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El compromiso del sistema nervioso central... 643 oscila entre 0,1 y 0,3% de los casos. Comprometen a sujetos en períodos avanzados de la enfermedad y recuentos de linfocitos T CD4+ inferiores a 50 cél/µL, con formas pulmonares y extrapulmonares o disemi- nadas. 20, 21 El compromiso del SNC se comprueba en más del 40% de los casos de nocardiosis sistémica. Las manifestaciones son por lo general insidiosas y, por esta razón, el diagnóstico es difícil y tardío. Los signos clínicos son el resultado del efecto de masa de los abscesos en el cerebro y, con menor frecuencia, sobre la médula espinal o las meninges. (Figura 61.5) Los pacientes con compromiso neurológico mínimo pueden ser tratados, en un principio, solo con anti- bióticos. Sin embargo, en muchos casos, es necesaria la exéresis quirúrgica debido a la natural tendencia de los abscesos por nocardia de ser multilobulados. 23, 24 A pesar de que la mortalidad de esta forma clí- nica de nocardiosis se redujo alrededor de un 50% desde la introducción de la TC, este parámetro no se ha modificado en pacientes inmunocomprometidos, cuya tasa de mortalidad es tres veces más alta que para los abscesos bacterianos por gérmenes piógenos (30% versus 10%). 23, 25 Por esta razón, estos pacientes deben ser sometidos precozmente a biopsia cerebral que, además, permitirá identificar otros patógenos que pueden provocar lesiones similares. 26, 27 La biopsia estereotáctica puede no ser necesaria cuando existe compromiso pulmonar concomitante y si el diagnóstico se efectúa por otros métodos; sin embargo, en pacientes con SIDA la posibilidad de infección por otros microorganismos y/o tumores (en especial linfomas) modifica esta metodología de diag- nóstico. La histopatología del material obtenido por biopsia de abscesos cerebrales muestra la existencia de granulomas con tendencia a la supuración con necrosis y fibrosis progresivas, formación de tabiques y destrucción de estructuras adyacentes. 24, 26, 27 Dado que los abscesos cerebrales por Nocardia son con frecuencia múltiples, la tasa de mortalidad es, en estos casos, del doble de la de aquellos con abscesos únicos (66% versus 33%). En contraste, la tasa de mortalidad de pacientes con abscesos bacterianos de otra etiología es inferior al 10%, con independencia del número de lesiones. 23, 26, 27 El enfoque terapéutico de los abscesos cerebrales por Nocardia es difícil y requiere de una terapéutica agresiva desde su inicio para alcanzar los mejores resultados. Al principio y durante las primeras 6 a 8 semanas resulta de elección la administración por vía intravenosa de combinaciones de imipenem con amikacina o ceftriaxona con amikacina. 26, 27, 28 Leucoencefalopatía multifocal progresiva La leucoencefalopatía multifocal progresiva (LEMP) es una infección oportunista desmielinizante cau- sada por un papovavirus conocido como virus JC. Su incidencia alcanza del 2 al 4% de los pacientes con enfermedad HIV/SIDA avanzada y recuentos de linfocitos T CD4 + inferiores a 100 cél/uL, en los que compromete la sustancia blanca del cerebro y, con me- nor frecuencia, del cerebelo y tronco cerebral. 29, 30 El SIDA representa en la actualidad el principal factor de riesgo para la reactivación de la infección latente por virus JC. La LEMP compromete sobre todo la sustancia blanca y el hallazgo neuropatológico característico, desde el punto de vista macroscópico, es la desmie- linización que, habitualmente, es multifocal. 31 Las lesiones pueden comprometer cualquier porción de la sustancia blanca, pero es típico que comprometan la región parietooccipital en forma bilateral y simétrica; en cambio, resultan infrecuentes a nivel de la médula espinal. Las lesiones varían en su tamaño desde pocos milímetros a varios centímetros, pudiendo observarse lesiones grandes como consecuencia de la coalescencia de varias lesiones pequeñas. 32 Clínicamente la LEMP Figura 61.3: Enfermedad de Chagas: RMN cerebral: corte axial T1 con gadolinio, que muestra extensa lesión temporooccipital derecha, con refuerzo heterogéneo con el contraste. El examen de LCR evidenció tripomastigotes de T. cruzi. Figura 61.4: Enfermedad de Chagas: RMN cerebral: corte sagital T1 con gadolinio con la misma lesión de la figura anterior
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