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Tratamiento quirúrgico de los adenomas de la hipófisis 371 34 y, al no presentar buenos resultados, cambió por el abordaje transesfenoidal. 10, 27, 28 Así, Cushing fue el primer neurocirujano en utilizar la vía sublabial gingival transesfenoidal. 32 Cushing utilizó la vía transesfenoidal entre 1910 y 1925, operando 231 pa- cientes con tumores hipofisarios, con una mortalidad del 5,6%. 19 (Figuras 34.2 a, 34.2 b y 34.2 c) Sin embargo, a partir de 1929, Cushing abandonó la vía transesfenoidal, operando solo por vía transcraneana. Norman Dott, un discípulo de Cushing en Escocia, continuó con el uso de la ruta transesfenoidal. 20, 26 Dott desarrolló un espéculo con luz incorporada. 30 Gerard Guiot, de Francia, visitó a Dott en 1956 y allí aprendió la técnica transesfenoidal. 26 Ese año Dott realizó 80 cirugías consecutivas sin ninguna muerte. 32 Guiot comenzó a desarrollar esa cirugía en los años siguientes, introduciendo la radiofluroscopia durante el procedimiento. 15 Llevado por su espíri- tu pionero, Guiot aplicó el abordaje transesfenoidal para tratar craneofaringiomas, cordomas de clivus y lesiones paraselares. 27 Jules Hardy, de Canadá, a su vez, aprendió con él esta cirugía. En 1967 adoptó el microscopio quirúrgico para este procedimiento 18, y en 1968 introdujo el concepto de microadenoma (un paciente que presentaba alteraciones endocrino- lógicas sin agrandamiento de la silla turca). 17 Nuestra propia experiencia (AB) de varios años al lado de Guiot y Hardy nos permitio familiarizarnos con esas modernas técnicas. En 1969 comenzamos a utilizar el abordaje microquirúrgico transesfenoidal por primera vez en Sudamérica. Los avances tecnológicos en las áreas de endosco- pia, neuronavegación y RMN intraoperatoria han sido aplicados a la cirugía transesfenoidal en un intento por disminuir aún más la morbilidad y mortalidad del procedimiento clásico. 27 Anatomía quirúrgica Cavidad nasal La cavidad nasal, el primero de los conductos respira- torios, está limitada hacia arriba por la fosa craneana anterior, hacia los costados por las órbitas y los senos maxilares y hacia abajo por el paladar. Se encuentra dividida en dos mitades, derecha e izquierda, por el tabique nasal que, siendo sagital y medio, presenta un sector anterior cartilaginoso y un segmento pos- terior óseo (lámina perpendicular del etmoides por arriba y vómer por debajo). La pared lateral presenta un sector superior compuesto de adelante hacia atrás por la apófisis frontal del maxilar, el hueso lagrimal y el laberinto etmoidal, y un sector inferior forma- do de adelante hacia atrás por el maxilar, la lámina perpendicular del palatino y la apófisis pterigoides. Sobre la pared lateral se ubican los cornetes nasales superior, medio e inferior, por debajo de los cuales se encuentran los meatos superior, medio e inferior. La cavidad es más ancha por debajo que por arriba y comunica con los senos frontales, etmoidales, maxi- lares y esfenoidales. Hueso esfenoides y seno esfenoidal El hueso esfenoides está ubicado en la base del cráneo por delante de los huesos temporales y de la apófisis basilar del occipital. Visto desde adelante, tiene la forma de un murciélago con las alas extendidas y está constituido por una parte central o cuerpo, dos alas mayores, dos alas menores y dos apófisis pterigoides. El contacto íntimo entre el cuerpo del esfenoides con la cavidad nasal por debajo y con la glándula hipó- fisis por arriba hacen que la ruta transesfenoidal sea el abordaje quirúrgico de elección en la mayoría de los tumores selares. 29 (Figura 34.3) El cuerpo del esfenoides es más o menos cúbico y contiene dos grandes senos aéreos que están separados entre sí por uno o varios tabiques; en conjunto, dicha cavidad es comúnmente llamada seno esfenoidal. Dicho seno está sujeto a considerables variaciones en cuanto a forma, tamaño, grado de neumatización y número y localización de tabiques. Es una pequeña cavidad al nacimiento, desarrollando su neumatización luego de la pubertad. A medida que la edad avanza, el seno se va agrandando cada vez más como consecuencia de una absorción de sus paredes óseas. 29 Así, existen tres tipos de seno esfenoidal de acuerdo al grado de neumatización: conchal (no hay neumatización del seno), preselar (la neumatización no va más allá de una línea vertical paralela al límite anterior de la silla) y selar (la neumatización llega hasta el clivus). El tipo selar es lo más común. Los tabiques dentro del seno Figura 34.2: Abordaje gingivolabial; a: vista axial; b: exposición de la mucosa gingival; c: espéculo de Killian exponiendo tabique nasal a b c
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