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Cuando la cantidad total de kilocalorías consumidas es igual al TMR, la homeostasis se mantiene y nuestro peso permanece constante. Sin embargo, si comemos más de los que necesitamos para mantener nuestras acti- vidades, el exceso de calorías aparece en forma de de- pósitos de grasas. Por el contrario, si somos extremada- mente activos y no alimentamos correctamente el “horno metabólico”, comenzamos a descomponer las reservas de grasas e incluso las proteínas tisulares para satisfacer nuestro TMR. Este principio se utiliza en todas las dietas eficaces para perder peso. (Las calorías totales necesarias se calculan según el tamaño corporal y la edad. Así, se re- corta el 20% o más de los requisitos de la dieta diaria). Si la persona que está a dieta hace ejercicio con regularidad, perderá peso incluso con mayor rapidez porque el TMR aumentará por encima del índice anterior de la persona. Regulación de la temperatura corporal Aunque hemos destacado que los alimentos se “que- man” para producir ATP, recuerda que el ATP no es el único producto del catabolismo celular. La mayor parte de la energía liberada, a medida que se oxidan los ali- mentos escapa en forma de calor. Menos del 40% de energía alimentaria disponible se captura realmente para formar ATP. El calor liberado templa los tejidos y, lo que es más importante, la sangre, que circula por to- dos los tejidos del organismo, de modo que los man- tiene a temperaturas homeostáticas, lo que permite que el metabolismo sea eficaz. La temperatura del organismo refleja el equilibrio entre la producción y la pérdida de calor. El termostato corporal se encuentra en el hipotálamo del cerebro. Me- diante las rutas del sistema nervioso autónomo, el hipo- tálamo regula continuamente la temperatura corporal en torno a un punto establecido de 35,6 a 37,8 °C mediante la iniciación de mecanismos de pérdida o promoción de calor (Figura 14.23). Mecanismos de promoción de calor Cuando la tempera- tura ambiental es baja, el cuerpo debe producir más ca- lor para mantener una temperatura corporal normal (37 °C). Y si, por alguna razón, disminuye la tempera- tura de la sangre en circulación, debe conservarse más calor corporal y debe generarse más calor para restable- cer la temperatura del organismo (sanguínea) normal. Los métodos a corto plazo para lograr esto son la vaso- constricción de los vasos sanguíneos de la piel y los ti- ritones. Cuando se estrangula la vasculatura cutánea, la san- gre evita la piel temporalmente y es reconducida a los órganos corporales más profundos y más vitales. Cuando esto sucede, la temperatura de la piel expuesta disminuye hasta la temperatura medioambiental externa. DESEQUILIBRIO HOMEOSTÁTICO La restricción del reparto sanguíneo por la piel no representa ningún problema durante breves periodos de tiempo. No obstante, si el tiempo se alarga, las células cutá- neas, enfriadas por cristales de hielo internos y privadas de oxígeno y nutrientes, empiezan a morir. Esta situación, de- nominada congelación de extremidades, es extremada- mente grave. ▲ Cuando la temperatura corporal del núcleo (la tem- peratura de los órganos profundos) cae hasta el punto más allá del cual el simple estrangulamiento de los ca- pilares cutáneos puede manejar la situación, empeza- mos a tiritar. La acción de tiritar, contracciones involun- tarias como escalofríos de los músculos voluntarios, es muy eficaz para aumentar la temperatura del organismo dado que la actividad de los músculos esqueléticos pro- duce una gran cantidad de calor. DESEQUILIBRIO HOMEOSTÁTICO La temperatura corporal extremadamente baja resultante de la exposición prolongada al frío es la hipoter- mia. En la hipotermia, las constantes vitales del individuo (frecuencia respiratoria, tensión arterial, frecuencia cardiaca) disminuyen. La persona se siente somnolienta y extraña- mente confortable, incluso aunque antes haya sentido un frío extremo. Si no se corrige, la situación evoluciona hasta el coma y finalmente la muerte, ya que acaban deteniéndose los procesos metabólicos. ▲ Mecanismos de pérdida de calor Al igual que el cuerpo debe estar protegido para que no se enfríe demasiado, también debe estarlo frente a las temperaturas excesiva- mente altas. La mayor parte de la pérdida de calor se pro- duce a través de la piel por radiación o evaporación. Cuando la temperatura del organismo aumenta por en- cima de lo deseable, los vasos sanguíneos que actúan en la piel se dilatan y los lechos capilares de la piel se hin- chan de sangre caliente. Como resultado, el calor se radia desde la superficie cutánea. No obstante, si la temperatura ambiental externa es tan elevada como la del organismo o más, el calor no puede perderse por radiación, y la única forma para deshacerse del calor sobrante es por evapora- ción del sudor a través de la superficie cutánea. Se trata de un método eficaz de pérdida de calor corporal siempre que el aire sea seco. Si es húmedo, la evaporación se pro- duce a un ritmo mucho más lento. En tales casos, nuestros mecanismos de liberación de calor no funcionan bien, y nos sentimos incómodos e irritables. DESEQUILIBRIO HOMEOSTÁTICO Cuando los procesos normales de pérdida de ca- lor dejan de ser eficaces, la hipertermia (temperatura cor- poral elevada) resultante reduce la acción del hipotálamo. Como resultado, se produce un vicioso ciclo de respuesta 504 Anatomía y Fisiología Humana 14
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