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Neurocirugía / Basso332 Tu m or es daje subtemporal transtentorial. La incisura tentorial se divide posteriormente a la entrada del VI nervio craneal, permitiendo una amplia exposición del mesencéfalo ánterolateral y de la protuberancia superior. Esta ruta, atractiva en apariencia, al menos en la experiencia del autor está asociada con algún riesgo, debido a que a veces requiere de una peligrosa retracción del lóbulo temporal, y una posible lesión de la vena de Labbè. Protuberancia Los tumores que involucran un lado de la protu- berancia y se proyectan hacia el ángulo pontocere- beloso se alcanzan mediante un abordaje retrosig- moideo estándar por una craniectomía suboccipital retromastoidea lateral como la utilizada en la cirugía de los neurinomas del acústico. También algunos gliomas difusos centrados en la parte ventrolateral de la protuberancia que crecen lateralmente, proyec- tándose al ángulo pontocerebeloso. Con el paciente en posición semisentada, con la cabeza rotada hacia el lado de la lesión, la protuberancia ensanchada se aborda a través de la fisura entre los nervios craneales V y VII-VIII estirados y se descomprime el tumor difuso. 5 Los infrecuentes tumores pontinos focales locali- zados ventrolateralmente requieren de un abordaje combinado petroso para crear una ruta subtemporal transtentorial con la principal ventaja de ser la distan- cia más corta y en línea directa al tronco ánterolateral. Para los tumores localizados en la parte dorsal del puente (y la parte abierta del bulbo), el acceso es por una craneotomía suboccipital de línea media y a través del cuarto ventrículo. Con el paciente en po- sición semisentada y la cabeza flexionada, se obtiene una amplia exposición de la fosa romboidea a través de la fisura cerebelobulbar sin sacrificio del vermis. Los efectos adversos de la división del vermis pueden ser ataxia de tronco, marcha tambaleante, alteraciones óculomotoras y mutismo. Elevando y separando las amígdalas cerebelosas y desplazando a las ACPI, que transcurren por la fisura misma, se expone la tela coroidea del techo del IV ventrículo, se cortan las tenias a ambos lados, se pliega y se eleva para exponer ambos recesos laterales, de ser necesario. Luego, se puede dividir longitudinal- mente la tela coroidea hasta el velo medular anterior al que está adherido junto con el plexo coroideo. A este punto, dos espátulas posicionadas de forma estra- tégica mantendrán el acceso abierto y una adecuada angulación del microscopio quirúrgico brindará una vista completa del piso del IV ventrículo desde el óbex hasta el acueducto cerebral. (Figura 28.4) Esta vía puede utilizarse también para algunos tumores del mesencéfalo dorsal, que protruyen en la Figura 28.4: Arriba, una foto (cortesía del Dr. A. Rhoton) del piso del IV ventrículo –conocido como la fosa romboidea– en un tallo encefálico cadavérico, mostrando los hitos más importantes que permiten al cirujano orientarse cuando elige la estrategia quirúrgica: surco medial, sulcus limitants, colículo facial, área acústica, receso lateral, estrías medulares, trígono del hipogloso, núcleo del vago, ala cinerea, óbex y surco mediano posterior. El sulcus limitants es un surco muy importante porque representa la línea de separación entre las áreas sensitivas, laterales, y las áreas motoras, mediales. A la izquierda, un listado de las áreas riesgosas para la entrada al tronco encefálico dorsal, junto con sus consecuencias neurológicas. a: alteraciones visuales y óculomotoras debidas a lesión del colículo superior; b: alteraciones auditivas por lesión del colículo inferior; c: alteraciones como en a y b juntas; d: oftalmoplegia internuclear por lesión de los fascículos longitudinales mediales; e: parálisis facial y de VI nervio craneal y oftalmoplejia internuclear por lesión del colículo facial; f: ojos inmóviles, parálisis facial bilateral y de VI par craneal por lesión de ambos colículos faciales; g: parálisis facial por lesión del nervio facial; h: disfagia debida a lesión del núcleo del hipogloso; i: disfagia, alteraciones cardiorrespiratorias por lesión bilateral del calamus scriptorius; j: ataxia por lesión del tracto somatosensitivo. A la derecha, listado de las zonas de entrada al tronco encefálico dorsal relativamente seguras a: supracolicular; b: surco mesencefálico lateral; c: infracolicular; d: surco mediano; e: suprafacial; f: infrafacial; g: área acústica; h: fisura mediana posterior; i: surco intermedio posterior; j: surco posterolateral a cb
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