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Neurocirugía / Basso258 Tu m or es frontal o temporal. Los signos de compromiso orbitario no son constantes y son similares a aquellos encon- trados en la variedad en placa. 1, 3, 5, 9 Estudios por Imágenes Alrededor del 90% de los meningiomas del ala esfe- noidal podrían ser diagnosticados o sospechados en la radiología simple, si bien la utilización de este método está en franco retroceso en el estudio de la patología neurológica. Se utilizaban incidencias de frente, perfil, axiales de base de cráneo y oblicuas de conductos ópticos. Se pueden observar hiperostosis focal, es- clerosis, o erosión en el sitio de implante del tumor. Estas lesiones afectan sobre todo a la tabla interna del cráneo. Otros hallazgos posibles son el ensancha- miento de los surcos vasculares de la arteria meníngea media y del seno esfenoparietal, estrechamiento del conducto óptico o de la hendidura esfenoidal; más rara vez, agrandamiento del agujero redondo menor por hipertrofia de la arteria media. Estos hallazgos son casi constantes en los meningiomas hiperostosantes en placa del tercio externo, y menos frecuentes en los de los tercios medio e interno. (Figura 22.1) Debe efectuarse el diagnóstico diferencial de la displasia fibrosa. En esta entidad, las alteraciones hiperostóticas suelen ser más extensas y tienden a traspasar la línea media con mayor frecuencia que los meningiomas del ala. El hueso se halla engrosado varias veces el espesor normal, y el compromiso es más evidente en el díploe y en la tabla externa del cráneo. Puede observarse también ensanchamiento de los surcos vasculares. 1, 5, 18, 19 La tomografía hipocicloidal y la centellografía ce- rebral, utilizadas en el pasado para el diagnóstico de esta patología, han caído en desuso. Arteriografía cerebral La angiografía cerebral selectiva por cateterismo per- mite el estudio de la vascularización del tumor, en la era pretomográfica permitía el diagnóstico en base a signos angiográficos característicos. En la actualidad, se utiliza en particular para la embolización preope- ratoria de ramas de la arteria carótida externa, a fin de disminuir la pérdida hemática durante la cirugía, pero no resulta de utilidad para el diagnóstico. Los meningiomas del ala esfenoidal se comportan radiológicamente como masas frontales o temporales. La arteria cerebral anterior muestra desplazamiento hacia el lado opuesto (hernia subfalcial), por lo ge- neral moderado en proporción a las dimensiones del tumor. En la vista anteroposterior del angiograma, la arteria silviana no corre paralela al ala esfenoidal como es habitual, los segmentos M1 y M2 se incur- van, rodeando al meningioma e indicando el sitio de origen. Los meningiomas clinoideos muestran una ele- vación del segmento M1; los alares se caracterizan por una inversión del codo silviano; y en los pterionales, el segundo segmento de la silviana está desplazado medialmente. En las incidencias laterales, se puede apreciar un desplazamiento del triángulo silviano hacia atrás en las localizaciones subfrontales, hacia arriba en las pretemporales, y hacia arriba y atrás en las frontotemporales. Es usual que los meningiomas estén ricamente vascularizados, sobre todo por la arteria meníngea media, y puede observarse una marcada tinción de la masa tumoral con el medio de contraste. El estudio selectivo de la arteria oftálmica puede demostrar la presencia de una masa intraorbitaria por tinción o por desplazamiento vascular. Puede observarse la vascularización parcial del tumor intracraneano por una rama meníngea recurrente de la arteria oftálmica que atraviesa la hendidura esfenoidal. En otros casos, se encuentra irrigación a través de la arteria meníngea anterior, y las ramas etmoidales anterior y posterior de la arteria oftálmica. En los meningiomas esfenocavernosos puede hallarse una vascularización preponderante de la arteria carótida intracavernosa a través del tronco meningohipofisario y del tronco ínferolateral. En la mayoría de los casos se observa una arteria temporal superficial muy desarrollada, en especial cuando existe invasión del músculo temporal. Por lo general se observa una arteria meníngea media engro- sada nutriendo la lesión. En los tumores altamente vascularizados es aconsejable la embolización preope- ratoria de la porción irrigada por el sistema carotídeo externo, para permitir la resección tumoral sin una pérdida hemática excesiva. 1, 9 Tomografía computada La Tomografía computada (TC) muestra los diferentes compartimientos y planos ocupados por la lesión. La TC helicoidal multicortes permite la reconstruc- ción en los planos axial, coronal, sagital y oblicuos. Es común hallar un significativo engrosamiento del techo y de la pared lateral de la órbita afectada en Figura 22.1: Radiografía simple donde se aprecia la hiperostosis de las alas mayor y menor del esfenoides de lado derecho, enmarcando a la hendidura esfenoidal
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