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Neurocirugía, aspectos clínicos y quirúrgicos - Basso-633

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Capítulo 60: Infecciones piógenas
kAzAdi n. kALAngu
Absceso cerebral
El absceso cerebral es una patología que ha probado 
ser susceptible de curación. Este resultado favorable 
ha sido facilitado por el desarrollo de las modernas 
técnicas de imágenes (en especial la tomografía com-
putarizada y la resonancia magnética nuclear), la me-
joría en las pautas de higiene personal, el aislamiento 
exitoso de los organismos patógenos que lo generan, 
y el empleo de la estereotaxia y el ultrasonido para la 
asistencia en el drenaje de las colecciones. De todas 
maneras, el absceso cerebral aún es una condición 
seria que debería ser prevenida más que tratada.
Epidemiología
Existe una gran variabilidad en la incidencia de los 
abscesos cerebrales de un área geográfica a otra. Por 
ejemplo, Bhatia en India reporta una incidencia del 
8% 7, lo que contrasta dramáticamente con las tasas de 
los países más desarrollados, en los que los abscesos 
constituyen del 2 al 5% de las lesiones intracraneanas. 
1, 17, 49, 60 Pese al uso extendido de la antibioticoterapia 
moderna en el tratamiento de las causas predisponen-
tes, y una relativa mejoría de la calidad de vida en los 
países en desarrollo, la incidencia global de los abs-
cesos ha cambiado muy poco en las últimas décadas. 
49, 58, 60 El grupo etario más afectado son las primeras 
cuatro décadas de la vida y el sexo, el masculino, por 
causas aún no determinadas fehacientemente 1, 19, 
37, 58, 73, aunque suponemos por un mejor cuidado y 
comportamiento higiénico en las mujeres de la ma-
yoría de las sociedades. Es de notar asimismo que los 
abscesos cerebrales son sumamente raros antes de los 
2 años de vida, y cuando se presentan en esta franja 
etaria se limitan casi siempre al Citrobacter diversus 
o al Proteus como agentes patógenos. 15, 17, 43, 60
Etiología
La supuración ocurre cuando los microorganismos 
son introducidos dentro del tejido cerebral luego de 
un trauma penetrante, una infección contigua, una 
diseminación hematógena o un procedimiento neu-
roquirúrgico. 13, 19, 24, 36, 39 Asimismo, la presencia de 
algunas condiciones que comprometen la inmunidad 
de un individuo, como el SIDA, una neoplasia maligna, 
un transplante de órgano o la corticoterapia crónica, 
predisponen a la aparición de un absceso cerebral. 1, 
7, 12, 52, 67 En general, la fuente de la supuración es 
identificada en hasta el 80% de los casos, pero puede 
quedar oculta en 10 a 37% de ellos. 67, 73
El trauma craneano penetrante es una causa bien 
conocida de absceso cerebral, que se desarrollará a 
partir de fragmentos retenidos de hueso, cuerpos extra-
ños o por contaminación diferida del sitio de entrada 
inicialmente limpio. Proyectiles de armas de fuego 
retenidos dentro del cráneo, en especial aquellos de 
alta velocidad, es más difícil que se relacionen con un 
absceso, ya que las altas temperaturas y la fricción que 
generan suelen esterilizar los tejidos adyacentes. En 
estos casos muy poco frecuentes, los abscesos suelen 
presentarse años después del trauma inicial. 7, 13, 73 
Otras causas dentro de esta categoría incluyen a las 
fracturas de cráneo abiertas y deprimidas, sobre todo 
si se asocian a fístulas de LCR, mordidas de animales, 
o especialmente en los niños, lesiones por dardos o 
puntas de lápices. Los abscesos traumáticos son pre-
venidos mediante una limpieza quirúrgica profusa del 
tejido desvitalizado, la remoción del material extraño 
accesible, y el cierre hermético de la duramadre. 7, 
13, 39, 67, 73
La infección por contigüidad a partir de los senos 
paranasales, oído medio, mastoides y área dental es 
la mayor causa de abscesos cerebrales. Estos suelen 
ser superficiales y únicos. La incidencia de la dise-
minación por contigüidad está disminuyendo en la 
mayor parte del mundo, debido al tratamiento ade-
cuado de las infecciones predisponentes citadas. La 
infección de los senos paranasales y etmoidales, así 
como la infección dentaria, llegan al cerebro a nivel 
de los lóbulos frontales y temporales vía tromboflebitis 
retrógrada de las venas diploicas. La osteomielitis y 
la dehiscencia de la pared posterior del seno frontal 
también pueden resultar en la extensión directa de la 
infección a la región anterior y basal del lóbulo fron-
tal. La infección que se inicia en el seno esfenoidal 
tiende a diseminarse en el lóbulo temporal, mientras 
que las generadas en el oído medio y las mastoiditis 
suelen afectar principalmente al lóbulo temporal o 
al cerebelo. 67, 73
Otro mecanismo de formación de los abscesos 
cerebrales es la diseminación hematógena de micro-
organismos desde lugares distantes al cerebro. La in-
cidencia de este tipo de abscesos está creciendo 39, 
73, a diferencia de los causados por contigüidad. En 
la mayor parte de los casos, las lesiones son múlti-
ples, profundas, y pobremente encapsuladas. 11, 17, 19

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