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6 Capítulo 6: El sistema muscular 183 Debido a que al flexionar los músculos éstos parecen ra- tones que corrieran a refugiarse por debajo de la piel, hace muchos años unos científicos los denominaron músculos, de la palabra latina mus que significaba “pe- queño ratón”. De hecho, los tensos músculos de los box- eadores profesionales o de los levantadores de pesas son a menudo la primera imagen que nos viene a la mente cuando escuchamos la palabra músculo. Sin em- bargo, un músculo es también el tejido dominante en el corazón y en las paredes de otros órganos huecos del or- ganismo. En todas sus formas, los músculos constituyen cerca de la mitad de la masa corporal. La función fundamental de los músculos es la con- tracción o el acortamiento, una característica única que los distingue del resto de los tejidos corporales. Por con- siguiente, los músculos son los responsables de prácti- camente todos los movimientos corporales y podemos considerarlos como las “máquinas” del organismo. Visión general de los tejidos musculares Tipos de músculos Existen tres tipos de tejido muscular: esquelético, car- diaco y liso. Como se puede observar en la Tabla 6.1, és- tos difieren en la estructura celular, en la ubicación en el cuerpo y en el modo en que se estimulan para con- traerse. Sin embargo, antes de explorar estas diferencias, echemos un vistazo a las semejanzas que presentan. En primer lugar, las células musculares de los tejidos esquelético y liso son alargadas. Por ello, este tipo de cé- lulas musculares (aunque no las cardiacas) se denominan fibras musculares. En segundo lugar, la capacidad de un músculo de contraerse y acortarse depende de dos ti- pos de miofilamentos, las células musculares equivalentes a los microfilamentos del citoesqueleto que hemos estu- diado en el Capítulo 3. Otra semejanza está relacionada con la terminología. Siempre que veas los prefijos mio y mis (“músculo”) y sarco (“carne”), sabrás que guardan re- lación con los músculos. Por ejemplo, en las células mus- culares el citoplasma se denomina sarcoplasma. Músculos esqueléticos Las fibras musculares esqueléticas están empaque- tadas en los órganos denominados músculos esqueléti- cos, que se adhieren al esqueleto corporal. Puesto que los músculos esqueléticos cubren nuestros “soportes” óseos, ayudan a formar unos contornos más lisos en nuestro organismo. Las fibras musculares esqueléticas son células grandes, multinucleares y con forma de puro. Son el tipo más grande de fibras musculares; al- Definir los términos respuesta gradual, tétanos, contracciones isotónicas e isométricas y tono muscular en relación con los músculos esqueléticos. Describir tres formas de regeneración del ATP durante la actividad muscular. Definir déficit de oxígeno y fatiga muscular, y enumerar las posibles causas de ésta. Describir los efectos del ejercicio aeróbico y de resistencia en los músculos esqueléticos y en otros órganos corporales. Movimientos musculares, tipos y nombres (págs. 198-206) Definir los términos origen, inserción, músculo principal, antagonista, sinérgico y estabilizador en el contexto de los músculos. Mostrar o identificar los distintos tipos de movimientos corporales. Conocer los criterios utilizados para denominar los músculos. Anatomía básica de los músculos esqueléticos (págs. 206-219) Nombrar y localizar los principales músculos del cuerpo humano (en un modelo de torso, en un cuadro de músculos o en un diagrama) y explicar la función de cada uno. Formación y desarrollo del sistema muscular (pág. 221) Explicar la importancia del aporte nervioso y del ejercicio para mantener los músculos sanos. Describir los cambios que se producen al envejecer los músculos. 6
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