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color azul, una enfermedad denominada cianosis. La cianosis es común durante el fallo cardiaco y los trastornos respirato- rios intensos. En las personas negras, la piel no se vuelve cia- nótica en las mismas situaciones debido a los efectos de en- mascaramiento de la melanina, pero la cianosis es aparente en sus membranas mucosas y en los lechos ungueales. ▲ Las emociones también influyen en el color de la piel, y muchas alteraciones del color de la piel indican determinadas enfermedades: • Rojez o eritema. La piel enrojecida puede indicar vergüenza (ruborizarse), fiebre, hipertensión, infla- mación o alergia. • Palidez. En determinados tipos de estrés emocional (miedo, enfado, etc.), algunas personas palidecen. La piel pálida también puede indicar anemia, hipo- tensión o mala circulación en la zona. • Icteria o tono amarillo. Un tono de piel amarillo anormal suele indicar un trastorno hepático en que el exceso de pigmentos biliares es absorbido en la sangre, circula por el cuerpo y se deposita en los te- jidos corporales. • Moratones o marcas negras y azules. Los moratones revelan lugares donde la sangre se ha escapado del flujo circulatorio y se ha coagulado en los espacios del tejido. Tales masas de sangre coagulada se de- nominan hematomas. Una tendencia inusual a la aparición de moratones puede indicar una carencia de vitamina C en la dieta o hemofilia (enfermedad del hemofílico). ¿ L O H A S E N T E N D I D O ? 6. ¿Qué tipo de células son más abundantes en la epi- dermis? 7. ¿Qué capa de la epidermis produce células epidér- micas nuevas? 8. La pérdida excesiva de escamas de la capa superfi- cial de la piel del cuero cabelludo provoca caspa. ¿Cómo se llama esa capa cutánea? 9. ¿Qué pigmentos determinan el color de la piel? Véanse las respuestas en el Apéndice D. Anejos cutáneos Los anejos cutáneos incluyen glándulas cutáneas, pelo y folículos capilares y uñas (véase la Figura 4.4). Cada uno de estos apéndices surge de la epidermis y desem- peña una función única en el mantenimiento de la ho- meostasis corporal. Glándulas cutáneas Las glándulas cutáneas son todas las glándulas exo- crinas que liberan sus secreciones a la superficie cu- tánea mediante conductos. Se dividen en dos grupos: glándulas sebáceas y glándulas sudoríparas. A medida que las células del estrato basal forman estas glándu- las, éstas se introducen en las zonas más profundas de la piel y finalmente residen casi por completo en la dermis. Glándulas sebáceas (oleosas) Las glándulas sebáceas, o glándulas oleosas, se encuentran por toda la piel, ex- cepto en las palmas de las manos y las plantas de los pies. Sus conductos suelen vaciarse en un folículo capi- lar (véanse las Figuras 4.4 y 4.6), pero algunas se abren directamente a la superficie cutánea. El producto de las glándulas sebáceas, el sebo (seb = grasa), es una mezcla de sustancias aceitosas y células fragmentadas. El sebo es un lubricante que mantiene la piel suave y tersa y evita que el pelo se quiebre. El sebo también contiene sustancias químicas que matan las bacterias, de modo que resulta importante para evitar que las bacterias presentes en la superficie cutánea in- vadan las zonas más profundas de la piel. Las glándulas sebáceas se vuelven muy activas cuando las hormonas sexuales masculinas se producen en cantidades mayo- res (en ambos sexos) durante la adolescencia. Así, la piel tiende a volverse más aceitosa durante esta etapa de la vida. DESEQUILIBRIO HOMEOSTÁTICO Si el conducto de una glándula sebácea queda bloqueado por el sebo, aparece un punto blanco en la su- perficie cutánea. Si el material acumulado se oxida y se seca, se oscurece, de modo que forma un punto negro. El acné es una infección activa de las glándulas sebáceas acompañado de granos en la piel. Puede ser de intensidad media o alta, lo que produce cicatrices permanentes. La se- borrea (“dermatitis seborreica”), conocida como “costra láctea” en los bebés, se produce por la sobreactividad de las glándulas sebáceas. Comienza en el cuero cabelludo como manchas rosáceas, lesiones en relieve que van formando gradualmente una costra que cambia de color amarillo a ma- rrón y que desprende escaras aceitosas. Suele resultar útil lavar la zona cuidadosamente para eliminar el exceso de aceite. ▲ Glándulas sudoríparas Las glándulas sudoríparas es- tán muy repartidas por la piel. Su número varía; más de 2,5 millones por persona. Hay dos tipos de glándulas sudoríparas, ecrinas y apocrinas. Las glándulas ecrinas son mucho más numerosas y se encuentran por todo el cuerpo. Estas glándulas pro- Capítulo 4: La piel y las membranas corporales 119 4
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