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CLÍNICA PSICOANALÍTICA CON ADOLESCENTES Ps. Stel/a M. Firpo Ps. Adriana lassalle Ps. Analía Ortega Ps Norberto Díaz Prof Cristina Prates Ps. Jorge Sansarricq serie psicoanálisis CAPÍTULO 1 Norberto Díaz ADOLESCENCIA, FANTASMA Y ACTING-OUT La primera vez que Freud menciona el tema de la fantasía es rn 1897 en carta del 6 de abnl dirigida a Fliess, aUI dice que la histé- rica le brinda su mejor terreno de estudio y a llí ya distingue en la lormación del fantasma, digo fantasma haciendo una correlación con rl concepto de fantasía freudiano. Decia que diferencia en la fonna- nón del fantasma la cxislencia de elementos ctispares, Freud remi- 1r esta producción psiqu1ca a cosas escuchadas en la pnmcra infan- cia pero comprenctidas retroactivamentc, el fantasma combma los t1agmentos de algo VIVldO, de algo escuchado, surgido de una escena primitiva, de alli en mas inaccesible, cuyo recuerdo fue desmantela- do por la defensa inconsciente, cuando este fantasma prolifera en lns fabulaciones y se despliega en dirección a la consciencia sucum- lx: a la represión dando nacimiento al síntoma. De las tres formas posibles de la producción de sintomas histéricos: dice del fantasma, del recuerdo y de la impulsión, en *La interpretación de los sueños• retendrá uno de ellos que es el fantasma. Los sintomas histéricos no se vinculan con los recuerdos sino con Jos fantasmas edificados aobre ellos, esto permite en particular la conJUnción del pasado, del presente y del futuro. El presente que ts el momento de constitución del fantasma da significado retroacti- vo a las huellas mnémicas y es proyectado hacia el futuro con una connotación de acto. Me interesa subrayar que se trata de una com- binación de fragmentos, los bempos que juegan en anticipación y retroacción dándoles significación a las huellas mn~sicas. Lacan en el Seminano "La lógica del Fantasma•, dice que el «1ctrng out• es como cuando uno lec mal aJgo y alguien que lo está :<aeuchando le dice eso no es asi y lo dramatiza, lo pone en acción, para darle al lector una meJor forma de lectura. 125 El vel nh~nnnte que L.acan propone en el Seminario del Fan- tasma, es una altemauva lógica que vcndrin o ser una complica· cion, una sullh7.ación del vel que ya planteaba en el Seminario XI, "Los cuatro conceptos . .", en el la alternativa se presenta como re- sultante del encuentro entre el ser, el viviente, la carne digamos, el cuerpo y el Otro del significante, la alternativa es entre el ser y el sentido El del ··seminario del Fantasma· parece ser una compleJizac1ón del mismo vel por la inclusión de la operación lógica de la negación, resultando de ello •o no pienso o no soy". La introduc- ción de la negación es un recurso lógico que pane del pnncip10 de Morgan que dice que la negación de la conJunc1ón, el "pienso, existo" es la conjunción, equivale a la di!'lvunción de las negaciones, enton- ces •o no pienso o no eJOsto•, este te(;Urso permite pensar como ope· raciones de negación la alternativa alienante y la posible salida de ella. Lacan dice algo as1 · que la operación que Descanes hace sobre la vieJisima cuestión entre el logos, el pensamiento, y el ser es pro- ducir un vaciamiento. Descartes duda de todo conocuruento hasta que llega a la conclusión que lo unico que no ofrece duda es el pensa- miento y este es indice de existencia. Asi, dice Lacan, pone la cues· tión del ser vaciado de contenido en relación al pensamiento; ver- s1on lacaruana, el significante, ahi tenemos la cuestión que el suJe· to es del significante. Dice Lacan que este proceso filosófico del mé- todo cartesiano es el que posibilitó la ciencia en su estado actual porque elimina el referente, no hay referente para el pensamiento, no hay ser fuera de el sino en el pensamiento mismo. Sobre todo posibilitó el desarrollo de las matcméticas que puede jugar con sus signos, letras, sin referencia exterior, estamos situados histórica- mente en ese punto. Lacan en el Seminario "La Identificación" mchiye una hipóte· sis sobr<' <'I origen de la escritura y sobre la relación intima que esta tiene con la estructura del lenguaje hubieron marcas hechas por el hombre sobre objetos, por e;emplo sobre un Oorero construído por un alfarero, podria ser cualquier cosa y cualquier marca. El supone que esa marca se leyó con el nombre que el ob1eto tenia. Sobre un jarrón dos palitos cruzados, esa x posa a llamarse jarrón. esa es la idea. Esta sena una primera negación, porque el Objeto, al nombrarse la marca, pierde su referencia exclusivamente ob1eta1, s1 la marca es- taba, "llteralmente•, pegada al Jarrón, al tomar un nombre se despe- ga y el jarrón pasa a ser un significado y estamos en lo que es el nivel del signo, se trata de una operación de lectura de la marca. ¿Con que se- lec?, con la palabra, con lo que se foneti>a del lenguaje. Pe-ro hav además un st'gundo momento donde ese nombre ~ usado 126 pura nombrar otros ol>;etos, otras cosas. Pero no sólo se traslad,1 la 1•1labra smo que esa polabra, a l modo de los sueños se combina, se hagmenta y entonces polla a d<'nom1nar otros ob1etos. Encendedor, frngmentado y combinado puede transformarse en encantador, si f'n un sueno ponemos" illguien un tipo q\1e canta junto a un encende· dor, surge la pe.labra cncontodor esto es ya un nivel significante por· que ha perdido absolutamente toda relación con el referente por el httho que puede ser empleada de diferentes maneras, en el e1emplo <.'Omo adjetivo, antes lo haciamos para nombrar un ob1eto. En un t•rcer movllll.Íento esa grafia va a ser empleada para ·escnbir en- antador, encendedor lo que se quiera. Tenemos entonces dos ope· racione• de lectura que son dos negaciones. Quedanan entonces dos alternativas, la de la marca, la huella mn<'m1ca freudiana 1 la del significante, Lacan dice que puede nlcanzarsc una de ellas mediante la negación de Ja otra o se niega Ja marca o se mega el significante. La idea es que nosotros nacemos con marcas, que el Psicoaná- hs1s llama zonas erógenos, loa bordes del cuerpo, hay una lectura de rs.1s marcas, lectura httha por el Otro, en esa lectura ese cuerpo se •·rogeuuza, pierde su c-arácter de cuerpo en el sentido biológico. Como rl Otro es del signtfico1nte y de la demando, por eso se erogeiniza. es que nos encontramos con el campo de la pu lsión donde el sujeto es leido por la demanda del Otro a través de sus marcas. En este caso estamos ante la alternativa del •no pienso", la del "soy". Es lo que Lacan llama el •sujeto aceíalo de la pulsión", es decir : hay pulsión, recorri- do, "objeto" y no hay sujeto, por eso es acéfalo. Son marcas signicas que han perdido su relación con Ja cosa, con torneando en la rl'pctición de la demanda el objeto de la pulsión. f:ste objeto, como currpo, está perd ido definitivamen te, perdido por la lectura, justamente. Acé se plantea otra cuestión : en el •semi- nario XI", hablando de lo que el ser vivo pierde por el hecho de la reproducción sexuada, grafico con la separación de las envolturas del cuerpo la pérdida de la inmortalidad que esa reproducción 1mph- ca. Agrego esto porque sobre la marca de una pérdida real, nos en- contramos con la otra pérdida, la del cuerpo, efecto de la lectura significante, por la lectura que de esas marcas hace la demanda del Otro. Entonces tenemos la nntculación de dos registros: el real v el srmbóhco que conforman un imaginano en la medida en que esu1 mos en un nivel signico que todaVla no es sigruficante para el sujt"to a advenir. Esto introduce a su vez un limite, un acotamiento, por los registros. a la lectura del Otro. No es posible que esa lectur.1 vava mas alla de la carencia r<'al, esto C3 de la inmortalidad perdida Aq.u1 127 El vel nh~nnnte que L.acan propone en el Seminario del Fan- tasma, es una altemauva lógica que vcndrin o ser una complica· cion, una sullh7.ación del vel que ya planteaba en el Seminario XI, "Los cuatro conceptos . .", en el la alternativa se presenta como re- sultantedel encuentro entre el ser, el viviente, la carne digamos, el cuerpo y el Otro del significante, la alternativa es entre el ser y el sentido El del ··seminario del Fantasma· parece ser una compleJizac1ón del mismo vel por la inclusión de la operación lógica de la negación, resultando de ello •o no pienso o no soy". La introduc- ción de la negación es un recurso lógico que pane del pnncip10 de Morgan que dice que la negación de la conJunc1ón, el "pienso, existo" es la conjunción, equivale a la di!'lvunción de las negaciones, enton- ces •o no pienso o no eJOsto•, este te(;Urso permite pensar como ope· raciones de negación la alternativa alienante y la posible salida de ella. Lacan dice algo as1 · que la operación que Descanes hace sobre la vieJisima cuestión entre el logos, el pensamiento, y el ser es pro- ducir un vaciamiento. Descartes duda de todo conocuruento hasta que llega a la conclusión que lo unico que no ofrece duda es el pensa- miento y este es indice de existencia. Asi, dice Lacan, pone la cues· tión del ser vaciado de contenido en relación al pensamiento; ver- s1on lacaruana, el significante, ahi tenemos la cuestión que el suJe· to es del significante. Dice Lacan que este proceso filosófico del mé- todo cartesiano es el que posibilitó la ciencia en su estado actual porque elimina el referente, no hay referente para el pensamiento, no hay ser fuera de el sino en el pensamiento mismo. Sobre todo posibilitó el desarrollo de las matcméticas que puede jugar con sus signos, letras, sin referencia exterior, estamos situados histórica- mente en ese punto. Lacan en el Seminario "La Identificación" mchiye una hipóte· sis sobr<' <'I origen de la escritura y sobre la relación intima que esta tiene con la estructura del lenguaje hubieron marcas hechas por el hombre sobre objetos, por e;emplo sobre un Oorero construído por un alfarero, podria ser cualquier cosa y cualquier marca. El supone que esa marca se leyó con el nombre que el ob1eto tenia. Sobre un jarrón dos palitos cruzados, esa x posa a llamarse jarrón. esa es la idea. Esta sena una primera negación, porque el Objeto, al nombrarse la marca, pierde su referencia exclusivamente ob1eta1, s1 la marca es- taba, "llteralmente•, pegada al Jarrón, al tomar un nombre se despe- ga y el jarrón pasa a ser un significado y estamos en lo que es el nivel del signo, se trata de una operación de lectura de la marca. ¿Con que se- lec?, con la palabra, con lo que se foneti>a del lenguaje. Pe-ro hav además un st'gundo momento donde ese nombre ~ usado 126 pura nombrar otros ol>;etos, otras cosas. Pero no sólo se traslad,1 la 1•1labra smo que esa polabra, a l modo de los sueños se combina, se hagmenta y entonces polla a d<'nom1nar otros ob1etos. Encendedor, frngmentado y combinado puede transformarse en encantador, si f'n un sueno ponemos" illguien un tipo q\1e canta junto a un encende· dor, surge la pe.labra cncontodor esto es ya un nivel significante por· que ha perdido absolutamente toda relación con el referente por el httho que puede ser empleada de diferentes maneras, en el e1emplo <.'Omo adjetivo, antes lo haciamos para nombrar un ob1eto. En un t•rcer movllll.Íento esa grafia va a ser empleada para ·escnbir en- antador, encendedor lo que se quiera. Tenemos entonces dos ope· racione• de lectura que son dos negaciones. Quedanan entonces dos alternativas, la de la marca, la huella mn<'m1ca freudiana 1 la del significante, Lacan dice que puede nlcanzarsc una de ellas mediante la negación de Ja otra o se niega Ja marca o se mega el significante. La idea es que nosotros nacemos con marcas, que el Psicoaná- hs1s llama zonas erógenos, loa bordes del cuerpo, hay una lectura de rs.1s marcas, lectura httha por el Otro, en esa lectura ese cuerpo se •·rogeuuza, pierde su c-arácter de cuerpo en el sentido biológico. Como rl Otro es del signtfico1nte y de la demando, por eso se erogeiniza. es que nos encontramos con el campo de la pu lsión donde el sujeto es leido por la demanda del Otro a través de sus marcas. En este caso estamos ante la alternativa del •no pienso", la del "soy". Es lo que Lacan llama el •sujeto aceíalo de la pulsión", es decir : hay pulsión, recorri- do, "objeto" y no hay sujeto, por eso es acéfalo. Son marcas signicas que han perdido su relación con Ja cosa, con torneando en la rl'pctición de la demanda el objeto de la pulsión. f:ste objeto, como currpo, está perd ido definitivamen te, perdido por la lectura, justamente. Acé se plantea otra cuestión : en el •semi- nario XI", hablando de lo que el ser vivo pierde por el hecho de la reproducción sexuada, grafico con la separación de las envolturas del cuerpo la pérdida de la inmortalidad que esa reproducción 1mph- ca. Agrego esto porque sobre la marca de una pérdida real, nos en- contramos con la otra pérdida, la del cuerpo, efecto de la lectura significante, por la lectura que de esas marcas hace la demanda del Otro. Entonces tenemos la nntculación de dos registros: el real v el srmbóhco que conforman un imaginano en la medida en que esu1 mos en un nivel signico que todaVla no es sigruficante para el sujt"to a advenir. Esto introduce a su vez un limite, un acotamiento, por los registros. a la lectura del Otro. No es posible que esa lectur.1 vava mas alla de la carencia r<'al, esto C3 de la inmortalidad perdida Aq.u1 127 estomas 11 nivel de lo que en Freud son las pul~1ones y los desunos d~ l"s puls1011es, destinos en los cuales no ha\· sino posición objeta! para el sujeto Recordemos las articulaciones que Freud hace con la puls1on, que Lacan descubre que son puramente gramaucales, es decir puramente del ruvel el lenguaje, donde el su;eto pasa por un proceso que podria nombrarse con la palabra "hacerse·, hacerse ob- 1eto, aquello de hacerse ver, ser visto. Entoncrs queda así situado como marca o por sus marcas, resultante de la negación que intro· duce el Otro. El otro momento, aquél de la lectura del signo y de la posibilidad de su empleo en otros contextos implica una negación de la relación a la marca y pem1ite por lo tanto Ja posibilldad de otros circuitos de ins- cripción que son ya del orden del pensamiento digamos, del sigruficante, pero requieren la negación del "carácter·, subrayo la palabra por aquello de las letras que son caracteres y por esta operación la alie- nación se u b1ca en el registro de lo que vamos n llamar el inconscien- te, esto del •no soy", donde hay una absoluta carencia de ser. El erecto de esto es la consurución de lo que llamamos el sujeto barrado, ha- ciendo falta de su ser en el saber inconsciente en este caso decimos que se trata de la negación de su carácter obietal. después quizás nos detengamos un poco más en esto, pero quiero llegar a un punto : en- tendemoa al fantuma como la i.Datituclón de un aajeto allen.ado en el objeto por una parte y el ~cante por la otra pero unidoe por una dlayunción, el rombo que loa relaciona, cata d;.yuncióD plantea doa maneras de no &er del aajeto, en el Ello y en el Incons- ciente por efecto de una doble lectura que no ea alno una doble negación, ca decir el sujeto, pedazo de carne eatl sometido a una doble necacl6n lógica y que pone entonces a cae aajeto en relación a la aexualldad. b;I fantasma seria entonces la art1culac1ón entre ambos concep- tos freudianos, el Ello y el Inconsciente, unidos por este ve! que lo entendemos en principio como de conjunción v disyunción, son y no son al mismo tiempo, o mejor dicho, son aruculnbles de esta manera. Plantearlo como una operación de lectura acerca mucho más a la chnica y porque hasta no haber sido consumido el deseo, hasta no haber sido constituida la pulsíón, aun antes que el deseo, no hay pos1b11.tdad de aCUVJdad del sujeto, no hay acción de sujeto, no hay de&ea. El sujeto empieza a moverse a partir que se instala entre sus nwrcHS. a partir de sus marcas, sobre sus marcas, lo que en Freud lhmnmos componentes pulsionales. En Freud, digamos, la cuestión s.- 1>lar11en como quede la puls1on se pasa a la tan tasia Lacan dira: ruanclo aparece un sujeto en esa pulsión es porque se ha estnictu- 128 nulo un fantasma Freud en el 19, poco antes de "mas allá ... •, escnbe: ·un niño rs pegado", en el, a dúerencia de lo que ·~ene haciendo durante toda 111 obra, la fantasia deja de ser una pluralidad, incluso adscnbible a cada estructura, para tomar un caracter estructural ella misma, él plantea que esta fantasía, cabe tanto para hombres como para muje· res con alguna variación y para cualquier tipo de estructura Es de olh donde Lilcan toma este carácter estructural del fantasma, aqu1 Freud no se está planteando que fantas1a uenen las histéricas sino r11U1 fantasía estructural y básica que tiene cualquier ser humano En el nombre mismo "Un nino es pegado" se destaca el "es• de eXJstencla, del ser, esto es que "es" en tanto pegado, pues en todo ruso, ae trata de un sujeto en el lucar de UD objeto, o de un objeto del cual tendremos un sujeto, se trata do un aajoto que va a venir a ocupar el lugar del objeto faltante de la pulal6n, alrededor del cual la pulalón ¡Ira ain a]Mlnzar nunca la aatlafaccl6n plena. Lacan subraya, cuando trabaja esta fantasía, ese tercer mo- mento en qué se trata del "hacerse• que debe entenderse como una art1V1dad nunca abandonada de la puls1ón, es el empuje constante de la m1ama. Entonces rugo, hacerse, bacer·aer, CXJStcncia de un sujeto objetal donde no había nada, hacerse en tanto reflexión sobre s1 mismo. La gramatica en estado puro del Ello que seria la gramati- ru pulsional, obl!ene la tmpureza del fantasma e introduce al padre, un padre es el que pega al mño ; y por lo tanto introduce en el discur- so inconscieme la dramatica edip1ca. En uno de los esquemas de "Lógica del Fantasma• Lacan plan- tea la alternativa •o no pienso o no soy• en un é.ngulo, luego saca una linea horiZontaJ que dice "PasaJe al acto• y que termina en lo que se llama "Ello", Lacan lo llama también •no pienso•, otrn que sale para abajo, es la otra recta de un ángulo de 90°, que culmina en el "no soy•, al que llama inconsciente e incluye también •acnng out". La palabra alienación es útil emplearla por lo que decíamos de la nega· c16n, esto es que se trata de una perdida o se trabaja una perdida. En ese esquema se trazan esas dos lineas como un angulo recto y luego i;e las une con otra recta conformando un triángulo, a esta recta la llama transferencia, esto ya implica algunas complicac1ones, esto rs una aimphficación del esquema, pero ya trae bastantes probk- mas. Porque que quiere decrr Lacan con esto de que se da pnmero 11na alternativa donde no nene otra opción que el ºPasaje al acto', esto es la de elegir el •no pienso· para poder ser y por el camino dr 111 transferencia se Uega a la otra línea que es la del 'actmg out•. A 1111 se me ocurre, tomando una frase de Lacan que dice que el ·ncll/111 129 estomas 11 nivel de lo que en Freud son las pul~1ones y los desunos d~ l"s puls1011es, destinos en los cuales no ha\· sino posición objeta! para el sujeto Recordemos las articulaciones que Freud hace con la puls1on, que Lacan descubre que son puramente gramaucales, es decir puramente del ruvel el lenguaje, donde el su;eto pasa por un proceso que podria nombrarse con la palabra "hacerse·, hacerse ob- 1eto, aquello de hacerse ver, ser visto. Entoncrs queda así situado como marca o por sus marcas, resultante de la negación que intro· duce el Otro. El otro momento, aquél de la lectura del signo y de la posibilidad de su empleo en otros contextos implica una negación de la relación a la marca y pem1ite por lo tanto Ja posibilldad de otros circuitos de ins- cripción que son ya del orden del pensamiento digamos, del sigruficante, pero requieren la negación del "carácter·, subrayo la palabra por aquello de las letras que son caracteres y por esta operación la alie- nación se u b1ca en el registro de lo que vamos n llamar el inconscien- te, esto del •no soy", donde hay una absoluta carencia de ser. El erecto de esto es la consurución de lo que llamamos el sujeto barrado, ha- ciendo falta de su ser en el saber inconsciente en este caso decimos que se trata de la negación de su carácter obietal. después quizás nos detengamos un poco más en esto, pero quiero llegar a un punto : en- tendemoa al fantuma como la i.Datituclón de un aajeto allen.ado en el objeto por una parte y el ~cante por la otra pero unidoe por una dlayunción, el rombo que loa relaciona, cata d;.yuncióD plantea doa maneras de no &er del aajeto, en el Ello y en el Incons- ciente por efecto de una doble lectura que no ea alno una doble negación, ca decir el sujeto, pedazo de carne eatl sometido a una doble necacl6n lógica y que pone entonces a cae aajeto en relación a la aexualldad. b;I fantasma seria entonces la art1culac1ón entre ambos concep- tos freudianos, el Ello y el Inconsciente, unidos por este ve! que lo entendemos en principio como de conjunción v disyunción, son y no son al mismo tiempo, o mejor dicho, son aruculnbles de esta manera. Plantearlo como una operación de lectura acerca mucho más a la chnica y porque hasta no haber sido consumido el deseo, hasta no haber sido constituida la pulsíón, aun antes que el deseo, no hay pos1b11.tdad de aCUVJdad del sujeto, no hay acción de sujeto, no hay de&ea. El sujeto empieza a moverse a partir que se instala entre sus nwrcHS. a partir de sus marcas, sobre sus marcas, lo que en Freud lhmnmos componentes pulsionales. En Freud, digamos, la cuestión s.- 1>lar11en como que de la puls1on se pasa a la tan tasia Lacan dira: ruanclo aparece un sujeto en esa pulsión es porque se ha estnictu- 128 nulo un fantasma Freud en el 19, poco antes de "mas allá ... •, escnbe: ·un niño rs pegado", en el, a dúerencia de lo que ·~ene haciendo durante toda 111 obra, la fantasia deja de ser una pluralidad, incluso adscnbible a cada estructura, para tomar un caracter estructural ella misma, él plantea que esta fantasía, cabe tanto para hombres como para muje· res con alguna variación y para cualquier tipo de estructura Es de olh donde Lilcan toma este carácter estructural del fantasma, aqu1 Freud no se está planteando que fantas1a uenen las histéricas sino r11U1 fantasía estructural y básica que tiene cualquier ser humano En el nombre mismo "Un nino es pegado" se destaca el "es• de eXJstencla, del ser, esto es que "es" en tanto pegado, pues en todo ruso, ae trata de un sujeto en el lucar de UD objeto, o de un objeto del cual tendremos un sujeto, se trata do un aajoto que va a venir a ocupar el lugar del objeto faltante de la pulal6n, alrededor del cual la pulalón ¡Ira ain a]Mlnzar nunca la aatlafaccl6n plena. Lacan subraya, cuando trabaja esta fantasía, ese tercer mo- mento en qué se trata del "hacerse• que debe entenderse como una art1V1dad nunca abandonada de la puls1ón, es el empuje constante de la m1ama. Entonces rugo, hacerse, bacer·aer, CXJStcncia de un sujeto objetal donde no había nada, hacerse en tanto reflexión sobre s1 mismo. La gramatica en estado puro del Ello que seria la gramati- ru pulsional, obl!ene la tmpureza del fantasma e introduce al padre, un padre es el que pega al mño ; y por lo tanto introduce en el discur- so inconscieme la dramatica edip1ca. En uno de los esquemas de "Lógica del Fantasma• Lacan plan- tea la alternativa •o no pienso o no soy• en un é.ngulo, luego saca una linea horiZontaJ que dice "PasaJe al acto• y que termina en lo que se llama "Ello", Lacan lo llama también •no pienso•, otrn que sale para abajo, es la otra recta de un ángulo de 90°, que culmina en el "no soy•, al que llama inconsciente e incluye también •acnng out". La palabra alienación es útil emplearla por lo que decíamos de la nega· c16n, esto es que se trata de una perdida o se trabaja una perdida. En ese esquema se trazan esas dos lineas como un angulo recto y luego i;e las une con otra recta conformando un triángulo, a esta recta la llama transferencia, esto ya implica algunas complicac1ones,esto rs una aimphficación del esquema, pero ya trae bastantes probk- mas. Porque que quiere decrr Lacan con esto de que se da pnmero 11na alternativa donde no nene otra opción que el ºPasaje al acto', esto es la de elegir el •no pienso· para poder ser y por el camino dr 111 transferencia se Uega a la otra línea que es la del 'actmg out•. A 1111 se me ocurre, tomando una frase de Lacan que dice que el ·ncll/111 129 011l'cs la transferencia sin análisis, pensarlo en terminas de la cons- t1t ución del fantasma, de la constitución subjetiva en definitiva, se treta del polo del IWo que por la vta de la transferencia y del •actrng out• llega a constituir un sujeto dividido en el polo del inconsciente. Lo que Lacan propone es que el sujeto tiene que hacerse un lugar en el Otro, esto requiere de algunas condiciones, una es que no haya un pegamiento de los significantes, que haya una abertura, que haya un significante uno y un significante dos, que por tanto dejan un intervalo entre ellos, donde el sujeto tiene que ubicarse. Ahora, con que cuenta el sujeto, con lo que tiene estructurado como pulsión. Es decir que la llnica manera de ponerse en ese lugar entre los significantes es que se de esa separación, esto es decir que haya deseo, el deseo en el Otro permite que allí se ubique un sujeto; con esto que nosotros llamamos la construcción del polo del Ello, esto es como objeto, para quién, para el deseo de ese Otro. Pero claro para que esta operación pueda realizarse tiene que haber intervenido, en principio en el Otro la castración, el signifi- cante del "Nombre del Padre", la constitución de un deseo, es lo que F'reud dice: que la madre siempre busca el falo en el hijo, es decir est e movimiento llamado transferencia es posible en la medid& que en el Otro hay deseo y como todos sabemos el deseo es siem- pre fálico, ea decir que ese objeto sea revestido como objeto fálico ; por lo tanto eso pone aJ sujeto en posición de "verse· en el Otro como objeto del deseo de ese Otro. Aquí se da la confusión constitutiva del sujeto humano, que el sujeto sea aquello que él es para el O':ro y eso es lo que desea. Esta es otra forma de plantear aquella articulación lacaniana de que el sujeto se ve en el Otro como objeto y por lo tanto es descante. En el grafo del fantasma está el sujeto y después el "a", en una lectura de izquierda a derecha, sin saber que la causa está detras, que no es ese que ve, tanto para él como para el Otro. Esto quiere decir que estamos siempre en posibilidad de •acting out", pues· to que siendo este el camino, el recorrido por el cual llegamos a ins- talamos en una representación subjetiva de nosotros mismos en el Otro, vamos a ser sujetos de la transferencia siempre y cuando todo marche bien porque en cuanto se apaguen algunas de las lucecitas que nos iluminan en el lugar del Otro vamos a volver al •acti11g• para volver a instalarnos. Por eso el •acting• es una transferencia sin análisis. Lacan dice que para pensar el fantasma habria que pensar el intervalo significante como lo que conforma el marco del fantasma, y el obJeto disfraJ:ado con las "investiduras unagmarias el "i (al" lo cubre. En el esquema óptico es el jarrón con las nores marcado por el 130 "menos n· de la castración, lo que implica un lugar posible ''" rl Otro, en ausencia de esa marca sólo hay goce del Otro sm 111s1:np cion, smo hay representación del objeto no soy para el Otro v no hnv representación para el sujeto y sobreviene la angustia, se reJl••n11 .. 1 marco de la ventana con lo que sería una tela pintada por un pintor, no se ve lo que está del otro lado, donde no hay nada, sino el all1~1110 del goce, esto podria ser una idea intuitiva del fantasma : un suwt" viendo en el marco de una ventana, como "El hombre de los Loho11·, una pintura que es su representación en el Otro como objeto de e•r Otro. Cabe hacer entonces una diferencia cuando hablamos de oh.!<' to de la pulsión, que allí el sujeto es objeto del goce del Otro, m1en tras que cuando lo pensamos en el plano del inconsciente es Objeto del deseo del Otro, bueno allí cuando está instalado como objeto e1JU\ velada la cuestión de que en el Otro no hay nada más que agu,¡ern, digamos que hay ciertos rasgos que configuran una cierta forma pnru ese agujero y al mismo tiempo un velamiento de lo que lo constltuyr y lo sostiene que no es más que lo que yo llamaba, con Lacan, el marco de la ventana esto es la separación, el intersticio significnn te. Una de las descripciones clasicas de las que llamamos 'adrrtc¡ out• es que, y de ah.i lo que lo acerca aJ fantasma, es su mostración, es decir que se trata siempre de una escena que se muestra, lo qu~ se muestra en la escena del •acting• es lo que para ese SUJClO lo representa y por tanto es su objeto de deseo lo que implica que <"l rombo la distancia se sostiene en esa mostración misma. El famol<O caso de Kris: el paciente le cuenta que cuando sale de sesión vu o comer sesos frescos. Allí se pueden analizar, por lo menos dos cosris como es una intervención del analista la que dispara el "adi11y• y como se trata de una mostración del objeto, en este caso objeto ornl. objeto del deseo del analizante. Kris le dice, el paciente tenía temo• de hacer plagios en tos trabajos que escribía, temor de nunca sN original, como sí esto fuera posible, le dice que babia ido a consultH1 el libro o el trabajo del que este paciente le hablaba y que había com probado que no había ninguna semejanza. Es decir: va a la reahdad v le indica al paciente que lo que él pensaba y decía era pura fantn~111 Esta es una ingenuidad muy comun en los tratamientos, lmcrr ni gün recurso a la realidad. Decimos que el "acting» es una eacena que se muestra al analista a los fines que éate pueda leer y r eubicar el objeto del deseo y de e sta manera poder reinstalarse, el •ajoto de nuevo en el Otro, es lo que llamamos "Neurosis de tran.Coren cia" y a partir de ahí hacer síntoma o plantear las demandun 1w1 ll nentes a esa transferencia. Decía que es una cuestión bn"t.1111<" 111 13 1 011l'cs la transferencia sin análisis, pensarlo en terminas de la cons- t1t ución del fantasma, de la constitución subjetiva en definitiva, se treta del polo del IWo que por la vta de la transferencia y del •actrng out• llega a constituir un sujeto dividido en el polo del inconsciente. Lo que Lacan propone es que el sujeto tiene que hacerse un lugar en el Otro, esto requiere de algunas condiciones, una es que no haya un pegamiento de los significantes, que haya una abertura, que haya un significante uno y un significante dos, que por tanto dejan un intervalo entre ellos, donde el sujeto tiene que ubicarse. Ahora, con que cuenta el sujeto, con lo que tiene estructurado como pulsión. Es decir que la llnica manera de ponerse en ese lugar entre los significantes es que se de esa separación, esto es decir que haya deseo, el deseo en el Otro permite que allí se ubique un sujeto; con esto que nosotros llamamos la construcción del polo del Ello, esto es como objeto, para quién, para el deseo de ese Otro. Pero claro para que esta operación pueda realizarse tiene que haber intervenido, en principio en el Otro la castración, el signifi- cante del "Nombre del Padre", la constitución de un deseo, es lo que F'reud dice: que la madre siempre busca el falo en el hijo, es decir est e movimiento llamado transferencia es posible en la medid& que en el Otro hay deseo y como todos sabemos el deseo es siem- pre fálico, ea decir que ese objeto sea revestido como objeto fálico ; por lo tanto eso pone aJ sujeto en posición de "verse· en el Otro como objeto del deseo de ese Otro. Aquí se da la confusión constitutiva del sujeto humano, que el sujeto sea aquello que él es para el O':ro y eso es lo que desea. Esta es otra forma de plantear aquella articulación lacaniana de que el sujeto se ve en el Otro como objeto y por lo tanto es descante. En el grafo del fantasma está el sujeto y después el"a", en una lectura de izquierda a derecha, sin saber que la causa está detras, que no es ese que ve, tanto para él como para el Otro. Esto quiere decir que estamos siempre en posibilidad de •acting out", pues· to que siendo este el camino, el recorrido por el cual llegamos a ins- talamos en una representación subjetiva de nosotros mismos en el Otro, vamos a ser sujetos de la transferencia siempre y cuando todo marche bien porque en cuanto se apaguen algunas de las lucecitas que nos iluminan en el lugar del Otro vamos a volver al •acti11g• para volver a instalarnos. Por eso el •acting• es una transferencia sin análisis. Lacan dice que para pensar el fantasma habria que pensar el intervalo significante como lo que conforma el marco del fantasma, y el obJeto disfraJ:ado con las "investiduras unagmarias el "i (al" lo cubre. En el esquema óptico es el jarrón con las nores marcado por el 130 "menos n· de la castración, lo que implica un lugar posible ''" rl Otro, en ausencia de esa marca sólo hay goce del Otro sm 111s1:np cion, smo hay representación del objeto no soy para el Otro v no hnv representación para el sujeto y sobreviene la angustia, se reJl••n11 .. 1 marco de la ventana con lo que sería una tela pintada por un pintor, no se ve lo que está del otro lado, donde no hay nada, sino el all1~1110 del goce, esto podria ser una idea intuitiva del fantasma : un suwt" viendo en el marco de una ventana, como "El hombre de los Loho11·, una pintura que es su representación en el Otro como objeto de e•r Otro. Cabe hacer entonces una diferencia cuando hablamos de oh.!<' to de la pulsión, que allí el sujeto es objeto del goce del Otro, m1en tras que cuando lo pensamos en el plano del inconsciente es Objeto del deseo del Otro, bueno allí cuando está instalado como objeto e1JU\ velada la cuestión de que en el Otro no hay nada más que agu,¡ern, digamos que hay ciertos rasgos que configuran una cierta forma pnru ese agujero y al mismo tiempo un velamiento de lo que lo constltuyr y lo sostiene que no es más que lo que yo llamaba, con Lacan, el marco de la ventana esto es la separación, el intersticio significnn te. Una de las descripciones clasicas de las que llamamos 'adrrtc¡ out• es que, y de ah.i lo que lo acerca aJ fantasma, es su mostración, es decir que se trata siempre de una escena que se muestra, lo qu~ se muestra en la escena del •acting• es lo que para ese SUJClO lo representa y por tanto es su objeto de deseo lo que implica que <"l rombo la distancia se sostiene en esa mostración misma. El famol<O caso de Kris: el paciente le cuenta que cuando sale de sesión vu o comer sesos frescos. Allí se pueden analizar, por lo menos dos cosris como es una intervención del analista la que dispara el "adi11y• y como se trata de una mostración del objeto, en este caso objeto ornl. objeto del deseo del analizante. Kris le dice, el paciente tenía temo• de hacer plagios en tos trabajos que escribía, temor de nunca sN original, como sí esto fuera posible, le dice que babia ido a consultH1 el libro o el trabajo del que este paciente le hablaba y que había com probado que no había ninguna semejanza. Es decir: va a la reahdad v le indica al paciente que lo que él pensaba y decía era pura fantn~111 Esta es una ingenuidad muy comun en los tratamientos, lmcrr ni gün recurso a la realidad. Decimos que el "acting» es una eacena que se muestra al analista a los fines que éate pueda leer y r eubicar el objeto del deseo y de e sta manera poder reinstalarse, el •ajoto de nuevo en el Otro, es lo que llamamos "Neurosis de tran.Coren cia" y a partir de ahí hacer síntoma o plantear las demandun 1w1 ll nentes a esa transferencia. Decía que es una cuestión bn"t.1111<" 111 13 1 1ml n, J101C¡uc primero: por mas que estemos advenidos hay una ten- 111• 1611 u mostrar que se trata de una fantasía. Recuerdo mi expe- 11<"11c1a en entrevistas con pareJas, porque me hizo muy evidente C'Htn cuestión, despues de u n tiempo, me dl cuenta que decían la verdad y que no se engañaban para nada cuando se descnblan mu- mamente, es una experiencia que puede hacer todos los días uno mismo. No hay error en la percepc1on, no es cierto que el fantasma distorsiona la reahdad, la realidad es la contracara del fantasma, está en una relación de continuidad con este, es decrr nosotros "te· nemos la suerte" que la realidad sea acorde con nuestro fantasma y por lo tanto no somos "locos". Nadie se equivoca cuando habla de su pareja, dice absolutamente lo que sabe. El "pequeño" problema es que lo saben de antes. En una peltcula, la señorita le cl1ce, confesán- dole su amor al prot.agonista, que lo quería antes de conocerlo, es una frase escuchada en otros lugares y bien, lo quería antes de co- nocerlo. Corregir mediante la realidad, se siguió, se sigue cayendo y se sigue sostemendo teóricamente, está en absoluta vigencia teón · ca e mstitucional, en los aná!Js1s que se plantean como análisis de la transferencia, lo que pretende hncer el análisis de 111 tranaferen· c1a es la rectificación de la realidad a través de la realidad que ofrece el anahsta mismo, la mentada 1denuficación con el analista es eso, el famoso •como s1", usted me toma • como si", pretende rectificar poner al paciente en relación con la reahdad. Una vez escuche decir a un ana!Jsta que seria como si la mamá o el abuelo del paciente estuviera diciendo que no es la madre o el abuelo, con lo cual lo único que hace es aumentar o establecer la confusión. Se producen muchos desastres en los tratamientos, en los mios, en los de otros, verdaderamente se consiguen efectos perniciosos. Es muy común, los neuróticos pensamos así, esta teoría de la rectificación de la per· cepc;ón, está mumamente ligada con el fantasma neurótico, todos nos preguntamos 11 lo que perC1b1mos esta bien, es común, es de todos los dias, es la fantasía de la locura, socialmente loco es el que no percibe bien, no tiene una "buena• relación con la realidad, como habrla una relación "buena• esta seria la del analista, por lo tanto, ahí está la identificación con el "Ideal". Esté.bamos en la mostración del ObJeto en el • acllng•, durante mucho tiempo y aún en aquella concepción del tratamiento, se pen· llÓ en el "actmg •con un punto de verdad, diría, se lo pensó como algo que escapa al discurso, es decir que no podía ser dicho. Se tralaria de ;\quello que aparece en un tratamiento en el nivel de lo que podemos llnmar el caracter sigmco, apare~e algo, algún hecho, una escena, 132 1uc no remite a asociaciones. a «"ferencias, a ocurrt·nna,., no res· ponde a preguntas, pide ser mterrogado pero no uent" asociaciones posibles. Hay una frase de Lacan, que dice: "El act111g out llama a la 1nterpretae1ón y la cuestión que estoy planteando es Ri eso es posi- ble". Yo creo que esta es una indicación técnica, lo creo, porque s1 bien el "acting out• llama a Ja interpretación, ello no quiere decir iue esta sea posible, esta descripción en que se presenta de pronto el objeto, seria muy fácil decirle a cate paciente de Kns : "Señor. Ud. quiere refrescar mi cabeza', "Señor, Ud. quiere comerme m1 cabe 7.a", •señor, Ud. no ·cesa" de no escribirse". No es esa la cuestión •ino que es conseguir un lugar en el Otro, que no es lo mismo que el Otro nos interprete o nos diga algo respecto de los que estamos mos· 1rando. A mi me parece que esto hay que tomarlo para reposicionarse rn la transferencia o en el tratamiento, que no es sólo mterpretar Lacan cuando habla Citando a Freud del caso de "la Joven homosexual , ·n el "Semmario La Angustia• que se tira por la baranda del puente ,. cuando habla de Dora y tamb1~n refiriéndose a otra paciente de otra analista, dice que lo que estuvo ocurriendo antes eran actings, es decir, que estas pacientes estaban en acting, eran escenas de aetings. La lectura que hace Lacan, volviendo al caso d "la joven ho· mosexuar'; es que en determinado momento, esto que estaba hecho para mostrar, al padre, estandoeUa de novia con esta sei'lora, cuan do el padre reprueba la relación aparece el •PasaJe al acto"; creo que es interesante por cuanto muestra la articulac1on de ambas ver, 11entes, la del "Ello" y la del "lnconsc1ente", la del "no soy y la del no pienso", porque en esto que Uam6brunos antes una mtenc-16n de ocupar un lugar en el Otro, en este caso para el padre, objeto de la transfe· reacia o el Otro de la transferencia para ser más preciso, en el fraca- so de esta alternativa ocurre o se da el "Pasaje al acto•. Esto es im· portante porque a diferencia de los que critican a los análisis lacanianos, se dice que se promueve la actuaCJón, a mi me parece que es exactamente al reves, que cuando a alguien se lo somete permanentemente a una corrección de la percepción, se lo rechaza de ese lugar transferencia!, cuando a alguien se le dice permanen temente, yo soy Cyrano de Bergerac, aludiendo a una escena donde a Cyrano le dicen improperios y el contesta "Mucho gusto, yo soy Cyrano de Bergerac• diciéndole Ud no se está dJngiendo a mi Cunn do uno le está d1c1endo permanentemente "yo soy Cyrano de Bt"rgerac" no le está dando lugar a ese objeto del deseo, y por lo tanto promueve actuaciones, y no ya sólo del orden del "acting our• smo del •Pasa¡e 111 acto". Estas cosas pueden pasar baJo cualquier fonna de pensam1en 10 y en cualquier ar.álisis, lo que digo es sobre lo que ~ .. l <-0111.a, 133 1ml n, J101C¡uc primero: por mas que estemos advenidos hay una ten- 111• 1611 u mostrar que se trata de una fantasía. Recuerdo mi expe- 11<"11c1a en entrevistas con pareJas, porque me hizo muy evidente C'Htn cuestión, despues de u n tiempo, me dl cuenta que decían la verdad y que no se engañaban para nada cuando se descnblan mu- mamente, es una experiencia que puede hacer todos los días uno mismo. No hay error en la percepc1on, no es cierto que el fantasma distorsiona la reahdad, la realidad es la contracara del fantasma, está en una relación de continuidad con este, es decrr nosotros "te· nemos la suerte" que la realidad sea acorde con nuestro fantasma y por lo tanto no somos "locos". Nadie se equivoca cuando habla de su pareja, dice absolutamente lo que sabe. El "pequeño" problema es que lo saben de antes. En una peltcula, la señorita le cl1ce, confesán- dole su amor al prot.agonista, que lo quería antes de conocerlo, es una frase escuchada en otros lugares y bien, lo quería antes de co- nocerlo. Corregir mediante la realidad, se siguió, se sigue cayendo y se sigue sostemendo teóricamente, está en absoluta vigencia teón · ca e mstitucional, en los aná!Js1s que se plantean como análisis de la transferencia, lo que pretende hncer el análisis de 111 tranaferen· c1a es la rectificación de la realidad a través de la realidad que ofrece el anahsta mismo, la mentada 1denuficación con el analista es eso, el famoso •como s1", usted me toma • como si", pretende rectificar poner al paciente en relación con la reahdad. Una vez escuche decir a un ana!Jsta que seria como si la mamá o el abuelo del paciente estuviera diciendo que no es la madre o el abuelo, con lo cual lo único que hace es aumentar o establecer la confusión. Se producen muchos desastres en los tratamientos, en los mios, en los de otros, verdaderamente se consiguen efectos perniciosos. Es muy común, los neuróticos pensamos así, esta teoría de la rectificación de la per· cepc;ón, está mumamente ligada con el fantasma neurótico, todos nos preguntamos 11 lo que perC1b1mos esta bien, es común, es de todos los dias, es la fantasía de la locura, socialmente loco es el que no percibe bien, no tiene una "buena• relación con la realidad, como habrla una relación "buena• esta seria la del analista, por lo tanto, ahí está la identificación con el "Ideal". Esté.bamos en la mostración del ObJeto en el • acllng•, durante mucho tiempo y aún en aquella concepción del tratamiento, se pen· llÓ en el "actmg •con un punto de verdad, diría, se lo pensó como algo que escapa al discurso, es decir que no podía ser dicho. Se tralaria de ;\quello que aparece en un tratamiento en el nivel de lo que podemos llnmar el caracter sigmco, apare~e algo, algún hecho, una escena, 132 1uc no remite a asociaciones. a «"ferencias, a ocurrt·nna,., no res· ponde a preguntas, pide ser mterrogado pero no uent" asociaciones posibles. Hay una frase de Lacan, que dice: "El act111g out llama a la 1nterpretae1ón y la cuestión que estoy planteando es Ri eso es posi- ble". Yo creo que esta es una indicación técnica, lo creo, porque s1 bien el "acting out• llama a Ja interpretación, ello no quiere decir iue esta sea posible, esta descripción en que se presenta de pronto el objeto, seria muy fácil decirle a cate paciente de Kns : "Señor. Ud. quiere refrescar mi cabeza', "Señor, Ud. quiere comerme m1 cabe 7.a", •señor, Ud. no ·cesa" de no escribirse". No es esa la cuestión •ino que es conseguir un lugar en el Otro, que no es lo mismo que el Otro nos interprete o nos diga algo respecto de los que estamos mos· 1rando. A mi me parece que esto hay que tomarlo para reposicionarse rn la transferencia o en el tratamiento, que no es sólo mterpretar Lacan cuando habla Citando a Freud del caso de "la Joven homosexual , ·n el "Semmario La Angustia• que se tira por la baranda del puente ,. cuando habla de Dora y tamb1~n refiriéndose a otra paciente de otra analista, dice que lo que estuvo ocurriendo antes eran actings, es decir, que estas pacientes estaban en acting, eran escenas de aetings. La lectura que hace Lacan, volviendo al caso d "la joven ho· mosexuar'; es que en determinado momento, esto que estaba hecho para mostrar, al padre, estando eUa de novia con esta sei'lora, cuan do el padre reprueba la relación aparece el •PasaJe al acto"; creo que es interesante por cuanto muestra la articulac1on de ambas ver, 11entes, la del "Ello" y la del "lnconsc1ente", la del "no soy y la del no pienso", porque en esto que Uam6brunos antes una mtenc-16n de ocupar un lugar en el Otro, en este caso para el padre, objeto de la transfe· reacia o el Otro de la transferencia para ser más preciso, en el fraca- so de esta alternativa ocurre o se da el "Pasaje al acto•. Esto es im· portante porque a diferencia de los que critican a los análisis lacanianos, se dice que se promueve la actuaCJón, a mi me parece que es exactamente al reves, que cuando a alguien se lo somete permanentemente a una corrección de la percepción, se lo rechaza de ese lugar transferencia!, cuando a alguien se le dice permanen temente, yo soy Cyrano de Bergerac, aludiendo a una escena donde a Cyrano le dicen improperios y el contesta "Mucho gusto, yo soy Cyrano de Bergerac• diciéndole Ud no se está dJngiendo a mi Cunn do uno le está d1c1endo permanentemente "yo soy Cyrano de Bt"rgerac" no le está dando lugar a ese objeto del deseo, y por lo tanto promueve actuaciones, y no ya sólo del orden del "acting our• smo del •Pasa¡e 111 acto". Estas cosas pueden pasar baJo cualquier fonna de pensam1en 10 y en cualquier ar.álisis, lo que digo es sobre lo que ~ .. l <-0111.a, 133 1101qlll" lns l.eorias llevan a determinados comportamientos técnicos ~ ~'los generan hechos. Bueno, diría, que los que habitualmente se dicen kleinianos, que no se si son los analis1s de M. Klein, en la medida en que se esta trabajando con estas variables, hay un desconocimiento permanen- te del lugar del sajeto como objeto y se promueve la actuación para intentar entrar en la transferencia que por ser permanentemente analizada implica un rechazo de ese objeto donde el sujeto tiene que encontrarse representado, ello trae otros problemas, situaciones transferenciales más pesadas, etc. En el "Pasaje al acto• se da un corte con la escena, es decir, esa escena que en el •acting out• es mostración e intento de ingreso a la transferencia patina para el otro lado, se cae de la escena como puro objeto, se va para el lado del "Ello". El sujeto identificado al objeto cae como resto, en la medidaen que no está simbolizado fálicamente en un intento de generar ese agujero, él es el objeto que falta. En el caso de "la homosexualidad" el puente o su baranda seria el borde, el marco de la ventana, se arroja como objeto porque tiene perdida Loda relación significante con el Otro, entonces queda iden- tificada, asimilada a lo que llamamos el objeto caído, el objeto resto de la pulsión, el objeto sígnico, porque esta es una suerte de parado- ja deseando, el sujeto se defiende de quedar absolutamente identifi- cado al objeto. Lacan dice que el neurótico no sabe que por más que le satisfagan sus demandas no le van a satisfacer su deseo, enton- ces va a estar permanentemente tratando de mostrarse insatisfe- cho o su deseo imposible, por el temor de alcanzar el goce inexisten- te estamos diciendo que nada nos satisface. e:ntonces el sujeto ta- chado tiene una función defensiva en cuanto a esa posibilidad de la caida en el ser objeto, por ejemplo, arrojarse por la baranda de un puente, en un afán fallido de mostrarle al padre que se ama por lo que no se tiene, por lo que no se es. e:sto define mas estrictamente la posición fálica en relación al Otro, la posibilidad de encontrar que le "hace falta•, el sujeto se manifesta como un lugar de falta en rela- ción al Otro, esto se expresa en la fórmula "amar es dar to que se tiene a alguien que no lo es• (doble negación). Hay una inscripción, hablando de lectura y escritura, del sujeto en el Otro donde lo que se ama es aquello que está faltando. La subjetividad misma nunca está acabada, no olvidemos que siempre estamos viendo el objeto "a", eso de que cada persona sabe muy bien con quién está casado, quién es su pareja, revestido imaginariamente, lo que nombramos como "i (a)". "El Pasaje al Acto• es una ruptura de la escena, una pérdida y 134 una caida del SUJCl.o de esa escena como objeto. En el "Sem1nuno": La Angustia" Lacan pone de un lado al sujeto, del otro lado al Otro y d n·sultado de esa división, de cuántas veces el sujeto entrn en el Otro, nunca da cero, queda un resto que es el objeto que cae. Yo chr111 que en la constitución neurótica el objeto no está del todo caido, dt ~amos asi, smo que está sustentado en esto que llamamos los ropa 1<·s narcisistícos de la imagen, aquella caida puede realizarse en un 11náhs1s o en algunos sucesos particulares de la vida de alguil'n, esto da para otra cuestión que es la del acto. Lo que para L.a.can, tiene de realidad el fantasma. Es el objeto, r l referente digamos, porque es la verdad del sujeto, su ser objeta!, su ser objeto del goce del Otro. La "realidad" está en una relación topológica con el fantasma donde no hay ni adentro ni afuera. Cual quiera que tenga práctica como analizado o como analista, encuen ira que no hay "realidad" que escape al fantasma y que justamen1e t:uando la "realidad" escapa al fantasma es cuando la gente se siente rnal, consulta, se asusta, se angustia, es lo que se llama vacilación del fantasma Cuando algo de ese objeto que somos para el Otro se ve de algún modo tambalear, apagarse, no verse, cambiarse, se ofrece otra visión o directamente desaparece, ocurre esa irunixión de la 'realidad" como real en el fantasma y surge la angustia. A veces es agobiante ver como está todo armado de tal manera que ese fantas- ma da cuenta de todo lo que pasa, o como todo lo que pasa da cuenta ele ese fantasma, de modo que es muy filcil que en los análisis se den •actmgs• o "Pasaje al acto" porque se supone que uno va a cuestionar eso, y por otra parte eso no se deja cuestionar y los análisis deman- dan todo un trabajo en ese sentido. &s un principio metodológico de Lacan, tomar Jos conceptos de Freud y hacerlos pasar por el Otro. La pulsión pasa por el Otro. el m consciente pasa por el Otro, el •actmg• pasa por el Otro, términos que Freud ya había acuñado, la fantasía, etc. Me parece que es una cues· tión metodológica que hace a la enseñan?..a de Lacen, me parece qu~ es una cuestión técnica también nosotros trabajamos con aquellos, que tienen una neurosis o la posibilidad de una neurosis de tmnsfe rencia, complicadas con •actings• o lo que sea ; lo importante es pcn sar la función del Otro que en el análisis es "Sujeto Supuesto Snb<>r", es decir qué pasa con este •s.s.s.' en determinada experiencia fl\I<' nosotros hacemos con un sujeto no hay otra condición, no pod~moH Lratar con nadie que no tenga alguna posibilidad de rclac1on t'()l1 el Otro, entonces no podemos decir que hay pacientes que no se p11rtlnn analizar porque sino no serian pacientes, sino porque consul tan, ¡K11 • que se equivocaron, tocaron el timbre equivocado. Se eS<"udw 1IC'r11 u 1101qlll" lns l.eorias llevan a determinados comportamientos técnicos ~ ~'los generan hechos. Bueno, diría, que los que habitualmente se dicen kleinianos, que no se si son los analis1s de M. Klein, en la medida en que se esta trabajando con estas variables, hay un desconocimiento permanen- te del lugar del sajeto como objeto y se promueve la actuación para intentar entrar en la transferencia que por ser permanentemente analizada implica un rechazo de ese objeto donde el sujeto tiene que encontrarse representado, ello trae otros problemas, situaciones transferenciales más pesadas, etc. En el "Pasaje al acto• se da un corte con la escena, es decir, esa escena que en el •acting out• es mostración e intento de ingreso a la transferencia patina para el otro lado, se cae de la escena como puro objeto, se va para el lado del "Ello". El sujeto identificado al objeto cae como resto, en la medida en que no está simbolizado fálicamente en un intento de generar ese agujero, él es el objeto que falta. En el caso de "la homosexualidad" el puente o su baranda seria el borde, el marco de la ventana, se arroja como objeto porque tiene perdida Loda relación significante con el Otro, entonces queda iden- tificada, asimilada a lo que llamamos el objeto caído, el objeto resto de la pulsión, el objeto sígnico, porque esta es una suerte de parado- ja deseando, el sujeto se defiende de quedar absolutamente identifi- cado al objeto. Lacan dice que el neurótico no sabe que por más que le satisfagan sus demandas no le van a satisfacer su deseo, enton- ces va a estar permanentemente tratando de mostrarse insatisfe- cho o su deseo imposible, por el temor de alcanzar el goce inexisten- te estamos diciendo que nada nos satisface. e:ntonces el sujeto ta- chado tiene una función defensiva en cuanto a esa posibilidad de la caida en el ser objeto, por ejemplo, arrojarse por la baranda de un puente, en un afán fallido de mostrarle al padre que se ama por lo que no se tiene, por lo que no se es. e:sto define mas estrictamente la posición fálica en relación al Otro, la posibilidad de encontrar que le "hace falta•, el sujeto se manifesta como un lugar de falta en rela- ción al Otro, esto se expresa en la fórmula "amar es dar to que se tiene a alguien que no lo es• (doble negación). Hay una inscripción, hablando de lectura y escritura, del sujeto en el Otro donde lo que se ama es aquello que está faltando. La subjetividad misma nunca está acabada, no olvidemos que siempre estamos viendo el objeto "a", eso de que cada persona sabe muy bien con quién está casado, quién es su pareja, revestido imaginariamente, lo que nombramos como "i (a)". "El Pasaje al Acto• es una ruptura de la escena, una pérdida y 134 una caida del SUJCl.o de esa escena como objeto. En el "Sem1nuno": La Angustia" Lacan pone de un lado al sujeto, del otro lado al Otro y d n·sultado de esa división, de cuántas veces el sujeto entrn en el Otro, nunca da cero, queda un resto que es el objeto que cae. Yo chr111 que en la constitución neurótica el objeto no está del todo caido, dt ~amos asi, smo que está sustentado en esto que llamamos los ropa 1<·s narcisistícos de la imagen, aquella caida puede realizarse en un 11náhs1s o en algunos sucesos particulares de la vida de alguil'n, esto da para otra cuestión que esla del acto. Lo que para L.a.can, tiene de realidad el fantasma. Es el objeto, r l referente digamos, porque es la verdad del sujeto, su ser objeta!, su ser objeto del goce del Otro. La "realidad" está en una relación topológica con el fantasma donde no hay ni adentro ni afuera. Cual quiera que tenga práctica como analizado o como analista, encuen ira que no hay "realidad" que escape al fantasma y que justamen1e t:uando la "realidad" escapa al fantasma es cuando la gente se siente rnal, consulta, se asusta, se angustia, es lo que se llama vacilación del fantasma Cuando algo de ese objeto que somos para el Otro se ve de algún modo tambalear, apagarse, no verse, cambiarse, se ofrece otra visión o directamente desaparece, ocurre esa irunixión de la 'realidad" como real en el fantasma y surge la angustia. A veces es agobiante ver como está todo armado de tal manera que ese fantas- ma da cuenta de todo lo que pasa, o como todo lo que pasa da cuenta ele ese fantasma, de modo que es muy filcil que en los análisis se den •actmgs• o "Pasaje al acto" porque se supone que uno va a cuestionar eso, y por otra parte eso no se deja cuestionar y los análisis deman- dan todo un trabajo en ese sentido. &s un principio metodológico de Lacan, tomar Jos conceptos de Freud y hacerlos pasar por el Otro. La pulsión pasa por el Otro. el m consciente pasa por el Otro, el •actmg• pasa por el Otro, términos que Freud ya había acuñado, la fantasía, etc. Me parece que es una cues· tión metodológica que hace a la enseñan?..a de Lacen, me parece qu~ es una cuestión técnica también nosotros trabajamos con aquellos, que tienen una neurosis o la posibilidad de una neurosis de tmnsfe rencia, complicadas con •actings• o lo que sea ; lo importante es pcn sar la función del Otro que en el análisis es "Sujeto Supuesto Snb<>r", es decir qué pasa con este •s.s.s.' en determinada experiencia fl\I<' nosotros hacemos con un sujeto no hay otra condición, no pod~moH Lratar con nadie que no tenga alguna posibilidad de rclac1on t'()l1 el Otro, entonces no podemos decir que hay pacientes que no se p11rtlnn analizar porque sino no serian pacientes, sino porque consul tan, ¡K11 • que se equivocaron, tocaron el timbre equivocado. Se eS<"udw 1IC'r11 u 8 ,., lt'c que no hay "S.S.S.", que no hay relac1on con el Otro, los pacien- tes m1~mos chcen que se eqwvocaron. Mas bien tenemos que pensar, por eso lo planteaba en tenrunos de lectura, para ver sí se puede ha- cer diferencia por ese lado. Porque lo un1co que podemos hacer es ver que upo particular de relación tiene ese sujeto con el Otro. Claro, hay casos de gt'nte que no se quiere tratar pero de todas formas no es mejor pensar que algu1en se quiere tratar aunque estemos ante al- guien que no lo quiere, y si es asi, no habria que conversar _con ese que se quiere tratar y a lo mejor ao lo sabe, esa es una posibilidad. Cuando se trabaja con drogadictos se trabaja con aquellos que van a consultar, ~ I adicto no quiere, bueno, les decimos, vengan ustedes. Que están haciendo, están trabajando con aquellos que pueden esta- blecer una relación con un Otro transícrcncial, creo que es un princi- pio pnm dirigimos a cualquier cuestión climca. Podña formularse como que une vez que el problema, la demande entre en el consultorio, es problema nuestro. A la lectura de sus trabajos daba gran pone de lo que estoy trabajando oqu1. Un analista que me merece mucho respeto, dice . ( Se trata de V1ctor lvngnr. A la lectura de sus trabajOll daba gran parte de lo que estoy trabajando aqui) • .. . repentinamente me he dado cuenta de una especie de obv1edad, las cosas que yo hacia en mí práctico frente al 'Pasaje al acto' o el 'Acting out' y que implicaban una cierta varia- ción, por no decir una transgresión a la idea clásica del dispositivo del análisis; están dentro del d1spos1tivo del anAlisis. Es decir que las cosas que yo hacía no las hacia simplemente porque me habia llevado por ciertas situaciones que desbordaban el contexto del aná- lisis sino que había en juego una profunda lógica .. .". Me acuerdo de un Congreso de ps1cologia, aqui en Rosario, se armaban bandos en pro y en contra de esto. Este autor se refiere a lo que podría llamarse el surg1m1ento de los sentimientos humanos en el analista que es lo que estaría fuera de la ortodoxia lacamana, como así también a al- gunas mamobras. Me parece interesante que un analista de expe- ncncia diga, por una parte, que estaba equivocado y me parece un descubrimiento que haya encontrado una lógica inherente aJ análí· SIS mismo para lo que siente y pasa con sus intervenciones. En un ejemplo que da de un "pasaje al acto" dice que un paciente lo llama a su analista para pedirle una scSlón. un día domingo, y el analista le rontesta que vaya el lunes en la hora de su sesión, al momento s1- gu1en1c, mmediatamente después de colgar el paciente se ura por lu vc·ntona. De modo que más vale darle la posibilidad a a lguien de 6<'1 n·rlh1do en ese lugar que neces1l:d y ubicarse en una posición l!lO que no sea solo interpretativa, aca el llamnclo es a la posil'IÓll clrl .in o.lista S1 a uno se le despiertan senum1cntos "humanos", por 1•l&J ddJC ser y entonces la cuestión es cómo hacemos para ubicar e1110 ~n el lugar del S.S.S., tengo que buscarle una ubicación. Es lo que a<1 llama contratransferencia, en ese sentido la contratransferenc1a ~" uul, está mal llamarla coatratransferencia, los sentimientos clrl unahst.a en lodo coso o la sahda del analista de ese lugar de absh nl"ncm, acá está el lado filoso de esto, Lacan dice "el analista es supuesto saber porque es supuesto desear". Lo que da lugar a dife rentes Interpretaciones, d1go si es supucs10 desear, es porque si no se trota de un supuesto saber absoluto, sin intersticios, no hay lugar donde a lojar el objeto, entonces tiene que haber un deseo en el analísta. Es supuesto desear porque sino podría ser supuesto gozar y "SO genera angustia por lo cual me las tomo, cosa bastante frecuen- te No me cebe duda que hay personas que necesitan que se les diga, que a uno si le unporta, por el revestimiento fálico que eso implica, r s decir : "Ud. me hace falta, a mi, o s1 a Ud le pasa algo me va a preocupar"; es necesario como un movimiento de mscripción en el Otro, a lo mejor si hacemos esto mismo con una estructura histérí- « l u obsesiva, que no está en ºactmg', produc<' un desbande porque aparece, para aquél que está temeroso de que el deseo pueda ser rolmado por la demanda, como la pos1bihdad de una saturación. De todas maneras, es muy dificil que se hagan estas cosas con perso· nns que vienen a contar o a asociar, seguramente van a surgir con las personas que llamamos actuadores o que están en un momen to de actuación. Por eso la estrategia, groseramt'nte, es la de ponerse en a lguna posición por el estilo de "si me impone" : llamar por teléfo· no, hacerse llamar, agregar sesiones, cualquier cosa que abra un lugar para ese sujeto, porque evideatementl' no lo encuentra y eso lo está mostrando y me parece que es la forma de hacer menos pos1· ble el "pasaje al acto•. Hay descripciones del ºpasaje al actoº donde se dice que son como escenas que se van preparando, gestando, que se van arman- do. Podríamos dectr que la cuestión es •no se quién soy" Son monla · 1es, son actuaciones, son búsquedas de ingresar en algún lugar en el Otro, y de no encontrarse ocurre que se pasa al acto. En todo cuso la preparación es por med10 de acungs que se repiten, son modos el<' la repetición, lo que retorna es la posición objeta!, entonces se van aproximando y si no hay lugar para eso es posible que ocurra el "r•t :;aje a l acto". Los analistas de la l.P.A cada v~z más fu<'ron llcv1rndu la cuestión del 'actrng• aJ encuadre, por eso lo de l "Out"~ que l.aw11 137 8 ,., lt'c que no hay "S.S.S.", que no hay relac1on con el Otro, los pacien- tes m1~mos chcen que se eqwvocaron. Mas bien tenemos que pensar, por eso lo planteaba en tenrunos de lectura,para ver sí se puede ha- cer diferencia por ese lado. Porque lo un1co que podemos hacer es ver que upo particular de relación tiene ese sujeto con el Otro. Claro, hay casos de gt'nte que no se quiere tratar pero de todas formas no es mejor pensar que algu1en se quiere tratar aunque estemos ante al- guien que no lo quiere, y si es asi, no habria que conversar _con ese que se quiere tratar y a lo mejor ao lo sabe, esa es una posibilidad. Cuando se trabaja con drogadictos se trabaja con aquellos que van a consultar, ~ I adicto no quiere, bueno, les decimos, vengan ustedes. Que están haciendo, están trabajando con aquellos que pueden esta- blecer una relación con un Otro transícrcncial, creo que es un princi- pio pnm dirigimos a cualquier cuestión climca. Podña formularse como que une vez que el problema, la demande entre en el consultorio, es problema nuestro. A la lectura de sus trabajos daba gran pone de lo que estoy trabajando oqu1. Un analista que me merece mucho respeto, dice . ( Se trata de V1ctor lvngnr. A la lectura de sus trabajOll daba gran parte de lo que estoy trabajando aqui) • .. . repentinamente me he dado cuenta de una especie de obv1edad, las cosas que yo hacia en mí práctico frente al 'Pasaje al acto' o el 'Acting out' y que implicaban una cierta varia- ción, por no decir una transgresión a la idea clásica del dispositivo del análisis; están dentro del d1spos1tivo del anAlisis. Es decir que las cosas que yo hacía no las hacia simplemente porque me habia llevado por ciertas situaciones que desbordaban el contexto del aná- lisis sino que había en juego una profunda lógica .. .". Me acuerdo de un Congreso de ps1cologia, aqui en Rosario, se armaban bandos en pro y en contra de esto. Este autor se refiere a lo que podría llamarse el surg1m1ento de los sentimientos humanos en el analista que es lo que estaría fuera de la ortodoxia lacamana, como así también a al- gunas mamobras. Me parece interesante que un analista de expe- ncncia diga, por una parte, que estaba equivocado y me parece un descubrimiento que haya encontrado una lógica inherente aJ análí· SIS mismo para lo que siente y pasa con sus intervenciones. En un ejemplo que da de un "pasaje al acto" dice que un paciente lo llama a su analista para pedirle una scSlón. un día domingo, y el analista le rontesta que vaya el lunes en la hora de su sesión, al momento s1- gu1en1c, mmediatamente después de colgar el paciente se ura por lu vc·ntona. De modo que más vale darle la posibilidad a a lguien de 6<'1 n·rlh1do en ese lugar que neces1l:d y ubicarse en una posición l!lO que no sea solo interpretativa, aca el llamnclo es a la posil'IÓll clrl .in o.lista S1 a uno se le despiertan senum1cntos "humanos", por 1•l&J ddJC ser y entonces la cuestión es cómo hacemos para ubicar e1110 ~n el lugar del S.S.S., tengo que buscarle una ubicación. Es lo que a<1 llama contratransferencia, en ese sentido la contratransferenc1a ~" uul, está mal llamarla coatratransferencia, los sentimientos clrl unahst.a en lodo coso o la sahda del analista de ese lugar de absh nl"ncm, acá está el lado filoso de esto, Lacan dice "el analista es supuesto saber porque es supuesto desear". Lo que da lugar a dife rentes Interpretaciones, d1go si es supucs10 desear, es porque si no se trota de un supuesto saber absoluto, sin intersticios, no hay lugar donde a lojar el objeto, entonces tiene que haber un deseo en el analísta. Es supuesto desear porque sino podría ser supuesto gozar y "SO genera angustia por lo cual me las tomo, cosa bastante frecuen- te No me cebe duda que hay personas que necesitan que se les diga, que a uno si le unporta, por el revestimiento fálico que eso implica, r s decir : "Ud. me hace falta, a mi, o s1 a Ud le pasa algo me va a preocupar"; es necesario como un movimiento de mscripción en el Otro, a lo mejor si hacemos esto mismo con una estructura histérí- « l u obsesiva, que no está en ºactmg', produc<' un desbande porque aparece, para aquél que está temeroso de que el deseo pueda ser rolmado por la demanda, como la pos1bihdad de una saturación. De todas maneras, es muy dificil que se hagan estas cosas con perso· nns que vienen a contar o a asociar, seguramente van a surgir con las personas que llamamos actuadores o que están en un momen to de actuación. Por eso la estrategia, groseramt'nte, es la de ponerse en a lguna posición por el estilo de "si me impone" : llamar por teléfo· no, hacerse llamar, agregar sesiones, cualquier cosa que abra un lugar para ese sujeto, porque evideatementl' no lo encuentra y eso lo está mostrando y me parece que es la forma de hacer menos pos1· ble el "pasaje al acto•. Hay descripciones del ºpasaje al actoº donde se dice que son como escenas que se van preparando, gestando, que se van arman- do. Podríamos dectr que la cuestión es •no se quién soy" Son monla · 1es, son actuaciones, son búsquedas de ingresar en algún lugar en el Otro, y de no encontrarse ocurre que se pasa al acto. En todo cuso la preparación es por med10 de acungs que se repiten, son modos el<' la repetición, lo que retorna es la posición objeta!, entonces se van aproximando y si no hay lugar para eso es posible que ocurra el "r•t :;aje a l acto". Los analistas de la l.P.A cada v~z más fu<'ron llcv1rndu la cuestión del 'actrng• aJ encuadre, por eso lo de l "Out"~ que l.aw11 137 lo nnahui semantlcamente y dJce que es una puesta en escena. qu .. ºto nct out• es poner en escena. el ·Outº d~ afuera, se tornó como fuera de encuadre El paciente actua fuera o dentro del encuadre ¡ de todas maneras en el ·out" o en el "In", se manllene la cuesnón de la actuación, har algo que pasa de la palabro a la actuación, a la demostración. Pero no se puede hablar así nomas de actuación, uno escucha que le cuentan que fueron a comer ··sesos frescos· no se los estan comiendo • por eso no es facll d iferenC'iar de los relatos. Ahí hay un borde que se puede precisar, por la posibilidad de asociar. Otra forma del lugar en el Otro es activamente promover que ciertas s1tuac1ones se corten, se terminen, basta de eso, digamos. Cortar el goce que se consigue íácilmente hoy en día a traves de tantas cosas, a traves del amor también, pero creo que la diferencia que hay entre algwen que viene a hablar de problemas de amor y alguien que está en una posición actuadora en una relación amoro- sa es esa pos1bthdad de asociar. Si la s1tuac1ón puede denvar en significantes, como dccia en relación a la lectura del signo, eso marca una diferencia palpable, no así la permanencia en la situa- ción puede repetirse y no por eso ser una actuación. Aunque no haya nada que dCCJr se pueden decir cosas que van bordeando la situa- ción, la cuestión y permiten interpretaciones o aSOClaciones poste- nores. Pero si alguien no puede detenerse y decir lo que se le ocurre ante una pregunta, s1 no soporta que algo se corte para poder asociar es para sospechar en un acting que se está construyendo o que ya está instalado, está aquel que viene a hablar desde una posición actuadora, pensando en los llamados adolescentes, la cuestión es que se los puede cahlicar de actuadores y es lógico, por lo que dice Preud del reverdecimiento de la actividad pulsional, es lógico que la posición en el fantasma se vea cuestionada y es lógico que no en- cuentre el lugar si socialmente no lo hay, por CJcmplo tener trabajo tamb1en es un lugar en el Otro, no estamos hablando del Otro que está en el cielo smo en tener trabajo, por algo la gente cuando no lo llene se descompensa y no vamos a pensar que es solamente por falta de dmero, la plata se consigue de otras formas o se nene y sm <'mbargo la descompensación se instala, ahi pasa algo que tiene que v .. r con la pérdida de un lugar. Imaginémonos que nos saquen del lugar en el que habitualmente estamos, el boliche de la esquina, el lugar al lado de la madre, de la mujer o de la tia, quien sea, segura- mente eso produc1ra una conmoción bastante importante. S1 el Otrono clu lugar o lo hace en el plano de la intoxicación que puede ser tnmbi~11 In música, el boliche, muchas cosas ucnen efectos tóxicos, la ~oc1<"dnd brinda lugar para determinados SUJctos y para otros no y 138 ckl<"rmmados lugares para determinados sujetos la cuc~uón d., la ndolesct·ncia puede abordarse por esta via, por eso la insistencw en la CU<'Sllón. d_el Otro. Se pueden pensar algunas cueslloncs. por e¡em· plo : en v1c1os hbros sobre adolescenna se dccia • ¿Por que' adolc:· <.en ?. De falta de lugares que no qui<"re decir que no haya muchos paradójicamente, podóamos decir que ha) tantos que no hay nmgu~ no, podemos decir que todo funciona para que los adolescentes con . suman y no otra cosa. De modo que encontramos un sustrato puls1onal y social para la angustia en los adolescentes. La angustia es el sentimiento •que no engaña" y que comando las.opcrac1ones qu~ se fueron desplegando, es pensada como Ja apa nc10.n de algo que indica aquello que sostiene al fantasma y lo que lo sostiene es nada, por eso es muy frecuente hablar indistintamente ··omo que la angustia es al vacío o la frase de Lacan de que la angus- lm no es sin objeto, porque él habla del objeto •a•, del objeto que no 11e~e representaciones, ni posibilidad de representación, ese es el uhJclo que aparece y es el que sostiene al obJCIO que se ve, en el campo de la visión, es el agu1ero que pos1b1hta el campo de la visión, <'Sen ese sentido que la angustia remlle a la posibilidad del acbng, por cato de no encontrar un lugar en el Otro o de lo que llamarnos vnc1lnc1ón del fantasma que puede produ.·1r actuaciones. Reeumiendo, propongo penear el acting causado por Jo que viene del Otro que juega a la manera de una holofraee. Los ejem- plo•, que dan los lingüistas eon lae eeña.lee que indican fuego o eocorro que no admiten movimiento elgniflca.nte, el S.O.S . es un "•o•" ; cuando aparece ese "aoa" el •uJeto cae porque "ea", el pa- •aJe al polo del "Ello" donde eólo ee ea objeto de goce. Aparece un "·•" "E " alab 1 ~ , • p ra a emana que eucina con Ja caetellana ser apa- rece un "Ea" que no tiene alternativa, que no da lugar p~ el •uJeto, o que no da lugar para el deeeo, "•o•" eeto y nada más que cato, cuando el cerramiento llega al mhimo habría que pensar en la anguetia terrorífica donde ya no hay llamado al Otro. No hay espacio para fallarle al Otro, entonces esa falta se bus en en lo real, a travcs de una pérdida real , In del propio cuerpo, con lo que, paradóJicamente, implica un encuentro con lo que deberla es tar repnm1do ongmanamente, en este punto se nos plantean cucs- 11ones d11ictles ' qué emparenta esto con la psicosis, por ejemplo Aca, bueno por algo Lacan recurrió a los nudos borromeos, ¿tcndna· mosque hablar de una falla constltut1va severa o no? Porque no huy, pos1b1hdad para la pregunta, algún hueco donde meterse. Dice Lac•111 •Jos noinbrc-s del padre". refiriéndose a los Lres r('g1slros. el obJC'lo •11• <'SI:\ en :a intersección de los Lres registros. as1 esta con~11111ulo. lo nnahui semantlcamente y dJce que es una puesta en escena. qu .. ºto nct out• es poner en escena. el ·Outº d~ afuera, se tornó como fuera de encuadre El paciente actua fuera o dentro del encuadre ¡ de todas maneras en el ·out" o en el "In", se manllene la cuesnón de la actuación, har algo que pasa de la palabro a la actuación, a la demostración. Pero no se puede hablar así nomas de actuación, uno escucha que le cuentan que fueron a comer ··sesos frescos· no se los estan comiendo • por eso no es facll d iferenC'iar de los relatos. Ahí hay un borde que se puede precisar, por la posibilidad de asociar. Otra forma del lugar en el Otro es activamente promover que ciertas s1tuac1ones se corten, se terminen, basta de eso, digamos. Cortar el goce que se consigue íácilmente hoy en día a traves de tantas cosas, a traves del amor también, pero creo que la diferencia que hay entre algwen que viene a hablar de problemas de amor y alguien que está en una posición actuadora en una relación amoro- sa es esa pos1bthdad de asociar. Si la s1tuac1ón puede denvar en significantes, como dccia en relación a la lectura del signo, eso marca una diferencia palpable, no así la permanencia en la situa- ción puede repetirse y no por eso ser una actuación. Aunque no haya nada que dCCJr se pueden decir cosas que van bordeando la situa- ción, la cuestión y permiten interpretaciones o aSOClaciones poste- nores. Pero si alguien no puede detenerse y decir lo que se le ocurre ante una pregunta, s1 no soporta que algo se corte para poder asociar es para sospechar en un acting que se está construyendo o que ya está instalado, está aquel que viene a hablar desde una posición actuadora, pensando en los llamados adolescentes, la cuestión es que se los puede cahlicar de actuadores y es lógico, por lo que dice Preud del reverdecimiento de la actividad pulsional, es lógico que la posición en el fantasma se vea cuestionada y es lógico que no en- cuentre el lugar si socialmente no lo hay, por CJcmplo tener trabajo tamb1en es un lugar en el Otro, no estamos hablando del Otro que está en el cielo smo en tener trabajo, por algo la gente cuando no lo llene se descompensa y no vamos a pensar que es solamente por falta de dmero, la plata se consigue de otras formas o se nene y sm <'mbargo la descompensación se instala, ahi pasa algo que tiene que v .. r con la pérdida de un lugar. Imaginémonos que nos saquen del lugar en el que habitualmente estamos, el boliche de la esquina, el lugar al lado de la madre, de la mujer o de la tia, quien sea, segura- mente eso produc1ra una conmoción bastante importante. S1 el Otro no clu lugar o lo hace en el plano de la intoxicación que puede ser tnmbi~11 In música, el boliche, muchas cosas ucnen efectos tóxicos, la ~oc1<"dnd brinda lugar para determinados SUJctos y para otros no y 138 ckl<"rmmados lugares para determinados sujetos la cuc~uón d., la ndolesct·ncia puede abordarse por esta via, por eso la insistencw en la CU<'Sllón. d_el Otro. Se pueden pensar algunas cueslloncs. por e¡em· plo : en v1c1os hbros sobre adolescenna se dccia • ¿Por que' adolc:· <.en ?. De falta de lugares que no qui<"re decir que no haya muchos paradójicamente, podóamos decir que ha) tantos que no hay nmgu~ no, podemos decir que todo funciona para que los adolescentes con . suman y no otra cosa. De modo que encontramos un sustrato puls1onal y social para la angustia en los adolescentes. La angustia es el sentimiento •que no engaña" y que comando las.opcrac1ones qu~ se fueron desplegando, es pensada como Ja apa nc10.n de algo que indica aquello que sostiene al fantasma y lo que lo sostiene es nada, por eso es muy frecuente hablar indistintamente ··omo que la angustia es al vacío o la frase de Lacan de que la angus- lm no es sin objeto, porque él habla del objeto •a•, del objeto que no 11e~e representaciones, ni posibilidad de representación, ese es el uhJclo que aparece y es el que sostiene al obJCIO que se ve, en el campo de la visión, es el agu1ero que pos1b1hta el campo de la visión, <'Sen ese sentido que la angustia remlle a la posibilidad del acbng, por cato de no encontrar un lugar en el Otro o de lo que llamarnos vnc1lnc1ón del fantasma que puede produ.·1r actuaciones. Reeumiendo, propongo penear el acting causado por Jo que viene del Otro que juega a la manera de una holofraee. Los ejem- plo•, que dan los lingüistas eon lae eeña.lee que indican fuego o eocorro que no admiten movimiento elgniflca.nte, el S.O.S . es un "•o•" ; cuando aparece ese "aoa" el •uJeto cae porque "ea", el pa- •aJe al polo del "Ello" donde eólo ee ea objeto de goce. Aparece un "·•" "E " alab 1 ~ , • p ra a emana que eucina con Ja caetellana ser apa- rece un "Ea" que no tiene alternativa, que no da lugar p~ el •uJeto, o que no da lugar para el deeeo, "•o•" eeto y nada más que cato, cuando el cerramiento llega al mhimo habría que pensar en la anguetia terrorífica donde ya no hay llamado al Otro.
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