿Qué dos criterios se utilizan para clasificar los teji- dos epiteliales? 23. ¿Qué diferencias hay entre las glándulas endocrinas y exocrinas en cuanto a estructura y función? 24. ¿En qué se diferencian significativamente los tejidos conectivos de otros tejidos? 25. De los tres tipos de tejido muscular, ¿cuál es es- triado? ¿Cuál es voluntario? Véanse las respuestas en el Apéndice D. PARTE III: FORMACIÓN Y DESARROLLO DE CÉLULAS Y TEJIDOS Todos empezamos la vida como una sola célula, que se divide miles de veces para formar nuestro organismo embrionario multicelular. Muy temprano en el desarro- llo embrionario, las células empiezan a especializarse para formar los tejidos primarios y, para cuando se pro- duce el nacimiento, la mayoría de los órganos están bien formados y en funcionamiento. El cuerpo continúa creciendo y agrandándose, formando nuevo tejido du- rante la infancia y la adolescencia. La división celular es muy importante durante el pe- riodo de crecimiento del organismo. La mayoría de las células (excepto las neuronas) sufren mitosis hasta el fi- nal de la pubertad, cuando se alcanza el tamaño corpo- ral adulto y finaliza el crecimiento general. Después de este periodo, sólo ciertas células se dividen de forma ru- tinaria (son mitóticas), por ejemplo las células expuestas al rozamiento, que continuamente se desgastan, como las células de la piel y del intestino. Las células hepáti- cas dejan de dividirse, pero mantienen esta capacidad por si alguna de ellas muere o resulta dañada y es nece- sario sustituirla. Aun otros grupos de células (como el tejido muscular del corazón y el tejido nervioso) pier- den casi completamente su capacidad para dividirse cuando llegan a la madurez total, es decir, se vuelven amitóticos. Los tejidos amitóticos se encuentran en gran desventaja cuando hay daños, ya que las células perdi- das no pueden ser reemplazadas por el mismo tipo de células. Éste es el motivo de que el corazón de una per- sona que ha padecido varios ataques graves al corazón cada vez se vuelva más y más débil. El músculo car- diaco dañado no se regenera y es sustituido por tejido cicatricial que no puede contraerse, de modo que el co- razón es cada vez menos capaz de actuar como una efi- ciente bomba de sangre. El proceso de envejecimiento empieza cuando se ha alcanzado la madurez. (Hay quienes piensan que co- mienza en el nacimiento). Nadie ha sido capaz de expli- car qué es lo que causa el envejecimiento, pero ha ha- bido muchas sugerencias. Algunos creen que es resultado de pequeños “maltratos químicos”, lo cual ocurre continuamente a lo largo de la vida, por ejemplo, la presencia de sustancias químicas tóxicas (como el al- cohol, ciertos medicamentos o monóxido de carbono) en la sangre, o la ausencia temporal de sustancias nece- sarias como la glucosa o el oxígeno. Tal vez el efecto de estos maltratos químicos es acumulativo y finalmente sale victorioso al romper el delicado equilibrio químico de las células del cuerpo. Otros piensan que factores fí- sicos externos como la radiación (los rayos X o las on- das ultravioleta) contribuyen al proceso de envejeci- miento. Otra teoría más sostiene que el “reloj” biológico está programado genéticamente en nuestros genes. To- dos conocemos casos como la mujer radiante de 50 años que parece tener 35 o el joven de 24 que apenas acaba de salir de la adolescencia y ya tiene un aspecto de 40. Parece ser que esas características pueden trans- mitirse en las familias. No hay duda de que ciertos acontecimientos son parte del proceso de envejecimiento. Por ejemplo, con la edad, las membranas epiteliales se vuelven más finas y son más propensas a sufrir daños, y la piel pierde su Capítulo 3: Células y tejidos 101 3 Capítulo 3 Células y tejidos Parte III: Formación y desarrollo de células y tejidos
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