Logo Studenta

Neurocirugía, aspectos clínicos y quirúrgicos - Basso-342

¡Estudia con miles de materiales!

Vista previa del material en texto

La órbita es una región anatómica localizada entre el 
macizo facial, los senos paranasales y la base del cráneo, 
que se halla ocupada por el aparato visual y sus anexos. 
La patología que puede afectarla entra en el campo de 
acción compartido por diversas especialidades: Oftal-
mología, Neurocirugía, Cirugía máxilofacial y Otorri-
nolaringología, cada una de las cuales aportó técnicas 
y perspectivas diferentes para su abordaje quirúrgico.
La órbita puede ser considerada una pirámide 
cuadrangular, que puede ser abordada por su base 
anterior abierta, o por alguna de sus cuatro paredes 
óseas resecadas en forma transitoria o permanente.
En sentido anteroposterior podemos distinguir tres 
sectores: uno anterior, amplio y superficial en relación 
con su base; otro sector intermedio; y el último posterior, 
estrecho y profundo con múltiples elementos nerviosos, 
vasculares y musculares en íntima relación entre sí, de-
terminando que sea el de mayor complejidad quirúrgica.
La estructura anatómica del contenido orbitario 
se distribuye en tres espacios: el perióstico, entre la 
periórbita y el hueso; el cono muscular que encierra 
a los intrincados componentes del vértice orbitario; 
y el área delimitada por las dos anteriores, ocupada 
principalmente por grasa. Las lesiones ocupantes de 
alguno de estos espacios tienden a permanecer con-
finadas al mismo, requiriendo un diferente abordaje 
para cada compartimento. 1, 3
La selección del tratamiento quirúrgico más adecua-
do de los tumores orbitarios requiere del conocimiento 
de los diversos abordajes quirúrgicos, de sus ventajas, 
indicaciones, limitaciones y contraindicaciones. Los 
principales aspectos a considerar son la localización y 
el tamaño de la lesión, su sitio de origen aparente, sus 
vías de propagación y su probable histología. Estos da-
tos surgirán de la evaluación clínica y de los exámenes 
complementarios. Los notables avances en el diagnóstico 
por imágenes de las tres últimas décadas permiten la 
detección precoz de la lesión, su precisa localización y 
determinación de las relaciones anatómicas con estruc-
turas normales, y una histología probable, permitiendo 
la planificación del tratamiento más adecuado.1, 3
Abordajes quirúrgicos de la órbita
Históricamente, los primeros abordajes fueron las lla-
madas orbitotomías anteriores. Uno de los pioneros 
fue el oftalmólogo alemán Bartisch, quien describió 
una especie de exenteración subtotal con preservación 
de los párpados en 1583. En 1744, Thomas Hope co-
municó una de las primeras intervenciones orbitarias 
con conservación del globo ocular. Herman Knapp 
describió el abordaje transconjuntival a través del 
párpado superior en 1874. 4
El llamado abordaje transpalpebral fue comunica-
do por Rollet (1907, 1924), Elschnig (1927), Golovine 
(1930), 3, 4 y Benedict 2 (1949). En realidad, la incisión 
de piel se efectúa sobre el reborde orbitario superior. 
Esta técnica, prácticamente, no se ha modificado hasta 
el presente. 3, 4
En 1940, Davis 5 describió la remoción de glio-
mas del nervio óptico a través de una incisión sobre 
el reborde orbitario inferior. Callahan 6 adaptó este 
abordaje en 1948 para otros tipos tumorales.
Philip Gustav Passavant, en Frankfurt, fue el pri-
mero en utilizar un abordaje lateral de la órbita para 
tratar una malformación vascular en 1866; ese mismo 
año Wagner describió su aplicación para la remoción 
de cuerpos extraños. Sin embargo, el abordaje late-
ral está asociado al nombre de Krönlein luego de su 
completa descripción, en 1888, para la resección de 
un quiste dermoide. Ulteriormente, se propusieron 
múltiples modificaciones, sobre todo de la incisión 
cutánea. La más aceptada es la de Berke 7 (1954), quien 
utiliza la incisión horizontal de Swift.
Una de las primeras craneotomías para extirpar 
un tumor intracraneano que producía exoftalmía fue 
realizada por Durante en Roma, en 1887. 3 En 1941, 
Walter Dandy 8 publicó su obra clásica Orbital Tumors, 
donde propone la vía transcraneana como procedi-
miento de elección para el tratamiento quirúrgico de 
los tumores orbitarios, a la que considera superior a 
aquella realizada por los oftalmólogos.
La vía transcraneana fue utilizada durante la misma 
década por Naffziger como descompresiva, y también 
por Poppen 9 (1943) y Love y Benedict 10 (1945) para 
la resección de tumores.
En 1913, Frazier 11 describió un abordaje a la región 
hipofisaria por medio de una craneotomía frontal y 
resección del reborde orbitario superior, y su ulterior 
reposición. Esta técnica, que permite disminuir la re-
tracción cerebral, cayó en desuso para el tratamiento 
de la patología periselar, ante el progreso de la neu-
Capítulo 30: Abordaje transcraneal de las lesiones 
ocupantes de la órbita
aNToNio g. carrizo y armaNdo J. a. baSSo

Continuar navegando