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CAT. II - BIGLIERI El estudio de los valores desde la psicología social PSICOLOGIA POLITICA Ficha de catedra Luis Carlos Jaume, Paula Quattrocchi y Jorge Biglieri 1 En el presente capítulo nos adentraremos en el mundo de los valores. Para ello, comenzaremos incursionando en la construcción del concepto de valores y sus principales características, luego abordaremos los modelos historicos para estudiar los valores y por último, analizaremos la influencia de esta variable en fenómenos sociopolíticos como la ideología política. LLiissttaa ddee oobbjjeettiivvooss En este capítulo hablaremos de: • Los valores y sus características. • Historia de los principales modelos teóricos para su abordaje. • La relación entre los valores y la ideología política. Una de las principales preguntas que la axiología ha intentado responder es cuál es la naturaleza de los valores. Para ello, se han intentando brindar distintas perspectivas no sólo de la filosofía, sino también de la sociología, la antropología, etc para poder describirlos. Asimismo el origen de los valores, también fue estudiado desde distintas perspectivas, sin embargo una de las menos conocidas y más novedosas es la perspectiva psicológica ya que el tema de los valores humanos recientemente se ha constituido en objeto de investigación científica psicológica en las últimas décadas (Gouveia, Martínez, Meira & Lemos, 2001) aunque las raíces se encuentren en los inicio del siglo XX con los estudios de Thomas y Znaniecki (1918). Uno de los psicólogos pioneros que ha estudiado sistemáticamente el fenómeno de los valores humanos ha sido Rokeach (1973). Su trabajo, “The nature of human values”, tuvo un impacto significativo en el mundo académico de su tiempo, ya que la propuesta del autor fue diferenciar el concepto de valor respecto de otros constructos psicológicos relacionados como las actitudes, las creencias o los rasgos de personalidad. Además, Rokeach (1973) fue uno de los psicólogos pioneros en elaborar un instrumento de evaluación que permitiera a los investigadores de la época, conocer empíricamente a este constructo demostrando su legitimidad y especificidad. A partir de inaugurada esta tradición de estudio, diversos autores han hecho aportes significativos al estudio de los valores, destacándose tres en cuanto a su popularidad y desarrollo tanto teórico como empírico (Shearman, 2008). Las tres 2 corrientes principales para el estudio de los valores son las propuestas por Hofstede (1991), Inglehart (1997) y Schwartz (1992). La primera de las corrientes, cuyo principal exponente es Hofstede (1980), propone cinco dimensiones básicas o valores a partir de los cuales se puede expresar la variabilidad cultural. Cada una de estas cinco dimensiones propuestas por el autor, implica problemas básicos con los que toda sociedad debe lidiar políticamente. Hofstede (1991) las presenta como pares opuestos que se distribuyen en un continuo dimensional, a saber: individualismo frente al colectivismo, una alta distancia jerárquica frente a una baja distancia jerárquica, feminidad frente masculinidad, alta evitación de la incertidumbre frente a una baja evitación de la incertidumbre y larga orientación en el tiempo frente a corta orientación en el tiempo. La segunda de las corrientes en el estudio de los valores, inaugurada por Inglehart (Inglehart, 1997; Inglehart & Welzel, 2005), considera dos dimensiones o valores centrales (tradicionales frente a seculares-racionales y de supervivencia frente a libre expresión), las cuales ponen de manifiesto las creencias de un determinado grupo en lo que respecta a varios ámbitos de la vida cotidiana como la familia, el trabajo, la religión, la política o la ideología, entre otros. Al igual que sucediera con la corriente anterior, cada valor se presenta como un continuo dimensional con dos extremos opuestos (Inglehart, 2006). Por último, la corriente planteada por Schwartz (1992) postula diez tipos de valores: benevolencia, universalismo, autonomía, estimulación, hedonismo, logro, poder, seguridad, tradición y conformidad. Dichos valores conforman una estructura circular en la que los valores opuestos se encuentran enfrentados, mientras que los complementarios se hallan próximos entre sí, alrededor de la circunferencia. Desde esta concepción se definen a los valores como metas deseables, que van a regir ciertas áreas fundamentales en la vida de un sujeto (Schwartz & Barnea, 1995). Este autor trabajo con diversos investigadores de los cinco continentes, en más de 60 países, acumulando datos de más de 60,000 individuos, con la finalidad de demostrar la fortaleza teórica y empírica de sus desarrollos conceptuales. 3 Definición de valores y principales características Existen características de los valores básicos que se encuentran implícitamente en las diferentes teorías presentadas (Schwartz, 1992). En primer lugar, los valores son creencias que no sólo se refieren a un contenido frío, sino que implican un correlato emocional. Son, a su vez, un constructo basado en la motivación, ya que tiene en cuenta los objetivos que cada persona quiere alcanzar. Otro punto importante a considerar es que los valores poseen una naturaleza abstracta, basada en la trascendencia de las situaciones específicas y concretas, las cuales se podrían atribuir a conceptos como las normas o actitudes. Más aún, sirven como criterios o medidas por las cuales una persona selecciona o evalúa eventos, acciones, personas, entre otros. En cuanto al orden, poseen una importancia relativa el uno del otro, implicando una diferencia jerárquica a nivel interindividual. Esta función jerárquica de los valores también los distingue de las normas y actitudes. Los valores, entonces, son observable a través de las creencias de una persona o grupo de personas, que se perciben tanto de manera consciente como inconscientemente, comunicados explícita o implícitamente (simbólicamente), utilizados como criterio para juicios cognitivos, afectivos y de conducta para guiar nuestras elecciones de entre las opciones disponibles, influyendo sobre la sociedad, así como ésta influye sobre los individuos y, por ende, su escala de valores (Schwartz & Barnea, 1995). Esta definición destaca cinco elementos claves que ameritan un desglose, estas son: a) los valores son observables a partir de las creencias de una persona o grupo de personas. Los valores de una persona o grupo se mantienen en diferentes niveles tales como el biológico, el idiosincrático, el social o el cultural, los cuales son mutuamente interdependientes ya que al modificarse uno de ellos puede tener influencia en los demás. No sólo pueden percibirse indirectamente a través de la conducta de un individuo o grupo, sino que también a partir de un conjunto de creencias que sostengan. b) los valores se perciben tanto consciente como inconscientemente, son comunicados explícita o implícitamente (simbólicamente). Refiere a la elección de comunicar verbalmente nuestros valores o hacerlo a través de la conducta. Puede suceder que elijamos no comunicarlos o lo hagamos mediante indicios simbólicos, por ejemplo como meta-mensajes. 4 c) los valores son utilizados como criterio normativo y evaluativo para juicios cognitivos, afectivos y de la conducta. Los criterios evaluativos hacen referencia al juicio en lo referente a lo que es bueno o malo, falso o verdadero, lo deseable y no deseable. El criterio normativo hace referencia a lo que es aceptable socialmente, lo normal o lo típico. d) los valores impactan en nuestra conducta guiando nuestras elecciones de opciones disponibles. Como postula Rokeach (1973, 1979) los valores son reglas que nos ayudan a tomar decisiones en nuestras vidas. Al funcionar como una base motivacional para nuestro accionar impactan sobre nuestro comportamiento,guiándonos para el logro de ciertos objetivos. e) los valores influyen sobre la sociedad, así como la sociedad sobre los mismos. Tanto la cultura como la sociedad impactan sobre los valores, los cuales a su vez lo hacen sobre las personas individualmente o colectivamente. Los estudios pioneros de Rokeach Milton Rokeach fue uno de los pioneros en el estudio global de los valores del ser humano. En 1973 el autor desarrolla un sistema de valores que él consideraba “universales”, en los cuales toda persona podía verse reflejada en menor o mayor medida. Este sistema que incluía 18 tipos de valores, se convirtió con el tiempo en referencia para el estudio del comportamiento y para el análisis de aquello que era “más importante” para una persona. Rokeach (1973) afirmaba que los valores son creencias duraderas, por las cuales se considera que un modo de conducta específico (valor instrumental) o un estado final de existencia (valor terminal), son personal y socialmente preferibles a sus opuestos. En este sentido, los valores forman parte de la cognición, modulando aquello que es deseable o lo que se prefiere. Poseer un valor implica decir que un sujeto conoce el camino o modo correcto de conducirse, o el fin último que desea alcanzar. De esta manera, los valores sirven de guía en la elección y evaluación de las situaciones y comportamientos. 5 Con la finalidad de evaluar a este constructo, el autor diseña la Encuesta de Valores de Rokeach, la cual consiste en dos series de valores, cada uno de los cuales incluye a su vez una serie de valores individuales. Estos son: • Valores terminales: son los que se refieren a los fines deseables de existencia; las metas que un individuo quisiera lograr a lo largo de su existencia. • Valores instrumentales: refieren a las maneras predilectas de comportamiento o los medios de lograr los valores terminales de cada uno. Tipos de Valores (Rokeach, 1973) Valores Terminales Valores Instrumentales Una vida cómoda - Una vida emocionante - Sentimiento de logro - Un mundo de paz – Igualdad - Seguridad Familiar - Felicidad Armonía interior - Seguridad nacional - Respeto por uno mismo - Reconocimiento Social - Amistad verdadera - Sabiduría Ambición - Mente abierta - Capaz - Animado - Limpio - Valiente - Perdón - Servicial - Honesto - Imaginativo - Independiente - Intelectual - Lógico - Cariñoso - Obediente - Cortés - Responsable - Controlado Por otro lado, según Rockeach (1973), la definición de los valores se ha ido homogenizando, en torno a unas características consensuadas. El autor resume las principales características de las concepciones de valores, que estarán (como veremos más adelante) luego implícitas en los diferentes teóricos e investigadores: 1. los valores son creencias vinculadas a las emociones y a las cogniciones. 2. los valores son metas deseadas que las personas intentan lograr. 3. los valores trascienden las acciones y situaciones específicas. Son metas abstractas. La naturaleza abstracta de los valores los distingue de conceptos tales como las normas y actitudes, las cuáles se refieren a acciones, objetos o situaciones específicas. 6 4. los valores guían la selección o evaluación de las acciones, las políticas, las personas y los eventos. En otras palabras, los valores sirven como estándares o criterios. 5. los valores se ordenan por la importancia que tienen respecto de otros. De esta manera, las personas forman un sistema ordenado de prioridad de valores que los caracteriza como individuos. Aunque las cinco características señaladas son comunes para todas las teorías de los valores mencionadas, el aspecto crucial que permite la distinción entre los valores es el tipo de meta u objetivo que expresan. Estas características permiten diferenciarlos claramente de otros constructos, como las actitudes o las necesidades (Rokeach, 1973). Por ejemplo, las actitudes siempre se relacionan con un objeto social específico, mientras que los valores sobrepasan este carácter específico. Además, poseen un carácter ordinal, es decir que para cada individuo ciertos valores son más importantes que otros, mientras que otros constructos como las actitudes no presentan esta ponderación (Rokeach, 1973). Por otro lado, las necesidades o fines que se pretenden alcanzar generalmente suelen confundirse con los valores. En este caso, la vinculación es más estrecha ya que usualmente los instrumentos de evaluación que permiten identificar los valores, utilizan las necesidades humanas como reactivos para la operacionalización de los valores. No obstante, el valor es un constructo hipotético que consiste en representar cognitivamente una necesidad o un fin que Rokeach (1979) denomina como necesidades. Tres teorías de los valores 1. Las cinco dimensiones culturales (Hofstede) Hemos señalado al comienzo de este capítulo que actualmente se pueden encontrar tres grandes teorías desde los cuales se aborda el estudio de los valores. Una de estas es el modelo de Hofstede (1980), quien postuló inicialmente que las culturas se podrían posicionar en cuatro dimensiones independientes entre sí: distancia jerárquica, evitación de la incertidumbre, individualismo/colectivismo, y feminidad/masculinidad. Posteriormente, a partir de los trabajos empíricos de Bond (1990; 1996) y la Conexión de la Cultura China (CCC, 1987), el marco teórico incorpora una 7 quinta dimensión, a saber, larga orientación en el tiempo frente a corta orientación en el tiempo. Estas cinco dimensiones permiten considerar la variabilidad cultural y así comparar y contrastar las diferentes culturas en su incidencia en el comportamiento de las personas. Hofstede (1980) sostiene que estas cinco dimensiones son problemas básicos por los que toda sociedad debe atravesar, si bien las soluciones de cada una son diferentes. La distancia jerárquica hace referencia a la igualdad-desigualdad entre personas, mientras que la evitación de la incertidumbre se relaciona con la incertidumbre y la estructura de vida. El individualismo/colectivismo explica cómo se relaciona la gente entre sí, a su vez que masculinidad/feminidad hace referencia a la posición emocional y motivacional a nivel de la orientación personal. Por último, la larga orientación en el tiempo frente a la corta orientación se refiere a la importancia atribuida tanto al pasado, como presente y futuro. A continuación se presenta una tabla resumen de las cinco dimensiones postuladas por el autor. Tabla 2: Dimensiones de Hofstede (1980) DIMENSIÓN DEFINICIÓN INDIVIDUALISMO VS COLECTIVISMO La medida en la que las personas privilegian logros personales y libre expresión, o bien logros colectivos y armonía grupal ALTA EVITACIÓN DE LA INCERTIDUMBRE VS BAJA EVITACIÓN DE LA INCERTIDUMBRE La medida en que las personas prefieren la incertidumbre, o bien desean la certidumbre, la estructura y rigidez en las interacciones cotidianas en el grupo al cual pertenecen 8 LARGA ORIENTACIÓN TEMPORAL VS CORTA ORIENTACIÓN TEMPORAL La medida en que las personas valoran la planificación a largo plazo de los resultados valorando el pasado, o bien la planificación a corto plazo de resultados haciendo hincapié en el presente. ALTA DISTANCIA JERÁRQUICA VS BAJA DISTANCIA JERÁRQUICA La medida en que las personas aceptan o esperan la distribución equitativa del poder en las interacciones cotidianas dentro del grupo o sociedad a la cual pertenecen FEMINIDAD VS MASCULINIDAD La medida en que las personas enfatizan los valores femeninos y promueven la igualdad de género, o bien enfatizan valores masculinos y la diferenciación marcada de género. 2. El modelo de Inglehart (1997) La segunda de las corrientes que se ocupó del estudio de los valores fue iniciada por Inglehart (1997), quien postuló dos dimensiones parasu análisis. Dichas dimensiones son: ❖ Supervivencia frente a libre expresión y ❖ Tradicional frente a secular-racional. A partir de esta clasificación, es posible estudiar los valores en diferentes ámbitos como lo son la religión, el trabajo, la familia, la política, el medio ambiente y el comportamiento sexual. La dimensión tradicional frente a racional-secular implica un contraste entre valores tradicionales y valores seculares. Los valores tradicionales se pueden observar en el intento de las personas por mantener roles y valores tradicionales como lo son las creencias religiosas, obligaciones familiares, respeto por la autoridad, 9 orgullo nacional y una menor preocupación por el medio ambiente. Por otro lado, los valores seculares-racionales se presentan en el extremo opuesto de los valores tradicionales. La dimensión supervivencia frente a libre expresión, se refiere a la medida en que las personas privilegian la seguridad económica y física por sobre factores como calidad de vida, libre expresión y bienestar subjetivo. Esta dicotomía se ve reflejada en una sociedad en la prevalencia de valores de supervivencia frente a valores humanísticos. En general, los individuos que viven en sociedades percibidas como inseguras, privilegian valores en donde la seguridad física y económica esté contemplada, por el contrario, en sociedades seguras, las personas se preocupan más por valores que implican la autonomía personal, la libre expresión y el bienestar subjetivo (Tabla 3). Tabla 3: Dimensiones de Inglehart (1997, 2006) DIMENSIÓN DEFINICIÓN VALORES TRADICIONALES VS VALORES SECULAR- RACIONALES La dimensión de valores tradicionales/seculares- racionales refleja la importancia que las personas le otorgan al mantenimiento de valores tradicionales en detrimento de valores actuales. VALORES DE SUPERVIVIENCIA VS VALORES DE LIBRE- EXPRESIÓN La dimensión de valores de supervivencia implica el énfasis en la seguridad física y económica en contraposición con la libre expresión, bienestar subjetivo y calidad de vida. 3. Los valores de Schwartz: su modelo teórico. Por último, pero no por eso menos importante, la última corriente que hemos señalado es la que desarrolla Shalom Schwartz (1992). El modelo teórico de este autor es 10 una extensión del modelo propuesto por Rokeach (1973); sin embargo, tiene tres diferencias sustanciales: 1. Propone una medida que combina los intervalos con las categorías (generalmente dos valores: uno, evaluado como de máxima importancia; otro, que es identificado como contrario a los demás valores del entrevistado) 2. enfatiza en la base motivacional, como explicación para la estructura de los valores. 3. sugiere la universalidad tanto de la estructura, como del contenido de los tipos motivacionales de los valores. El modelo de Schwartz reunió datos bastantes consistentes, que se corroboraron transculturalmente en más de 60 países (Schwartz & Sagiv, 1995). Según Schwartz (2005), diez son los valores motivacionalmente, extensos y básicos que derivan de las tres necesidades universales de la condición humana (necesidades del individuo como organismo biológico; requerimientos de interacción social coordinada, y necesidades de vivencia y bienestar en grupos). Los diez valores básicos tienden a incluir todos los valores medulares, reconocidos en las culturas de todo el mundo. Schwartz (1992, 1995a) los define así, al describir sus metas motivacionales principales: 1. Autodirección: independencia en el pensamiento y en la toma de decisiones, creación y exploración (creatividad, independencia, libertad). 2. Estimulación: emoción, novedad y logros en la vida, por variedad y cambio. 3. Hedonismo: placer y satisfacción sensual, para la propia persona. 4. Logro: Éxito personal, a través de la demostración de competencia, de acuerdo con los estándares sociales. 5. Poder: estatus social y prestigio; control o dominio de personas y recursos. 6. Seguridad: armonía y estabilidad de la sociedad, tanto de las relaciones, como de uno mismo. 11 7. Conformidad: control tanto de las acciones, como de las inclinaciones y de los impulsos probables de lastimar a otros, y de violar las normas y expectativas sociales. 8. Tradición: respeto, compromiso y aceptación de las costumbres e ideas que la cultura tradicional y la religión brindan a las personas. 9. Benevolencia: preservación e incremento del bienestar de aquéllos con quienes uno está en frecuente contacto personal 10. Universalidad: entendimiento, apreciación, tolerancia y protección, para el bienestar de todas las personas y de la naturaleza. De acuerdo con el modelo de Schwartz (2005), las acciones a las cuales están dirigidos los valores tienen consecuencias psicológicas, prácticas y sociales, que podrían crear conflictos, o podrían ser congruentes con otros valores. Schwartz (2005) propone un esquema circular concéntrico, el cual representa las posibles relaciones entre los conflictos, así como las congruencias entre los diferentes valores. El diseño circular representa un continuo motivacional, en el que cuanto más cercanos se encuentren dos valores alrededor del círculo, más similares son sus motivaciones subyacentes. Mientras que, mientras más distantes se encuentren dos valores, es mayor el antagonismo entre sus motivaciones. 12 La estructura de valores propuesta por Schwartz (1992), ofrece una validez consolidada en el ámbito transcultural. La evidencia que recolectó el autor para la construcción de su esquema teórico se ha encontrado en muestras de 67 naciones, las cuales señalan todas las motivaciones subyacentes que podrían constituir un principio universal para organizar todos los sistemas de valores. Este esquema motivacional, que integra las relaciones entre los valores, hace posible el estudio sobre cómo todos los sistemas de valores, más que los valores individuales, se relacionan con otras variables. El esquema de la estructura circular de valores motivacionalmente opuestos y compatibles proviene de la experiencia obtenida a partir de los conflictos de las personas cuando actúan conforme a sus valores. El esquema de valores de Schwartz (1992) se sostiene a partir de dos hipótesis relacionales entre valores: 1. Los valores que son adyacentes en el esquema (por ejemplo, el poder y el logro) deberían tener igual asociación, con otras variables. 2. la asociación de valores con otras variables debería disminuir en ambas direcciones, alrededor del círculo, desde el valor más positivamente asociado, hacia el más negativamente asociado. De esta manera, el orden de asociación, para todo el conjunto de los diez valores debería seguir un patrón predecible. Específicamente, si un rasgo, actitud o comportamiento se relaciona positivamente con uno de los valores, pero más negativamente con otro, el patrón esperado de asociación con todos los otros valores sigue el esquema circular del valor. Valores e ideología política Como se ha señalado anteriormente, el modelo teórico de Schwartz permite el estudio de los valores en su relación con otras variables, como por ejemplo la ideología política (Schwartz & Barnea, 1995), dado que los valores permiten a las personas organizar sus evaluaciones políticas de una manera relativamente constante, proporcionando una estructura general de las actitudes políticas (Feldman, 2003). En este sentido, Schwartz (1994) argumentó que las variaciones sistemáticas en la prioridad 13 que los individuos dan a los diferentes valores fundamentales funcionan como base de las ideologías políticas. Por lo tanto, los valores pueden influir en la elección política a través de sus efectos sobre las ideologías. Algunos autores han sostenido que la gente tiende a votar a los partidos que soportan o promueven los valores propios más apreciados (Caprara,Schwartz, Capanna, Vecchione & Barbaranelli, 2006), enfatizando en su estudio la característica de mediación que poseen los valores en la vinculación de los rasgos personales básicos con la preferencia en el voto y la ideología política (Caprara, Vecchione & Schwartz, 2009). De esta manera, se puede decir que los rasgos personales contribuyen al voto o la elección de un determinado partido político indirectamente a través de los valores. La literatura especifica sugiere que el auto posicionamiento ideológico político se asocia en general a todos los valores de Schwartz (1996) - con excepción del Hedonismo y la Estimulación (Zubieta, Delfino, Fernández, 2007) - y tanto los valores como la ideología política parecen influir sobre la conducta política de los individuos. Existen dos procesos que relacionan los valores con la preferencia por un determinado partido político. El primero concibe a los valores como subyacentes y organizadores de la conducta política, es decir, la condicionan de forma indirecta (Cochrane et al., 1979; Himmelweit et al., 1981; Rockeack, 1973, 1979; Smith, 1968). El segundo, se refiere a los valores como predisposiciones estables que influyen directamente en la conducta política. En este sentido, las personas asocian los partidos políticos con el logro o frustración de determinados valores simbólicos. En este punto parece importante diferenciar las dos dimensiones ideológicas o ejes en las que los partidos políticos suelen diferenciarse y que permitirían su clasificación. En primer lugar, tenemos la dimensión socioeconómica, que hace referencia al grado de igualdad económica entre sujetos individuales (igualitarismo económico), en segundo lugar, se considera a la dimensión del liberalismo en referencia a la disposición al cambio social, a partir de las libertades y derechos individuales, hablaremos entonces de liberalismo clásico (Schwartz & Barnea, 1995). 14 El liberalismo clásico parte de la idea de un hombre naturalmente bueno, bondadoso, por lo cual va a intentar llevar al máximo la libertad individual con la finalidad que el ser humano exprese esa bondad (Greene, 1957; Hobhouse, 1964). Los sujetos que defienden partidos con una posición liberal se fundamentarían en valores promotores de la autonomía personal, la apertura, la auto-realización, la tolerancia y la aceptación de personas diferentes. Estos tipos de valores son los de universalismo, auto- dirección y estimulación. Por otro lado, el apoyo a partidos con una concepción menos liberal, se fundamentaría en poseer valores que protegen el orden social, el status quo y la seguridad, estos valores podrían ser los de tradición, conformidad y seguridad (Schwartz & Barnea, 1995). En cuanto al igualitarismo económico, se refiere a la distribución de recursos e ingresos equitativamente entre los miembros de una sociedad. A su vez, se opone a la organización según una jerarquía de la sociedad y la distribución diferencial de los recursos, promueve la igualdad entre personas, así como la cooperación y responsabilidad mutua con el fin de promover el bienestar general, esta posición destaca valores como el universalismo y la benevolencia, ambos propios de los valores de autotrascendencia. El polo opuesto a esta concepción estaría dado por el no-igualitarismo, el cual postula que los individuos obtienen sus recompensas en función de lo que aportan a la sociedad, es decir, se basa en el principio de equidad de la justicia distributiva. Esto deriva en la justificación de un orden social jerárquico, el cual se apoya en valores de interés propio como lo son los de poder y logro. En esta misma línea, la aceptación de determinadas ideologías que legitiman o no la desigualdad social, se encuentra en gran parte determinada por el deseo general de las personas de dominación de su propio grupo sobre otro (Zubieta et. al, 2007; Palaveccino, 2012) En síntesis, para entender el núcleo de la asociación entre estas dos variables, las investigaciones sugieren que los sujetos que optan por ideologías políticas alineadas a la derecha, que refuerzan la dominación y justifican la existencia de jerarquías sociales, destacan en valores tales como la Tradición, la Conformidad, la Seguridad, el Poder, el Logro (positivamente) y la Auto-dirección, el Universalismo, la Benevolencia 15 (negativamente). Mientras que las personas que se identifican con una ideología tendiente a la izquierda presentan puntuaciones más altas en valores tales como la Auto- dirección, el Universalismo y la Benevolencia y los valores que configuran la Auto- trascendencia, la Apertura al Cambio y negativamente con los que configuran la Conservación (Zubieta et. al., 2007). Referencias Bond, M. (1990). Beyond the Chinese Face. Hong Kong: Oxford University Press. Bond, M. (1996). The handbook of Chinese Psychology. Hong Kong: Oxford University Press. Caprara, G., Schwartz, S., Capanna, C., Vecchione, M. & Barbaranelli, C. (2006). Personality and politics: Values, traits, and political choice. Political Psychology, 27, 1-28. Caprara, G., Vecchione, M. & Schwartz, S. (2009). Mediational role of values in linking personality traits to political orientation. Asian Journal of Social Psychology. 12, 82-94. Chinese Culture Connection (1987). Chinese values and the search for culture-free dimensions of culture. 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