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Neurocirugía, aspectos clínicos y quirúrgicos - Basso-354

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Tratamiento médico de los adenomas hipofisarios I 353
31
por retracción del tumor durante el tratamiento 
médico.
Tratamiento médico
El tratamiento de los prolactinomas con agonistas do-
paminérgicos está considerado hoy como de primera 
línea. En la Tabla 31.3 se muestran las principales 
drogas utilizadas. Ellas actúan directamente sobre el 
receptor de dopamina, tanto en el lactotropo normal 
como tumoral, activando una cascada de eventos pos-
receptor que terminan con la inhibición de la síntesis 
y secreción de prolactina.
La bromocriptina (BEC) fue la primera droga utili-
zada clínicamente y sobre ella, la literatura es más rica 
en datos. 21 Fue en principio utilizada para inhibición 
de la lactancia fisiológica y las hiperprolactinemias 
sin evidencia de tumor (idiopáticas). Posteriormente 
los microprolactinomas y macroadenomas también 
pasaron a ser tratados con bromocriptina, con buenos 
resultados. 22 La literatura muestra normalización de 
los niveles de prolactina y mejoría de galactorrea en 
el 64 y 100% de los casos, con recuperación de los 
ciclos menstruales en el 57-100% de los casos. 19
Los pacientes con macroprolactinomas fueron con-
siderados, en un comienzo, para tratamiento quirúr-
gico; la mayoría de ellos recurría a la bromocriptina 
luego de la cirugía por el alto índice de persistencia y 
recidiva tumoral. La cirugía fue dejada de lado en la 
mayoría de los pacientes a partir de la comprobación 
de que la bromocriptina, además de disminuir los 
niveles séricos de prolactina, también era capaz de 
reducir el tamaño tumoral. 22 (Figura 31.2) Asimismo, 
la sintomatología neurológica y neurooftalmológica 
pasó a resolverse con tratamiento médico en la mayo-
ría de los pacientes, tornando innecesaria la cirugía 
descompresiva.
El tratamiento médico de los prolactinomas en-
frentaba algunos problemas. El más habitual eran los 
efectos adversos de los agonistas dopaminérgicos tales 
como intolerancia gastrointestinal (náuseas y vómitos) 
y/o vascular (hipotensión arterial). La bromocriptina 
ha sido utilizada por vía vaginal, medio adecuado de 
absorción de la droga, ya que se obtuvieron mayores 
respuestas en inhibición de prolactina con dosis me-
nores. 23 Sin embargo, esta vía se tornaba difícil de 
cumplir en los tratamientos prolongados.
La cabergolina (CAB), agonista dopaminérgico 
de acción prolongada, carece de los efectos adversos 
gastrointestinales que presenta bromocriptina y la 
literatura muestra claramente su excelente tolerancia. 
24-25 En una serie de 39 pacientes con prolactinomas 
26, el 88% presentó trastornos gastrointestinales con 
BEC, y sólo 17% los tuvieron con CAB. (Tabla 31.5) En 
esta casuística, 8 eran macroadenomas, 21 microade-
nomas y 10 hiperprolactinemias idiopáticas. 46 La 
normalización de PRL se logró en el 79% de los casos 
(100% de las idiopáticas, 81% de los micro y 50% de 
los macroadenomas). La recuperación de la función 
gonadal en las mujeres fue del 90% (100%de las idio-
páticas, 87% de los micro y 57% de los macroadeno-
mas) y en varones, del 75% en los microadenomas 
y en ningún paciente con macroprolactinoma. 26 La 
reducción tumoral en los macroadenomas fue mayor 
al 50% en todos los pacientes vírgenes de tratamiento. 
Hubo una reducción adicional del adenoma en los 
que habían recibido bromocriptina previamente. En la 
Figura 31.2: RMI (cortes sagitales) de un macroadenoma 
antes (a), luego de un año (b) y 9 años (c) del tratamiento 
con bromocriptina
a b
c
Tabla 31.4: Efectos de los agonistas dopaminérgicos sobre el 
tamaño tumoral
% Reducción tamaño tumoral
Nº de 
casos
> 
50%
25-
50%
< 
25%
Sin 
cambios
Bromocriptina 112 40,2 28,6 12,5 18,7
Pergolide 17 59 12 6 23
Quinagolide 104 48 20 17 14
Cabergolina* 190 45 34 6 15
Resumen de varias series publicadas (38, 57, 78, 79)
*Se incluyen series en las que muchos pacientes habían sido tratados 
previamente con otros agonistas dopaminérgicos, algunos por 
intolerancia y otros por resistencia, lo que puede influenciar en los 
hallazgos sobre la reducción tumoral.
Figura 31.3: RMI de un microadenoma antes (a) y después 
de un año con cabergolina (b): desaparición de la imagen 
con niveles de PRL normales
a b

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